A1 Ensayo Malleus Malleficarum.

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INTRODUCCIÓN.

El Malleus Malleficarum derivado del latín, que significa Martillo de Brujas, se ha


señalado como el tratado más importante que se haya publicado en el tema de persecución
de brujas y temas de histeria en la época del renacimiento. En su esencia, da a conocer los
puntos fundamentales acerca de la inquisición, sacerdotes, magistrados y jueces de la
religión católica, así como protestantes y su arduo combate contra el culto de la brujería.
Se explican también de forma curiosa y un tanto horrorosa desde mi muy personal punto
de vista los actos considerados impuros que resultaban inspirados por el demonio, así como
los castigos que como consecuencia de dichos actos recibían las personas que se atrevían a
practicarlo y su obvia imposición arbitraria por parte de los sacerdotes y magistrados
católicos. Así las innumerables torturas mentales y físicas que sufrían aquellas personas que
las leyes del poder de los reinos celestiales y terrenales consideraban culpables de herejía
y que estaba envestidos de crueldad total.
Es preciso señalar que este manual de instrucciones sanguinarias y atroces ideado
por Heinrich Kramer y Jacobus Sprenger en concordancia con él en ese entonces Papa
Inocencio III, legando para la posteridad el reflejo de una larga época oscura, repleta de
violencia, miedo e injusticia para Europa y sus dependientes. El texto frio sin duda nos
permite tener conocimiento del pasado y la huella difícil de borrar que ha dejado la
inquisición, así pues, nos sirve como antecedente de los modelos de “Justicia” de aquella
apoca, pues aunque extremista al que hoy conocemos nos plantea un sistema
INQUISITORIO, regido por la santa inquisición como el sistema justicia, en donde no existía
la imparcialidad o el derecho de defensa, obviándose el empleo de castigos inhumanos a
aquella personas que se consideraban responsables por estos mismos jueces de actos
impuros que se equipararían a hechos delictivos, de igual forma nos permite evidenciar, el
avance y modificaciones o evoluciones que han tenido los sistemas de justicia en
comparación con el que refiere el texto objeto de estudio, y que obviamente el
conocimiento pasado a manera de antecedentes es indispensable para la compresión o
validación de lo que hoy nos acontece en cuanto al sistema de Justicia que rige a partir de
la reforma del 2008 el estado Mexicano.

MALLEUS MALEFICARUM.
(EL MARTILLO DE LAS BRUJAS).

El texto del libro Malleus Maleficarum constituye una fuente importante de la


historia y la naturaleza de la brujería, se dice percata desde el inicio de la literatura lo que
se creía sobre cómo era el ritual para formar parte del círculo del diablo, como entregarle
su ropa, besar su parte trasera, bailar espalda con espalda en círculos, así como también se
pueden apreciar algunos aspectos socio históricos y culturales relativos a la mentalidad
tardomedieval (año 476 con la caída del Imperio romano de Occidente y su fin en 1492 con
el descubrimiento de América, o en 1453 con la caída del Imperio bizantino, fecha que tiene
la ventaja de coincidir con la invención de la imprenta (Biblia de Gutenberg), es un empeño
que rendirá frutos hermenéuticos en torno al Malleus.

Proceder así permitirá, entender mejor las razones no jurídicas del derecho
inquisitorial y, sobre todo, las prácticas institucionales del Tribunal de la Inquisición del cual
formaban parte Heinrich Kramer y Jacobus Sprenger profesores de teología de la orden de
los Frailes Predicadores que tanto han dado de qué hablar desde hace siglos, la presencia
del mal, lo que se creía como “el bien”, el Diablo y el miedo en la vida cotidiana
tardomedieval, cuya secuela es un marcado pesimismo y credulidad fanática, la creencia,
no sólo popular, sino también académica y erudita, en las brujas y sus tan maleficios, la
Querella de las Investiduras elemento sin duda matricial en el nacimiento del Estado
moderno, ocupa también un espacio importante el poder penal ya que nunca está
completamente desatado del de tipo político e ideológico. Pienso inclusive que, el Malleus
tiene más de alguna finalidad que hoy se podría tildar de política, sobre todo, porque estimo
que uno de sus propósitos no explícitos es fortalecer el poder eclesiástico, las sanciones
dependerán de la gravedad de las acusaciones que se les sean impuestas dentro de las que
entran: la excomunión, la suspensión, la interdicción y penalidades, censuras y castigos aún
más terribles, como a él le pluguiere ( Sensación de gusto intensa y profunda, y sin derecho
alguno a apelación, y que según era su deseo puede la autoridad acentuar y renovar las
penalidades, tan a menudo como lo encontrare conveniente, y llamar en su ayuda, si así lo
deseare, al brazo Secular, también conocido como “el descanso”).

