Historia Contemporánea de España

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Historia contemporánea de España

La historia contemporánea de España es la


disciplina historiográfica y el periodo histórico de la
historia de España que corresponde a la Edad
Contemporánea en la Historia Universal. Sin
embargo, convencionalmente la historiografía
española suele considerar como hito inicial no a la
Revolución francesa, la Independencia de Estados
Unidos o la Revolución industrial inglesa, sino un
acontecimiento local decisivo: el inicio de la guerra
La promulgación de la Constitución de 1812, obra
de la Independencia de España (1808).1 de Salvador Viniegra (Museo de las Cortes de
Cádiz).

Índice
Introducción
Reinado de Carlos IV (1788-1808)
Guerra de Independencia (1808-1814)
Independencia hispanoamericana
Reinado de Fernando VII (1814-1833)
Sexenio absolutista (1814-1820)
Trienio Liberal (1820-1823)
Década ominosa (1823-1833)
Reinado de Isabel II (1833-1868)
Regencias (1833-1843)
Regencia de María Cristina (1833-
1840) y primera guerra carlista
El romanticismo español
Regencia de Espartero (1840-1843)
Mayoría de Isabel II (1843-1868)
Década moderada (1844-1854)
Bienio progresista (1854-1856)
Bienio moderado (1856-1858)
Gobiernos de la Unión Liberal
(1858-1863)
Crisis del moderantismo y fin del
reinado de Isabel II (1863-1868)
Sexenio democrático (1868-1874)
La Revolución de 1868
Gobierno provisional, Constitución y
Regencia de Serrano (1868-1871)
El movimiento obrero
Candidatos al trono vacante
Reinado de Amadeo I (1871-1873)
Primera República (1873-1874)
Dictadura de Serrano (1874)
Restauración borbónica (1875-1931)
Reinado de Alfonso XII (1875-1885) y
regencia de María Cristina (1885-1902)
Desequilibrios demográficos,
económicos, sociales y espaciales
Reinado de Alfonso XIII (1902-1931)
El período constitucional (1902-
1923)
Los inicios del reinado
Semana Trágica y reformas de
Canalejas
Primera Guerra Mundial y Crisis
de 1917
Crisis de la Restauración (1917-
1923)
Dictadura de Primo de Rivera (1923-
1930)
Dictablanda y crisis final de la
monarquía (1930-1931)
Segunda República (1931-1939)
Primer bienio, "social-azañista",
reformista o transformador
Segundo bienio, "radical-cedista" o
"negro"
El Frente Popular (de febrero a julio de
1936)
Guerra Civil
Dictadura de Franco (1939-1975)
Autarquía y nacionalcatolicismo (1939-
1959)
Desarrollismo y apertura (1959-1975)
La cultura española durante el
franquismo
Reinado de Juan Carlos I (1975-2014)
Transición Democrática (1975-1982)
Segundo gobierno de Carlos Arias
Navarro (1975-1976)
Gobiernos de Adolfo Suárez (1976-
1981)
Golpe del 23 F y gobierno de
Leopoldo Calvo-Sotelo (1981-1982)
Gobiernos de Felipe González (1982-
1996)
Las Legislaturas con mayoría (1982-
1993)
La Legislatura en minoría (1993-
1996)
Gobiernos de José María Aznar (1996-
2004)
Gobiernos de José Luis Rodríguez
Zapatero (2004-2011)
Primer gobierno de Mariano Rajoy
(2011-2015)
Reinado de Felipe VI (desde 2014)
Gobierno en funciones de Mariano Rajoy
(2015-2016)
Segundo gobierno de Mariano Rajoy
(2016-2018)
Gobierno de Pedro Sánchez (desde
2018)
La cultura española en la transición y la
democracia
Véase también
Referencias
Bibliografía
Enlaces externos
Notas

Introducción
En el reinado de Carlos IV (1788-1808) comenzó la Crisis del Antiguo Régimen al verse envuelta la
Monarquía española en las guerras de la República Francesa y del Imperio napoleónico. La crisis
desembocó en el motín de Aranjuez de marzo de 1808 que forzó la destitución del ministro Manuel
Godoy y la abdicación de Carlos IV en favor de su hijo Fernando VII y en las abdicaciones de Bayona
dos meses después por las que ambos cedieron sus derechos a la Corona a Napoleón Bonaparte y este a
su vez a su hermano José I. Todos estos hechos provocaron el inicio de la llamada mucho después guerra
de la Independencia (1808-1814) contra el ejército napoleónico que había empezado la invasión de
España en enero de ese año y que también fue una guerra civil pues hubo españoles, entre ellos buena
parte de los ilustrados, que apoyaron a la Monarquía de José I, mientras otros muchos no reconocieron
las abdicaciones de Bayona y se mantuvieron fieles al "rey cautivo" Fernando VII. Los líderes de estos
últimos fueron retrocediendo hacia el sur ante el avance de las tropas napoleónicas y acabaron refugiados
en Cádiz, donde las Cortes convocadas por la Junta Suprema proclamaron la "soberanía nacional" en
septiembre de 1810 y elaboraron la Constitución de 1812 (vitoreada como la Pepa) en la que quedaron
plasmados los principios de un Nuevo Régimen —la libertad individual, los derechos individuales, la
libertad económica— que sus partidarios, llamados liberales, querían construir en sustitución del Antiguo
Régimen —que había caracterizado la historia moderna de España— cuyo mantenimiento era defendido
por los absolutistas. Además la legislación de las Cortes de Cádiz configuró temas de gran trascendencia
en el desmontaje del Antiguo Régimen como la supresión de la Inquisición y la abolición de los señoríos.
Sin embargo, cuando Fernando VII volvió a España a principios de 1814 tras la victoria angloespañola en
la guerra de la Independencia que puso fin a la Monarquía de José I —quien tuvo que abandonar España
acompañado de los llamados despectivamente afrancesados que habían colaborado con él, dando lugar al
primer exilio político de la historia contemporánea española— abolió la Constitución de 1812 y toda la
obra revolucionaria de las Cortes de Cádiz, restaurando la Monarquía Absoluta y el Antiguo Régimen.
Entonces los liberales tuvieron que seguir el mismo camino que los afrancesados y marchar al exilio.
Comenzó así el largo proceso iniciado en Cádiz de la "Revolución española", como la llamaron los
liberales del siglo XIX, que no lograría consolidar el nuevo Estado liberal hasta 60 años después. Este
proceso de la revolución liberal —que fue precisamente en España donde recibió ese nombre— se
caracterizó por sus debilidades estructurales y por la lentitud e indecisión en sus transformaciones
económicas, sociales y políticas, hasta el punto de que su definición real, su condición excepcional u
homologable a otros casos europeos, su ritmo y su fecha de culminación es objeto de diferentes
interpretaciones.2

Durante el reinado efectivo de Fernando VII (1814-1833) se vivió la crisis definitiva de la Monarquía
Absoluta íntimamente relacionada con la pérdida del Imperio de América tras el triunfo de los
independentistas criollos en las guerras de independencia hispanoamericanas (1810-1825) y con los
sucesivos pronunciamientos liberales que pretendían reinstaurar la Constitución de Cádiz hasta que en
1820 el encabezado por Rafael del Riego dio paso al primer ensayo de monarquía constitucional en
España, que sólo duró tres años. Durante este Trienio Liberal los liberales se dividieron entre moderados
y liberales "exaltados" y se vivió una situación de nueva guerra civil a causa de los levantamientos de las
partidas realistas en defensa del "Trono y el Altar". En 1823 la intervención militar de los Cien Mil Hijos
de San Luis enviados por la Santa Alianza dio paso a la segunda restauración del absolutismo, que
provocó una segunda emigración liberal y dio lugar a la división de los absolutistas cuyo sector
"ultrabsolutista" promovió una rebelión en Cataluña (la "guerra de los Agraviados") por estar en contra
de las pequeñas reformas que había introducido Fernando VII presionado por las potencias de la Santa
Alianza, y que encontraron en el hermano del rey Carlos María Isidro a su principal valedor. Cuando en
1830 Fernando VII tuvo por fin descendencia, la futura Isabel II, no fue reconocida como sucesora al
trono por su condición de mujer por "don Carlos" , por lo que cuando murió Fernando VII en septiembre
de 1833 estalló una guerra civil entre los "carlistas", partidarios de Carlos, y los "isabelinos" o
"cristinos", partidarios de Isabel y de la regente María Cristina de Borbón, la esposa de Fernando VII que
había quedado a cargo del reino hasta la mayoría de edad de su hija.

El pleito sucesorio que desencadenó la primera guerra


carlista (1833-1840) derivó inmediatamente en un conflicto
político entre los liberales, partidarios de Isabel y defensores
del Nuevo Régimen, y los absolutistas, partidarios de don
Carlos y defensores del mantenimiento del Antiguo
Régimen. En el campo "isabelino" los liberales continuaron
divididos entre los moderados, defensores del principio de
soberanía compartida entre la Corona y las Cortes y que
aceptaron el régimen de carta otorgada del Estatuto Real
Caricatura sobre la relación del carlismo
promulgado por la regente María Cristina en 1834 —que
con el clero de la revista satírica La Flaca,
sólo reconocía el ejercicio de ciertos derechos por la mera de 1870, con el trilema carlista «Dios,
voluntad de la monarquía—, y los antiguos liberales Patria y Rey».
"exaltados", ahora llamados progresistas, que defendían el
principio de la "soberanía nacional" para lo que reclamaban
la reinstauración de la Constitución de 1812 aunque estaban dispuestos a alcanzar un consenso con los
liberales moderados para reformarla. Las revueltas progresistas del verano de 1835 obligaron a María
Cristina a nombrar presidente del gobierno al antiguo "exaltado" Juan Álvarez Mendizábal, y las del
verano siguiente a restablecer la Constitución de 1812, que sería reformada, dando nacimiento en
realidad a una nueva Constitución, la Constitución de 1837 basada en el sufragio restringido. Durante los
dos años que estuvieron en el poder los progresistas se llevó a cabo la Revolución liberal que acabó con
el Antiguo Régimen y puso las bases del Nuevo Régimen. El triunfo del ejército isabelino al mando del
general Baldomero Espartero en la guerra carlista —que se saldó con el abrazo de Vergara— hizo esos
cambios irreversibles.

En 1840 el conflicto que surgió entre el general Espartero, que gozaba de una enorme popularidad por su
triunfo en la guerra civil, y la regente María Cristina se saldó con la marcha de ésta al exilio y la asunción
de la regencia por el propio Espartero. Tres años después moderados y progresistas apoyaron el
pronunciamiento del general moderado Narváez que puso fin a la Regencia e Isabel II fue proclamada
mayor de edad aunque sólo tenía catorce años, iniciándose así su reinado efectivo (1844-1868). Durante
el mismo los moderados se hicieron con el poder y aprobaron la Constitución de 1845 basada en los
principios del liberalismo doctrinario que no reconocía la "soberanía nacional" por lo que fue rechazada
por los progresistas. Dada la vinculación de la Corona con el partido moderado los progresistas tuvieron
que recurrir al pronunciamiento militar para acceder al poder, lo que dio un especial protagonismo
político a los "espadones" (a los generales políticos). En 1854 triunfó el pronunciamiento encabezado por
el general Espartero, líder entonces de los liberales progresistas, y el general Leopoldo O'Donnell, que
dio paso al bienio progresista y que terminó en 1856 con la vuelta al poder de los moderados
encabezados por el general Narváez. Tras un período de relativa estabilidad gracias a los gobiernos de
Unión Liberal del general O'Donnell (1858-1863), cuando la Corona volvió a vincularse a los
moderados, los progresistas, esta vez encabezados por el general Juan Prim tras la retirada de la vida
política de Espartero, volvieron a los pronunciamientos como forma de alcanzar el poder. Finalmente el
de septiembre de 1868 (denominado "La Gloriosa Revolución", y en el que también participaron el
Partido Demócrata y la Unión Liberal encabezada por el general Serrano tras el fallecimiento del general
O'Donnell) puso fin a la propia Monarquía de Isabel II quien tuvo que marchar al exilio —la reina
destronada moriría en París en 1902—.

Lo que oponía a moderados y progresistas, lo que quedó reflejado en las respectivas constituciones de
1837 y de 1845, era el tratamiento de temas como el equilibrio de poderes entre Rey y Parlamento, la
libertad de prensa, el juicio por jurado, la función de los ayuntamientos, la extensión del derecho de
sufragio, o el orden público (confiado a instituciones revolucionarias como la Milicia Nacional, como
defendían los progresistas, o a un cuerpo profesional, la Guardia Civil creada por los moderados).3

Durante el reinado de Isabel II se impuso la nueva sociedad burguesa gracias a la nueva clase de
propietarios beneficiados por las sucesivas desamortizaciones (la de Mendizábal, 1836 y la Madoz,
1855), aliada a la antigua nobleza que consiguió la plena propiedad de las tierras de sus señoríos, al
proceso industrializador que se inició tímidamente, y a la relativa expansión agraria surgida de la reforma
agraria liberal (uno de cuyos hitos fue la abolición en 1836 de los privilegios ganaderos de la Mesta) y
que permitió alimentar a una creciente población e incluso exportar excedentes. También contribuyó a los
cambios sociales y económicos la apertura a las inversiones extranjeras en minas y ferrocarriles, de
costoso trazado, pero que integrarían espacialmente el mercado nacional, mientras que los intereses de la
burguesía textil catalana se orientaron a la reserva para su producción del débil y desarticulado mercado
interno y los restos del mercado colonial de Cuba y Puerto Rico. Así surgió el enfrentamiento entre el
proteccionismo y el librecambismo en el comercio exterior,4 a través del que se fue forjando un cierto
nacionalismo económico que a veces es calificado de mentalidad autárquica;5 y en términos fiscales
entre los impuestos directos (contribuciones, que gravan según la propiedad) y los indirectos (consumos,
que afectan a todos). La expresión ideológica de la combinación de esos intereses económicos con las
redes clientelares y otros factores de alineamiento político fueron las ramas progresista y moderada del
liberalismo español.

Tras el convulso periodo del Sexenio Democrático (1868-1874), en que se experimentaron sucesivamente
dos soluciones políticas democráticas, la monarquía de Amadeo I y la Primera República Española
(primero federal y luego unitaria bajo la dictadura de Serrano, se impuso el proyecto de Antonio Cánovas
del Castillo de la Restauración (1875-1923), en el que se produciría el "turno" pacífico en el gobierno
entre el Partido Conservador encabezado por el propio Cánovas y el Partido Liberal de Práxedes Mateo
Sagasta, gracias a la manipulación de los resultados electorales mediante el caciquismo y el pucherazo si
fuera necesario que dejaría a los partidos no dinásticos (republicanos, socialistas, nacionalistas catalanes
y vascos) fuera de cualquier posibilidad de acceder al gobierno, y ello incluso después de aprobarse el
sufragio universal (masculino) en 1890. Este bloqueo institucional provocó, entre otras razones, la
conformación a finales del siglo XIX de un proyecto nacionalista alternativo en Cataluña con las Bases
de Manresa aprobadas en 1892.6 Por esas mismas fechas en el País Vasco surgió un nacionalismo (el
PNV de Sabino Arana) de muy distinto origen al catalán, pues se articuló a partir del fracaso del carlismo
como expresión de la reacción tradicionalista y ultracatólica a la industrialización y sus consecuencias
sociales, como la inmigración y la destrucción de la sociedad tradicional.7

Las masas populares, sometidas a grandes desequilibrios sociales y espaciales, sufrieron un desigual
proceso de proletarización acompañado por las primeras manifestaciones del movimiento obrero español;
aunque como factores de movilización fueron muy eficaces cuestiones no estrictamente laborales
(revueltas por la carestía de los alimentos —motín de subsistencias—, o antifiscales —motín de
consumos—), o claramente ideológicas, como el anticlericalismo, por el alineamiento de la Iglesia
Católica con el poder, y el antimilitarismo (ante las injusticias del sistema de reclutamiento).

El desastre de 1898 llevó a la pérdida de la práctica totalidad de las pocas colonias ultramarinas que
permanecían bajo soberanía española: Cuba, Puerto Rico, Filipinas además de algunas islas del pacífíco
como las Marianas o Palaos. No obstante, la repatriación de capitales y una notable sacudida ideológica y
social en forma de reacción regeneracionista permitió que España entrara en el siglo XX en un periodo de
notable vitalidad: la denominada edad de plata de las ciencias y las letras españolas.8

La neutralidad de España en la Primera Guerra Mundial


permitió un desarrollo acelerado pero con fuertes
desequilibrios económicos, políticos y sociales, que
estallaron en la crisis de 1917. El sistema de la Restauración
no pudo recuperarse del escándalo posterior al desastre de
Annual de 1920, y se produjo un golpe de estado que
instauró la Dictadura de Miguel Primo de Rivera (1923-
1930), que intentó llevar a cabo un corporativismo con
ciertas características similares al fascismo italiano, pero que
no se prolongó en el tiempo. La oposición republicana,
Escena de la batalla de Guadalajara
coordinada en el Pacto de San Sebastián, se impuso en las (marzo de 1937), uno de los episodios de
grandes ciudades en las elecciones municipales de 1931, en la Guerra Civil Española.
medio de una movilización popular que obligó al rey a
exiliarse y llevó a la proclamación de la Segunda República
Española.9
Los republicanos de izquierda de Manuel Azaña aliados a los socialistas (PSOE y UGT) iniciaron un
proceso de transformación en todos los ámbitos durante el primer bienio (1931-1933), que fue frenado
por los gobiernos radical-cedistas del segundo bienio (noviembre de 1933-febrero de 1936), enfrentados
a la oposición violenta de partidos y sindicatos obreros y nacionalistas catalanes en la revolución de
octubre de 1934. Las elecciones de febrero de 1936 dieron el triunfo al Frente Popular, tras lo que las
fuerzas conservadoras optaron por la solución militar. La resistencia popular a la sublevación del 18 de
julio de 1936 dividió físicamente a España en dos, iniciándose la guerra civil española (1936-1939).10

Contrariamente a la división interna del bando republicano, donde la polémica entre "ganar la guerra
para hacer la revolución" o "hacer la revolución para ganar la guerra" impidió una coordinación efectiva
entre sus múltiples y opuestos componentes;11 la victoria del bando que se denominó a sí mismo
nacional se debió tanto a la rígida integración bajo el mando militar de sus diversas familias en el
Movimiento Nacional como a la mayor eficacia de la ayuda internacional de la Alemania nazi y la Italia
fascista ante la inoperancia de la política de no intervención de las democracias. La República se vio
forzada a depender de la relativamente menor ayuda aportada por la Unión Soviética y las Brigadas
Internacionales, lo que tuvo también el efecto de convertir al pequeño Partido Comunista de España en
una de las fuerzas más influyentes.12

El final de la guerra supuso el asentamiento de un régimen dictatorial marcadamente personalista y con


características calificadas en mayor o menor grado de fascistas por la historiografía,13 que perpetuó a
Francisco Franco en el poder hasta su muerte en 1975. En sus primeras décadas, el franquismo optó por
la autarquía económica, el totalitarismo y el nacionalcatolicismo, logrando sobrevivir a la derrota de sus
aliados, las potencias del Eje en la Segunda Guerra Mundial, y al aislamiento internacional posterior;
pero en las últimas, especialmente desde el plan de Estabilización de 1959 y la alianza con Estados
Unidos (Pactos de Madrid de 1953), se llevó a cabo una exigua apertura política (que no pasó de un
relajamiento en la represión, sin admitir ningún tipo de expresión de oposición al franquismo) y una
liberalización económica que produjeron un fuerte desarrollo económico y una significativa
modernización social.14

La transición a la democracia se produjo no sin tensiones,


pero de forma pacífica, en contraste con la violencia
tradicional de las transformaciones políticas españolas;
produciéndose la alternancia en el gobierno de partidos de
orientación moderada hacia la derecha o hacia la izquierda:
Adolfo Suárez (1976-1981) y Leopoldo Calvo Sotelo (1981-
1982) —UCD—, Felipe González (1982-1996) y José Luis
Rodríguez Zapatero (2004-2011) —PSOE— y José María
Aznar (1996-2004) y Mariano Rajoy (2011-2018) —PP— en
una monarquía parlamentaria en la que el presidente del
gobierno se convirtió en la figura clave, quedando la del rey
(Juan Carlos I durante todo el periodo) reducida a un papel El cuarto y el primer presidentes del
institucional similar al de las monarquías europeas Gobierno, Adolfo Suárez y José María
Aznar (arriba de la imagen) junto al
contemporáneas, excepto en un momento clave, como fue el
presidente de la Generalitat de Cataluña,
23-F.15 Especialmente desde 1986, con la integración en la Jordi Pujol y el entonces príncipe de
CEE, España ha experimentado un notable proceso de Asturias, Felipe de Borbón (noviembre de
convergencia económica, política y social con los países de 1995).
Europa Occidental; al tiempo que se incrementaba la
presencia internacional de empresas e instituciones
españolas en todo el mundo, especialmente en América Latina. La población española culminó el
proceso de transición demográfica hasta convertirse en una de las de menor natalidad y mayor esperanza
de vida del mundo; al tiempo que desde los últimos años del siglo XX recibía una fuerte inmigración.16

Para muchos historiadores y especialistas el Siglo XXI


comienza el 11 de septiembre de 2001 con el ataque
terrorista de Al-Qaeda contra los Estados Unidos en el que
fueron asesinadas unas 3000 personas, fue el inicio de una
nueva era que cambió al mundo y también a España, que
vivirá, desde entonces, muy pocos periodos de tranquilidad.
Incluso durante los ocho primeros años de bonanza
económica sin igual, los españoles sufren una brutal
ofensiva etarra que acabó con la vida de 38 persona en dos
años (2000-2001), la mayor catástrofe ecológica de su
Velas en homenaje a las víctimas de los
historia —hundimiento del Prestige— (2002), el peor ataque
atentados del 11 de marzo de 2004 en la
terrorista de la historia de Europa —11 de marzo de 2004 estación de Atocha de Madrid.
(11-M)— y el accidente aéreo con mayor número de
víctimas (154 personas) en suelo europeo desde 1988 —
vuelo de Spanair— en un año 2008 en el cual se inició una
grave crisis económica, financiera e inmobiliaria en España
que abrió un periodo de incertidumbre social que acabó
derivando en una situación política inédita desde 1977. La
recesión económica lleva a un aumento del desempleo sin
precedentes —llegando a los 6 millones de parados en 2013
—. En ese contexto se impone el PP de Mariano Rajoy por
Los expresidentes del Gobierno, José
mayoría absoluta en las elecciones del 20 de noviembre de María Aznar, Mariano Rajoy, Felipe
2011. Dicho año pasará a la historia como el del final de «la González y José Luis Rodríguez Zapatero
lucha armada» de la banda terrorista ETA. El gobierno con el Rey emérito Juan Carlos I en junio
popular aprobó de inmediato medidas para recortar el gasto de 2015.
público, en medio de una crisis de las entidades financieras
de grandes proporciones y de los desahucios de muchas
familias que no pueden pagar las hipotecas constituidas en el
periodo de bonanza económica. A partir de 2012 empiezan a
aparecer una serie de casos de corrupción de los partidos
políticos —en especial el caso Bárcenas— que allanan el
aparecimiento de dos nuevas fuerzas políticas a nivel
nacional: por la izquierda Podemos y por el centro
Ciudadanos. En las elecciones europeas de 2014 y en las
autónomicas y municipales del año siguiente ya se vivió su
auge electoral, y las elecciones generales de 2015 suponen la
eliminación del bipartidismo de PSOE y PP presente desde
1982, situación que se mantuvo en las primeras elecciones Concentración independentista en la plaza
repetidas en 2016 que tuvieron lugar al no llegar a ningún de Sant Jaume el día que se declaró la
acuerdo para investir a un presidente del Gobierno. Al filo independencia unilateral de Cataluña (27
de octubre de 2017).
de las terceras elecciones, y tras más de 300 días de
gobierno en funciones, el PSOE concede con fuertes
discrepancias internas, la abstención para que el PP de Rajoy, ahora en minoría en el Congreso, continúe
en el poder, en el marco de una crisis económica atenuada, al disminuir el paro y estar en positivo el
crecimiento económico, pero lastrada por un déficit aún mayor y una deuda pública aumentando. El año
2017 tuvo como principal protagonista a Cataluña: en los días 17 y 18 de agosto sufrió el terror del
Estado Islámico en dos atentados terroristas (que dejó un saldo de 16 personas asesinadas) en Barcelona
y Cambrils y el 1 de octubre, el recrudecimiento del independentismo catalán llegó a su punto álgido al
celebrar un referéndum de autodeterminación que fue ilegalizado por el gobierno de la nación. El día 27
de octubre, el Parlament declaró de forma unilateral la independencia lo que provocó que por primera
vez el Senado aprobara aplicar el artículo 155 de la Constitución para intervenir la autonomía de
Cataluña. Los miembros del Govern se refugiaron en Bélgica o ingresaron en prisión provisional por el
delito de rebelión. El 1 de junio de 2018, el socialista Pedro Sánchez se convertía en el séptimo
presidente del Gobierno en la etapa democrática tras vencer en una moción de censura a Rajoy.

Reinado de Carlos IV (1788-1808)


El estallido de la Revolución francesa (1789) alteró el equilibrio
internacional europeo, poniendo a España en una de las fronteras
del foco revolucionario. Las medidas destinadas a evitar el
contagio fueron eficaces, pues más allá de aislados grupos de
simpatizantes (conspiración de Picornell, 1795),17 el consenso
social en España fue contrarrevolucionario, activamente
impulsado por el clero y controlado por la Inquisición, que actuó
de cordón sanitario.18 En cambio, fracasó el intento de la
Primera Coalición de acabar militarmente con la Francia
revolucionaria (que en la frontera hispano-francesa se concretó en La familia de Carlos IV, por Goya
la guerra de los Pirineos o del Rosellón, 1793-1795). Tras la (1800). En el centro, Carlos IV y la
reconducción del proceso interno francés (reacción reina María Luisa de Parma
thermidoriana, 1794) hacia el poder personal de Napoleón flanquean al infante Francisco de
(1799), las prioridades españolas cambiaron, y se optó por Paula de Borbón (cuya partida de
Palacio provocará el levantamiento
renovar la tradicional alianza franco-española (Pactos de
del 2 de mayo de 1808, al grito de
Familia) a pesar de que no fuera ya un rey Borbón sino políticos «¡Que nos lo llevan!»). A la
plebeyos, o un autocoronado emperador Bonaparte, quienes izquierda, justo delante del pintor,
ocuparan el poder o se sentaran en el trono de París, y de que aparece el primogénito, futuro
tales advenedizos mantuvieran la legitimidad revolucionaria que Fernando VII, y Carlos María Isidro
había llevado a la guillotina a Luis XVI, primo del rey de España. de Borbón el futuro pretendiente
carlista.
Desde 1792, el validazgo de Manuel Godoy, un ambicioso militar
de oscuro origen protegido por la reina, ennoblecido con el título
de príncipe de la Paz (por la Paz de Basilea, 1795), desplazó del
poder a la élite aristocrática ilustrada que venía gobernando el
país desde el reinado de Carlos III (Floridablanca, Aranda,
Jovellanos), en algunos casos llevándoles literalmente al destierro
o a la cárcel. El limitado éxito de la guerra de las naranjas contra
Portugal (1801) consiguió un mínimo reajuste fronterizo
(Olivenza); pero mucho más decisivas fueron las graves
consecuencias de la batalla de Trafalgar (21 de octubre de 1805), Manuel Godoy, duque de Alcudia y
donde se perdió la mejor parte de la Marina española. A pesar de Príncipe de la Paz, por Goya (1801).

la derrota, la vinculación de la posición de Godoy a la


subordinación al emperador (que había conseguido victorias
decisivas en las campañas terrestres en Europa central) llevó a la firma del Tratado de Fontainebleau de
1807, que preveía la invasión conjunta de Portugal (punto débil en el bloqueo continental contra
Inglaterra) y que de hecho sirvió para que varios cuerpos de ejército francés ocuparan zonas estratégicas
de España.

¿A quién se ofende y se daña?


A España

¿Quién prevalece en la guerra?

Inglaterra

¿Y quién saca la ganancia?

Francia

Tonadilla popular19

La profunda crisis económica del cambio de siglo mostró de forma dramática la debilidad estructural del
Antiguo Régimen en España, ante la que la crisis fiscal de la Monarquía (Francisco Cabarrús, Banco de
San Carlos), y la crisis comercial y financiera provocada por las guerras, sólo eran un aspecto coyuntural.
De causas mucho más profundas era el agotamiento del ciclo demográfico alcista del siglo XVIII, no
acompañado por reformas agrarias que permitieran un aumento significativo de la producción (el Informe
de Jovellanos en el interminable Expediente de la Ley Agraria (1795),20 como el resto de proyectos
ilustrados desde el Catastro de Ensenada (1749), no se llegó a materializar por la oposición de los
poderosos grupos privilegiados a los que afectaba; las únicas excepciones habían sido el recorte de los
privilegios de la Mesta por Campomanes entre 1779 y 178221 y las tímidas políticas liberalizadoras del
mercado de granos —moderada tras el motín de Esquilache de 1766— o del comercio con América
(1765 y 1778)) lo que condujo a crisis de subsistencias, al hambre y al aumento del descontento social.
22

La importancia científica y estratégica que habían alcanzado las expediciones españolas (expedición de la
vacuna, 1803) y la prometedora situación de la ciencia y la tecnología españolas, que había alcanzado
una posición sólo algo más retrasada que la de los países europeos más avanzados; se deterioraron
dramáticamente ante la incapacidad del Estado de seguir sosteniendo unos esfuerzos que el atraso de la
estructura socioeconómica no estaba en condiciones de suplir por una iniciativa privada
incomparablemente más débil que la que en la Inglaterra de la época estaba protagonizando la revolución
industrial. La persecución o el desprecio a los que fueron sometidos algunos de los principales
impulsores de la modernización científico-tecnológica española (Alejandro Malaspina, Agustín de
Betancourt) terminó beneficiando a otras naciones (como ocurrió con la más prometedora de todas las
empresas: las investigaciones americanas de Alexander von Humboldt, iniciadas bajo patrocinio
español).

La impopularidad cada vez mayor de Godoy llevó a la formación de un partido fernandino dentro de la
Corte, que preparó el motín de Aranjuez, un golpe de Estado que logró deponer al valido y la abdicación
del rey Carlos IV en su hijo mayor Fernando VII, quien, a pesar de ello, no consiguió asentarse en el
trono a causa de la intervención de Napoleón, que consiguió llevar a toda la familia real a reunirse con él
en Francia, virtualmente como prisioneros.
Guerra de Independencia (1808-1814)
El escandaloso comportamiento de la corte, la
familia real y los altos funcionarios de la
burocracia y el ejército ante la ocupación militar
francesa y las maniobras políticas de Napoleón
condujeron a un estallido social cuya expresión
documental quedó fijada en el Bando de los
alcaldes de Móstoles posterior al levantamiento
del 2 de mayo de 1808 en Madrid. La rápida
difusión del documento se hizo simultáneamente
a la creación de Juntas locales que, de forma más
o menos explícita, se arrogaban una
representación soberana en nombre de un rey
cautivo (Fernando VII el Deseado); lo que
Los fusilamientos del 3 de mayo, de Goya.
condujo a formas políticas cada vez más
revolucionarias: primero una Junta Suprema
Central (25 de septiembre de 1808), dominada por figuras ilustradas (Floridablanca y Jovellanos), y
luego un Consejo de Regencia que convocó las Cortes de Cádiz (24 de septiembre de 1810), donde el
grupo político de los liberales (denominación autóctona que se terminó extendiendo al vocabulario
político internacional23 24 —Diego Muñoz Torrero, Agustín Arguelles, el conde de Toreno—) consiguió
imponerse al de los absolutistas (Bernardo Mozo de Rosales, Pedro de Quevedo y Quintano —obispo de
Orense e inquisidor general—)25 en la redacción de la Constitución de 1812 (19 de marzo, por lo que fue
llamada la Pepa) y en una legislación que desmontaba las bases económicas, sociales y jurídicas del
Antiguo Régimen (bienes eclesiásticos, mayorazgos, señoríos, Inquisición, etc.)

Paralelamente, buena parte de la élite social e intelectual, por convicción o por comodidad, pasó a
colaborar con las autoridades impuestas por Napoleón, recibiendo el nombre de afrancesados (Mariano
Luis de Urquijo, Cabarrús, Meléndez Valdés, Juan Antonio Llorente, Leandro Fernández de Moratín y un
larguísimo etcétera, en el que se incluyó el propio Goya). José I de España (José Bonaparte o Pepe
Botella), hermano de Napoleón, que ya había sido designado por este como rey de Nápoles, fue llamado
a ocupar el trono vacante de España. El hecho de que fuera el primer rey que gobernó teóricamente bajo
una constitución o carta otorgada (el Estatuto de Bayona de 8 de julio de 1808) le convierte en el primer
rey constitucional de una España constituida en Estado liberal según los criterios del Nuevo Régimen, en
este caso impuestos por los ocupantes cuatro años antes de que los diputados gaditanos consiguieran
construir de forma autónoma el concepto de soberanía nacional.

Las campañas militares se sucedieron con espectaculares alternativas. A un inicial éxito del ejército
español dirigido por el general Castaños, que consiguió derrotar y capturar en la batalla de Bailén (19 de
julio de 1808) a un cuerpo de ejército francés, en lo que constituyó la primera gran derrota terrestre de las
guerras napoleónicas, respondió el propio Emperador con su presencia física en la Península, y una
masiva ocupación del territorio que dejó únicamente unos pocos enclaves asediados, entre ellos, el propio
Cádiz, protegido por la flota inglesa con base en Gibraltar.

