5.maquinaria y Equipos Disponibles de Puesta en Obra
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Suelos estabilizados: Mejora y tratamiento de suelos
INDICE
INDICE........................................................................................................................................................................... 1
1. INTRODUCCIÓN ....................................................................................................................................................... 4
6. COMPACTACIÓN ................................................................................................................................................... 39
12 de diciembre de 2007
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Maquinaria y equipos disponibles de puesta en obra
1. INTRODUCCIÓN
En este capítulo se describe la maquinaria y equipos que se emplean habitualmente en las
diferentes operaciones que constituyen los tratamientos de mejora o estabilización de suelos
con cal o cemento. En el desarrollo del tema no se han considerado las operaciones de
extendido y, en su caso, refino previos de la tongada o capa a tratar, que son operaciones
propias del movimiento de tierras. Sí se hace referencia al refino final de la superficie, que en
algunos casos puede presentar ciertos condicionantes propios de estos tratamientos.
Por otra parte, aunque se mencionan brevemente las centrales de mezcla y los
correspondientes equipos de transporte y extendido, el capítulo se centra preferentemente en
los equipos necesarios para la ejecución in situ de los diferentes tratamientos.
Este procedimiento es el que mejor se adapta al tipo de trabajo a realizar y es, por lo tanto, el
más utilizado.
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Suelos estabilizados: Mejora y tratamiento de suelos
El tipo de obra.
En el caso de obras lineales puede resultar más interesante el empleo de silos horizontales
remolcables, de fácil instalación y traslado en función de la localización del tajo. Se limita así la
pérdida de rendimiento derivada de incrementos en los tiempos de desplazamiento del
elemento de distribución hasta el punto de carga, y se evita la necesidad de disponer de un
acceso transitable a la zona de obras.
Silos fijos.
Los silos fijos (fig. 1) pueden ser horizontales o verticales. Los primeros tienen menores
necesidades de cimentación. Los segundos ocupan menos espacio y son más fáciles de
vaciar.
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Los silos son, en general, de acero al carbono, acero inoxidable o aluminio, monolíticos o
formados por paneles desmontables. Los primeros tienen un montaje más rápido, mientras que
los segundos se transportan con mayor facilidad.
La carga del cemento o la cal al silo desde la cisterna se produce por vía neumática de baja
presión (0,2 MPa). La alimentación a la maquinaria de obra será por gravedad ó neumática.
Manómetro.
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Estos elementos permiten una operación más segura y eficiente de los silos. Si no
se dispone de alguno de ellos deberán incrementarse, en consecuencia, las
inspecciones.
Los silos deben ser completamente estancos y permitir el acceso e inspección a sus diferentes
elementos en condiciones de seguridad (escaleras, barandillas, pasarelas).
Silos remolcables.
Los silos remolcables (fig. 2) son semirremolques similares a las cisternas de transporte por
carretera pero con menores limitaciones de carga, es decir, con mayor capacidad. Permiten su
rápida instalación y traslado a medida que se desplaza el tajo en obras de carácter lineal.
Para su traslado generalmente deben estar vacíos; se enganchan a una cabeza tractora y, una
vez en el lugar de destino, se apoyan en patas retráctiles, que pueden ser accionadas
mediante bomba hidráulica.
Los elementos auxiliares son básicamente los mismos que en el caso de los silos fijos.
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Figura 3: Despedregadora
Pueden ser necesarias varias pasadas, y no son efectivas en espesores superiores a 15 cm.
Incluso con ese espesor, pueden quedar algunas piedras grandes, por lo que son menos
eficientes que el cribado del material.
Cribas. Las cribas se pueden clasificar en fijas o móviles. Las fijas se pueden clasificar a su vez
en estáticas o vibrantes. Las cribas móviles por su parte se pueden subdividir en móviles sobre
orugas y móviles sobre ruedas.
Las cribas fijas estáticas (fig. 4) están formadas por barrotes longitudinales con la suficiente
separación entre ellos para hacer el corte al tamaño deseado. Estas cribas se pueden
alimentar con retroexcavadora, pala cargadora frontal e incluso camión basculante. Tienen el
inconveniente de su poco rendimiento y de rechazar mucho suelo útil.
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Las cribas fijas vibrantes (fig. 5) llevan asociadas otras máquinas para su funcionamiento. El
equipo de cribado está compuesto por una tolva de alimentación, un alimentador, una cinta
transportadora que lleva el material de la tolva a la criba, la criba vibrante, y cintas
transportadoras del material cribado y, eventualmente, del rechazo.
