Devocion Culto
Devocion Culto
Devocion Culto
"Devoción" y "donación"
La palabra "devoción" indica una "entrega" con matices de relación personal. La devoción
mariana es una "donación" a los planes salvíficos de Dios en Cristo, por medio de una actitud
relacional con María.
La devoción mariana de la Iglesia es una actitud que se desprende de los títulos marianos. Cada
título mariano (maternidad divina, virginidad, Inmaculada, Asunción, asociada...) es fuente de
espiritualidad eclesial y, por tanto, una invitación a vivir la unión con Cristo, imitar las actitudes
internas de María (Tipo de la Iglesia), celebrar el misterio pascual aplicado a ella, como victoria
de Cristo sobre el pecado y la muerte.
Culto y devoción
Cuando la "devoción" tiene lugar en los momentos de celebrar el misterio de Cristo, es decir, en
la liturgia, entonces se llama "culto". A través del año litúrgico y también en la celebración de la
eucaristía y de los demás sacramentos, la Iglesia recuerda siempre a María y también celebra en
ella el fruto de la redención. También se puede hablar de "culto" cuando se celebran los misterio
cristianos por medio de ceremonias o ritos que no son oficiales, aunque sí aprobados por la
Iglesia (culto o piedad y religiosidad popular). Por medio del culto mariano, "la Iglesia admira y
ensalza en ella el fruto más espléndido de la Redención y la contempla gozosamente, como una
purísima imagen de lo que ella misma, toda entera, ansía y espera ser" (SC 103).
Entonces la actitud eclesial respecto a María, tanto en los momentos de culto y devoción, como
en todo el proceso de la vida espiritual, se concreta en actitud relacional (oración,
contemplación), imitativa (fidelidad, virtudes), celebrativa (liturgia, fiestas, devoción popular),
comprometida (caridad, servicio), sapiencial (estudio, formación). El culto y la devoción
mariana abarcan toda la vida cristiana de modo sencillo y coherente, como de quien vive el
cristianismo "con María y como María" (RMi 92). El caminar escatológico de la Iglesia
peregrina es una "mirada" de fe (que es también de relación) hacia "la gran señal" (Apoc 12,1),
como a su "cumplimiento escatológico" (RMa 6).