Que Hace Una Chica Como Tu en Un Sitio Como Este
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: 0213-1498
Introducción
* Profesora Titular del Departamento de Historia del Arte, Universidad de Zaragoza. Investi-
ga sobre arte contemporáneo aragonés, técnicas artísticas y conservación y restauración del patri-
monio cultural.
544 ASCENSIÓN HERNÁNDEZ MARTÍNEZ
La catalogación de monumentos
En el ámbito español, y sin ánimo de realizar un estudio exhaustivo
que, por lo demás, ha sido ya analizado de modo excepcional en trabajos
como los de la historiadora Isabel Ordieres Díez3, es necesario mencio-
nar la importante labor desarrollada por historiadores (algunos de ellos
asimismo arquitectos) como Manuel Assas, Antonio Caveda, Aníbal Alva-
rez y José Amador de los Ríos entre otros, quienes desde las Comisiones
Provinciales de Monumentos y a través de las revistas de la época se esfor-
zaron por concienciar a la sociedad respecto al vandalismo que sufrían
los monumentos4, a la vez que estudiaban y catalogaban el patrimonio
1
Esta contribución ha sido estudiada por la profesora de la Universidad de Santiago de Com-
postela, FONTENLA SAN JUAN, Concha: «La Historia del Arte, una ciencia al servicio del conocimien-
to del monumento», en Arte e Identidades Culturales. Actas del XII Congreso del CEHA (28 septiembre-1 octu-
bre 1998, Oviedo). Oviedo: Universidad de Oviedo, CEHA, 1998, pp. 453-459.
2
RIEGL, Aloïs: El culto moderno a los monumentos. Madrid: Visor, 1987.
3
Esta historiadora realizó su tesis doctoral sobre la historia de la conservación y restaución del
patrimonio artístico español en las dos últimas centurias, modélica investigación dirigida por el Dr.
Pedro Navascués Palacio a quien se deben también numerosas investigaciones sobre el tema, publi-
cada años después a instancias del Instituto de Conservación y Restauración de Bienes Culturales.
ORDIERES DÍEZ, Isabel: Historia de la Restauración monumental en España (1835-1936), Ministerio de Cul-
tura, Madrid, 1995.
4
Son numerosos los artículos publicados que se conservan de aquella época:
— CARDERERA, Valentín de: «Sobre la conservación de los Monumentos de Artes», en El Artis-
ta. Madrid: 1835-1836, tomo II, pp. 217-218.
— MADRAZO, Pedro de: «Bellas Artes. Demolición de conventos», en El Artista. Madrid: 1836,
pp. 97-100.
— ASSAS, Manuel de: «Sobre destrucción de monumentos», en El Renacimiento. Madrid: 1847,
pp. 81-82.
¿QUÉ HACE UNA CHICA COMO TÚ EN UN SITIO COMO ÉSTE?... 545
monumental español. Esta tarea fue asumida por el Estado en 1900 cuan-
do mediante un R.D. se encargaba al historiador Manuel Gómez Moreno
la redacción del Catálogo Monumental y Artístico de la Nación; pocos
años después, en 1903, el historiador Rodrigo Amador de los Ríos pre-
sentaba a la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando el primer
fichero razonado de monumentos. En las décadas siguientes se insistiría
en la misma tarea: el trabajo de los historiadores españoles en la realiza-
ción del Fichero de Arte Antiguo elaborado por el Centro de Estudios
Históricos dependiente de la Institución Libre de Enseñanza, sirvió de
base para la declaración masiva de monumentos realizada por el gobier-
no de la República por R.O. de 3 de junio de 1931. Habían participado
en su realización profesionales de la talla del ya citado Manuel Gómez
Moreno, Elías Tormo, García Bellido, Sánchez Cantón y el arquitecto
Torres Balbás.
La presencia de los historiadores del arte en la redacción de inven-
tarios y catálogos será desde entonces imprescindible y así, a partir de
1940, se encarga de la realización de los mismos el Instituto Diego Veláz-
quez. Una nueva situación se produce a partir de 1975, con la institución
de un régimen democrático y descentralizado en su gestión (Comunida-
des Autónomas) y con el diseño de nuevos catálogos más complejos y fun-
cionales, pero los historiadores del arte continúan desempeñando un
papel predominante en este campo5.
— QUADRADO, José M.ª: «Del vandalismo en Arquitectura», en Semanario Pintoresco Español. 1851
Han sido estudiados por SAZATORNIL RUIZ, Luis: «Historia, historiografía e historicismo», en His-
toriografía del Arte Español en los siglos XIX y XX. VII Jornadas de Arte. Departamento de Historia del Arte
«Diego Velázquez» (C.S.I.C.). Madrid: editorial Alpuerto, 1995, pp. 63-75.
5
Es mucha la bibliografía dedicada en España al tema de la catalogación de bienes culturales,
pero pueden destacarse entre las publicaciones más recientes: V.V.A.A.: Catalogación del Patrimonio His-
tórico. Sevilla: Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico, 1996, y HERNÁNDEZ NÚÑEZ, Juan Carlos: Los
instrumentos de protección del Patrimonio Histórico Español. Sociedad y bienes culturales, Sevilla, Grupo Publi-
caciones del Sur, S.A., 1998. Un artículo de aproximación al tema puede ser el de PEREDA ALONSO,
Araceli: «Los inventarios del Patrimonio Histórico-Artístico Español», Análisis e Investigaciones Cultu-
rales, n.º 9, 1981.
6
GAYA NUÑO, Juan Antonio: La arquitectura en sus monumentos desaparecidos. Madrid: Espasa-Cal-
pe, 1961, una triste y ejemplar guía sobre los efectos del vandalismo y la desidia en la conservación
del patrimonio artístico de nuestro país. Este historiador del arte, uno de los grandes maestros de
546 ASCENSIÓN HERNÁNDEZ MARTÍNEZ
nuestra disciplina en España, ya se había dedicado años antes a estudiar y rastrear el destino de nume-
rosas piezas de nuestro patrimonio artístico en GAYA NUÑO, Juan Antonio: La pintura española fuera
de España. Madrid: 1958.