Los sitios de Zaragoza y de Gerona mostraron una resistencia épica. La resistencia popular en forma de
guerrillas (el Empecinado, Espoz y Mina y el cura Merino) y el avance de tropas regulares españolas,
inglesas y portuguesas comandadas por el duque de Wellington terminaron por hacer retroceder al
ejército francés (batalla de los Arapiles, 22 de julio de 1812 y batalla de Vitoria, 21 de junio de 1813).
Las consecuencias de la guerra en términos de muerte, hambre y destrucción de equipamiento y de la
infraestructura científica española (resultado de la violencia, y en algunos casos de la premeditación, de
ambas partes) fueron inmensas. La salida al exilio de los afrancesados abre el ciclo de exilios políticos
españoles que se renovará sucesivamente con cada cambio de régimen hasta 1977.26

Defensa del Parque de José La rendición de Bailén, Agustina de Aragón


Artillería de Monteleón, Bonapart por José Casado del durante los sitios de
por Sorolla, pintura de e, rey de Alisal, pintura de Zaragoza, en uno de los
historia sobre un España, historia sobre la batalla grabados de la serie Los
episodio del por de Bailén de 1808, con desastres de la guerra,
levantamiento del 2 de Gérard. una composición de Goya.
mayo de 1808 en basada en La rendición
Madrid. de Breda, de
Velázquez.

Independencia hispanoamericana
Véase también: Edad contemporánea#Independencia Hispanoamericana
En los territorios españoles de América, las noticias de 1808
causaron una movilización social semejante sólo en parte a la que
ocurrió en la Península. El vacío de poder fue también cubierto
con Juntas locales, que también fueron derivando en posturas
cada vez más revolucionarias. En su caso, caracterizadas por el
independentismo cada vez más obvio del grupo social de los La batalla de Ayacucho, 9 de
criollos, que culminó en declaraciones de independencia. La diciembre de 1824, puso fin a las
guerras de independencia en
acogida a los diputados americanos en las Cortes de Cádiz, que
Sudamérica.
concibió la nación española definida en la Constitución como la
reunión de los españoles de ambos hemisferios,27 no representó
una oferta lo suficientemente atractiva como para impedir que los movimientos independentistas,
apoyados por Inglaterra, siguieran el ejemplo de las anteriores emancipaciones de Estados Unidos y
Haití, negándose a ningún tipo de solución intermedia que no fuera la independencia absoluta. La
imposición militar de la autoridad española sobre los núcleos independentistas no consiguió ser los
suficientemente sólida, especialmente tras el pronunciamiento de Rafael del Riego en Cabezas de San
Juan (enero de 1820), que desvió hacia el conflicto interno peninsular las tropas previstas para ser
embarcadas hacia América. Las campañas de Simón Bolívar desde Venezuela y José de San Martín desde
Argentina acorralaron en los Andes centrales a las últimas tropas españolas, que fueron derrotadas
definitivamente en la batalla de Ayacucho (9 de diciembre de 1824). La independencia de México y
América Central se produjo de forma autónoma y relativamente pacífica, estableciéndose el mandato
personal, con título de Emperador, de Agustín de Iturbide. Sólo Cuba y Puerto Rico, además de Filipinas,
quedaron sujetas a la metrópoli, situación que duraría hasta 1898.
Reinado de Fernando VII (1814-1833)

Sexenio absolutista (1814-1820)


La liberación de Fernando VII por Napoleón (Tratado de
Valençay, 11 de diciembre de 1813) significó la no continuación
de las hostilidades por parte de España, lo que de cara al futuro
significó la pérdida de todo apoyo británico. En el interior, los
absolutistas (o serviles, como eran denominados por los liberales)
se configuraron ideológicamente en torno a un documento: el
Manifiesto de los Persas, que solicitaba al rey la restauración de
la situación institucional y sociopolítica anterior a 1808. Incluso
se escenificó una espontánea recepción del rey por el pueblo, que
desenganchó los caballos de su carruaje para tirar de él por ellos
mismos, al grito de ¡Vivan las cadenas!. Receptivo de esas ideas,
Fernando se negó a reconocer ninguna validez a la Constitución o
a la legislación gaditana, y ejerció el poder sin ningún tipo de
límites. Comenzó una activa persecución política, tanto de los Retrato de Fernando VII
liberales (por muy fernandinos que fueran) como de los
afrancesados.

Tampoco los militares se libraron de la purga, consciente el rey de que no podía fiarse de la mayor parte
de un ejército que ya no era la institución estamental del Antiguo Régimen, sino formado en su mayor
parte por jóvenes promocionados por méritos de guerra, hijos segundones que en otras circunstancias se
hubieran convertido en clérigos, o incluso antiguos clérigos que habían colgado sus hábitos, o
guerrilleros de cualquier origen social. Muchos de los que no salieron al exilio fueron encarcelados,
desterrados o perdieron sus cargos (como el Empecinado). Más fiabilidad para el control social se
esperaba de una institución restablecida: la Inquisición.

La única posibilidad de retomar el proceso revolucionario liberal era el pronunciamiento militar, que se
intentó repetidamente, siempre sin éxito, lo que condujo a nuevos exilios (Espoz y Mina). Juan Díaz
Porlier, Joaquín Vidal o Luis Lacy y Gautier mueren en acción, o son detenidos y fusilados.

Los restaurados privilegios de nobleza y clero agravaron la quiebra del sistema fiscal, convertida en
crónica por los intereses de la deuda y en imposible de equilibrar por la pérdida de las rentas americanas.
Presionado por Estados Unidos, el rey obtiene algunos recursos financieros por la venta de las Floridas;
que se emplean en la compra al zar ruso Alejandro I de una flota de barcos que debería transportar un
ejército a América. Los retrasos resultantes del mal estado de esos barcos (algunos no estaban en
condiciones de volver a navegar) estuvieron entre las causas de que la acumulación de tropas
acantonadas en torno a Cádiz se volviera cada vez un elemento políticamente más peligroso.

Trienio Liberal (1820-1823)


El ejército expedicionario no partió a sofocar la revolución americana, sino que el 1 de enero de 1820 se
convirtió él mismo en un ejército revolucionario, en nombre de la Constitución y bajo las órdenes del
coronel Riego. Tras un accidentado periplo, se logró que las noticias de la rebelión convocaran la
adhesión de las ciudades organizadas de nuevo en Juntas; mientras que el rey queda reducido a la
inacción por falta de militares dispuestos a apoyarle. Finalmente jura la Constitución de Cádiz con la
famosa frase «Marchemos francamente, y yo el primero, por la
senda constitucional». La evidencia de la insinceridad de tal
juramento quedó reflejada en la letra del Trágala, una canción
satírica convertida en himno liberal.

Durante el Trienio las Sociedades Patrióticas y la prensa


procuraron la extensión de los conceptos liberales; mientras que
las Cortes, elegidas por el sistema de sufragio universal indirecto,
repusieron la legislación gaditana (abolición de señoríos y
mayorazgos, desamortización, cierre de conventos, supresión de
la mitad del diezmo), y ejercieron el papel clave que les daba la
Constitución de 1812 en nombre de la soberanía nacional, sin
tener en cuenta la voluntad de un rey del que no podían esperar
ninguna colaboración institucional. La división política en el Rafael del Riego
espacio institucional se estableció entre los doceañistas o
liberales moderados, partidarios de la continuidad de la
Constitución vigente, incluso si eso significaba mantener un equilibrio de poderes con el rey); y los
veinteañistas o liberales exaltados, partidarios de redactar una nueva constitución que acentuara todavía
más el predominio del legislativo, y de llevar las reformas a su máximo grado de transformación
revolucionaria (algunos de ellos, minoritarios, eran declaradamente republicanos). Los gobiernos
iniciales fueron formados por los moderados (Evaristo Pérez de Castro, Eusebio Bardají Azara, José
Gabriel de Silva y Bazán —marqués de Santa Cruz—, y Francisco Martínez de la Rosa). Tras las
segundas elecciones, que tuvieron lugar en marzo de 1822, las nuevas Cortes, presididas por Riego,
estaban claramente dominadas por los exaltados. En julio de ese mismo año, se produce una maniobra
del rey para reconducir la situación política a su favor, utilizando el descontento de un cuerpo militar afín
(sublevación de la Guardia Real), que es neutralizado por la Milicia Nacional en un enfrentamiento en la
Plaza Mayor de Madrid (7 de julio). Se forma entonces un gobierno exaltado encabezado por Evaristo
Fernández de San Miguel (6 de agosto).

La brevedad del periodo hizo que la mayor parte de la legislación del trienio no se llegara a hacer
efectiva (la ley de venta de realengos y baldíos para los campesinos, el nuevo sistema fiscal proporcional,
etc.) Únicamente cuestiones como la articulación del mercado nacional, eliminando las aduanas
interiores y estableciendo un fuerte proteccionismo agrario, tuvieron alguna continuidad. También la
nueva división provincial, que no obstante no se hizo efectiva hasta 1833.

La influencia de los acontecimientos de España fue trascendente en Europa, especialmente en Portugal e


Italia (donde se desencadenan revoluciones similares, basadas en el modelo conspirativo de sociedades
secretas y el protagonismo de jóvenes militares, que incluso toman el texto de la Constitución de Cádiz
como modelo), de modo que la historiografía denomina al conjunto del proceso como revolución de
1820.

La reacción absolutista en el interior se manifestó en la decidida resistencia de buena parte del clero
(especialmente del alto clero y del clero regular); apoyaron partidas de campesinos desposeídos de tierra
y promovieron conspiraciones, con el obvio apoyo del rey (la denominada Regencia de Urgel). No
obstante, la fuerza decisiva vino del exterior: la legitimista y reaccionaria Europa de la Restauración o
del Congreso de Viena, firme partidaria del intervencionismo, no podía consentir el contagio
revolucionario. Las potencias de la Santa Alianza, reunidas en el Congreso de Verona (22 de noviembre
de 1822) encomendaron a a un ejército francés (que recibió la denominación de los Cien Mil Hijos de
San Luis) el restablecimiento del poder absoluto del rey legítimo.

Década ominosa (1823-1833)


La vuelta del absolutismo trajo consigo la vuelta a la represión
política de los liberales. Se creó la policía política, se ahorcó a
Rafael de Riego y otra nueva oleada de exiliados salió del país.
Los militares liberales volvieron a recurrir a las sociedades
secretas, las conspiraciones y los pronunciamientos, que de nuevo
se saldaron con fracasos y ejecuciones (El Empecinado, Torrijos,
Mariana Pineda, etc.) Las delaciones requeridas por la policía
dieron lugar a personajes sórdidos, como la madrileña Tía
Fusilamiento de Torrijos y sus
Cotilla. compañeros en las playas de
Málaga, óleo de Antonio Gisbert.
No obstante, a pesar de la denominación historiográfica (fruto de Museo del Prado.
las vivencias de los afectados), la intensidad represiva de la
ominosa fue menor que durante el sexenio absolutista; e incluso
la relajación de la represión se hizo patente a medida que se acercaba el final del periodo, cuando la
evidencia de que no habría un sucesor varón (incluso cuando tras tres matrimonios estériles el rey
consiguió tener descendencia, fue una hija, Isabel, nacida en 1830) hizo que buena parte de la corte, en
torno a la reina María Cristina y los aristócratas menos reaccionarios, presionaran al rey, cada vez más
débil, para que derogara la Ley Sálica que impedía la sucesión femenina. Los elementos más absolutistas
de nobleza y clero se agruparon en torno al hermano del rey, Carlos María Isidro, que de quedar en vigor
la Ley Sálica sería el heredero del trono. Los cristinos vieron en el acercamiento a los elementos más
moderados de entre los liberales la jugada más plausible, y se los fueron atrayendo con medidas como la
amnistía de 1832-1833, que permitió que muchos volvieran del exilio. Entre tanto, los carlistas fueron
valorando la salida insurreccional (Guerra de los Agraviados o Malcontents) preludiada por la actividad,
en zonas rurales especialmente propicias, de grupos como Los Apostólicos.28

La camarilla absolutista (el grupo cercano a la cámara real, que se vio sometido a un mecanismo de
selección inversa29 ) se vio incapaz de solucionar la apremiante situación hacendística, sobre todo en ese
momento, al haber perdido los ingresos de las colonias. No había más remedio que recurrir a políticos
ilustrados. De la actividad técnica de éstos surgieron la ley de minas, los aranceles proteccionistas para la
industria, la promulgación del Código de comercio (1829) o la división provincial de Javier de Burgos
(1833). Las tímidas transformaciones económicas estaban en la práctica abriendo la puerta al liberalismo.
Tampoco los absolutistas podían contar con el apoyo exterior: la revolución de 1830 había establecido en
Francia una monarquía burguesa (la de Luis Felipe).

Reinado de Isabel II (1833-1868)

Regencias (1833-1843)

Regencia de María Cristina (1833-1840) y primera guerra carlista


El 29 de septiembre de 1833, la hija de Fernando VII, Isabel II,
heredaba la corona sin haber cumplido los tres años, bajo la
regencia a su madre María Cristina. La negativa a aceptar la
sucesión por parte de los carlistas inició una verdadera guerra
civil en la que los dos bandos dibujaban una fractura ideológica y
social: en un bando, los partidarios del Antiguo Régimen, que a
grandes rasgos eran la mayor parte del clero, y buena parte de la
baja nobleza y de los campesinos de la mitad norte de España; en
el otro, los partidarios del Nuevo Régimen, que a grandes rasgos
eran las clases medias y la plebe urbana (encabezadas por los más
concienciados políticamente: unos 13 000 exiliados a los que una
nueva amnistía permitió regresar, numerosos presos que fueron
excarcelados, los nuevos dirigentes locales surgidos de las
elecciones municipales de noviembre, y la mayor parte de la
oficialidad del ejército, a la que se permitió acceder a los puestos
Isabel II, por Federico de Madrazo y
clave en el mando).30 La aristocracia se dividió siguiendo Kuntz.
criterios de oportunidad, de implantación en el territorio y de
posición en la corte. Muchas familias quedaron dolorosamente
divididas, y en extensas zonas se evidenció geográficamente el
enfrentamiento al quedar las ciudades, donde se organizaban
juntas y se reclutaban milicias nacionales liberales, rodeadas por
un campo donde se armaban partidas carlistas (los voluntarios
realistas habían quedado disueltos). La movilización popular
parecía recordar, en ambos bandos, la de 1808, en un caso con un
espíritu claramente revolucionario, en el otro claramente
reaccionario.

En la corte, los gobiernos de signo más o menos liberal (Cea


Bermúdez —absolutista moderado—, Martínez de la Rosa — Primera guerra carlista (1833-1840)
Zonas de mayor intensidad del
liberal moderado—, Mendizábal, Istúriz y Calatrava —liberales
carlismo
progresistas—, que inauguraron el título de Presidente del Zonas con simpatizantes carlistas
Consejo de Ministros de España —anteriormente se usaba el de Principales asedios carlistas.
Secretario de Estado—) no conseguían una victoria decisiva en la Centros liberales del norte.

guerra y se enfrentaban a graves aprietos financieros, que no se Principales centros carlistas.


Batallas.
pudieron encauzar hasta la desamortización eclesiástica o de
Mendizábal, una decisión trascendental: al mismo tiempo que
privaba de recursos económicos al principal enemigo social e ideológico del Nuevo Régimen (el clero),
construía una nueva clase social de propietarios agrícolas de origen social variado —nobles, burgueses o
campesinos enriquecidos, que en la mitad sur de España conformaron una verdadera oligarquía
terrateniente— que le debían su fortuna; y al aceptar como medio de pago en las subastas los títulos de la
deuda pública, revalorizaba ésta y permitía la restauración del crédito internacional y la sostenibilidad
hacendística (garantizada en un futuro por las contribuciones a pagar por esas tierras, antes exentas
fiscalmente y ahora liberadas de las manos muertas que las apartaban del mercado). La abolición del
régimen señorial no significó (como había ocurrido durante la Revolución francesa con el histórico
decreto de abolición del feudalismo de 4 de agosto de 1789) una revolución social que diera la propiedad
a los campesinos. Para el caso de los señores laicos, la confusa distinción entre señoríos solariegos y
jurisdiccionales, de origen remotísimo e imposible comprobación de títulos, terminó llevando a un
masivo reconocimiento judicial de la propiedad plena a los antiguos señores, que únicamente vieron
alterada su situación jurídica y quedaron desprotegidos ante el mercado libre por la desaparición de la
institución del mayorazgo (es decir, que quedaban libres para vender o legar a su voluntad, pero también
expuestos a perder su propiedad en caso de mala gestión).

El anticlericalismo se convirtió en una fuerza social de importancia creciente, manifestada violentamente


a partir de la matanza de frailes de 1834 en Madrid (17 de julio, durante una epidemia de cólera, del que
corrieron rumores que era debido al envenenamiento de las fuentes).31 Al año siguiente (1835) se
produjo una generalizada quema de conventos por varios puntos de España. La represión antiliberal
efectuada por el bando carlista llegó a extremos con represalias de gran violencia (Ramón Cabrera el
Tigre del Maestrazgo).

Institucionalmente, se gobernaba de acuerdo con una carta otorgada: el Estatuto Real de 1834, que ni
reconocía la soberanía nacional ni derechos o libertades reconocidos por sí mismos, sino concedidos por
voluntad real, y que introducía fuertes mecanismos de control de la representación popular
(bicameralismo, elecciones indirectas con sufragio censitario muy restringido para el Estamento de
Procuradores —0',15 % de la población— y un Estamento de Próceres con miembros natos de la
aristocracia y el alto clero).32

El texto siguió en vigor hasta que el motín de los sargentos de la Granja (12 de agosto de 1836) obligó a
la reina regente a reponer la vigencia de la Constitución de 1812. Al año siguiente se recondujo la
situación con un texto más conservador: la Constitución española de 1837 que, aunque basada en el
principio revolucionario de la soberanía nacional, establecía un equilibrio de poderes entre Cortes y
Corona favorable a ésta, y mantenía el bicameralismo (con los nuevos nombres de Congreso y Senado).
El sistema electoral, aunque introducía por primera vez la elección directa, seguía siendo favorable a los
más ricos (un sufragio censitario sólo ligeramente ampliado: 257 908 electores, un 2,2 % de la
población). Se sustituyó la confesionalidad por el reconocimiento de la obligación de mantener el culto y
los ministros de la religión católica que profesan los españoles.33 Se produjo en ese momento la escisión
entre liberales moderados (muchos de ellos antiguos exaltados del trienio, evolucionados hacia el
moderantismo) como el conde de Toreno, Alcalá Galiano y el general Narváez, que disfrutaron de la
confianza de la Regente y formaron gobierno hasta 1840 (Evaristo Pérez de Castro); y progresistas como
Mendizábal, Olózaga y el general Espartero (marginados de esa confianza, pero cuyo apoyo político y
militar continuó siendo decisivo).34

Al quedar los carlistas sin apoyo internacional y sin recursos, el general Maroto se avino a negociar la
paz con Espartero (el abrazo de Vergara, 31 de agosto de 1839), dando a la oficialidad carlista la
posibilidad de integrarse en el ejército nacional. La mayor parte de la nobleza carlista pasó a aceptar, con
mayor o menor gusto, la nueva situación. Otra circunstancia definitoria del Nuevo Régimen, el
centralismo político frente al reconocimiento carlista de los fueros, quedaba mitigado para las Provincias
Vascongadas y Navarra (la ley de 25 de octubre de 1839, en vez de abolir los fueros, los confirmaba sin
perjuicio de la unidad constitucional de la Monarquía).35 El foco carlista de Morella (Ramón Cabrera)
resistió varios meses más (30 de mayo de 1840).

La situación de María Cristina en la regencia estaba comprometida desde su mismo inicio en 1833 por el
matrimonio secreto que contrajo, al poco de enviudar, con un militar de la corte (Agustín Fernando
Muñoz y Sánchez, al que se ennobleció como duque de Riánsares) con el que tuvo ocho hijos. El
prestigio y el control sobre el ejército que había alcanzado el general Espartero le ponía en una posición
clave para convertirse en una alternativa de poder. Los intentos de atraérsele mediante el
ennoblecimiento,36 e incluso nombrándole presidente del consejo de ministros, no evitaron las
discrepancias profundas entre el general y la regente, especialmente acerca del papel de la Milicia
Nacional y de la autonomía de los ayuntamientos; asunto que provocó la dimisión de Espartero (15 de
junio). Sucesivas sublevaciones contra María Cristina de las ciudades más importantes, obligaron
finalmente a ésta a abdicar, renunciando al ejercicio de la regencia y a la custodia de sus hijas, incluida la
Reina Isabel, en favor del general (12 de octubre de 1840).

La reina regente Francisco Martínez Juan Álvarez Tomás de


María Cristina de de la Rosa, Mendizábal, el Zumalacárregui, el
Borbón. apodado Rosita la impulsor de la principal general
pastelera por su desamortización carlista hasta su
intento de conciliar eclesiástica. muerte en 1835.
el liberalismo con
los intereses
aristocráticos.

El romanticismo español
Los intelectuales (muchos de ellos, de inquietudes políticas,
retornados de un exilio fértil en influencias) implantaron el nuevo
gusto romántico, que se extendió a la poesía (José de
Espronceda), al teatro (el duque de Rivas) y a una prensa de gran
pluralidad e ingenio, estimulada por los debates políticos y
literarios y cuya supervivencia siempre se vio amenazada por la
censura y la precariedad económica. Entre las muchas figuras del
periodismo destacaron Alberto Lista, Manuel Bretón de los
El pintor Antonio María Esquivel
Herreros, Serafín Estébanez Calderón, Juan Nicasio Gallego, retrató en este cuadro de 1846 a
Antonio Ros de Olano, Ramón Mesonero Romanos y, sobre todas toda una generación de literatos
ellas, el extraordinario articulista Mariano José de Larra, que románticos, reunidos en su taller
consiguió plasmar la vida cotidiana y los más graves asuntos en para escuchar una lectura de José
expresiones sucintas y geniales, que se han convertido en tópicos Zorrilla, ante el retrato de
Espronceda (muerto en 1842).37
muy extendidos (Vuelva usted mañana, Escribir en Madrid es
llorar, Aquí yace media España, murió de la otra media). El
entierro de Larra (suicidado el 13 de enero de 1837) fue uno de
los momentos más particulares de la vida artística española, y significó el pase de testigo del
romanticismo español al joven José Zorrilla.

Véanse también: Historia de la prensa en España y Periodistas de España del siglo XIX.
Véase también: Pintura romántica#España
Regencia de Espartero (1840-1843)
La regencia le fue confirmada a Espartero por una votación de las
Cortes (8 de marzo de 1841), que también consideraron la
posibilidad de otorgársela a otros candidatos, o a una terna.

Los gobiernos progresistas procedieron a aplicar la ley de


desamortización del clero secular, garantizando por parte del
Estado el mantenimiento de las parroquias y de los seminarios. Se
intentó diseñar un sistema educativo nacional en el que la Iglesia
no tuviera un papel predominante, pero ante la carencia de
medios, la implantación de un sistema educativo digno de tal
nombre no se consiguió hasta la segunda mitad del siglo, ya bajo
presupuestos moderados y neocatólicos. La formación de los
ciudadanos y la construcción de una historia nacional (a través
del patrocinio de géneros como la pintura de historia) se veían
como una de las principales exigencias de la construcción del
Estado liberal. Baldomero Espartero

El compromiso alcanzado en Vergara con los fueros vascos se


rompió con la ley de 29 de octubre de 1841, que los abolía en su totalidad.38

Se procuró incentivar la actividad económica aplicando los principios librecambistas, lo que atrajo
inversiones de capital extranjero (principalmente inglés, francés y belga) a sectores como la minería y las
finanzas. Las nuevas desigualdades originaron la denominada cuestión social. El naciente núcleo
industrial textil catalán, que ya había presenciado el surgimiento de movilizaciones obreras (la fábrica El
Vapor, de los hermanos Bonaplata, inaugurada en 1832 ya había sufrido un ataque de carácter ludita en
1835 —coincidiendo con la quema de conventos—); al tiempo que continuaba su proceso de
modernización tecnológica (recepción de las selfactinas, que más tarde ocasionarían conflictos),39
acogía ahora los principales apoyos a la parte más radical del liberalismo progresista (los futuros
demócratas y republicanos, aún no presentados con esas denominaciones). Los intereses proteccionistas
tanto de patronos como de obreros, convirtieron Barcelona en un foco de protestas contra Espartero, que
llegó a la sublevación. El regente optó por la represión más violenta, bombardeando la ciudad el 3 de
diciembre de 1842 y ejecutando posteriormente a los líderes de la revuelta.

Una persona de mi conocimiento afirma, como una ley de la historia de España, la necesidad
de bombardear Barcelona cada cincuenta años. Esta boutade denota todo un programa político.
Manuel Azaña, citando un tópico atribuido al propio Espartero.40

La hostilidad de políticos y militares (Manuel Cortina, Joaquín María López, el general Juan Prim), que
rechazaban su expeditiva manera de resolver no sólo ese conflicto sino toda la vida política (había
disuelto las Cortes y gobernaba de modo prácticamente dictatorial) le dejaba cada vez más aislado. Las
elecciones dieron el triunfo a la facción progresista de Salustiano Olózaga, muy crítica con Espartero, y
este las impugnó. El 11 de junio, un golpe militar conjunto de espadones moderados y progresistas
(alguno de ellos desde el exilio, por haber protagonizado pronunciamientos anteriores: Narváez,
O'Donnell, Serrano y Prim), consiguió el apoyo de la mayor parte del ejército, incluso de las tropas
enviadas por el propio Espartero para combatirlos (Torrejón de Ardoz, 22 de julio); con lo que el regente
se vio obligado a exiliarse en Inglaterra, la principal beneficiada de su política económica (30 de julio de
1843).
Mayoría de Isabel II (1843-1868)
El problema de renovar la regencia se obvió al decidir que Isabel podía ser declarada mayor de edad (10
de noviembre de 1843) y ejercer por sí misma sus funciones; que enseguida demostraron estar en plena
sintonía con el moderantismo, tras un periodo de intrigas parlamentarias protagonizadas por el
progresista Salustiano Olózaga y Luis González Bravo (pasado a las filas moderadas), que se saldó con el
triunfo de este y el exilio de Olózaga. Hubo incluso un fallido pronunciamiento militar de carácter
progresista (la Rebelión de Boné, en Alicante, de enero a marzo de 1844).

Década moderada (1844-1854)


El general Ramón Narváez quedó como líder del partido
moderado y asumió la presidencia del consejo de ministros (3 de
mayo de 1844), comenzando una época de estabilidad política en
la que los progresistas quedaron relegados a la oposición sin
posibilidades de acceder a las posiciones de poder que se
negociaban en las camarillas palaciegas.

El 13 de mayo de 1844 se creó la Guardia Civil, un cuerpo militar


desplegado en el territorio en casas cuartel para garantizar el
orden y la ley, especialmente en el medio rural; era claramente
una contrafigura de la Milicia Nacional.

El 4 de julio de 1844 se revisó la abolición de los fueros vascos y


navarros llevada a cabo por Espartero, y se restauraron
parcialmente, aunque no en lo tocante a cuestiones como el pase
foral, las aduanas interiores o los procedimientos electorales.41

La Ley de Ayuntamientos de 1845 restringía fuertemente la


Ramón María Narváez y Campos,
autonomía municipal en pro del centralismo, otorgando al por Vicente López.
gobierno el nombramiento de los alcaldes. El mismo año se
promulgó la Constitución de 1845, muy similar a la de 1837 (60
de los 77 artículos eran idénticos), pero reformada en un sentido
más acorde con el liberalismo doctrinario. En lugar de la
soberanía nacional establecía la soberanía compartida entre las
Cortes y el Rey, con preeminencia de este, que podía convocar y
disolver las Cámaras sin limitaciones. Se confirmaba la
confesionalidad católica del Estado. Regulaba los derechos del
ciudadano, que quedaron fuertemente restringidos, como la
libertad de expresión limitada por la censura (una cuestión crucial Ferrocarril Barcelona-Mataró, 1848.
ante la vitalidad que había alcanzado la prensa en España).
Desaparecía la Milicia Nacional. El sistema electoral, que se
estableció por la Ley Electoral de 1846, continuó siendo un sufragio censitario fuertemente oligárquico,
que limitaba aún más el derecho al voto, restringido a 97 000 electores (varones mayores de 25 años que
superaran un determinado nivel de renta, mayor que el previsto hasta entonces), el 0,8 % de la población
total.42 El gobierno de Juan Bravo Murillo intentó que se aprobara una constitución aún más restrictiva
(texto publicado en la Gaceta de Madrid el 2 de diciembre de 1852), pero la fuerte oposición expresada
por todo el arco parlamentario hicieron a la reina desistir del proyecto y obligó a Bravo Murillo a
presentar la dimisión.43
El Concordato de 1851 restableció las buenas relaciones con la Santa Sede. El papa reconoció a Isabel II
como reina (distinguiéndola con la rosa de oro, la principal condecoración papal) y aceptó la pérdida de
los bienes eclesiásticos ya desamortizados, tranquilizando las conciencias de sus compradores. A cambio
el Estado español se comprometió a mantener el presupuesto de culto y clero con el que se cubrirían las
necesidades del clero secular; así como garantizar la catolicidad de la enseñanza, en la que la Iglesia
tendrá un papel decisivo, así como en la censura de las publicaciones. La corte de Isabel II se convirtió en
una verdadera corte de los milagros a causa del ascendiente que sobre la reina alcanzaron algunos
religiosos (san Antonio María Claret y sor Patrocinio, la monja de las llagas). La confluencia de la
intelectualidad católica y tradicionalista con el moderantismo dio lugar al movimiento de los neocatólicos
(marqués de Viluma, Donoso Cortés, Jaime Balmes).

La corrupción política que incluía a destacados financieros (el marqués de Salamanca) y a una creciente
familia real (la de la reina y su consorte —su primo Francisco de Asís de Borbón—, la de su madre y
padrastro —la expulsada María Cristina y su marido morganático, a quienes se permitió regresar en 1844
—, y la de los Montpensier —hermana y cuñado de la reina—, casados el mismo día que ella en un
fastuoso doble enlace real44 e instalados en España desde su expulsión de Francia con motivo de la
revolución de 1848—), acompañó al tímido despegue del capitalismo español; mientras que las finanzas
públicas se ordenaron con la reforma tributaria de 1845 (conocida, por el nombre de sus impulsores,
como reforma fiscal Mon-Santillán). Más que en una fracasada revolución industrial española, el
crecimiento económico se centró, ante la ausencia de capital nacional, en negocios de banca y sociedades
financieras sustentados sobre las fuentes de riqueza naturales (el crecimiento de la superficie cultivada y
la puesta en explotación de numerosas minas) y un naciente tendido de líneas ferroviarias, todo ello con
amplia participación extranjera en medio de sonoros escándalos, que facilitaron la vuelta al poder de los
progresistas.

Juan Bravo Murillo. Sor Patrocinio la San Antonio María


monja de las llagas. Claret.

Bienio progresista (1854-1856)


El autoritarismo de Narváez, y la imposibilidad de contrarrestarlo por vías institucionales, empujó a la
oposición a la solución militar: un pronunciamiento llevado a cabo por el general Leopoldo O'Donnell en
Vicálvaro (la Vicalvarada, 28 de junio de 1854). El fracaso inicial llevó a O'Donell a retirarse hacia el
sur, donde contactó con el general Serrano, junto con el que proclamó el manifiesto de Manzanares
(redactado por Antonio Cánovas del Castillo, 7 de julio), que dotó al movimiento de un programa
político y le consiguió el gran respaldo popular que reclamaba; lo que precipitó su triunfo.

Nosotros queremos la conservación del trono, pero sin camarilla que lo deshonre; queremos la
práctica rigurosa de las leyes fundamentales, mejorándolas, sobre todo la electoral y la de
imprenta; queremos la rebaja de los impuestos, fundada en una estricta economía; queremos
que se respeten en los empleos militares y civiles la antigüedad y los merecimientos; queremos
arrancar los pueblos a la centralización que los devora, dándoles la independencia local
necesaria para que conserven y aumenten sus intereses propios, y como garantía de todo esto
queremos y plantearemos, bajo sólidas bases, la Milicia Nacional...
Las Juntas de gobierno que deben irse constituyendo en las provincias libres; las
Cortes generales que luego se reúnan; la misma nación, en fin, fijará las bases
definitivas de la regeneración liberal a que aspiramos. Nosotros tenemos
consagradas a la voluntad nacional nuestras espadas, y no las envainaremos hasta
que ella esté cumplida.

El apoyo masivo del ejército no llegó hasta que Espartero aceptó encabezar la iniciativa. La reina le
nombró presidente del consejo de ministros y se formó un gabinete progresista.

O'Donnell creó la Unión Liberal, un partido ecléctico que procuraba integrar a moderados y progresistas.
Las nuevas Cortes constituyentes redactaron un texto constitucional que no llegó a aprobarse ni entrar en
vigor (la que hubiera sido la Constitución de 1856).

La actividad más trascendente del bienio progresista consistió en su legislación económica: se procuró
encauzar la legalidad del desarrollo capitalista, cerrando el ciclo de privatizaciones de la tierra con la ley
desarmotizadora de Madoz (3 de mayo de 1855), que se aplicó, además de a muchas propiedades
eclesiásticas todavía no afectadas, a las órdenes militares y otras instituciones, fundamentalmente los
propios y comunales (tierras de propiedad municipal cuyo arrendamiento se utilizaba para cubrir
servicios prestados por los ayuntamientos o bien se explotaban en común por los habitantes del
municipio); y se legisló sobre minas, finanzas e inversiones de capital (creación de sociedades
anónimas). El propio Madoz facilitó el derribo de las murallas de Barcelona (una medida largo tiempo
demandada por el ayuntamiento, a la que se había opuesto Espartero y que estuvo entre las causas del
bombardeo de 1842), permitiendo el trazado del ensanche (Plan Cerdá, 1860) al igual que en otras
ciudades, que fueron conformando su desarrollo urbano bajo los nuevos principios higienistas propios de
los modernos barrios burgueses (Plan Castro de Madrid, 1860, Canal de Isabel II, 1858). La pérdida de
patrimonio histórico que suponían tales derribos y reformas, se sumó a las de la desamortización, que
había dejado desprotegidos miles de edificios religiosos (incluso universitarios como los de los de
Alcalá); pero se asumía como una necesidad del progreso que fácilmente acalló cualquier voz de protesta
(como la del poeta Gustavo Adolfo Bécquer o la de su hermano el pintor Valeriano Domínguez Bécquer
y otros —Valentín Carderera, Jenaro Pérez Villaamil— que emprendieron proyectos de conservación de
la memoria de ese mundo en trance de desaparecer, al menos en sus imágenes).

