Texto El Médico A Palos
Texto El Médico A Palos
Texto El Médico A Palos
MÉDICO A PALOS
De: Jean Baptiste Poquelín Moliere
Adaptación: Jorge Mario Escobar
Nota: La siguiente adaptación nació durante el trabajo de creación con los actores Juan Pablo Barragán, Diana Torres, María
Fernanda González, Fernando Rojas, Fabián Mejía, Biassini Segura, Jair Rodríguez, Linda Carreño, Mario Escobar y Héctor Fabio
Velosa. Y los asistentes de dirección Javier Giraldo y Carolina Mejía.
ACTO I
ESCENA 1:
Sganarelle: ¡Digo que no! ¡Digo que yo no voy a hacer absolutamente nada y que yo soy el que debe dar las
órdenes y ser el amo y punto !!!
Martina: ¿¡Ah si!? ¡Pues yo digo que debe vivir de acuerdo con mi capricho y que no me casé con usted
para soportar sus vagabunderías !!!
Sganarelle: Qué fastidio es vivir con una mujer. Y cómo tiene razón Aristóteles cuando dice que vivir con una
mujer es peor que vivir con el demonio.
Sganarelle: Mire Martina, métase con mis taitas pero con Aristóteles, ah, ah. Además yo me hago una
pregunta de esas que yo suelo hacerme. ¿Sumercé dónde va a encontrar un hombre que como
yo hasta hecho hasta tercero de primaria y que haya trabajado al lado de un médico famoso y
haya aprendido los rudimentos de la juventud de memoria?
Martina: ¡Maldito sea el día y la hora en que me dio por decir que si! Ay si!
Sganarelle ¡Maldito sea el pico cornudo del notario que me hizo firmar fue mi ruina!
Martina: ¿Y es acaso usted el que se queja del asunto? ¿No debería usted estar dándole gracias al cielo
por haberse casado con una mujer como yo? ¿Es que acaso usté, usté, merece haberse casado
con una mujer como yo? Así, preciosa, voluptuosa, atractiva, seductora ¿y moderna?
Sganarelle: Claro sumercé que usté me hizo un gran favor casándose conmigo, pero yo ya tuve honor de
pagármelo la primera noche de bodas. Y no me haga hablar porque contaría ciertas cosas…
Sganarelle: ¿Se acuerda cuándo usté fue y se metió con el compadre Alberto?
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Sganarelle: Es suficiente saber lo que sabemos. Saber que usté es muy afortunada de conocer un hombre
como yo. Así…, …, …. ¡Es que no hay palabras pa’ describir tanta belleza!
Martina: ¿A qué llama el señor afortunada? Un libertino que me reduce al hospital. Un traidor que se
come todo lo que tengo.
Martina: Que vendió pieza por pieza cada cosa que tenía en mi casa.
Sganarelle: Eso es por si nos trasteamos, sumercé no tenga que cargar nada y vaya y se joda la espalda.
Sganarelle: ¿Y entonces sumercé qué quiere que yo haga? Además, yo estoy en mi casa. Y cuando yo estoy
en mi casa, yo quiero que todo el mundo esté comido y bebido y punto.
Martina: ¿Y qué pretende el señor que yo haga con mi familia durante este tiempo?
Sganarelle: Pues deles pan y queso. Pan, pan y queso les sirve de experiencia por venir al mundo sin ser
deseados criaturas del demonio.
Martina: ¿Y qué pretende usted borracho? Que yo tolere eternamente sus excesos y que no encuentre la
manera de hacer para que usté trabaje.
ENTRA LA VECINA
Vecina: Buenos días vecina. ¿Qué hacen o qué? Lo mismo de siempre, ¿no? Ay vecina, ahí le dejé el maíz,
oiga. Ahhh y que saludes del compadre Pedro. Bueno vecina, nos vemos más tarde…
LA VECINA SALE.
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Sganarelle: Mire Martina, sumercé está buscando lo que no se le ha perdido… No vaya a ser que encuentre
lo que no ha querido.
Martina: ¡Borracho que eres, saco de vino, infame, rufián, canalla, cínico, egoísta, guaricho, morrongo,
baracunátana!
Sganarelle: Mire Martina, si quiere métase con Aristóteles pero baracunátana, ah, ah! He aquí la única forma
de tranquilizar a una mujer.
VECINO 1: ¿¡Oiga, vusté qué es lo que está haciendo!? ¿No se da cuenta que a la mujer no se le toca ni con
el pétalo de una rosa?
VECINO 2: Que la peste sea con todo aquél que le falta el respeto a su mujer. ¡No sea tan abusivo!
MARTINA ¿Ahhhh?
MARTINA ¿Ahhhh?
MARTINA ¿Ahhhh?
MARTINA ¿Ahhhh? ¿Habráse visto lo que es una persona lambona? Quién los mandó a meter sus narices
en los asuntos ajenos. ¡A mí me gusta que me peguen! Vean a estos impertinentes tratando de
impedir a sus maridos que les peguen a sus mujeres.
Sganarelle: ¡Ay no jodamos, entonces yo no le puedo pegar a mi mujer en mi casa! ¡Largo de aquí!