7
En el caso del patrimonio aragonés, habría que enumerar el largo número de viviendas moder-
nistas desaparecidas. Un caso singular fue el del Nuevo Mercado (1903), que iba a ser demolido para
facilitar el tráfico rodado en el interior del casco histórico de Zaragoza. La defensa activa de profe-
sores de la Universidad de Zaragoza, entre ellos el Dr. Gonzalo M. Borrás Gualis, salvó para la ciu-
dad y para la historia de la arquitectura aragonesa y española, esta exquisita obra en hierro del arqui-
tecto Félix Navarro. Más información sobre estos y otros hechos en FATÁS CABEZA, Guillermo:
«Zaragoza desaparecida» en Guía Histórico-Artística de Zaragoza. Zaragoza: Ayuntamiento de Zarago-
za, 1993, pp. 405-418; BUESA CONDE, Domingo: «El patrimonio artístico altoaragonés. Emigraciones
y destrucción», en Signos. Catálogo de la exposición. Huesca: Gobierno de Aragón, 1993; HERNÁNDEZ MAR-
TÍNEZ, Ascensión: «Patrimonio artístico y periodismo en Aragón (la prensa de Zaragoza y la defensa
del Patrimonio en el cambio de siglo)», Artigrama, Departamento de Historia del Arte de la Univer-
sidad de Zaragoza, n.º 12, 1996-97, pp. 583-603; BORRAS BUALIS, Gonzalo M.: «El expolio de nuestro
patrimonio artístico. Crónica de una muerte anunciada» en Trébede. Zaragoza: n.º 1, abril 1997, pp.
43-47; GARCÍA GUATAS, Manolo: «Una reflexión sobre el patrimonio artístico de Aragón», en Rolde.
Zaragoza, n.º 82-83, octubre 1997-marzo 1998, pp. 142-151.
8
«Los arquitectos comparan el derribo de ‘La Pagoda’ de Fisac, con la quema de un ‘miró’»,
en El País, 21 julio 1999, p. 33; «Los arquitectos madrileños convocan una protesta al pie de ‘La Pago-
da» contra su derribo», en El País, 22 julio 1999 (ver también el chiste de Máximo editado este mis-
mo día en el periódico).
9
NAVASCUÉS PALACIO, Pedro: «Aprecio y desprecio del coro» en Teoría del Coro en las Catedrales
Españolas. Barcelona: 1998 (Discurso de ingreso a la Real Academia de Bellas Artes de San Fernan-
do leido el 10 mayo 1998, Madrid). Otros artículos del mismo autor: sobre el mismo tema el capítu-
lo dedicado a la catedral de Sto. Domingo de la Calzada en el libro Catedrales de España. Madrid: Espa-
sa-Calpe, 1997, y «Arte, hipocresía e Iglesia», en El País, 7 febrero 1998, p. 34; acerca de la destrucción
de la Cartuja de Sevilla «Presente del pasado. La condición histórica de la arquitectura», en Arqui-
tectura Viva. Madrid: 1993, n.º 33, pp. 22-25.
Un caso similar a los coros denunciados por el profesor Navascués ha sido el desmonte para
su restauración y posterior e inexplicable traslado de su situación original a una capilla lateral, del
retablo mayor de Sto. Domingo de la Calzada: ARRÚE UGARTE, B. et. alt.: «El historiador del Arte y la
¿QUÉ HACE UNA CHICA COMO TÚ EN UN SITIO COMO ÉSTE?... 547
tutela del patrimonio histórico de la comunidad autónoma de la Rioja: la transmutación del retablo
mayor de Sto. Domingo de la Calzada (1940-1975)», en Actas Simposio el historiador del Arte, hoy. Soria:
Comité Español de Historia del Arte, 1997, pp. 143-163. Otros casos: MOYA VALGAÑÓN, José Gabriel:
«Así no: a propósito de una intervención en Sta. M.º la Real de Nájera», en Anuario del Departamento
de Historia del Arte, vol. 1, Universidad Autónoma de Madrid, 1989, pp. 69-78; RUBIO LAPAZ, Jesús: «Un
ejemplo de destrucción del patrimonio: la demolición del convento de franciscanos de Puebla de
Don Fadrique (Granada)», pp. 99-104, y SÁNCHEZ REAL, Javier: «Abandono y deterioro de la arqui-
tectura religiosa alpujarreña: la iglesia de Guarros en Paterna del Río, Almería», pp. 105-108, ambos
en Historia del Arte y bienes culturales. Actas de las Jornadas organizadas por el Comité Español de Historia del
Arte (CEHA) en colaboración con el Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico (Cádiz, 1992). Granada: Ins-
tituto Andaluz de Patrimonio Histórico, Junta de Andalucía, 1998.
10
El Consejo de Redacción de la revista Artigrama publicada por el Departamento de Historia
del Arte de la Universidad de Zaragoza decidió en 1995 incluir una sección titulada Patrimonio Artís-
tico, de acuerdo con el concepto operativo que el historiador debe jugar en la conservación del mis-
mo; así, a partir del número décimo de la revista se han ido publicando en esta sección diversos artí-
culos denunciando determinadas intervenciones o instando a la defensa de notables piezas del
patrimonio aragonés. A destacar, p.e., los artículos de los catedráticos Gonzalo M. Borrás y Guiller-
mo Fatás, junto con la profesora Carmen Gómez, en defensa del ‘Tubo’, una delicada y degradada
zona del centro histórico de Zaragoza: cfr. BORRÁS et. alt: «Lo que el Tubo ya ha perdido y lo que aún
puede perder», en Artigrama, n.º 10, 1993, pp. 561-563.
11
En el caso de nuestra comunidad autónoma, la Asociación de Defensa Pública del Patrimo-
nio Aragonés (APUDEPA) lleva desde hace más de un año publicando en el Heraldo de Aragón, dia-
rio de mayor tirada, artículos relativamente extensos sobre piezas del patrimonio en peligro.
