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“EL ATRIO DE LA IGLESIA SAN FRANCISCO DE ASÍS DE SINCELEJO.

1908 - 1910: / 303


UNA APROXIMACIÓN HISTÓRICA A SU SIGNIFICADO CULTURAL” / Gilberto Martínez Osorio

HISTORIA 396 “EL ATRIO DE LA IGLESIA SAN


ISSN 0719-0719
Nº 2 - 2015
FRANCISCO DE ASÍS DE SINCELEJO.
[303-331] 1908 - 1910:
UNA APROXIMACIÓN HISTÓRICA A SU
SIGNIFICADO CULTURAL” *
“THE ATRIUM OF THE CHURCH OF SAN FRANCISCO DE
ASIS SINCELEJO. 1908 -1910: A HISTORICAL APPROACH TO
ITS CULTURAL SIGNIFICANCE”

Gilberto Martínez Osorio


Universitaria del Caribe CECAR, Colombia
gilberto.martinez@cecar.edu.co

Resumen
El presente artículo explora el significado cultural de uno de
los espacios públicos más representativos del centro de la
ciudad de Sincelejo, en el Caribe colombiano de comienzos
del siglo XX. Investigación metodológicamente soportada en
el análisis documental del archivo de prensa de la ciudad de
Sincelejo, localizado en la Biblioteca Nacional de Colombia.
Se logra dar explicaciones sobre el valor de esta estructura
urbana, como patrimonio de la ciudad. El artículo resume los
hallazgos correspondientes a la historia del atrio de la iglesia
San Francisco de Asís de Sincelejo, en relación a su construc-
ción y al papel preponderante que toma en la vida cotidiana,
en especial, cuando se convierte en el escenario para las re-
tretas de la banda militar del Departamento de Sincelejo. Se
revisa la manera que estas estructuras urbanas se convierten,
en nuevos modelos de espacio público y en ideales de pro-
greso para la ciudad, privilegiando el desarrollo cultural y la
creación de nuevos imaginarios que compiten con el estable-
cimiento de la iglesia católica y su hegemonía.
Palabras clave: espacio público, atrio, iglesia, retretas, signifi-
cado cultural, historia urbana.

*
El presente artículo es producto del proyecto de investigación
institucional de la Facultad de Ciencias Básicas, Ingenierías y
Arquitectura de la Corporación Universitaria del Caribe y del
Centro de Investigaciones Institucional de CECAR, titulado: El
significado cultural en la construcción del sentido de lugar,
la identidad y el valor patrimonial de las estructuras urbanas:
Parque Santander de Sincelejo 1908 – 1910, proyecto que centra
sus búsquedas en explicar los procesos de apropiación de una
de las estructuras urbanas más representativas de la ciudad de
Sincelejo, Sucre, Colombia.
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Abstract
This paper explores the cultural significance of one of the
most representative public spaces of the city center of Since-
lejo in the early twentieth century. Methodologically suppor-
ted research on the analysis of the press archive of the city of
Sincelejo, located in the National Library of Colombia. Expla-
nation is achieved here on the value of the urban structure
as a world heritage city. The paper summarizes the findings
related to the history of the atrium of the church San Fran-
cisco de Asís de Sincelejo, in relation to its construction and
the important role it takes in everyday life, especially when
it becomes the stage for the retreats of the military band of
the Department of Sincelejo. We review here how these urban
structures are converted into new models of public space and
ideals of progress for the city, emphasizing the cultural deve-
lopment and the creation of new imagery that compete with
the establishment of the Catholic Church and its hegemony.
Keywords: public space, atrium, church, retreats, cultural sig-
nificance, urban history.

SINCELEJO EN LA PRIMERA DÉCADA DEL SIGLO XX

A comienzos del siglo XX Sincelejo1 es una ciudad que intenta reponerse del
desastre político bipartidista de la guerra de los mil días en Colombia, y vive el
ambiente político que como secuela queda tras su finalización2. Población que
luego de transitar por periodos como provincia de Corozal y una dependencia
administrativa del Estado Soberano de Bolívar y su capital Cartagena, durante
el siglo XIX, logra en 1908, bajo el mandato presidencial de Rafael Reyes, su
designación como capital del Departamento de Sincelejo. Aventura política que
solo duraría dos años, en la que se gesta una nueva territorialidad desde la que
aparecen en la región los Departamentos de Barranquilla, Mompox y Sincelejo,
de los cuales solo el de Barranquilla, convertido hoy en el Departamento del
Atlántico logra subsistir. La ciudad, en la primera década del XX, cuenta con
una clase empresarial en consolidación, pero lastimada financieramente por la
guerra de los mil días, y liderada por empresarios como Arturo García, Adolfo
Tamara, Manuel del C. Torres, Salón hermanos y Pedro Herazo entre otros,

1
Sincelejo es una ciudad del Caribe colombiano, capital del Departamento de Sucre,
cuya refundación se da durante el proceso de implementación de las reformas
borbónicas en la Nueva Granada, específicamente en el Gobierno de Cartagena. La
ciudad es refundada en 1776 por Antonio de la Torre y Miranda, proceso en el que se
congregó un grupo de rochelas dedicadas a la producción de licores. Es la capital del
Departamento de Sucre, tras la división administrativa del Departamento de Bolívar
bajo la presidencia de Carlos Lleras Restrepo en el año 1966.
2
Tamara Gómez, Edgardo, Historia de Sincelejo: De los Zenues al packing House. Santa
Fe de Bogotá, Impreandes Presencia S. A., 1997.
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enfocados en los negocios de la caña de azúcar, el aguardiente y la ganadería,


y enfrentándose a fuertes reveses como el decaimiento de las exportaciones de
ganado del Caribe y una plaga de langostas que devastó los cultivos durante
dos años. En el contexto regional la ciudad de Cartagena está sufriendo un
estancamiento por la competencia que le supone el crecimiento portuario de
Barranquilla y Santa Marta y la disminución de la navegabilidad del canal del
dique, tal como lo plantean historiadores como Conde, Posada, Zambrano y
Meisel Roca3.

LA PRENSA DE SINCELEJO EN LA PRIMERA DÉCADA DEL SIGLO XX

La revisión documental de la colección Manuel del Socorro Rodríguez de la


Biblioteca Nacional de Colombia, permite el acercamiento a una muestra
bastante importante de producción periodística de la ciudad de Sincelejo a
comienzos del siglo XX. Un total de catorce títulos entre periódicos, semanarios
y revistas de variedades, conforman la base documental que permite hacer
nuestra aproximación al significado cultural de los espacios públicos de la
ciudad en este periodo de tiempo. Publicaciones donde la orientación política
marca una importancia fundamental, donde el bipartidismo reinante en la
época es palpable, por ser estos los medios de expresión y las plataformas de
lanzamiento y sepultura, de los líderes, gestores, proyectos e ideales políticos
de la época4.

Se destacan por su productividad los siguientes: Renacimiento, semanario


misceláneo de orientación masónica, propiedad de Gustavo Porras Troconis5
y administrado por A. J. Valverde6, donde aparecen como colaboradores: Luis
C. Guizado, Francisco Iriarte G., Henrique Taboada, Rafael A. Uparela, A. F.

3
Llanos Henríquez, Efraín, Estructuración del espacio urbano de Barranquilla y Cartagena
en la primera mitad del siglo XX. Lima, Memorias del Encuentro de Geógrafos de
América Latina, 2013, p. 4
4
Tamara, Edgardo, El Departamento de Sincelejo. Sincelejo, Ediciones Gobernación
de Sucre - Fondo Mixto de Promoción de la Cultura y las Artes de Sucre - Universidad
de Sucre, 2010, p. 202. Este autor relaciona la aparición de la prensa y su amplia
producción, como un efecto del hecho político de la creación del Departamento de
Sincelejo y de la llegada a la ciudad de la imprenta del periódico Renacimiento, ante la
necesidad de elegir un Senador y un Representante.
5
Ibíd., p. 197. Gustavo Porras Troconis es presentado por Tamara Gómez, como
periodista procedente de la ciudad de Lorica, quien había sido con anterioridad
secretario de la prefectura del Sinú a cargo de José Torralbo, a la sazón nombrado
Gobernador del Departamento de Sincelejo, con quien había dirigido un periódico en
su natal Lorica.
6
Las notas de prensa permiten identificar a A. J. Valverde R. como “Venerable maestro”
de la Logia Masónica “Fraternidad Hospitalaria” de la ciudad de Sincelejo.
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Merlano B., Vicente C. Losada N. y Luis Simón Samudio entre otros. Fuerte
impulsor del ideal del Departamento de Sincelejo, del Gobernador José
Torralbo y de los procesos de modernización de la ciudad, en él se hace mucho
énfasis a la llegada de adelantos tecnológicos a la ciudad y del progreso de la
misma.

La Lucha, semanario de orientación política liberal, propiedad de Samuel


Otero7, dirigido por Mario R. Bustillo y A. J. Valverde. Autoproclamado
“órgano de la juventud sincelejana”. Circulaba los días sábados, en él, además
de las secciones dedicadas a la política regional, son muy llamativas las notas
sociales, donde se presentan los visitantes y los eventos importantes de la
ciudad. Este semanario permite hacer lecturas profundas de la actividad cultural
y los imaginarios sociales de la ciudad. Aparece como editor, alrededor de los
años 20s, el cubano Enrique Castellanos, época en la que se presenta como
“semanario de variedades”, y, en los años 30s, como propietario R. Gutiérrez
Bertel y director Ruperto Álvarez B., cuando se presenta abiertamente como
Semanario Liberal Independiente.