Martina: Es que una mujer es como un animalito, uno necesita que lo corrijan.
Sganarelle: Yo lo que estoy haciendo con ella es una labor pedagógica, de aprendizaje y de enseñanza… ¿Tá
bravita? Ay sumercé, deme la mano y hacemos las pases.
Martina: No quiero.
Sganarelle: Pero yo le estoy pidiendo la mano de buena manera, ¿qué le cuesta hacer las pases con uno?
Sganarelle: ¿Quién es mi gallinita? Sumercé es más bobita prestándole atención a esas cosas. Sumercé no se
da cuenta que un escupitajo, tres palmadas entre personas que se aman lo único que hace es
vigorizar el amor. Los golpes en un matrimonio lo único que hacen es que uno se quiera más con
su pareja. Me voy a ir para el bosque y le voy a traer una docena de leña bien bonita. Pero antes
deme la bendición.
ESCENA 2
Martina: Aunque haga caras nunca olvido mi resentimiento y ardo en deseos de castigar esos golpes que
me dio. Se bien que una mujer siempre tiene algo entre manos para vengarse del marido, pero
cualquier cosa que me invente será muy poquito para mi bribón. Quiero una venganza que se
haga sentir, que sufra como yo la afrenta recibida. Pero ya encontraré la manera de vengarme.
¡Lo juro!
ESCENA 3
Lucas: Por todos los diablos. Tenemos un dudoso encargo y no sé si lo vayamos a conseguir.
Valerio: Lucas, no más. Acuérdese que tenemos que hacerle caso a nuestro patrón don Geronte.
Lucas: Ahhhhh
Valerio: ¿Lucas, ya se le olvidó que la hija del patrón está enfermita? Y ellos confían en nuestros súper poderes.
Valerio: Ahhhhhhhhhhh
Lucas: Si.
Lucas: ¿Y?
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Valerio: Y si nosotros le ayudamos, él nos va a ayudar a nosotros también. Además, si sabe el último chisme…
¡Imagínese que detrás de la hija del patrón hay otro hombre! Se llama Leandro y es pobre diablo que no
tiene nada que comer.
Martina: ¿Será que no voy a encontrar la manera de vengarme? Esos golpes que me dio se me vienen a la
memoria y no los puedo digerir. Pero ya encontraré la manera de vengarme, ¡lo juro! (LOS VE) Buenos
días los señores.
Valerio: Ay señora, nos presentamos. Él se llama Lucas y yo Valerio y resulta que la hija de nuestro patrón está
enfermita. Se quedó muda y desde que se quedó muda no ha vuelto a decir una sola palabra. Y nuestra
misión es encontrar un médico, un doctor que la pueda aliviar. ¿Usted conoce por aquí a alguno?
Martina: Yo no conozco a nadie por aquí, váyanse… He aquí que el cielo me brinda una grandiosa oportunidad
para vengarme de ese pícaro. Claro que si los señores, vengan para acá. Tenemos aquí a un hombre, el
mejor hombre del mundo para curar las enfermedades desesperadas y extrañas.
Martina Allá en ese pequeño lugar. He allí que se distrae cortando leña.
Valerio: Ay hola si… ¿Un médico cortando leña? Habráse visto, los médicos hacen es remedios. Vámonos Lucas.
Martina: Este hombre es tan bizarro, fantasioso, caprichoso, que se complace en eso.
Valerio: Lucas lo que dice la señora es cierto. La gente que es tan inteligente a veces es como choneta de la
cabeza.
Martina: Si les contara. La locura de ese hombre es tal, que en ocasiones llega a querer que le den palo para
aceptar que es médico.
Martina Se llama Sganarelle y es muy fácil de reconocer, va vestido con un saco rojito, una camisa a cuadros y un
sombrero y…
Martina: Claro que si!!! Hace seis meses una señora que había sido desahuciada por todos los médicos estaba tan
mal que hasta el sacerdote vino a aplicarle el agüita del descanso; de pronto, vino este hombre y le aplicó
dos goticas de quién sabe qué cosa en la boca y la señora está contando el cuento.
Valerio: ¡Lucas, es él! Mire señora pensándolo bien con un caldito de pollo y una inyección de penicilina se han
hecho milagros. Vámonos Lucas.
Martina: Un niño, que se cayó de lo alto del campanario, hasta el suelo fue a dar. Se rompió los tobillos, las
rodillas, las caderas, todo. Vino este hombre, a la fuerza como les digo, le aplicó un ungüento de esos que
él mismo sabe hacer y el niño ahora está jugando canicas y montando bicicleta.
Martina: No olviden, tienen que darle palo o si no, nunca aceptará que es médico.
LUCAS: No se preocupe señora que si palo es lo que quiere esa bestia, palo es lo que va a tener. ¿Cierto Valerio?
ESCENA 4
Sganarelle: ¡Que no virgen santísima, ya les dije que yo no soy médico, que soy es leñador, el que corta la leña!
Lucas: Va a tocar hacer uso del remedio que nos dijo la señora.
LO AGARRAN A PALO.
Sganarelle: ¿Será que yo me volví médico de un momento a otro y no me di cuenta? Qué pena con los señores… ¿O
sea, ustedes están bien seguros que yo soy médico?