Las cribas móviles se pueden definir como equipos compactos, y autónomos, montados sobre
orugas o ruedas en los cuales la maquina principal es una criba vibrante. Las plantas de
cribado móviles, únicamente necesitan las siguientes operaciones: arranque, carga a la planta
y carga y acopiado de lo procesado. Al situarse en las proximidades del tajo de excavación,
precisan menos maquinaria móvil que las cribas fijas.
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Suelos estabilizados: Mejora y tratamiento de suelos
Por otra parte, las cribas móviles no tienen costes de instalación o éstos son muy pequeños.
Están diseñadas para poder transportarse de una obra a otra fácilmente, con su propio equipo
de ruedas o sobre góndola.
Las cribas móviles sobre ruedas tienen parte del inconveniente, al igual que las fijas, de
necesitar un transporte del material a procesar desde la zona de excavación a la zona de
instalación, pues su movilidad no es suficiente como para seguir el movimiento del frente de
excavación en sus avances, lo que si se consigue con la cribas móviles sobre orugas. En
cualquier caso, las cribas móviles sobre ruedas aventajan a las fijas en que sus costes de
instalación son muy pequeños, por lo que se pueden hacer muchos cambios de ubicación,
acercándose al frente de excavación, y minimizando el transporte del material a procesar.
La criba móvil más sencilla consta de un cribón vibrante y una cinta transportadora del material
procesado, y todo sobre ruedas (fig. 6). En la zona de excavación, el arranque carga y
transporte a la criba se realiza mediante una pala cargadora.
Otras cribas constan, además de lo anterior, de una tolva con su alimentador de vaivén. El
material es arrancado y transportado mediante un tractor, u otro sistema, y se alimenta a la
planta mediante una retroexcavadora. Esta criba admite tamaños gruesos hasta de material
excavado mediante voladuras.
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Otras máquinas más complicadas incorporan también una parrilla en la tolva de alimentación
para eliminar tamaños muy gruesos (>150 mm) perjudiciales para el resto de las maquinas.
Estas plantas están diseñadas para fabricar áridos aunque pueden hacer el cribado de suelos.
Las cribas móviles sobre orugas (fig. 7) son similares a las anteriores pero se mueven junto con
la máquina de excavación en el avance del frente, por lo que son el complemento ideal para
cribar los materiales provenientes de préstamos, graveras y canteras, fabricando el todo uno
para estabilizar. Dada la simplicidad de operaciones el coste de este cribado es mínimo con
estos equipos.
Maquinaria para la disgregación, escarificación o aireación del suelo. Los equipos a emplear
para la realización de estas operaciones son los habituales para el movimiento de tierras. Es
frecuente la utilización de ripper de dientes múltiples montados sobre una motoniveladora (fig.
8) o de un tractor de cadenas de mediana potencia (130 – 200 kW). Se pueden utilizar también
máquinas de origen agrícola, como gradas de rejas o discos, o bien rastrillos o desterronadores
arrastrados por un tractor.
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Figura 8: Escarificación del suelo con ripper de niveladora para facilitar su humectación
En aquellos casos en los que el elevado grado de cohesión del suelo dificulte su disgregación
con los medios descritos, esta operación se puede realizar mediante estabilizadoras como las
que se describen más adelante, que pueden ser las mismas que las empleadas para la
posterior mezcla del suelo con el conglomerante.
Por ejemplo, para el tratamiento con cal de suelos muy cohesivos, puede ser necesario dividir
el tratamiento en dos etapas. En la primera de ellas se añade la cantidad de cal viva necesaria
para permitir la correcta disgregación del suelo y, posteriormente, se finaliza el tratamiento en
una segunda etapa.
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Las técnicas de estabilización in situ proporcionan altos rendimientos, son más sencillas y
requieren menos logística que la fabricación del material en central, que requiere además su
transporte a la obra y posterior extendido y compactación con los medios habituales para capas
tratadas con cemento.
La estabilización in situ permite además el manejo de materiales muy cohesivos, lo cual resulta
muy complicado, si no imposible, en las centrales de fabricación.
Equipos para la distribución del conglomerante por vía seca. En el procedimiento conocido
como vía seca, el conglomerante es distribuido sobre el suelo generalmente mediante equipos
distribuidores en una operación previa a la de mezclado. En ocasiones puede ser necesario el
manejo del conglomerante en sacos y su distribución manual sobre el suelo.
