Fortalecidos Por La Fe

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Fortalecido

por la Fe
ERES MÁS FUERTE DE LO QUE PIENSAS

Por Rev. Dr. Pablo R. Díaz


Guideposts Outreach
Guideposts, fundado en 1945 por el Dr. Norman Vincent Peale
y su esposa, Ruth Stafford Peale, es un ministerio interreligioso
sin fines de lucro dedicado a ayudar a las personas de todos
los niveles de vida a lograr su máximo potencial personal y
espiritual. Sus programas y productos inspiradores tienen como
base fundamental dos convicciones: las historias verdaderas son
maneras poderosas de motivar a la gente a llevar una vida mejor y
la fe en Dios puede ser reforzada aplicando verdades espirituales
a la vida diaria.
Guideposts Outreach se esfuerza en cumplir nuestra misión al
proveer publicaciones inspiradoras gratuitas a personal militar
y a hospitales, hogares de ancianos, iglesias, establecimientos
penales y otras organizaciones que sirven al público. Además,
invitamos a nuestros lectores a que nos envíen sus pedidos de
oraciones –por teléfono o por correo postal o electrónico. Cada
día hábil, el personal y los voluntarios de Guideposts oran para
que se satisfagan las necesidades de cada persona en particular.
Para más mensajes inspiradores, visita Guideposts.org
Esta publicación es un ministerio de la división de ayuda pastoral de
Guideposts (Guideposts Outreach), la cual distribuye publicaciones
inspiradoras, gratuitamente, a organizaciones que ayudan a los necesitados.
Le agradecemos su apoyo y apreciamos sus donaciones. Para obtener
más información en inglés sobre Guideposts Outreach, por favor visite
Guideposts.org/Helping-Others.
Traducción: Daniel A. González y Asociados
Copyright © 2015 Guideposts. Reservados todos los derechos.
Fotografías: Shutterstock Impreso en Estados Unidos.
Introducción
¿H as pensado alguna vez que podrías lograr más en tu vida –
pero descubres que los desafíos de la vida, los recursos limitados
o la falta de confianza en ti mismo te contienen y no te dejan ser
lo mejor que te es posible ser? Las enfermedades, las muertes de
seres queridos, los reveses financieros y las dificultades pueden
agotar la energía que necesitas para luchar por los objetivos en
tu vida.
La buena noticia es que la fe te da el poder para enfrentar y
superar los obstáculos. La fe te da fuerza cuando estás débil y
esperanza cuando estás desanimado. Debes recordar que el poder
en ti es más fuerte que todas las fuerzas externas. Eres más fuerte
de lo que piensas.
En este librito encontrarás 31 principios espirituales, prácticos
e inspiradores para cambiar tu manera de pensar, guiar tus
acciones y transformar tu vida. Estos principios devocionales
abordan situaciones de la vida real y ofrecen acciones a seguir
para superar dificultades personales y espirituales. Te ayudarán
a transformarte en la persona que Dios tiene previsto que seas.
Lee el librito de principio a fin para sentir el impacto. Memoriza
los pasajes de la Biblia que te inspiran. Aplica a tu vida cotidiana
los principios que cambiarán y mejorarán tu perspectiva. Libera el
poder de la fe para vivir con esperanza en el presente y confianza
en el futuro.
— Rev. Dr. Pablo R. Díaz
Vicepresidente de Ministerios, Guideposts
Las citas bíblicas, con excepción de las indicadas entre paréntesis, se han
extraído de la Nueva Versión Internacional (NVI) Copyright © 1999 Biblica,
Inc. Reservados todos los derechos a nivel mundial.
DHH – Dios habla hoy ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, 1996
NTV – La Santa Biblia, Nueva Traducción Viviente, © Tyndale House
Foundation, 2010.
RVA-2015 – Reina Valera Actualizada,© 2015 Editorial Mundo Hispano
NBLH – Nueva Biblia Latinoamericana de Hoy, © 2005 The Lockman
Foundation, La Habra, California.
Cree en ti mismo
“Pues es Dios quien nos ha hecho;
él nos ha creado en Cristo Jesús para que
hagamos buenas obras, siguiendo el camino
que él nos había preparado de antemano”.
Efesios 2:10 (DHH)
¿Piensas que tienes gran potencial y que puedes lograr mucho
en la vida?
Michael J. Christensen y Rebecca J. Laird cuentan la historia
de un escultor y un jovencito en su libro Spiritual Direction: Wis-
dom for the Long Walk of Faith (Dirección espiritual: Sabiduría
para el largo camino de la fe):
“Había una vez un escultor que trabajaba diligentemente con
martillo y cincel sobre un gran bloque de mármol. Un niño que
lo miraba no veía más que trozos grandes y pequeños de piedra
que caían a un lado y otro... pero cuando volvió al estudio unas
semanas más tarde, vio, para su sorpresa, un león grande y po-
deroso sentado donde había estado el mármol. Muy entusiasma-
do, el niño corrió hacia el escultor y le preguntó: ‘Señor, dígame,
¿cómo sabía usted que había un león en el mármol?’”.
“‘Sabía que había un león en el mármol porque antes de verlo
en el mármol, lo vi en mi corazón. El secreto es que fue el león en
mi corazón quien reconoció al león en el mármol’”.
Como el escultor, tenemos que vernos en el corazón haciendo
lo que Dios nos ha llamado a hacer. Y con una confianza humilde
y saludable las buenas obras que Dios quiere que hagamos se lo-
grarán durante nuestra vida.

1
No le temas al fracaso
“Siete veces podrá caer el justo,
pero otras tantas se levantará”.
Proverbios 24:16.

Muchas personas ven el fracaso como algo que deberían


evitar cueste lo que cueste. Cuando eran jóvenes, relacionaron el
fracaso con una mala experiencia en casa o en la escuela. Pero el
psicólogo y autor Ron Friedman cuenta en su libro The Best Place
to Work (El mejor lugar para trabajar) la historia de Sara Blakely,
fundadora de Spanx, la marca de ropa interior para mujeres, y
cómo aprendió a no temer al fracaso.
Al establecer su empresa, Sara superó varios obstáculos desa-
fiantes: no tenía nada de experiencia en la industria de la lencería,
no había estudiado administración de empresas y sus recursos
se limitaban a $5,000. Cuando le preguntaron de dónde sacó la
valentía para seguir adelante, ella lo atribuyó a su padre –todas
las noches les preguntaba a Sara y a su hermano: “¿En qué fraca-
saron hoy?”.
Según Sara, “El fracaso no tenía nada que ver con el resultado
final, sino con no haber hecho el intento. Esa actitud me obligó a
una edad temprana a querer esforzarme más allá de la zona donde
me siento cómoda”.
Si tienes miedo de fracasar, nunca saldrás de la zona donde te
sientas cómodo. El fracaso no se debe a una debilidad personal.
Es la manera como creces en la vida. Si no fracasas, no realizarás
tu potencial.
No existe ningún límite de lo que puedes lograr si no le temes
al fracaso.