12
La recuperación historiográfica de la arquitectura del siglo pasado y, en especial, del moder-
nismo, condujo a una protección más efectiva hasta llegar al reconocimiento internacional con la
declaración del Palacio Güell de Gaudí (Barcelona), como Patrimonio de la Humanidad en 1985; se
trata de la primera vez que la UNESCO incluía un edificio moderno en su ‘inventario de maravillas’;
el palacio había sido declarado Monumento Histórico-Artístico de Interés Nacional en 1969.
13
Son numerosísimos, aunque podemos destacar la monografía de SOBRINO, Julián: Arquitec-
tura industrial en España. Madrid: Cátedra, 1989, en la que se incluyen referencias bibliográficas a nivel
nacional; si bien en el caso de la comunidad aragonesa faltan obras fundamentales como el Nuevo
Matadero Municipal (1885, arquitecto Ricardo Magdalena), lo cual nos extraña dada la relevancia
de este edificio. Otros trabajos de interés son:
— ÁLVAREZ QUINTANA, Covadonga: «El patrimonio arquitectónico-industrial asturiano: estado
actual y reivindicaciones de su valor histórico, arquitectónico y generador de identidades», en Arte e
Identidades Culturales. Actas del XII Congreso del CEHA (28 septiembre-1 octubre 1998, Oviedo). Oviedo: Uni-
versidad de Oviedo, CEHA, 1998, pp. 355-369.
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16
NAVASCUÉS PALACIO, Pedro: «La restauración de monumentos en España: aproximación biblio-
gráfica (1954-1994)», en Historiografía del Arte Español en los siglos XIX y XX. VII Jornadas de Arte. Depar-
tamento de Historia del Arte «Diego Velázquez» (C.S.I.C.). Madrid: editorial Alpuerto, 1995, pp. 77- 88.
17
BORRÁS GUALIS, Gonzalo M.: «Patrimonio cultural y arte», ponencia expuesta dentro de las
Jornadas sobre Patrimonio Cultural: un enfoque pluridisciplinar, organizadas por el Departamento de Edu-
cación y Cultura de la Diputación General de Aragón, Zaragoza, 11-13 mayo 1998, (actas en prensa),
p. 10.
18
Cfr. NAVASCUÉS, ..., op. cit., n. 16.
550 ASCENSIÓN HERNÁNDEZ MARTÍNEZ
ríodo comprendido entre 1900 y 1936 (incluso puede decirse que hemos
llegado a un punto en el que existen ya numerosos estudios que, par-
tiendo de las mismas fuentes, resultan repetitivos y no aportan nada de
novedad), pareciéndonos significativa y preocupante la falta de estudios
sobre el siguiente período, la dictadura de Franco y la historia más recien-
te de nuestro patrimonio (la de la democracia), precisamente cuando se
ha producido un impulso cualitativo y cuantitativo mayor en este campo.
Planteados por orden de aparición cronológica, los principales estu-
dios históricos son los siguientes: una sugerente y acertada síntesis es la
realizada por el profesor Navascués «La Restauración Monumental como
proceso histórico: El caso español, 1800-1950» dentro del Curso de Mecá-
nica y Tecnología de los Edificios Antiguos19; a continuación, la obra de Alfon-
so Muñoz Cosme La conservación del patrimonio arquitectónico español20,
publicación realizada a partir de la tesis doctoral del autor leída en la
Escuela de Arquitectura de Valencia en 1986, tiene el mérito de ser el
primer ensayo generalista sobre la situación de nuestro país en esta mate-
ria, lo que incluía el análisis de la situación actual, puesto que el perío-
do estudiado era de 1800 a 1985; del mismo año data el discurso de ingre-
so en la Real Academia de Bellas Artes de la Purísima Concepción de
Valladolid del profesor Javier Rivera Teoría e historia de la intervención en
monumentos españoles hasta el romanticismo 21; pero el estudio más comple-
to a nivel nacional realizado hasta el momento —y creemos que de difí-
cil superación— es la Historia de la Restauración monumental en España
(1835-1936)22 de Isabel Ordieres Díaz, libro que corresponde práctica-
mente en su integridad a la tesis doctoral defendida por la autora en la
Universidad Complutense de Madrid en 1990 bajo la dirección del pro-
fesor Navascués, obra muy interesante no sólo por los argumentos que
desarrolla en los que sobrepasando el título se incluyen aspectos legisla-
19
NAVASCUÉS PALACIO, Pedro: «La Restauración Monumental como proceso histórico: El caso
español, 1800-1950» dentro del Curso de Mecánica y Tecnología de los Edificios Antiguos. Madrid: COAM,
1987, pp. 285-329.
20
MUÑOZ COSME, Alfonso: La conservación del patrimonio arquitectónico español. Madrid: Ministe-
rio de Cultura, Dirección General de Bellas Artes y Archivos, 1989.
21
RIVERA, Javier: Teoría e historia de la intervención en monumentos españoles hasta el romanticismo.
Valladolid, 1989
22
ORDIERES DÍEZ, Isabel: Historia de la Restauración monumental en España (1835-1936), Ministerio
de Cultura, Madrid, 1995. Esta historiadora ha seguido ocupándose del tema y publicando breve sín-
tesis bien planteadas del mismo como ORDIERES DÍEZ, Isabel: «Historia de la restauración: Ideología
y práctica», en Cursos monográficos sobre el Patrimonio Histórico 1. Actas de los VII Cursos Monográficos sobre
el Patrimonio Histórico (Reinosa, julio-agosto 1996), editor José Manuel Iglesias Gil, pp. 217-245. San-
tander: Universidad de Cantabria, Ayuntamiento de Reinosa, 1997, además de encargarse de la difu-
sión del patrimonio a través de exposiciones como la organizada por la Comunidad de Madrid el pasa-
do verano: ORDIERES DÍEZ, Isabel: La memoria selectiva 1835-1936. Cien años de conservación del patrimonio
monumental. Catálogo de la exposición organizada por la Comunidad de Madrid. Madrid: 1999.