Se ordenó el sistema ferroviario que se extendió con cierta dificultad siguiendo un esquema radial de baja
densidad, con centro en Madrid y concesionado a grandes compañías (Compañía de los Ferrocarriles de
Madrid a Zaragoza y Alicante —los Rotschild—; Compañía de los Caminos de Hierro del Norte de
España —los Péreire—). En las décadas siguientes la industrialización tuvo mayor continuidad,
pudiéndose comprobar las ventajas de la integración de un incipiente mercado nacional. Las relaciones
de producción capitalistas, tanto en el entorno urbano como en el rural, comenzaban a generar conflictos
sociales de nueva naturaleza (la lucha de clases), que en los escasos núcleos industriales encontró
expresión en un naciente movimiento obrero que tomaba conciencia de su oposición de intereses con los
propietarios del capital (movilizaciones de 1855 en Barcelona45 o Valladolid46 ); mientras que en el
campo se manifestaba de forma similar entre la gran masa de jornaleros desposeídos y la nueva
oligarquía de propietarios. La connivencia de intereses entre la oligarquía terrateniente castellano-
andaluza, de vocación exportadora ante la debilidad y desarticulación del mercado interior, y la apertura
al exterior facilitada por una política librecambista que aceptara las inversiones extranjeras, se vio
estimulada por una coyuntura especialmente favorable durante la guerra de Crimea (1853-1856).

Agua, sol y guerra en Sebastopol.47

Leopoldo O'Donnell, Pascual Madoz,


llevó a cabo el responsable de la
pronunciamiento en legislación que
Vicálvaro que apartó completó el proceso
a los moderados del desamortizador.
poder. Más tarde
estaría al frente del
gobierno de la
Unión Liberal.

Bienio moderado (1856-1858)


La agitación social provocó la ruptura entre Espartero y O'Donnell. La presidencia de este (de julio a
octubre de 1856) procuró llevar a cabo una política ecléctica que satisficiera a todo el espectro político,
siendo el primer gobierno que no realizó la tradicional renovación de los funcionarios para situar a los
adictos y dejar como cesantes a los opuestos. De hecho, sus medidas significaron una profunda revisión
de la labor del bienio, con la disolución de la Milicia Nacional y la vuelta a la Constitución de 1845, a la
que se añadió un Acta Adicional para la ampliación de derechos, que tuvo apenas un mes de vigencia.
Dado lo imposible de mantener la apariencia de centralidad, la reina optó por llamar de nuevo a Narváez,
que ocupó la presidencia un año completo, de octubre de 1856 a octubre de 1857.

La medida más trascendente del bienio moderado fue la promulgación de la Ley de Instrucción Pública o
ley Moyano, que estableció el sistema educativo que, con pocas modificaciones, siguió vigente durante
más de un siglo.

La crisis económica de 1857 llevó a Narváez a dimitir, siendo sucedido por los breves gobiernos de
Armero e Istúriz.

El naciente movimiento republicano abanderó la ocupación de tierras en el campo andaluz, sufriendo la


represión y los fusilamientos masivos ordenados por Narváez (El Arahal en 1857 y Loja en 1861). En las
ciudades el alto precio de los alimentos y los impuestos indirectos (consumos) provocaban motines de
subsistencias y motines de consumos también inspirados por el republicanismo. El sistema de
reclutamiento (quintas) y el servicio militar de ocho años, eximible por el pago de una cuota o un
reemplazista, producía injusticias cada vez peor soportadas, que la política de prestigio exterior del
periodo posterior no hará más que exacerbar.48

Monumento a Francisco Javier


Claudio Moyano. Istúriz.

Gobiernos de la Unión Liberal (1858-1863)


El 30 de junio de 1858, O'Donnell formó un nuevo gobierno, que
junto con el siguiente conformarían los de más larga duración de
la época, hasta principios de 1863. Durante este periodo se
mantuvo la recuperación económica y se controló la corrupción
electoral y la propia desunión en el partido.

Se invirtió en grandes obras públicas, se desarrolló la red


ferroviaria y el ejército, se continuó con la desamortización pero La batalla de Tetuán, por Dionisio
entregando parte de la deuda pública a la Iglesia y reponiendo el Fierros (1894). La batalla tuvo lugar
Concordato de 1851. Se aprobaron también una serie de el 31 de enero de 1860.
importantes leyes que seguirían repercutiendo más adelante. Sin
embargo siguió habiendo mucha corrupción política y
económica, y tampoco se llegó a aprobar la prometida ley de prensa quedándose así sin apoyo
parlamentario.

Se intentó emprender una política exterior de prestigio, con presencia en Marruecos (guerra de África,
1859-1860) y en lugares tan lejanos como el sureste asiático (guerra de Cochinchina, 1858-1862).

Crisis del moderantismo y fin del reinado de Isabel II (1863-1868)


Los progresistas y los moderados se aliaron para presionar a la Unión Liberal provocando la dimisión de
O'Donnell (marzo de 1863). Sin embargo la sustitución del gobierno no fue fácil, dado que los partidos
tradicionales estaban inmersos en graves disensiones internas. La reina, negándose a convocar elecciones
como se le pedía desde la oposición, fue formando sucesivos gobiernos moderados bajo presidencia del
marqués de Miraflores, Lorenzo Arrazola y Alejandro Mon, hasta que finalmente se volvió a llamar al
principal espadón del moderantismo, Narváez (septiembre de 1864). Intentó reconciliarse con los
progresistas integrándolos en el gobierno, a lo que éstos se negaron. El autoritarismo de Narváez se
reforzó, privándose incluso del apoyo de algunos de sus ministros. La nueva crisis desembocó en el
retorno de O'Donnell (junio de 1865). Se aprobó una ley para aumentar el censo electoral en 400 000
votantes y se convocaron elecciones a Cortes; pero sin el apoyo de los progresistas no se consiguió un
gobierno estable y se produjo la vuelta de Narváez (10 de junio de 1866).
La crisis política se complicó con una grave crisis económica (los valores españoles caían en la bolsa de
París, y el negocio ferroviario se deterioraba). Los militares progresistas y demócratas intentaron de
nuevo la salida del pronunciamiento, con sucesivos fracasos (el general Prim en Villarejo de Salvanés y
los sargentos del cuartel de San Gil el 22 de junio de 1866). La reacción de Narváez fue actuar con mano
dura con la oposición política (disolución de las Cortes, exilio del general Serrano y de los Montpensier)
e intelectual (cierre de las Escuelas de Magisterio y destitución de profesores agnósticos como Emilio
Castelar —la denominada cuestión universitaria— que había provocado la protesta estudiantil de la
Noche de San Daniel —10 de abril de 1865—, saldada con catorce muertos y un centenar de heridos).

Las dos principales figuras del periodo mueren en un breve intervalo (Leopoldo O'Donnell el 5 de
noviembre de 1867 y Ramón María Narváez el 23 de abril de 1868). De este se cuenta que, en su lecho
de muerte, al solicitarle el sacerdote que perdonase a sus enemigos, respondió «Padre, no tengo
enemigos; los he matado a todos».49

La reina formaba apresuradamente gabinetes de breve duración, con Luis González Bravo como nuevo
hombre fuerte cuya única perspectiva era continuar la política de represión y destierros de militares y
políticos. El exilio, lejos de reforzar a las fuerzas conservadoras, sirvió para incrementar el radicalismo y
la formación de un selecto grupo de intelectuales españoles, que se pusieron en contacto con todo tipo de
nuevas ideas que circulaban por Londres, París o Bruselas (Pi i Margall se verá muy influido por sus
lecturas de Proudhon); y para que la élite política española de todos los grupos situados entre el centro y
la izquierda, en tan difíciles circunstancias, se viese obligada a alcanzar un punto de acuerdo en lo
esencial. Reunidos en una ciudad belga, un grupo de unionistas (Serrano), progresistas (Prim y Práxedes
Mateo Sagasta) y demócratas (Nicolás María Rivero y Emilio Castelar) acordó el denominado pacto de
Ostende.

Alejandro Mon. Luis González


Bravo.

Sexenio democrático (1868-1874)

La Revolución de 1868
El 19 de septiembre de 1868, los generales Prim y Serrano y el almirante Topete se levantan en armas en
Cádiz. Un ejército dirigido por Serrano se dirigió desde el sur a Madrid, venciendo en la batalla de
Alcolea (28 de septiembre) al enviado por el gobierno para interceptarle. La Reina, que estaba
veraneando en San Sebastián, cruzó la frontera francesa y desde el exilio mantendrá su pretensión de
derecho al trono, sin abdicar en su hijo Alfonso hasta dos años más tarde.
La expulsión de la desprestigiada reina era una de los principales
reivindicaciones de la "Gloriosa Revolución", cuyos lemas fueron
«¡Abajo la raza espuria de los Borbones!» y «¡Viva España con
Honra!».50 La movilización popular fue muy importante. De
nuevo se organizaron juntas locales como en 1808, 1836 o 1854.
Se volvió a organizar la Milicia Nacional, con el nombre de
Voluntarios de la Libertad.

Serrano, al asumir la jefatura del gobierno provisional como una Las etapas del Sexenio, dibujo
regencia (18 de junio), procuró moderar la deriva extremista de la satírico de Tomás Padró para La
revolución disolviendo las juntas y declarando que la monarquía Flaca (1874).
seguiría siendo la forma de gobierno; y convocó elecciones a
Cortes. Entre las primeras medidas se produjo la supresión del
impuesto de los consumos, se proclamó el fin de las quintas de reclutamiento y se estableció el sufragio
universal masculino. Las órdenes religiosas que operaban desde 1837 quedaron disueltas, cerrando
monasterios y confiscando sus bienes, y se realizó un inventario de los objetos de arte de las iglesias, que
pasaron a engrosar el patrimonio nacional; la orientación anticlerical del nuevo régimen provocó la
ruptura de las relaciones con la Santa Sede.

La revolución concitó la confluencia de múltiples intereses. Además de los grupos políticos de Ostende,
fue apoyada por los sectores financieros e industriales, conscientes de que el gobierno isabelino era
incapaz de superar la crisis económica.

Desde el principio, el nuevo gobierno tuvo que hacer frente al estallido del problema colonial cubano,
largo tiempo gestado y en el que se complicaban las peticiones de autonomía local con el problema de la
abolición de la esclavitud (constantemente retrasada por la influencia del grupo de presión esclavista,
dominante en las esferas económicas —Antonio López, futuro marqués de Comillas—, mientras que el
grupo antiesclavista dominaba en el ambiente intelectual —Julio Vizcarrondo, Rafael María de Labra—).
La guerra abierta estalló el 10 de octubre de 1868 con el Grito de Yara (Céspedes), que aprovechó la
revolución en la metrópoli para declarar la independencia.51

Gobierno provisional, Constitución y Regencia de Serrano (1868-1871)


Se convocaron en diciembre de 1868 elecciones municipales, con sufragio universal masculino, donde
los republicanos obtuvieron importantes parcelas de poder (veinte capitales de provincia, entre ellas
Barcelona, Valencia y La Coruña).

A comienzos de 1869 se convocaron las primeras elecciones parlamentarias españolas con elección
directa mediante sufragio universal masculino. El panorama parlamentario que surgió de ellas era
multipartidista, permitiendo una mayoría de unionistas y progresistas, pero con una amplia
representación de los republicanos, y grupos menos importantes de carlistas y demócratas.

La Constitución de 1869, la primera democrática de la historia de España, proclamaba la soberanía


nacional y establecía la monarquía parlamentaria con división estricta de poderes, en el que el gobierno
es responsable ante las Cortes (bicamerales) y el poder judicial es independiente. El reconocimiento de
derechos y libertades era amplio y detallado (derecho al voto, inviolabilidad del domicilio, libertad de
enseñanza, de expresión, de residencia, de reunión y asociación); se aseguraba la libertad de cultos y se
mantienía el presupuesto de culto y clero católico. Se introdujo el juicio por jurado. Se esbozaba una
descentralización territorial en provincias y ayuntamientos, y se
apuntaba la posibilidad de reforma del estatus de los territorios
coloniales.

A falta de rey, Serrano se convirtió en regente, mientras Prim


formó los primeros gobiernos, con Sagasta y Ruiz Zorrilla en los
principales ministerios. Sagasta, desde el ministerio de
gobernación, reprimió los focos de federalismo que se mantenían
activos desde la revolución. Se encargó al ejército (general
Antonio Caballero de Rodas) la represión de los levantamientos Gobierno Provisional de 1869:
republicanos en Andalucía, Extremadura, Cataluña y Aragón, que Laureano Figuerola, Práxedes Mateo
Sagasta, Ruiz Zorrilla, Juan Prim,
para octubre de 1869 habían quedado liquidados.
Francisco Serrano y Domínguez,
Topete, Adelardo López de Ayala,
Las medidas económicas de Laureano Figuerola (arancel Antonio Romero Ortiz y Juan Álvarez
librecambista, reordenación bancaria —el germen de lo que sería de Lorenzana. Foto de J. Laurent.
el Banco de España—, y monetaria —creación de la peseta, 1869
—) restauraron la confianza internacional. Los valores españoles
subieron en París, se volvía a atraer capitales extranjeros y el ferrocarril experimentó un nuevo impulso.
Una nueva ley de minas hizo crecer actividad en las cuencas mineras diseminadas por la geografía
peninsular (Riotinto, Almadén, Cartagena, Asturias, Vizcaya), lo que significó para la ría de Bilbao el
desarrollo de una importante siderurgia.

Véase también: Historia de la ciencia y la tecnología en España#La explotación minera en el siglo


XIX. La siderurgia malagueña, asturiana y vasca
El problema cubano se intentó remediar en 1870 con dos medidas voluntaristas, pero poco eficaces: la
ley Moret, que pretendía una abolición progresiva (libertad de vientres —al nacer— y libertad de los
esclavos al alcanzar los 60 años de edad), y la concesión de autonomía para Puerto Rico.

La guerra de Cuba suscitó una nueva causa de descontento popular. Se decretaron nuevas quintas,
respondidas con manifestaciones antimilitaristas pidiendo su supresión (protagonizadas por las madres de
los reclutas), especialmente importantes en Barcelona, donde se recurrió al ejército para disolverlas.

El movimiento obrero
En esa misma ciudad, el principal centro industrial de España y la ciudad que contaba con una clase
obrera más numerosa, había alcanzado notable eco el el internacionalismo proletario tras la llegada en
1868 de Giuseppe Fanelli, recibido por la izquierda demócrata y republicana (Fernando Garrido, que en
el exilio se había decantado ya por el socialismo —La Democracia y el Socialismo, con prólogo de
Mazzini— y José María Orense, su principal polemista, desde un republicanismo individualista). A su
influencia, y a la actividad de los primeros líderes locales, como Anselmo Lorenzo, Francisco Mora y
Tomás González Morago, se debe la convocatoria del Congreso de Barcelona o I Congreso de la
Federación Regional Española —FRE— donde se creó la Sección Española de la Asociación
Internacional de Trabajadores, 1870; mientras que en el Congreso de Zaragoza de 1872 se produjo la
ruptura entre marxistas o socialistas y bakuninistas o anarquistas, al igual que había sucedido en el
Congreso de La Haya del mismo año. El predominio del anarquismo en España era muy evidente en este
periodo, debido tanto a su más temprana llegada (Fanelli era próximo a Bakunin, mientras que Paul
Lafargue —que llegó más tarde a España, tras la derrota de la Comuna en 1871— era yerno de Marx y
fue el introductor del marxismo) como a las condiciones objetivas que presentaba un país con una
industrialización más débil, con predominio de la fuerza de trabajo agrícola, y de posición periférica en el
capitalismo europeo (similar al caso ruso). La difusión de las distintas organizaciones e ideologías del
movimiento obrero español se produjo inicialmente por los núcleos industriales catalanes y valencianos,
y en el campo andaluz (de predominio anarquista); mientras que los núcleos madrileño y vasco, de
implantación posterior, tuvieron predominio socialista. Las reivindicaciones iniciales incluían, además de
cuestiones de naturaleza laboral, cuestiones políticas como la libertad de reunión y de asociación;
mientras que, en el campo, la gran esperanza que se planteaba como una solución redentora a las míseras
condiciones de vida, era el reparto de la tierra entre los jornaleros. El factor movilizador más importante
fueron las protestas antimilitaristas, que en ocasiones se convirtieron en verdaderas sublevaciones, como
la de Jerez de marzo de 1869, reprimida de forma sangrienta por el ejército.52

Fernando Garrido, El primer grupo de Paul Lafargue, Anselmo Lorenzo, el


Élie Reclus, Jose militantes españoles fotografía de 1871. abuelo del
María Orense de la Internacional, anarquismo
(sentado), Aristide con Fanelli. español.
Rey y Giuseppe Fotografía de 1869.
Fanelli, fotografía de
1869.

Candidatos al trono vacante


El asunto político interno que absorbió el principal interés, y que alcanzó una gran repercusión
internacional, fue la búsqueda de un candidato idóneo para ocupar el trono. Descartado, por razones
ideológicas obvias, el pretendiente carlista (Carlos VII, que estaba sopesando sus opciones de llegar al
trono por vías pacíficas o por un levantamiento en armas, que se produciría finalmente en 1872 —la
tercera guerra carlista—), se barajaron diversos nombres; como el propio Espartero (el último de los
ayacuchos, ya con 72 años, pero que aún viviría 11 más), el duque de Montpensier (cuñado de Isabel II)
y un selecto grupo de pretendientes europeos, entre los que estaban Fernando de Sajonia-Coburgo-Gotha
(padre del rey de Portugal —la unión entre Portugal y España era promovida por el movimiento iberista
—) y Leopoldo de Hohenzollern-Sigmaringen (apoyado por Otto von Bismarck —canciller de Guillermo
de Prusia— y rechazado por Napoleón III de Francia, cuyo enfrentamiento por esta causa estuvo entre las
que llevaron a la guerra franco-prusiana —telegrama de Ems, 13 de julio de 1870—). Finalmente el
elegido será Amadeo, duque de Aosta, hijo de Víctor Manuel II de Italia, de la Casa de Saboya,
representante de la monarquía más liberal de Europa, cuyo papel en la unificación italiana la mantenía en
un duro enfrentamiento con el propio papa.51

Reinado de Amadeo I (1871-1873)


El 30 de diciembre de 1871 llegaba Amadeo de Saboya al puerto
de Cartagena, donde recibió la noticia de la muerte del general
Prim, su principal valedor, víctima de un atentado en Madrid tres
días antes. El promotor del magnicidio aún es un enigma. Desde
entonces se viene especulando con distintas posibilidades: el
grupo de presión pro-esclavista en beneficio de sus intereses, o
cualquiera de los muchos enemigos políticos de dentro o fuera de
España que se había granjeado con el asunto de la elección real,
Amadeo I frente al féretro del general
como el duque de Montpensier, los republicanos, o incluso Prim, por Antonio Gisbert.
alguna facción de la masonería (a la que pertenecía).53

Amadeo I se comportó como un monarca liberal, con escrupuloso respeto a la Constitución y una
exquisita neutralidad política, que no obstante no le consiguieron el apoyo de ninguno de los grupos
sociales o políticos. La aristocracia y las clases altas, mayoritariamente borbónicas, le hicieron el vacío.

Los principales líderes del periodo fueron del partido progresista, que se escindió en el Partido
Constitucional de Sagasta, aliado con alfonsinos y unionistas; y el Partido Radical en torno a Ruiz
Zorrilla, que buscó apoyos en todo el espectro de las Cortes, desde los republicanos hasta los carlistas.
Los grupos así establecidos se enfrentaron a propósito de temas sociales, como la abolición de la
esclavitud y el problema de la Internacional. Sagasta acusaba a la organización de provocar constantes
levantamientos, y la ilegalizó. Ruiz Zorrilla se empeñó en abolir la esclavitud, para lo que el apoyo del
rey, cuya opinión antiesclavista era notoria, no fue determinante, dada su situación institucional. El grupo
de presión proesclavista continuó con su política de obstaculización por todos los medios, que incluyeron
la subvención económica a la sublevación carlista y contactos con los alfosinos de Cánovas (cuyo propio
hermano era un destacado líder de los negreros).

Al problema cubano, que se alargaba, se añadió la tercera guerra carlista. En mayo de 1872, el
pretendiente Carlos María de Borbón y Austria-Este (Carlos VII) entraba en Navarra alzando en armas
un ejército; pero al poco tiempo el Ejército del Norte, dirigido personalmente por Serrano (que ocupaba
el cargo de presidente del consejo de ministros), le obligó a volver a Francia al derrotarle en la batalla de
Oroquieta. En una evidente imitación del abrazo de Vergara de Espartero, Serrano ofreció a los carlistas
unas condiciones de rendición tan favorables (la convención de Amorebieta), que fueron rechazadas por
las Cortes; lo que movió a Serrano a pedir al rey la suspensión de garantías constitucionales. Al no
obtenerla del rey, dimitió. Tampoco todos los carlistas (empezando por el propio pretendiente, que
consideró traidores a los firmantes), se avinieron a las condiciones de la convención; con lo que
continuaron las partidas, especialmente por Navarra y Cataluña, a veces convertidas en simple
bandolerismo. El carlismo se estaba identificando cada vez más con la recuperación de los fueros vascos
y navarros; que el pretendiente declaró restaurados en julio de 1872, así como abolidos los Decretos de
Nueva Planta que suprimieron los fueros en la Corona de Aragón en el siglo XVIII, lo que intensificó la
fuerza de la revuelta, especialmente en zonas rurales de Cataluña y, con menor intensidad, en otras de
Aragón y Valencia.

Amadeo, deseoso de encontrar una causa para renunciar al trono y volver a Italia, la encontró en una
grave crisis entre el gobierno de Ruíz Zorrilla y el cuerpo de artillería. El rey expresó su apoyo a los
militares, y el Congreso al gobierno, con lo que Amadeo I quedó justificado para presentar su abdicación
el 11 de febrero de 1873. Esa misma noche, las Cortes, conscientes sus diputados de la imposibilidad de
encontrar ningún candidato para ocupar el trono vacante, proclamaron la Primera República Española.51
El pretendiente El líder de los Dibujo satírico
carlista, Carlos independentistas publicado en La
María de Borbón y cubanos, Carlos Flaca el 1 de marzo
Austria-Este, en un Manuel de de 1873. A menos
dibujo de la revista Céspedes. de un mes de su
Vanity Fair (1876). proclamación, la
Niña Bonita de la
República, asentada
sobre las Cortes
Constituyentes,
aparece dividida
entre los unitarios y
los federales
(identificados con
traje burgués y
obrero,
respectivamente), y
estos entre los
transigentes y los
intransigentes
(representados por
el perro enfrentado
al gallo).

Primera República (1873-1874)


El 11 de febrero de 1873, el Congreso proclamó la República por 256 votos a favor y 32 en contra. Los
republicanos estaban divididos entre una minoría de unitarios (Emilio Castelar, Nicolás Salmerón,
Eugenio García Ruiz, Antonio de los Ríos Rosas), cuyo peso político fue mucho mayor que su precaria
representación; y una mayoría de federales, a su vez divididos entre transigentes (Francisco Pi y Margall)
e intransigentes (José María Orense). Durante los dos años escasos en que se desarrolló la experiencia
republicana, se operó siempre en precariedad institucional. En el contexto internacional, únicamente
Estados Unidos y Suiza reconocieron al nuevo régimen, mientras que las potencias europeas optaron por
mantenerse a la expectativa (Francia y Alemania acababan de salir de la guerra Franco-Prusiana, uno de
cuyos motivos fueron las maniobras por interferir en las candidaturas al trono español).

Estanislao Figueras, republicano moderado, fue elegido por las Cortes como Jefe del Poder Ejecutivo, y
formó gobierno exclusivamente con republicanos de ambas tendencias (Castelar, Pi —que actuaba como
hombre fuerte del gobierno desde el ministerio de Gobernación—, Salmerón y el general Acosta —
ministro de Guerra—). Con sus primeros decretos se abolieron
los títulos de nobleza, se reorganizaron los Voluntarios de la
Libertad y se anunciaba una próxima abolición de la esclavitud,
además de convocar una Asamblea Constituyente. El proyecto de
Constitución de 1873 se fue elaborando con dificultad y no llegó
a entrar nunca en vigor. Establecía una República federal de 17
Estados y varios territorios de ultramar, cada uno con su propia
Constitución. Los municipios tendrían una Constitución local y
división de poderes entre alcaldía, ayuntamientos y tribunales
locales. En el Estado central, el poder ejecutivo lo ejercería un
jefe de gobierno nombrado por el Presidente. El legislativo lo
desempeñarían dos cámaras, ambas de elección directa, con un
Senado formado por cuatro representantes de cada Estado, y un
Congreso con un diputado por 50 000 habitantes. El judicial lo
presidiría un Tribunal Supremo constituido por tres magistrados
de cada Estado. Se confiaba al Presidente un llamado poder de Alegoría de la Primera República
Española. Las letras "RF" entre hojas
relación con los demás poderes y los Estados Federales. La
de laurel son las iniciales de
separación Iglesia-Estado era total.51 "República Federal". Tanto en ese
aspecto como en muchos otros, la
Enseguida surgieron movimientos partidarios de profundizar de iconografía elegida era muy similar a
forma más radical en las reformas, desde un punto de vista la de la República Francesa (el gorro
territorial o social: en Barcelona se proclamó la República frigio, la figura femenina —en
Federal democrática de la que Cataluña sería un estado. Las Francia denominada Marianne, y en
primeras organizaciones propias del movimiento obrero español España la Niña Bonita—,54 el lema
Libertad, Igualdad, Fraternidad —en
comienzan a tener una presencia pública activa, solicitando
el triángulo—, incluso el gallo). Se
medidas como la reducción de jornada o el aumento de salarios. complementa con alegorías de las
En Málaga, los internacionalistas se hicieron con el poder distintas actividades económicas,
municipal, y en el campo andaluz y extremeño los jornaleros ciencias y artes (algunas indicativas
ocuparon tierras. del progreso y la modernidad, como
la telegrafía y la fotografía). Los
Desde el extremo opuesto del espectro de los revolucionarios de colores de la bandera eran los
1868, el general Serrano intentó dar un golpe de estado, que mismos que la bandera usada por la
monarquía (sólo se sustituyó en el
fracasó.
escudo la corona real por una corona
mural). Fue la Segunda República
Pi y Margall fue proclamado Presidente de la República en junio,
Española la que introdujo una
dimitiendo al cabo de un mes ante el agravamiento de los tres bandera diferente, sustituyendo la
frentes de oposición violenta: la sublevación carlista (que franja inferior roja por otra de color
aumentaba sus apoyos y su extensión territorial, con el guerrillero morado.
Savalls sembrando el pánico en Cataluña), la continuidad de la
guerra de Cuba, y el surgimiento de una revolución cantonal por
parte de los más extremistas de entre los republicanos federales (especialmente fuerte en el cantón de
Cartagena).

Salmerón asumió el ejecutivo con una decisión que terminará siendo fatal para la continuidad de la
República: reprimir la sublevación cantonal mediante el ejército, que estaba bajo el control de generales
alfonsinos (monárquicos partidarios del príncipe Alfonso, hijo de Isabel II). Pavía fue enviado a
Andalucía, Martínez Campos a Valencia y López Domínguez a Cartagena. Salmerón dimitió el 7 de
septiembre tras negarse a firmar las condenas a muerte de unos militares cantonalistas, atrapado entre las
opuestas presiones de su propio partido (Eduardo Palanca) y de los militares (Pavía).55 Simultáneamente
había estallado una crisis internacional que implicaba a Estados Unidos y el Reino Unido en el conflicto
cubano como consecuencia del apresamiento en Cuba del buque Virginius y el fusilamiento de 53 de sus
tripulantes, entre ellas ciudadanos estadounidenses y británicos.

El siguiente presidente, Castelar, procuró la solución diplomática del conflicto internacional, mientras
que, invocando poderes especiales, cerró las Cortes hasta enero, con el argumento de que el poder
ejecutivo debía emplearse sin restricciones en la solución el problema cubano, carlista y cantonal. Su
presidencia no sobreviviría a la apertura del siguiente periodo de sesiones, el 2 de enero de 1874.

Estanislao Figueras, Francisco Pi y Nicolás Salmerón, Emilio Castelar,


primer presidente de Margall, segundo tercer presidente. cuarto presidente;
la República (el presidente. en el periodo de la
título utilizado era el Restauración
de Presidente del presionó a Sagasta
Poder Ejecutivo). para que
restableciera las
libertades
conseguidas
durante el Sexenio a
cambio de su
apoyo.

Dictadura de Serrano (1874)


El 3 de enero de 1874, el general Manuel Pavía interrumpió violentamente una sesión de las Cortes, que
acababan de retirar la confianza a Castelar (a pesar de que la acción no tuvo la espectacularidad con que
se la describió popularmente, la expresión el caballo de Pavía pasó a ser un tópico político español
similar al de ruido de sables, con los que se alude a la amenaza de golpe de estado militar). El vacío de
poder llevó a formar un gobierno de concentración que puso la Presidencia de la República en manos de
Serrano, quien en la práctica no se sometió a los controles constitucionales, considerándose su mandato
(casi un año entero) como una verdadera dictadura.56

En medio de una grave situación financiera, se enfrentó a los problemas políticos al tiempo que se dedicó
con firmeza a intentar sofocar los tres frentes bélicos abiertos: la sublevación cantonal aún fuerte en
Cartagena, la tercera guerra carlista y la guerra de Cuba. Formó gobierno con los republicanos unitarios
de Eugenio García Ruiz, con José de Echegaray en Hacienda, que puso orden las finanzas dando forma al
Banco de España. Sagasta, presidente del consejo de ministros desde septiembre (los presidentes del
poder ejecutivo del periodo anterior asumían ambos cargos, mientras que Serrano prefería designar a otro
para ese cargo, quedando él en una posición institucionalmente
similar a la de los reyes), ilegalizó de nuevo la sección española
de la Internacional y cerró sedes y periódicos revolucionarios,
disolviendo grupos como los Voluntarios de la Libertad.

Inmediatamente las potencias europeas, con Alemania a la


cabeza, reconocieron al nuevo régimen.

Alfonso, el hijo de Isabel II, que estaba recibiendo formación


militar en Inglaterra, envió desde la Real Academia de Sandhurst
un mensaje a los españoles (el manifiesto de Sandhurst)
promovido por el partido alfonsino, el grupo más moderado de
entre los monárquicos españoles, liderados por Antonio Cánovas
del Castillo. En un tono conciliador, declaraba haber aprendido la
lección derivada de la expulsión de su madre y su propósito de
nunca dejar de ser buen español, ni, como todos mis antepasados,
El general Francisco Serrano
buen católico, ni, como hombre del siglo, verdaderamente
liberal; procurándose el apoyo de una amplia zona del espectro
político, entre los reaccionarios y los liberales moderados.

Mientras tanto, la coyuntura bélica se prolongaba en las regiones con implantación carlista. Los ejércitos
del gobierno, dirigidos por el propio general Serrano, contuvieron a los carlistas en Navarra, consiguieron
levantar el sitio de Bilbao y acometieron una ofensiva en la zona de Cuenca.

El 29 de diciembre de 1874 el general Martínez Campos inició una sublevación en Sagunto en favor del
príncipe Alfonso. Serrano optó por reconocer los hechos consumados y no oponerse al pronunciamiento;
llamando a formar gobierno a Cánovas, líder del partido alfonsino, pero que no veía con buenos ojos el
protagonismo militar en la vuelta de los borbones al trono. Consiguió marginar al general sublevado,
quedando el gobierno en manos civiles.51

Restauración borbónica (1875-1931)

Reinado de Alfonso XII (1875-1885) y regencia de María Cristina (1885-


1902)
Véanse también: Alfonso XII y María Cristina de Habsburgo-Lorena.
Antonio Cánovas Práxedes Mateo
del Castillo, máximo Sagasta, fundador
dirigente del Partido del Partido Liberal y
Conservador, siete veces
promovió un presidente de
sistema bipartidista gobierno. Fue
de alternancia también ingeniero,
política junto al un destacado
Partido Liberal de masón y gran Alfonso XII
Sagasta. maestre del Gran
Oriente de España.

Monumento al
general Arsenio
Martínez Campos,
por Mariano
Benlliure. Su
ubicación en el La regente María Cristina de
parque del Retiro de Habsburgo-Lorena
Madrid dio origen a
cierta interpretación
maliciosa, puesto
que da la espalda al
cercano Monumento
a Alfonso XII.

Con la restauración borbónica, el nuevo rey confirmó en el poder a Cánovas, que convocó elecciones en
enero del año siguiente con el sistema previsto en la Constitución de 1869 (sufragio universal), que le
proporcionaron una abrumadora mayoría de monárquicos conservadores afines a su gobierno. La
redacción de la Constitución española de 1876 fue encargada a una comisión de notables elegida por el
mismo Cánovas y presidida por Manuel Alonso Martínez, que se presentó a las Cortes y fue aprobada sin
grandes cambios el 30 de junio. Se optó por no precisar el sistema
electoral (con lo que las siguientes elecciones se harían por
sufragio censitario hasta 1890). La soberanía se compartía entre
Rey y Cortes, en un sistema parlamentario bicameral que dejaba
al poder ejecutivo el ejercicio de un poder muy amplio. El
reconocimiento de las libertades públicas quedaba matizado. Se
definía la confesionalidad católica del estado y la tolerancia hacia
otras religiones.
Dibujo satírico sobre el pucherazo.
Para la estabilidad del sistema político, Cánovas, que organizó en Sagasta aparece sobre un embudo
su torno el Partido Liberal-Conservador, era consciente de la (referencia a la ley del embudo) con
necesidad de contar con una oposición dinástica, es decir, fiel a la el cartel sufragio universal,
monarquía parlamentaria alfonsina. En 1879 Sagasta, apoyado encabezando una procesión de
elementos de alteración de los
por Emilio Castelar, creó el Partido Liberal-Fusionista que
resultados electorales (lázaros —
integraba a progresistas y demócratas desencantados con el votantes fallecidos—, intimidación a
republicanismo. A partir del pacto de El Pardo (24 de noviembre cargo de militares, guardias civiles —
de 1885, ante la posibilidad de que estallara una crisis política a tricornio y sable— y oscuros
la muerte de Alfonso XII) el acuerdo entre Cánovas y Sagasta personajes —embozados y con
estableció un turnismo casi automático para que ambos partidos porras—, votos cautivos en urnas-
jaula, etc.) Publicado por Tomás
se sucedieran en el poder, lo que implicaba que los conservadores
Padró Pedret en La Flaca (revista
debían aceptar que los liberales recuperaran paulatinamente las desaparecida en 1876). El sufragio
conquistas políticas del sexenio (libertad de prensa, derecho de universal no se restauraría hasta
asociación o el sufragio universal). El control de las elecciones a 1890.
través del ministerio de Gobernación (encasillado de los
candidatos) se convirtió en el punto clave del un sistema que en
su base se apoyaba en el denominado caciquismo: el predominio local de personalidades de gran
prestigio social y posición económica, a partir de los cuales se establecían redes clientelares y se
manipulaban los resultados (pucherazo).

