Historia Epj y JMPF
Historia Epj y JMPF
Historia Epj y JMPF
Aún después de finalizado el curso prosiguieron las conversaciones entre los sacerdotes
tanto Diocesanos, Terciarios, Capuchinos, Jesuitas y Hermanas de Santa Ana, con el fin
de utilizar las orientaciones recibidas para lograr impulsar una obra de promoción
vocacional juvenil, que podía desarrollarse a través de convivencias, ejercicio o retiros
espirituales y jornadas, etc.
En ese mismo año 1968 se desarrolló un acontecimiento que determinó de gran forma el
porvenir de la obra. En agosto de ese año, Su Santidad Pablo VI visitó personalmente
Colombia para asistir al XXXIX Congreso Eucarístico Internacional de Bogotá. Su presencia
y especialmente las palabras dichas en aquella oportunidad dieron a los Encuentros su
mayor estímulo y orientación: constituyeron ya un compromiso. El Papa realizó la
ceremonia inaugural de la asamblea episcopal, dando lugar a las sesiones plenarias de
Medellín en donde se elaboraron las conclusiones mundialmente conocidas con el nombre
de “Documento de Medellín”. Eran la interpretación oficial del sentir de un continente y del
pensamiento papal. Aquí se puso de manifiesto el urgente llamado de atención a la
juventud, en base a lo cual se trabajaron los objetivos y el programa a seguir para el
apostolado juvenil en América Latina.
Fue allí donde Encuentros de Promoción Juvenil encontró plenamente su razón de ser,
poniendo en acción el pensamiento papal y de los obispos, quienes con sus enseñanzas
revisaron y completaron el fundamento de este movimiento. A partir de allí, EPJ había
encontrado definitivamente el cauce que debía seguir. El documento de Medellín constituye
la “Carta Magna” de Encuentros de Promoción Juvenil. Se desarrolló también en Costa
Rica, en donde se logró madurar la obra, y es en esta época donde se termina de escribir
el Manual de EPJ.
Actualmente el movimiento está presente en 13 países que son: Colombia, Costa Rica,
Guatemala, Estados Unidos, México, El Salvador, Honduras, Panamá, Perú, República
Dominicana, Venezuela, España y Chile.
El día 29 de junio 2001, solemnidad de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo, el Vaticano
decreta el reconocimiento del Movimiento como Asociación internacional privada de fieles
de Derecho Pontificio, con personalidad jurídica según los cánones 298 a 311 y 321 a 329
del Título V (Libro II, Parte I) del Código de Derecho Canónico, y la aprobación de sus
estatutos presentados en original.
José María Pujadas Ferrer nació en Canet de Mar, provincia de Barcelona, el 9 de agosto
de 1915.
Su mamá Asunción Ferrer era modista. Tuvo 9 hijos; cinco de ellos murieron
prematuramente. El clima familiar era de una bondad y un amor permanente. Todos los
miembros de la familia Pujadas se profesaban un amor entrañable entre ellos.
En aquel paraje idílico en un ambiente familiar y social tan favorable fue bautizado nuestro
hombre el 22 de agosto siguiente a su nacimiento y en 1922 recibió su primera comunión.
En 1927, a los doce años, sintió y decidió su vocación sacerdotal y entra al seminario de
Gerona.
VIDA PARROQUIAL
Fue nombrado Vicario de Llers (Gerona) hasta el 29 de julio de 1941. De Llers pasó también
como vicario a Arenys de Mar. Allí funda la Acción Católica que después de cincuenta años
todavía produce sus frutos. La Acción Católica de Arenys fue un movimiento notable en la
seglaridad de la diócesis de Gerona en aquellos tiempos.
CURSILLOS DE CRISTIANDAD
Inicio los cursillos de Cristiandad en la Diócesis de Gerona. El padre Pujadas tenía cierta
formación francesa, él quería, con la experiencia que había adquirido, fundar los Cursillos
de Cristiandad en Francia. El creía que la experiencia demostrada de la eficacia del
movimiento, en la profundidad cultural de los franceses podría representar un aporte valioso
para la Iglesia. Fue precisamente esta actividad en Cursillos la que hizo que por primera
vez viajara a Colombia.
Eran los comienzos del año 1960, cuando nuestra juventud insatisfecha por la situación
política y los cambios sicológicos, políticos y culturales, se aferraba a cualquier esquema
que los motivara. Las universidades impregnaban de ideas marxistas a nuestros
estudiantes, en una especie de oasis ideológico para superar el sopor del momento.
Los Encuentros de Promoción Juvenil son la obra más querida del P. Pujadas. Él fue su
fundador principal. Mientras él trabajaba en los cursillos de cristiandad se daba cuenta de
la preocupación de muchos padres por el distanciamiento de sus hijos en la práctica
religiosa.
Siguiendo los consejos de Pablo VI y acorde a la acción prioritaria por la juventud de los
Obispos latinoamericanos, reunidos en Medellín y en colaboración con otros sacerdotes y
laicos, en 1968, comenzó en Colombia el Movimiento Encuentros de Promoción Juvenil,
que luego se extendió por Centro América, por lo que el Padre Pujadas permaneció largas
temporadas en Costa Rica, Guatemala, El Salvador, Honduras y Nicaragua. Pasó a Costa
Rica donde trabajó como director arquidiocesano de Pastoral Orgánica de Juventudes y
Encuentros de Promoción Juvenil de la arquidiócesis de San José, hasta que en 1972, viajó
y permaneció 2 años en Los Ángeles (Estados Unidos), dedicándose a los Encuentros y
Cursillos. En 1974, regresó a Barcelona, reclamado por su Obispo, el Cardenal Narcís,
Juvany, donde inició y dirigió los Encuentros de Promoción Juvenil, alternando esta
actividad con la coordinación y dirección a nivel Internacional del Movimiento, que llevó a
otras naciones (Italia, Alemania, Venezuela, Santo Domingo).
Que el joven descubra su vocación dentro del plan de Dios, su propia identidad, sus
posibilidades y limitaciones, que en definitiva es encontrarse a sí mismo.
Ayuda a hacer del hombre un ser social cristiano, capaz de vivir en comunidad, dando
importancia al amor, al servicio a los demás y a la propia realización cumpliendo la
vocación cristiana.
Reafirma el compromiso bautismal, exigencia de la fe adulta, opción del Dios único.
Un punto fundamental de los Encuentros es que los jóvenes sigan el apostolado de los
propios jóvenes. Este es otro aspecto de la confianza depositada en los seglares.