¿QUÉ HACE UNA CHICA COMO TÚ EN UN SITIO COMO ÉSTE?... 551
23
MORA MUÑOYERRO, Susana: La restauración arquitectónica en España: antecedentes, teorías, ten-
dencias e influencias. Madrid: ETSAM, 1991 (inédita). Un resumen de sus investigaciones centradas
en los proyectos de restauración conservados en el Archivo General de la Administración de Alcalá
de Henares, fue publicado en el artículo MORA MUÑOYERRO, Susana: «Reflexión histórica sobre reha-
bilitación. O el valor de lo existente», en Proyectos de intervención en edificios y recintos históricos. Madrid:
1987.
24
GONZÁLEZ-VARAS IBÁÑEZ, Ignacio: Restauración Monumental en España durante el siglo XIX. Valla-
dolid: Ámbito ediciones, 1996. Esta obra le ha servido de punto de partida para posteriores amplia-
ciones, nos referimos al ya citado manual editado por cátedra que —en nuestra opinión— es bas-
tante más interesante y muy recomendable al alumno por la claridad en la exposición, el riguroso y
completo contenido y las importantes referencias bibliográficas que incluye. Se trata de GONZÁLEZ-
VARAS IBÁÑEZ, Ignacio: Conservación de bienes culturales. Teoría, historia, principios y formas. Madrid: ed.
Cátedra, 1999.
25
BELLO, Josefina: Frailes, intendentes y políticos. Los bienes nacionales 1835-1850. Madrid: Taurus,
1997.
552 ASCENSIÓN HERNÁNDEZ MARTÍNEZ
Por otro lado, desde la perspectiva regional han sido numerosas las
tesis y trabajos de investigación centrados en el análisis de las interven-
ciones realizadas en territorios menos extensos, pero con singularida-
des manifiestas como son las Comunidades Autónomas, cuyo estudio
aporta una visión complementaria sobre la conservación del patrimonio
cultural español. Por desgracia es frecuente que estas obras sufran una
mala fortuna editorial, perdiéndose en el marasmo de publicaciones
que casi ahoga el mercado —máxime si se tiene en cuenta la pésima dis-
tribución que tienen—, por lo que es de justicia mencionarlas aquí.
Entre otras merecen destacarse Restauración e Historia del Arte en Galicia26
de la historiadora Concepción Fontenla San Juan, o El prerrománico astu-
riano. Historia de la arquitectura y restauración (1844-1976)27 de la histo-
riadora M.ª Pilar García Cuetos, quien nos muestra cómo la imagen de
la arquitectura prerrománica asturiana, uno de los principales conjun-
tos monumentales del patrimonio cultural de esa comunidad, en reali-
dad ha sido formulada recientemente, si por tal entendemos las nume-
rosas y profundas intervenciones realizadas en los últimos doscientos
años en comparación con el largo lapso de tiempo de siglos pasados des-
de su creación. Un planteamiento similar es el desarrollado por Isabel
Ordieres Díez, cuya tesis acabamos de mencionar, como comisaria de la
exposición La Memoria Selectiva 1835-1936. Cien años de conservación monu-
mental en la Comunidad de Madrid28, cuyo catálogo resulta hoy funda-
mental para conocer las transformaciones sufridas por monumentos tan
significativos para la arquitectura madrileña como la Torre de Los Luja-
nes, caso singular de desrestauración en los años treinta de una falsifi-
cadora intervención neogótica anterior. Por último, publicada hace
pocos meses, ha aparecido la tesis doctoral de Raquel Lacuesta Contre-
ras, Restauració monumental a Catalunya (segles XIX i XX). Les aportacions
de la Diputació de Barcelona29, centrada en el estudio de las fuentes docu-
mentales conservadas en el Servei de Catalogació y Conservació de
Monuments de la Diputació de Barcelona, institución pionera en Espa-
ña en la gestión del patrimonio monumental y que fue dirigida duran-
te muchos años por el excelente arquitecto restaurador Jeroni Marto-
rell.
26
FONTENLA SAN JUAN, Concha: Restauración e Historia del Arte en Galicia. Santiago de Compos-
tela: Cuadernos de Estudios Gallegos, anexo XXV, 1997.
27
GARCÍA CUETOS, M.ª Pilar: El prerrománico asturiano. Historia de la arquitectura y restauración
(1844-1976). Oviedo: Editorial Sueve, 1999.
28
Cfr. ORDIERES, ..., op. cit., n. 22 (1999).
29
LACUESTA CONTRERAS, Raquel: Restauració monumental a Catalunya (segles XIX i XX). Les apor-
tacions de la Diputació de Barcelona. Barcelona: Diputació de Barcelona, 2000.
¿QUÉ HACE UNA CHICA COMO TÚ EN UN SITIO COMO ÉSTE?... 553
30
RIVERA, Javier: «Restauraciones arquitectónicas y Democracia en España», BAU (Revista de
Arquitectura, Urbanismo, Arte y Diseño), Revista del Colegio Oficial de Arquitectos de Castilla y León
Este y Colegio Oficial de Arquitectos de Castilla-la Mancha, Año II, n.º 4 (1990), Valladolid, pp. 24-
41; y «El debate sobre la pertinencia de los nuevos usos en la reciente historia de la restauración»,
en Cursos monográficos sobre el Patrimonio Histórico 2. Actas de los VII Cursos Monográficos sobre el Patrimo-
nio Histórico (Reinosa, julio-agosto 1997). Santander: Universidad de Cantabria, Ayuntamiento de
Reinosa, 1998, pp. 269-275.
31
NAVASCUÉS PALACIO, Pedro: «Restaurar la arquitectura», en Descubrir el Arte,Año I, n.º 6, agos-
to 1999, pp. 56-62.