Se platica
al fondo de una botica:

—Yo no sé,

don José,

cómo son los liberales

tan perros, tan inmorales.

—¡Oh, tranquilícese usté!

Pasados los carnavales

vendrán los conservadores,

buenos administradores

de su casa.
Todo llega y todo pasa.

Nada eterno:

ni gobierno

que perdure,

ni mal que cien años dure.

Antonio Machado, Meditaciones rurales

A pesar de la estabilidad característica del sistema canovista, no dejó de haber disensiones dentro de los
partidos dinásticos, protagonizadas por personalidades como Francisco Silvela (muy crítico con el
caciquismo, lo que no le impidió ser ministro de Gobernación), Francisco Romero Robledo o Raimundo
Fernández Villaverde en el partido conservador y Segismundo Moret o Eugenio Montero Ríos en el
liberal.

Los partidos no dinásticos quedaban en la práctica fuera de toda posibilidad de alcanzar el poder, aunque
a finales de siglo comenzaron a obtener alguna representación en circunscripciones urbanas, más difíciles
de manipular. Eso fue lo que permitió al naciente movimiento catalanista (en torno a Enric Prat de la
Riba —Unió Catalanista, 1891, Bases de Manresa, 1892—) llegar al parlamento (Lliga Regionalista,
1901); mientras que el Partido Nacionalista Vasco de Sabino Arana, mucho más radical, tardó varios años
más.

Sabino Arana. Bartomeu Robert,


uno de los cuatro
elegidos por la Lliga
en 1901, con
Sebastián Torres,
Alberto Rusiñol y
Lluís Domènech.

El movimiento obrero se reorganizó con la creación de partidos y sindicatos de ideología marxista (PSOE
(1879) y UGT (1888), bajo el liderazgo de Pablo Iglesias, que optó por la participación electoral, con
mayor implantación en Madrid y el País Vasco) o anarquista (Federación de Trabajadores de la Región
Española (1881) que optaron por la no intervención en el sistema político, con mayor implantación en
Cataluña y Andalucía). Una confusa red de grupos e individualidades anarquistas desarrollaron prácticas
de la denominada acción directa, que incluían, junto a medidas pacíficas, otras violentas (propaganda
por el hecho) con atentados terroristas en algunos casos muy espectaculares (bomba del Liceo de
Barcelona (1893), asesinato de Cánovas en 1897), y en otros casos manipulados por las propias
autoridades (La Mano Negra, 1882-1884).

Pablo Iglesias. Ejecución en Jerez Reconstrucción


de siete anarquistas artística del
acusados de asesinato de
pertenecer a La Cánovas por
Mano Negra, 1884 Michele Angiolillo.
(ilustración de una
revista francesa de
1892).

La denominada cuestión universitaria fue el principal conflicto de la vida intelectual y uno de los asuntos
políticos más definitorios del nuevo sistema: la Circular de Orovio de 1875 (por el marqués de Orovio,
ministro de Fomento) limitó de forma sustancial la libertad de cátedra al obligar a mantener las
enseñanzas en términos que no afectaran al catolicismo y la monarquía. Un buen número de catedráticos
universitarios, identificados como krausistas (Francisco Giner de los Ríos, Gumersindo de Azcárate,
Teodoro Sainz Rueda, Nicolás Salmerón, Augusto González Linares) fueron expulsados de la
universidad y un grupo de ellos se reunió para continuar la docencia fuera de la universidad, en la
Institución Libre de Enseñanza, que inició una renovación pedagógica de gran trascendencia.
Monumento a Refugio de La Gumersindo de
Augusto González Pedriza que lleva el Azcarate.
Linares. nombre de Giner de
los Ríos desde su
primera
construcción en
1914. 57 Las
excursiones en la
naturaleza fueron
uno de los recursos
educativos
innovadores de la
Institución Libre de
Enseñanza.

Un decidido esfuerzo militar, dirigido por Martínez Campos, acabó con la resistencia carlista, lo que se
aprovechó para abolir el sistema foral de las tres provincias vascas (1876). La supervivencia de los fueros
navarros se vio cuestionada más tarde, en 1893, pero una movilización popular frenó tales pretensiones
(gamazada). El conflicto de Cuba se recondujo, tras la llegada a la isla del propio Martínez Campos,
hacia la negociación por la Paz de Zanjón (1878). La promesa de autogobierno y de aplicación la ley
antiesclavista de Moret (retrasada hasta 1886) no se sustanció en reformas suficientes para evitar la
insatisfacción de los independentistas cubanos y la frustración de las expectativas de los autonomistas, lo
que, veinte años más tarde terminó por llevar a una nueva guerra, esta vez con la decisiva intervención de
los Estados Unidos, el denominado desastre del 98; cuyas consecuencias internas, más allá del fin de la
mayor parte del imperio colonial, fueron decisivas intelectual y políticamente (regeneracionismo,
generación del 98), abriendo la denominada crisis de la restauración.

Despensa, escuela y doble llave al sepulcro del Cid.


Lemas de Joaquín Costa.58

Desequilibrios demográficos, económicos, sociales y espaciales


Los últimos años del siglo XIX y los primeros del XX significaron una crisis económica de gran
intensidad. Tras la epidemia de cólera de 1885, que se cebó en las hacinadas e insalubres barriadas
obreras disparando la mortalidad a niveles catastróficos; una profunda crisis agrícola, de origen climático
y biológico (malas cosechas cerealísticas, epidemia de la filoxera, que destruyó las viñas), se vio
agravada por la estructura socioeconómica del campo español, que no había afrontado la mecanización ni
otras transformaciones de la revolución agrícola, y llegó al menos hasta 1902. Las jornadas eran largas y
agotadoras, con salarios paupérrimos, a veces incluso sometidos al destajo. Las condiciones de vida se
deterioraron fuertemente, disparándose la mortalidad infantil, mientras el resto de los datos demográficos
correspondían aún a cifras propias de una sociedad preindustrial. Sometidos a fuertes pérdidas, los
terratenientes se mostraban cada vez más opuestos a las reivindicaciones de los jornaleros,
intensificándose la confrontación. Miles de jornaleros andaluces secundaron las huelgas pidiendo tierras.
Otras regiones con una estructura de propiedad menos concentrada no por ello se libraron de los
conflictos sociales que acompañaron a los procesos de transformación que dejaron su reflejo incluso en la
literatura, que pasó del costumbrismo a la denuncia social (los de la huerta valenciana inmortalizados por
Vicente Blasco Ibáñez, los de Asturias por Leopoldo Alas). Donde las condiciones lo hacían
particularmente propicio, funcionó la válvula de escape de la emigración, especialmente a América, pero
también a Francia o a Argelia; siendo particularmente intensa en Galicia y otras zonas del norte de
España, donde algunas figuras retornadas con éxito (los indianos) contribuyeron con su prestigio a la
popularización del ideal social del enriquecimiento por el trabajo duro en lejanas tierras.

El gallego no pide, emigra.


Alfonso Rodríguez Castelao.59

Leopoldo Alas Vicente Blasco Alfonso Rodríguez


«Clarín». Ibáñez. Castelao

En el País Vasco se produjo una industrialización basada en la minería del hierro, exportado a Inglaterra
por la ría de Bilbao. La conveniencia de retornar con carga de carbón inglés provocó la creación de una
siderurgia local, y el florecimiento de sectores asociados, como la construcción naval y las instituciones
financieras (notablemente, la banca vasca —incluso la santanderina— fue mucho más sólida que la
catalana). Al mismo tiempo que las relaciones sociales tradicionales del campo vasco (el caserío)
entraban en crisis, y conducían a muchos a una emigración similar a la gallega, se producía un
movimiento opuesto de llegada de emigrantes castellanohablantes a trabajar en las nuevas industrias. El
invevitable choque cultural se expresó en todo tipo de conflictos e ideologías alternativas, como el
socialismo y el nacionalismo vasco, y a complejas trayectorias personales, como las de Miguel de
Unamuno, Pío Baroja o Tomás Meabe.
Tomás Meabe fue Miguel de Unamuno Pío Baroja, que
comisionado desde estuvo inicialmente compartió con
el nacionalismo cercano al Unamuno la
vasco para estudiar socialismo (en sus trayectoria
el marxismo, con el primeras intelectual de la
fin de combatirlo publicaciones apoyó denominada
mejor. Tras entrar la huelga de generación del 98,
en contacto con la tranviarios de mantuvo una
literatura y los Bilbao), se volcó a personalidad más
grupos socialistas, la búsqueda del Ser anarquizante. De
se unió a ellos. de España en el formación médica,
paisaje y el proponía en política
paisanaje tratamientos
castellano, lo que le radicales: El
llevó renunciar a carlismo se cura
cualquier leyendo y el
europeización nacionalismo
(polémica ¡Que viajando.
inventen ellos! con
José Ortega y
Gasset), para
terminar su vida con
una sonora defensa
de la inteligencia
contra el fascismo.

Simultáneamente la burguesía catalana estaba viviendo una verdadera fiebre del oro (periodo de la
Exposición Universal de 1888) que se prolongó en medio de una fortísima conflictividad social (Semana
Trágica de 1909, crisis de 1917, años de plomo de pistolerismo patronal-sindical) en la época dorada que
llega al menos hasta la Exposición Internacional de 1929.60 La vitalidad de Barcelona la convirtió en la
verdadera capital económica de España, beneficiada incluso por la repatriación de capitales tras la
pérdida de Cuba; y un foco artístico a nivel europeo (modernismo catalán, noucentisme). El abismo
social que separaba a pobres y ricos incrementó la influencia del anarquismo en Cataluña, con
consecuencias políticas trascendentes y prolongadas en el tiempo.

En toda España, la imagen del anarquismo ante la opinión pública quedó fuertemente marcada por la
decisión de pequeños grupos de activistas de elegir el magnicidio como medida de propaganda por el
hecho más eficaz. Tras la bomba del Teatro del Liceo (1893), el Atentado de la Procesión del Corpus
(1897) y el asesinato de Cánovas (1897), se produjo un atentado fallido contra la boda de Alfonso XII
(Mateo Morral, 1906) y los asesinatos de los presidentes José Canalejas (1912) y Eduardo Dato (1921).

Las transformaciones sociales, como en el resto de Europa, fueron estimulando a una minoría de mujeres
a demandar su incorporación a distintos ámbitos de la vida cultural, suscitando todo tipo de rechazos y
obstáculos que la retrasaron. Concepción Arenal tuvo que asistir a las clases de derecho disfrazada de
hombre; Cecilia Böhl de Faber tuvo que ocultarse bajo el masculinísimo pseudónimo de Fernán
Caballero; mientras que casos como el de María de la O Lejárraga fueron todavía más humillantes (era la
autora de buena parte de las obras firmadas por su marido Gregorio Martínez Sierra) . Sometida a una
autorización especial entre 1880 y 1910, la presencia de mujeres en la universidad siguió siendo una
rareza hasta los años treinta. El mundo literario fue aceptándolas con cuentagotas (Rosalía de Castro,
Emilia Pardo Bazán, Concha Espina, Carmen de Burgos). La incorporación al trabajo industrial de las
clases bajas fue mucho más temprana, sometida a salarios inferiores a los varones.

Rosalía de Castro. Monumento a Monumento a Emilia Monumento a


Concepción Arenal. Pardo Bazán. Concha Espina.

Reinado de Alfonso XIII (1902-1931)


Véase también: Reinado de Alfonso XIII

El período constitucional (1902-1923)

José Canalejas. Eduardo Dato

Alfonso XIII de España

Los inicios del reinado


La inestabilidad política hacía sucederse rápidamente a los gobiernos de signo conservador y liberal, y
dentro de cada partido se producían toda clase de escisiones, disensiones e intrigas. El espíritu del
regeneracionismo imperaba en la toma de decisiones reformistas en lo económico y social, con medidas
como la Ley de repoblación interior de 1907 (Augusto González Besada)61 y un plan de embalses para
triplicar los regadíos (aplicación de la política hidráulica de
Joaquín Costa o Lucas Mallada); retrasadas por la falta de una
recursos económicos que se disputaban con el sostenimiento de
un ejército desproporcionado (más mandos que soldados) y la
reconstrucción de una marina de guerra que ya no tenía imperio
que defender. En 1908 se puso en marcha el Instituto Nacional de
Previsión, germen de las políticas de protección social propias de
un estado social como el que se había implantado en la Alemania
de Bismarck. Barcelona se convirtió en la ciudad
quemada durante la Semana Trágica
(1909).

Joaquín Costa Santiago Ramón y


Cajal.

El campo de la ciencia, la educación y la cultura, experimentó un impulso significativo, hasta tal punto
que desde 1906 (año de la concesión del Premio Nobel de medicina a Santiago Ramón y Cajal) se puede
hablar de una edad de plata de las ciencias y las letras españolas que duraría treinta años (hasta la
Guerra Civil). Se creó el Ministerio de Educación, obligándose el Estado a asumir el salario de los
maestros. En 1907 se creó la Junta para Ampliación de Estudios, órgano de investigación científica de
orientación institucionista presidido por el recién premiado. El mismo movimiento obrero se orientaba a
la educación popular (los ateneos libertarios, las escuelas modernas anarquistas y las casas del pueblo
socialistas).

Semana Trágica y reformas de Canalejas


Tras el desastre de 1898, la única salida al imperialismo español era la vocación africanista. Una intensa
actividad diplomática llevó a obtener una presencia colonial en el protectorado de Marruecos, que se
obtuvo precisamente por lo oportuno que resultaba a las potencias europeas conceder a España, una
potencia de poca consideración, lo que resultaría amenazante conceder a Alemania o a Francia (Tratado
de Algeciras, 7 de abril de 1906). La exigencia de un nuevo esfuerzo militar llevó a movilizar grandes
contingentes de reclutas obligatorios (con el injusto sistema de quintas y la exclusión de los que pagaran
la cuota de 6000 reales). Las movilizaciones antimilitaristas provocaron una grave sublevación en
Barcelona en julio de 1909 (la Semana Trágica), que amenazó con extenderse y tuvo que ser sofocada
con el ejército y la llamada de los reservistas. Los disturbios tuvieron un fuerte componente anticlerical,
promovido por el dirigente radical Alejandro Lerroux (jóvenes bárbaros), con quema de conventos e
iglesias. El gobierno conservador de Antonio Maura declaró el estado de sitio en todo el país, y se detuvo
a miles de personas, a las que se aplicó la jurisdicción militar y se sometió a consejos de guerra. El más
sonado fue el de Francisco Ferrer Guardia, creador de las escuelas modernas anarquistas. A pesar de las
protestas de la opinión pública internacional, se cumplió la sentencia, que le condenaba a muerte como
responsable de la instigación de los disturbios (13 de octubre). La presión sobre Maura le obligó a dimitir
(21 de octubre).
El turno de los liberales llevó al gobierno a José Canalejas, que procuró frenar las reivindicaciones
populares mediante reformas legislativas, como la obligatoriedad del servicio militar que acabara con la
injusticia del soldado de cuota y frenara el creciente antimilitarismo, y el intento de frenar el creciente
anticlericalismo reforzando el carácter laico del Estado. Ante la negativa papal a negociar el Concordato
de 1851, optó por limitar unilateralmente la actividad de las órdenes religiosas (Ley del Candado,
diciembre de 1910). La orientación social de las medidas gubernamentales incluyeron la sustitución de
los consumos por un impuesto progresivo sobre las rentas urbanas y un impulso a la enseñanza primaria.
No obstante, cuando tuvo que hacer frente a estallidos sociales, no dudó en emplearse con firmeza, como
en la militarización que acabó con la huelga de los ferroviarios de 1912.62

Primera Guerra Mundial y Crisis de 1917


La neutralidad de España en la Primera Guerra Mundial (1914-1918), cuestionada por aliadófilos (más
numerosos en la izquierda) y germanófilos (más numerosos en la derecha), trajo consigo un aumento
importante de la demanda de todo tipo de productos destinados a la exportación, a pesar de la opción
política por el proteccionismo industrial promovido por los catalanes de la Lliga, que habían conseguido
una cuota relativamente importante de poder político y autonomía local (Mancomunitat Catalana, 1913)
y aspiraban a ser determinantes en la política nacional (Francesc Cambó). Los precios subían por el
aumento de las exportaciones, mientras que los salarios no lo hacían al mismo ritmo, produciendo un
descenso sustancial del poder adquisitivo de los obreros mientras los empresarios veían aumentar sus
márgenes de beneficio. Las desigualdades sociales intensificaron la afiliación sindical a la Unión General
de los Trabajadores (UGT, socialista) y la Confederación Nacional del Trabajo (CNT, anarquista, fundada
en 1910).63

La crisis de 1917 estalló como consecuencia de cuatro graves problemas: el problema político
(inadecuación de las instituciones a una sociedad cada vez más moderna y una opinión pública cada vez
más consciente, sobre todo en las zonas urbanas no sometidas al caciquismo), el problema económico-
social (descenso del nivel de vida e intensificación de las reivindicaciones obreras), el problema militar
(descontento de la oficialidad media y baja por la política de ascensos y por el descenso de los salarios
reales), y el problema catalán (incremento de la presión regionalista, respondida por la presión de los
militares españolistas desde el asunto del ¡Cu-Cut!, de 1905). Una asamblea de diputados reunida en
Barcelona planteó la posibilidad de una alternativa a los partidos dinásticos y la regeneración del régimen
político. Simultáneamente se produjo una huelga general (convocada por la UGT y apoyada por la CNT).
El gobierno conservador de Eduardo Dato contestó con la represión, enviando a prisión o al exilio a los
dirigentes de las protestas (los socialistas Francisco Largo Caballero, Julián Besteiro, Indalecio Prieto,
Andrés Saborit y Daniel Anguiano o el republicano Marcelino Domingo —todos ellos con gran futuro
político—). Se formó un gobierno de concentración de liberales y conservadores, y las siguientes
elecciones arrojaron resultados inciertos.

El fin del ciclo económico coincidió con el fin de la Primera Guerra Mundial y la catástrofe demográfica
de la denominada gripe española (la prensa española, a diferencia de la de los países beligerantes, no
estaba sometida a censura de guerra y podía informar de la epidemia). No obstante, a esas alturas del
siglo XX las cifras demográficas de los años "normales" ya respondían a las de una transición
demográfica iniciada, con una creciente población urbana; y los datos de la estructura económica a las de
un país inmerso en un proceso de industrialización, con la mayor parte de la fuerza de trabajo a
disposición del mercado, más allá de los circuitos aldeanos del autoabastecimiento, aunque con un claro
atraso relativo, lejos de los niveles de desarrollo que ya habían convertido a algunos países en verdaderas
sociedades de consumo.
A mi trabajo acudo, con mi dinero pago
el traje que me cubre y la mansión que habito,

el pan que me alimenta y el lecho donde yago.

Antonio Machado, Retrato.64

Crisis de la Restauración (1917-1923)


Una imprudente maniobra militar en África, respaldada personalmente por el rey,65 condujo al desastre
de Annual (22 de julio de 1921, con cerca de diez mil muertos). La investigación parlamentaria del
escándalo (Expediente Picasso) amenazó con desestabilizar los centros de poder del sistema canovista: la
monarquía y el ejército.

Simultáneamente, se asistía a un recrudecimiento de los conflictos sociales, tanto en zonas urbanas como
rurales: los denominados trienio bolchevique66 de Andalucía (huelgas y revueltas campesinas que
llevaron a la declaración del estado de guerra en mayo de 1919) y años de plomo de Barcelona67
(caracterizados por el pistolerismo de la patronal y la acción directa o violencia anarquista de grupos de
trabajadores, y la política de dura represión contra éstos del gobernador Severiano Martínez Anido,68
que enrarecían cada vez más la vida social catalana).

El capitán general de Barcelona, Miguel Primo de Rivera, dio un golpe de Estado el 13 de septiembre de
1923, con la inmediata aceptación del rey, sin que hubiera fuertes reacciones de oposición ni en la esfera
política ni en la social, mientras que los intelectuales se dividían: oposición de Unamuno (que fue
desterrado) y aceptación de Ortega.69

... yo actuaba por iniciativa propia. No tengo cómplices. Consideraba que si llegaba a cumplir
mi objetivo de matar al rey, provocaría una revolución en España. No es por odio personal al
soberano por lo que me proponía actuar, pues lo respeto como hombre pero no como rey y
estimo que su desaparición podría ayudar a la salvación de España.
Confesión de Buenaventura Durruti ante la policía francesa, junio de 1926.70

Dictadura de Primo de Rivera (1923-1930)


Se impuso entonces una dictadura que, en los primeros años, recibió toda clase de apoyos sociales, desde
la burguesía catalana hasta la UGT de Largo Caballero, mientras los partidos dinásticos aceptaban la
suspensión de la Constitución. La popularidad del régimen quedó fortalecida con una solución militar, en
forma de operación de gran envergadura, al problema de Marruecos, para la que se contó con la ayuda de
Francia: el desembarco de Alhucemas (8 de septiembre de 1925). Se nacionalizaron sectores estratégicos,
como el petrolífero y el telefónico, en los que se establecieron grandes compañías monopolísiticas
(CAMPSA y la Compañía Telefónica Nacional). Una ambiciosa política de obras públicas de espíritu
regeneracionista (construcción de carreteras y embalses, regadíos, repoblación forestal) dinamizó el
empleo y la actividad económica, una vez establecida por la fuerza la paz social. Parecían ser las virtudes
terapéuticas del cirujano de hierro que había pronosticado Joaquín Costa.71

Con el tiempo, el régimen fue derivando en un corporativismo que en algunos extremos recordaba a la
Italia fascista de Mussolini, incluso con la creación de un movimiento político con vocación de partido
único (partido político, pero apolítico: la Unión Patriótica). La sustitución del inicial directorio militar
por un directorio civil (3 de diciembre de 1925), que incluyó a políticos ajenos a los partidos
tradicionales (José Calvo Sotelo, Galo Ponte, Eduardo Callejo),
inició una institucionalización del régimen (fundación de la
Organización Corporativa Nacional (1926), convocatoria de una
Asamblea Nacional Consultiva (1927), inicio de la redacción de
un nuevo texto constitucional —la Constitución de 1929, que no
llegó a completarse—), que cada vez demostraba más intenciones
de prolongarse en el tiempo, frente a su pretendida
provisionalidad inicial.

La mala gestión de la política monetaria impidió desarrollar el


programa de obras públicas, y las dificultades económicas se
sumaron a la pérdida de popularidad del dictador, cada vez más
criticado por una oposición creciente, especialmente entre la
juventud universitaria, los intelectuales y el movimiento obrero;
mientras se fraguaba una conspiración política entre los partidos
El dictador Miguel Primo de Rivera
republicanos y el socialista. Ante la falta de apoyos, la situación
de Primo de Rivera se hizo insostenible, y optó por renunciar y
salir al exilio (28 de enero en 1930).

Dictablanda y crisis final de la monarquía (1930-1931)


El gobierno fue encargado al general Berenguer. El descrédito del nuevo gobierno fue inmediato: un
sonado artículo de uno de los más destacados intelectuales, José Ortega y Gasset (El error Berenguer —
El Sol, 15 de noviembre de 1930—), terminaba con un rotundo delenda est monarchia. La sublevación
pro-republicana de una unidad militar en Jaca el 12 de diciembre de 1930 fue sofocada, pero el
fusilamiento de los dos principales responsables (Fermín Galán y Ángel García Hernández) tuvo una
gran repercusión en la opinión pública. Ortega, apoyado por un selecto grupo (Ramón Pérez de Ayala y
Gregorio Marañón) creó la Agrupación al Servicio de la República, presidida por Antonio Machado. Su
primer acto público (14 de febrero de 1931) fue seguido por la dimisión de Berenguer.

José Ortega y Gregorio Marañón. Antonio Machado.


Gasset.

La unidad de acción de los políticos republicanos de diferentes orientaciones, a partir del Pacto de San
Sebastián (17 de agosto de 1930), les permitía desafiar con ventaja al cada vez más débil gobierno y
ofrecerse como una verosímil alternativa de poder.

En este contexto, el nuevo presidente, el almirante Aznar, optó por un restablecimiento paulatino de las
prácticas democráticas, comenzando por la celebración de elecciones municipales el 12 de abril, un
escenario político más proclive a la recomposición del tradicional control de las redes clientelares sobre
el poder local. Los partidos republicanos y el PSOE constituyeron un bloque electoral que recibió el
apoyo de la UGT. En Cataluña los partidos dinásticos se aliaron con la Lliga, mientras que a los partidos
de oposición de ámbito nacional se sumaba la recientemente creada Esquerra Republicana de Catalunya
(Francesc Macià). La CNT aplicó la ortodoxia ideológica anarquista, que consideraba contraproducente
intervenir en las instituciones políticas burguesas; mientras que el Partido Comunista de España (PCE,
escindido del PSOE como resultado de formación de la Tercera Internacional prosoviética) era aún un
partido de muy escasa entidad. A pesar de que tanto en número de votos como en número de
ayuntamientos los candidatos monárquicos ganaron, a nadie se le ocultaba que la mayor parte de las
circunscripciones (pueblos sometidos al caciquismo y sin verdadera libertad de voto), no podían ser
consideradas del mismo modo que las ciudades, donde ganaron con holgura las listas republicano-
socialistas. En vista de los resultados, el 14 de abril, en un ambiente festivo y popular, la multitud llenó
las calles de todas las ciudades ondeando banderas tricolores (la bandera republicana sustituía la banda
inferior roja por otra morada), mientras destacados políticos republicanos, ante el desbordamiento y la
inacción de las autoridades, se hacían con el control de edificios públicos proclamando la República. El
rey optó por no forzar una respuesta represiva que no hubiera contado con el apoyo del ejército ni de los
partidos dinásticos, y se exilió, renunciando al ejercicio de sus poderes aunque sin abdicar formalmente.

Segunda República (1931-1939)

Primer bienio, "social-azañista", reformista o


transformador
Se instauró un gobierno provisional presidido por Niceto Alcalá
Zamora formado por republicanos de distintas ideologías,
incluyendo a socialistas. El 28 de junio de 1931, las elecciones a
Cortes constituyentes dieron lugar a una cámara en la que los
partidos republicanos de izquierda, junto con el PSOE,
impusieron una orientación laicista y avanzada socialmente, lo
que produjo la dimisión de Alcalá Zamora y la formación de un
nuevo gobierno presidido por Manuel Azaña (14 de octubre de
1931). Se procuró mantener el equilibrio institucional nombrando
a Alcalá Zamora presidente de la República (10 de diciembre del
mismo año).
Niceto Alcalá Zamora, primer
La Constitución de 1931 reconoció un amplio conjunto de presidente de la Segunda República.
derechos políticos y sociales, como el sufragio femenino, la
institución de jurados mixtos de patronos y obreros en paridad
para la resolución de los conflictos laborales. Al subordinar la propiedad privada al interés de la
economía nacional se respondía a la necesidad de una reforma agraria (sustanciada en la Ley de 9 de
septiembre de 1932) que preveía la expropiación con indemnización de las fincas que se consideraran no
explotadas con suficiente rentabilidad social (como la mayor parte de los latifundios del Sur de España),
en beneficio de los jornaleros sin tierras. La total separación Iglesia-Estado se expresó en una completa
libertad religiosa, en la supresión del presupuesto de culto y clero (concesión a la Iglesia católica desde el
Concordato de 1851, que remediaba mediante el pago de salarios a obispos y sacerdotes la privación de
recursos a causa de la desamortización), en la prohibición de la enseñanza reglada a las órdenes religiosas
y en la supresión de la Compañía de Jesús (basándose en su voto de especial obediencia al papa). El
nuevo diseño institucional hacía recaer el poder ejecutivo en un Presidente de la República que nombraba
al presidente de un gobierno responsable ante un legislativo unicameral. La nueva estructura territorial
reconocía el derecho a la autonomía dentro de un denominado Estado integral, lo que resultó en la
constitución de la Generalidad de Cataluña el 2 de agosto. Se abolían las jurisdicciones especiales (como
la militar, que se ejercía sobre civiles desde 1906), se extendía el jurado y se preveía la formación de un
Tribunal de Garantías Constitucionales.

La reforma del ejército, institución descompensada por la gran cantidad de oficiales, implicó el cierre de
la Academia General de Zaragoza. El descontento militar, al que se sumó el de la Guardia Civil, llevó al
general Sanjurjo a dar el fallido golpe de estado de 1932, de carácter monárquico y que también aducía
como causa la deriva anticlerical de la República, ejemplificada en la quema de conventos. Desde el otro
extremo del espectro político, los dirigentes anarquistas de la CNT y la FAI impusieron la táctica de
presión permanente mediante huelgas y otras movilizaciones, especialmente violentas en el campo. Se
sucedieron graves enfrentamientos como los sucesos de Gilena, de Castilblanco, de Arnedo y de Casas
Viejas;72 cuya gestión minaría al gobierno social-azañista hasta el punto de obligar a la disolución de la
cámara y la convocatoria de las elecciones de noviembre de 1933, en las que los anarquistas manifestaron
su indiferencia ante el régimen republicano mediante la abstención. También se había argumentado
(debate Victoria Kent y Clara Campoamor) que el ejercicio por primera vez del sufragio femenino daría a
la derecha el voto de muchas mujeres, influidas de forma determinante por la opinión expresada por los
sacerdotes desde el púlpito y el confesionario. Los partidos que más escaños obtuvieron fueron el bloque
de la Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA) de José María Gil-Robles y el Partido
Radical de Alejandro Lerroux (muy alejado del radicalismo que le caracterizó a comienzos de siglo), que
llegaron a un acuerdo de gobierno.

Celebraciones en Cubierta de un Clara Campoamor.


Barcelona tras la ejemplar de la
proclamación de la Constitución de la
República el 14 de República Española
abril de 1931. de 1931.

Segundo bienio, "radical-cedista" o "negro"


Las reformas que se habían iniciado en el primer bienio se vieron radicalmente interrumpidas por el
gobierno cedista. Se frenó la aplicación de la Ley de Reforma Agraria; se concedió amnistía a los
golpistas del 32 (Sanjurjo, Juan March, etc.); y se vetó la ley de la Generalidad catalana favorable a los
rabassaires. Desde la izquierda republicana y el movimiento obrero se temía que la incorporación al
gobierno de Gil-Robles significara, como había ocurrido con la de Hitler en Alemania, el establecimiento
de un sistema fascista a pesar de su origen democrático. La insurrección de octubre de 1934, impulsada
por el PSOE, apoyada por los anarquistas, y que en Cataluña contó con la adhesión institucional del
gobierno autónomo, de Esquerra Republicana (que fue aún más lejos, proclamando el Estado Catalán
dentro de la República Federal Española, 6 de octubre), fracasó en toda España excepto en Asturias,
donde los mineros tomaron las ciudades. El gobierno encargó la represión al ejército de África, dirigido
por Francisco Franco, que acabó con la revuelta de forma expeditiva; además de los numerosos muertos
y heridos, miles de obreros, sindicalistas y políticos de partidos de izquierda quedaron encarcelados.73 El
final del periodo se vio afectado por un escándalo de corrupción (el fraude del estraperlo) que provocó
dificultades parlamentarias al partido de Lerroux, que se disgregó, lo que forzó un adelantamiento
electoral.

Votaciones en Eibar
el 5 de noviembre
de 1933.

El Frente Popular (de febrero a julio de 1936)


A imitación de Francia donde un Front Populaire había llegado al gobierno (la estrategia frentepopulista,
diseñada por Dimitrov y Stalin en el Komintern, respondía a la necesidad de frenar al fascismo por vía
electoral reuniendo a los partidos antifascistas de una amplia zona del espectro político), en España, con
la misma denominación de Frente Popular, se formó una coalición electoral que ganó las elecciones de
febrero de 1936. A pesar de la escasa distancia en votos, el sistema electoral produjo una gran mayoría de
diputados del PSOE, de Izquierda Republicana y del resto de los partidos de la coalición. Alcalá Zamora
fue destituido por la nueva cámara como presidente de la República (7 de abril), y se eligió para
sustituirle a Manuel Azaña (11 de mayo), un cambio idéntico en las personas al que se produjo en la
presidencia del gobierno en 1931. Previamente (19 de febrero) se había formado un gobierno presidido
por Azaña con ministros republicanos entre los que no se nombró a socialistas (cuyo apoyo parlamentario
era imprescindible, pero que estaban divididos internamente entre la tendencia más moderada de
Indalecio Prieto y la más radical de Francisco Largo Caballero).

Se restableció la Generalidad catalana y se desbloquearon las reformas paralizadas por el bienio radical-
cedista, entre ellas los trámites para dotar de estatutos de autonomía a Galicia y el País Vasco. Las
confrontaciones laborales y el desorden público iban en aumento. Volvió a producirse una nueva oleada
de disturbios anticlericales. Desde el 14 de abril (quinto aniversario de la proclamación de la República)
se sucedían manifestaciones y contramanifestaciones violentas, con resultado de muertos en una espiral
de venganzas personales y políticas. El 15 de junio de 1936 Gil-Robles denunciaba la grave situación en
un discurso parlamentario:

160 iglesias destruidas, 251 asaltos de templos, incendios sofocados, destrozos, intentos de
asalto. 269 muertos. 1287 heridos de diferente gravedad. 215 agresiones personales frustradas
o cuyas consecuencias no constan. 69 centros particulares y políticos destruidos, 312 edificios
asaltados. 113 huelgas generales, 228 huelgas parciales. 10 periódicos totalmente destruidos,
todos de derecha. 83 asaltos a periódicos, intentos de asalto y destrozos. 146 bombas y
artefactos explosivos. 38 recogidos sin explotar.74

El 12 de julio fue asesinado el teniente Castillo, militar de la Unión Militar Republicana Antifascista que
se había significado en la represión de una manifestación derechista. Al día siguiente, un grupo de
guardias de asalto (fuerza de seguridad a la que pertenecía Castillo) quisieron vengarle matando a Gil-
Robles, pero al no encontrarse en su domicilio decidieron atentar contra José Calvo Sotelo, antiguo
ministro de Hacienda de la monarquía y jefe del Bloque Nacional (agrupación de monárquicos alfonsinos
y carlistas, de carácter tradicionalista o ultraconservador), que a pesar de su escaso peso político actuaba
parlamentariamente como uno de los líderes más visibles de la oposición. Su asesinato fue considerado
como justificación (se le denominó el protomártir de la Cruzada) para la sublevación militar que se
produjo cuatro días después, aunque no como su detonante, pues el hecho de que llevaba varios meses
preparándose había pasado a ser un secreto a voces ante el que todas las fuerzas sociales y políticas
estaban tomando posición.