Valerio Caballero no lo niegue más. Se tú. Usted es sencilla y llanamente sensacional. ¿O ya se le olvidó? Una
señora que iba caminando por la calle cuando de pronto apareció un caballo jalando una carreta y le
pasó por encima y la dejó como un tapete y estando fría de lo muerta, ¿adivine quién llegó?
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Sganarelle: ¿Quién?
Valerio: ¡Pues usted! Se sacó un remedio del bolsillo y se lo echó a la señora en la boca y ahora la señora es
bailarina de danza contemporánea.
Lucas: Un niño, que se cayó de lo alto del campanario, hasta el suelo fue a dar. Se rompió los tobillos, las
rodillas, las caderas, todo ¿y a que no adivina quién llegó?
Sganarelle: ¿Quién?
Lucas: ¡Pues usted! ¡Y le aplicó un ungüento en la panza y el niño ahora es acróbata del circo del sol!
Valerio: ¡No señor, ningún exagerados! ¡Ya se lo dije, usted es sencilla y llanamente sensacional! Además, no se
preocupe por el dinero…
Sganarelle: Ay qué cabeza la mía. Claro yo soy médico. ¿Pero qué hay que ir a cortar, que hay que ir a supurar?
Valerio: Se trata de ir a ver a una mujer que ha perdido por completo el habla.
Sganarelle: Peren tantico yo recojo mi leña y me voy con ustedes… ¿Y ustedes qué están pensando? Creen que van a
llevar a un médico de mi categoría sin un batín de médico, sin un tetroscopio?
Sganarelle: (A LUCAS) Usted me hace el favor y recoge la leña por orden del médico. (A VALERIO) Y usted anote. Un
batín de médico, un tetroscopio, dos botellas de ron…
Lucas: Creo que hemos encontrado al médico que era y creo que vamos a tener éxito. Mucho éxito.
ACTO II
ESCENA 1
Geronte: ¡Ay mi niña está muda! Lucinda no salgas, le gritaba yo, pero ella hizo un gesto y muda quedó.
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Valerio: Don Geronte, os traemos una grandiosa noticia. Hemos encontrado al más grande médico de todos los
tiempos.
Lucas: Es tan bueno que ningún otro le llega ni siquiera a la punta de los talones.
Valerio: Es un hombre muy inteligente y muy a menudo dice cosas de gran altura.
Lucas: Es tan sabio que cuando habla parece que estuviera leyendo recto por un libro.
Lucas: Es verdad. A veces dice unas cosas locas como si le hubieran dado un golpe de hacha en la cabeza. ¡Y lo
encontré yo!
Geronte: ¡Bueno ya! ¿No se dan cuenta que muero en deseos de verlo? Tráiganlo ante mi presencia, tengan ya la
decencia.
ESCENA 2
Nodriza: ¡Ay patrón! Ese médico de medio pelo que mandó a llamar va a terminar haciendo lo mismo que han
hacido los otros, o sea, nada.
Geronte: ¡Silencio! ¿Por qué no deja de meterse en lo que no le importa? Jaqueline su intromisión nadie la
soporta.
Lucas: Habló mi generala Jaqueline. ¿Por qué no te callas? ¿Por qué no te callas? (LA NODRIZA SE ACERCA
AMENAZANTE. LUCAS SE ESCABULLE CUBRIÉNDOSE CON GERONTE) ¿Si ve cómo la tengo de dominada?
Nodriza: Don Geronte, yo estuve pensando que lo que la niña Lucinda realmente necesita, en vez de todos esos
doctores y esas medicinas, es un buen marido… Alguien que la lleve, que la traiga, que le todo su amor,
que la estremezca entre sus brazos, que un domingo se arrunchen a ver una película de love story… Que
se sientan el uno al otro don Geronte. (LE DA BESO EN LA BOCA)
Geronte: Me, me, me… Ay no, yo le sentí la babita. ¿Jaqueline y usted cree que con la enfermedad que mi niña
tiene, hay algún hombre que pueda hacerse cargo de ella?
Nodriza: ¡Si!
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Geronte: ¡No! Y cuando yo quise desposarla, ¿no fue ella la que se opuso a mi voluntad?
Nodriza: ¡Pues claro! No ve que sumercé quería darle por esposo a un hombre que ella no ama en absoluto.
(SILENCIO) Mire don Geronte, yo me pregunto, por qué no darle la oportunidad a Leandro que es…
Geronte: ¡No! Leandro no es el hombre que mi hija necesita. Leandro no tiene bienes como Horacio.
Nodriza: Pues Leandro tiene un tío muy rico y del cual él es el único heridero.
Geronte: ¿Heredero?
Lucas: Quééééé… ¿Dueño de qué? Dueño de nada. Un arlequín que hace temblar su piel sin alma. Dueño del
aire y del reflejo de la luna sobre el agua.
Geronte: ¡Es verdad! Todos esos bienes por venir son solo ilusiones. No hay nada como tal que lo que se tiene y se
corre gran riesgo de engaño el contar con los bienes que otros guardan. La muerte no siempre tiene los
oídos abiertos a las plegarias de los futuros herederos y pueden pasar días, meses años, esperando a que
el ser querido muera, y el que termina muriéndose es uno. Gracias.