Humectación del suelo. La humectación del material se puede realizar de dos formas:
Riego de agua sobre la superficie a tratar mediante cisterna de agua tradicional (fig.
9) antes de la distribución del cemento o la cal. En estos casos es conveniente
escarificar previamente el suelo. Mediante este sistema es difícil controlar la dotación
de agua, y la mezcla de ésta con el suelo puede ser heterogénea.
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Figura 10: Cuba de agua acoplada a la estabilizadora en trabajo por vía seca
Sin embargo, hay un incremento del coste total del estabilizado, que puede ser del orden del 10
o 15 %, ya que la eficiencia de las cubas de agua disminuye notablemente.
Figura 11: Distribuidor remolcado de conglomerante por vía seca en el momento de la carga desde la cisterna de
transporte
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Control de la dosificación. La dosificación del material pulverulento sobre el suelo puede ser:
Sistema de propulsión. En función del sistema de propulsión (fig. 12), los distribuidores pueden
ser:
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Autopropulsados.
Configuración de los distintos tipos de distribuidores. Los repartidores más simples, constan
únicamente de una tolva remolcada con un elemento dosificador en su parte inferior. Para
obras de importancia, es preciso disponer de mayor capacidad de carga para reducir los
tiempos muertos y de mayor precisión y homogeneidad en el reparto, lo cual introduce más
elementos en el equipo.
En la fig. 12 puede verse esquemas de diversos tipos de repartidores con indicación de sus
elementos mecánicos más importantes.
o Sin fluidificación.
Transporte mecánico:
o Tornillo sinfín.
La descarga directa del conglomerante desde la cisterna transportadora al suelo lleva consigo
riesgos no controlados y mantiene las válvulas de seguridad de sobrepresión trabajando
permanentemente. Ello obliga a la cisterna a funcionar con una presión para la cual no está
fabricada, por lo que se desaconseja su utilización.
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Este elemento puede estar a la vez dividido en compartimentos o esclusas, de manera que se
pueda variar el ancho de reparto. En equipos más sencillos no existe un sistema dosificador y
los propios elementos de transporte del ligante son a la vez dosificadores.
Para el reparto del material en el ancho de trabajo suelen incluir un tornillo sinfín. El ancho de
reparto en algunos equipos se regula mediante la apertura de compuertas situadas bajo el
sinfín.
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En los equipos con alimentador de banda metálica, la apertura de una trampilla situada sobre la
banda determina, junto con la velocidad de la cinta, el caudal dosificado. La posibilidad de
regular el ancho de reparto es muy importante puesto que permite minimizar los solapes en la
distribución del conglomerante.
Elementos de operación y control principales. Estos equipos pueden incorporar los siguientes
elementos, que son de gran utilidad para facilitar la labor del operador del distribuidor, así como
para controlar el trabajo realizado:
o En peso.
o En volumen.
Aquellos equipos que dispongan de sistema de dosificación volumétrica con control ponderal
discontinuo, pueden contar con los siguientes elementos:
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Existen también equipos que reúnen en una sola máquina el elemento distribuidor del ligante y
la cámara de mezcla. Estos equipos, que se describen más adelante, se han desarrollado para
evitar emisiones de polvo.
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Capacidad del depósito. Cuanto mayor sea la capacidad del depósito mayor será el tiempo
entre paradas para recargar y, por lo tanto, mayor será el rendimiento del equipo.
La capacidad de estos distribuidores oscila entre 4 m3 en los más simples, hasta 16 m3 o más.
Casi todos los utilizados en España se remolcan mediante tractores agrícolas, que para los
repartidores grandes deben tener una potencia de al menos 110 Kw.
Conviene tener presente la diferente densidad aparente de los distintos conglomerantes, que
en primera aproximación es:
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Este volumen dependerá de la velocidad de trabajo, del ancho de reparto y de la capacidad del
elemento dosificador.
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Por otra parte, en obras con limitación de espacio y multiplicidad de obstáculos, como por
ejemplo en urbanizaciones, se debe seleccionar el equipo teniendo en cuenta esta limitación.
Equipos para la distribución del conglomerante por vía húmeda. Cuando el tratamiento a
realizar admita la aportación de una cantidad mínima de agua al suelo, se puede inyectar el
ligante y el agua conjuntamente en forma de suspensión o lechada directamente a la cámara
de mezclado, o esparcir la lechada directamente sobre el suelo, previa escarificación del
mismo.