Horizontes, semanario liberal, autodefinido como “trashumante”8, cuyo lema


“por la patria y por Uribe”, deja ver su fuerte orientación política, dirigido por
Justo Pastor Ríos y editado por M. Gómez Recuero. En sus páginas se observa
al pedagogo y literato Samuel González Tapia como uno de sus más profusos
colaboradores. Vida Nueva, codirigido por los liberales Miguel Madrid y
Marcial Blanco y administrado por Felipe S. Padilla, se presenta en 1909, como
un “órgano de los bien entendidos intereses del Departamento”, razón por lo
que en sus páginas se dedican a presentar los ideales del nuevo Departamento
de Sincelejo y la visión de progreso que este evoca. Periódico tan efímero
como el mismo Departamento. En 1916, se encuentran nuevas ediciones de él,
dirigidas por el cubano Enrique Castellanos, en esta época, reorientado como
semanario de variedades. También se presentan como editores Héctor Pérez
V. y como director, desde Corozal, Manuel Madrid A.

El Jején, periódico que desde su lema “píquele a quien le picare, el negrito


ten con ten” proclamaba su enfoque crítico y su mordacidad en el lenguaje,
en la mayoría de los casos en tono burlesco sobre los aconteceres políticos y

7
Ibíd., p. 202. Otero es presentado por Edgardo Tamara en su libro El Departamento
de Sincelejo, como “uno de los productivos periodistas de las antiguas sabanas de
Bolívar”, veterano de la guerra de los mil días y autor del libro Cien costeños meritorios,
de gran importancia para la historiografía regional.
8
Se logró identificar en el archivo de prensa de la Biblioteca Nacional de Colombia,
ediciones de este periódico, con lugares de origen diferentes a la ciudad de Sincelejo.
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sociales de la ciudad. Dirigido por E. Huertas, peluquero de la plaza principal9


y Administrado por Abrahan Campo, de él podría decirse que su lenguaje lo
acerca más a un pasquín, que prensa profesional. También se editan en el
periodo el periódico conservador Verbo Azul y Res Non Verba orientada a
temas literarios, estos son entre otros los principales exponentes de la prensa
de este periodo.

EL ATRIO DE LA IGLESIA 1908 -1910

En los inicios de la primera década del siglo XX, la Plaza principal de Sincelejo
era el espacio público más emblemático de la ciudad10, sin embargo, no había
tenido, aun, mejoras considerables que facilitaran la práctica de actividades
urbanas de tipo cultural a las elites progresistas. La vida urbana gira en esta
época en torno a una vida parroquial11, donde la iglesia es el nodo principal
de la ciudadanía. Factor por el cual la primera iniciativa por la construcción de
un espacio colectivo se genera, precisamente, en las inmediaciones de esta
edificación. La construcción del atrio trae consigo una nueva propuesta de
espacialidad, que abre la posibilidad a manifestaciones de la vida ciudadana,
diferentes al modelo imperante hasta el momento.

9
Tamara, El Departamento de Sincelejo, p.p. 202 – 203.
10
Situación que a comienzos del siglo XXI aún no ha cambiado. A pesar del crecimiento de
la ciudad y de la aparición de nuevos espacios públicos, como la Plaza de “Majagual”, el
Parque Santander y la Plaza Olaya herrera, que ocupan el sitio geográfico de la antigua
Plaza Principal, son los lugares con mayor significación y memoria de la ciudad.
11
Tamara, El Departamento de Sincelejo, p. 164. El concepto “parroquial” se aplica
en este caso, en la medida en que la autoridad eclesiástica mantiene un poder y una
tutoría sobre la orientación del modelo de vida que debe llevar la comunidad. La
figura del párroco es primordial en la pirámide social de la población. Tamara Gómez
presenta en este libro, algunos rasgos del poder eclesiástico en el Departamento de
Bolívar en 1908, bajo la tutela de Adán Brioschi, “príncipe de la iglesia medieval en
pleno siglo XX”, con capacidad para cerrar periódicos que consideraran irreverentes
o irrespetuosos. Tamara plantea para Sincelejo una actitud diferente respecto a la
sumisión a la iglesia, al observar, desde la prensa, “críticas abiertas y directas” contra
párrocos. Este autor soporta esta idea, en la presencia de una considerable comunidad
masónica y la orientación liberal mayoritaria del pueblo de Sincelejo. Los resultados
del presente trabajo dejaron ver el alcance del poder, de la estructura eclesiástica sobre
la estructura política.
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Imagen 1. Iglesia central de Sincelejo en 1916.


Fuente: Fotografía en Periódico El Anunciador No 868. 15 de marzo de 1934.

Imagen 2. Esquema de localización del Atrio de la iglesia.


Fuente: Gilberto Martínez Osorio. 2013.

LA CONSTRUCCIÓN DEL ATRIO DE LA IGLESIA

Pocas informaciones relacionadas con la construcción del atrio de la iglesia


pudieron ser encontradas en la revisión de fuentes de información en prensa
de la ciudad de Sincelejo a comienzos del siglo XX. Sin embargo, la publicación
de la pequeña nota bajo el apelativo de “Remitido: Cuenta de entradas y
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salidas del atrio de la iglesia trabajo a cargo de Sr. Pedro M. Sierra”12, donde
se relacionan ingresos de los aportes hechos por varios ciudadanos, así, como
lo pagado al encargado de la obra y el número de ladrillos puestos, permite
analizar algunos aspectos relacionados con dicho proceso. Se pudo deducir,
que las mejoras públicas no están a cargo del Gobierno, ni la administración
local, sino que son fruto del esfuerzo común de un grupo de actores cívicos, los
cuales son fiscalizados igualmente por la comunidad, a quienes rinde informes
y hace público el arqueo de los ingresos, el uso de los recursos y el avance de
las obras, que el dinero recaudado ha permitido.

La nota nos habla de un proceso urbano de tipo cooperativo13, donde


miembros de la comunidad en diferentes momentos de la construcción hacen
aportes, representados en compra de materiales o pagos de mano de obra,
que permiten, lentamente, la consolidación de un espacio que es sentido
como propio por toda la comunidad. En el caso del atrio permite identificar
un liderazgo por parte del ciudadano Pedro M. Sierra14, como encargado de la
administración del proyecto, quien rinde cuentas a una ciudadanía relacionada.
La revisión de prensa de esta época permite observar, que en otros casos de
participación comunitaria, la recolección de aportes y rendición de cuentas
públicas era un proceso largo que no se circunscribía a un solo momento, por
lo cual se puede inferir, que la nota relacionada en este artículo no es la única
realizada con motivo de la construcción del atrio de la iglesia de Sincelejo y la
lista de aportantes a la obra sería muchísimo mayor.

El historiador Germán Mejía Pavony en sus descripciones del proceso de


construcción del Altozano de la Catedral de Bogotá, nos permite identificar
algunos puntos en común con su equivalente en la ciudad de Sincelejo:

“Otro lugar de indudable valor y mucha mayor importancia


que los paseos para el paisaje urbano de Bogotá fue el Altoza-
no. Esta palabra era empleada por los habitantes de la ciudad
para designar el atrio de la Catedral, que daba frente a la Plaza

12
Renacimiento. N° 19. Sincelejo. 11 de octubre de 1908. “Remitido: Cuenta de entradas
y salidas del atrio de la iglesia a cargo del Sr. Pedro M. Sierra”. p. 3.
13
No fue posible en esta investigación precisar los mecanismos de gestión de las
donaciones, la participación de la nueva administración del Departamento de
Sincelejo, o el nivel de obligatoriedad de las mismas. En prensa de la época se pueden
observar gestiones similares para la construcción de puentes, pavimentación de vías y
la construcción del “Camellón Once de Noviembre”.
14
Tamara, El Departamento de Sincelejo, p. 203. Pedro M. Sierra es presentado por el
investigador Edgardo Tamara, como “el político liberal más activo”, concejal en 1905
y en 1907 presidente del Concejo, junto a Adolfo Tamara.
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Mayor. Este fue construido en épocas coloniales en el lugar


donde estaba el cementerio de pobres, ya que las personas
de recursos eran enterradas al interior de las iglesias y, en
particular, los más ricos o poderosos, dentro de la Catedral. El
Altozano se extendía inicialmente entre la iglesia y la capilla
del sagrario, pudiendo tener unos 50 o 60 metros de largo por
8 o 9 de ancho. Luego, durante 1842 y 1843, se continuó hasta
la esquina sur de esta cuadra, incluyendo por lo tanto el edi-
ficio de la administración de correos. Para la construcción de
la prolongación del Altozano, el Cabildo recurrió tanto a sus
propios fondos como a donaciones en dinero y materiales por
parte de muchos de los habitantes de la ciudad”15.

No encontramos datos que nos permitan referenciar el atrio como cementerio


de pobres, como el de Bogotá, pero es de conocimiento la utilización de
la iglesia como lugar de sepultura de personas ricas de la ciudad. En el
proceso descrito por Pavony se observa que desde mediados del siglo XIX,
la participación comunitaria y la acción cooperativa son ya una práctica que
permite la construcción de obras urbanas de interés en la ciudad republicana.
Al igual que Bogotá en 1842, Sincelejo construye su atrio de la iglesia, su centro
de encuentros, en 1908. Las fotografías de la época permiten identificar cierta
coincidencia formal entre los dos atrios, como elementos alargados sobre los
que se desarrolla una intensa actividad social sobre ellos.