También se puede observar que Precisamente, el Martillo contiene el “derecho


criminal canónico”, relativo a las brujas y el crimen maléfico vigente en la época en la que
se compuso, completa enciclopedia de brujería, tratado acerca de la etiología del crimen
hediondo. Pues existían a su vez “delitos” que realizaban las brujas en agravio de toda
persona que estuviese en contra de sus creencias, rituales y comportamientos, cabe señalar
que se menciona específicamente son seis las maneras que las brujas podían emplear para
hacer daños a los hombres, indistintamente de las maneras que emplean para molestar a
las criaturas cualquiera que estas sean que se poseían ideologías contrarias a las suyas,
mencionando de forma breve estas seis forman son; iban desde suscitar en un hombre un
amor insensato por una mujer o en una mujer por un hombre, otra de ellas consistía en
dedicarse a sembrar el odio o la envidia en el corazón de alguien, la tercera es la que se
encuentra entre los que se consideran embrujados hasta el punto de no poder usar de su
fuerza genital respecto de sus mujeres, o viceversa, de las hembras respecto de los
hombres; existe, además, la que procura el aborto por los demás medios susodichos, la
cuarta es la que hace sufrir a un hombre en uno cualquiera de sus miembros, la quinta es la
que le priva de la vida y la sexta es la que quita el uso de razón, estos eran maleficios que
los eclesiásticos señalaban como actos que eran realizado exclusivamente por las brujas y
que obviamente debían ser castigados por ellos ya que derivaban del mal.

Otro factor importante que nos menciona la lectura y sirve como base de la misma,
es la denominada demonología, mencionándose innumerable veces la figura del demonio,
diablo o Satán, inclusive más que a Dios mismo; y nos refiere que es lo que en realidad son
los demonios pues se dice que los demonios son misteriosos personajes bíblicos, tanto del
Viejo Testamento como del Nuevo, aparecen como personificación del mal y se le estimaba
como espíritus maléficos. Conforme a una vieja tradición, se les consideraba ángeles que
habían perdido esa condición por virtud de un castigo al haberse revelado contra Dios, así
como a su vez vemos que el Demonio recibe otros nombres, tales como Satán o Satanás,
Belzebú, Belial y Diablo, y como tal Satán significa enemigo o adversario y personifica la
oposición frontal e irreductible a los planes divinos, debido a todos los pensamientos que
se tenían de las brujas, Hobbes escribió: “Los eclesiásticos arrebatan a los jóvenes el uso de
la razón mediante ciertos encantamientos compuestos de metafísica, milagros, tradiciones
y citas de la Escritura, con lo cual no sirven ya para otra cosa sino para ejecutar lo que se les
ordena”., después de leer Malleus Maleficarum te percatas de cuánta razón asistía al
filósofo inglés, ya que precisamente, el Malleus Maleficarum entre otras de sus
caracterizaciones posibles, algunas de las cuales refiero constituye una fuerte reacción
violenta hoy diríase hasta la barbarie contra aquellos que negaban la existencia de las
brujas. Es más, se llegó a afirmar que quien lo hiciera se convertía en sospechoso de herejía,
con la probabilidad de que se iniciara una inquisición en su contra, estamos hablando de
que nos encontramos Sistema de Justicia Penal totalmente inquisitivo ya que recaiga en un
mismo órgano la creación de los tipos o delitos, la calificación de estos respectos de los
actos de las personas, así como la imposición de las sanciones correspondientes a dichos
actos, debiendo aclarar que estas sanciones eran totalmente inhumanas y por ende
violatoria totalmente de cualesquiera de los que hoy día son reconocidos como Derechos
Humanos.

De igual forma es dable señalar que prácticamente, todo el contenido de las dos
primeras partes del Malleus Maleficarum es una apoteosis de la inferioridad de la mujer,
con abundancia de adjetivos toscamente difamatorios y denigrantes, así como a su vez se
complementan con los pensamientos que tenían los inquisidores, factor principal de este
punto es que se creía que las mujeres eran más débiles y fáciles de manipular, es por ello
que ellas negaban de la existencia y la veneración que se le realizaba a un dios, también se
consideraba el hecho de que la mujer fue tomada de la costilla y es un ángulo curo distinto
al del hombre, estas engañaban y sobre todo a los hombres, un problema que a pesar que
se decía que eran las brujas muy fuertes, el libro nos habla que nunca las brujas pueden
hacer daño ni a los inquisidores ni a los demás jueces, porque justamente éstos disponían
de la justicia pública en ese entonces. Esta autoinmunidad se encuentra presente también
en la Inquisición española: “Los inquisidores y torturadores realizaban el trabajo de Dios.
Estaban salvando almas, aniquilando a los demonios”. Los propios inquisidores no dudaban
en afirmar su posición y su poder, y a lo largo de generaciones los que fueron prisioneros
suyos especialmente judíos y protestantes contribuyeron a crear esa imagen aterradora, se
dedicaron a trabajar con ese título pero dentro de la aplicación de las sanciones dentro de
un punto de vista jurídico se decía que la justicia común pide que la bruja no sea condenada
a la pena de sangre si no es convicta por su propia confesión, pues se puede apreciar que
los indicios del hecho y las declaraciones testimoniales de cargo podían ser suficientes para
tener a la bruja por manifiestamente culpable de perversión herética, pero era
estrictamente necesario que está fuere sometida a la cuestión y a la tortura más inhumana
posible para que confiese su crimen. Y esto es así porque se creía que inclusive el Diablo, de
forma espontánea, sin ser obligado por los santos ángeles, les permite a veces la confesión
de sus crímenes, es por eso que a mi parecer el Martillo integra una subjetividad jurídica,
dentro de la cual se encuentra todo aquello que tiene que ver con el delito, el delincuente
y la sanción penal inquisitoria que dependía de la inquisición como órganos jurisdiccional e
investigador y estaba ligado plenamente al sentido se sus creencias.