2
Demuestra tu amor
“Tres cosas hay que son permanentes:
la fe, la esperanza y el amor; pero la más
importante de las tres es el amor”.
1 Corintios 13:13 (DHH)

Solemos pensar que siempre tendremos tiempo suficiente


para pasar con nuestros seres queridos, por lo que quizá nos falte
la urgencia para llamar o visitar. Pero la vida es breve y no debe-
mos ignorar las oportunidades de expresar nuestro amor.
El actor Liam Neeson escribió un artículo conmovedor acerca
del deceso inesperado de su esposa, la actriz Natasha Richardson,
en 2009:
“Mi esposa murió de repente. Me había dado tanta alegría en
nuestros 16 años de casados –aprendí cómo amar de todo corazón.
Es muy importante tomarse el tiempo para agradecer a nuestros
cónyuges con cariño, ya que la vida es breve. Pasa tiempo con tu
esposo(a). Trátalo(a) bien. Porque un día, descubrirás que ya no
está más. Lo que aprendí por encima de todo es que hay que vivir
y amar cada día como si fuese el último. Porque un día lo será.
Diles a tus seres queridos que los amas todos los días. No des por
hecho ningún momento. Vale la pena vivir la vida plenamente”.
Tenemos que aprovechar las muchas oportunidades pequeñas
que se presentan para demostrar nuestro amor y cariño. Las ex-
periencias colectivas y los momentos compartidos con nuestros
seres queridos crean recuerdos inolvidables. Cuando llegue el fin
de nuestra propia existencia, lo que más importante será es cómo
amamos a los demás.

3
Trabaja con pasión y empeño
“Y todo lo que esté en tu mano hacer,
hazlo con todo empeño; porque en el sepulcro,
que es donde irás a parar, no se hace nada ni se
piensa nada, ni hay conocimientos ni sabiduría”.
Eclesiastés 9:10 (DHH)
Cuando trabajamos con empeño y pasión, se nota una gran
diferencia –mejora las destrezas que aportamos en el lugar de tra-
bajo y aviva nuestro propósito en la vida.
El artista renacentista Miguel Ángel tenía una pasión por la
escultura. Cuando tenía unos treinta años, el papa Julio II le pidió
que esculpiera una tumba papal magnífica, pero luego le pidió
que trabajara en un proyecto de pintura. Al principio, Miguel
Ángel quería negarse, pero cuando el Papa lo presionó, accedió a
hacer el trabajo.
Miguel Ángel se entregó al nuevo proyecto por completo. Lo
expandió de la representación de los Doce Apóstoles a más de
400 figuras y nueve escenas del Génesis.
Durante cuatro años estuvo de espaldas pintando el techo de
la Capilla Sixtina. Pagó un precio alto físicamente por su trabajo
extenuante. Cuando le preguntaron por qué trabajaba con tanto
esmero en un rincón oscuro de la Capilla Sixtina que nadie vería
nunca, Miguel Ángel respondió: “Dios lo verá”.
Todos tenemos dones y talentos para ayudar a mejorar el
mundo. Y cuando hacemos lo que nos corresponde con empeño y
pasión, incluso cuando nadie más vea nuestra labor… Dios la verá
y se notará la diferencia.

4
Nunca estás solo
“Mírame, Señor, y ten compasión de mí,
porque estoy solo y afligido”.
Salmo 25:16 (DHH)

En un mundo de miles de millones de personas, podemos


sentirnos en soledad por varias razones. Tal vez un ser querido ha
fallecido, o una relación ha terminado o extrañamos a parientes
en nuestro sitio natal, o nos resulta difícil hacer amistades en un
nuevo vecindario. Estas experiencias impactan en nuestro sentido
de pertenencia en una comunidad –nuestra necesidad básica de
mantener relaciones humanas.
Aunque a veces nos sentimos solos, ¡tenemos que recordar que
nunca estamos solos! Dios siempre está con nosotros. Dios está
presente en cada aspecto de nuestra vida. Esta es una de las más
grandes verdades de la Biblia. El Salmo 139 dice:
“¡Jamás podría escaparme de tu Espíritu! ¡Jamás podría huir
de tu presencia! Si subo al cielo, allí estás tú; si desciendo a la
tumba, allí estás tú. Si cabalgo sobre las alas de la mañana, si
habito junto a los océanos más lejanos, aun allí me guiará tu mano
y me sostendrá tu fuerza” (NTV).
¿Necesitamos tener amigos? ¡No cabe duda! ¿Podemos
sentirnos solos a veces? ¡Sí, por supuesto! ¿Estamos solos?
¡Nunca jamás!
No debemos permitir que nuestras emociones o circunstancias
sacudan los fundamentos de nuestra fe. Dios está siempre con
nosotros en todo momento y en todo lugar. Cuando otros nos
abandonan, Dios sigue siendo nuestro mejor amigo y el más fiel.
En momentos de soledad, la presencia de Dios nos da compañía
y fortaleza.

5
Concéntrate en las posibilidades
“En este mundo afrontarán aflicciones,
pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo”.
Juan 16:33

A nadie le gusta cuando aparecen los problemas. Pero forman


parte de la vida y tenemos que aprender a enfrentarlos hábilmente.
Un día, el Dr. Norman Vincent Peale caminaba por la Quinta
Avenida en Nueva York cuando un hombre que conocía lo
detuvo para hablar sobre sus dificultades. Le contó que se sentía
abrumado por sus problemas personales y empresariales.
El Dr. Peale escuchó atentamente y le dijo: “Conozco un lugar
donde nadie tiene ningún problema”. El hombre se entusiasmó
y preguntó: “¿Dónde se encuentra ese lugar?”. El Dr. Peale le
dijo: “En el Bronx… el Cementerio Woodlawn”. Y agregó: “Los
problemas son algo bueno; tenerlos significa que estás vivo”.
Claro, es posible que los problemas nos abrumen, pero sin
ellos no estaríamos realmente viviendo. Los problemas nos llevan
nuevamente a la fuente de la vida, la esperanza y la fortaleza.
Cuando todo anda bien, solemos confiar en nuestra propia
fortaleza y sabiduría. Nos sentimos cómodos y algo olvidadizos
de nuestra vida espiritual. Pero cuando aparecen los problemas,
buscamos ayuda, consuelo y soluciones; pedimos ayuda a gritos
a otras personas y a Dios. Es simplemente una reacción humana
y acertada.
Dios nos da fortaleza y nueva visión para ver las posibilidades,
y nuestra fe nos indicará dónde encontrar una respuesta –ya que
todos los problemas se pueden resolver.