Imagen 3. Plaza principal de Sincelejo a comienzos del siglo XX


Fuente: Archivo Fototeca Municipal de Sincelejo.

15
Mejía Pavony, Germán Rodrigo, Los años del cambio: Historia urbana de Bogotá. 1820
- 1910. Bogotá, Ediciones CEJA, 1999, p. 192.
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LAS “RETRETAS” DEL ATRIO DE LA IGLESIA Y SU INCIDENCIA EN LAS


TRANSFORMACIONES DE LA DINÁMICA SOCIOCULTURAL DE SINCELEJO A
COMIENZOS DEL SIGLO XX

A través de la prensa se pudo constatar un proceso de transformación


en la dinámica sociocultural de la ciudad, durante el periodo político del
Departamento de Sincelejo16, registrado en las actividades que se dan en el
espacio del atrio de la iglesia y la plaza principal y su apropiación y uso por
parte de sectores ciudadanos con clara visión de progreso. Se observa en estas
iniciativas el reflejo de la aventura política regional, como motor que impulsa la
consolidación de la Plaza Principal de la ciudad, como epicentro del comercio y
la cultura regional, por la expectativa que generaba su proyección como nueva
Capital de Departamento17. En marzo de 1909 aparece publicada la primera
referencia a “la retreta”, una de las actividades que caracterizan y dan sentido
de lugar al atrio de la iglesia a comienzos del siglo XX. Se trata de la nota
titulada: Programa de las retretas “que ejecutara la Banda Militar en las noches
del domingo y del jueves 11, en la Plaza principal”18. En ella se relaciona el
programa de las piezas musicales que va a interpretar la banda militar, y que
incluyen principalmente vals, polkas y pasillos, algunos de autores europeos y
en su mayoría composiciones del Maestro director de la Banda, el Músico José
D. Zarante G. La aparición de estas retretas o programas musicales es de vital
importancia en la consolidación de este espacio para la sociedad de la época
y las generaciones futuras. Su aparición se da en el marco de la Política del
Presidente Rafael Reyes por apoyar este tipo de manifestaciones, tal como lo
describe Luis Omar Montoya:

“Como parte del proceso de invención de una tradición, el


evento marcante oficialmente comienza la dirección y amol-
damiento de las bandas de viento colombianas por el Esta-
do, tiene lugar en noviembre de 1908, cuando se dispone la
organización de una banda de viento militar en cada una de
las ciudades cabeceras de Antioquia, Buga, Ipiales, Jericó,

16
Tamara, El Departamento de Sincelejo. p. 196 – 207.
17
El momento del Departamento de Sincelejo, se observa en la historia con cierta
efervescencia, en el sentido en que a la ciudad se asientan durante esos dos años
personajes ilustres de la región que traen aportes al desarrollo cultural de la ciudad,
representado en manifestaciones artísticas como la música, el teatro, la fotografía, el
cine y la prensa entre otras. Se habla de efervescencia en el sentido de que muchos de
estos personajes emigran de la ciudad luego de la disolución del Departamento y el
regreso a la tutela de Cartagena y del Departamento de Bolívar.
18
Renacimiento. N° 26. Sincelejo. 7 de marzo de 1909. “Programa de las retretas”. p. 4.
312 / H istoria 3 9 6

Mompox, Neiva, Quibdó, Sincelejo, Sonsón y Tumaco. Estas


bandas recibieron una subvención mensual de $150 oro por
parte del Estado colombiano”19.

Aquí se observa la inclusión de Sincelejo dentro de las poblaciones


seleccionadas para el patrocinio de la banda militar. Política pública bastante
grata y de profunda huella en la historia cultural de la región. Sobre su
desarrollo se acota lo siguiente: “Este proceso coincide con el liberalismo, con
la revolución industrial y con la circulación en partituras de nuevo repertorio
europeo, situación que vino a homogeneizar el movimiento bandístico en
Colombia, con algunas variantes regionales como son las bandas pelayeras”20;
desde el análisis de Montoya se observa que en la región de sabanas del antiguo
Departamento de Bolívar, el desarrollo musical de esta clase de agrupaciones
toma un matiz particular, que culmina en la concreción del Porro y la música
de bandas como expresión cultural insignia de la región.

No serían pocas las controversias y manifestaciones de aprobación y rechazo


que se suscitarían por parte de los diferentes actores sociales de la ciudad. Es
importante señalar, que estas retretas significan la realización de actividades
de una elite cultural, escenificándose en la Plaza Principal, a partir de la
iniciativa de ciudadanos que intentan marcar una distancia con los aconteceres
del Sincelejo parroquial, proceso que también es identificado por historiadores
como Edgardo Tamara Gómez21 y William Fortich Díaz22. Las actividades y
eventos en torno a la Banda Militar bajo la dirección de José Dolores Zarante
cobran interés en la sociedad sincelejana. En la misma edición del 7 de marzo en

19
Montoya Arias, Luis Omar, “Bandas de viento colombianas”. Boletín de Antropología.
Vol. 25. N° 42. 2011. pp. 129-149.
20
Ibíd., p. 136.
21
El historiador Edgardo Tamara presenta, en su libro El Departamento de Sincelejo, p.
201, la aparición, en la primera década del siglo XX, de un proceso distincional en la
sociedad sincelejana, en el que los antiguos comerciantes, destiladores y ganaderos
construyen su diferenciación social a través de la literatura, la música, los modales y
el uso de clubes sociales. Tamara anota: “en el caso de Sincelejo, la diferenciación es
más fuerte y hasta ostentosa, en tanto los mismos que pretenden distinguirse tenían
un inocultable origen popular y atendían directamente sus negocios de venta”.
22
Fortich Díaz, William, Con bombos y platillos. Origen del porro, aproximación al
fandango y las bandas pelayeras. Bogotá, ediciones Edimulticolor S. A. S., 2013, p. 57.
En este libro el autor identifica la misma situación en relación al proceso distincional,
identificado por Edgardo Tamara, cuando expresa: “En un principio las bandas
de música son registradas en la Costa Caribe como grupos para celebrar fiestas de
carácter elitista en donde se interpretaban: vals, polkas, mazurkas, foxtrops, danzas
contradanzas, etc.”, los ritmos musicales coinciden con los encontrados en el presente
estudio.
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UNA APROXIMACIÓN HISTÓRICA A SU SIGNIFICADO CULTURAL” / Gilberto Martínez Osorio

el periódico Renacimiento aparece la nota Las damas de Sincelejo23, en la que


se invita a que las damas “concurran al Club en la noche anunciada a escuchar
la melodía con que las obsequia”24, la pieza compuesta especialmente por el
músico director, definida como un “Vals Strauss”25, sería interpretada “por la
Banda Militar en la noche del domingo próximo, después de la retreta frente
al Club Sincelejo”26. De lo anterior se pudo deducir, que aunque la Retreta
era un acto social y cultural de elite, de alguna forma constituía una actividad
de carácter abierto. En ellas un segmento de estas elites sociales realizaba
actividades, que aunque abiertas, ya que no se lleva a cabo en el interior del
Club, tenían al parecer carácter de exclusivas, por dirigirse, en este caso, al
grupo particular de Las Damas de Sincelejo. La Retreta, llevada a cabo en la
Plaza Principal trae implícito un sentido más público y ciudadano, carácter que
se consolidaría y mantendría en el tiempo. La programación de las retretas
musicales dirigidas por José Dolores Zarante en el atrio de la Iglesia de
Sincelejo entre los años 1908 y 1909, se destaca particularmente en relación al
tipo de evento exclusivo, que es una actividad en la que se invita a la mujer a
participar. Con su presencia la situación obliga, según las normas de etiqueta
de la época, un tipo de comportamiento especialmente respetuoso hacia
este género. Es muy posible que a estas programaciones musicales asistiera
también un público variado como deja entrever otra nota de título Retretas27,
aquí se hace mención de asistentes o público que en determinado momento se
pasaban de la raya, esto generaría no pocos conflictos posteriores.

Podemos afirmar que las retretas contribuyeron, como espectáculo cultural, a


entretener, de manera educada, a muchos sincelejanos y también, despertando
el interés de muchachos con menor educación, que aprovechaban la ocasión
para tener protagonismo y hacer pilatunas, como piropear a las damas de
familias adineradas, generalmente fuera de su alcance.

La nota Retretas28, es, como en otras ocasiones, un extenso programa, con


toda la información relacionada sobre esta actividad. Anunciando una vez
más la programación de las Retretas, se percibe a su director como un activo
compositor29. En estos programas se incluyen piezas la mayoría de su autoría

23
Renacimiento. No 26. Sincelejo. 7 de marzo de 1909. “Las damas de Sincelejo”. p. 4.
24
Ibíd.
25
Ibíd.
26
Ibíd.
27
La Lucha. N° 3. Sincelejo. 26 de mayo de 1909. “Retretas”. p. 4.
28
Renacimiento. N° 32. Sincelejo. 2 de mayo de 1909. “Retretas”. p. 3
29
Fortich, Con bombos y platillos, p. 85. Una descripción de los procesos creativos
de Zarante es expuesta Fortich Díaz, a partir de las anotaciones del músico en su
314 / H istoria 3 9 6

y otras de repertorio sugerido por personajes prestantes como Filadelfo


Urueta, Porras Troconis, Andrés Valverde y el Gobernador José Torralbo, entre
otros, sin lugar a dudas personajes notables de la sociedad sincelejana de la
época30. Igualmente se percibe una suerte de galanteo social con mensajes y
dedicatorias que debían ser notorios para la sociedad de la época y, que debían
contribuir a solidificar los lazos sociales de amistad así como el prestigio de
los mencionados. Cabe destacar que estos programas en particular, aunque
incluyen Valses y Polkas en su mayoría consisten en un buen número de
Pasillos y algunas Danzas, lo que le haría a nuestro parecer un programa
bastante criollo y autentico, en una sociedad con claras muestras de su pasado
colonial, acostumbrada a valorar lo europeo como de mayor nivel y prestigio,
sobre todo en lo referente a asuntos de gustos y de diferenciación cultural.