Nodriza: Pues en fin, yo he oído decir que en el matrimonio como en muchas otras cosas, la jelicidá está por
encima de todo, incluso de la riqueza… Don Geronte, qué tristeza. Es que yo no entiendo esa bendita
costumbre que tienen todos los papáes y todas las mamáes de andar preguntando: ¿Mamita y qué tiene
él? ¿Papito y qué tiene ella? Y ahí está el caso del compadre Pedro que casó a la china Simoneta con el
gordo Tomás dizque porque tenía más plata…
Nodriza: Claroooo, pero desde ese tiempo para acá la china Simoneta anda más amarilla que un membrillo. No
come, no duerme, se la pasa sollozando la pobre criatura. Pero claro, como hay que casarla con el que
tiene más plata, ¿cierto? Don Geronte, permítame que te haga un razocinio. ¿Sumercé quiere ver a la
niña Lucinda así, así como está la china Simoneta? Triste, acongojada, desconsolada, resquebrajada, una
flor sin pétalos, ¿un pistilo sin polen? ¿Así quiere ver a la niña Lucinda? Mire don Geronte, es que si yo
fuera la mamá de Lucinda…
Geronte: ¡Jaqueline! ¡Cómo así que si yo fuera la mamá de Lucinda! ¡Respete! Conserve su estatus.
Lucas: ¡¿Por qué no te callas?! ¿Por qué no mejor te vas a hacer tus cosas? Mira que el patrón sabe muy bien lo
que hace, ¿y sabes por qué? Porque él es el papá de la hija. ¿Y ella quién es? Pues la hija. ¿La hija de
quién es? Pues del papá.
Lucas: Qué pena patrón pero es que le estaba explicando a esa, el respeto que a vusté le merece.
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Geronte: Si Lucas pero yo te he dicho que no me gusta ese tipo de conductas agresivas en la casa.
ENTRA VALERIO.
ESCENA 3
Valerio: ¿Qué está pasando aquí? ¿Por qué no os alistáis que ya viene el doctor?
ENTRA SGANARELLE.
Sganarelle: ¡Oiga, qué bonito! Qué bonito es estar al lado de un médico tan famoso y tan grandioso como lo es usté.
Geronte: ¿Yo?
Sganarelle: Si usté que es un médico increíble. Dizque ha levanta’o gente que taba muerta.
Sganarelle: Va a tocar hacer uso del remedio… ¿Ah tonces el señor no es médico?
Geronte: Siiii. ¡Yo soy médico! Soy ginecólogo, urólogo, anestesiólogo y homeópata.
Geronte: Pues a mí no me gustan ese tipo de chistes y voy a sacarlo de mi casa en el acto.
Geronte: Yo no lo toqué.
Nodriza: Yo tampoco.
Lucas: Yo menos.
Sganarelle: Ay don Geronte yo quiero pedirle excusas por el atrevimiento que me he tomao. Es que yo pensé que
vusté era médico.
Geronte: En la cara.
Sganarelle: Ay don Geronte, no se coloque así. Mire que a mí me da mucha alegría que su hija esté enferma.
Geronte: Cómo?!!!
Coro: Cómo?!!!
Sganarelle: O sea, me da alegría que la niña esté enferma, pa’ yo venir a curarla.
Geronte: Ahhhh.
Coro: Ahhhh.
Sganarelle: Yo por ejemplo cuánto desearía que su mamá estuviera pudriéndose en una cama…
Sganarelle: Decía que desearía que su mamá estuviera enferma, pa’ yo venir a curarla y demostrarles el poder de mi
medicina.
Coro: Lucinda!
Geronte: Si Lucinda, doctor. Precisamente voy por mi niña a la recámara. Jaqueline, tráigale un café al doctor.
JAQUELINE SALE.
Sganarelle: Uy don Geronte, esa muchacha que usté mandó por el café y que está tan bonita, quién es?
Geronte: Bonita?
Sganarelle: Si.
Geronte: Ella es la nodriza de un niño pequeño que tengo, ella lo, lo, lo amamanta ante la ausencia de su madre.
Permiso doctor.
ESCENA 4
Sganarelle: Uy virgen santísima, esa nodriza está tal y como me la recetó el dotor, o sea, yo.
Sganarelle: Ay nodricita, encantadora nodriza, mi medicina es la esclava humilde de su calidad nutricia; por eso
desde que llegué a esta casa y la vi me dije, esta belleza alguna enfermedad ha de tener y por eso creo
que es importante escucharle el tiqui taque del corazón.
ESCENA 5
Lucas: ¡Oiga!
Sganarelle: ¡Ay qué pareja tan bonita! Caballero, lo felicito por esa mujer tan bonita que tiene. Y a usté, venga le doy
su abrazo.
Lucas: ¡Quieto! Mire, conmigo bienvenidas todas las cortesías que quiera, pero con mi mujer, no se meta.
Sganarelle: ¡A ver imprudente! ¡Es deber del médico palpar los senos de las nodrizas!
ENTRA GERONTE
ESCENA 6
Geronte: Así es doctor, es la única niña que tengo y yo no me perdonaría si mi niña muere.