6
Aunque dudes, ¡ora!
“Porque cuando soy débil,
entonces soy fuerte”.
2 Corintios 12:10

¿Alguna vez has tenido dudas sobre tu fe como consecuencia


de una tragedia personal, oraciones sin respuesta o desilusión con
la iglesia? ¿Luchas contra los temas invisibles e intangibles de
la fe? El autor Philip Yancey escribió en su libro Alcanzando al
Dios invisible: “La duda siempre coexiste con la fe, ya que en la
presencia de la certeza, ¿quién necesitaría fe?”.
Recuerda cuando eras niño y jugabas en un subibaja. Un
momento estabas arriba y el siguiente estabas abajo. A veces,
nuestro camino de la fe puede sentirse igual –como un subibaja.
Tal vez no te aceptaron en la universidad de tus sueños. Quizá
estabas entusiasmado por una nueva oportunidad de trabajo, pero
entonces ocurrió una tragedia personal. O hiciste planes para la
jubilación y tu cónyuge se enfermó. Las situaciones de la vida
pueden hacer tambalear tu fe.
¿Qué puedes hacer en los momentos de duda? ¡Ora! En
la historia del Evangelio de Marcos, un padre llevó a su hijo
atormentado a Jesús para que lo curara y dijo: “Yo creo. ¡Ayúdame
a creer más!”. Jesús no juzgó al hombre; vio que luchaba por creer
y mantener su fe. Entendió sus dudas, y tuvo compasión por él y
curó a su hijo.
Dios no te recrimina tus dudas, sino que manifiesta su poder
en tus momentos de mayor debilidad.

7
Apoyados por la gracia divina
“No hago lo bueno que quiero hacer,
sino lo malo que no quiero hacer”.
Romanos 7:19 (DHH)

H abía un hombre que tenía una duda espiritual: “He sido una
persona de fe casi toda mi vida, pero me siento decepcionado
conmigo mismo. ¿No se estará cansando Dios de mí?”.
Cualquiera que haya lidiado contra una adicción, malos hábitos
u otras luchas cotidianas sabe de la desilusión con la que carga al
pedirle a Dios perdón o la fuerza necesaria para prevalecer, una
y otra vez.
El atleta Jesse Owens, ganador de cuatro medallas de oro
olímpicas, afirmó: “Las batallas importantes no son las que
otorgan medallas de oro. Las luchas con uno mismo –las batallas
invisibles e inevitables dentro de nosotros–, esas son las batallas
importantes”.
Estas batallas internas son comunes y no podemos superarlas
sin ayuda. Debemos recurrir al Señor por misericordia, perdón
y gracia divina. Al enfrentar las limitaciones espirituales y
personales en nuestra vida solamente con nuestra propia fuerza,
frecuentemente fracasamos y nos sentimos desanimados, y tal
vez nos preguntamos: “¿No se estará cansando Dios de mí?”.
La buena noticia es que Dios nunca se cansa de nosotros.
Su amor y gracia están más allá de la comprensión humana.
Dios conoce nuestras vulnerabilidades y defectos. Su gracia es
suficiente para superar nuestras batallas.
Nosotros solos nunca podríamos superar nuestras luchas
personales, pero con la presencia de Dios en nuestra vida tenemos
la esperanza y la fe necesarias para seguir adelante.

8
Sé tú mismo, no lo que no eres
“¡Te alabo porque soy una creación admirable!
¡Tus obras son maravillosas!”.
Salmo 139:14

¿H as deseado alguna vez que tuvieras piel más clara o más


oscura, que fueras más delgado, más alto o más rico? Muchas
veces queremos ser otra persona, no la que Dios creó. Queremos
ser la persona famosa que aparece en la portada de las revistas
o el pariente gracioso que recibe toda la atención. Pero cuando
tratamos de ser una persona distinta, eliminamos nuestra
personalidad y debilitamos nuestro espíritu.
Cuando David se ofreció para luchar contra Goliat, el campeón
de los filisteos de tres metros de estatura, el rey Saúl lo vistió
con su ropa real. El Rey puso su escudo y su casco de bronce
sobre David y le dio su espada. David intentó caminar vestido
como el Rey, pero no era él; él era un pastor, no un rey. David se
sacó la ropa del Rey y tomó su bastón y su bolso de pastor. Con
cinco piedras y su honda en la mano, derrotó a Goliat con el poder
inmenso del Señor.
Una cosa es segura: cuando uno trata de ser quien no es,
fracasa. No sucumbas a la presión y la tentación de ser algo
que no eres. Fuiste creado maravillosamente con mucho amor,
propósito y una misión que solo tú puedes realizar.

9
No te rindas… simplemente
vuelve a empezar
“No nos cansemos de hacer el bien,
porque a su debido tiempo cosecharemos
si no nos damos por vencidos”.
Gálatas 6:9

¿Alguna vez has tenido ganas de renunciar a tu trabajo,


abandonar un sueño o dar por terminada una relación personal?
La mayoría nos hemos sentido así más de una vez. También
sucede en el camino de la fe. Las oraciones sin respuesta o los
sucesos inesperados pueden causar que nos sintamos agotados,
desanimados o decepcionados, con poca energía para seguir
adelante.
A simple vista, parecería que rendirnos es la respuesta cuando
nos sentimos agotados. Sin embargo, las bendiciones llegan
cuando perseveramos con la ayuda de Dios.
El Pastor Richard se sentía desalentado a principios de su
ministerio. Había trabajado por muchísimas horas en la iglesia
que había fundado con su esposa. Había asumido muchas
responsabilidades en la comunidad, cargando también con el
peso del éxito espiritual de su ministerio. El esfuerzo lo dejó
agotado emocional y físicamente.
Una noche le preguntó a su hija de 12 años: “¿Te parece que
debería dejar de ser el pastor de la iglesia?”.
Después de una larga pausa, ella lo miró con lágrimas en los
ojos, y dijo: “No renuncies... simplemente vuelve a empezar”. Sus
palabras le fortalecieron el ánimo y renovaron su propósito.
Volver a empezar podría significar dar un paso atrás para ver
las cosas con una nueva perspectiva, pero recuerda: no te des por
vencido y no te rindas… ¡simplemente vuelve a empezar!