32
Esto no quiere decir que en el ámbito local no hayan existido comentarios o críticas pun-
tuales a determinadas intervenciones, p.e. el estudio crítico realizado por los profesores CABAÑERO
SUBIZA, Bernabé; ESTEBAN LORENTE, Juan Fco. y GARCÍA GUATAS, Manuel: «Siresa. Crónica de una res-
tauración polémica», en Artigrama, n.º 6-7 (1989-1990). Zaragoza: Dpto. Historia del Arte, Universi-
dad, pp. 241-296, y otros muchos publicados en diferentes comunidades autónomas; sin embargo, se
echa en falta la ausencia de un panorama histórico globalizador en el que se señalen tendencias, cri-
terios, etc.
33
Entre otras, pueden reseñarse las siguientes obras:
GONZÁLEZ, A., JAÉN, G. y BASTARDES, A.: Memòria 1981-1982. La restauració ara i aquí. Barcelona:
Diputación de Barcelona, 1983.
GONZÁLEZ, A., y LACUESTA, R.: Memòria 1983. 1380-1980 Sis segles de protecció del patrimoni arqui-
tectònic de Catalunya. Barcelona: Diputación de Barcelona, 1984.
GONZÁLEZ, A., y otros autores: Memòria 1984. Història i Arquitectura. la recerca històrica en el procés
d’intervenció en els monuments. Barcelona: Diputación de Barcelona, 1986.
GONZÁLEZ, A., LACUESTA, R. y LÓPEZ, A.: Memòria 1985-1989. Com i per a qui restaurem. Objectius,
mètodes i difusió de la restauració monumental. Barcelona: Diputación de Barcelona, 1990.
VV.AA.: Veinte años de restauración monumental (catálogo de la exposición organizada por el arqui-
tecto Fernando Chueca Goitia). Madrid: Ministerio de Educación Nacional, 1958.
VV.AA.: 50 años de protección del Patrimonio histórico-artístico 1933-198 (catálogo de la exposición).
Madrid: Ministerio de Cultura, 1983.
VV.AA.: «Restauración», número monográfico de la revista Arquitectura, n.º 244, sept-oct. 1983.
Madrid: Ministerio de Cultura, Instituto de Conservación y Restauración de Bienes Culturales, COAM.
VV.AA.: Intervenciones en el Patrimonio Arquitectónico (1980-1985) (catálogo de la exposición).
Madrid: 1990.
VV.AA.: Monumentos y proyecto. Jornadas sobre criterios de intervención en el patrimonio arquitectónico.
Madrid: Ministerio de Cultura, 1990.
VV.AA.: III Simposi sobre Restauració Monumental, en Quaderns Científics i Tècnics, n.º 5, Barcelo-
na: Diputació de Barcelona, noviembre 1993.
34
Como LOGGIA (publicada por la Universidad Politécnica de Valencia), o Restauración&Reha-
bilitación (publicación privada), o el resto de revistas especializadas de las Escuelas de Arquitectura y
Colegios Profesionales que también incluyen artículos sobre este tema.
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35
CAPITEL, Antón: Metamorfosis de monumentos y teorías de la restauración. Madrid: Alianza Forma,
1988; «Criterios de restauración. Eclecticismo y analogías», en Restauración y Análisis Arquitectónico. II
Curso de Rehabilitación. Jérez: Colegio Oficial de Arquitectos de Andalucía Occidental, 1989, pp. 173
y ss.; «Proyectar para una arquitectura dada: analogía y diversidad», en El Croquis, n.º 42 (marzo 1990),
pp. 64 y ss.; «La restauración y la actitud ante la Historia de la Disciplina», en Restauración arquitectó-
nica II. Valladolid, Universidad, serie Arquitectura y Urbanismo, n.º 31, 1998, pp. 33-44.
36
GONZÁLEZ, Antoni: «La re-significación de la arquitectura histórica», en Basa. Revista del Cole-
gio Oficial de Arquitectos de Canarias, n.º 12, mayo 1990, pp. 24-45; «La restauración de monumentos a
las puertas del siglo XXI», en Informes de la Construcción, vol. 45, n.º 428, (dic. 1993), pp. 19-38. Madrid:
Instituto Eduardo Torroja, Consejo Superior de Investigaciones Científicas; «Especificidad y dificul-
tad de la restauración de la arquitectura testimonial», en Actuacions en el patrimoni edificat: la restau-
ració de l’arquitectura dels segles IX i X. Barcelona: Diputació, 1992; «Restauración: Método y Arquitec-
tura (A propósito del Teatro de Sagunto)», en Informes de la Construcción, vol. 45, n.º 428, (nov-dic
1993). Madrid: Instituto Eduardo Torroja, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, pp. 3-8;
La restauración del Palau Güell de Barcelona. Barcelona: Diputación Provincial, Servei del Patrimoni,
1994; «A propòsit de Jeroni Martorell, Puig i Cadafalch y Torres Balbás», en Monografies, n.º 3. Bar-
celona: Diputació, pp. 37 y ss.; «Restaurar la autenticidad. El ejemplo del Palau Güell», en Hispania
Nostra, n.º 65-66 (1995), Madrid; «Falso histórico o falso arquitectónico, cuestión de autenticidad»,
en Loggia, n.º 1 (1996), Valencia: Universidad Politécnica, pp. 16-23; «De la reutilización indiscrimi-
nada al uso sensato de los monumentos», en Cursos monográficos sobre el Patrimonio Histórico 2. Actas de
los VII Cursos Monográficos sobre el Patrimonio Histórico (Reinosa, julio-agosto 1997). Santander: Uni-
versidad de Cantabria, Ayuntamiento de Reinosa, 1998, pp. 285-298; «El monumento, documento y
arquitectura. Apuntes sobre su posible restauración objetiva», en Restauración arquitectónica II. Valla-
dolid, Universidad, serie Arquitectura y Urbanismo, n.º 31, 1998, pp. 45-60; «Algunas reflexiones
sobre la restauración monumental», en Cuadernos del Patrimonio, n.º 1 (febrero 1999), pp. 13-14.
37
FERNÁNDEZ ALBA, Antonio: De varia restauratione. Intervenciones en el patrimonio arquitectónico.