Guerra Civil
Véase también: Revolución social española de 1936
La tarde del 17 de julio comenzó la sublevación militar en
Marruecos y la mañana del 18 de julio en la mayor parte de la
Península. El denominado Alzamiento Nacional fracasó en
lugares clave, como Madrid y Barcelona, debido en algunos casos
a la oposición de parte del ejército, y en otros a la resistencia
popular, organizada en milicias de sindicatos y partidos de
izquierda que obtuvieron armas de las autoridades
gubernamentales (a lo largo de la guerra fue significativa la
actividad militar de líderes de extracción popular, como Enrique
Líster y Valentín González El Campesino —comunistas, Quinto
Las dos Españas tal como las definía
Regimiento—, y Buenaventura Durruti —anarquista, Milicia
el frente de guerra en 1936.
confederal—). Algunos puntos donde triunfó la sublevación
quedaron rodeadas como enclaves (Sevilla, Toledo, Granada).
España quedó dividida en dos zonas (zona nacional o fascista y zona republicana o roja —según quién
la nombrara—) que determinaron la condición de nacionales o republicanos geográficos (es decir, no por
convicción, sino por obligación) de buena parte de los militares, policías, guardias civiles o funcionarios;
así como de los reclutas forzosos y la sociedad civil. En líneas generales, la zona nacional correspondía a
las zonas agrarias del norte donde dominaba la pequeña propiedad (Galicia, Meseta Norte, Navarra),
mientras que la republicana correspondía a las zonas industriales y obreras (Asturias, País Vasco,
Cataluña, Madrid, Valencia) y las zonas agrarias latifundistas del sur (Extremadura, Meseta Sur y
Andalucía); lo que también respondía a grandes rasgos al sentido del voto mantenido desde principios de
siglo en las sucesivas elecciones entre izquierdas y derechas. Los otros rasgos ideológicos que también
funcionaron como identificativos fueron los que separaban a los partidarios del concepto más
tradicionalista de unidad de España contra los nacionalistas periféricos y los que separaban a los
partidarios del papel tradicional de la Iglesia católica de los anticlericales. La heterogeneidad de los
bandos incluía a los nacionalistas vascos (católicos) en el bando republicano, y a los catalanistas de la
Lliga (derechistas) en el bando sublevado. La radicalización de las posturas implicó la marginación de los
moderados de cada bando o los que no se sentían identificados con ninguno de los dos (la denominada
tercera España).
Comenzó una violentísima represión en ambas retaguardias, más
sistemática en el bando sublevado, mas descontrolada en el
republicano, que llegó incluso a graves enfrentamientos internos
(sucesos de Barcelona de mayo de 1937, entre anarquistas,
trotskistas y comunistas, involucrados en un conflicto de
prioridades entre ganar la guerra o hacer la revolución —la
denominada revolución social española, que realizaba
colectivizaciones y experimentos libertarios en zonas carentes del
control gubernamental y perdidas en poco tiempo—). Los
paseíllos y sacas de presos (ejecuciones clandestinas) y las
detenciones regulares o irregulares (en cárceles organizadas a
medida que avanzaba la zona nacional y chekas de distintas Se observa claramente la muesca
simétrica (que afecta por igual a
orientaciones en la retaguardia republicana) se centraron en los
ambos sexos) en los nacidos entre
enemigos de clase e ideológicos: propietarios y sacerdotes para el
1936 y 1939, que en el año 1950 ya
bando republicano, sindicalistas y maestros para el nacional. tenían entre 14 y 11 años; y la
POLLASesca asimétrica (que sólo
La desventaja estratégica inicial de los militares sublevados afecta a los varones) en los grupos
(fuerzas concentradas en África sin el control de la marina ni la de edad entre 30 y 40 años, que en
aviación, mayoritariamente republicanas) se compensó con el la Guerra tenían entre 14 y 11 años
apoyo de aparatos cedidos por la Alemania nazi, que junto con la menos, es decir, estaban en edad
militar.
Italia fascista pasaron a ser un aliado decisivo de los
sublevados,75 a los que también benefició la garantía de
suministro de petróleo por parte de una petrolera estadounidense
(Texaco), a pesar de la oposición de su propio gobierno.76

El gobierno de la República, primero presidido por José Giral y


luego por Francisco Largo Caballero, no pudo obtener una ayuda
semejante por parte de las democracias europeas, que propiciaban
una política de no intervención, al tiempo que pretendían,
mediante la política de apaciguamiento, frenar el expansionismo
de Hitler en Europa central, empeño finalmente inútil, que
demostró, entre otras cosas, que la Guerra de España fue el
ensayo y primera batalla de la Segunda Guerra Mundial. El único
apoyo internacional que la República obtuvo fue el de la Unión La muesca simétrica de los nacidos
en la Guerra Civil se sigue
Soviética, que se concretó en material bélico, asesores militares y
observando en el grupo de edad
la organización de un reclutamiento internacional de voluntarios
entre 69 y 65 años. La
en las Brigadas internacionales. La cada vez mayor influencia sobremortalidad masculina de los
soviética fue paralela al incremento de la presencia social e mayores de 85 años explica la
institucional del hasta entonces pequeño Partido Comunista de desproporción entre varones y
España, especialmente con el gobierno del socialista Juan Negrín mujeres, pero sólo en parte es
debida a los muertos en guerra.
(desde mayo de 1937). El pago económico se complicó con el
oscuro asunto de la salida de las reservas de oro del Banco de
España para ser custodiado en Rusia, el denominado oro de
Moscú.

El bando sublevado quedó desde el 1 de octubre de 1936 bajo el mando único del general Franco, cuyo
prestigio había quedado incrementado por la dura campaña que conectó las zonas sublevadas de sur y
norte (toma de Badajoz, 14 de agosto de 1936), prolongada con el episodio del rescate de los asediados
en el Alcázar de Toledo (27 de septiembre de 1936). Ningún militar podía discutírselo (el organizador de
la sublevación, general Mola y el más prestigioso de entre los sublevados, el general Sanjurjo, fallecieron
en accidentes de aviación). Tampoco hubo serias disputas políticas internas: el fundador de Falange
Española, José Antonio Primo de Rivera, estaba preso en la cárcel de Alicante (fue fusilado el 20 de
noviembre), y a partir de entonces se le nombraba como el ausente. De estética y programa inspirado en
el fascismo italiano, era el partido más extremista de la derecha y el más prestigioso, por su opción
decidida por la violencia, entre los que habían perdido toda confianza en el sistema republicano desde
que la derecha perdió las elecciones de febrero de 1936, produciéndose un espectacular incremento de su
militancia (los camisas nuevas frente a los camisas viejas). Todos los demás partidos y movimientos
adheridos al alzamiento (las JONS, ya integradas en Falange, los partidos derechistas ya integrados en la
CEDA, Tradición y Renovación Española y diversos grupos derechistas, católicos, carlistas,
monárquicos, etc.) fueron disueltos y obligados a unificarse con Falange bajo las siglas FET y de las
JONS (Falange Española Tradicionalista y de las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista, Decreto de
Unificación de 19 de abril de 1937). Se evidenció que la guerra no se hacía para restablecer una
monarquía liberal-conservadora o un gobierno derechista republicano, sino para implantar un régimen
totalitario similar al italiano y al alemán.

Véase también: cartelismo político


La defensa de Madrid, fuertemente bombardeada, adquirió tonos propagandísticos (lema No pasarán,
poema de Antonio Machado que llamó a Madrid Rompeolas de todas las Españas) amplificados por el
apoyo mayoritario de los intelectuales a la república (Alianza de Intelectuales Antifascistas, Exposición
Internacional de París de 1937). Una decidida resistencia consiguió evitar la toma de la capital, aunque
tuvo que ser desalojada por el gobierno, que se refugió en Valencia. La evacuación de los prisioneros
derechistas ocasionó uno de los episodios más polémicos de la guerra: los asesinatos de Paracuellos.
También polémicos fueron los episodios relativos a la caída de la zona norte republicana: el bombardeo
de Guernica, la toma de Bilbao (teóricamente protegida por un cinturón de hierro) y la retirada de los
nacionalistas vascos (Pacto de Santoña).

Los republicanos pretendieron tomar la iniciativa con las ofensivas de Belchite (agosto-septiembre de
1937) y de de Teruel (diciembre 1937-febrero de 1938), que fueron neutralizadas. Más graves
consecuencias tuvo la llegada de las tropas de Franco al Mediterráneo en Vinaroz (general Yagüe, 15 de
abril de 1938, culminación de la ofensiva de Aragón), que cortó la zona republicana en dos. El
planteamiento de una seria contraofensiva en la batalla del Ebro (julio-noviembre de 1938), la más
importante de toda la guerra, no pudo romper el frente de forma decisiva, y el agotamiento de las fuerzas
republicanas condujo a la caída de Cataluña (diciembre de 1938-febrero de 1939) y la salida al exilio en
Francia del primer gran contingente de republicanos españoles, incluido el dimitido presidente Azaña (27
de febrero de 1939), que había intentado inútilmente la reconciliación de ambos bandos con su emotivo
discurso Paz, piedad y perdón (18 de julio de 1938).77 Los últimos días de la guerra no fueron de
combates en el frente sino en la retaguardia republicana, en la que se produjo el golpe de estado del
coronel Casado (4 de marzo de 1939) y la rápida disolución de toda autoridad, mientras se organizaba
precipitadamente la huida hacia el exilio. La toma de Madrid por las tropas de Franco se hizo sin ninguna
oposición, y el 1 de abril se firmó el último parte de la Guerra Civil Española.

El tema de la Guerra Civil es el de mayor producción literaria de toda la historiografía española, así como
el más polémico y generador de debate social y político (véase memoria histórica). Ni siquiera en las
fechas hay acuerdo total: los denominados revisionistas proponen la revolución de 1934 como inicio de
la guerra, mientras que la propia declaración del estado de guerra fue divergente en ambos bandos: el
gobierno republicano no declaró el estado de guerra hasta casi su final (para mantener el control civil de
todas las instituciones), mientras que el gobierno de Franco no levantó la declaración hasta varios años
después de terminada (para garantizar su control militar).

Las consecuencias de la Guerra civil han marcado en gran medida la historia posterior de España, por lo
excepcionalmente dramáticas y duraderas: tanto las demográficas, que marcaron la pirámide de
población durante generaciones (aumento de la mortalidad por violencia directa —175 000 muertos en el
frente, 60 000 por la represión en la retaguarda nacional y 30 000 en la republicana— y por el deterioro
de las condiciones de vida y la alimentación; y descenso de la natalidad) como las materiales
(destrucción de las ciudades, de la estructura económica —50 % de la estructura ferroviaria y más de un
tercio de la marina mercante y de la ganadería—,78 del patrimonio artístico —a pesar de intentos de
protegerlo, como el que llevó a evacuar a Suiza de los principales fondos del Museo del Prado para evitar
los bombardeos de Madrid, pero que eran inviable generalizar, dada la dispersión del arte religioso, en el
que se ensañó la ira anticlerical—), intelectuales (fin de la denominada Edad de Plata de las letras y
ciencias españolas) y políticas (la represión en la retaguardia de ambas zonas —mantenida por los
vencedores con mayor o menor intensidad durante todo el franquismo, unas 50 000 ejecuciones— y el
exilio de los perdedores), que se perpetuaron mucho más allá de la prolongada posguerra, incluyendo la
excepcionalidad geopolítica del mantenimiento del régimen de Franco hasta 1975.

Polacos jurando Soldados alemanes Guernica tras el


fidelidad a la II cargando un Heinkel bombardeo del 26
República. He 111 de la Legión de abril de 1937.
Cóndor con
bombas.

Dictadura de Franco (1939-1975)


Véase también: Franquismo

Autarquía y nacionalcatolicismo (1939-1959)


Tras la Victoria una represión de extraordinaria dureza se extendió en el tiempo (hasta 1948 no se levantó
el Estado de Guerra) y se centró entre los grupos sociales identificados como Antiespaña: sindicatos y
partidos republicanos, izquierdistas y nacionalistas periféricos; cuyo patrimonio fue confiscado. Se
promulgó una Ley para la Represión de la Masonería y el Comunismo (1 de marzo de 1940) y se inició
una Causa General sobre la dominación roja en España (desde el 26 de abril de 1940 y prolongada hasta
1969, cuando se estableció la prescripción de los "delitos cometidos con anterioridad al 1 de abril de
1939"). Las causas judiciales se establecían por delito de rebelión militar, pues aunque la rebelión de
hecho había sido la del bando vencedor, se consideraba que tras la declaración del estado de guerra,
cualquier actividad contraria a ella, incluso la del gobierno
republicano, era ilegal. Se prestó una particular atención a la
masonería (objeto especial de una obsesión personal de Franco —
la conspiración judeomasónica—) y se llevó a cabo una
concienzuda depuración del Magisterio, para impedir la
continuidad de un cuerpo identificado con los valores
republicanos; así como de todos los funcionarios públicos, a los
que se exigía el juramento de adhesión a los principios del
Movimiento Nacional. La mayor parte de los intelectuales, Franco junto a Heinrich Himmler, jefe
de las SS en 1940. A la derecha se
artistas, literatos, científicos y profesores universitarios, cuya
encuentra Serrano Suñer, llamado el
identificación con el bando perdedor era mayoritaria, formaba cuñadísimo por ser el cuñado de
parte del exilio exterior o comenzó una penosa existencia de Franco imitando a uno de los títulos
marginación y silencio (el denominado exilio interior:79 Vicente del dictador; el Generalísimo. Franco
Aleixandre, Blas de Otero, Antonio Buero Vallejo, generación de también se hacía llamar el Caudillo.
1950). A pesar de la producción de literatos y artistas afines al
franquismo (Azorín, José María Pemán, Ernesto Giménez
Caballero, Luis Rosales, Camilo José Cela, Pedro Laín Entralgo),
de la vuelta de algunas celebridades de gran peso internacional
(destacadamente Ortega y Gasset y Dalí) y del mantenimiento de
una mínima actividad científica (creación del CSIC), el periodo
se ha llegado a denominar como destrucción de la ciencia en
España;80 o, en expresión de Luis Martín Santos, Tiempo de
silencio.

Los sucesos de 1956 demostraron que, a pesar del éxito del Valle de los Caídos (1940-1958),
franquismo en mantenerse y conseguir la conformidad social memorial de la Guerra Civil
construido como trabajos forzados
(legitimidad de ejercicio, como se argumentaba por sus
por presos republicanos. Franco lo
defensores), por convicción o por represión, entre las clases concibió también para alojar su
populares y medias; fracasó precisamente entre las élites, propia tumba, al lado de la de José
produciéndose un evidente alejamiento de una parte significativa Antonio Primo de Rivera el ausente,
de los intelectuales inicialmente afines, y sobre todo de la cuyo cadáver había sido trasladado
juventud universitaria, destacando el protagonismo conjunto en a hombros de falangistas desde
Alicante hasta el panteón de los
los disturbios tanto de hijos de los vencedores como de hijos de
reyes de España en monasterio de
los vencidos. El Escorial, un lugar muy cercano al
elegido para el Valle.
La unificación de partidos políticos y movimientos sociales
favorables al Alzamiento se prolongó después de la guerra,
aunque dentro del Movimiento Nacional eran visibles las diferentes sensibilidades e intereses de cada
una de las familias del franquismo, entre las que Franco, de forma paternalista, administraba el reparto de
parcelas de poder e influencia (azules —falangistas—, requetés —tradicionalistas o carlistas—, juanistas
—los monárquicos partidarios de Juan de Borbón, heredero de Alfonso XIII, que se mantuvo en el exilio
y realizó alternativos acercamientos a Franco y a la oposición—, católicos —de Acción Católica, la
Asociación Católica Nacional de Propagandistas y otras instituciones, entre las que paulatinamente fue
ganando influencia el Opus Dei— y militares —especialmente los africanistas, los de más confianza de
Franco, con mandos relevantes en la Guerra Civil y en muchos casos en la posterior campaña de Rusia de
la División Azul—). Cada una de ellas expresaba públicamente ligeros matices a través de una pluralidad
de medios de prensa, todos ellos entusiásticamente partidarios del régimen y sometidos a una rígida
censura previa (Arriba, ABC, Ya), que en el caso de los medios audiovisuales se sometía a una total
unificación en los mensajes informativos (parte de Radio
Nacional de España, de obligada difusión en todas las emisoras, y
NO-DO en todos los pases cinematográficos).

Véase también: Historia de la prensa en España


El comienzo de la Segunda Guerra Mundial obligó a Franco a
Enfrentamiento entre los maquis y la
mantener un delicado equilibrio entre sus principales apoyos (el
guardia civil en un bosque. La
Eje Roma-Berlín y el Pacto Antikomintern, al que España se actividad guerrillera antifranquista
había adherido), y la conveniencia de no enemistarse con tuvo su mayor incidencia con el final
Inglaterra y Estados Unidos. Se declaró la no beligerancia o de la Segunda Guerra Mundial
neutralidad benévola, que permitió incluso el envío de unidades (1945) y se prolongó hasta
militares (teóricamente formadas por voluntarios) a la campaña comienzos de los años cincuenta.
de Rusia integrado en el ejército alemán (la División Azul). El
protagonismo en las cordiales relaciones con Alemania en los
primeros años cuarenta, en que el avance alemán parecía
imparable, correspondió a Ramón Serrano Súñer. Hitler llegó a
proponer a Franco la entrada de España en la guerra, pero las
negociaciones, en las que la posición española fue
desproporcionadamente exigente, no fructificaron (entrevista de
Hendaya, 23 de octubre de 1940).

Véase también: España en la Segunda Guerra Mundial Inauguración de unas instalaciones


del INIA en Puerta de Hierro
El cambio de la coyuntura bélica en los últimos años de la guerra (Madrid), en 1954. Junto a Franco
provocaron un enfriamiento de las declaraciones de amistad están Eugenio Morales Agacino y
hispano-alemana, la retirada de la División Azul y la evidente Joaquín Ruiz-Giménez.
marginación de los falangistas (Serrano Súñer fue discretamente
apartado y se restringió la actividad de la familia azul a los
asuntos sociales; los escasos movimientos de descontento —hedillistas, ya alejados de la dirección desde
1937, o falangistas auténticos— fueron eficazmente reprimidos o reconducidos). El discreto
acercamiento a los aliados occidentales, no obstante, no impidió que tras el final de la guerra el régimen
de Franco sufriera un duro aislamiento internacional. En todo caso, lo que sí se consiguió fue la propia
supervivencia del régimen, frente a la exigencia de la Unión Soviética y del exilio republicano (muchos
de cuyos miembros habían luchado junto a los aliados en la guerra) de que compartiera la suerte de los
demás regímenes fascistas de Europa. En el contexto de las conferencias de Yalta y y Potdsdam, los
cálculos geoestratégicos de Churchill y Truman consideraron preferible el mantenimiento de Franco en
España (al igual que el de Oliveira Salazar en Portugal, que era decididamente anglófilo), antes que
arriesgarse a un incremento de la influencia soviética en Europa Occidental justo cuando se estaba
produciendo un nuevo alineamiento de bloques a ambos lados del Telón de Acero en los inicios del
periodo conocido como Guerra Fría.

Se inició una campaña de guerra irregular (el maquis) por parte de pequeñas unidades republicanas
infiltradas en España siguiendo las tácticas utilizadas durante su participación en la Resistencia francesa.
Aunque no tuvo ningún éxito militar (la invasión del Valle de Arán de 1944 fue fácilmente rechazada) sí
que consiguió provocar una fuerte reacción represiva que impidió cualquier actividad opositora en el
interior. También contribuyó a incrementar las discrepancias que hicieron inoperante la Segunda
República española en el exilio, cada vez con menor apoyo entre los gobiernos extranjeros. La evidencia
de la imposibilidad de derrotar militarmente a Franco llevó a la decisión de Stalin de que el Partido
Comunista de España optara por intentar obtener presencia social en la clandestinidad, infiltrándose
incluso en las propias instituciones del sindicalismo franquista; tras la muerte de Stalin, Santiago Carrillo
insistió en esa vía a través de la orientación política denominada de reconciliación nacional (1956).

El totalitarismo del régimen se expresó en un cuerpo legislativo inicialmente inspirado en el fascismo


italiano (Fuero del Trabajo, imitación de la Carta del Lavoro), pero que se fue adecuando a las sucesivas
coyunturas políticas conforme la indiscutida autoridad interior de Franco decidía que era necesaria
alguna actualización, en lo que se denominaron Leyes Fundamentales. El Estado no tenía división de
poderes (todos estaban concentrados en la jefatura, vitaliciamente concedida a Franco), pero se procuró
dotarle de una apariencia institucional bicameral (Cortes Españolas y Consejo Nacional del Movimiento,
instalados en los palacios tradicionalmente ocupados por Congreso y Senado), se definió como teórica
forma de gobierno la monarquía (reservando a Franco la elección de un "sucesor a título de rey" entre
cualquier miembro de cualquier rama dinástica histórica) y se acuñó como expresión política el término
democracia orgánica (que reconocía como únicos vehículos de participación popular "la familia, el
municipio y el sindicato").

El corporativismo y la negación de cualquier lucha de clases que expresara discrepancia de intereses


entre patronos y obreros llevó a la formación de un sindicato vertical en que ambos estaban representados
orgánicamente y bajo un rígido control político, que establecía precios y salarios en un mercado muy
intervenido. La autarquía no sólo fue una necesidad provocada por la Guerra Mundial y el posterior
aislamiento, sino que se argumentaba como una elección política consciente basada en el orgullo
nacionalista y el proteccionismo económico.

La penuria económica de la posguerra española se prolongó durante los veinte años necesarios para
recuperar los niveles de producción anteriores a la guerra. Ante los problemas de hambre, desnutrición y
recurso a alimentos nocivos (latirismo), fue necesario el mantenimiento de instituciones de Auxilio
Social y el racionamiento de los artículos de primera necesidad, paralelamente al cual funcionaba un
mercado negro (con el nombre popular de estraperlo) muy lucrativo para los que lo desarrollaban, en
connivencia con la corrupción de algunos cargos dirigentes del propio régimen. Se frenó la emigración
del campo a la ciudad, exigiendo pasaportes interiores y permisos de residencia, y de hecho las cifras de
ocupación por sectores reflejan la ruralización producida en los años 1940, que no se revirtió hasta la
década siguiente. Se estableció un sistema empresarial presidido por grandes monopolios públicos
(Tabacalera, Campsa, Renfe, Telefónica) a los que se añadió un conglomerado empresarial público de
nueva creación (el INI) formado por empresas de sectores considerados estratégicos (Astilleros
Españoles, siderurgia —Ensidesa—, minería —Hunosa—, vehículos industriales —Enasa—), que
compartían sus directivos con el selecto núcleo de las grandes empresas oligopolísticas del capitalismo
español tradicional, especialmente los bancos y las eléctricas. Se iniciaron políticas de fomento a través
de obras públicas, centradas en la construcción de embalses y otras mejoras agrícolas como la ampliación
de regadíos, la concentración parcelaria y la denominada colonización (Instituto Nacional de
Colonización, Plan Badajoz), como alternativas a la reforma agraria republicana.

Véase también: Economía de España durante la autarquía franquista


El nacionalcatolicismo pasó a ser la ideología dominante, con una presencia abrumadora de la Iglesia
Católica en todos los ámbitos públicos y privados. Se establecieron rígidos requisitos morales de
comportamiento que suprimieran el libertinaje asociado al laicismo republicano; con una gran insistencia
en la moral sexual, la sumisión al padre de familia, la subordinación de la condición femenina y la
educación en la fe de niños y jóvenes.81 La jerarquía eclesiástica, diezmada por la represión republicana,
había declarado el carácter de Cruzada de liberación de la Guerra Civil y lo providencial de la figura del
Caudillo Franco, al que se reconoció el derecho de presentación de obispos. Incluso se le recibía en los
templos bajo palio y se incorporó su nombre y título a la rogativa de la liturgia de la misa. El principal
apoyo internacional del régimen fue la Santa Sede, con la que se firmó el Concordato de 1953 que
reconocía a la Iglesia como sociedad perfecta, cuyos intereses se identificaban totalmente con los de un
Estado plenamente confesional. El congreso eucarístico de Barcelona de 1952 fue el único acto
internacional de relevancia celebrado en la España de la época.

Véanse también: Ángel Herrera Oria, Enrique Plá y Deniel, Pedro Segura, Isidro Gomá y Casimiro
Morcillo.
El aislamiento internacional no permitió a España beneficiarse del Plan Marshall, pero el acercamiento a
los Estados Unidos trajo la firma de los Acuerdos de Madrid (26 de septiembre de 1953), por lo que se
establecieron bases militares estadounidenses en España y se recibieron créditos y ayuda económica y
militar. El apoyo estadounidense permitió la entrada de España en la ONU en diciembre de 1955.

Desarrollismo y apertura (1959-1975)


A partir del establecimiento de la alianza con los Estados Unidos,
el régimen consintió una relativa apertura política, consistente en
la amortiguación de la retórica fascista de Falange o la
promulgación de leyes (como la Ley de Prensa e Imprenta de
1966 o Ley Fraga, por Manuel Fraga Iribarne, el ministro más
aperturista) que suprimían la censura previa, aunque no
significaran una real libertad de expresión.

Más profunda fue la liberalización económica, que abrió la Franco y el presidente de los
economía a las inversiones extranjeras y a la propia iniciativa Estados Unidos Dwight D.
privada, aunque se mantuvo el edificio institucional del INI y los Eisenhower en Madrid en 1959
monopolios públicos. El paso previo necesario fue el Plan de
Estabilización de 1959, al que siguieron los Planes de Desarrollo
posteriores; todo un diseño planificado y gestionado por un grupo
de economistas vinculados al Opus Dei que recibieron la
denominación de tecnócratas (Alberto Ullastres, Mariano
Navarro Rubio, Laureano López Rodó, Gregorio López-Bravo)
con el apoyo de los créditos del Fondo Monetario Internacional,
de la OECE y del gobierno estadounidense. A finales del periodo,
las exigencias de modernización de las instituciones
internacionales obligaron a proponer una reforma educativa (Ley
General de Educación de 1970) que introdujera criterios Seat 600, símbolo del desarrollismo
económico.
funcionalistas y técnicas de renovación en un sistema ya muy
alejado de la escuela nacional-católica del primer franquismo.

La oposición interna entre las familias del franquismo se manifestó en escándalos como el caso Matesa
(1969), resuelto expeditivamente por Franco destituyendo tanto a los ministros implicados (del Opus)
como a sus adversarios (entre ellos el propio Fraga, al que se acusaba de utilizar a la prensa para
denunciar el caso). Fraga también había sido el impulsor del turismo internacional (campaña Spain is
different, red de Paradores Nacionales), que se estaba convirtiendo en un motor importante de la
economía. Los ingresos por turismo junto con las remesas de los emigrantes españoles en el extranjero
compensaban el déficit estructural de la balanza de pagos de un comercio internacional en expansión.
El éxodo rural y la emigración a Europa (que sustituyó el
tradicional destino americano de la emigración española)
aliviaron las tensiones sociales a un alto coste humano y cultural:
el desarraigo; pero trajo como consecuencia la definitiva
superación de la sociedad preindustrial por una sociedad
industrial y urbana, que con el tiempo significó la destrucción de
las mismas bases sociales e ideológicas del franquismo. El
aumento de la población urbana fue espectacular en la periferia
de las ciudades industriales y ciudades-dormitorio de las áreas
La simbología del sindicato vertical y
metropolitanas de Madrid, Barcelona o Bilbao, creando la denominación XXV Años de Paz
problemas de suministros y servicios públicos, hacinamiento y se utilizaron para un grupo de
chabolismo. Los sectores económicos experimentaron una viviendas, en Málaga (1965).
industrialización y terciarización aceleradas, con una notable
contribución del sector de la construcción, tanto de viviendas
como de obras públicas. Las desigualdades sociales y geográficas permitieron, no obstante, que
predominara la estabilidad social impuesta por los valores dominantes de una clase media en expansión
cuya prioridad eran el bienestar material antes que cuestiones ideológicas (en términos que se
popularizaron con las denominaciones de franquismo sociológico y mayoría silenciosa).

La conmemoración de los XXV Años de Paz (1964) pretendía demostrar que el franquismo había
conseguido un amplio consenso social y suficiente flexibilidad como para permitir la institucionalización
del futuro del régimen. Tras añadir la Ley Orgánica del Estado al cada vez más complejo edificio
legislativo, se nombró sucesor de Franco a título de rey, y en cumplimiento de las Leyes Fundamentales
del Reino (julio de 1969) a Juan Carlos de Borbón y Borbón, nieto de Alfonso XIII e hijo del
pretendiente Juan de Borbón. Este, a pesar de estar enemistado con Franco desde los años cuarenta y de
permanecer exiliado en Portugal, había permitido que su hijo se educara en España bajo control de las
autoridades; aunque mantenía su ascendiente sobre la denominada familia monárquica en torno al
periódico ABC, lo que produjo algunos conflictos internos en el régimen franquista.82

La oposición al franquismo, muy atomizada y entre la que destacaba la capacidad organizativa del
Partido Comunista de España, comenzó a moverse cada vez con mayor atrevimiento, incluso utilizando
los mecanismos de representación laboral del sindicato vertical franquista mediante las Comisiones
Obreras. Se produjo una importante reunión de personalidades del exilio republicano con personajes de
relevancia del interior que fueron represaliados a su regreso, y que la prensa española bautizó con el
peyorativo nombre de Contubernio de Múnich (junio de 1962).83 La formación de coordinadoras
opositoras continuó en los años setenta (Plataforma Democrática, en la que no participaba el PCE y Junta
Democrática, impulsada por este).

A partir del Concilio Vaticano II el distanciamiento entre la Iglesia Católica y el régimen se hizo
evidente, personalizado en figuras como el Padre Llanos, que compartía la vida obrera en los suburbios
de Madrid, y obispos como Vicente Enrique y Tarancón y Antonio Añoveros Ataún (que protagonizó un
sonado escándalo).

En 1968 surgió el problema terrorista con Euskadi Ta Askatasuna (Euskadi Y Libertad, ETA), un grupo
fundado anteriormente como escisión radical del nacionalismo vasco, y que se pretendió desmontar
conjugando severidad y clemencia con la condonación de las condenas a muerte del Proceso de Burgos
(3 de diciembre de 1970). Tras reorganizarse, su atentado más espectacular fue el asesinato de Luis
Carrero Blanco (20 de diciembre de 1973), a los pocos meses de ser este nombrado presidente del
gobierno (en junio). Carrero Blanco, hombre de confianza de
Franco desde el comienzo del régimen, había sido el primero en
ser nombrado para ese cargo durante el franquismo, pues hasta
entonces sus funciones se incluían en las competencias
reservadas para sí mismo por el propio Jefe del Estado.

Tras un ambiguo discurso de Franco (en el que llegó a pronunciar


la enigmática frase no hay mal que por bien no venga), fue
designado presidente del gobierno Carlos Arias Navarro. El
agravamiento del estado de salud de Franco obligó al príncipe
Juan Carlos a ocupar interinamente la jefatura del estado durante
Franco (derecha) en una recepción
unos meses, tras los que el general volvió a ejercer por sí mismo
de 1972. Su avanzada edad el poder, produciéndose su última aparición en público, en la
suscitaba dudas sobre la continuidad plaza de Oriente, para rechazar la condena internacional a unas
del régimen a su muerte. condenas a muerte (1 de octubre de 1975). Finalmente, los
últimos meses del año la enfermedad de Franco entró en su curso
final, en un momento crítico del conflicto del Sahara Occidental:
la Marcha Verde, que tuvo que gestionar Juan Carlos autorizando la negociación del abandono de la
provincia africana en beneficio de Marruecos y Mauritania (Acuerdos de Madrid de 14 de noviembre de
1975). Tras una agonía prolongada artificialmente por su propio yerno (el marqués de Villaverde, un
médico con ambiciones políticas y científicas, que había intentado emular a Barnard con un polémico
trasplante de corazón), se declaró su fallecimiento el 20 de noviembre de 1975, aniversario de la muerte
de José Antonio Primo de Rivera, el fundador de la Falange.