Sganarelle: No se preocupe si muere don Geronte porque si se muere, lo más importante es que llegue al cielo con la
prescripción del médico. (LA OBSERVA) Uy, mamasita… He aquí señoras y señores una enferma nada
despreciable y cualquier hombre así bien simpaticón se acostumbraría fácilmente a ella. (LUCINDA RÍE)
Sganarelle: Es que cuando el paciente ríe es el mejor síntoma del mundo. Pero bueno, como dijo el dermatólogo: al
grano. ¿Qué fue? ¿Qué me le hicieron mamita? ¿Qué tiene?
Sganarelle: Oiga don Geronte, yo no sé qué es lo que le pasa a esa niña, dijo dizque Ham, him, hom.
Geronte: Precisamente doctor lo que pasa es que mi niña ha perdido por completo el habla. Y lo peor de todo es
que esto está retrasando su matrimonio porque el hombre que quiere casarse con ella, Horacio, dice que
se casará solamente cuando ella recupere por completo el habla.
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Sganarelle: ¿Y quién es esa bestia que no quiere que su mujer sea muda? Yo pagaría novenas al cielo para que la mía
lo fuera…
Martina: ¡Ah si! ¿Y es acaso usted el que se queja del asunto? No debería usted estar dándole gracias a dios por
haberse casado con…
Geronte: ¡Doctor!
Sganarelle: ¡Silencio que voy a operar! ¿Aló, buenas tardes? ¿Alguien quiere hablar?
Valerio: ¡Yo!
Sganarelle: He aquí señoras y señores un pulso bastante altera’o y yo desde mi punto de vista odontológico digo que
esta niña es muda.
Nodriza: ¡Ay no qué eminencia de doctor la que trajeron aquí los señores! Yo también puedo dar dictámenes: (A
LUCAS) Obeso. (A VALERIO) Palúdico.
Sganarelle: Es que nosotros los grandes médicos tan solo tocando al paciente adivinamos la enfermedad. (A LUCAS)
Un ignorante, un bueno para nada hubiera venido a decir eso es del peroné, pero no. Por eso digo desde
mi dictamen que la niña es muda.
Geronte: Impresionante doctor, pero a mí me gustaría saber ¿por qué la niña es muda?
Sganarelle: ¿Ay don Geronte usté tan grande y con esas preguntas? La niña está muda porque perdió el habla.
Geronte: Entiendo que sufre del impedimento del movimiento de la acción de la lengua!!! Pero quiero saber ¿por
qué mi hija está muda???
Sganarelle: Aristóteles sobre esto dice grandes cosas. Aristóteles que era un hombre más grande que yo. ¿Saben por
qué?
Sganarelle: Alguno de ustedes habla latín. (SE MIRAN Y DICEN NO) Osabandus, mandus, pluritativu, cualidades
cuausus. Dona la bonna de la mona si qué por qua? Coitus interruptus del movimiento conilinguis y es
por eso que la niña está muda.
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Geronte: Discúlpela doctor, ella no sabe lo que dice… Yo quisiera saber cuál es medicina para curar esta
enfermedad?
Sganarelle: Me hacen el favor y llevan a esa niña al lecho y le dan cantidades de pan y de vino.
Sganarelle: Existen en el pan y el vino cierta mezcolanza, cierto menjurje que hace que las personas y los animales
hablen, o si no, qué es lo que les dan a los loros pa’ que hablen?
Geronte: Claro! Pan y vino! Cantidades de pan y de vino! Mil de francés y una de moscato!
ESCENA 7
Sganarelle: Oiga don Geronte, estuve observando a la nodriza y está muy enferma. Hay que hacerle una citología y
un palpo de mama urgente.
Nodriza: ¡Ah si! Y cómo por qué si me siento lo mejor del mundo?
Sganarelle: Es que ese es el problema de la gente, que va al médico cuando está enferma, pero la gente debería ir al
médico antes de enfermarse pa’ prevenir la enfermedad que les va a venir.
Nodriza: Pues me niego rotundamente a que hagan de mi cuerpo un valero, qué dijeron, como ella es la que lava
los baños y recoge el mugre entonces podemos hacerle lo que quiera, no señor…
ESCENA 8
Sganarelle: Bueno don Geronte, paso hacia la noche a ver cómo ha seguido la enferma.
Sganarelle: Usté me está sobornando? Usté me está ofreciendo plata don Geronte? Usté piensa que yo ando por ahí
operando a la gente por plata? No señor!!! Yo opero a la gente porque me nace de aquí, del corazón.
Debería darle vergüenza…
Sgnarelle: Se los voy a recibir porque qué verraco pa’ insistir. Y no vaya a creer que yo soy un médico mercenario de
esos que anda aprovechándose de la gente. Entonces, con permiso.
Leandro: Dónde estará ese famoso doctor? Debo encontrarlo prontamente… Allí está!!! Doctor, doctor!!!
Leandro: No…
Leandro: No…
Sganarelle: A ver señor, párese recto, mire al frente, claro usté lo que tiene es el mal de ojo. Son cincuenta mil.