Para ello es posible, en el caso de la cal, fabricar la lechada en obra por medio de equipos que
permiten realizar la hidratación de cal viva y preparar emulsiones de cal hidratada, con el
porcentaje de sólidos requerido. Se trata de depósitos del volumen necesario para el
tratamiento del material que puede transportar una cisterna de suministro, unas 25 t. La cal se
descarga por vía neumática al depósito por debajo del nivel del agua, lo cual evita en todo
momento la formación de polvo y permite una total hidratación, en el caso de la cal viva. El
rendimiento de estos equipos es de 25 ó 32,5 t/h, en función de que se maneje cal hidratada ó
cal viva.
Una vez fabricada la lechada, mediante cisternas capaces de bombearla con el caudal
necesario, se inyecta a la cámara de mezclado. La lechada, para poder ser bombeada, no
debe contener más de un 40 % de sólidos. Es recomendable incorporar un sistema que incluya
un caudalímetro y un procesador que regule el caudal a la velocidad de avance del equipo.
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mientras que la del agua es volumétrica. Una vez fabricada la lechada, mediante una bomba
regulada por un microprocesador que ajusta el caudal de lechada a la velocidad de
desplazamiento instantánea del equipo, se inyecta directamente al sistema de difusión situado
en la cámara de la máquina de mezclado.
Figura 15: Equipo de estabilización por vía húmeda con depósito para conglomerante de 25 m3
Para la correcta selección de estos equipos es importante conocer los siguientes datos:
La utilización de estos equipos permite obtener algunas ventajas respecto a la dosificación por
vía seca:
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Se puede ajustar el ancho del tratamiento simplemente cerrando los difusores que no
sean necesarios. Se disminuyen así las pérdidas por solape y la sobredosificación en
estas zonas.
Por el mismo motivo estos equipos estarán muy indicados en obras con restricciones
medioambientales a la emisión de polvo.
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Suelos estabilizados: Mejora y tratamiento de suelos
5. MEZCLA IN SITU
Un mezclador in situ es una maquina automotriz, remolcada o transportada destinada a
pulverizar, triturar, airear, homogeneizar y esponjar un suelo y a mezclarlo más o menos
íntimamente con uno o más materiales de aportación (líquidos, granulares o pulverulentos), en
este caso cal o cemento y agua.
Útiles cuyo accionamiento se produce por tracción y fricción con el suelo (por
ejemplo, gradas de discos).
Útiles cuyo accionamiento es producido por un motor (por ejemplo, rotavator agrícola
o las estabilizadoras modernas con rotor y cámara de mezcla).
Maquinaria de origen agrícola, con útiles fijos como vertederas, rejas, gradas de
discos, o bien móviles, como el rotavator agrícola.
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Por otra parte, hay que tener en cuenta siempre la gran diferencia en rendimientos entre los
equipos agrícolas y los de obra civil. Ello suele llevar generalmente a que el uso de estos
últimos sea más económico.
Los tres equipos agrícolas más utilizados en el tratamiento de suelos han sido los siguientes:
Gradas de discos: formadas por un número variable de discos con forma de casquete
esférico, situados sobre uno o más ejes. Son arrastradas por un tractor. Al incidir
sobre el suelo por su lado cóncavo producen un volteo y mezclado, aunque suele ser
necesario un arado previo del suelo. La profundidad de trabajo no supera los 20 cm
con discos de 1 m de diámetro, aun utilizando tractores potentes y bajas velocidades.
La calidad de la mezcla, efectuando cuatro pasadas, puede ser adecuada para la
mejora o secado de suelos en rellenos, pero insuficiente para explanadas.
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Suelos estabilizados: Mejora y tratamiento de suelos
Tipo y concepción de los equipos de mezclado in situ. Se distinguen los siguientes dos tipos en
función de su concepción:
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Este grupo se puede dividir a su vez en aquellas máquinas en las cuales el motor se sitúa
sobre el eje delantero (fig. 18) o delante de él, y aquellas en las cuales el motor se sitúa sobre
el rotor.
Figura 18: Máquina con el rotor centrado entre ambos ejes y motor sobre un eje
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Suelos estabilizados: Mejora y tratamiento de suelos
Picas, que son los útiles con mayor poder de disgregación por lo que se utilizan
también para reciclados.
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cuchillas, mas indicadas para suelos cohesivos, derivadas de los útiles de los
rotavator agrícolas.