La cultura española durante el franquismo


El poeta Miguel Hernández, muerto en prisión en 1942, fue retratado por su
compañero de cautiverio Antonio Buero Vallejo, quien posteriormente alcanzaría
gran aceptación en la escena teatral con una amarga visión del ser humano y la
sociedad. La vida cultural española de la posguerra se vio trágicamente
ensombrecida por la muerte violenta de destacadas personalidades identificadas
con uno y otro bando (Federico García Lorca, Ramiro de Maeztu, Pedro Muñoz
Seca). Por causas naturales habían muerto Valle Inclán y Unamuno (en enero y
diciembre de 1936, respectivamente) y Antonio Machado (al poco de cruzar la
frontera francesa en 1939).
Vicente Aleixandre, entre los poetas del 27 fue el que mejor representó la apuesta
vital e intelectual por un exilio interior fecundo pero discreto, como el del pintor
Joan Miró. En cambio, destacados representantes de la generación de la amistad,
como Dámaso Alonso y Gerardo Diego, se implicaron en las instituciones
culturales del franquismo; mientras que otros, como Luis Cernuda o Rafael Alberti,
salieron a un exilio que compartieron con una pléyade de escritores (Ramón J.
Sender, Claudio Sánchez-Albornoz, Américo Castro, José Bergamín, León Felipe,
Francisco Ayala, Arturo Barea), músicos (Manuel de Falla, Pau Casals), artistas
plásticos (Pablo Picasso, Julio González, Alberto Sánchez Pérez, Josep Lluis
Sert84 ), científicos y profesionales de todas las disciplinas; cuyo reconocimiento
internacional era altísimo en universidades y todo tipo de instituciones culturales,
culminando en los premios Nóbel de Juan Ramón Jiménez —Literatura, 1956— y
Severo Ochoa —Medicina, 1959—. La concesión del mismo premio a Aleixandre
en 1977 —año en que regresaron destacados exiliados supervivientes— se
entendió como la convalidación internacional de la recuperación de la democracia
en España.
Monumento a José María Pemán (el juglar de la Cruzada). Fue también un
destacado monárquico que llegó a presidir el consejo privado de Juan de Borbón.
Los intelectuales próximos al franquismo (Ernesto Giménez Caballero, Luis
Rosales, Agustín de Foxá) o los que por una razón u otra procuraron aproximarse
(Josep Pla, Azorín, Jacinto Benavente) han sufrido un destino común en cuanto a
su valoración posterior: «ganaron la guerra y perdieron la historia de la
literatura».85
Gonzalo Torrente Ballester, como otros intelectuales procedentes del falangismo
(Pedro Laín, Dionisio Ridruejo), se fueron distanciando del régimen. El final del
franquismo significó apertura de un significativo espacio cultural que ocuparon
autores directamente hostiles al régimen, como Manuel Vázquez Montalbán y
otros del grupo novísimos. El impacto editorial del boom latinoamericano tuvo una
gran influencia. Otras figuras consagradas continuaron con una activa producción
literaria, como Camilo José Cela o los autores de la generación del 50. La
universidad se convirtió en uno de los baluartes de la oposición al franquismo,
como demostró en febrero de 1965 el escándalo de la privación de sus cátedras
de Enrique Tierno, José Luis López Aranguren y Agustín García Calvo, con los
que se solidarizaron Antonio Tovar y José María Valverde.86
Joaquín Rodrigo (Concierto de Aranjuez, Fantasía para un gentilhombre) fue la
figura más importante de la música culta española del franquismo, que también
dispuso de directores de la talla de Ataúlfo Argenta e intérpretes como Narciso
Yepes y Andrés Segovia. La danza española se codificó con Vicente Escudero
(Decálogo del buen bailarín, 1951). Los folclores regionales fueron revitalizados a
través del extenso trabajo de rescate y recopilación de Coros y Danzas (Sección
Femenina de Falange);87 y de esfuerzos individuales como el del dulzainero
segoviano Agapito Marazuela. La música popular estuvo presidida por la
denominada canción española, en la que intérpretes como Imperio Argentina y
Concha Piquer ponían voz a la obra de compositores y poetas de extraordinaria
calidad, como Quintero, León y Quiroga.
Antoni Tàpies y otros representantes del arte rupturista con los convencionalismos
académicos (Museo de Arte Abstracto Español de Cuenca) consiguieron apoyo
institucional y espacio en la vida cultural del franquismo.
La inicial negativa y posterior rectificación municipal para instalar La sirena varada
de Eduardo Chillida en el Museo de escultura al aire libre de Madrid fue un sonoro
escándalo cultural de los años 70.
El director de cine Luis Buñuel, exiliado en México y Francia, fue admitido en el
cine español de los años sesenta, suscitando con Viridiana (1961) un escándalo
que el propio Franco consideraba un exceso de celo clerical.88 La censura del
cine y los demás medios de comunicación de masas durante el franquismo
produjo algunos extremos ridículos (escándalo de Gilda (1946), alteración del
guion de Mogambo, de 1953). A pesar continuar hasta los años setenta, se mitigó
mucho con el tiempo, permitiendo producciones de gran altura artística que
incluían un componente crítico bastante evidente, como las de Carlos Saura, Luis
García Berlanga o Juan Antonio Bardem.
Véase también: Arte y cultura del franquismo

Reinado de Juan Carlos I (1975-2014)

Transición Democrática (1975-1982)


Segundo gobierno de Carlos Arias Navarro (1975-1976)
Carlos Arias Navarro, que había sido el último presidente del
gobierno de Franco, es confirmado en tal puesto por Juan Carlos
I. Tras un discurso aperturista que fue denominado espíritu del 12
de febrero, se produce una clara involución en respuesta a las
presiones del bunker (gironazo). En pocos meses queda clara la
pérdida de confianza del rey en Arias Navarro, hasta que obtiene
su dimisión. Junto con Torcuato Fernández Miranda, el rey
obtiene de las instituciones encargadas de presentar la terna de Constitución de 1978
candidatos a la presidencia del gobierno la introducción del
nombre de Adolfo Suárez, un personaje relativamente oscuro
procedente de la familia azul.

Gobiernos de Adolfo Suárez (1976-1981)


Ante la sorpresa de franquistas y opositores, que no se esperaban
tal nombramiento, inicia un rápido desmontaje del edificio
insititucional franquista, que implicaba el denominado harakiri
de las Cortes y la convocatoria de un referéndum para la
aprobación de la Ley para la Reforma Política. El debate entre
reforma y ruptura preside los movimientos políticos de grupos de
todo el espectro político, desde los partidarios del mantenimiento
del franquismo puro (el bunker) hasta los partidarios de la
recuperación de la legitimidad republicana sin ningún tipo de
concesiones; no obstante, fueron los grupos que demostraron
mayor flexibilidad y moderación los que demostraron tener Los reyes de España reciben al presidente
mayor apoyo social y capacidad política.89 de México José López Portillo en octubre
de 1977, tras la reanudación de las
El problema del terrorismo se recrudecía; tanto el procedente de relaciones diplomáticas, interrumpidas
la oposición al franquismo (ETA —de ideología marxista- desde 1939. México se había destacado
como refugio del exilio republicano español.
leninista y nacionalista vasca—, y los GRAPO —de ideología
maoísta—) como el de extrema derecha, cuya práctica simultánea
parecía obedecer a la denominada espiral acción-represión
prevista por la teoría de los movimientos insurreccionales, de
amplia difusión en la época, con el objetivo de provocar la
involución política, en forma de un golpe de estado militar.90
Especialmente violento fue el mes de enero de 1977, cuando
coincidieron altercados callejeros entre manifestantes y
contramanifestantes (con varios muertos) con secuestros de
militares y altos cargos, asesinatos de policías y de abogados
laboralistas (matanza de Atocha). Tras la manifestación de duelo,
Santiago Carrillo y Rafael Alberti en 1978.
controlada por el Partido Comunista de España, en el entierro de El prestigioso poeta comunista ocupó junto
los abogados, se incrementa el prestigio de Santiago Carrillo a La Pasionaria la mesa de edad de las
como interlocutor necesario para el gobierno. Tras unos meses de primeras cortes democráticas, a pesar de
negociaciones clandestinas, en plenas vacaciones de Semana los decepcionantes resultados del PCE.
Santa se produce la legalización del PCE, lo que es visto como
una traición por una parte importante del ejército, que a pesar de
ello mantuvo mayoritariamente la disciplina (en buena parte
como resultado del esfuerzo del vicepresidente Manuel Gutiérrez
Mellado). Como contrapartida exigida por Suárez, Carrillo, en
una multitudinaria rueda de prensa, comunicó que su partido
renunciaba a la bandera republicana y aceptaba la monarquía
parlamentaria y el concepto de unidad de España; se pretendía
que los militares aceptaran que un partido homologado con los
partidos comunistas de Europa Occidental (con los que había
construido el concepto de eurocomunismo) no iba a implicarse en
Nicolás Redondo y Marcelino Camacho,
una aventura revolucionaria de carácter leninista en pos de la
líderes sindicales de UGT y Comisiones
dictadura del proletariado y no representaría una amenaza a la Obreras y diputados por el PSOE y el PCE
que hubiera que responder violentamente.89 durante los años setenta y ochenta (la
fotografía es de 2008).
Seguidamente se convocaron las elecciones generales de 1977,
las primeras elecciones libres en cuarenta y dos años, que fueron
ganadas por Unión de Centro Democrático, un partido improvisado en torno a la figura de Suárez, que
dispuso de una cómoda mayoría relativa. Contra los pronósticos más extendidos, el principal partido de
la oposición no fue el PCE, sino el PSOE, un partido socialdemócrata apoyado por la Internacional
Socialista (y que posteriormente renunció al marxismo). La extrema derecha no obtuvo representación,
reduciéndose el campo del franquismo al modesto resultado de la Alianza Popular de Manuel Fraga
Iribarne, considerado el más aperturista dentro del régimen anterior. Ningún éxito tuvieron los líderes
democristianos o liberales que meses antes parecían predestinados a ocupar el gobierno (José María de
Areilza o Joaquín Ruiz-Giménez), eclipsados hábilmente por las maniobras de Suárez previas a las
elecciones, y que contaban con el apoyo del equipo de confianza política formado en torno al rey.89

En 1977 se firmaron, por la gran mayoría de los partidos con representación parlamentaria, los pactos de
la Moncloa donde se acordaron reformas sociales y económicas para combatir la crisis, que estaba
afectando de forma grave al empleo y la inflación, y que asentaron el modelo de economía social de
mercado que sancionó la Constiución. Mediante consenso se redactó la Constitución de 1978 que sería
aprobada ese mismo año en referéndum. España se definía como un Estado social y democrático de
derecho, con vocación de homologarse con el Estado del bienestar en su versión europea occidental; y
reconocía el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran, un concepto de
suficiente ambigüedad como para permitir no frustrar el acuerdo de una amplísima mayoría política,
social y territorial. La transición española se propuso internacionalmente como un modelo a seguir, que
implicaba un amplio consenso, la garantía de las libertades públicas, la moderación en las
reivindicaciones sociales, la renuncia a la satisfacción de agravios del pasado y una generosa amnistía
(que en ese momento se planteó como garantía de la vuelta de los exiliados, y posteriormente serviría
para garantizar la no persecución de los crímenes atribuibles a la represión del franquismo).89

Las elecciones de 1979 incrementaron el número de diputados de UCD, sin llegar a la mayoría absoluta,
permitiendo la confirmación de Adolfo Suárez en la presidencia del gobierno. La normalización del
sistema político implicaba continuar con el iniciado proceso preautonómico, que se sustanció en la
aprobación de los estatutos de autonomía de las regiones a las que la Constitución reconocía, por razones
que denominaba históricas (haber dispuesto de autonomía en la Segunda República o haber iniciado los
trámites para ello), un procedimiento privativo para alcanzar el máximo techo competencial: Cataluña y
Euskadi (ambos aprobados el 18 de diciembre de 1979), además del previsto para Galicia, que lo hizo
posteriormente. En las elecciones a sus parlamentos autónomos, las candidaturas de UCD sufrieron una
significativa derrota, en beneficio de los partidos nacionalistas periféricos (Convergència i Unió en las de
Cataluña y PNV en las de Euskadi). El referéndum
andaluz (28 de febrero de 1980), independientemente de
su confuso resultado, implicó una derrota del gobierno y
la evidencia de que no se podría impedir la
generalización de las máximas competencias a las
comunidades que así lo determinaran, dispusieran o no
de algún tipo de hecho diferencial de naturaleza
histórica o de cualquier otra (lo que el ministro Manuel
Clavero Arévalo, dimitido por esta cuestión, denominó
café para todos).91 Otras leyes importantes, aprobadas
en medio de la contestación social, fueron el Estatuto de El primer presidente de la democracia
los trabajadores y el Estatuto de centros docentes. Las española, Adolfo Suarez en la tribuna del
negociaciones para la entrada en la Comunidad Congreso de los Diputados (30 de marzo de
Económica Europea se prolongaban ante las reticencias 1979).

de algunos países (especialmente Francia), lo que,


sumado al incremento del paro y de la inflación, en
medio de la segunda crisis del petróleo, contribuyó a dibujar un sombrío panorama, en el que hay que
resaltar los denominados «años de plomo», la banda terrorista ETA asesinó durante los años 1978 a 1980
a 240 personas, especialmente a miembros del ejército, la guardia civil y la policía. El año más
sanguinario de los etarras fue 1980, fecha en el que asesinaron a 91 personas. La situación política era
cada vez más insostenible. El PSOE presentó una moción de censura, que fue rechazada, pero evidenció
la soledad del gobierno. Dentro del propio partido que lo apoyaba, la UCD, las diferentes familias
(democristianos, liberales, socialdemócratas) comenzaron a exhibir sin disimulo diferencias de criterio
cada vez mayores entre ellos y con el presidente. También el propio rey dejó que se divulgara su malestar
por la situación política y su pérdida de confianza en Suárez, y de esa forma se interpretó su mensaje de
Navidad de 1980, a pesar de que tal función no corresponde al rey en la Constitución. Para comienzos de
1981, Suárez entendió que no tenía otra salida que dimitir.89

Golpe del 23 F y gobierno de Leopoldo Calvo-Sotelo (1981-1982)


La dimisión de Adolfo Suárez, que había perdido la confianza de la mayor parte de los dirigentes de su
propio partido, precipitó los preparativos previos para un golpe de estado, y durante la sesión de
investidura de su sustituto, Leopoldo Calvo-Sotelo (23 de febrero de 1981, un destacamento de guardias
civiles dirigidos por Antonio Tejero ocupó el Congreso y secuestró a los diputados y al gobierno en
pleno. Simultáneamente Jaime Milans del Bosch ocupó militarmente la ciudad de Valencia y Alfonso
Armada, antiguo secretario de la casa real, intentaba obtener el apoyo del rey para formar un gobierno de
concentración cívico-militar. La oposición del rey y la descoordinación y diferencia de objetivos entre los
propios golpistas impidieron que la mayoría de las autoridades militares se les unieran, y al día siguiente
se rindieron.92

Entre los hechos más destacados del gobierno de Calvo Sotelo estuvo la integración de España en la
OTAN (30 de mayo de 1982)93 y la aprobación de la ley del divorcio (22 de junio de 1981), impulsada
por el ministro Francisco Fernández Ordóñez y que había suscitado una intensa oposición de la
Conferencia Episcopal Española, convirtiéndose en una de las principales causas de discrepancia dentro
del partido del gobierno.94 El proceso autonómico intentó armonizarse mediante la LOAPA (30 de junio
de 1982), una ley restrictiva que posteriormente fue desmontada en aspectos esenciales por el Tribunal
Constitucional (13 de agosto de 1983).
Gobiernos de Felipe González (1982-1996)

Las Legislaturas con mayoría (1982-1993)


II Legislatura de España, III Legislatura de
Artículos principales:
España y IV Legislatura de España.

En las elecciones generales celebradas el 28 de octubre de 1982


el PSOE, liderado por Felipe González, obtuvo una mayoría
absoluta (202 escaños) al lograr más de 10 millones de votos —
un 48% de apoyo de los votantes—. Alianza Popular (AP) se
constituyó con 106 escaños en la segunda fuerza política.
Mientras el hundimiento de UCD y el PCE —que obtuvieron
once y cuatro escaños, respectivamente— presidía la tendencia de
bipartidismo que iba a presidir a partir de entonces la vida
política española. Leopoldo Calvo Sotelo fue el
presidente de gobierno de mandato
El nuevo gobierno tuvo que hacer frente a la crisis económica, al más breve de la democracia.
tiempo que implantaba medidas propias de un estado de bienestar
de orientación socialdemócrata incrementando el gasto
público en políticas sociales (universalización de la sanidad
con la Ley General de Sanidad de 1986, incremento de las
pensiones y de la cobertura del desempleo, LOGSE de 1990
(—que extendió la escolarización obligatoria hasta los 16
años—). Los efectos negativos en el empleo de la
reconversión y reestructuración industrial, sumados a otras
medidas liberalizadoras, como la flexibilización del mercado
laboral o de los horarios comerciales, provocó la oposición
radical de los sindicatos UGT y CCOO, que convocaron la Felipe González junto al Primer Ministro
de Israel, Shimon Peres en 1986.
huelga general del 14 de diciembre de 1988, que paralizó al
país. El distanciamiento se había hecho evidente desde que
el histórico líder de la UGT, Nicolás Redondo, dimitió como
diputado del PSOE 1987 tras votar en contra de los
presupuestos. En junio de 1992 y enero de 1994 se volvieron
a repetir convocatorias sindicales de huelga general contra
gobiernos socialistas.

Se controló la inflación y se mejoró la política fiscal


(creación de la Agencia Tributaria), reorganizando las
cuentas públicas de modo que se facilitó el ingreso en la González junto al Canciller de Alemania,
Comunidad Económica Europea, cuyo tratado de adhesión Helmut Kohl en 1993.

se firmó en junio de 1985 (entrada oficial el 1 de enero de


1986). El 12 de marzo de 1986 se garantizó la permanencia
en la OTAN mediante un referéndum al que Felipe González se había comprometido cuando estaba aún
en la oposición.
Se duplicó la renta per cápita al tiempo que aumentaba la
población activa y la incorporación de la mujer al mundo
laboral. El saldo migratorio, tradicionalmente negativo, pasó a
ser positivo, convirtiéndose España en el mayor receptor de
inmigrantes de Europa y uno de los mayores receptores del
mundo. Se aprovecharon los fondos de cohesión que se habían
obtenido de las instituciones comunitarias para mejorar las
infraestructuras básicas. La fragilidad del crecimiento
económico, en un periodo que se denominó del pelotazo, por
lo fácilmente que se producía la especulación,95 conllevó
desequilibrios financieros que obligaron a realizar varias
devaluaciones en los años noventa.

El proceso autonómico se cerró con la configuración de diecisiete comunidades y dos ciudades


autónomas, que comenzaron a dotarse de instituciones y legislación propia, y coordinarse con las
estatales y municipales, mediante negociaciones de gran complejidad, especialmente las relativas a la
financiación.

Seguía existiendo el problema del terrorismo de ETA, organización que perpetró en 1987 dos matanzas;
en un centro comercial de Barcelona y en la Casa Cuartel de Zaragoza. Debido a ello, el gobierno
socialista intentó todo tipo de soluciones: la presión política interna basada en el consenso entre los
partidos democráticos (Acuerdo de Madrid sobre Terrorismo de 5 de noviembre de 1987 y Pacto de
Ajuria Enea de 12 de enero de 1988), el intento de negociación (tregua de ETA de 1988 —8 de enero— o
conversaciones de Argel —iniciadas anteriormente y mantenidas hasta el 4 de abril de 1988—),96 y la
colaboración policial y judicial francesa (vinculada a la mejora de relaciones políticas y económicas).
Como posteriormente se demostró (en un proceso judicial impulsado entre otros por El Mundo —un
periódico de orientación derechista— y por el juez Garzón —reingresado en la carrera judicial tras un
breve y conflictivo paso por la política como diputado del PSOE—), varios altos cargos de los primeros
gobiernos socialistas (entre ellos el ministro José Barrionuevo y el secretario de seguridad Rafael Vera)
habían impulsado entre 1982 y 1986 un terrorismo de Estado o guerra sucia mediante la actividad de los
denominados Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL), que realizaron varios atentados en territorio
francés contra miembros de ETA.

La Legislatura en minoría (1993-1996)


«El 92» constituyó una conjunción de acontecimientos de tal envergadura, que tardará mucho tiempo en
repetirse en España —Juegos Olímpicos de Barcelona y Exposición Universal de Sevilla—, que además
supuso la realización de importantes infraestructuras viarias —como la primera línea de ferrocarril de
alta velocidad (AVE) que unió Madrid con Sevilla—. Tras ese irrepetible año se inició un periodo de
crisis que perduraría hasta 1997. A la crisis económica (—A finales de 1993 la tasa de desempleo
alcanzó una tasa del 24%— y en menos de un año se llevaron a cabo tres devaluaciones sucesivas de la
peseta) se le unió los excesivos gastos extraordinarios destinados por la Administración pública
realizados para los «fastos del 92».

La V Legislatura estuvo marcada por un clima de crispación política generada por el conocimiento a la
opinión pública de casos de corrupción que afectaban de forma directa al gobierno del Estado. Entre
ellos, el del director de la Guardia Civil, Luis Roldán —malversación de fondos públicos— y posterior
huida del país, y el del Gobernador del Banco de España, Mariano Rubio, que fue juzgado.
Paralelamente, las denuncias de corrupción
implicaron a altos cargos de la Administración y
gobierno por sus responsabilidades políticas, y las
investigación judiciales tuvieron continuidad con
figuras de la empresa privada. Entre ellos, Mario
Conde, después de la intervención del Banco de
España a la entidad bancaria que presidía,
Banesto; y Javier de la Rosa, financiero
significado a partir de su intervención en la
multinacional de Kuwait KIO.

En 1995, aparecieron nuevos escándalos Foto en familia del gobierno socialista en la V


asociados al gobierno: las nuevas declaraciones Legislatura (14 de julio de 1993).
de los inculpados en el «caso GAL», José Amedo
y Míchel Rodríguez, provocaron la reapertura del
caso por parte del juez de la Audiencia Nacional, Baltasar Garzón.97 Este caso, alcanzó a José
Barrionuevo y Rafael Vera, ministro y secretario de Estado, respectivamente, del Ministerio del Interior
de la I Legislatura de González; ambos fueron juzgados por el Tribunal Supremo y condenados a penas
de prisión por secuestro y malversación de fondos en 1998.

El 28 de mayo de 1995, se celebraron elecciones municipales, celebradas en todo el Estado y


autonómicas celebradas ese mismo día en todas las Comunidades menos en Andalucía, Cataluña, Galicia
y País Vasco, el Partido Popular logró la victoria en diez Comunidades Autónomas y ser el partido más
votado en 42 capitales de provincia —por primera vez en su historia lograba vencer en unas elecciones
de ámbito nacional—.

Ante la vorágine de los casos de corrupción, unidas al incumplimiento de los parámetros exigidos para la
convergencia europea según los acuerdos de Maastricht, producen el distanciamiento entre CiU y el
PSOE. Rechazada la ley de Presupuestos de Generales del Estado en el Congreso por la falta de apoyo de
Convergència i Unió, Felipe González disolvió las Cortes y convocó elecciones generales anticipadas.

Véase también: Historia de la prensa española#La transición y la democracia

Gobiernos de José María Aznar (1996-2004)


El 3 de marzo de 1996, el Partido Popular de José María Aznar vence en las elecciones generales aunque
por una mayoría mínima. El PP obtuvo 156 escaños y el PSOE, 141. La diferencia de votos entre ambas
formaciones se situó en torno a los 300 000 votos. Debido a ello, para su investidura como presidente del
Gobierno tuvo que pactar con CiU (—con la que tuvo una ardua negociación que finalizó con los pactos
del Majestic—), el PNV y Coalición Canaria (CC).

El nuevo gobierno del PP se propuso cumplir los criterios de convergencia del Tratado de Maastricht
para que la economía española se incorporara al grupo de países que compartirían la nueva moneda
europea: el euro. La recuperación económica se consolidó en la primera etapa popular. Una política
antiinflacionista y de rigor presupuestario practicada por Rodrigo Rato, la privatización de empresas
estatales y la excelente coyuntura internacional posibilitaron una etapa de crecimiento económico;
descendiendo el paro y la inflación. En 1999, con los criterios cumplidos en su mayor parte, España fue
aceptada como miembro de la eurozona, estableciéndose una cotización de 166.386 pesetas por euro. Las
monedas y billetes de peseta dejaron de circular el 1 de marzo de 2002.
El éxito policial que supuso la liberación del funcionario de
prisiones José Antonio Ortega Lara que sufrió el secuestro
más largo por parte de la banda terrorista ETA (532 días) y
en condiciones infrahumanas el 1 de julio de 1997 se
ensombreció inmediatamente transcurridos diez días
después. El 10 de julio, ETA secuestró al concejal del PP en
la localidad vizcaína de Ermua (País Vasco) Miguel Ángel
Blanco. El chantaje impuesto por los terroristas resultó
inaceptable para el Gobierno de Aznar —el traslado de más
de 500 presos etarras a las cárceles del País Vasco en el
Aznar y González en un apretón de
plazo de dos días—. Tras 48 horas de angustiosa espera, en manos en los jardines de La Moncloa
las que millones de españoles se movilizaron en antes de tratar el traspaso de poderes
multitudinarias manifestaciones —en Bilbao celebró hasta (marzo de 1996).
aquel momento la mayor manifestación de su historia— el
12 de julio los asesinos de ETA acabaron con su vida. La
situación de la banda terrorista se había deteriorado incluso
entre parte de sus bases sociales del País Vasco. Se planteó
un cambio de estrategia que los partidos nacionalistas hacen
público: el Pacto de Lizarra (12 de septiembre de 1998).
Firmado por el PNV, EA, Herri Batasuna e IU-Ezquer Batúa
—el pacto es un plan secesionista que se comprometía a
dialogar sobre algunos postulados etarras—. Cuatro días Aznar con el presidente de Rusia,
después, el día 16 por primera vez en su historia la banda Vladímir Putin, el 22 de mayo de 2001.
98
terrorista ETA declaraba una «tregua indefinida» lo que
llevó al gobierno a aceptar el inicio de unas conversaciones
(noviembre de ese mismo año) que no condujeron a ningún resultado positivo, y que posteriormente el
ministro Mayor Oreja denominó tregua trampa (septiembre de 1999). El 28 de noviembre de 1999, la
organización terrorista ETA rompió la tregua.99

En las elecciones generales de 2000 el PP consiguió la mayoría absoluta, lo que le permitió llevar a cabo
su política sin el condicionante de la búsqueda de apoyos en los partidos nacionalistas periféricos. El año
2000 acabó tras una brutal ofensiva etarra en la que fueron asesinadas 23 personas. La oposición sindical
al nuevo decreto reforma laboral se sustanció en la huelga general del 20-J (2002). Se suprimió el
servicio militar obligatorio y se impulsó el Plan Hidrológico Nacional.

En política exterior, Aznar se alineó claramente con los Estados Unidos, convirtiéndose en uno de sus
principales aliados europeos (trío de las Azores) en los conflictos posteriores al ataque terrorista contra
EE. UU. (11-S): la guerra de Afganistán y la guerra de Irak. El desastre ecológico provocado por el
accidente del petrolero Prestige (2002-2004, posiblemente agravado por la confusa gestión política, que
generó el movimiento de protesta Nunca Mais) se sumó al escándalo consiguiente al accidente del Yak-
42 (avión que se estrelló en Turquía —26 de mayo de 2003— trasladando tropas españolas desde
Afganistán hasta España, cuya precipitada e irregular identificación generó el descontento de los
familiares y un proceso judicial) y a la gran oposición de la opinión pública al apoyo de Aznar a la
Administración Bush en su invasión de Irak, sin el consentimiento de la ONU (movimiento de protesta
No a la guerra), desprestigiando al gobierno y al Partido Popular, que no obstante consiguió mantener
unos aceptables resultados en las elecciones autonómicas y municipales de 2003, ganadas en número de
votos por el PSOE (7.999. 178 votos frente a 7.875.762 del PP).100
Aznar se había comprometido a no presentarse a una
tercera convocatoria electoral. Para sustituirle como
candidato se barajaban tres nombres: Rodrigo Rato,
Jaime Mayor Oreja y Mariano Rajoy, quien fue
finalmente elegido por el propio presidente.

Tres días antes de las elecciones generales de 2004, se


produjeron los atentados del 11-M contra varios trenes de
cercanías en Madrid, con el resultado de 191 muertos y
1858 heridos —el peor ataque terrorista de la historia de
España y de Europa en tiempos de paz—. Los atentados
conmocionaron al país y produjeron la confusión del
propio gobierno, que en un primer momento los atribuyó
a ETA. Tras una manifestación unitaria de repulsa
celebrada el día siguiente, que sacó a la calle a más de 12
millones de personas en todo el país, y a medida que
comenzaron a conocerse evidencias de que los atentados
eran obra del terrorismo islámico (posteriormente
discutidas por los medios de comunicación —
Aznar junto al presidente estadounidense
especialmente el periódico El Mundo— que siguen George W. Bush tras una rueda de prensa en
sosteniendo teorías alternativas a la investigación su rancho de Crawford (Texas). Febrero de
judicial), el descontento y la idea de que se estaba 2003.
ocultando información sobre la autoría comenzó a
desplazarse contra el gobierno, y el mismo día de
reflexión se convocaron manifestaciones ilegales frente a las sedes del Partido Popular. En las elecciones
generales del 14 de marzo, el PSOE de Rodríguez Zapatero lograba un inesperado éxito electoral. La
participación fue muy alta, superior al 77 % y en donde el PSOE obtuvo más de 10 900 000 votos y 164
escaños. El derrotado por este voto de castigo fue Mariano Rajoy, cabeza de lista del PP.

Gobiernos de José Luis Rodríguez Zapatero (2004-2011)


José Luis Rodríguez Zapatero se significó en el segundo día de su mandato con una decisión de gran
impacto internacional: la retirada de las tropas españolas de Irak, en cumplimento de su promesa
electoral, aunque sorprendente por su inmediatez, comunicada antes incluso de la formación de su
gobierno.101 En política interior, la subida del salario mínimo interprofesional (uno de los más bajos de
Europa) abrió el camino de otras reformas sociales entre las que destacaba la autorización del matrimonio
homosexual (30 de junio de 2005), muy protestado por la Iglesia Católica; y la ley de dependencia (30 de
noviembre de 2006). Otras medidas sociales de gran impacto fueron la introducción del carnet por puntos
para la sanción de infracciones de tráfico (2006)102 y las sucesivas ampliaciones de la prohibición de
fumar (2006 y 2011), que se terminaron extendiendo a la práctica totalidad de los espacios públicos.
Otras cuestiones se aplazaron para la siguiente legislatura, como la reforma de la ley del aborto (24 de
febrero de 2010).103

Ante la ONU, Zapatero propuso la Alianza de civilizaciones, una iniciativa de colaboración internacional
que colideró con el presidente turco Erdogan. La aprobación en referéndum de la constitución europea el
20 de febrero de 2005 fue inoperante, dado el fracaso de mecanismos similares en Francia y los Países
Bajos.
Varias comunidades iniciaron el procedimiento de
reforma de sus estatutos de autonomía. El denominado
Plan Ibarretxe, no planteado como una reforma
estatutaria sino como una iniciativa soberanista para el
País Vasco, fue rechazado por las Cortes (1 de febrero
de 2005). La reforma del Estatuto catalán fue aún más
polémica; a pesar de superar todos los trámites
legislativos con distintas modificaciones y entrar en
vigor tras el referéndum del 18 de junio de 2006, fue
objeto de un recurso de inconstitucionalidad tramitado
de forma accidentada por el Tribunal Constitucional, Zapatero en el Senado.
que no emitió su fallo hasta el 28 de junio de 2010,
interpretando restrictivamente ciertas partes del texto
e invalidando otras.

Durante casi todo el año 2006 se llevaron a cabo


contactos del gobierno con ETA en un contexto de
«alto el fuego permanente» declarada por el grupo
terrorista y de protestas del Partido Popular, la
Asociación de Víctimas del Terrorismo y los medios
de comunicación de orientación conservadora; y que
Zapatero en un apretón de manos con el
se demostraron infructuosos tras el atentado de la T4
presidente de Rusia, Dmitri Medvédev.
del aeropuerto de Madrid-Barajas en el que murieron
dos personas (30 de diciembre de 2006). Más eficacia
demostró la presión policial, judicial e internacional,
que consiguió la detención consecutiva de los equipos
dirigentes que se sucedieron en la cúpula de la banda
terrorista; y el impedimento, mediante reformas
legislativas y decisiones judiciales, de que las
agrupaciones políticas organizadas en torno a ETA
obtuvieran representación política en ayuntamientos y
parlamentos, al ser ilegalizadas parcial o totalmente en
unas u otras convocatorias electorales (especialmente
desde el Pacto Antiterrorista de 2000 y la Ley de
Partidos de 2002, ambas con el consenso de PP y PSOE, que se mantuvo, con tensiones puntuales, con
ambos partidos en posición de oposición o de gobierno).

Durante una cumbre iberoamericana se produjo un incidente verbal entre el rey y el presidente
venezolano Hugo Chávez, que llegó a hacerse muy popular («¿Por qué no te callas?», 10 de noviembre
de 2007); y que se utiliza como ejemplo de la complejidad de las relaciones entre España e
Hispanoamérica. Estas relaciones, intensificadas tanto en lo económico como en lo político, son
denunciadas como neocolonialistas por la corriente de opinión indigenista,104 mientras que la opinión
conservadora dentro de España critica por contraproducente e ingenuo el mantenimiento de relaciones
relativamente amistosas con el gobierno de Cuba y otros de orientación próxima, calificados de
populistas y contrarios a los intereses españoles.105
Tras las elecciones generales del 9 de marzo de 2008 (cuyos actos finales de campaña tuvieron que ser
suspendidos ante el asesinato por ETA de Isaías Carrasco), se repitió la mayoría relativa del PSOE y el
segundo puesto del PP. Ambos partidos aumentaron en número de diputados. Los partidos nacionalistas e
Izquierda Unida disminuyeron su representación, al tiempo que aparecía un nuevo partido de ámbito
nacional: Unión Progreso y Democracia, por el que Rosa Díez consiguió un acta de diputado.

El debate en torno a la Ley de Memoria Histórica, que provenía de la legislatura anterior, alcanzó su
nivel máximo como consecuencia de la decisión del juez Garzón de iniciar un procedimiento judicial
contra los crímenes del franquismo (16 de octubre de 2008); y la reacción contra él, que, además de su
apartamiento de la causa, que no tuvo continuidad, se sustanció en tres procedimientos judiciales
simultáneos por diversos motivos, unos ligados a ese asunto y otros ajenos, pero también de repercusión
política, que llevaron a su suspensión como juez de la Audiencia Nacional, en medio de un escándalo
internacional (14 de mayo de 2010).