Madrid: Celeste ediciones, 1999; «Patrimonio arquitectónico y proyecto de arquitectura», en Astrá-
galo, n.º 3 (1995), pp. 37-46; «El proyecto moderno de la arquitectura en los territorios del Patrimo-
nio Histórico», en Cursos monográficos sobre el Patrimonio Histórico 2. Actas de los VII Cursos Monográficos
sobre el Patrimonio Histórico (Reinosa, julio-agosto 1997). Santander: Universidad de Cantabria, Ayun-
tamiento de Reinosa, 1998, pp. 277-283.
38
MARTÍNEZ JUSTICIA, M.ª José: Historia y Teoría de la Conservación y Restauración Artística. Madrid:
Tecnos, 2000.
39
MACARRÓN MIGUEL, Ana M.ª: Historia de la conservación y restauración. Madrid: Tecnos, 1995. y
de la misma autora en colaboración con GONZÁLEZ MOZO, Ana:La conservación y la restauración en el
siglo XX. Madrid: Tecnos, 1998.
40
RUIZ DE LACANAL RUIZ MATEOS, M.ª Dolores: Conservadores y restauradores en la Historia de la Con-
servación y Restauración de Bienes Culturales, Sevilla, 1994.
¿QUÉ HACE UNA CHICA COMO TÚ EN UN SITIO COMO ÉSTE?... 555
41
Así las califica Jean-Pierre Mohen, conservador general de patrimonio en Francia y director
del Laboratorio Científico de los Museos de Francia (en el Louvre); MOHEN, Jean Pierre:Les Sciences
du Patrimoine. Identifier, conserver, restaurer. Paris: Editions Odile Jacob, 1999.
42
ESTEBAN CHAPAPRIA, Julián: «Presentación» a la obra de GARCÍA CUETOS, ..., op. cit., n. 27, p. 14.
556 ASCENSIÓN HERNÁNDEZ MARTÍNEZ
gran Cupola nel Tempio Vaticano e dei danni di essa e de ristoramenti loro43. En
el siglo siguiente, además del mencionado y famoso arquitecto francés,
Luca Beltrami y Camillo Boito utilizaron la historia para poner de mani-
fiesto el valor documental de los monumentos. Entrado el siglo XX, las
Cartas Internacionales señalaron la necesidad de realizar estudios previos
en los que destacaba la importancia concedida a la historia.
«Como en las restauraciones, así también en la restauración de los monu-
mentos será condición esencial y determinante que una documentación precisa acom-
pañe a los trabajos además de una relación analítica recogida en un diario de res-
tauración e ilustrada con dibujos y fotografías, de modo que todos los elementos
determinados en la estructura y en la forma del monumento, todas las fases de la
obra de recomposición, de liberación, de complementación, queden reflejadas de modo
permanente y seguro.» en la Carta de Atenas sobre la Conservación de los Monu-
mentos de Arte y de Historia, 1931.
«Preámbulo (...) la conservación y la restauración de los monumentos consti-
tuye una disciplina que reclama la colaboración con todas las técnicas que pueden
contribuir al estudio y a la protección del patrimonio monumental (...) Artículo nove-
no: (...) la restauración estará siempre precedida y acompañada por un estudio arque-
ológico e histórico del monumento» en la Carta de Venecia, 1964.
«Artículo octavo (...) Toda intervención debe ser estudiada previamente y argu-
mentada por escrito y durante su curso deberá llevarse un diario, al que seguirá un
informe final, con la documentación fotográfica de antes, durante y después de la
intervención (...) Anexo B. Instrucciones para la ejecución de restauraciones arqui-
tectónicas (...) La redaccion del proyecto de restauración de una obra arquitectóni-
ca debe estar precedida de un estudio atento del monumento, elaborado desde dis-
tintos puntos de vista (que tenga en cuenta su posición en el contexto territorial o
en el tejido urbano, los aspectos tipológicos, las apariencias y cualidades formales,
los sistemas y caracteres constructivos, etc.) tanto en relación a la obra original, como
también a los posibles añadidos y modificaciones. Parte integrante de este estudio
serán las investigaciones bibliográficas, iconográficas y de archivo, etc., para reca-
bar todos los datos históricos posibles.» en la Carta del Restauro, 197244.
Asumidos estos nuevos criterios en materia de conservación y res-
tauración de obras de arte y el papel fundamental que juega la historia
en su definición, necesariamente debía desarrollarse una metodología de
trabajo distinta a la que se venía desarrollando a golpe de experiencia
acumulada desde el siglo pasado; a este respecto es necesario realizar una
serie de consideraciones previas antes de profundizar sobre las activida-
des que incluye esta nueva metodología de intervención en el patrimo-
nio. En primer lugar, debe advertirse que éste no es considerado del mis-
43
Este caso se analiza en ESTEBAN CHAPAPRIA, Julián: «Estudios previos a la restauración de
monumentos», en Restauración Arquitectónica. Secretariado de Publicaciones de la Universidad de
Valladolid, 1992, pp 160-161.
44
MARTÍNEZ JUSTICIA, M.ª José: Antología de textos sobre restauración. Selección, Traducción y Estudio
crítico. Jaén: Universidad de Jaén, 1996.
¿QUÉ HACE UNA CHICA COMO TÚ EN UN SITIO COMO ÉSTE?... 557
45
Esta es una idea compartida por otros muchos profesionales. Así se han expresado, por ejem-
plo, WALDEN, Sarah: The ravished image or How to ruin masterpieces by restoration.London: Weidenfeld and
Nicolson, 1985, y BECK, James: La restauración de obras de arte. Negocio, cultura, controversia y escándalo.
Barcelona: Ediciones del Serbal, 1997.
558 ASCENSIÓN HERNÁNDEZ MARTÍNEZ
dos por la historia del arte que conduciría a graves errores en la restau-
ración.
«(...) the history of art has accumulated a large body of works of art about the
procedures and the standards of various cultures and periods. The results of this
research mus not be ignored even where they appear to go against the inclinations of
contemporary taste»46.