10
Vive en abundancia
“Yo he venido para que tengan vida,
y la tengan en abundancia”.
Juan 10:10

Cuando era niño, nunca supe lo pobre que era mi familia


porque mi madre y mi padre convertían arroz con frijoles en un
festín y una excursión al parque del barrio en un día divertido.
Aunque poseíamos poco, mis padres celebraban las muchas
bendiciones de Dios en los buenos y en los malos momentos.
Nunca se quejaban sobre la falta de recursos, dinero y aparatos
para el hogar. Trabajaban duro y usaban lo poco que ganaban para
hacer lo mejor posible y siempre creían que Dios proveerá.
Mis padres eran prósperos en espíritu, y por eso veo la vida con
esperanza y optimismo. La palabra prosperidad con frecuencia
se usa en términos de dinero, pero es más que eso; significa
desarrollarse y florecer de modos que mejoren la vida de los
seres humanos. En los momentos económicamente difíciles no es
fácil imaginar que nuestra vida puede llenarse de abundancia y
prosperidad, pero es posible.
La persona que siempre se concentre en lo que no tiene, nunca
tendrá suficiente, sin importar cuánto adquiera. Por otro lado, la
persona que tenga un espíritu abundante valorará lo que tenga,
aunque sea poco.
Las dificultades y luchas financieras son verdaderas. Pero
en vez de pensar en lo que no tengas, dedícate a los asuntos del
corazón y mantén la fe. Las cosas pueden mejorar y mejorarán.

11
Libérate de la ansiedad
“No se preocupen por el día de mañana,
porque mañana habrá tiempo para preocuparse.
Cada día tiene bastante con sus propios problemas”.
M ateo 6:34 (DHH)

A veces tal vez sintamos la presión del mundo sobre nosotros,


lo que puede provocar que lloremos, nos descarguemos contra los
demás, o algo peor.
Hace poco, mi esposa se sentía ansiosa por un viaje de
vacaciones, por lo que decidió consultar con su consejero.
Durante la sesión, su consejero le dijo: “Vive el momento”.
Explicó que vivir el momento es importante para nuestra salud
física y mental. Cuando estamos ansiosos, solemos pensar en lo
que viene y horrorizarnos por todas las cosas malas que podrían
pasar; en realidad, la mayor parte de nuestros miedos nunca
suceden, pero igualmente nos abruman.
Nadie es inmune a la ansiedad, pero sería mejor si nos
concentráramos en el momento presente en vez de en el futuro.
En otras palabras, permanece en el momento y confía en Dios
con tus preocupaciones. En Mateo 6:34, Jesús nos enseña a
tomarnos un día por vez y a no preocuparnos por el futuro, ya
que el mañana tendrá sus propios problemas. Sin embargo, no
creo que él tuviera la intención de que nunca nos preocupáramos;
más bien, no debemos permitir que la ansiedad nos consuma
llevándonos a la autodestrucción.
El Señor nos enseñó a confiar en él diciéndonos que vivamos
en el presente y no nos preocupemos por el día de mañana.

12
Espera con propósito
“Pero los que esperan en el Señor renovarán sus
fuerzas; levantarán las alas como águilas. Correrán y
no se cansarán; caminarán y no se fatigarán”.
Isaías 40:31 (RVA-2015)

Para la mayoría de nosotros, aprender a esperar es un desafío.


En la ajetreada realidad de hoy en día, esperamos resultados
instantáneos y servicio superveloz –desde los envíos con
prontitud hasta la promesa de soluciones rápidas de las dietas
de moda. Y cuando no obtenemos resultados inmediatos, nos
ponemos impacientes.
Considerando todos los avances de nuestra sociedad, hay
muchas cosas que aún toman tiempo. Por ejemplo, desarrollar un
matrimonio feliz, criar niños de buen carácter, comprar una casa,
fundar un negocio –todo esto toma tiempo.
Esperar a que una oración sea contestada o que Dios intervenga
o nos dé instrucciones puede ser difícil –esperar espiritualmente
requiere práctica y disciplina.
Pero podemos cambiar el modo como pensamos acerca de las
esperas –en lugar de ver una demora como una carga o fastidio, la
podemos ver como un proceso de desarrollo de nuestra paciencia,
nuestro carácter y nuestra fe. Mientras esperamos respuestas
y el cumplimiento de nuestros objetivos, podemos desarrollar
fortaleza de ánimo, resistencia emocional y disciplina espiritual.
La espera nos ayuda a apreciar lo que tenemos, valorar lo que
deseamos y fortalecer nuestra fe.
Cuando recibamos aquello que esperamos, entonces
celebremos por todo lo que hemos logrado.

13
Perdona a quienes te hayan lastimado
“No juzguen, y no se les juzgará. No condenen,
y no se les condenará. Perdonen, y se les perdonará”.
Lucas 6:37

Perdonar a alguien que te ha lastimado y ofendido puede ser


una de las cosas más difíciles de hacer. Pero si no somos capaces
de perdonar a los demás, se puede perjudicar nuestra salud
y bienestar. La historia de José en la Biblia hebrea es un gran
ejemplo de una persona que halla sanación mediante el perdón.
Cuando era joven, debido a los celos de sus hermanos, José fue
vendido como esclavo. Resistió muchas dificultades antes de
llegar a ser el segundo en el mando en Egipto.
Luego, cuando hubo mucha hambre en esa región, José y
sus hermanos volvieron a estar conectados. Durante años sus
hermanos vivieron avergonzados y José vivió triste. Dado todo lo
que le había pasado, el perdón no parecía posible. Pero José pasó
por alto la injusticia y perdonó a sus hermanos, y a cambio José
fue sanado. Fue capaz de liberarse de su ira y resentimiento hacia
ellos, y ellos tuvieron una segunda oportunidad.
Perdonar a alguien que te ha lastimado u ofendido no
necesariamente significa que la relación se restaure. Ese no
es el objetivo, pero a veces es una de las consecuencias. No
obstante, perdonar a los demás nos libera del daño, el dolor y el
resentimiento que tenemos. A pesar de que no es fácil perdonar,
es posible hacerlo con la ayuda de la fe y la oración.

14
Aférrate a la fe
“Además de todo esto, tomen el escudo
de la fe, con el cual pueden apagar todas las
flechas encendidas del maligno”.
Efesios 6:16

Al enfrentar desafíos, la gente suele perder la fe o aferrarse


a ella. Es así porque cuando pasamos por momentos difíciles, no
es fácil mantenerse optimista, y podemos llegar a preguntarnos:
“¿Qué hice mal?” o “¿Por qué permitiría Dios que esto suceda?”.
Estos sentimientos y pensamientos pueden causar que nos apar-
temos de nuestra fe cuando más la necesitemos.
Hace unos años, la madre de un compañero de trabajo fue
diagnosticada con cáncer de los huesos. Le dieron seis meses de
vida. En vez de darse por vencida, se aferró a la fe y enfrentó los
hechos con esperanza. Y superó su cáncer.
Diez años más tarde, le diagnosticaron cáncer de mama y tam-
bién lo superó. Han pasado treinta años desde que le diagnostica-
ron el primer cáncer. Ahora tiene más de noventa años y vive cada
día con fe y esperanza.
Debemos recordar que la fe no es una varita mágica; no pode-
mos mejorar las cosas instantáneamente con ella. Pero sí nos con-
vertimos en mejores personas mediante nuestra fe. La fe nos da la
valentía para soportar los tiempos difíciles, tomar decisiones di-
ficultosas, aceptar lo inesperado y resistir. La fe nos conecta con
una fuente de fortaleza cuando la nuestra está agotada, dándonos
el poder que necesitamos desesperadamente para seguir adelante.