La crisis económica-financiera mundial (iniciada


en 2008) sumada a una crisis inmobiliaria
nacional afectó de manera gravísima a la
economía española, que tras experimentar el final
de la denominada burbuja del ladrillo sufrió
varios trimestres consecutivos de descenso del
PIB y de incremento del paro, que llegó en el
tercer trimestre de 2011 a la cifra histórica de
cinco millones de desempleados (más del 20 % de
la población activa);107 e incluso a la estructura
demográfica, produciéndose por primera vez en
décadas la inversión de los movimientos La Puerta del Sol de Madrid fue el punto central de las
protestas del movimiento de los indignados.
migratorios (mayor emigración que
inmigración).108 La crisis de la deuda soberana
en Grecia, convertida en una verdadera crisis de la eurozona, llevó a los gobiernos europeos, e incluso al
presidente norteamericano Barak Obama, a exigir al español (que precisamente ocupaba durante ese
semestre la presidencia rotativa de la UE) medidas drásticas de reducción del déficit público. La decisión
de Zapatero (12 de mayo de 2010) de reducir el salario de los funcionarios y no incrementar las
pensiones se calificó de una medida sin precedentes en la historia de la democracia española,
cuestionándose el mantenimiento del modelo de Estado del bienestar.109 La presión de los mercados de
deuda sobre los países periféricos de la Unión Europea (denominados PIGS) y la actitud exigente de la
canciller alemana Angela Merkel impusieron incluso una reforma constitucional que se realizó de forma
urgente el 23 de agosto de 2011, por consenso de los dos principales partidos españoles (PP y PSOE),
cuando el presidente Zapatero ya había comunicado su intención de disolver las Cortes y convocar
anticipadamente elecciones generales.

En las elecciones autonómicas catalanas (28 de noviembre de 2010), Convergencia i Unió obtuvo una
victoria sin mayoría absoluta, que fue suficiente para que Artur Mas fuera nombrado presidente de la
Generalidad, desplazando al anterior gobierno tripartito de izquierdas.

Las siguientes convocatorias electorales dieron la victoria al Partido Popular, que consiguió acumular un
poder inédito en el periodo democrático, con mayorías absolutas en la mayor parte de las comunidades
autónomas y los ayuntamientos (22 de mayo de 2011), y en el Congreso y el Senado desde el 20 de
noviembre de 2011 (en la convocatoria electoral anticipada a la que no se presentó por el PSOE Zapatero,
sino Alfredo Pérez Rubalcaba —que obtuvo los
peores resultados de su partido desde 1977—,
mientras se incrementaba la representación de
partidos minoritarios como Izquierda Unida y
Unión Progreso y Democracia.

La presencia en las instituciones vascas de la


izquierda abertzale, con la denominación Bildu,
que logró la alcaldía de San Sebastián y la
Diputación Foral de Guipúzcoa (elecciones
Valla de Melilla. Como frontera exterior de la Unión
municipales y a Juntas Generales, 22 de mayo de Europea, es uno de los puntos con mayor presión
2011), llevó a la convocatoria de una denominada migratoria. Tras los años de auge económico (1997-
Conferencia Internacional de Paz de San 2008) en que llegaron millones de inmigrantes hasta
Sebastián (17 de octubre de 2011), acogida con alcanzar más del 10 % de la población, la crisis
distintos grados de escepticismo por los demás económica volvió a convertir a España en un país de
emigrantes. La mayor parte de estos eran inmigrantes
grupos políticos y con presencia de
que retornaban a sus países de origen; aunque un
personalidades internacionales. La declaración número considerable eran jóvenes españoles que
final de esa conferencia fue aprovechada por la buscaban mejores oportunidades en otros países. Las
banda terrorista ETA para anunciar «que ha proyecciones plantean un futuro comprometido a la
decidido el cese definitivo de su actividad demografía española, en el que únicamente la
armada» (20 de octubre de 2011). Tras 829 emigración podría compensar el crecimiento
vegetativo negativo y el envejecimiento.106
víctimas mortales, ETA puso fin a 43 años de
muerte y terror.110 El final de la barbarie etarra
propició una notable representación electoral de la izquierda abertzale, con la denominación Amaiur, en
las elecciones generales (20 de noviembre de 2011).

Desde el 15 de mayo de 2011, el «movimiento de los indignados» o del «15-M» ha protagonizado


movilizaciones sociales de nuevo cuño, con características similares hasta cierto punto a otros
movimientos de protesta simultáneos en otros países, como la Primavera Árabe o occupy Wall Street.111
Muy significativamente, el papel de las centrales sindicales mayoritarias en las protestas sociales se ha
considerado como de bajo perfil, a pesar de la convocatoria de una huelga general contra las medidas de
ajuste de mayo de 2010 o de las protestas contra los recortes en comunidades autónomas gobernadas por
el PP desde mediados de 2011 (notablemente, contra las medidas tomadas por la Consejería de
Educación de la Comunidad de Madrid para el comienzo del curso 2011-2012 —Marea Verde—). En
cambio, fue mucho más notable (y negativo en la mayor parte de la opinión pública) el impacto social de
huelgas salvajes como la del Metro de Madrid de junio de 2010 112 o la de los controladores aéreos de la
navidad de 2010, que motivó una iniciativa gubernamental inédita: la declaración del estado de
emergencia.

Primer gobierno de Mariano Rajoy (2011-2015)


El 21 de diciembre de 2011, Mariano Rajoy tomaba posesión como presidente del gobierno. Ante la
gravedad de la situación económica (recesión y paro, que no dejaron de incrementarse) y la urgencia de
controlar el déficit público (cuyas cifras se desviaban notablemente de las declaradas hasta entonces,
llegando a superar el 8 % del PIB),113 el nuevo gobierno del Partido Popular decidió subir los impuestos
(IVA e IRPF), incrementar los "recortes" (reducción del gasto público en todas las partidas del gasto,
incluyendo dependencia, sanidad, educación, investigación y
desarrollo, etc.) e impulsar las "reformas" (particularmente la
del mercado laboral —reducción del coste del despido y de la
aplicación de los convenios—).

La crisis financiera obligó a la nacionalización de varias


entidades, entre ellas Bankia (donde se habían fusionado
varias cajas de ahorros afectadas por la denominada "burbuja
inmobiliaria"), y a la petición (9 de junio de 2012)114 de un
"rescate parcial" de la Unión Europea (inicialmente por un
máximo de 100 000 millones de euros, que se concretaron en
39 000 millones en diciembre,115 entre rumores sobre la
oportunidad de solicitar un "rescate total" de la economía
española, según oscilaba la prima de riesgo —el diferencial
con el interés del bono alemán a diez años—).116 Mariano Rajoy se dirige a la convención
del Partido Popular Europeo el 8 de
La contestación social fue encauzada por los sindicatos en dos diciembre de 2011, tras su victoria
huelgas generales (29-M y 14-N) y en numerosas huelgas electoral y pocos días antes de ser
investido presidente del gobierno.
sectoriales, junto a masivas movilizaciones de muy diferente
base social (marea verde, 25-S: rodea el Congreso, protestas
del ámbito sanitario y judicial). La única que consiguió una reacción política positiva fue la movilización
contra los desahucios, centrada en la reivindicación de la dación en pago para las hipotecas.

También se incrementó la contestación de base territorial. Tras una masiva manifestación


proindependentista en la Diada (11 de septiembre de 2012), Artur Mas convocó anticipadamente
elecciones autonómicas (25 de noviembre), comprometiéndose a convocar un referéndum encaminado a
convertir Cataluña en "un nuevo Estado de la Unión Europea". A pesar de los malos resultados para su
fuerza política (perdió 12 escaños), el avance de Esquerra Republicana de Cataluña le permitió volver a
ser investido presidente al pactar con estos un programa "soberanista".117 Las elecciones autonómicas
vascas (21 de octubre) hicieron recuperar el poder al PNV (Íñigo Urkullu), con un programa más
moderado, mientras que Bildu se situó como segunda fuerza política. Simultáneamente se celebraron las
elecciones autonómicas gallegas, que revalidaron la mayoría absoluta del Partido Popular. También en las
elecciones autonómicas andaluzas (25 de marzo) había sido el PP el partido más votado, pero el gobierno
andaluz siguió ejerciéndose por el PSOE, a partir de entonces coaligado con Izquierda Unida.

Los escándalos de corrupción, cuya repercusión mediática se prolongaba por la lenta tramitación jurídica
(los casos, ya de por sí complejos, se complican por la condición de aforados de algunos implicados, y
permanecen abiertos años), afectaban a prácticamente todas las instituciones políticas, económicas y
sociales: caso Bárcenas (el tesorero del PP, que habría recaudado donaciones ilegales de particulares y
empresas —interesados en la contratación pública o en decisiones políticas—, destinándolas a la
financiación del partido, a sobresueldos de sus dirigentes o a su propio enriquecimiento), caso de los
ERE en Andalucía (utilización indebida de subvenciones públicas, que afectaba a miembros del PSOE,
incluso a los expresidentes Manuel Chaves y José Antonio Griñán), caso Nóos (empresa de Iñaki
Urdangarín, yerno del rey, que afectaba a comunidades autónomas y ayuntamientos, en su mayoría
gobernados por el PP —Jaume Matas, de Baleares—), caso Gürtel (que afectaba al PP de Madrid y
Valencia), caso Pujol (que afectaba al antiguo presidente de la Generalitat de Cataluña y su familia), caso
Bankia (que, a través del escándalo de las preferentes, la
fraudulenta salida a bolsa y las "tarjetas black", implicaba a todos
los partidos y sindicatos representados en el consejo de
Administración de la antigua Caja Madrid), etc.119

El presidente del gobierno autonómico catalán, Artur Mas,


anunció a finales de 2013 un proyecto de referéndum de
autodeterminación de Cataluña para el 9 de noviembre del año
siguiente. El movimiento independentista había liderado durante
la Diada del 11 de septiembre otra multitudinaria manifestación,
que en esa ocasión tomó la forma de una cadena humana de 400
km.

Las elecciones al Parlamento Europeo celebradas el 25 de mayo


de 2014 sigificaron un fuerte castigo para los dos principales
partidos, PP y PSOE, que perdieron respectivamente 2,6 y 2,5 Ninot fallero que representa el
millones de votos; sin alcanzar entre los dos a sumar la mitad de escándalo Bárcenas. El gesto
los votos (en las anteriores elecciones europeas de 2009 habían obsceno efectivamente fue realizado
por Luis Bárcenas ante la prensa
sumado el 81 %). La otra mitad de los votos se distribuyó entre
tras volver de unas vacaciones de
las distintas candidaturas nacionalistas, La Izquierda Plural esquí en Canadá, en febrero de
(10,03 % de los votos, formada alrededor de Izquierda Unida y de 2013.118
los Verdes) y un grupo de fuerzas emergentes entre las que
destacó la candidatura Podemos (7,98 % de los votos, liderada
por el profesor universitario Pablo Iglesias, creada en enero de ese mismo año como una de las
iniciativas120 surgidas a partir del movimiento de los «indignados» del 15-M), mientras que UPyD
(6,5 % de los votos) disputaba su espacio político con Ciudadanos (3,16 % de los sufragios) —en los
meses siguientes se planteó la posibilidad de colaboración entre ambas fuerzas, pero los contactos no
fructificaron y comenzó una grave crisis interna en UPyD, mientras crecían las expectativas de
Ciudadanos.121

El prestigio de la familia real sufrió una notable erosión como resultado de varios escándalos: el
protagonizado por la infanta Cristina (imputada, des-imputada y que finalmente declaró como imputada
en el procesamiento de su marido Iñaki Urdangarín por delitos económicos) y los accidentes de uno de
sus nietos (que, a pesar de ser menor, practicaba el tiro junto a su padre —divorciado de su madre, la
infanta Elena—) y del propio rey Juan Carlos (durante una cacería de elefantes en Botswana que no había
sido comunicada al Gobierno).122

Reinado de Felipe VI (desde 2014)


El 2 de junio de 2014 Juan Carlos I anunciaba su abdicación tras casi treinta y nueve años de reinado. La
decisión la habría tomado cinco meses antes (coincidiendo con su 76 cumpleaños, durante la celebración
de la Pascua militar, se evidenciaron sus dificultades para pronunciar un discurso) y fue comunicada al
presidente del gobierno en un momento intermedio.123

El jueves día 19 de ese mismo mes, el entonces príncipe de Asturias Felipe de Borbón juró la
Constitución española ante las Cortes Generales y en ellas fue proclamado rey de España y reinará bajo
el nombre de Felipe VI.
El 9 de noviembre de 2014 las autoridades
autonómicas catalanas celebraron un referéndum
independentista no aceptado por el Estado, de
dispar interpretación en cuanto a su trascendencia
y resultado (teniendo en cuenta que no había
censo oficial, la participación se calcula en un
37 % de los posibles votantes, entre los que se
incluían los extranjeros residentes y los jóvenes
de más de 16 años —de los votos escrutados, el
80 % respondía "sí-sí" a las preguntas planteadas,
sobre un posible Estado y su independencia—), y
que tuvo consecuencias judiciales. Reunión de Felipe VI con el presidente de Estados
Unidos Barack Obama, 23 de septiembre de 2014.
Las elecciones municipales y autonómicas del 24
de mayo de 2015 confirmaron la crisis de los dos
partidos principales (PP y PSOE), que aunque
continuaban siéndolo, sumaban entre ambos poco
más de la mitad de los votos cuando cuatro años
antes sumaban dos tercios (particularmente, los
votos al PP fueron 2,4 millones menos). En las
principales ciudades, el gobierno municipal pasó
a ser ejercido por candidaturas con origen en el
movimiento de los «indignados» en las que
participaba Podemos, y que contaron con el apoyo
posterior de los partidos tradicionales de la
izquierda: el alcalde de Madrid, del Partido Manifestación independentista de la Diada del 11 de
Popular desde 1991, pasó a ser la ex juez y septiembre de 2013 en el tramo correspondiente a la
activista por los Derechos Humanos, Manuela plaza de Sant Jaume de Barcelona. Entre los
asistentes, Francesc Homs, consejero de Presidencia,
Carmena (de la lista Ahora Madrid); el de
que al año siguiente estuvo entre los organizadores
Barcelona, socialista desde 1979 a 2011 y desde del referéndum independentista, por lo que fue
entonces de CiU, pasó a ser la activista anti- imputado.
desahucios Ada Colau (de la lista Barcelona en
Comú). Varios gobiernos autonómicos pasaron al
PSOE apoyado por Podemos (Aragón, Islas Baleares, Castilla-La Mancha y Comunidad Valenciana),
mientras que otros se mantuvieron en el PP apoyado por Ciudadanos.124 En Andalucía, que celebró sus
elecciones con anterioridad, debido además a que eran anticipadas —22 de marzo—, el pacto para
investir a Susana Díaz fue entre el PSOE y Ciudadanos.

El 27 de septiembre de 2015 se celebraron elecciones autonómicas en Cataluña que el gobierno


autonómico, declaradamente independentista, planteó como "plebiscitarias", en el sentido de que el voto
a la candidatura unitaria llamada Junts pel Sí ("juntos por el sí") debería considerarse un voto por la
independencia. Los partidos opuestos no aceptaron tal consideración y no se presentó ninguna
candidatura conjunta; un total de seis fuerzas políticas obtuvieron representación. Junts pel Sí obtuvo un
39.59 % de los votos (por separado sus componentes habían obtenido 44.40 % en las elecciones
anteriores) y un menor número de diputados (62), insuficiente para repetir la mayoría absoluta de que
disponían (71), pero tras varios meses de incertidumbre consiguió formar gobierno con el apoyo parcial
de las CUP (8.21 % de los votos), que exigieron para ello la sustitución del hasta entonces presidente
(Artur Mas) por otro miembro de su mismo partido (Carles Puigdemont). Se rompió la coalición
Convergència i Unió, que había dominado la vida política catalana desde 1980. Unió se presentó por
separado, no obteniendo representación (2.51 % de los votos), mientras que Convergència (el partido de
Pujol, Mas y Puigdemont) se presentó junto con Esquerra Republicana y otros partidarios de la
independencia en Junts pel Sí. La segunda candidatura más votada fue Ciudadanos (17.90 %).

Gobierno en funciones de Mariano Rajoy (2015-2016)


Las elecciones generales celebradas el 20 de diciembre de 2015,
dieron lugar a una situación inédita con una gran fragmentación
del voto en la que los dos partidos que se venían sucediendo en el
gobierno desde 1982 (PP y PSOE) no estuvieron en situación de
volver a hacerlo. En la breve XI legislatura (duró únicamente 111
días) no fue posible la investidura de un nuevo presidente del
Gobierno: Mariano Rajoy no aceptó la propuesta del rey de
intentarlo (su partido, el PP, había obtenido el mayor número de
escaños —123, 63 menos que en las anteriores elecciones en que
tuvo mayoría absoluta—), mientras que sí lo hizo Pedro Sánchez
(su partido, el PSOE, había obtenido el segundo mayor número
de escaños —90, 20 menos que en las anteriores elecciones—),
que únicamente consiguió el apoyo negociado con de Ciudadanos
(40) y Coalición Canaria (1), lo que era insuficiente, dado el voto Participantes en el "debate a cuatro"
en contra de Podemos (69 en total —por suma de los escaños de anterior a las elecciones de
diciembre de 2015. Además del
las "confluencias" en distintos territorios—125 ), el PP y de los tradicional debate entre los
partidos nacionalistas. Por primera vez en la España democrática, candidatos del partido del gobierno
un candidato a la presidencia del Gobierno fracasaba y no lograba (Mariano Rajoy) y del principal
la confianza del Congreso, ni siquiera en la segunda votación. partido de la oposición (Pedro
Sánchez), y que tuvo lugar con el
El gobierno continuó "en funciones" durante todo el periodo, lo tradicional formato establecido por la
que limitaba seriamente la capacidad de llevar a cabo cualquier Academia de Televisión; el interés
que despertaba la existencia de dos
tipo de iniciativa tanto del ejecutivo como del legislativo, así
partidos emergentes (Podemos —
como el control parlamentario al gobierno (tal circunstancia fue Pablo Iglesias— y Ciudadanos —
objeto de un conflicto que se elevó al Tribunal Albert Rivera—) llevó a la realización
Constitucional).126 Incluso cuando algún ministro se veía de un debate al que Rajoy declinó
forzado a dimitir (José Manuel Soria, afectado por el escándalo asistir, siendo representado el PP
de los "papeles de Panamá") o era promovido a otro cargo (Ana por la vicepresidenta Soraya Sáenz
de Santamaría.
Pastor, que pasó a ocupar la presidencia del Congreso tras las
segundas elecciones), sus funciones debían ser asumidas por otro,
al no poderse nombrar uno nuevo. Cumplidos los plazos previstos en la Constitución, hubo de aplicarse
la convocatoria automática de elecciones generales. Paradójicamente, entre tanto, los indicadores
económicos confirmaban los datos positivos iniciados en los últimos dos años, tanto en términos de
crecimiento como de empleo, y que el gobierno atribuye a los resultados de sus reformas, además de al
favorable contexto internacional.127

El día 3 de mayo de 2016, el rey Felipe VI disolvió la XI Legislatura tras no haberse conseguido que
ningún candidato a la presidencia del Gobierno tuviera el respaldo de la Cámara. A continuación firmó el
decreto de disolución de las Cortes y la convocatoria de unas nuevas elecciones generales.
Ésta nueva cita con las urnas se celebró el 26 de junio
de ese mismo año, el aumento en votos y diputados del
Partido Popular (33% y 137) motivó a Mariano Rajoy a
aceptar en esta ocasión el encargo real de intentar la
investidura. El primer intento fue fallido, pues sólo
contó con el apoyo de los mismos partidos que habían
apoyado anteriormente a Pedro Sánchez (Ciudadanos —
32— y Coalición Canaria —1—). Tras varios meses de
incertidumbre, en que se consideraba seriamente la
posibilidad de que se volviera a cumplir el plazo
previsto para una nueva repetición de elecciones, la
situación política cambió drásticamente por la crisis Pedro Sánchez de perfil y en el centro de la
interna del PSOE (Comité Federal de 1 de octubre de foto
2016), 128 que sustituyó por una gestora al hasta
entonces secretario general Pedro Sánchez (partidario de
seguir votando "no" a la investidura de Rajoy y eventualmente explorar la posibilidad de un pacto con
Podemos —que a pesar de presentarse junto con Izquierda Unida no había conseguido sus expectativas
de sobrepasar al PSOE, perdiendo más de un millón de votos—129 y los nacionalistas);130 tras lo cual se
volvió repetir la sesión de investidura de Rajoy. En la primera votación de la sesión de investidura (—en
la que es necesaria la mayoría absoluta—) Rajoy consiguió 170 "síes" (PP, Ciudadanos y Coalición
Canaria) y 180 "noes". Dos días después, en la segunda votación, logró 170 votos a favor, 111 en contra y
la abstención de 68 de los diputados del PSOE (excepto 15 votos negativos, entre ellos los 7
pertenecientes al PSC —partido catalán federado al PSOE—), permitiendo la formación de gobierno sin
necesidad de ningún tipo de concesión por parte del PP.131 Rajoy era investido presidente por mayoría
simple tras 315 días y quedando dos días para que las Cortes se disolviesen automáticamente y los
españoles fueran llamados otra vez a las urnas.

Segundo gobierno de Mariano Rajoy (2016-2018)


El 17 de febrero de 2017, el Tribunal hizo pública la sentencia por el caso Nóos, Iñaki Urdangarin —
yerno del rey emérito Juan Carlos I—, fue condenado a seis años y tres meses de cárcel por
prevaricación, malversación, fraude, tráfico de influencia y dos delitos contra la hacienda pública. Su
esposa, la infanta Cristina fue absuelta. Al año siguiente, el 3 de mayo de 2018, la banda terrorista ETA
escenificó su disolución tras medio siglo de terror, secuestros, extorsión y más de 800 asesinatos.

El 19 de abril, la opinión publica conoció otro caso de corrupción —«caso Lezo »— que afectaba a un
importante dirigente popular: el expresidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González fue detenido
por la Guardia Civil por haberse enriquecido con el desvío de fondos públicos del Canal de Isabel II e
ingresó en prisión.

Trece años y cinco meses después, España volvió a ser víctima de un atentado yihadista. Entre los días 17
y 18 de agosto de 2017, fueron asesinadas 16 personas por una célula terrorista del Estado Islámico en un
doble ataque terrorista en Las Ramblas de Barcelona y en la madrugada del día siguiente en Cambrils.132

2017 terminó como el año más convulso desde la instauración de la democracia por proceso
independentista de Cataluña —la mayor crisis institucional vivida en España desde el 23-F—. El punto
álgido del independentismo se vivió en los meses de septiembre y octubre. El día 6 de septiembre, el
Parlamento de Cataluña, con el apoyo de Junts pel Sí y la CUP y en ausencia de Ciudadanos, el PSC y el
PPC, aprueba la ley del referéndum. Fue suspendida
por el Constitucional, que adoptó la misma decisión
para la Ley de Transitoriedad aprobada el día
siguiente. El domingo 1 de octubre, se celebró el
referéndum ilegal —sin ningún tipo de garantía
democrática ni judicial—. La Policía y la Guardia
Civil intervinieron en algunos colegios para cumplir el
mandato judicial de impedir la votación. Las
fotografías de las cargas policiales dieron la vuelta al
mundo (la CNN las calificó como «la vergüenza de
Europa»). El día 3, se llevó a cabo una huelga general
en Cataluña en protesta por el uso de la fuerza por
Policía y Guardia Civil el 1-O. A las nueve de la noche, se emitió el mensaje institucional del rey Felipe
VI, quien acusó de «deslealtad inadmisible» a la Generalitat y llamó a «asegurar el orden constitucional».
El 10 de octubre, el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont compareció en el Parlament. Ahí
asumió el «mandato del pueblo» para que «Cataluña se convierta en un Estado independiente en forma
de república», pero seguidamente propone «suspender los efectos de la declaración» para abrir la puerta
al diálogo con el gobierno de Rajoy. El sábado 21 de octubre, el Gobierno de España cumplió con lo
anunciado y aprobó la aplicación del artículo 155 de la Constitución, con el objetivo de restaurar la
legalidad. Eso suponía la destitución del Govern en pleno y la intervención de la autonomía. El viernes
día 27, el Parlament semivacío y en voto secreto declara la independencia de Cataluña. El Senado
respalda la petición del 155 por mayoría absoluta; Unidos Podemos, ERC, PNV y PDECat votan en
contra. En esa tarde, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy convoca por sorpresa una cita con las
urnas el 21 de diciembre, en las que por primera vez un partido constitucionalista, Ciudadanos
encabezado por Inés Arrimadas ganó las elecciones autonómicas —que batieron un récord de
participación al superar el 81% del censo— con claridad en votos y escaños pero los independentistas
revalidaron su mayoría absoluta. Junts per Catalunya terminó como la segunda fuerza política por delante
de ERC. Su líder, el expresidente Puigdemont, junto con varios ex-consellers huyeron a Bruselas y
permanecen allí —debido a que la Fiscalía había presentado una querella contra ellos por delitos de
rebelión, sedición y malversación (solo para el primero afrontan penas de hasta 30 años de cárcel)— y
también recalcar que la juez Carmen Lamela decretó prisión incondicional para el ex-vicepresidente de la
Generalitat, Oriol Junqueras y siete exconsejeros, mientras que a Santi Vila le impuso fianza (2 de
noviembre).

Tras la sentencia de la Audiencia Nacional sobre el caso Gürtel en la que condenó al Partido Popular por
ser un «sistema de corrupción institucional», el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez anunció que
su grupo parlamentario llevaría a cabo la cuarta moción de censura de la etapa demócratica y la segunda
contra Rajoy. El 1 de junio, esa moción de censura triunfó por los votos favorables del PSOE, Unidos
Podemos, ERC, PDeCAT, Compromís, Nueva Canarias, EH Bildu y el PNV y Pedro Sánchez fue
investido ese día como el séptimo presidente del Gobierno de la democracia española.

Gobierno de Pedro Sánchez (desde 2018)


El 2 de junio, Sánchez prometió su cargo ante el Rey Felipe VI. Los 17 integrantes de su nuevo consejo
de ministros tomaron posesión el día 7 de junio convirtiéndose en el gobierno con más ministras de la
historia de la democracia —11— y en el que por primera vez, trascurridos 103 días de vida del ejecutivo
había sufrido las dimisiones de dos de sus miembros.
El 2 de diciembre de 2018, se celebraron elecciones a la
Junta de Andalucía en la que el PSOE volvió a ganar en la
cita electoral pero no logró una mayoría absoluta
parlamentaria —ni con el apoyo de Adelante Andalucía—,
no obstante, la gran noticia de esa jornada electoral fue la
irrupción de Vox (calificado por varios medios de
comunicación como un partido de extrema derecha) con 12
escaños. El 16 de enero de 2019, el popular Juanma Moreno
fue investido presidente de Andalucía tras un pacto,
Pedro Sánchez presidiendo el Consejo de
poniendo final a más de 36 años ininterrumpidos de
Ministros en el Palacio de La Moncloa (6
gobiernos socialistas. El 13 de febrero de ese mismo año, los de julio de 2018).
diputados independistas de ERC y del PDeCAT fueron
decisivos por su voto en contra del primer proyecto de
Presupuestos del gobierno de Sánchez, lo que precipitó que
dos días después, Pedro Sánchez convocara elecciones
generales anticipadas para el 28 de abril. El ejecutivo de
Sánchez fue el más breve de la historia de la democracia
(260 días).

En la decimocuarta cita con las urnas tras la instauración de


la democracia, venció el PSOE con 123 escaños, mientras que el Partido Popular sufrió su peor debacle
electoral al lograr únicamente 66 diputados, Ciudadanos logró 57 y se convirtió en la tercera fuerza
política del país, condición que perdió Podemos, que se quedó con 42 diputados —perdiendo 29 escaños
—. La noche electoral dejó a la historia la irrupción de Vox al Congreso con 24 diputados.

Entre los días 23 al 25 de julio de 2019 se llevó a cabo la sesión de investidura de Pedro Sánchez como
candidato a presidente del Gobierno, que resultó fallida al contar el segunda sesión que sólo requiere la
mayoría simple el apoyo del PSOE y del Partido Regionalista de Cantabria.

El 14 de octubre, el Tribunal Supremo. El día 24 de ese mismo mes, Exhumación de Francisco Franco

La cultura española en la transición y la democracia


Rafael Moneo y otros destacados arquitectos españoles, como Santiago
Calatrava, han logrado una gran proyección internacional, que se ha sumado a la
de los arquitectos de la generación anterior, como Ricardo Bofill, Miguel Fisac
(fallecido en 2006), Sáenz de Oíza (fallecido en 2000), etc.
Eduardo Mendoza, representante de la más reciente narrativa española, que
cuenta con nombres como Álvaro Pombo, Terenci Moix (fallecido en 2003),
Vicente Molina Foix, José María Guelbenzu, Rosa Montero, Fernando Marías,
Elvira Lindo, Antonio Muñoz Molina, Juan José Millás, Luis Landero, José Ángel
Mañas, etc.; y con las últimas producciones de autores de generaciones
anteriores, como Carmen Martín Gaite (fallecida en 2000), Miguel Delibes
(fallecido en 2010), Ana María Matute (fallecida en 2014) o Juan Marsé.
Albert Boadella, con el grupo Els Joglars, lleva realizando un continuado trabajo
teatral desde 1962. El teatro catalán ha sido muy prolífico en grupos de muy
distinto tipo, todos ellos de gran originalidad, como Dagoll Dagom, Els
Comediants, La Fura dels Baus, Tricicle, La Cubana, etc. El panorama escénico
español de finales del siglo XX contó con los últimos textos de Antonio Buero
Vallejo o Lauro Olmo y la presencia de nuevos autores como Fernando Arrabal,
Alfonso Sastre, Francisco Nieva, José Sanchis Sinisterra o Antonio Gala y
profesionales de todas las artes escénicas, como Mario Gas, Antonio Gades,
Nuria Espert, José María Rodero o el polifacético Fernando Fernán Gómez.
Pedro Almodóvar. La movida madrileña de finales de los ochenta y principios de
los noventa tuvo en la obra de este cineasta su principal herencia cultural. A la
misma generación y entorno estético pertenecen artistas españoles de otras
zonas de España, o del mundo del diseño y las artes pásticas, como Javier
Mariscal y Miquel Barceló.
Un, dos, tres... responda otra vez, de Narciso Ibáñez Serrador, ha sido uno de los
programas de televisión más influyentes de la historia de la televisión en España.
El papel de la televisión fue trascendental en la modernización de la sociedad
española en el tardofranquismo y la transición. La aparición de las televisiones
privadas a partir de 1990 tuvo resultados ambivalentes: aumentó la oferta, pero
introdujo la denominada telebasura y redujo a espacios marginales la
programación de contenido cultural que había sido de máxima audiencia en los
años setenta y ochenta (El hombre y la tierra, Estudio uno, La clave, etc.)
Joan Manuel Serrat, uno de los cantautores de la canción protesta que se
popularizó entre la juventud del 68. La música de gran consumo incluía la llamada
canción española o folclórica de las tonadilleras (Lola Flores, Rocío Jurado), la
rumba (Los Chichos), la música ligera o melódica (Julio Iglesias), el rock (Miguel
Ríos), o todo tipo de versiones, tendencias y combinaciones dentro de lo que se
conoce como pop (desde Mocedades y Mecano hasta Alaska y los Pegamoides y
los cantantes salidos de Operación Triunfo). La llamada música culta contó con
compositores que ya habían renovado la escena musical en pleno franquismo,
como Cristóbal Halffter, Luis de Pablo o Carmelo Bernaola; pero su mayor impacto
fue gracias a la presencia internacional de cantantes de ópera de la talla de
Jaume Aragall, Alfredo Kraus, Plácido Domingo, Josep Carreras o Montserrat
Caballé.

Ferran Adrià, varias veces nombrado mejor cocinero del mundo, junto con otros
representantes de la más reciente cocina española, han situado a ésta en una
posición de liderazgo internacional.

Lo mismo ha ocurrido con las nuevas generaciones de deporte español,


especialmente tras los Juegos Olímpicos de Barcelona (1992), en disciplinas tan
diversas como el ciclismo (Perico Delgado, Miguel Indurain, Alberto Contador), el
tenis (Rafael Nadal, Arancha Sánchez Vicario y la conquista de 5 Copas Davis —
2000, 2004, 2008, 2009 y 2011—), el baloncesto (Pau Gasol como máximo
estandarte de la «época dorada» de la selección española de baloncesto que
ganaron el Mundial 2006, tres Eurobaskets —2009, 2011 y 2015— y dos platas
olímpicas —2008 y 2012—), el automovilismo (Fernando Alonso) o el
motociclismo (Jorge Lorenzo, Marc Márquez). El principal deporte es el fútbol, en
el que Real Madrid y Fútbol Club Barcelona son de dimensión mundial; mientras
que la selección española de fútbol, que durante mucho tiempo no había
superado el nivel del "gol de Marcelino" de 1964, ganó el Mundial de Sudáfrica de
2010 y las Eurocopas anterior y posterior. El interés público por la actividad
deportiva, rasgo destacado en el franquismo como factor de cohesión social (pan
y fútbol), se había diversificado a otros deportes a partir de 1966 con la campaña
Contamos contigo (Juan Antonio Samaranch, posteriormente presidente del
Comité Olímpico Internacional).133
La excavación y estudio del yacimiento de Atapuerca ha representado, por sus
características únicas, la aportación más importante de la ciencia española al
conocimiento universal en los últimos años. En otros campos científicos no faltan
individuos y equipos de trabajo de altísimo nivel, particularmente en las ciencias
biológicas.