El tema de las retretas no deja de ser sorprendente, en una publicación


posterior titulada Retreta para hoy domingo31, figuran como compositores,
José Ángel Blanco Tamara, el célebre Coronel Blanco32, poeta publicado de la
ciudad de Sincelejo y Alejandro Almario; situación que nos permite vislumbrar
una muestra de la cultura musical de los sincelejanos de esa época. Es muy
importante resaltar este aspecto, en la medida de que expresa la vitalidad
cultural de ciertos sectores de gran arraigo y tradición, referentes que quizá
se han visto opacados, cuando la tradición actual en Sincelejo se entiende
exclusivamente ligada a la garrocha, el ganado y la corraleja. Se deduce, que
al menos el sector asociado al fenómeno de las retretas era compuesto por
ciudadanos interesados en las manifestaciones de la cultura universal y con
tendencia a la educación y al disfrute de los bienes del arte y la cultura, no

autobiografía titulada Reminiscencias históricas: “Cogí uno de los cuadernos de los


músicos, y comencé a escribir la introducción con una diana; luego una fermata, seguí
la introducción; hasta que la terminé en 3X4 y 6X8, me puse y escribí la primera parte;
no contento; seguí con la segunda y seguí, seguí hasta llegar a seis partes, terminando
mi polka con una coda que me resulto bonita y adecuada”.
30
De los mencionados personajes se observa, que Porras Troconis, Andrés Valverde
y José Torralbo son personajes que llegaron a la ciudad, con estadías efímeras en
este lugar. Hecho que hace pensar que el proceso de crecimiento cultural urbano que
se observa durante la primera década del siglo XX en Sincelejo, es disparado por la
llegada de oleadas de personajes foráneos y nuevas tecnologías, que toma asiento en
la ciudad, por la expectativa que genera la concentración de poder en la nueva capital
del Departamento de Sincelejo. Los lugares de procedencia de los nuevos miembros
de la sociedad sincelejana son poblaciones como Lorica, Chinu, San Juan Neponuceno,
entre otras.
31
Renacimiento. N° 33. Sincelejo. 16 de mayo de 1909. “Retreta para hoy domingo”. p.
3.
32
Tamara, El Departamento de Sincelejo, p. 165. sobre este personaje Tamara aclara,
que “ni es Coronel, ni es blanco, ni mucho menos militar (…)”. Presentando a Sincelejo
como una población con poca tradición militar, situación que le permite evitar
convertirse en “teatro de guerra” durante las confrontaciones republicanas.
“EL ATRIO DE LA IGLESIA SAN FRANCISCO DE ASÍS DE SINCELEJO. 1908 - 1910: / 315
UNA APROXIMACIÓN HISTÓRICA A SU SIGNIFICADO CULTURAL” / Gilberto Martínez Osorio

siendo la corraleja y las tradiciones asociadas a la ganadería el único referente


y la única tradición presente en esta comunidad.

En la actividad social y cultural del atrio de la iglesia se puede percibir cierta


analogía, con las descripciones realizadas por los historiadores de la ciudad de
Bogotá, sobre la vida urbana en torno al Altozano de la Catedral, construcción
que a diferencia del atrio de Sincelejo, fue realizada desde el periodo colonial
con ampliaciones durante el siglo XIX. Sobre el significado de este espacio
urbano Juan Carlos Pérgolis dice: “[La plaza de Bolívar] Allí aparece la catedral,
con su atrio elevado, el altozano, sitio clave en la vida de la ciudad desde mucho
antes: Al frente de la cuadra donde está la catedral hay una plataforma elevada,
ancha y plana, el altozano, con escaleras de piedra para bajar a la plaza. Es el
sitio más concurrido de Bogotá”33. La concurrencia por parte de la sociedad
y su valor histórico parecen ser, desde Pérgolis, elementos fundamentales.
Andrea Alarcón Núñez nos amplía la importancia cultural de este espacio en
el siguiente texto: “Durante el siglo XIX las tertulias del atrio de la Catedral
fueron la actividad recreativa por excelencia. Estas reuniones espontáneas
aglutinaban a todo tipo de gentes, que se apropiaban de las calles, incluso
hasta obstruir el paso peatonal”34. La descripción de Alarcón retrata una
situación de características similares a lo acontecido en la ciudad de Sincelejo,
el lugar de los encuentros, las tertulias, la mezcla social, la congregación, la
obstrucción, la ebullición de las ideas y lugar de la coexistencia pacífica de
la política bipartidista. En el atrio de Sincelejo se destaca el desarrollo de la
actividad musical, poco resaltada por los historiadores del Altozano de la
catedral de Bogotá.

LA MÚSICA EN LAS RETRETAS DEL ATRIO DE LA IGLESIA

La nota de prensa José D. Zarante G.35, deja ver evidencias de que el Director
de la Banda Militar ofrece sus servicios como profesor de Solfeo y escritura
musical, así como conocedor de los instrumentos de viento, que posteriormente
se desarrollarían, en gran medida, en la cultura regional. Es interesante la
manera en que este se presenta en la ciudad, como: “compositor repentista de

33
Pérgolis Valsecchi, Juan Carlos, El deseo de modernidad en la ciudad republicana:
un ejercicio de comunicación y ciudad. Bogotá, Ediciones Universidad Católica de
Colombia y Universidad de la Costa, 2013, p. 36.
34
Alarcón Núñez, Andrea Paola, “La vida cotidiana en la Plaza de Bolívar, 1880 – 1910”.
Semiosfera. N° 2. 2014. p. 214 (http://e-revistas.uc3m.es/index.php/SEM/article/
view/1941/932).
35
Renacimiento. N° 33. Sincelejo. 16 de mayo de 1909. “José D. Zarante”. p. 3.
316 / H istoria 3 9 6

música popular”36 sin lugar a dudas un gesto coloquial. Zarante es presentado


en el libro Con bombos y platillos: origen del porro, aproximación al fandango
y las bandas pelayeras37, como una de las más fuertes influencias en la
concreción de las bandas musicales “pelayeras”, desde su actividad musical
en la ciudad de Lorica38. La información obtenida en la presente investigación,
permite profundizar, en lo que fue su paso por la ciudad de Sincelejo entre los
años 1909 y 1911, y, establecer, que al igual que los procesos originarios de la
música del porro en San Pelayo39, es también Zarante pilar fundamental en los
desarrollos musicales de la ciudad de Sincelejo. La mencionada nota de prensa
permite advertir la dimensión de su incidencia pedagógica en toda la región de
las sabanas del Antiguo Departamento de Bolívar, cuando dice:

“Sus composiciones están a la disposición de las bandas


que se las soliciten: piezas distintas para cada banda si así
se le exigiere. Advierte: que el solfeo es la verdadera base de
la música; y garantiza: que a un discípulo de él, inteligente,
aplicado y favorecido por la naturaleza con el sublime don
de conmover y dominar los corazones, lo pone en actitud de
escribir música –sin apelación a instrumento– en seis u ocho
meses de estudio. Recibe alumnos en su oficina y atiende cla-
ses en casas particulares”40.

36
Ibíd., p. 3.
37
Fortich, Con bombos y platillos, pp. 77 – 86.
38
La llegada de José Dolores Zarante a Sincelejo esta indiscutiblemente ligada a la
creación del Departamento de Sincelejo. Junto con la llegada de Porras Troconis
entre otros, parece hacer parte de una comitiva de nativos de Lorica, amigos
cercanos al Gobernador Torralbo, que sirven de apoyo para la expresión y difusión de
manifestaciones culturales. Se observa que tras la renuncia del Gobernador emigran
de la ciudad o regresan a sus lugares de origen.
39
Fortich, Con bombos y platillos, p. 215. San Pelayo, Córdoba, Colombia, es presentada
por investigadores culturales de la música de bandas, como Fortich, entre otros,
como “cuna” del fenómeno musical del porro. Uno de los puntos que soportan dicha
argumentación, es la influencia musical que hace José Dolores Zarante, sobre el músico
de San Antero Córdoba Pablo Garcés Pérez. El nivel de apropiación del fenómeno por
parte de los investigadores los ha llevado a sentirse extrañados, cuando en la región
de las Sabanas, actual Departamento de Sucre, se dan manifestaciones de propiedad
sobre él: “Simultáneamente, en el Departamento de Sucre, en forma imprevista, pero
con tradición se impulsa y reivindica el Festival del Porro. Era el año 1970 y a través de
la prensa, los pelayeros se enteraron de que Corozal realizaría el primer festival. En la
empresa se dijo que estaban comprometidos los hermanos Piña, la noticia llegó a San
Pelayo como un petardo, pues no se comprendía el fenómeno de que la historia o la
tradición se pudieran trasladar de un lugar a otro por simple capricho. Las expresiones
que lanzaron y seguirán emitiéndose son elementales, pero por eso mismo comunes y
simpáticas: se quieren llevar el porro de san Pelayo”.
40
Ibíd; Renacimiento. N° 33. Sincelejo. 16 de mayo de 1909. “José D. Zarante G.”. p. 3.
“EL ATRIO DE LA IGLESIA SAN FRANCISCO DE ASÍS DE SINCELEJO. 1908 - 1910: / 317
UNA APROXIMACIÓN HISTÓRICA A SU SIGNIFICADO CULTURAL” / Gilberto Martínez Osorio

Se abre como campo de indagación establecer el listado de alumnos de Zarante


en Sincelejo y los desarrollos musicales hechos por estos tras la partida de su
maestro.