15
Vive con alegría
“No se entristezcan, porque la alegría
del Señor es la fortaleza de ustedes”.
Nehemías 8:10 (NBLH)

Aunque los problemas puedan agotarnos día tras día, pode-


mos aprovechar la alegría de Dios. La alegría es una cosa podero-
sa y contagiosa que siempre está a nuestra disposición.
Hace poco, en un aeropuerto ajetreado, me detuve cuando oí a
una empleada alegre anunciar en su puesto de comida: “Bienveni-
dos a la zona feliz”. Con una inmensa sonrisa, cantaba una varie-
dad de canciones inspiradoras. Una estrofa destacada era: “Canto
porque soy feliz. Canto porque soy libre”. Y en ese momento me
di cuenta de dónde provenía su alegría... provenía del Señor.
Las personas alegres enfrentan problemas como todos, pero no
permiten que los controlen sus preocupaciones, temores o inse-
guridades. Son capaces de aprovechar el poder y la fortaleza de la
alegría del Señor. Su alegría surge de su confianza en Dios, ya que
él controla todo lo que tiene que ver con nuestra vida.
La alegría del Señor es nuestra fortaleza en los buenos tiempos
y en los malos tiempos. Sin importar qué tipo de día estamos
experimentando, siempre está presente. La alegría del Señor es
una fuente inagotable que fluye de dentro, permitiéndonos cantar
con alegría.

16
Practica la gratitud todos los días
“Que todo lo que soy alabe al Señor;
que nunca olvide todas las cosas
buenas que hace por mí”.
Salmo 103:2 (NTV)

Los psicólogos han descubierto que simplemente el pedirles


a las personas que identifiquen cosas específicas en su vida por
las cuales están agradecidos altera sus perspectivas de manera
poderosa. Estar agradecido de todo corazón impacta en el ánimo
y evita que surjan emociones negativas. Además, la persona
agradecida suele recuperarse del estrés y las tensiones más
rápidamente y comportarse más amablemente con los demás.
Cuando hacemos una pausa para apreciar las cosas buenas
que hay en nuestra vida, como la salud, la familia, los amigos, el
trabajo, la iglesia, y mucho más, nos sentimos optimistas acerca
del futuro. La clave es no dejar que las cosas malas nos impidan ver
las cosas buenas en nuestra vida. Incluso en los malos momentos,
si nos fijamos bien, podemos encontrar las bendiciones de Dios.
Nicholas James es un conferencista motivacional que nació
con focomelia, una enfermedad caracterizada por la ausencia de
brazos y piernas. Afirma: “Muchos me preguntan cómo puedo ser
feliz a pesar de no tener brazos ni piernas. La respuesta breve es
que tengo dos opciones –puedo enojarme por no tener miembros
o puedo agradecer por tener un propósito. Elijo la gratitud”.
El desarrollo de un hábito diario de nombrar cosas por las que
estamos agradecidos es la mejor receta para el alma. Proverbios
17:22 dice: “Gran remedio es el corazón alegre, pero el ánimo
decaído seca los huesos”.

17
Controla tu ira
“Ser paciente es muestra de mucha inteligencia;
ser impaciente es muestra de gran estupidez”.
Proverbios 14:29 (DHH)

Algunas personas se frustran fácilmente, maldicen a los


conductores que no conducen lo suficientemente rápido para
ellos –pero que aun van al límite de velocidad–, o se desquitan
con amigos, compañeros de trabajo o parientes. Cuando no se
controla bien, la ira es destructiva.
En la película Forrest Gump, Jenny, la amiga de Forrest, visita
su ciudad natal. Al caminar hacia la casa donde ella creció, recoge
piedras y las arroja a la casa hasta que quiebra una ventana. Luego,
cae al piso muy enojada y Forrest la abraza y le dice: “Supongo
que no hay suficientes piedras”.
Hay veces en que todos queremos arrojar piedras a quienes
nos han causado dolor. Pero luchar y buscar venganza no son las
respuestas adecuadas. Esas acciones nos llevan a hundirnos más
en la aflicción y no resuelven nada.
El primer paso hacia liberarnos del resentimiento es buscar
entender de dónde proviene nuestra ira. Una vez que lo hemos
hecho, debemos reconocer las penas profundamente arraigadas
que hemos sufrido, darnos cuenta de que no podemos reparar
todos los daños y dejar el rencor de nuestra vida en manos de
Dios. Y hay veces en que necesitamos hablar con un consejero
o guía espiritual capacitado para ayudarnos a ser pacientes y
superar esas emociones.
La próxima vez que sientas que la ira te controla los
sentimientos, sé paciente, ora y contrólala. Tus sentimientos son
importantes para Dios.

18
Fortalecido por la palabra de Dios
“Tu palabra es una lámpara a mis pies;
es una luz en mi sendero”.
Salmo 119:105

El autor y pastor Rick Warren escribió: “¡La Biblia es


esencialmente un libro de cuentos! Así es como eligió Dios
comunicar su palabra a los seres humanos”. A veces olvidamos
que la Biblia puede ayudarnos a soportar y superar nuestras
penas, luchas y temores. Dios nos habla a través de esos cuentos
asombrosos, pero a veces complicados y desconcertantes.
La falta de confianza de Moisés para liderar al pueblo fuera
de Egipto nos recuerda a nuestros propios temores personales al
enfrentar nuevos desafíos. La historia de José de rechazo, perdón
y ascensión desde la nada nos enseña a mantener nuestra fe
cuando todo parece estar en nuestra contra.
La samaritana que encuentra a Jesús junto al pozo afirma
que Dios nos busca para satisfacer nuestras necesidades cuando
menos lo esperamos. Y la conversación que tiene Nicodemo con
Jesús lo ayuda a identificar su necesidad de un renacimiento
espiritual, una necesidad que todos tenemos.
Las historias de la Biblia son relatos de personas imperfectas
que han cometido errores o enfrentan retos difíciles, pero que
igualmente experimentan gracia y redención.
La palabra de Dios fortalece, robustece y nos afirma en
nuestros mejores y peores momentos. Si leemos y prestamos
atención, podemos hallar nuestra propia historia, o partes de la
misma, en el libro alterador de vida de mayor venta en el mundo.