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Suelos estabilizados: Mejora y tratamiento de suelos
Algunos equipos incorporan rotores con la posibilidad de emplear distintos tipos de útiles en
función del trabajo a realizar. Otros incluyen rotores intercambiables.
El número de útiles también será función de la operación a realizar. Los rotores específicos
para estabilización incorporan entre 50 y 80 paletas. Los equipos mixtos para reciclado y
estabilización pueden llegar a incorporar más de 200 picas.
El posicionamiento de los útiles en el rotor puede ser en línea, o helicoidal o en uve, para
reducir los esfuerzos máximos.
El modo de fijación de los útiles al rotor determina la sencillez o dificultad del cambio. No se
debe olvidar que los útiles de disgregación y mezcla son los elementos de desgaste del equipo,
siendo necesario diariamente cambiar un número que variará en función de la abrasividad y
granulometría del suelo, así como del material del que estén fabricados (acero común, acero
tratado, carburo de tungsteno).
Los portaútiles o elementos de fijación del útil al rotor, pueden estar diseñados para un solo tipo
de útil, lo que implica la necesidad de cambiar el rotor para cambiar la utilización del equipo, a
no ser que el útil admita su aplicación a actuaciones diferentes. En otros casos son adaptables
a diversos tipos de útiles, lo que permite emplear un mismo rotor para trabajos diferentes. Los
portaútiles son también elementos de desgaste, por lo que algunos fabricantes han patentado
también elementos de fácil sustitución.
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Sentido y velocidad de giro. El sentido de giro del rotor puede ser contrario al sentido de giro de
las ruedas motrices, que es el más habitual puesto que permite una mayor finura de
disgregación y homogeneidad de la mezcla.
Algunos equipos permiten trabajar en ambas direcciones, con lo cual varía el sentido del giro
respecto al de las ruedas motrices.
La velocidad de giro del rotor (revoluciones por minuto) y la velocidad de los extremos de los
útiles condicionan el rendimiento.
Para una determinada velocidad de giro del rotor se selecciona, de forma automática o manual,
la velocidad de avance de la máquina más adecuada para el óptimo funcionamiento del motor,
lo cual determinará el rendimiento.
Profundidad de mezcla. En función del tipo de suelo y su estado, los equipos disponibles en la
actualidad pueden llegar a profundidades de mezcla superiores a los 400 mm, con motores de
entre 300 kW y 500 kW.
Regulación de la posición relativa del rotor y la cámara en función del espesor a tratar.
Mediante esta posibilidad se consigue regular el volumen de la cámara de mezcla adaptándolo
a la profundidad del tratamiento, y por lo tanto al volumen de material tratado.
Potencia neta por unidad de ancho disponible en el rotor (kW/m). Una vez seleccionada la
velocidad de giro del rotor, la velocidad de avance de la máquina estará determinada por la
potencia disponible. A mayor potencia por tanto, mayor rendimiento.
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Suelos estabilizados: Mejora y tratamiento de suelos
24). La compuerta posterior en el sentido de avance de la máquina regula la altura de salida del
material y el tiempo que éste permanece en la cámara de mezcla. Puede incorporar un
elemento alisador que mejora el acabado (fig. 25).
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Es importante conocer la capacidad máxima y mínima de dosificación del sistema, así como los
tipos de líquidos utilizables.
Características del sistema de control del espesor. Los equipos modernos incorporan sistemas
de regulación y control manual y automático del espesor tratado, así como de la pendiente
transversal del rotor. La referencia para el control de espesores puede ser externa mediante
palpador mecánico, ultrasonidos o láser, o puede ser un elemento de la propia maquina. En
este caso interesa que sean las patas que circulan sobre la capa sin estabilizar y por lo tanto
menos deformada.
El sistema debe ser regulable desde la cabina. Es interesante también que disponga de
registro de espesores.
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Suelos estabilizados: Mejora y tratamiento de suelos
Por variación de la velocidad de giro del rotor. En general, todos los equipos disponen
de varias velocidades de trabajo.
Así mismo, cuando se produce una sobrecarga de rotor, para que las cargas de choque no se
transmitan a través del eje motor, es necesario disponer sistemas de limitación de estos
esfuerzos, que varían en función del fabricante.
Así mismo es importante la ergonomía del puesto de operación. La visibilidad es de igual forma
fundamental para garantizar un trabajo adecuado.
Dimensiones de trabajo.
Peso.
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Maquinaria y equipos disponibles de puesta en obra
Características de la tracción, que puede ser a dos ruedas, a las cuatro ruedas, o
disponer de ambas posibilidades para adaptarse en cada caso al terreno.