En su autobiografía titulada Reminiscencias históricas: Recuerdos de un


soldado liberal41, el músico se presenta como militar partidario y defensor de
las ideas del liberalismo radical, enlistado en el batallón Sinú de Cartagena
en 1874, participante en las guerras y prisionero en Panamá, junto al General
Jesús María Lugo. Consideramos, que tal vez sus ideas liberales pudieron ser
también participes en la disputa que se genera, con el padre Pascual Custode,
por la pertenencia y el uso del atrio de la iglesia.

Los repertorios musicales presentados por la banda de música de las retretas,


tiene una importancia fundamental en el desarrollo de la música popular de las
sabanas de Sucre y Córdoba, es por esto que sobre el paisaje cultural del atrio
de la Catedral San Francisco de Asís de Sincelejo, se genera el interrogante
sobre su rol, como escenario, en la consolidación de dicho proceso. Para
esta indagación, se parte del contexto histórico establecido por el historiador
sincelejano Manuel Huertas Vergara:

“Eran los días de la revolución de 1895… Las corralejas ha-


bían popularizado en Corozal la primera papayera auténtica,
rezago indisciplinario de la banda militar del General Ber-
nardo González… Alquerque iba tras lo suyo. Había gaita en
las Majaguas, que era como decir cumbia o fandango… El
corneta de orden Marcial Martínez iba adelante con la banda
vieja sinciana enervando al pueblo con el toque bélico de los
porros corralejeros que habían hecho el milagro de convertir
a las bandas milicianas en bandas populares.”42

En la nota, los inicios del proceso cultural del porro están ubicados
históricamente en el conflicto nacional tras la muerte del presidente Rafael
Núñez, anterior a la guerra de los Mil días, una década antes de la construcción
del atrio de la iglesia en Sincelejo. Huertas, basado en fuentes orales presenta
la aparición del fenómeno, como “rezago indisciplinarlo de la banda militar del
General Bernardo González”, consideramos su anotación como una resolución

41
Zarante G., José Dolores, Reminiscencias históricas: recuerdos de un soldado liberal.
Lorica y Cartagena, ediciones Imprenta Departamental, 1933.
42
Huertas Vergara, Manuel, Pola Berté: Comento de un porro juglaresco. Sincelejo,
Ediciones Junta Regional de Cultura de Sucre, 1989, p. 14.
318 / H istoria 3 9 6

demasiado espontánea y poco documentada, a un proceso cultural regional,


que a todas luces se observa mucho más complejo. Sin embargo, Huertas
anota una correspondencia entre el instrumento “gaita” y los ritmos o eventos
“cumbia y fandango”, permitiéndonos entender que la musicalidad de los
fandangos aún no ha sufrido el proceso de modernización propiciado por la
llegada de los instrumentos introducidos por bandas militares como la de José
Dolores Zarante. Esto lo confirma Fortich cuando dice: “el porro, aire musical
que identifica a los Departamentos de Sucre y Córdoba, no se origina en las
bandas de música”43, reafirmándolo con la cita de Guillermo Valencia Salgado
en la que dice: “lo hemos oído interpretado por gaitas y pitos atravesados
(…)”44. La nota titulada Fandangos45, permitió identificar el acontecimiento del
fandango como actividad social de los sincelejanos en la plaza principal46.

La nota no da detalles de los repertorios musicales que se desarrollan en la


Plaza principal de Sincelejo a comienzos del siglo XX, pero, las anotaciones
de Huertas y Fortich, nos permiten figurar un evento de música popular, en el
que se interpretan cumbias, fandangos y porros, a partir de instrumentaciones
ancestrales como las gaitas, los pitos atravesaos y los tambores. En ella
queda evidente el interés por parte de los sectores ilustrados, adeptos a la
prensa y cohesionados en torno a las retretas, de diferenciarse del pueblo raso
y de las expresiones populares, a través de la exclusión. Esto es tajante en
la afirmación: “estos fandangos no deben tener lugar en la plaza principal”.
Manifestación que lleva a pensar, que por sus intereses y perspectivas de
clase, reservarían a la plaza principal, para otro tipo de actividades con un
carácter y una representación más propia de los ideales de progreso y

43
Fortich, Con bombos y platillos, p. 21.
44
Ibíd. p. 21.
45
La Lucha. N° 6. Sincelejo. 10 de junio de 1909. “Fandangos”. p. 2.
46
Tamara Gómez, Edgardo, “Sincelejo indígena y colonial”. Revista Credencial Historia
No 225, p. 2. El desarrollo de festividades de corralejas en la plaza principal de Sincelejo
es referenciado por historiadores como Edgardo Tamara a partir del año 1886, desde el
liderazgo del terrateniente Sebastián Romero: “A esta cultura pertenecen las corralejas
primigenias que celebraban, como feria y festival, las corajudas faenas del ganado,
se congratulaba el santo patrono San Francisco –contradictoria vinculación que no
parecía molestar a sus habitantes que disimularon luego dedicándole la fiesta al
Dulce Nombre, homosignia de no se sabe qué nombre, dulce también– y se vendía
fácil el ron producido a final de la cosecha del año anterior, en este caso el 20 de
enero. No es extraño que el gran hombre –héroe cultural de la corraleja– fuera don
Sebastián Romero, gran ganadero, gran teniente de tierras, principal comprador de
la miel de caña de las decenas de estancias vecinales, y el más grande destilador de
aguardiente de la zona”. Es de suponer, que el desarrollo de encuentros festivos como
los fandangos en este lugar tenga una tradición anterior, tal vez desde su configuración
como plaza en la refundación de Sincelejo en 1776.
“EL ATRIO DE LA IGLESIA SAN FRANCISCO DE ASÍS DE SINCELEJO. 1908 - 1910: / 319
UNA APROXIMACIÓN HISTÓRICA A SU SIGNIFICADO CULTURAL” / Gilberto Martínez Osorio

desarrollo cultural que estas pudieran asumir47. El “proceso distincional” de


la sociedad sincelejana, identificado por Tamara Gómez durante el periodo
del Departamento de Sincelejo, queda evidente, el atrio, la plaza principal, las
bandas y sus repertorios representan, aquí, el nuevo modelo de vida urbana
de elite; las gaitas, las cumbias, los barrios y los fandangos representan lo
popular, un pasado a excluir y ocultar. Observamos aquí, cómo el pensamiento
colonial se reproduce en los inicios de la modernidad sincelejana, proceso que
nuevamente implica la anulación de las raíces propias del pueblo ancestral y el
deseo por todo lo europeo.

La presencia del fenómeno musical del porro es presentado, por Manuel Huertas
Vergara, como parte del paisaje sincelejano de la época del Departamento de
Sincelejo. En el libro Pola Berte, manifiesta lo siguiente:

“El nuevo siglo avivó festivamente en los corrillos sociales la


vieja querencia de emancipar la región del desgobierno que
ejercía Cartagena, y la pequeña banda de José de los Santos
Pérez con sus retretas dominicales sublimizaba el orgullo sa-
banero y prendía los fandangos en la placita de Mochila y en
Sabanas de Nariño donde Pola bailó por primera vez su porro
tocado por la banda de Sincé para complacer a los dirigentes
que arengaban el separatismo organizando paseo, bailes y
recolectas que servían para visitar a Chinú, San Andrés, Saha-
gún y otros pueblos que por vínculos culturales simpatizaban
con el soñado Departamento de Sabanas, presentado en junio
de 1908 por el sampuesano Pedro Manuel Sierra y que originó
disputas, mítines y paseos cívicos con una bandera verdiroja
y la banda de música por delante hasta cuando dos meses
después fue creado el Departamento de Sincelejo”48.