Leandro: Doctor, lo que le tengo que decir, se lo puedo decir en dos palabras: Me llamo Leandro, para los amigos
Leo y estoy enamorado, estoy enamorado de Lucinda.
Leandro: Que no!!! Doctor, estoy enamorado de esa muchacha que usted acaba de examinar, pero debido al mal
humor de su padre, todo acercamiento a ella me ha sido vedado. Por eso recurro a usted para que me
ayude a servir a mi amor. Solo necesito una oportunidad para poder ejecutar un estratagema que me he
ingeniado para poder acercarme a ella y decirle que es toda mi vida y toda mi felicidad.
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Sganarelle: Y vusté cree que yo voy a utilizar mi medicina para tales menesteres tan cochinos como son los
menesteres del amor? Ay no jodamos, entonces viene es a utilizarme, tanto que me jodí estudiando…
Vendedor: Por eso estamos como estamos, por eso estamos como estamos!!! (LEANDRO LES LANZA MONEDAS) Me
gusta como estamos!!!
Sganarelle: Ay qué pena con vusté, es que lo había confundido con otra persona. Sumercé se llama Leandro, cierto?
Leandro: Si!
Leandro: Esa enfermedad que usted está intentando curar, es una falsa enfermedad! Todos los médicos han
razonado sobre ello, han dicho que es un mal del corazón, que del hígado, del páncreas, más la real causa
de ello, es el amor. El amor que está en el aire y vuela como pajarillo de pico amarillo que me abraza… No
lo siente, doctor.
Sganarelle: No señor!
Sganarelle: Oiga!!!
Leandro: Se inventó esa falsa enfermedad para escapar a un casamiento inoportuno con un tal Horacio.
Sganarelle: ¿Horacio?
Sganarelle: ¿Y usté cree que yo voy a usar mi medicina para esos menesteres tan tontos como son los menesteres
del amor? No señor, yo soy una persona…
Sganarelle: Mire sumercé, vusté a confiado en mí, entonces yo voy a confiar en vusté. O bien esa enferma muere…
Leandro: Es un decir…
ESCENA 10
Leandro: Estaba aquí paradito… Esto funciona doctor. Lo mejor de todo es que el padre de ella no me conoce,
entonces así será más fácil pasar disfrazado ante sus ojos con este bello atuendo. Doctor yo quisiera
pedirle un último favor. Me gustaría que usted me enseñara una o dos palabras de medicina, para pasar
ante los ojos de su padre como hombre que conoce todo acerca de medicina. Usted que se ha codeado
con los mejores, usted que conoce de Hipócrates, de Esculapio y el mismísimo Galeno. Me puede ayudar
doctor?
Sganarelle: Es que…
Sganarelle: Mire, lo que pasa es que yo no sé más que vusté y vusté no sabe más que yo.
Sganarelle: Lo que pasa es que yo un día estaba cortando la leña cuando de pronto aparecieron dos hombres
diciendo que yo era médico. Yo les dije que no que yo era leñador, el que corta la leña y entonces
agarraron los palos que yo había cortado y empezaron a darme semejante garrotera y terminé aceptando
que era médico. Y viera sumercé como se ha regado el cuento por todas partes y ahora viene gente a
buscarme de todas la veredas porque creen que soy un médico talentoso y famoso. Sabe qué he estado
pensando?
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Leandro: Qué?
Sganarelle: Quedarme toda la vida en la medicina. Es que es el mejor oficio del mundo porque así uno haga el
trabajo bien o mal, le pagan. Por ejemplo, sumercé trabaja en una fábrica de zapatos, usted corta un
zapato por la mitad, bota el cuero y qué pasa?
Sganarelle: Claro! Pero uno como doctor no. Usté puede agarrar a una persona quitarle un ojo, una mano, una pata
y de quién es culpa? Del doctor o del muerto?... Pues del muerto! Y sabe qué es lo más bonito? Que hay
una prudencia y un respeto entre los muertos porque yo nunca los he escuchado quejarse del doctor que
los ha mata’o.
Sganarelle: Me alegra que piense como yo. Ahora vamos a la casa de don Geronte y desarrollamos el estratagema.
SALEN.
TERCER ACTO
ESCENA 1:
LA NODRIZA Y SGANARELLE.
Sganarelle: Buena tarde nodritza. Qué coincidencia, la casa sola, usté sola, yo sólo, el cuadro sólo. Nodriza, desde
que la vi le escribí unas palabritas, un poema y quisiera saber si se lo puedo recitar. Lo tomaré como un
sí. Oh! No, no, no, nodriza no! Sumercé es el ruibarbo, sumercé es la acacia, sumercé es el zen, sumercé
es el purgante que limpia el intestino grueso de mi corazón, no, no, no, ay nodriza, hay no!
Sganarelle: Ay nodricita no sea así, venga que yo necesito que me haga un favor. Que ponga enferma pa’ yo.
Nodriza: Mire doctor, usté a mí me respeta, porque yo podré ser la servidumbre y todo pero me respeta. Además,
tú malinterpretastes mi amistá.
Nodriza: Perdón…
Sganarelle: Claro con ese marido que tiene, que no la deja hablar con nadie, que no la deja tener amigos.