En este sentido, el texto del Martillo de las Brujas, es claro en señalar que en el
medievo se rebasaban los límites de la justicia conocidos hoy en día, pues si bien, el derecho
penal encamina a castigar los delitos, y en la actualidad, resarcir daños, lo cierto es que este
sistema inquisitorial que refiere el texto resultaba arbitrario, violatorio de derechos
humanos, no permitía el acceso a un proceso penal como tal, ni mucho menos a la defensa
por parte de los inculpado, inclusive caso extremo de que la simple ideología distinta
constituía un acto impuro y por lo tanto un delito, este era subjetivo a los sacerdotes de la
iglesia y a su vez eran ellos los que calificaban los actos y los sancionaban con castigos
inhumanos extremos. Nos muestra un procedimiento concebido precisamente en función
del delito, es decir, la brujería, y su naturaleza no iba en el hecho de perseguir los actos o
conductas de brujería en sí, que se consideraban los actos impuros, sino más bien en
castigar a las personas que se consideraban brujas y que como señale anteriormente
resultaban ser las mujeres, esto por simple creencia, pues no estaba establecido un
procedimiento para comprobar si una persona ha realizado alguna conducta relativa a la
brujería, sino por el contrario, un proceso orientado a descubrir y matar a las mujeres
por su condición de brujas.
CONCLUSIÓN.

A manera de conclusión un tanto comparativa con el sistema Judicial Penal que nos
rige hoy en día considero importante señalar que el malleus malleficarum define a la
brujería como un acto constitutivo de delito, y a su vez justifica su existencia, explica porque
generalmente las autoras de estos delitos son mujeres y establece los procedimientos para
su persecución y sanción, lo que se podría tomar como un sistema de Justicia Penal
inquisitivo que regía dichos tiempos. Este procedimiento se concibe precisamente en
función del modo en que se definía al delito “la brujería” en cualquiera de sus distintas
formas, sin embargo este sistema de justicia no persigue los las conductas de brujería sino
que persigue a los sujetos, es decir las personas que efectuabas los actos, pese a que regía
como sistema judicial no existían los procedimientos específicos para el acredita miento de
que una persona había realizado algún acto de brujería, sino que resultaba un proceso de
selección arbitraria orientado a castigar a dichos sujetos que resultaban ser únicamente
mujeres, en pocas palabras se castigaba a las brujas por los actos “impuros” que cometía
cualquier persona. Un ejemplo claro, de la violación procesal y a derecho humanos que
sustentaba este sistema era el hecho de que se establecía la pena de muerte como sanción
o el hecho de que eran sometidas a actos de tortura antes de aplicar dicha pena para efecto
de obtener datos de prueba respecto de otras posibles brujas.

Nótese la diferencia radical con el sistema de Justicia Acusatorio y Oral que tiene
vigencia en el estado Mexicano, ya que en contrario sensu, nuestro sistema postula en
cuanto a un acto, es decir, no sanciona a personas por su condición, características o
personalidad, sino en función de la comisión de alguna conducta reconocida previamente
por la ley “Código Penal” como delito. Según las normas vigentes, una persona no puede
ser perseguida por "ser" ladrón, sino en todo caso, por haberse apoderado alguna vez
ilegalmente de algo ajeno, en un momento y lugar determinado. Eso determina, a su vez,
un esquema procesal que se supone opera ante la noticia de una conducta puntual definida
como ilícita e intenta determinar las circunstancias de su realización.

Es decir que el modo en que un sistema judicial "procede" en la investigación, se encuentra


directamente relacionado con el concepto de delito y los objetivos explícitos e implícitos
que persigue. Esa relación puede ser explícita, como en el Malleus Maleficarum, o implícita,
como se advierte en el modo en que el poder judicial administra los procesos penales.

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