De su anotación podemos precisar, que cuando Huertas habla de “su porro”,


refiriéndose a la pieza de música popular Pola Berte, esta no debe entenderse
interpretada, en los términos musicales de las bandas de música de viento,
con sus trombones, trompetas, clarinetes, etc. sino en los del proceso cultural

47
Tamara, El Departamento de Sincelejo, p. 198. Tamara presenta en este libro, una nota
publicada en el periódico Renacimiento N° 11. 23 de agosto de 1908. De sentido similar
a la encontrada en el presente trabajo, la nota de Renacimiento pide al “Sr. Alcalde,
amigo del progreso y la civilización, disponga que se releguen esos bailes a los barrios
apartados”.
48
Huertas Vergara, Pola Berté: Comento de un porro juglaresco, p. 17.
320 / H istoria 3 9 6

anterior a estas, con gaitas, pitos atravesaos y tamboras. Lastimosamente


algunos de los aspectos presentados por Huertas no pudieron ser corroborados
a través las notas de prensa consultadas en este trabajo, como la actividad de
la banda de José de los Santos Pérez y sus retretas dominicales en la placita
de Mochila y las Sabanas de Nariño, sin embargo, la nota de prensa Sincelejo
patriota abre la posibilidad de establecer la ocurrencia, en esta época, del
proceso de modernización del fenómeno musical del porro, cuando una nota
del periódico la lucha de Enrique Castellanos, en 1920, dice: “Hubo además
dos bailes en el ‘Camellón’, uno el 19 y otro el 21. Nada de fandango, que ya
este baile como el porro está pasado de moda (…)”49, tal como lo explica la
nota, el autor considera al porro “pasado de moda” en 1920 y lo escenifica en
el “Camellón Once de Noviembre”, paseo que constituyó el primer espacio
público moderno construido en la ciudad después del atrio de la iglesia,
quedando establecido así, que la consolidación del porro como fenómeno
musical, es anterior a esta fecha, la precisión de este fenómeno queda como
pregunta abierta para futuras indagaciones. Las notas de prensa sí permiten
rescatar el siguiente repertorio musical que amenizaron y dio un sentido
particular a la vida urbana en la ciudad de Sincelejo a comienzos del siglo XX:

VALS:

1. “L´ angel d´amour” por M. Bleger


2. “L´Aquillon” por Wiltman.
3. “Eufemia y yo” por Jesús María Lugo.
4. “L´echarpe tricolor” por Bleger.
5. “Violetas y Jazmines” por José Dolores Zarante.
6. “Tres Jolie” autor no relacionado.
7. “Felibre” por Jesús María Lugo.

POLKAS:

1. “Lágrimas enjugadas” por José Dolores Zarante.


2. “Loca de Amor” por José Dolores Zarante.
3. “Cesar Conté” por José Dolores Zarante.
4. “Tu pupila azul” por José Dolores Zarante.
5. “La voz del deber” por José Dolores Zarante.

49
La Lucha. N° 99. Sincelejo. 31 de julio de 1920. “Sincelejo patriota”. p. 3.
“EL ATRIO DE LA IGLESIA SAN FRANCISCO DE ASÍS DE SINCELEJO. 1908 - 1910: / 321
UNA APROXIMACIÓN HISTÓRICA A SU SIGNIFICADO CULTURAL” / Gilberto Martínez Osorio

6. “Marcelino Vélez” por José Dolores Zarante.


7. “La señorita Doña María Porras Troconis” por José Dolores Zarante.
8. “Josefina” por José Dolores Zarante.

PASILLOS:

1. “Ideales” por José Dolores Zarante.


2. “Juana María” por Leopoldo M. Corrales.
3. “Alma de Poeta” por José Dolores Zarante.
4. “Soledad Rebeca Ceballos” por José Dolores Zarante.
5. “Carmelita O´ Byrne” por José Dolores Zarante.
6. “La sonrisa de la nena” por José Dolores Zarante.
7. “Las damas de Sincelejo” por José Dolores Zarante.
8. “José Torralbo” por José Dolores Zarante.
9. “Gotas de Ajenjo” por José Ángel Blanco Tamara50.

DANZAS:

1. “Las flores mías” por José Dolores Zarante.


2. “Adioses y recuerdos” por José Dolores Zarante.
3. “A mi rosa” por José Dolores Zarante.
4. “Adioses y recuerdos” por José Dolores Zarante.
5. “Los dos rivales” autor no relacionado.
6. “Carmelita” por José Dolores Zarante.
7. “La flor de mi esperanza” por José Dolores Zarante.
8. “María” por Alejandro Almario B.

50
Huertas Vergara, Pola Berté: Comento de un porro juglaresco, p.17. José Ángel Blanco
es presentado por Huertas Vergara como maestro del músico José de los Santos Pérez,
a quien considera precursor de la música de bandas en la región: “Pola comenzó
a viajar con su recua de mulos llevando manteca de cerdo, ron ñeque y panelas a
Magangue y de regreso llevaba especies y mercancías a Sincé y Sincelejo hacia 1903”
y complementa: “Sincelejo iniciaba el despertar de su música con la banda de José
de los Santos Pérez Paternina que había aprendido a tocar todos los instrumentos de
oídos en el siglo pasado con Don José A. Blanco, el ciego virtuoso del requinto quien
a su vez aprendió del gallego Gustavo Somoza, viejo profesor ambulante que había
quedado de la Escuela de filosofía y música de Corozal, fundada hacia 1836 por el
patriota Antonio Mendoza y Coronado”.
322 / H istoria 3 9 6

Un total de 32 piezas musicales, 7 valses, 8 polkas, 9 pasillos y 8 danzas. Es


llamativo en este conjunto musical el predominio de composiciones cuya
autoría está a cargo de José Dolores Zarante, un total de 22 composiciones
un (1) vals, la totalidad de las polkas, 8 pasillos y 6 danzas. La mencionada
producción nos deja ver un compositor prolífico, las fuentes de información
con las que se cuenta en la actualidad no permiten confirmar la autoría de
la totalidad de este material, ni la sonoridad del mismo. Llama igualmente la
atención cierta imprecisión sobre el ritmo musical de la composición titulada
Las damas de Sincelejo, la cual, en la nota que lleva su nombre, es presentada
como un “vals Strauss” y en el programa musical como un “pasillo”.

CONFLICTOS Y CONTROVERSIAS EN TORNO AL ATRIO DE LA IGLESIA Y


LAS RETRETAS

En su auge, las retretas suscitan también, discusiones, como la registrada


en la publicación del 10 de junio de 1909, titulada Música51, en la que se
demanda la interpretación de obras del repertorio clásico europeo, de autores
como Beethoven, Donizzetti, y Mozart. Aquí se relaciona información que
podría entenderse como indicador del elevado gusto por la cultura musical,
de una parte de la comunidad sincelejana de la época, con capacidad de
reconocer y disfrutar de autores de la música culta a nivel mundial. Es este
grupo social el que trata de apropiarse de la plaza principal, para convertirla
en el espacio donde se concentra y se manifiesta públicamente la cultura de
Sincelejo. Entendemos igualmente que esta información implica también otra
interpretación, en ella se evidencia cierto tipo de reacción a lo señalado al
respecto de los programas aparecidos en las ediciones del 2 y del 16 de mayo
del mismo año, en el sentido crítico de que eran programas bastante criollos
y que figuraban en ellos, incluso, autores locales. La información de prensa
muestra la existencia de una contraparte rigurosa en cuanto al gusto por las
expresiones y el arte europeo, de los “insignes compositores clásicos”52.

La nota dirigida al Señor Alcalde53 solicitando Moción de orden sobre el


evento de las retretas, permite observar la coexistencia de dos modelos de
comportamiento en dichos actos, un comportamiento respetuoso, estilizado
y elitista, que es promovido desde la prensa y otro comportamiento, menos
ajuiciado, que en la nota se atribuye a los jóvenes “muchachos” de la época.

51
La Lucha. N° 6. Sincelejo. 10 de junio de 1909. p. 2.
52
Ibíd., p. 2.
53
La Lucha. N° 4. Sincelejo. 30 de mayo de 1909. “Señor Alcalde”. p. 4.
“EL ATRIO DE LA IGLESIA SAN FRANCISCO DE ASÍS DE SINCELEJO. 1908 - 1910: / 323
UNA APROXIMACIÓN HISTÓRICA A SU SIGNIFICADO CULTURAL” / Gilberto Martínez Osorio

El atrio de la iglesia se convierte en lugar de encuentro y de expresión de


distintos sectores sociales, así como lugar de pugnas generacionales y deja
ver diferencias de interés entre la elite vinculada a la prensa y asiduos de
las retretas, y otros sectores de la comunidad de otra estirpe y nivel cultural,
asociados al historial agrario y a la organización de tipo rochela que le precede
a la ciudad de Sincelejo, sociedad sin gobierno y resistente a cualquier proceso
de control u organización54. La nota expresa un tono más alarmado, a una
similar aparecida en la edición inmediatamente anterior, el N° 3 del mismo
periódico.

Una fuerte polémica es reseñada entre los diferentes sectores sociales del
Sincelejo de esos días, que a la postre marcaría el final de estos programas
culturales en el atrio de la iglesia San Francisco de Asís de Sincelejo. La
nota de prensa Justa protesta55 es un documento que permite revisar un
debate en el que se encuentran implicados algunos notables de la ciudad y
el cura párroco Pascual Custode. Desde la lectura y análisis de sus primeros
fragmentos podemos afirmar que la discusión fue tan trascendente, que
demandó la intervención del Gobernador Torralbo, obligando la publicación
de la carta del Presbítero Don Pascual Custode, carta que analizaremos más
adelante. Por el momento detengámonos en los hechos que nos indican estos
fragmentos: “Justa protesta. Con este nombre ha circulado en esta capital,
una hoja suelta firmada por el Sr. Presbítero Don Pascual Custode quien
desea que la reproduzcamos en nuestras columnas, pero conceptuando la
junta directiva de la Lucha que la mencionada hoja se encuentra en el caso
de que habla el artículo 25 del decreto número 47 de 1906 se abstiene de
hacer su reproducción”56, se observa en estas palabras, la resistencia de la
comunidad masónica respecto al acatamiento del establecimiento eclesiástico.
La tensión que causa la publicación de la carta del párroco, se aclara allí, “la
junta directiva”57 del periódico La Lucha tenía toda la intención de negarse a
publicarla, aunque finalmente la publicare, tras la intervención del Gobernador
del Departamento de Sincelejo, y, tal como ellos lo manifiestan, “a pesar de lo

54
Fals Borda, Orlando, Historia doble de la Costa. Tomo 4. El retorno a la tierra. Bogotá,
Ediciones Universidad Nacional de Colombia-Banco de la República-El Ancora editores,
2002. p. 75. Este autor ilustra los procesos de resistencia de las rochelas establecidas
en el territorio del actual Sincelejo, durante la aplicación de las políticas borbónicas.
55
La Lucha. N° 7. Sincelejo. 17 de Junio de 1909. “Justa protesta”. pp. 3 y 5.
56
Ibíd., p. 3.
57
Se puede presumir que como miembros de la Junta directiva de “La Lucha” podrían
hacer parte el director en ese momento Samuel Otero, Enrique Castellanos quien
sería su director alrededor de los años veinte y colaboradores firmantes como Juan P.
Arrazola (masón), con seudónimos como Humberto Ras y Juan Col y bri.
324 / H istoria 3 9 6

que decimos en otro suelto publicado en este mismo número y de que la ley de
prensa no nos obliga a ello, por ser altamente agresiva dicha rectificación”58.
Es decir, los directivos del periódico, gente por demás prestante de la ciudad
estaban en la mira y eran precisamente parte de los objetivos que quería atacar
el Párroco Custode en su misiva. Es evidente, la manera en que la prensa y la
actividad cultural comienzan a tomar distancia del Sincelejo parroquial.