Nodriza: Pues si, pero donde la cabra esté amarrada, que vaya y paste.
Nodriza: Ay pues que Lucas fue el primero que me vio los cuquitos.
Sganarelle: Cómo así que un gordo de esos, un miserable que cuando va por la calle la mande adelante para que no
lo vean con vusté? Que cuando va a un matrimonio la sienta en la última banca pa’ no presentarla?
Debería darle vergüenza mujer sumisa. Sabe qué Jaqueline? Qué boleta!
Nodriza: Aquí entre nos, usted no se ha dado cuenta ni la mitad del mal carácter que se gasta ese Lucas.
Sganarelle: Te pega? (ELLA ASIENTE) Mucho miserable atreverse a pegarle a una mujer. Si una mujer no se toca ni
con el pétalo de una rosa. Que la peste sea con todo aquél que se atreve a pegarle a su mujer!!! Y usté
tan bonita qué es… Yo conozco a alguien que por sumercé sería capaz de ir al cielo y bajarle la luna.
Nodriza: Dónde?
Sganarelle: Le cuento el milagro más no el santo… Sabe una cosa, yo creo que usté debería jugarle una traición a su
marido, por las sospechas que le ha tenido…
Nodriza: Uy si, es verdad… Y claro como yo no tengo ojos sino para él por eso es que me tiene ahí, sumisa. Ahí,
relegada. Tacleada, suprimida, oprimida, underground.
Sganarelle: Sumercé no puede seguir así. Vusté tiene que parar de sufrir hermana. Vusté no puede seguir ahí
tacleada, suprimida, undergraneada…
ENTRA LUCAS.
Lucas: Oiga!!!
Lucas: Jaqueline!!!
ESCENA 2:
Leandro: Doctor, ese gordo maluco por qué estaba tan alterado?
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Sganarelle: Porque la gente ignorante es así, impulsiva. Pero bueno, llegó la hora de poner en marcha el
estratagema.
Leandro: Si!
Geronte: Doctor, estoy muy preocupado porque tengo miedo que con esa medicina que usted le ordenó a mi hija,
la niña muera.
Sganarelle: Ay Reinaldito Cañón, que cojan a todos menos a yo!!! Quién yo?
Sganarelle: (A GERONTE) Si, usted quién es que viene a inundar el espacio escénico.
Geronte: Si bueno, disculpen. Me retiro. (SE DETIENE) Chitón! Yo soy el dueño de esta mansión y quiero saber
quién es él?
ENTRA JACQUELINE.
ESCENA 3
Sganarelle: Bueno mamita, me hace el favor y se va a dar una vuelta con el boticario ahora mismo…
TODOS SE VAN A AYUDAR AL DOCTOR. LUCINDA Y LEANDRO SE ENCUENTRAN. ENSOÑACIÓN. LEANDRO CARGA A
LUCINDA Y SE LA VA A LLEVAR
SGANARELLE DISTRAE A GERONTE PARA QUE HUYAN PERO EMPIEZA FORCEJEO DE LOS ENAMORADOS. ELLA SE QUIERE
IR Y ÉL SE QUIERE QUEDAR.
Sganarelle: Don Geronte, hay una gran pregunta que todos los médicos nos hacemos siempre y es sobre quién se
enferma primero, si los hombres o las mujeres. Hay quienes dicen que las mujeres y otros que los
hombres. Hay quienes dicen que si y otros dicen que no… Y yo digo que si y que…
Lucinda: Ay padre mío, he recobrado el habla. Más la he recobrado para deciros que no tendré otro esposo jamás
que no sea Leandro, para los amigos Leo, para mi, mi cabrito diabólico.
Lucinda: Inútil es el que quieras darme por esposo a ese viejo pedorro de Horacio.
Lucinda: Padre, nadie es capaz de disolver la resolución que he tomado. Todos vuestros pedidos no servirán para
nada, pues es una cosa a la cual estoy determinada.
Leandro: No!!! Un convento, no! (SE DA CUENTA DE SU ERROR) Digo, no es una buena opción en este momento…
Lucinda: Y me encerraré en un convento antes que tener que casarme con un hombre al que no amo ni mierda!!!
Lucinda: Ay ya papá, ya estoy grande y puedo tomar mis decisiones, me voy!!! O qué, cuál es la vaina, cuál es el
asunto, papááááá. Nos vemos…
Geronte: Venga para acá que usted no se manda sola y esta misma noche se casa con Horacio!!!
Sganarelle: Bueno ya!!! Es esto la familia? Es esto el hogar? Debería darles vergüenza!!!
Sganarelle: Don Geronte y señor boticario vengan para acá. Como se pueden dar cuenta los humores están bastante
agriaos, (A BOTICARIO) entonces vamos a pasar a la medicina que vusté y yo conversamos. Me hace el
favor y le da a esa niña dos pastillas de FUGA PURGATIVA y dos cucharaditas de MATRIMONIUM
COMPUESTO.
Leandro: Qué pena doctor pero eso se toma antes o después de las comidas?
Geronte: Doctor, esa medicina que usted le mandó a la niña es genérica o de la otra? Yo no la había escuchado…
Sganarelle: Esas son drogas que nosotros los grandes médicos utilizamos en caso de suma urgencia.