José Tomás ha protagonizado alguno de los momentos más destacados de la


tauromaquia reciente. El activismo antitaurino, junto a factores políticos locales,
condujeron al Parlamento de Cataluña en 2010 a la adopción de una medida
legislativa que suspenderá las corridas de toros en esa comunidad. Anteriormente,
una medida similar se adoptó en Canarias.
Una escena de la Romería de El Rocío. Aunque las encuestas sobre creencia
religiosa muestran una mayoría de católicos no practicantes, y las prácticas
sociales muestran un alto grado de secularización, la relgiosidad popular sigue
siendo muy vital en determinadas manifestaciones festivas, y el liderazgo de la
iglesia católica se demuestra periódicamente en convocatorias esporádicas como
visitas papales (desde la de Juan Pablo II en 1992) o macromanifestaciones de
carácter político-moral (contra el aborto o el matrimonio homosexual); y de un
modo más constante en la presencia de la educación religiosa o los medios de
comunicación católicos. La presencia de otras confesiones religiosas sigue siendo
claramente minoritaria, aunque están muy altamente representadas en la
inmigración.
Procesión de doctorandos en la Universidad Miguel Hernández de Elche. La
universidad ha dejado de ser un reducto reservado a las élites. La multiplicación
de universidades, extendidas por todas las comunidades autónomas y la mayoría
de las provincias, es la cúspide de un sistema educativo cuya base ha
presenciado la extensión de la educación obligatoria, tanto en el final del
franquismo (hasta los 14 años con la Ley General de Educación de 1970) como
en la democracia (hasta los 16 años con la LOGSE de 1990), y su verdaderas
consecuencias son objeto de debate (informe PISA).
Centro comercial Parque Almenara en Lorca. El incremento del nivel de vida ha
convertido a la denominada cultura del ocio y al consumismo en componentes
esenciales de la vida española, tanto pública como privada. El radical cambio de
costumbres ha alterado incluso la dieta tradicional con graves consecuencias
(desórdenes alimentarios). La abundancia y amplio horario de establecimientos de
hostelería y diversión son extraordinarios en comparación con la mayoría de los
países del mundo. Fuertemente ligado a ello, el turismo en España continúa
fundamentado en las playas masificadas, pues la creciente oferta de turismo
cultural o turismo rural sigue siendo minoritaria en comparación.
Federico Jiménez Losantos ha protagonizado en la radio, en la prensa y en los
nuevos medios digitales, algunas de las más duras polémicas periodísticas,
políticas e intelectuales de los últimos años.134 La presencia de los intelectuales
en política, más allá de los procedentes del mundo del derecho (como los
ponentes de la Constitución en 1978 o algunos destacados miembros del Tribunal
Constitucional), ha pasado a ser marginal; pero su papel en los medios de
comunicación continúa siendo muy activo en lo que se denomina la formación de
la opinión pública. Entre éstos hay tanto personalidades surgidas en el mundo del
periodismo (columnistas135 como Francisco Umbral —muerto en 2007—,
Eduardo Haro Tecglen —muerto en 2005—, Arcadi Espada, Raúl del Pozo, Isabel
San Sebastián, Maruja Torres; directores de programas de radio, como Luis del
Olmo o Iñaki Gabilondo; o los tres más destacados directores de periódicos: Luis
María Anson, Juan Luis Cebrián —elegidos simultáneamente académicos de la
lengua en 1996— y Pedro J. Ramírez) como de fuera de él (José Luis Sampedro,
Juan Velarde Fuertes, Francisco Rodríguez Adrados, Gregorio Salvador, Antonio
Elorza, Fernando Savater, Ignacio Sotelo, Almudena Grandes, Manuel Rivas, Ian
Gibson, Mario Vargas Llosa —estos dos últimos nacionalizados españoles—).136

Véase también
Historia contemporánea
Crisis del Antiguo Régimen
Historia económica de España
Guerra de la Independencia de España
Nacionalismo español
Regeneracionismo
Movimiento obrero español
Relaciones internacionales de España
Anexo:Guerras de España

Referencias

Bibliografía
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Enlaces externos
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Arte en la guerra civil (http://www.arteespana.com/guerracivil.htm)
Arte en la posguerra (http://www.arteespana.com/posguerra.htm)

Notas
miserables de la montaña.
1. Álvarez Junco, op. cit. Véase el concepto Una corriente vigorosa de
de historia nacional otros relacionados en libertad intelectual, que en
Nacionalismo español. materia de religión se
2. Artola, op. cit.; Tuñón de Lara, op. cit., traducía en indiferencia y
agnosticismo, junto a
Josep Fontana, op. cit., Jordi Nadal, op. demostraciones públicas
cit.. Véase el debate sobre la "normalidad" de fanatismo y
o "excepcionalidad" del caso español en superstición, muy
Ser de España. El análisis de Manuel distantes del puro
Azaña (Causas de la Guerra de España (ht sentimiento religioso.
tp://books.google.es/books?id=fuWFgU7pu Provincias del noroeste
_AC&pg=PA280&lpg=PA280&dq=%22la+cl donde la tierra está
ase+media+no+hab%C3%ADa+realizado+ desmenuzada en
pedacitos que no bastan a
a+fondo%22&source=bl&ots=PR4Py4SFR mantener el cultivador;
e&sig=YGc9Aq_0CvcT77cGVzDeV9GzQx provincias del sur y del
4&hl=es&ei=0pqLTKDxKdWs4AbJuuHuCg oeste, donde el propietario
&sa=X&oi=book_result&ct=result&resnum= de 14 000 hectáreas
1&ved=0CBUQ6AEwAA#v=onepage&q=% detenta en una sola mano
22la%20clase%20media%20no%20hab% todo el territorio de un
C3%ADa%20realizado%20a%20fondo%22 pueblo. En las grandes
&f=false) (1939), recogido en El ensayo ciudades y en las cuencas
fabriles, un proletariado
español. Siglo XX, pg. 280) es industrial bien encuadrado
esclarecedor: y defendido por los
sindicatos; en Andalucía y
Las dificultades provenían Extremadura, un
del fondo mismo de la proletariado rural que no
estructura social española había saciado el hambre,
y de su historia política en propicio del anarquismo.
el último siglo. La La clase media no había
sociedad española ofrecía realizado a fondo, durante
los contrastes más el siglo XIX, la revolución
violentos. En ciertos liberal. Expropió las tierras
núcleos urbanos, un nivel de la Iglesia, fundó el
de vida alto, adaptado a régimen parlamentario. El
todos los usos de la atraso de la instrucción
civilización popular, y su
contemporánea, y a los consecuencia, la
pocos kilómetros, aldeas indiferencia por los
que parecen detenidas en asuntos públicos, dejaban
el siglo XV. Casi a la vista sin base sólida al sistema.
desde los palacios de La industria, la banca y, en
Madrid, los albergues general, la riqueza
mobiliaria, resultante del acentuado con el mensaje
espíritu de empresa, se proteccionista de Cánovas
desarrollaron poco. del Castillo maximizado
España siguió siendo un por el Arancel de Guerra
país rural, gobernado por de 1891, y continuado, de
unos cientos de familias. modo cada vez más
Aunque la Constitución fuerte, hasta 1957, existió
limitaba teóricamente los una clarísima mentalidad
poderes de la corona, el autárquica.
rey, en buen acuerdo con [1] (http://www.eumed.net/
la Iglesia, reconciliada con cursecon/textos/Velarde-e
la dinastía por la política sp.htm)
de León XIII, y apoyado
en el Ejército, conservaba
Juan Hernández Andreu y Nelson Álvarez
un predominio decisivo a
través de unos partidos Vázquez (2005) Librecambismo y
pendientes de la voluntad proteccionismo en España (siglos XVIII y
regia. La institución XIX) Madrid: Universidad Nacional de
parlamentaria era poco
más que una ficción. Educación a Distancia ISBN 84-362-5034-
6 Francisco J. Constenla Acasuso (1982)
3. Artola, op. cit.; Tuñón de Lara, op. cit.; La evolución del proteccionismo en
Pedro Farinas, Breve historia España y el Arancel Cambó de 1922,
constitucional de España, Madrid: Latina Santiago de Compostela: F. J. Constenla
Universitaria, 1981 ISBN 84-7516-015-8; ISBN 84-300-6438-9
Jordi Solé Tura, Eliseo Aja, Constituciones
y períodos constituyentes en España 6. Artola, op. cit.; Tuñón de Lara, op. cit. Jordi
(1808- 1936), Siglo XXI, Madrid, 1977. Nadal, op. cit.
4. Proceso estudiado desde fechas tan 7. Martínez Cuadrado, op. cit.; Tuñón de
tempranas como 1931 —PUGÉS, Lara, op. cit., Carlos Dardeop. cit., Ángel
MANUEL. Cómo triunfó el proteccionismo Bahamonde op. cit.
en España. (La formación de la política
arancelaria española). Prólogo del 8. Martínez Cuadrado, op. cit.; Tuñón de
Profesor D. Pedro Gual Villalbí. Barcelona, Lara, op. cit. El término edad de plata fue
Editorial Juventud— hasta la actualidad — acuñado, para la literatura, por José Carlos
Antonio Tena Junguito (2001)¿Por qué fue Mainer (1987) La Edad de Plata (1902-
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base del desarrollo, en II Congreso páginas de opinión de El País sobre la
Internacional de la Lengua Española, relación de memoria entre la Transición
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desde el Arancel de los los muertos (http://www.elpais.com/articulo/
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Bertrán de Lis La insobornable verdad (htt
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nable/verdad/elpepuopi/20100628elpepiopi
textos/6867.htm) en Artehistoria
_11/Tes), 28 de junio de 2010.
23.
12. Pierre Vilar, op. cit.; Raymond Carr, op. cit.;
La voz liberal aplicada a
Aróstegui, op. cit. un partido o a individuos,
13. Véase el debate sobre la calificación es de fecha moderna y
fascista al régimen de Franco en española en su origen,
Fascismo#España pues empezó a ser usada
en Cádiz en 1811, y
14. Tuñón de Lara, op. cit., Josep Fontana y después ha pasado a
otros op. cit., Payne op. cit., Mateos y Francia, a Inglaterra y a
Soto, op. cit. otros pueblos
15. Javier Cercas, op. cit. Antonio Alcalá Galiano
16. Javier Tusell, op. cit; Santos Juliá, op. cit.;
García de Cortázar, op. cit. Citado por Francisco Arias Solís La
palabra liberal (http://blogs.hoy.es/francisco
17. «Rebeliones de Picornell y Malaspina» (htt
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-arias-solis)
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19. Citada por Emilio Cotarelo Iriarte y su español.
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3%A9n+se+ofende+y+se+da%C3%B1a%3
F%22&dq=%22%C2%BFA+qui%C3%A9n+ el origen español de
se+ofende+y+se+da%C3%B1a%3F%22&h las palabras liberal y
l=es&ei=2exzTNrkDMK5jAexn63eCA&sa= liberalismo en su
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n+partido+o+a+individuos&hl=es&ei=ClrQ 5A15E2A8FEB5&dsID=PDF) (enlace roto
TLDHNIvysgb804SuAg&sa=X&oi=book_re disponible en Internet Archive; véase el historial
sult&ct=result&resnum=2&ved=0CDEQ6A (https://web.archive.org/web/*/http://e-spacio.une
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PDF) y la última versión (https://web.archive.org/
25. En el Manifiesto de los Persas, redactado
web/2/http://e-spacio.uned.es/fez/eserv.php?pid=
en 1814 por el primero, y firmado por 69
bibliuned:ETFSerie5-11C23300-7F94-5F3F-6C85
diputados de las Cortes de Cádiz, se
-5A15E2A8FEB5&dsID=PDF)).. Página sobre
refieren al segundo en estos términos: En
17 de agosto del propio año [1812] la epidemia (http://esmadridnomadriz.blogs
pot.com/2008/05/la-epidemia-de-1834.htm
ampliando las Cortes la autoridad
l). Artículo sobre la matanza (http://dialnet.
legislativa como única que se habían
unirioja.es/servlet/articulo?codigo=295445
reservado, privaron de honores, empleos,
3).
y expatriaron al reverendo Obispo de
Orense, por haber jurado la Constitución 32. Avilés op. cit., pg. 168.
después de hacer varias protestas, y se 33. Artículo 11. Los demás datos, en Avilés y
extendió igual pena a todo español que en otros op. cit., pg. 167.
el acto de jurarla, usare o hubiere usado 34. La implantación del Estado liberal durante
de iguales reservas: y que en el caso de las regencias de Maria Cristina y Espartero
ser eclesiástico, se le ocuparían además (1833-1843) (http://www.historiasiglo20.or
las temporalidades. Este empeño de g/HE/10a-2.htm) en historiasiglo20.org
aterrar porque jurasen, en época en que se 35. La abolición de los Fueros (http://77.240.11
titulaba a todos libres para manifestar su 2.8/modules.php?op=modload&name=New
pensamiento por escrito y de palabra, es lo s&file=article&sid=14555) (enlace roto
que más prueba la falta de libertad en el disponible en Internet Archive; véase el historial
juramento, la de consentimiento general de (https://web.archive.org/web/*/http://77.240.112.
la Nación, y el recelo de que no lo habría 8/modules.php?op=modload&name=News&file=a
(punto 83). rticle&sid=14555) y la última versión (https://web.
26. Juan Goytisolo Liberales y románticos (htt archive.org/web/2/http://77.240.112.8/modules.ph
p://www.elpais.com/articulo/reportajes/Libe p?op=modload&name=News&file=article&sid=14
rales/romanticos/elpepusocdmg/20061217 555)). en Fundación para la libertad.
elpdmgrep_7/Tes/), El País 17/12/2006 36. Títulos de duque de la Victoria, conde de
(artículo sobre los exiliados del siglo XIX, Luchana, vizconde de Banderas y duque
glosando en en centenario de su de Morella, con Grandeza de España.
nacimiento la obra de Vicente Lloréns
Liberales y románticos, una emigración 37. http://www.museodelprado.es/index.php?
española en Inglaterra (1823 1834) id=100&tx_obras[uid]=855&no_cache=1
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Prado.
27. «Constitución de 1812 (art. 1)» (http://www.
historiasiglo20.org/HE/texto-const1812.ht 38. La abolición de los Fueros, web cit.
m). Consultado el 1 de abril de 2017. 39. Gabriel Tortella, op. cit., pp. 68-76
28. Benito Pérez Galdós tituló así uno de sus 40. Obras Completas, vol 3 (http://books.googl
Episodios Nacionales, publicado en 1879 e.es/books?id=RDJfAAAAMAAJ&q=%22bo
(véase en cervantesvirtual.com (http://ww mbardear+barcelona+cada%22&dq=%22b
w.cervantesvirtual.com/FichaObra.html?Re ombardear+barcelona+cada%22&hl=es&ei
f=4609)). Voz "Apostólicos" (http://www.enc =LA2BTIR8hpKzBr2AnagH&sa=X&oi=book
_result&ct=result&resnum=3&ved=0CDsQ
6AEwAg), Giner, 1990, ISBN 84-7273-141- Que se fije en diez el
3; p. 511. máximun de las horas
41. La abolición de los fueros, web cit. del jornal, y se sujeten
42. Avilés y otros, op. cit. pg. 168 a inspección los
43. La década moderada (https://web.archive.o locales de los
rg/web/20100327150131/http://www.artehis establecimientos
toria.jcyl.es/histesp/contextos/6983.htm), fabriles para ver si
en Artehistoria.
llenan las, condiciones
44. Reflejado por Benito Pérez Galdós en
Bodas reales, uno de los Episodios higiénicas necesarias;
Nacionales, publicado en 1900. que se establezca el
45. El 11 de mayo se redactó esta petición a mayor número posible
Espartero por parte de las sociedades de escuelas gratuitas
obreras (reproducido en veuobrera.org (htt industriales, en donde
p://www.veuobrera.org/00finest/855comun. aprendan los obreros
htm)): los medios menos
violentos, más útiles y
La clase obrera de
Cataluña pide que se la modernos para cumplir
reconozca la propiedad de sus diversas
su trabajo, lo mismo que operaciones y fundar
se reconoce a la de sus
amos los capitalistas, tal vez sus inventos, y
desea por tanto en cada por último que se
uno de sus individuos la establezcan también
libertad absoluta de
asociarse para casos en salas de asilo para los
que gozando de salud hijos de los obreros
carezca de trabajo, por la que, ocupados en su
misma razón que se le
concede cuando teniendo
trabajo, se ven en la
trabajo carece de salud: necesidad de tenerlos
para poder rechazar el casi todo el
jornal que considere abandonados a los
insuficiente a sus
necesidades, y a la peligros físicos y
magnitud de su trabajo y morales de la poca
pedir el, en su concepto, edad, y se prohíba a
justo, (todo pacíficamente
y sin la menor violencia), sus padres les pongan
por la misma razón que el a trabajar antes de la
capitalista puede asociar edad de diez años, ya
sus capitales rechazando
los jornales en su que se evitarían de
concepto altos... estemodo las harto
El nombramiento de un frecuentes desgracias
jurado mixto; esto es, de su debilidad e
de amos y inexperiencia en los
trabajadores, que talleres, lograrían
dirima buenamente y mejor desarrollo físico,
con acierto las y podrían aprovechar
cuestiones sobre el las escuelas
jornal entre fabricantes industriales.
y operarios...
46. La prensa conservadora acusó a los 49. Citado por Manuel Jiménez de Parga
anarquistas de los disturbios de Valladolid, Recuerdos y olvidos del pasado (http://ww
que adoptaron la forma tradicional de w.almendron.com/tribuna/29469/recuerdos
motines de subsistencias. Ante la -y-olvidos-del-pasado/).
tolerancia con los participantes en la 50. Xosé R. Veiga Alonso El significado del
revuelta que demostraba la Milicia Sexenio en la definición de una identidad
Nacional, y presionado por el propio política conservadora (http://www.ahistcon.
O'Donnell, dimitió el ministro de org/docs/Santiago/pdfs/s5n.pdf)
Gobernación, Patricio de la Escosura, a
pesar de contar con la confianza del Archivado (https://web.archive.org/web/
presidente Espartero. El enfrentamiento 20100202081516/http://www.ahistcon.o
entre ambos espadones terminó con la rg/docs/Santiago/pdfs/s5n.pdf) el 2 de
intervención de la reina, que depuso a febrero de 2010 en la Wayback
Espartero y llamó a O'Donnell a formar Machine..
gobierno. Jaime Prieto, op. cit., pg. 166. 51. Guerrero, Pérez Garzón y Rueda, 2004,
47. El refrán completo, citado y comentado por pp. 325-431.
Miguel de Unamuno: «"Para el vino, agua, 52. La leyenda de La Mano Negra (http://www.
sol y guerra en Sebastopol". Es decir, el andalucia.cc/historica/lamanonegra/laleyen
lema de nuestro sistema económico, ganar da.htm) (sobre la actividad de Reclus, Rey
lo que pierde otro». En Unamuno, política y y Fanelli en España). Jean Maitron,
filosofía: artículos recuperados (1886- Dictionnaire biographique du mouvement
1924) (http://books.google.es/books?id=P3 ouvrier français (fuente citada en fr:Aristide
YFAQAAIAAJ&q=%22agua,+sol+y+guerra Rey de la Wikipedia en francés. Para la
+en+sebastopol%22&dq=%22agua,+sol+y sublevación de Jerez, véase el discurso de
+guerra+en+sebastopol%22&hl=es&ei=S9 Sagasta en las Cortes (http://books.google.
h_TJD-C96fOLSJwcIO&sa=X&oi=book_re es/books?id=7OUCAAAAYAAJ&pg=PA654
sult&ct=result&resnum=10&ved=0CFAQ6A &dq=%22sublevaci%C3%B3n+de+jerez%2
EwCQ), pg. 44. Hay al menos otras dos 2&hl=es&ei=CxuCTLOCKceQjAeG3e3mC
referencias de Unamuno a este refrán en A&sa=X&oi=book_result&ct=result&resnu
otros pasajes de su obra ([2] (http://books. m=2&ved=0CC8Q6AEwAQ#v=onepage&q
google.es/books?id=CUtfAAAAMAAJ&q=% =%22sublevaci%C3%B3n%20de%20jere
22agua,+sol+y+guerra+en+sebastopol%22 z%22&f=false) (18 de marzo de 1869), que
&dq=%22agua,+sol+y+guerra+en+sebasto reproduce telegramas de ese mismo día
pol%22&hl=es&ei=S9h_TJD-C96fOLSJwcI (incluso uno emitido sólo una hora antes).
O&sa=X&oi=book_result&ct=result&resnu 53. «Asesinato de Juan Prim» (https://web.arc
m=8&ved=0CEgQ6AEwBw) [3] (http://book hive.org/web/20100623214314/http://www.f
s.google.es/books?id=w1JpAAAAMAAJ&q domingor.jazztel.es/asesinato%20prim.htm
=%22agua,+sol+y+guerra+en+sebastopo l). Archivado desde el original (http://www.f
l%22&dq=%22agua,+sol+y+guerra+en+se domingor.jazztel.es/asesinato%20prim.htm
bastopol%22&hl=es&ei=S9h_TJD-C96fOL l) el 23 de junio de 2010.
SJwcIO&sa=X&oi=book_result&ct=result&r
esnum=9&ved=0CEwQ6AEwCA)). 54. La utilización del término niña bonita" para
referirse a la misma república se suele
48. Paredes Alonso, Francisco Javier (ed.)
atribuir a Salvador de Madariaga, que en
Historia contemporánea de España: Siglo
su texto lo pone en relación con el nombre
XIX (http://books.google.es/books?id=Nkxv
que sus fieles conspiradores le daban
OIilum4C&pg=PA230&lpg=PA230&dq=%2
cariñosamente durante todo el siglo XIX
2bienio+moderado%22&source=bl&ots=H
(en (http://books.google.es/books?id=8nQJ
HGoBSsStp&sig=4kEg3SJOOF9jkteV7gT AQAAIAAJ&q=Bien+hab%C3%ADa+mere
U5fuVr7k&hl=es&ei=rhx-TNneJMq6jAf6_J cido+la+Rep%C3%BAblica,+por+su+llegad
XzCg&sa=X&oi=book_result&ct=result&res a+sonriente+y+apacible,+el+nombre+que+
num=6&ved=0CCsQ6AEwBQ#v=onepage sus+fieles+conspiradores+le+daban+cari%
&q=%22bienio%20moderado%22&f=false), C3%B1osamente+durante+todo+el+siglo+
Ariel, 2004; ISBN 84-344-6755-0, p. 230. XIX:+la+ni%C3%B1a+bonita.&dq=Bien+ha
b%C3%ADa+merecido+la+Rep%C3%BAbl
ica,+por+su+llegada+sonriente+y+apacibl ulcro+del+Cid%22&dq=%22despensa+y+e
e,+el+nombre+que+sus+fieles+conspirado scuela%22+%22sepulcro+del+Cid%22&hl
res+le+daban+cari%C3%B1osamente+dur =es&ei=dx-CTJflKti4jAeq_bCOCA&sa=X&
ante+todo+el+siglo+XIX:+la+ni%C3%B1a+ oi=book_result&ct=result&resnum=1&ved=
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Ensayo de historia contemporánea (http://b el texto de un dibujo satírico titulado Éxodo
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&q=Bien+hab%C3%ADa+merecido+la+Re texto: "¿Y estos también piden la
p%C3%BAblica,+por+su+llegada+sonrient autonomía?. No, los gallegos no piden
e+y+apacible,+el+nombre+que+sus+fieles nada, emigran". Citado en Javier Costa
+conspiradores+le+daban+cari%C3%B1os Clavell Castelao: entre la realidad y el mito
amente+durante+todo+el+siglo+XIX:+la+n (http://books.google.es/books?ei=inSUTO
i%C3%B1a+bonita.&dq=Bien+hab%C3%A GUA5STOLuVjYgJ&ct=result&id=PcRiAAA
Da+merecido+la+Rep%C3%BAblica,+por+ AMAAJ&dq=El+gallego+no+pide,+emigra.
su+llegada+sonriente+y+apacible,+el+nom &q=no+piden+nada#search_anchor), BPR,
bre+que+sus+fieles+conspiradores+le+dab 1986 pg. 65
an+cari%C3%B1osamente+durante+todo+ 60. La denominación Febre d'or proviene del
el+siglo+XIX:+la+ni%C3%B1a+bonita.&hl= título de una novela de Narcís Oller
es&ei=MdN8TOOdEtS5jAeRpIEB&sa=X&o (adaptada al cine La fiebre del oro, 1993).
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1979 (ed. or. 1942); pg. 311 y ss. Rius, basada en los relatos de Ignacio
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n&hl=es&ei=jjV5TIfbK8uBswb3zrWyDQ&s mismo autor hace una recreación literaria
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3F}&oe=UTF-8&rlz=1I7ACPW_esES383&u
m=1&ie=UTF-8&tbo=u&tbs=bks:1&source= 63. Antonio Elorza, «La CNT y el anarquismo.»
og&sa=N&hl=es&tab=wp)); aunque es más (http://www.elpais.com/articulo/opinion/CN
frecuente el de "gobierno de Serrano" T/anarquismo/elpepuopi/20101027elpepiop
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source%3F}&rlz=1I7ACPW_esES383&tbs de Campos de Castilla en 1912 (véase
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aq=f&aqi=&aql=&oq=&gs_rfai=)). Antología comentada (http://books.google.
57. Historia (https://web.archive.org/web/20101 es/books?id=x4lVMIwjPx4C&pg=PA144&d
024223349/http://www.refugioginer.com/his q=%22a+mi+trabajo+acudo,+con+mi+diner
toria.html) en refugioginer.com o+pago%22&hl=es&ei=hQy-TI6cLYWVswb
Q2YGvDQ&sa=X&oi=book_result&ct=resul
58. Citado por Jose Luis Comellas, Del 98 a la t&resnum=3&ved=0CD0Q6AEwAg#v=one
semana trágica: 1898-1909 : crisis de page&q=%22a%20mi%20trabajo%20acud
conciencia y renovación política (http://boo o%2C%20con%20mi%20dinero%20pag
ks.google.es/books?id=JR5pAAAAMAAJ& o%22&f=false), p. 143).
q=%22despensa+y+escuela%22+%22sep
65. Era vox populi que había alentado el inicio ido%20identificarse%20con%20la%20opin
de la penetración en terreno enemigo con i%C3%B3n%20p%C3%BAblica&f=false).
un telegrama que decía «Olé tus cojones» 70. Carlos García Alix «Matar al rey.» 30 de
o «Viva los hombres», según versiones. octubre de 2010. (http://www.elpais.com/art
Véase un resumen de la bibliografía al iculo/portada/Matar/rey/elpepuculbab/2010
respecto (http://www.google.es/search?q= 1030elpbabpor_3/Tes) El País,
Alfonso%20XIII%20%22ol%C3%A9%20tu 71. Véanse referencias bibliográficas (http://w
s%20cojones%22%20Annual&rls=com.mic ww.google.es/search?tbs=bks:1&tbo=1&q=
rosoft:es&oe=UTF-8&startIndex=&startPag costa+cirujano+de+hierro&btnG=Buscar+li
e=0&um=1&ie=UTF-8&tbo=u&tbs=bks:1&s bros) a la frase de Costa, muy debatida en
ource=og&sa=N&hl=es&tab=wp). su significado.
66. El estudio original de Juan Díaz del Moral 72. Algunas fuentes los denominan Revolución
(Historia de las agitaciones campesinas de Enero de 1933
andaluzas, 1929) usa la denominación
trienio bolchevista. 73. Opinión de Salvador de Madariaga sobre
la Revolución de Asturias de 1934.
67. 1919-1923, los "años de plomo" de las
luchas sociales catalanas. Dolores de la El alzamiento de 1934 es
Calle y Manuel Redero Guerra Civil: imperdonable. La decisión
documentos y memoria (http://books.googl presidencial de llamar al
e.es/books?id=yuGfIICS5sUC&pg=PA55& poder a la CEDA era
dq=%22a%C3%B1os+de+plomo%22+Barc inatacable, inevitable y
elona+CNT&hl=es&ei=e01FTbGsNpC38g hasta debida desde hacía
OF2bmuCQ&sa=X&oi=book_result&ct=res ya tiempo. El argumento
ult&resnum=1&ved=0CD4Q6AEwAA#v=on de que José María Gil-
Robles intentaba destruir
epage&q=%22a%C3%B1os%20de%20plo la Constitución para
mo%22%20Barcelona%20CNT&f=false), instaurar el fascismo era a
Universidad de Salamanca, 2006, ISBN la vez hipócrita y falsa.
84-7800-398-3. Hipócrita, porque todo el
68. Juan Ignacio Ramos (2010) Centenario de mundo sabía que los
la fundación de la CNT. El socialistas de Largo
Caballero estaban
anarcosindicalismo y la revolución social (h arrastrando a los demás a
ttp://www.elmilitante.net/content/view/6698/ una rebelión contra la
34/) (enlace roto disponible en Internet Archive; Constitución de 1931 sin
véase el historial (https://web.archive.org/web/*/ht consideración alguna para
tp://www.elmilitante.net/content/view/6698/34/) y lo que se proponía o no
la última versión (https://web.archive.org/web/2/ht Gil-Robles; y, por otra
tp://www.elmilitante.net/content/view/6698/34/)).. parte, a la vista está que
el presidente Companys y
69. Si el movimiento militar ha querido la Generalitat entera
identificarse con la opinión pública y ser violaron también la
plenamente popular, justo es decir que lo Constitución. ¿Con qué fe
ha conseguido por entero (Ortega y Gasset vamos a aceptar como
en El Sol, 27 de noviembre de 1923); heroicos defensores de la
citado por Tuñón de Lara, La España del República de 1931, contra
siglo XX (http://books.google.es/books?id= sus enemigos más o
menos ilusorios de la
dMn23WuJpHYC&pg=PA156&lpg=PA156& derecha, a aquellos que
dq=Si+el+movimiento+militar+ha+querido+ para defenderla la
identificarse+con+la+opini%C3%B3n+p%C destruían? Pero el
3%BAblica&source=bl&ots=HAnAnd6o5o& argumento era, además,
sig=tlNyPzPAWGcZj2aIV7OJyQ2oJkQ&hl= falso, porque si Gil-Robles
es&ei=1MQ0TO6zD6CgOKGMgYoN&sa=X hubiera tenido la menor
&oi=book_result&ct=result&resnum=2&ved intención de destruir la
=0CBkQ6AEwAQ#v=onepage&q=Si%20e Constitución del 31 por la
violencia, ¿qué mejor
l%20movimiento%20militar%20ha%20quer ocasión que la que le
proporcionaron sus
adversarios políticos 78. Juan Pablo Fusi, Reflexión, en VV. AA.:
alzándose contra la misma Historia de España Madrid: Mc Graw,
Constitución en octubre de 2009, ISBN 978-84-481-6938-1 pg. 356.
1934, precisamente
cuando él, desde el poder, 79. Expresión de Miguel Salabert para un
pudo, como reacción, artículo en L'Express de 1958; citado por él
haberse declarado en mismo en la introducción a El exilio interior
dictadura? Lejos de haber (http://books.google.es/books?id=BpIR5O
demostrado en los hechos O5ez0C&printsec=frontcover&dq=%22exili
apego al fascismo y o+interior%22&source=bl&ots=CqjiA_7Txe
desapego al
parlamentarismo, Gil- &sig=1KB7aL9Jg6Z9O6TrjFK7H4AmQqI&
Robles salió de esta crisis hl=es&ei=x9UYTLVAxp7hBtOrtPYL&sa=X
convicto y confeso &oi=book_result&ct=result&resnum=2&ved
parlamentario, a punto =0CBwQ6AEwAQ#v=onepage&q&f=false),
que dejó de ser, si jamás 1988, Barcelona: Anthropos. El libro fue
lo había sido, persona escrito en 1961 y tuvo problemas para
grata para los fascistas editarse en España (Carta al director de El
(...) Con la rebelión de País (http://www.elpais.com/articulo/opinio
1934, la izquierda
española perdió hasta la n/ALEIXANDRE/_VICENTE_/POETA/exili
sombra de autoridad o/interior/elpepiopi/19841230elpepiopi_4/T
moral para condenar la es/) de José Manuel Fajardo 30/12/1984.
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muchos años atrás, bajo distintas figuras ndo/2009/01/21/espana/1232557501.ht
jurídicas (resoluciones de la ONU -de muy ml), 25/10/2011
debatida interpretación-, acuerdos de la ABC (http://www.abc.es/20090106/naci
OTAN o distintas coaliciones onal-nacional/chacon-avanza-nuevas-r
internacionales ad hoc -la política exterior y eales-200901061635.html), 06-01-09
de seguridad común de la Unión Europea
no se concretó en iniciativas demasiado «Los argumentos para ir a guerras en
operativas-), en los años ochenta había busca de la paz. Recorrido por los
incluido una participación secundaria en la principales razonamientos ofrecidos
guerra del Golfo de 1990-1991 (durante el por los partidos políticos en los debates
gobierno de Felipe González). Tras la sobre el envío de tropas españolas a
retirada de Irak la presencia militar misiones internacionales.» (http://www.
española en el exterior continuó en otros elpais.com/articulo/espana/argumento
escenarios como Haití o Líbano, pero s/ir/guerras/busca/paz/elpepuesp/2011
especialmente en Afganistán. También 0322elpepunac_11/Tes) El País,
hubo una retirada de la participación militar 22/03/2011.
en Kosovo, por el desacuerdo español «El papel de España en la guerra de
sobre la forma en que se produjo la Irak.» (https://web.archive.org/web/200
declaración unilateral de independencia 80511211526/http://www.elpais.com/to
(17 de febrero de 2008, que respaldó do-sobre/tema/papel/Espana/guerra/Ira
buena parte de la comunidad internacional, k/59/) en Temas de El País.
pero se interpretó como opuesta a los 102. * «Las muertes en la carretera registran la
intereses españoles). La misión en Bosnia menor caída desde 2006.» (http://www.elp
finalizó, tras 18 años, el 18 de octubre de ais.com/articulo/espana/muertes/carretera/
2010. En aguas del Índico se mantiene registran/menor/caida/2006/elpepiesp/2011
todavía un despliegue naval contra la 0102elpepinac_11/Tes) El País,
piratería somalí (Operación Atalanta -web 02/01/2011.
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w.defensa.es/areasTematicas/misiones/en «Las víctimas mortales en carretera
Curso/misiones/mision_09.html) (enlace roto bajan de 1.500 por primera vez en 50
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a.es/areasTematicas/misiones/enCurso/misiones/ l) El Mundo, 2 de enero de 2012.
mision_09.html) y la última versión (https://web.ar En el año 2011 se mantuvo durante unos
chive.org/web/2/http://www.defensa.es/areasTem meses una limitación de la velocidad
aticas/misiones/enCurso/misiones/mision_09.htm máxima a 110 km/h, como parte de las
l)).-, motivada especialmente por el medidas de ahorro, que se levantó en el
secuestro del barco Alakrana, 2009). La verano (con algún enfrentamiento dentro
del consejo de ministros entre Industria — Migraciones 2015 (provisionales) - Cifras
Miguel Sebastián— e Interior —Rubalcaba, de Población a 1 de enero de 2016 -
que se perfilaba como futuro candidato)—. Estadística de Migraciones 2015 -
Otra cuestión a tener en cuenta es el Adquisiciones de Nacionalidad Española
envejecimiento del parque automovilístico de Residentes 2015 - Datos Provisionales."
(«El parque automovilístico español 107.
envejece de manera progresiva y Nota de prensa del INE (http://www.ine.
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Historia moderna de España Periodos de la Historia de España -
Historia contemporánea de España

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