19
Sanación del dolor emocional
“El Señor está cerca de los quebrantados
de corazón, y salva a los de espíritu abatido”.
Salmo 34:18

La vida no está libre de dolor. Las cosas malas ocurren, dejando


cicatrices emocionales y físicas. Aunque nuestra niñez es breve,
el dolor causado en los primeros años de vida puede persistir hasta
la adultez. Y siendo jóvenes o viejos, nuestro bienestar puede ser
afectado por otras personas, y por nosotros mismos también.
Los sucesos de la vida como la muerte inesperada de un ser
querido, el divorcio, la pérdida del empleo o el abuso físico
pueden producir heridas, quebrar el corazón y abatir el espíritu.
Estos daños profundos pueden llevar a la ira y el resentimiento,
frecuentemente derrotándonos.
Con la ayuda de Dios, la oración y otras personas, la sanación
del dolor es posible. Estas son algunas maneras como puedes
comenzar a sanar emocionalmente tus heridas:
• Reconoce los daños profundos que has sufrido.
• Ora por tus heridas y dolores.
• Date cuenta de que no puedes borrar los daños que te
han hecho.
• Deja tu rencor en manos de Dios.
• Perdónate a ti mismo y a quienes te han herido. El perdón
nos libera del dolor y nos pone en el camino de la sanación.
• Busca consejo pastoral para tratar los problemas no resueltos.
• Crece a partir de las lecciones aprendidas después de sufrir
experiencias dolorosas.
No hay soluciones rápidas para superar nuestras heridas. La
sanación toma tiempo y compromiso. Pero no debemos permitir
que el dolor emocional guíe nuestra vida.

20
La vida es difícil
“Nos vemos atribulados en todo, pero no
abatidos; perplejos, pero no desesperados;
perseguidos, pero no abandonados;
derribados, pero no destruidos”.
2 Corintios 4:8-9
En su libro The Road Less Traveled (El camino menos
transitado), M. Scott Peck escribió: “La vida es difícil”. Según
Peck, esta es una de las grandes verdades. Al reconocerla,
podemos transcenderla. Ya sea que estemos o no de acuerdo con
Peck, la verdad sigue siendo que la vida es difícil.
Monty Williams, un jugador cristiano de básquetbol, abogó
por el perdón en un discurso emocional en el funeral de quien
fuera su esposa durante veinte años. El carro en el que ella viajaba
fue estrellado de frente por un todoterreno después de que el
conductor de este perdió el control del vehículo. Ella y el otro
conductor fallecieron.
En el discurso, Williams contó cómo su familia no guardaba
ningún rencor hacia el conductor, y pidió que los oyentes oraran
por su familia. En su momento más triste, Williams se puso de pie
frente a su familia y amigos y halló la fortaleza para dar palabras
de esperanza a los demás.
Todos los días la gente enfrenta dificultades, pero debe seguir
viviendo, trabajando, cuidando a los seres queridos y cumplien-
do con las obligaciones de la vida. No siempre sabemos cómo y
cuándo superaremos nuestros momentos oscuros y difíciles, pero
siempre podemos contar con que Dios nos ayude a sobrellevar las
dificultades de la vida.
Cuando la vida se ponga difícil, recuerda el amor, la lealtad y
la misericordia de Dios.

21
Satisface tu sed espiritual
“Tengo sed de Dios, del Dios de la vida”.
Salmo 42:2
Para mí, el tenis es una pasión. Lo juego todo el año y viajo lar-
gas distancias por un buen partido. Recientemente, me enfrenté
a un oponente mucho más joven y más rápido. No había pasado
mucho del primer set cuando mi cuerpo pedía agua desesperada-
mente. Corrí hacia mi bolso, tomé mi botella de agua y bebí hasta
que estuve satisfecho.
Así como el cuerpo humano debe permanecer hidratado, tam-
bién tenemos que permanecer hidratados en nuestro espíritu para
mantener viva nuestra pasión por Dios. Salmo 42:1-2 dice: “Cual
ciervo jadeante en busca del agua, así te busca, oh Dios, todo mi
ser. Tengo sed de Dios, del Dios de la vida”.
Todos somos seres espirituales que tenemos una sed espiri-
tual particular. Si no se satisface esta sed, la vida puede perder el
sentido, las relaciones pueden fallar y el trabajo puede ser poco
satisfactorio. Llega un momento en la vida de todos en que nos
damos cuenta de que hay mucho más en la vida que solo lo físico
y materialista. Y hay un deseo interno de algo más grandioso que
nos empuja a buscar y satisfacer la sed espiritual.
El autor C.S. Lewis escribió: “Si nos hallamos con un deseo
que nada de este mundo puede satisfacer, la explicación más pro-
bable es que fuimos hechos para otro mundo”. Cuando nos acer-
camos al Señor, nuestra vida espiritual toma un nuevo significado
y propósito, y nuestra sed espiritual se satisface.

22
Todos podemos ser grandiosos
“Cada uno ponga al servicio de los demás
el don que haya recibido, administrando fielmente
la gracia de Dios en sus diversas formas”.
1 Pedro 4:10

Muchos se colocan en los márgenes de la vida aunque nuestro


mundo tiene mucha necesidad de sus servicios, mientras que otros
se ponen de pie y ofrecen sus talentos. Gracias a estos individuos,
nuestro mundo es más tolerable.
Algunas personas creen que necesitan requisitos especiales
para prestar servicios o ayudar a los demás. La verdad es que
todo lo que se necesita para marcar una diferencia es un corazón
afectuoso, una pasión por ayudar y un espíritu dispuesto a servir.
El Dr. Martin Luther King, Jr., afirmó: “Todos podemos ser
grandiosos... porque cualquiera puede prestar servicio a otros. No
es necesario tener un diploma universitario para prestar servicio.
No es necesario hacer concordar sujeto y verbo para prestar
servicio. Solamente se necesita tener un corazón lleno de gracia.
Un alma generada por el amor”.
Todos pueden involucrarse y marcar una diferencia, y hay
muchas maneras de hacerlo. En tu comunidad hay personas que
necesitan tu amor, bondad, amabilidad y asistencia. Si no estás
seguro sobre la mejor manera de ayudar, ora: “Dios, ayúdame a
servir a los demás como Jesús me sirve a mí”.
Alguien dijo alguna vez: “La disponibilidad es más importante
que la habilidad”. Cuando prestas servicio, puedes hacer cosas
grandiosas con tu amor. En el proceso de ser útil, descubrirás lo
que millones han descubierto: es mejor dar que recibir.