En suma, al margen del innegable valor de los estudios históricos
como elemento a tener en cuenta en el momento de decidir los criterios
de restauración de una obra, se plantea aquí uno de los problemas bási-
cos en la restauración: la integración de los profesionales en equipos de
trabajo y, en este caso concreto, la colaboración entre historiadores y res-
tauradores. Para el historiador italiano Alessandro Conti, la autoridad
incontestable ejercida por estos últimos en todo lo que tuviera que ver con
las técnicas de conservación y restauración ha perjudicado en muchas
situaciones a las obras de arte, conduciendo al silencio a los historiado-
res quienes han quedado reducidos a la tarea de documentalistas, de estu-
diosos de los problemas iconográficos y de atribución, despreciando la
experiencia y los conocimientos del historiador por considerarlos como
producto subjetivo de la experiencia estética frente a la (pretendida) obje-
tividad de las prácticas científico-técnicas47. El único modo de solucionar
esta situación sería un verdadero trabajo en equipo en el que se supera-
se esta rígida distribución de las tareas a realizar que arrincona y despre-
cia la labor del historiador, cuyo trabajo es decisivo como demuestran los
artículos de los historiadores Gombrich y Kurtz de los años sesenta que
no han perdido actualidad, constituyendo un perfecto ejemplo «di ciò che
lo studio delle fonti e una conoscenza reale della storia dell’arte può verificare per
comprendere l’immagine che attraverso il restauro dovremmo conservare o recupe-
rare»48.
46
Cfr. WALDEN, ..., op. cit., n. 45, p. 129.
47
CONTI, Alessandro: Sul restauro.Torino: Einaudi Editore, 1988, p. 95: «Tutto questo porta ad una
precisa etica che si impone nei rapporti fra restauratore e storico dell’arte. Il curatore dei dipinti dovrà rispettare,
in quanto oggettive, le scelte del capo restauratore e dovrà finire per formarsi un’immagine dei dipinti quale egli
propone sulla base di tale esperienze, anche se differiscono da quella che si è formata nello studio di tante opere
viste nel corso di molti anni ed avvicinate nelle piú varie circostanze.»
Conti también pensaba que las limpiezas de obras realizadas por la National Gallery demos-
traban la validez de las teorías de Brandi y Carbonnara respecto a la subjetividad de la restauración
y cómo esta actividad está condicionada por el gusto de la época, algo que también había sido adver-
tido por Gombrich y otros críticos quienes denunciaban que muchos restauradores (primero los
ingleses, luego una práctica extendida en el mundo anglosajón) buscaban la máxima potencia de
color influidos por el arte del siglo XX (desde las vanguardias hasta el arte pop), cfr. CONTI, Ales-
sandro: «La pattina della pittura a vent’anni dalle controversie ‘storiche’. Teoria e pratica della con-
servazione», en Ricerche di Storia dell’arte 16. Firenze: La Nuova Italia, 1986.
48
CONTI, Alessandro: Manuale de Restauro. (a cura di Marina Romiti Conti). Torino: Einaudi
Editore, 1996, p. 99.
¿QUÉ HACE UNA CHICA COMO TÚ EN UN SITIO COMO ÉSTE?... 559
49
«El historiador deberá representar la conciencia histórica y crítica que por razones de formación hace fre-
cuentemente fallar a los demás técnicos: arquitecto, restaurador, químico, etc., en el desarrollo de los trabajos, pero
también en la contribución en la formación especial de los técnicos y científicos que se orientan hacia la restau-
ración»; cfr. FERRERAS ROMERO, Gabriel: «Las relaciones entre historiadores del arte y demás especia-
listas de la Conservación y la Restauración», en Boletín Informativo del Instituto Andaluz de Patrimonio
Histórico. Año II, N.º 9, diciembre 1994, p. 43.
50
Existen ya bastantes casos de estudio evidenciando la utilidad de nuestros trabajos en esta
tarea: ANTIGÜEDAD DEL CASTILLO-OLIVARES, M.ª Dolores: «Historia del Arte y ciudad: reflexiones sobre
la intervención en los cascos urbanos» en Arte e Identidades Culturales. Actas del XII Congreso del CEHA
(28 septiembre-1 octubre 1998, Oviedo). Oviedo: Universidad de Oviedo, CEHA, 1998, pp. 377-383; es ésta
una comunicación muy interesante en la que su autora reclama la participación del historiador en
el diseño urbano y en la conservación del patrimonio histórico urbano (trazados históricos, ambien-
tes, etc.) a través de la redacción de Planes Generales o Especiales.
560 ASCENSIÓN HERNÁNDEZ MARTÍNEZ
51
BORRÁS GUALIS, Gonzalo M.: «el historiador del arte no puede aislarse en la campana de cristal del
laboratorio sino que ha de jugar un papel irrenunciable en la intervención en el Patrimonio. Este papel del his-
toriador no puede constreñirse a la elaboración de inventarios artísticos y catálogos monumentales sino que ha
de extenderse a una colaboración activa y profesional en todas las fases de la intervención en el Patrimonio y de
la planificación urbanística. Estimamos que este papel en el momento actual todavía dista bastante de ser reco-
nocido por las instituciones competentes; por ello, al mismo tiempo que lo reivindicamos una vez más, queremos
dejar constancia de lo mucho que podemos aportar, junto a otros profesionales, en este sentido», en «Presenta-
ción» de la Sección de Patrimonio Artístico, en Artigrama, n.º 10, 1993, pp. 525. Pero, además, la pre-
sencia del historiador debería estar exigida por la ley y no deberse a la iniciativa del arquitecto que
lidere el proyecto: cfr. BORRÁS GUALIS, Gonzalo M.: «Patrimonio cultural y arte», dentro de las Jorna-
das sobre Patrimonio Cultural: un enfoque pluridisciplinar, organizado por el Departamento de Educación
y Cultura de la Diputación General de Aragón, Zaragoza, 11-13 mayo 1998, (actas en prensa) p. 8.