El sistema funciona completamente aislado del exterior por lo que no es posible la emisión de
polvo al medio ambiente, excepto posiblemente durante la carga de conglomerante.
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Suelos estabilizados: Mejora y tratamiento de suelos
6. COMPACTACIÓN
No hay ningún tipo de compactador que se adapte a todas las circunstancias posibles. Los
criterios de selección del equipo a emplear dependen de muchos factores, pero el más
importante es el tipo de material a compactar y su estado en el momento de la compactación.
Una vez seleccionado el mejor compactador para un suelo y condiciones determinadas, será
fundamental operarlo correctamente con objeto de obtener una compactación óptima. Los
factores más importantes a tener en cuenta son la velocidad del compactador, el espesor de la
capa y el número de pasadas.
Cuando se trate de materiales tratados con cemento, no se debe olvidar que la compactación
debe finalizar durante el plazo de trabajabilidad disponible, que puede ser relativamente corto.
Para la compactación de los materiales tratados con cemento o cal se emplean en general uno,
o la combinación de algunos, de los siguientes tipos de compactadores:
Compactador de neumáticos.
Además de estos compactadores, se pueden utilizar en superficies de difícil acceso otros como
pisones, bandejas vibrantes, bandejas vibrantes reversibles o rodillos vibratorios pequeños.
Rodillo estático tipo pata de cabra. Bajo la denominación de pata de cabra se incluyen
normalmente los rodillos pata de cabra propiamente dichos y todos aquellos en los cuales el
rodillo o los rodillos presentan protuberancias y que están especialmente indicados para la
compactación de suelos cohesivos relativamente secos y con un alto contenido de finos
limosos o arcillosos. Son por tanto aplicables a la compactación de suelos mejorados ó
estabilizados con cal. En función de la forma de las protuberancias, hay diferencias importantes
entre unos y otros.
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Maquinaria y equipos disponibles de puesta en obra
En los rodillos pata de cabra propiamente dichos, las protuberancias son cilíndricas o
troncocónicas y alargadas, del orden de los 20 cm, y su diámetro oscila entre los 7 y los 12 cm.
Los cilindros son huecos, de forma que puedan lastrarse con arena o agua.
Las patas de cabra penetran a través de la capa superior y compactan la capa inferior,
ejerciendo una presión que varía en torno a los 1,0 y 2,0 MPa, y que puede llegar a 3,0 MPa
con lastre de agua y a 4,0 MPa con lastre de arena. El efecto de las patas de cabra es una
compactación por presión y amasado de abajo hacia arriba, en la que la parte superior de una
capa queda suelta al salir las patas y sólo se compacta una vez colocada la capa siguiente.
Esto supone una limitación en zonas lluviosas, en las cuales se precisa otra máquina para
sellar la superficie.
Otros rodillos más usados actualmente y similares a los pata de cabra son aquellos que
constan de 4 rodillos, una pareja delante y otra atrás, en los cuales las protuberancias tienen
forma de paralelepípedo u óvalo estrecho (fig. 27), con una base inferior en contacto con el
rodillo de área aproximadamente un 15% superior a la base que contacta con el suelo (tamping
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Suelos estabilizados: Mejora y tratamiento de suelos
foot o pieds dameurs). Esta forma de las protuberancias permite, al contrario que en el caso
anterior, que la parte superior de la capa también quede compactada, relativamente lisa y
sellada.
Estas maquinas trabajan a velocidades del orden de los 24 a 32 km/h, lo cual hace que
además de esfuerzos de presión y amasado tengan también un efecto de vibración e impacto,
que incrementa su productividad.
Los rodillos con una carga estática lineal de entre 4.000 y 6.000 kg/m precisan del orden de 4
pasadas simples de cada pareja de rodillos para compactar capas del orden de 20 cm de
suelos cohesivos, siempre que el material esté seco. Si el material está húmedo el número de
pasadas sube a más de 12 con espesores de capa no mayores de 15 cm. El rendimiento se
reduce, por lo tanto, considerablemente.
Los compactadores con más de 6.000 kg/m por rodillo pueden compactar capas de hasta 30
cm con unas 5 pasadas simples de cada pareja de rodillos si el material está seco. Si el
material está húmedo el espesor se reduce a 20 cm y las pasadas aumentan hasta más de 12.