23
La construcción de una familia
más fuerte
“El amor edifica”.
1 Corintios 8:1
El obispo Desmond Tutu de Sudáfrica asevera: “No eliges tu
familia. Es un regalo de Dios para ti, así como tú lo eres para
ellos”.
A pesar de las palabras acertadas de Tutu, las familias
no son perfectas y suelen ser más complicadas de lo que
quisiéramos. Muchas personas tienen una familia maravillosa
con la que disfrutan pasar tiempo, pero otras no. No obstante
nuestras experiencias positivas o negativas, muchos tenemos la
oportunidad de crear nuestra propia familia. Pero formar una
familia fuerte es un reto hoy en día.
En los momentos desafiantes, debemos recordar que el amor
es la fuerza que une a una familia cuando todo pretende dividirla.
Cuando una enfermedad, una muerte o una tragedia ocurren, las
familias cuyos integrantes se aman hallan la manera de seguir
adelante.
La formación de una familia fuerte también requiere mucho
esfuerzo y cooperación. Aunque todos estamos muy ocupados
debido a las obligaciones de la vida, es importante que los
miembros de la familia se reúnan y disfruten buenos momentos.
Además, el contacto físico es importante. Siempre que puedas,
da un abrazo, una palmada en los hombros, un beso o una mano
de ayuda. Y por último, nuestras acciones y palabras deben estar
alineadas. Claro que es importante afirmar el amor con palabras
auténticas, pero las acciones son preferibles a las palabras. Así
que haz hincapié no solo en expresar tu amor con palabras, sino
en demostrarlo con acciones también.

24
Vive con sabiduría
“Si a alguno de ustedes le falta sabiduría,
pídasela a Dios, y él se la dará, pues Dios da a todos
generosamente sin menospreciar a nadie”.
Santiago 1:5

Las decisiones que tomamos hoy forman nuestro futuro. El


autor M. Craig Barnes cuenta la historia de un hombre de noventa
años que vive en un asilo de ancianos. Es un lindo lugar, pero él
no se ve ni se siente como en su casa. Piensa en todo el tiempo que
desperdició en su vida –siempre tenía un informe que escribir o
un trato a cerrar en el trabajo.
Se acuerda de todos los eventos de la escuela de su hija a los
que no atendió, y cuanto tiempo estuvo apartado de su esposa,
a quien amaba mucho y quien murió joven. Antes pensaba que
era un buen trabajador y un buen padre, pero ahora no piensa lo
mismo. En estos días, lamenta todas las oportunidades perdidas.
Al no tener distracciones, ha aprendido a orar. Ora en especial
por sus amados hijos, quienes aprendieron de él a trabajar
con empeño.
Todo tiene un precio, pero por algunas cosas no vale la pena
pagarlo. No podemos vivir una vida sin arrepentimientos, pero
podemos orar para tener la sabiduría necesaria para discernir la
mejor manera de vivir una vida que honre a Dios y a los demás.
Un sabio dijo: “Disfruta de las cosas pequeñas de la vida, por-
que un día te darás cuenta de que fueron las más importantes”

25
Esperanza para hoy…
fe para el mañana
“Ahora bien, la fe es la garantía de lo que
se espera, la certeza de lo que no se ve”.
Hebreos 11:1

La esperanza y la fe son necesidades esenciales para los seres


humanos –alimentos espirituales del alma y nutrición para el
espíritu. Son tan fundamentales para nuestra existencia como la
comida y el agua lo son para el cuerpo. Sin esperanza, perdemos
fe en el futuro.
Hace unos años, un pequeño pueblo en el estado de Maine fue
elegido como el sitio donde se edificaría una planta hidroeléctrica.
Se construiría un dique a lo ancho del río y el pueblo sería
sumergido.
Cuando el proyecto se anunció, se le dio a los habitantes varios
meses para reubicarse. Durante esos meses, cesaron todas las
mejoras al pueblo. No hubo más pinturas ni reparaciones en los
edificios, las calles y las aceras. Cuando todavía quedaba bastante
tiempo hasta la construcción, el pueblo parecía descuidado y
abandonado, aunque la gente aún no se había ido. Un ciudadano
comentó: “Si no hay fe en el futuro, no hay ganas en el presente”.
Alguien escribió: “La esperanza es la capacidad de escuchar
la música del futuro; la fe es la valentía de bailar con esa música
hoy”. Cuando tu esperanza está fundamentada en Dios, nada
puede alterar tu fe. La esperanza te permite ver la promesa del
mañana con todas sus posibilidades, y la fe te da la valentía para
hacer algo al respecto hoy mismo.

26
La libertad de elegir el camino a seguir
“Hoy pongo al cielo y a la tierra por
testigos contra ti, de que te he dado a elegir entre
la vida y la muerte, entre la bendición y la maldición.
Elige, pues, la vida, para que vivan
tú y tus descendientes”.
—Deuteronomio 30:19

El autor Wes Moore escribió lo siguiente en sus memorias


The Other Wes Moore: One Name, Two Fates: “Cuando somos
jóvenes, a veces parece como si el mundo no existiera fuera de
nuestra ciudad, nuestro barrio, nuestra casa, nuestra habitación.
Tomamos decisiones basándonos en lo que vemos en ese mundo
limitado y seguimos el único modelo disponible”.
Moore relató cómo su familia, mentores y modelos a seguir lo
ayudaron a ver las posibilidades ilimitadas del mundo en su tota-
lidad. En otras palabras, lo ayudaron a “descubrir lo que significa
ser libre”.
Durante la Segunda Guerra Mundial, Viktor Frankl fue en-
viado al campo de concentración de Auschwitz, donde vivió y
superó experiencias horribles. A diferencia de Moore, la libertad
de Viktor le fue quitada, pero aun así, afirmó: “Todo puede ser
tomado del hombre, menos una cosa; la última de las libertades
humanas –elegir la actitud de uno mismo al enfrentar cualquier
circunstancia, elegir el camino a seguir”.
La vida no es siempre justa. La injusticia, el rechazo, la pobre-
za, la discriminación y muchas otras realidades te pueden suceder
y te pueden despojar de lo que Dios tenía previsto que fueses.
Pero tienes la libertad de elegir tu actitud y la manera de vivir
tu vida.