ESCENA 4:
Nodriza: ¡¡¡Un momento Lucas, usted cómo le va a decir al patrón que la niña se escapó con Leandro!!!???
Lucas: A vusté lo estaba buscando!!! Patrón este que está aquí es cómplice del boticario que es ni más ni menos
que el mismísimo Leandro.
Sganarelle: Mire don Geronte si aquí algo se hizo, fue a mis espaldas…
ESCENA 5:
Valerio: Por orden de la corte suprema de justicia se acusa al señor doctor don Sganarelle de complicidad en el
rapto de la niña Lucinda por parte del malvado Leandro y ser el causante del profundo dolor que agobia a
mi adorado patrón don Geronte, aquí presente. Es por esta razón que se le condena sin derecho a
protesta ni a reclamos, a la pena capital.
Sganarelle: Si mi muerte contribuye a que cesen los partidos y se consolide la unión, yo bajaré satisfactoriamente
hacia el sepulcro.
ENTRA MARTINA
Geronte: Lo vamos a ejecutar por ser el cómplice del rapto de mi hija Lucinda por parte de Leandro.
Martina: Pues si señores, esposo mío y esto que ustedes van a hacer no puede ser, porque él es mi hombre y yo
soy su mujer.
Lucas: Señora, eso ya lo sabemos. Aclare a ver qué es lo que usted quiere.
Geronte: Paren eso!!! (LA MOTOSIERRA SE DETIENE) Yo tengo el control. Y se puede saber por qué quiere acabar
usted con sus propias manos con esta escoria de marido que tiene?
Martina: Quiere que le diga por qué? (SE ACERCA A ÉL Y TODOS SE ACERCAN A ESCUCHAR) Será que me pueden
dejar a solas con mi marido?!!! (TODOS SE HACEN A UN LADO) Es que usté se volvió rico y famoso gracias
a que yo les dije a esos señores que usté era médico.
Sganarelle: Ay ya encontramos la llave. Entonces por su culpa fue que yo tuve que mamarme semejante palacera?
Martina: Y qué quería? Que yo me siguiera aguantando sus palizas y que lo único que siguiera haciendo fuera
beber, beber y beber?
Martina: Claro y como se volvió rico y famoso dizque de médico, se olvidó de nosotros; mientras tanto los niños y
yo, allá comiendo cartón con aguapanela. Pero esta farsa se le acabó y usté va a morir siendo el mismo
leñador pobre diablo que me entregó en el altar la bruja de su madre. Vengan para acá los señores. Esta
persona que ustedes ven aquí es realmente…
ENTRAN LEANDRO.
Leandro: Es realmente una persona que merece todos los beneficios de este planeta.
Nodriza: Siii!
ENTRA LUCINDA.
26
Lucinda: No!!!
Geronte: Mi niña!!!
Leandro: Si su niña señor. Es cierto que me la he llevado, pero la he traído de vuelta porque es de sus brazos que la
quiero recibir. Es cierto que antes era un pobre muerto de hambre… (TODOS OPINAN) Pero ya no!!!
Porque recibí un mensaje de voz.
Geronte: De mí?
Leandro: No tontito, del celular. Me han informado que mi tío Jean Baptiste ha muerto y que he heredado toda su
fortuna, la cual he resumido en este pergaminillo que he bautizado Leandro Enterprises.
Nodriza: Mire don Geronte, este Leandro tiene tantos o más bienes que Horacio!!! Por qué no permite usté que él
despose a la niña.
Geronte: Lucas, proceda! Proceda a hacerse a un lado. Necesito hablar con usted.
Geronte: Quiero pedirle excusas si en algún momento le humillamos, le pordebajeamos, le faltamos al respeto y
quiero decirle que es para mí un placer darle la mano de mi hija!!!
Leandro: Nooo!!! Para qué vamos a arruinar este momento tan importante con algo tan insignificante…
Geronte: Ahora que todo se ha resuelto y que ha aparecido mi tesoro, mi tesorito, solamente falta decidir la suerte
de este individuo y es por eso que decido que le corten… la soga, queda libre!!!
Sganarelle: Virgen santísima!!! Esto lo único demuestra es que la buena medicina, siempre triunfa.
Todos: Ay ya!!!
Geronte: Señores, nos vamos para mi mansión porque nos vamos de celebración!!!
27
Martina: Ah si, vusté me tiene que dar la gracias a mí, porque gracias a mi fue que se volvió médico.
Sganarelle: Gracias a usté fue que me dieron semejante palacera. Y mire a ver si me habla con respeto, qué cree, que
está hablando por ahí con cualquier campesino? No señora, usté está hablando con todo un médico
doctor!!! Y ojo porque a la furia de un médico eso es cosa de temerle. Páseme hoja de vida que estoy
necesitando enfermera, pero sin foto para que no asuste al personal.
SGANARELLE SALE.
Martina: Brivón, pero juro que algún día voy a encontrar la manera de vengarme, lo juro!!!
MARTINA SALE DE ESCENA. SUENA MÚSICA DE CAJA MUSICAL Y TERMINAN COMO MUÑECOS.