52
HENARES CUÉLLAR, Ignacio: «Previamente al análisis concreto de las diferentes responsabilidades desem-
peñadas por el Historiador de Arte en los instrumentos urbanísticos elaborados para la ordenación y protección
de los bienes inmuebles, convendría señalar, de forma general, que el protagonismo que hoy en día tiene el histo-
riador es bastante menor del que debería corresponderle, lo que implica que debería existir una reformulación de
los criterios y contenidos formativos, así como de sus objetivos, tendentes a crear una conciencia, además de capa-
citación, de participación activa y responsable en estas tareas de ordenación de la ciudad y el territorio.
Un primer nivel de participación del historiador se sitúa en el diseño de la estrategia global de un plan
urbanístico (objetivos, métodos, instrumentos, etc.) en condiciones de igualdad respecto a otras disciplinas como
la arquitectura, el urbanismo o la geografía. Hablo, especialmente, de Plan General de Ordenación Urbana y, en
su caso, de Normas Subsidiarias. La razón de esta participación obedece a varios argumentos de importancia
derivados no de una reclamación infundada de participación disciplinar, sino de las propias condiciones o carac-
terísticas del objeto a tutelar: el Conjunto Histórico (...) la elaboración de un plan general debe primar, o al menos
considerar de forma significativa, y aplicado al conjunto de sus disposiciones, la acción en los conjuntos histó-
ricos, de ahí la necesidad de una participación activa de la Historia del Arte, en cuanto disciplina que debe recla-
mar sus competencias en el estudio y protección de la ciudad artística en su dimensión patrimonial como con-
junto histórico. A este principio de carácter general debemos unir el hecho de que, por exigencia legal, es obligatorio
delimitar y proteger el entorno de los conjuntos y monumentos, que en ocasiones puede ocupar la totalidad del tér-
mino municipal (ámbito del Plan General), lo que exige la participación del historiador del arte, ya que el plan
debería incluir los requerimientos proteccionistas establecidos en la delimitación y de la cual, de forma general, se
ocupa nuestra disciplina.» en «La historia del arte como instrumento operativo en la gestión y protec-
ción del patrimonio», en Centros Históricos y conservación del patrimonio, Madrid, Fundación Argenta-
ria-Visor ed., 1998, pp. 88-89.
53
Cfr. BORRÁS, ..., op. cit., n. 51 (1998), p. 7.
¿QUÉ HACE UNA CHICA COMO TÚ EN UN SITIO COMO ÉSTE?... 561
54
Son muchas las opiniones que inciden en esta idea: «Es preciso superar el tópico de que el histo-
riador tiene una especial propensión a la búsqueda archivística del documento fundacional o de la página del
libro de fábrica que indique exactamente las obras y cantidades de cada campaña constructiva olvidando, muchas
veces, que el primer documento a analizar es el propio monumento. De igual modo, es necesario evitar la natural
inclinación del historiador del arte hacia el análisis estilístico e iconográfico de los elementos decorativos, con obje-
to de establecer paralelismos con estilos o talleres. Aspectos que no pueden obviar, o dejar en segundo término, el
estudio de la propia fábrica.» en FONTENLA SAN JUAN, …, op. cit., n. 1, p. 458.
55
Cfr. BORRÁS, ..., op. cit., n. 51 (1998), p. 8.
56
«Cuanta más información se tenga de un bien cultural, mucho más efectiva y adecuada será la redac-
ción de los instrumentos para su protección y mucho más perfectas y respetuosas las intervenciones de conserva-
ción y restauración que sobre éste se realicen», opinión expresada por el historiador HERNÁNDEZ NÚÑEZ,
Juan Carlos: «Una propuesta metodológica. El proyecto de restauración del Templete de San Pietro
in Montorio, Roma» en Historia del Arte y Bienes Culturales (Actas de las jornadas nacionales «Historia del
Arte y Bienes Culturales» celebradas en Cádiz, junio 1992). Granada: Instituto Andaluz del Patrimonio His-
tórico, Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, 1998, pp. 71.
562 ASCENSIÓN HERNÁNDEZ MARTÍNEZ
«No se pretende aquí, desde luego, que el historiador del arte o arqueólogo
asuma entre sus tareas profesionales la de actuar físicamente en la obra en sí como
si fuera un técnico conservador, sino que esté alerta y pueda prevenir posibles ries-
gos en la manipulación e instalación de la pieza; que pueda formarse una opinión
más cualificada que le permita afrontar sus investigaciones y desarrollar su tra-
bajo profesional con un punto de vista más amplio. Por último, que pueda esta-
blecer un criterio de prioridades y trabajar en colaboración con el restaurador sobre
la base de un mínimo conocimiento de cómo respetar la integridad de la obra has-
ta que ésta entre en el laboratorio, donde estará bajo jurisdicción científica y téc-
nica, y desde que salga de aquél para ser almacenada, estudiada, trasladada o
expuesta»57.
57
BERNÁRDEZ SANCHÍZ, Carmen y TOAJAS ROGER, M.ª Angeles: «Presentación», Arte: materiales y
conservación. Madrid: Fundación Argentaria-Visor Dis., 1998, p. 10.
58
Estas actividades estaban ya claramente especificadas en el BOE, 29 febrero 1996, en el que
se hacía público el plan de estudios conducente a la obtención del —entonces nuevo— título de
Licenciado en Historia del Arte a impartir en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de
Zaragoza.
¿QUÉ HACE UNA CHICA COMO TÚ EN UN SITIO COMO ÉSTE?... 563
59
LÓPEZ GARCÍA, Juan Sebastián: «La Historia del Arte y su papel en el conocimiento y la sal-
vaguarda de Monumentos y conjuntos», en Historia del Arte y Bienes Culturales (Actas de las jornadas nacio-
nales «Historia del Arte y Bienes Culturales» celebradas en Cádiz, junio 1992). Granada: Instituto Andaluz
del Patrimonio Histórico, Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, 1998.