Publicada con el mismo nombre y en el mismo número del periódico, aparece


la mencionada carta enviada por el cura párroco Pascual Custode, Justa
protesta59. Son numerosos los indicios que esta nos deja ver sobre el desarrollo
de la vida urbana de Sincelejo, en torno al espacio de la Plaza Principal y los
alrededores de la iglesia. En parte los acontecimientos se presentan no exentos
de humor y picardía, sobre todo de parte del grupo que rodeaba las retretas y
que se hallaba en control o con acceso a la prensa, señalamos ya una división
de opiniones y gustos entre los más reservados y religiosos y otro público con
tendencias progresistas.

En primera instancia está el título de la nota original, ahora perdida, que


mostraba la posición de los defensores de las retretas, titulada A campo
raso, entendemos, que como manera de negar la posibilidad de expresiones
progresistas, presentan el ataque del Párroco como manifestación de lo que no
es moderno ni urbano, sino cerril y campechano. Otro detalle lo constituye, que,
en la nota, de forma no del todo velada había un tono de burla por el clérigo
lo que seguramente enfurecería los ánimos de éste: “Por haber el Presbítero
Pascual Custode salido de la Iglesia y con palabras destempladas y tocando
arrebato con una campana que llevaba en la mano, corriendo y amenazante
se lanzó en medio de la concurrencia y obliga a que se disperse aquella
simpática reunión”60. Pero más importante aún para nuestra indagación, que
los motivos del conflicto, es el paisaje que presentan los datos, en su carta
Custode habla de “en grupos se paseaban en el Atrio” y en otra parte “de
flujo y reflujo, que producía aquella noche la cita que se habían dado, una
parte de la sociedad de esa Capital”61, que él juzga, contradiciéndose, la menos
numerosa, frente a la que asistía a la exposición del Santísimo. De lo anterior
se puede observar que la polémica se origina con anterioridad, como señalan
los llamados al orden hechos por el grupo de asistentes a las retretas en
ediciones anteriores, y que para la fecha el atrio de la iglesia y la plaza principal

58
Ibíd., p. 3.
59
Custode, Pascual, “Justa protesta”. La Lucha N° 7. Sincelejo.17 de junio de 1909 p. 5.
60
Ibíd.
61
Ibíd.
“EL ATRIO DE LA IGLESIA SAN FRANCISCO DE ASÍS DE SINCELEJO. 1908 - 1910: / 325
UNA APROXIMACIÓN HISTÓRICA A SU SIGNIFICADO CULTURAL” / Gilberto Martínez Osorio

acoge una actividad creciente, característicamente urbana, que encuentra


en las retretas un motivo de reunión. A esta acuden públicos diversos con
niveles de educación diferentes y cuyo interés no es exclusivamente visitar
la iglesia, sino participar de actividades sociales, o, de tener como punto de
encuentro este lugar de la ciudad, apropiándose de la mejora que significaba
el atrio de la iglesia y dando vida a la Plaza Principal. Público profano al que
el Párroco endilga “poco acatamiento y sumisión”62, es decir, no tan sometido
a los modos de socialización parroquial, exclusivamente direccionados con la
aprobación de las autoridades religiosas. El Párroco agrega que: “durante los
oficios religiosos nunca he permitido –ni permitiré jamás– hayan tertulias en
el atrio de la iglesia”63, y hace llamados de atención, por hallarse “paseando
durante los oficios piadosos”64. Parece claro que la razón de la incomodidad
era la algarabía de piropos y frases galantes que el grupo de jóvenes suscitaba
entre los curiosos y paseantes. Aunque, de cierta manera, el Párroco, sin
mencionarlo, posiblemente reclama por su “público”, al corroborar, que
actividad de las retretas y el flujo y reflujo de viandantes en el atrio, sustraen
la atención de sus feligreses.

Pero, más allá de la anécdota y el paisaje que nos dibuja, está la disputa
generada por la propiedad del espacio del atrio. En su diatriba Custode aclara:
“Que el Atrio (de la iglesia) es un paseo público como que por él fue costeado.
(…) El atrio lo costeó el público y a él está destinado para los actos religiosos
única y exclusivamente y no para tertulias ni diversiones profanas, proscriptas
por la sana moral y condenadas por los hombres de sano criterio”65. Asunto
que queda claro es que el atrio lo costeó la comunidad sincelejana, pero a
pesar de ello el párroco lo reclama como propiedad de la iglesia y descalifica
las nuevas manifestaciones de la vida urbana que se presentan señalándolas
como profanas, al alejarse de las rutinas de la iglesia católica. El párroco,
apoyándose en el “Código de Policía” de la época, en su artículo 47, argumenta
que los atrios y demás anexos del templo no hacen parte de la plaza pública.
De esta manera acude a las autoridades competentes, para cerrarle el paso
a las retretas, tertulias y reuniones que ahí se programaban, intentando con
esto frenar el desarrollo de las nuevas actividades, progresista y profanas, del
nuevo modelo de vida urbana, que ya comenzaban a aparecer en el Sincelejo
de la primera década del siglo XX.

62
Ibíd.
63
Ibíd.
64
Ibíd.
65
Ibíd., p. 5.
326 / H istoria 3 9 6

La disputa por la espacialidad del atrio de la iglesia tiene como precedentes


dos actuaciones de los curas de Sincelejo en 1908, presentadas en la prensa,
a las que hemos tenido acceso a través de Edgardo Tamara en su libro sobre
el Departamento de Sincelejo, en ellas se narra lo siguiente: “Terrible fue la
bofetada que el Sr. Pbro. José Rufino Gutiérrez dio en la Sta. Iglesia al niño
Francisco J. Vergara. Ya antes había sufrido tremendo golpe en el pernil el
párroco Sr. Pascual Custode, resultante de una caída que se diera por haber
errado el blanco al tirarle soberbia patada a otro niño. Lamentamos lo sucedido.
En nuestra calidad de periodistas denunciamos todo cuanto pugna contra
la moral y la ley”66. El carácter impulsivo del cura párroco, su agresividad y
métodos poco ortodoxos parecen quedar expuestos en la anterior relación
de acontecimientos. El contexto eclesiástico de Departamento de Bolívar
a comienzos del siglo XX es presentado por Jairo Álvarez Jiménez, en sus
estudios sobre el clero, el pueblo y el poder civil en el Caribe colombiano, en
los siguientes términos:

“La diócesis que había sido comandada por Pedro Adán Brios-
chi desde 1898, fue elevada a la categoría de arquidiócesis en
el año 1901, y tenía jurisdicción eclesiástica sobre los pueblos
de Bolívar, Sucre, Córdoba y Atlántico, lo que reflejaba el am-
plio espacio geográfico que estaba bajo el mando espiritual
del prelado. La vida diaria de Brioschi se manejaba entre las
asistencias espirituales que normalmente le correspondían y
la disposición combativa y certera con la que se introducía
en los debates políticos y en los asuntos reservados para los
sectores dirigentes encargados del poder civil. Con insistente
frecuencia se puede encontrar a Brioschi opinando, escribien-
do o predicando sobre los temas más variados de la políti-
ca local. Sus pastorales, por ejemplo, cuando lo ameritaban,
eran utilizadas para atacar, desaprobar o autorizar el nombra-
miento de un empleado público, recomendar dirigentes con-
servadores de su confianza y denigrar de todo aquello que se
pareciera al liberalismo, al modernismo y a la masonería”67.