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Maquinaria y equipos disponibles de puesta en obra
Rodillo vibratorio liso. Para la compactación de suelos tratados con cal o cemento se
emplean habitualmente los equipos propios del movimiento de tierras, es decir, compactadores
autopropulsados con un único rodillo vibratorio en su parte delantera. Son compactadores
especialmente indicados para suelos granulares y arenosos, siendo también efectivos con
suelos que tengan un pequeño porcentaje de finos arcillosos.
Pueden emplearse también, especialmente en explanadas, rodillos tándem del tipo utilizado en
capas de firmes.
Los rodillos vibratorios lisos (fig. 28 y 29) generan tres tipos de esfuerzos de compactación:
presión, impacto y vibración.
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Suelos estabilizados: Mejora y tratamiento de suelos
Al menos en las primeras pasadas, es conveniente trabajar con la amplitud alta, lo cual
significa una mayor aportación de energía En la Tabla 2 se han incluido las principales
características de algunos rodillos vibratorios.
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Maquinaria y equipos disponibles de puesta en obra
Para materiales granulares con tamaños máximos menores de 80 mm, que son los más
habituales en los tratamientos con cemento o cal compactados con este tipo de máquinas, el
espesor de las capas a tratar y el número de pasadas debe seleccionarse en función de la
carga estática en el rodillo.
Los equipos más modernos incluyen sistemas automáticos de control del grado de
compactación en función del grado de rigidez de la capa, que además pueden ajustar
automáticamente la frecuencia y amplitud de trabajo.
Tabla 3: Espesores de capas máximas y número de pasadas recomendados en función de la carga estática del
rodillo
Rodillo vibratorio pata de cabra. Este tipo de compactadores también recibe el nombre de
pata de cabra, aunque de nuevo hay que insistir que no son rodillos pata de cabra propiamente
dichos. Se trata compactadores similares a los vibratorios lisos, con la diferencia de que el
rodillo presenta protuberancias en forma de almohadilla de unos 10-15 cm de altura, en número
y sección adaptados al peso del rodillo (fig. 30), lo cual permite extender su campo de acción a
los suelos cohesivos, aumentando la presión de contacto y reduciendo los esfuerzos
tangenciales.
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Suelos estabilizados: Mejora y tratamiento de suelos
En general, los rodillos lisos vibratorios para movimiento de tierras cuentan con un rodillo
equivalente o incluso un cilindro opcional de este tipo, lo que permite su utilización en la
compactación de suelos más cohesivos.
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Maquinaria y equipos disponibles de puesta en obra
Las dos características más importantes de estos compactadores son la masa por rueda, que
generalmente es de 3000 kg, llegando a 5000 kg en los modelos más grandes (siempre con
lastre máximo), y la presión de inflado, que debe ser superior a 0,7 MPa. Un compactador de
3.000 a 5.000 kg de masa por rueda necesitará entre 4 y 10 pasadas dobles para compactar
una capa de 12-15 cm de material cohesivo húmedo. El pequeño espesor de la capa que
puede trabajar limita su utilización en grandes terraplenes.
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Suelos estabilizados: Mejora y tratamiento de suelos
7. REFINO DE LA SUPERFICIE
Los diferentes tratamientos provocan en mayor o menor medida un esponjamiento del suelo y
deformaciones puntuales de la rasante, por lo que, en general, es preciso proceder a un
rasanteo o refino final, que se realiza con motoniveladora.
En el caso de la estabilización de suelos para explanadas, es preciso obtener una rasante final
con tolerancias muy estrictas. Cuando se usa cemento, se debe refinar en un tiempo muy
corto.
En estas circunstancias es necesario utilizar sistemas que permitan obtener buenos resultados
en poco tiempo, como son los sistemas de guiado 3D (3 dimensiones) o, para superficies
planas, el láser.
En el sistema 3D (fig. 32), una estación total robotizada queda enfocada permanentemente, y
sigue al receptor, que va montado en la motoniveladora y unido solidariamente a la hoja de
corte. Por lo tanto, se dispone de información en tiempo real de las coordenadas XYZ del
prisma, y en consecuencia, de la altura de la cuchilla con respecto a la superficie de diseño
requerida en cada punto. El sistema deduce también la dirección de avance de la máquina.
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Maquinaria y equipos disponibles de puesta en obra
Estos sistemas permiten materializar cualquier tipo de superficie de la que se pueda obtener un
modelo informático, mejorando la calidad y homogeneidad del resultado final del trabajo. La
nivelación por perfil se sustituye por una nivelación en continuo ya que la cota del terreno está
definida en todos los puntos de la superficie a nivelar.