27
Amargado o mejorado –depende de ti
“Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”.
Filipenses 4:13
A veces podemos estar infelices por cómo se desarrolla la vida
y sentimos como que no tuviésemos el control, pero de lo que
nunca perdemos el control es de cómo respondemos. Un joven
soldado de la Segunda Guerra Mundial se despertó en un hospital
de campaña y descubrió que había perdido un brazo. La noticia lo
anonadó y lloró por la pérdida del brazo y por la vida con la que
había soñado antes de la guerra.
Unos días más tarde, un soldado amigo lo miró a los ojos y le
dijo: “Frank, la experiencia te convertirá en una persona amargada
o en una persona mejorada. La decisión es completamente tuya”.
Frank meditó sobre estas palabras y pensó acerca de sus
opciones. ¿Se convertiría en una persona amargada o una mejor
persona? ¿Se convertiría en una persona enojada o paciente?
El soldado sabía que tenía que recurrir a Dios en busca de
consejo y orientación. Oró diariamente para tener valentía y
transformarse en una mejor persona. Con el tiempo su perspectiva
de la situación cambió, así como su panorama del futuro. Se hizo
consejero para poder ayudar a los demás a superar los desafíos
de la vida.
Dios le dio a Frank la valentía para transformarse en una
mejor persona a pesar de sus circunstancias. Y también puede
ayudarnos a convertir los desafíos en oportunidades y cambiar
nuestra perspectiva.

28
Sigue adelante
“Olvidando lo que queda atrás y
esforzándome por alcanzar lo que está delante”.
Filipenses 3:13

En la película clásica Volver al futuro, Marty McFly vuelve


en el tiempo a los años cincuenta, cuando un experimento sale
mal. Se encuentra con versiones jóvenes de sus padres y debe
asegurarse de que se enamoren o él dejará de existir.
Al ver esta película nos podemos preguntar: “Si pudiera viajar
en el tiempo y cambiar cosas en el pasado, ¿lo haría?”. Si tuvieran
la oportunidad, creo que la mayoría de las personas lo harían.
Algunos volverían a una decisión que se arrepienten de haber
tomado y la cambiarían, mientras que otros volverían a una época
en que las cosas estaban mejor. Pero como no podemos viajar
en el tiempo, muchos tienen remordimientos, oportunidades
perdidas y recuerdos que les impiden seguir adelante emocional
y espiritualmente.
La verdad es que no sabemos qué hubiera pasado si hubiéramos
tomado distintas decisiones. En la historia del Éxodo, la gente
se fue de Egipto, liberándose de la esclavitud. Pero cuando se
encontraron arrinconados entre el mar Rojo y el ejército del
Faraón, desearon haberse quedado en Egipto. No tenían ni idea
de que la bendición se encontraba en seguir adelante, no en mirar
hacia atrás.
Dios los llevó más allá de sus dudas y abrió un nuevo camino
a través del mar Rojo. En vez de mirar hacia atrás, nosotros
también debemos seguir adelante y mantener nuestra fe en Dios,
y él abrirá un camino.

29
Nadie logra el éxito por su cuenta
“Cuando falta el consejo, fracasan los planes;
cuando abunda el consejo, prosperan”.
Proverbios 15:22

Todos necesitamos la ayuda de otras personas para alcanzar


objetivos profesionales y personales. Cuando escuchamos sobre
el éxito de las personas famosas, solemos admirarlas, pero con
frecuencia olvidamos que esos logros no serían posibles sin la
ayuda de otros. La verdad es que nadie logra el éxito solo; siempre
hay otros ampliando nuestras capacidades y destrezas.
Alex Haley, el autor de Raíces, tenía en su oficina la foto de una
tortuga sentada sobre una cerca. La mantenía como recordatorio
de que “si ves una tortuga sobre el poste de una cerca, sabes que
tuvo algo de ayuda”. Haley comentó: “Cada vez que empiezo a
pensar ‘¡Vaya!, ¿no es maravilloso lo que he logrado?’, observo
esa foto y recuerdo cómo esa tortuga –yo– llegó a subirse a ese
poste –con ayuda”.
Esforzarnos por alcanzar nuestros objetivos nunca es fácil, por
lo que necesitamos a Dios y a otras personas a nuestro lado. Todos
necesitamos un equipo de personas confiables que puedan ofrecer
ánimo y consejos sensatos en los momentos de adversidad.
Aunque algunos olvidan a quienes los han ayudado a conseguir
el éxito, muchos los recuerdan y los reconocen.
La Biblia dice: “Deben acordarse del Señor su Dios, ya que
ha sido él quien les ha dado las fuerzas para adquirir la riqueza”
(Deuteronomio 8:18, DHH). Cuando recordamos nuestro propio
“poste” y cómo llegamos hasta lo más alto, también debemos
recordar ayudar a los demás.

30
Vuelve a soñar
“Pon en manos del Señor todas tus obras,
y tus proyectos se cumplirán”.
Proverbios 16:3

Cuando era joven, recuerdo que mis maestros nos preguntaban


qué queríamos hacer cuando creciéramos. Uno tras otro los
estudiantes daban sus respuestas: “Quiero ser abogado, bombero,
médico, empresario”.
En su libro 8 Steps to Positive Living (8 Pasos para vivir de
manera positiva), el psicólogo Dr. Frank Freed escribió: “Uno de
los aspectos más extraños del corazón humano es su capacidad de
crear sus mayores sueños y de destruirlos. La mayoría de nosotros
nos apenamos por la muerte de un sueño”.
Hay muchas razones por las cuales los sueños no se cumplen.
Estas razones pueden agobiarnos y conducirnos al desánimo, la
depresión y la desesperanza.
La buena noticia es que puedes volver a soñar. Harriet Tubman,
exesclava y abolicionista, escribió: “Todos los sueños comienzan
con un soñador”.
Recuerdo a un anciano en el programa de trabajo social de mi
universidad. Había trabajado toda su vida para poder ayudar a
sus hijos a alcanzar sus sueños y superarse. Ahora era su turno.
Siempre había soñado en obtener un título universitario, así
que volvió a estudiar –y tenía ochenta años cuando se graduó
conmigo.
Nunca debemos abandonar nuestros sueños; como comprobó
mi compañero de clase, nunca es demasiado tarde. Dios nos ha
dado a todos la capacidad de soñar en cosas nuevas para nuestra
vida y para nuestros seres queridos.
Cuando tienes fe, todo es posible.

31
Oración para
fortalecer la fe
Pondré en ustedes un corazón nuevo
y un espíritu nuevo –Ezequiel 34:16
Señor, siento que mi fe se debilita.
A veces dudo y hago cosas que
quisiera no haber hecho. Pero
en la debilidad está la fuerza, y
te agradezco por la maravillosa
verdad que hay en lo que haces por
las personas. Tú nos diste la vida,
una vida vibrante, una vida sin fin,
una vida llena de emociones, de
entusiasmo inacabable. Ayúdame a
creer en eso con todo mi corazón.
Por esto te doy las gracias, en el
nombre de Jesús. Amén.

¿Podemos orar por ti?


Envía tu petición en inglés o español yendo al
sitio web OurPrayer.org, 24 horas al día.

NuestraOracion
018-4943

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