En la descripción de Álvarez se observa que los alcances del Obispo superan


el plano eclesiástico, siendo este el referente directo para las actuaciones del

66
Tamara, El Departamento de Sincelejo, p. 164.
67
Álvarez Jiménez, Jairo, “Clero, poder y poder civil en el Caribe colombiano”. Amauta.
N° 15. 2010. p. 69.
“EL ATRIO DE LA IGLESIA SAN FRANCISCO DE ASÍS DE SINCELEJO. 1908 - 1910: / 327
UNA APROXIMACIÓN HISTÓRICA A SU SIGNIFICADO CULTURAL” / Gilberto Martínez Osorio

párroco Custode en Sincelejo, la persecución al liberalismo, al modernismo


y a la masonería, a todas luces elementos convergentes en las retretas del
atrio de la iglesia. La reacción de la prensa sincelejana, ante lo que consideran
abusos de autoridad por parte del párroco tienen referencia a lo que Álvarez
Jiménez describe como una posición reaccionaria de la población civil en
el Caribe colombiano, respecto al rol de la iglesia, luego de las guerras de
independencia y durante el periodo de constitución de la Republica. El tema
de la reclamación del atrio y la reacción de la prensa sincelejana, se convierte
en antecedente al acontecimiento de 1910, cuando el Obispo Brioschi intenta
transferir las propiedades inmuebles de la iglesia en la ciudad de Cartagena
a una compañía norteamericana, causando revueltas e incidentes populares,
y desatando “la más radical campaña anticlerical de la prensa liberal local”68
que culminan con la expulsión de Brioschi. La propiedad de los bienes de la
iglesia y la disposición de ellos, son, al igual que en Sincelejo, el centro de la
discusión.

Apenas transcurridos 20 días de la publicación de la carta de desagravio del


Párroco Pascual Custode respecto al tema de las retretas, aparece una escueta
nota de prensa que en relación, se trata de una nota Banda Militar69 donde se
anuncia: “ha sido suprimida la subvención con que el Gobierno favorecía a
la de esta Capital”70. Se podría deducir, que la presión ejercida por el Párroco
y los sectores conservadores de la comunidad, en rechazo de las Retretas,
principal actividad de la Banda Militar, logro surtir efecto, sin embargo el
patrocinio recibido por la banda era del orden del gobierno nacional, y no tiene
continuidad una vez terminado el gobierno de Rafael Reyes.

La participación del Director de la Banda Militar en los debates generados en


torno al atrio, parece quedar latente en los episodios que suceden a continuación.
A pesar de no ser mencionado por el párroco Custode en su diatriba, la
figura de José Dolores Zarante parece disminuir considerablemente su perfil
hasta desaparecer del panorama sincelejano. En primer lugar observamos, a
partir de la nota 1ro de octubre71, cómo, en el proceso de revitalización de la
actividad de las retretas, se cambia de escenario, el atrio es cambiado por las
inmediaciones del “Club Sincelejo”, en la plaza Principal. Asímismo se releva
del cargo de director de la Banda Militar del Departamento de Sincelejo a
Zarante, reemplazándolo por el músico sincelejano Cornelio Pérez, quien, de

68
Ibíd., p. 68.
69
La Lucha. N° 10. Sincelejo. 8 de julio de 1909. “Banda militar”. p. 3.
70
Ibíd., p. 3.
71
La Lucha. N° 14. Sincelejo. 5 de agosto de 1909. “Banda 1ero de octubre”. p. 5.
328 / H istoria 3 9 6

acuerdo al programa de la primera retreta a su cargo, observamos que cambia


el enfoque de las retretas, prefiriendo las composiciones internacionales
(Gastón Schindler, H. Hertz y Dubois), a las composiciones de autores locales
como Zarante. En este primer programa priman los valses por encima de
los pasillos, las polkas y las danzas preferidas por Zarante y se introduce el
género de las mazurcas, que tal vez el músico loriquero también interpretó
en sus presentaciones. La reestructuración de las retretas parece atender las
observaciones más conservadoras y elitistas planteadas en las discusiones de
la época, un repertorio más internacional que local y el respeto por la sacralidad
del espacio del atrio de la iglesia.

La sección Sueltos72 del periódico Verbo azul en noviembre de 1910, permite


identificar un par de sarcasmos realizados contra el músico Zarante, posteriores
a su destitución como director de la banda militar. La primera nota lo muestra
como un militante “liberal de pura cepa” atacando al Rector de la Universidad
de Cartagena, la segunda deja ver algunos indicios de cómo algunos odios
políticos despertados por el Coronel Zarante podrían llevarlo a su muerte por
parte de sus detractores. Son estas las últimas notas que nos permiten ver la
actividad de Zarante en Sincelejo antes de su traslado definitivo a la ciudad de
Cartagena.

A MODO DE CIERRE

En la construcción del atrio de la iglesia, los sincelejanos comprueban su


capacidad para gestionar y financiar obras públicas a partir de la acción
comunitaria. Queda manifiesto, del proceso de exclusión por parte del párroco,
la necesidad de la creación de espacios públicos para el desarrollo de las
nuevas actividades urbanas, que la idea del progreso y la vida civilizada traen
a la ciudad de Sincelejo a comienzos del nuevo siglo.

Es notorio en este recuento de la historia del atrio de la iglesia San Francisco


de Asís de Sincelejo, la manera en que la construcción de esta estructura
urbana abre posibilidades en el imaginario de los ciudadanos, permitiendo
la aparición de nuevas actividades urbanas en torno a él. Actividades que se
diferencian de las acontecidas en la ocupación inicial del centro de la ciudad
de Sincelejo, procedentes del pasado de rochela que generó la ciudad, o de
las promovidas por la redefinición del espacio como “Plaza principal”, al final

72
Verbo Azul. N° 1. Sincelejo. 3 de noviembre de 1910. “Sueltos”. p. 4; Verbo Azul. N° 4.
Sincelejo. 30 de noviembre de 1910. p. 4.
“EL ATRIO DE LA IGLESIA SAN FRANCISCO DE ASÍS DE SINCELEJO. 1908 - 1910: / 329
UNA APROXIMACIÓN HISTÓRICA A SU SIGNIFICADO CULTURAL” / Gilberto Martínez Osorio

del periodo colonial, tras la refundación del poblado por Antonio de la Torre
y Miranda en 1776. Las actividades culturales de las “Retretas” en el atrio de
la iglesia, difieren del planteamiento de la Plaza dominante hasta el momento,
en la medida en que establecen un nuevo patrón de comportamiento al cual
deben acercarse los ciudadanos si quieren participar de ellas. El “Fandango”
popular, representante de las tradiciones de la Plaza y la rochela, se intenta
desplazar, en esta época, hacia otros sectores de la ciudad, los “barrios”, y la
“Retreta”, como manifestación de un nuevo modelo cultural que se intenta
instaurar, más acorde a procesos civilizatorios progresistas impulsados por
el ideal político que proponía el “Departamento de Sincelejo”. La diferencia
entre los dos modelos genera conflictos y se presentan luchas de pertenencia
y apropiación de los espacios de la ciudad, el poder eclesiástico ve en los
nuevos procesos una amenaza a su control hegemónico de las mentalidades
de la población y toma partido en la disputa reclamando, como propiedad de
la iglesia, la construcción realizada por la comunidad. Intentando frenar este
primer proceso de cambio en la cultura urbana de la ciudad de Sincelejo.

El reflejo del panorama político sincelejano a comienzos del siglo XX y de la


nueva condición de capital de la ciudad crea un ambiente cultural creciente en
la ciudad, del cual se recogieron frutos invaluables para la región con el paso
del tiempo. Muestras de esto son la construcción del atrio como primer espacio
público de la ciudad de Sincelejo, la concreción del fenómeno musical del
porro, desde el empuje que da el apoyo a las bandas por parte del Presidente
Reyes, la instauración de la retreta de la Plaza principal (parque Santander
hoy) como patrimonio inmaterial de la ciudad y elemento determinante en
su significación, además de la aparición o consolidación en la ciudad de
manifestaciones modernas de la cultura como el teatro, la fotografía, la prensa
desde el proceso migratorio regional que supuso la nueva estructura política.
330 / H istoria 3 9 6

FUENTES
Custode, Pascual, “Justa protesta”. La Lucha. N° 7. Sincelejo.17 de junio de 1909.

La Lucha. N° 7. Sincelejo. 17 de Junio de 1909. “Justa protesta”.

La Lucha. N° 10. Sincelejo. 8 de julio de 1909. “Banda militar”.

La Lucha. N° 14. Sincelejo. 5 de agosto de 1909. “Banda 1ero de octubre”.

La Lucha. N° 6. Sincelejo. 10 de junio de 1909. “Fandangos”.

La Lucha. N° 6. Sincelejo. 10 de junio de 1909. “Música”.

La Lucha. N° 3. Sincelejo.26 de mayo de 1909. “Retretas”.

La Lucha. N° 4. Sincelejo. 30 de mayo de 1909. “Señor Alcalde”.

La Lucha. N° 99. Sincelejo. 31 de julio de 1920. “Sincelejo patriota”.

Renacimiento. N° 19. Sincelejo. 11 de octubre de 1908. “Remitido: Cuenta de entradas y


salidas del atrio de la iglesia a cargo del Sr, Pedro M. Sierra”.

Renacimiento. No 26. Sincelejo. 7 de marzo de 1909. “Las damas de Sincelejo”.

Renacimiento. N° 33. Sincelejo. 16 de mayo de 1909. “José D. Zarante G.”.

Renacimiento. N° 26. Sincelejo. Marzo de 7 de 1909. “Programa de las retretas”.

Renacimiento. N° 32. Sincelejo. 2 de mayo de 1909. “Retretas”.

Renacimiento. N° 33. Sincelejo. 16 de mayo de 1909. “Retreta para hoy domingo”.

Verbo Azul. N° 1. Sincelejo. 3 de noviembre de 1910. “Sueltos”.

Verbo Azul. N° 4. Sincelejo. 30 de noviembre de 1910. “Sueltos”.

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[Recibido 15 el octubre de 2014 y Aceptado el 4 de junio de 2015]

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