Caso Práctico Penal

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CASO PRÁCTICO

1. Análisis dogmático del delito

Para el siguiente caso analizaremos el artículo 123° del Código Penal sobre
lesiones con resultado fortuito:

“Cuando el agente produzca un resultado grave que no quiso causar, ni pudo


prever, la pena será disminuida prudencialmente hasta la que corresponda a
la lesión que quiso inferir”.

Hacemos referencia a un delito con resultado fortuito, cuando el sujeto activo


o imputado busca causar un daño, es decir, busca agredir a otro, pero sin
intención de agravar la situación, por lo que sin querer y por un hecho externo,
sin su voluntad produce un resultado mucho más grave o la muerte del
agraviado como ocurre en el caso a exponer.

Al hablar de un caso fortuito hace referencia a que el resultado de este


escapa de la capacidad de control del propio autor, dado su carácter
impensable; de manera que el sujeto será condenado por los márgenes del
tipo penal que en un inicio quiso ocasionar.

1.1. SUJETOS:

1.1.1. ACTIVO.- Es la persona individual que realiza la conducta considerada


como delito, puede tener o no responsabilidad penal

1.1.2. PASIVO.- Es la persona que recibe de forma directa la acción u


omisión típica realizada por el otro. Es decir, es el titular del interés
jurídico lesionado o puesto en peligro.

1.2. BIEN JURIDICO PROTEGIDO:


El bien jurídico protegido para este tipo de lesiones es el cuerpo o
integridad corporal y la salud (tanto física como psíquica).

2. Análisis del caso


2.1. Resumen

Lo sucedido se produjo puesto que el imputado, Soto Cahuaya, de


treinta y ocho años de edad, se encontraba en el matrimonio de Héctor
Osorio Torres, que se llevó a cabo en el local “Rustik”, ubicado en el
distrito de Ascención, provincia y departamento de Huancavelica,
donde compartió con un grupo de doce personas aproximadamente;
evento en el cual se encontraba igualmente el agraviado Ñaña
Quispe, de cincuenta y seis años, quien acompañado de su hermano
Víctor Efraín Ñaña Quispe y de su sobrino Jhomer Ñaña Escobar
había alquilado el equipo de sonido a los titulares de la fiesta.

La reunión acabó entre las diez y once de la noche, por lo que el


agraviado y sus acompañantes recogieron el equipo de sonido, y
como a las cero horas del día siguiente solicitó al dueño del local, Luis
Fernando Centeno Taype, que guarde el equipo de sonido y otros
bienes que estaba dejando. Es del caso que el agraviado Ñaña
Quispe se percató que el encausado Soto Cahuaya se encontraba
sentado, durmiendo en una silla, e intentó despertarlo. Víctor Ñaña
Quispe le dijo al encausado que se quería quedar en el local para
robar, lo que desencadenó la respuesta airada del encausado Soto
Cahuaya (“… me crees ratero, ahora te mato”) y un intento de agresión
de su parte. Ello dio lugar a que Víctor Ñaña Quispe huya del local
para evitar la agresión y que el imputado lo persiguiera, así como que
se encontrase con el agraviado Juan Oswaldo Ñaña Quispe, quien
estaba parado sobre el rompe muelle de la calle contigua al local y le
dijo: “Qué pasa con mi hermano”. El encausado rápidamente le
propinó un puñete en el rostro -maxilar izquierdo-, a consecuencia de
lo cual el agraviado cayó al pavimento golpeándose la cabeza con el
filo de la vereda, y quedó inconsciente manando sangre por la boca.
El dueño del local, Centeno Taype, y su esposa, Carmen Luisa Villa
Clemente, auxiliaron al agraviado Ñaña Quispe. Este último fue
derivado de Emergencia de Essalud al Hospital Departamental de
Huancavelica, donde falleció el día siete de octubre de dos mil trece,
como a las cuatro horas con cincuenta minutos horas, como
consecuencia de las lesiones sufridas en la cabeza por la caída.

2.2. Posición del grupo

3. Conclusiones

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