Se debe tener en cuenta que la máxima distancia de trabajo entre la estación total y la máquina
es de 300 a 400 m. A partir de esta distancia la calidad puede verse mermada. Las condiciones
ambientales adversas como lluvia, niebla, polvo, etc., reducen también en gran medida el
alcance del sistema.
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Suelos estabilizados: Mejora y tratamiento de suelos
Por su parte, el sistema láser (fig. 34) es adecuado para atender una amplia variedad de
aplicaciones, como edificios y plataformas de construcción, aeropuertos, aparcamientos,
presas y canales. La condición básica para su aplicación es que se trate de una superficie
plana: puede tener pendiente en una o dos direcciones, pero deben ser constantes en el área
donde se prevé usar este control.
El equipo fijo consiste en un láser giratorio que define un plano virtual, dotado de nivelación
automática y ajustable en inclinación. En la motoniveladora se montan dos mástiles con
sensores móviles a ambos lados de la cuchilla, que indican al sistema de control de la máquina
si la hoja está cortando alto, bajo, o a cota, corrigiendo continuamente los errores.
Con el equipo láser se obtienen precisiones teóricas del plano de referencia de 2,5 mm a 50 m,
con un alcance efectivo de 350 m.
Con ambos sistemas, 3D y láser, la niebla y el polvo son un inconveniente, pero se puede
trabajar con ellos durante la noche.
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Maquinaria y equipos disponibles de puesta en obra
8. CURADO Y PROTECCIÓN
Cuando se ejecute una mejora de suelos en capas sucesivas, una vez estabilizada una capa
se puede extender rápidamente la capa subsiguiente, con un adecuado grado de humedad,
que evite la pérdida de agua en la capa ya estabilizada.
En las explanadas, una vez finalizado el proceso se debe mantener un periodo de curado, sin
tráfico, que variará de 3 a 7 días en función del tratamiento. Normalmente será suficiente un
riego ligero con agua que mantenga la superficie húmeda, acompañado de una pasada de
rodillo liso sin vibrar para sellar la superficie.
El riego con emulsión puede ir acompañado de la extensión de una arena limpia o una gravilla
con objeto de permitir el tráfico de obra sobre la superficie del material tratado. Esta operación
puede realizarse con gravilladoras autopropulsadas o acopladas a la caja del camión.
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Suelos estabilizados: Mejora y tratamiento de suelos
9. TRATAMIENTO EN CENTRAL
Aunque no es el procedimiento habitual, en alguna obra concreta puede resultar conveniente la
ejecución del tratamiento del suelo en central. En ese caso, los equipos necesarios para la
mezcla en central, el transporte del material al tajo y su colocación, son los mismos que los
empleados para las capas tratadas con cemento del firme:
Centrales de fabricación. Con las centrales de fabricación (fig. 36 y 37) empleadas para la
mezcla del suelo, el agua, el conglomerante y, eventualmente, aditivos, pueden alcanzarse en
general producciones elevadas (> 300 t/h). Suelen ser plantas de fácil montaje y desmontaje,
con pocas necesidades de cimentación y de transporte sencillo.
Figura 36: Planta de mezcla de 600 t/h con tres tolvas dosificadoras y tolva de regulación
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Maquinaria y equipos disponibles de puesta en obra
Figura 37: Planta móvil de 400 t/h, sin tolva de regulación, cargando un vehículo extravial
Tolvas para alimentación del suelo y sistemas de dosificación del mismo, ponderales
o volumétricos;
Cabina de control con sistemas informáticos que permiten controlar todo el proceso
de manera automática, continua y en tiempo real.
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Suelos estabilizados: Mejora y tratamiento de suelos
Para la alimentación del suelo a la planta y la formación y cuidado del acopio es necesario
disponer de palas cargadoras sobre ruedas de capacidad adecuada al rendimiento de la
misma.
Las centrales de fabricación deben situarse en zonas próximas a la obra cuya superficie sea
suficiente para la disposición del acopio de suelo y la maniobra de los elementos de carga y
transporte.
Figura 38: Transporte del material estabilizado en camiones basculantes y colocación con extendedoras en paralelo
Extendido. El extendido del material se puede realizar con motoniveladora o con extendedoras
similares a las empleadas para la colocación de mezclas bituminosas (fig. 38), aunque en este
caso deben estar preparadas para manejar espesores importantes.
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