El Libro Rojo Del Anarquismo

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Fuente: El libro rojo del anarquismo, Castellote Editor, Ma-

drid, 1977. Prólogo de Jesús Castellote. Traducción de Héctor


Anabitarte

Edición: La Congregación [Anarquismo en PDF]

Portada: Hangagud

Rebellionem facere Aude!


No debemos olvidar el ejemplo de Mazzini, que, pese a su rigi-
dez republicana, pasó toda la vida negociando con la monar-
quía, y a pesar de su genio, terminó siendo engañado. Por mi
parte, no vacilo en afirmar que todas las coqueterías marxistas
El anarquismo, mito y realidad..............................................5 con el radicalismo —tanto reformista como revolucionario— de
los burgueses, no pueden dar por resultado más que la desmo-
CAPÍTULO I ralización y la desorganización de la naciente potencia del pro-
letariado, y, por lo tanto, un reforzamiento de la potencia ya
Anarquía. Ausencia de patrones .......................................9
consolidada de los burgueses. (M. BAKUNIN )
CAPÍTULO II
Enemigos de todo Estado y todo gobierno......................17 Con estas premisas afirmamos que los llamados socialdemó-
CAPÍTULO III cratas, que, en los países donde aún no hay sufragio universal,
Guerra implacable a dios y a la Iglesia...........................27 se esfuerzan por convencer al pueblo que ese derecho es lo pri-
mero que debe conquistarse, como hacen hoy los jefes del par-
CAPÍTULO IV
tido de la democracia socialista en Alemania, afirmando que la
La cuestión social.............................................................33 libertad política es la condición preliminar de su emancipación
CAPÍTULO V económica, son ellos mismos víctimas de un funesto error o
Sufragio universal: charlatanería del Estado ............... 48 engañadores del pueblo. (M. BAKUNIN )
CAPÍTULO VI
Una justicia al servicio del privilegio ............................. 54
CAPÍTULO VII
Los medios de la represión ............................................. 60
CAPÍTULO VIII
El asesinato político .........................................................67
CAPÍTULO IX
En cuanto a las víctimas inocentes..................................69
CAPÍTULO X
Una revolución inmensa, implacable..............................71
CAPÍTULO XI
La Futura Organización Social .......................................79

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reduce su programa, su principio, y le cambia su naturaleza; en
segundo lugar, porque fórmula esperanzas imposibles, acom-
pañadas de una ridícula confianza en la próxima conversión de
los burgueses. (M. BAKUNIN )

Si no es con la fuerza, ¿cómo hará el proletariado para alcanzar


la justicia?... ¿Acaso ha habido en alguna época, en cualquier
país, un solo ejemplo de una clase privilegiada y dominante que
haya hecho concesiones libremente, en forma espontánea y sin
verse obligada por la fuerza o el miedo? Esa famosa noche del
4 de agosto por la cual se han rendido tantos honores a la no-
bleza francesa, ¿no ha sido acaso la consecuencia forzada de la
sublevación general de los campesinos, que quemaron los per-
gaminos nobiliarios y junto a ellos también los castillos?
(M. BAKUNIN )

El ideal de los burgueses sigue siendo invariablemente el mis-


mo… para llamar a las cosas por su nombre, se trata de la li-
bertad política, real para las clases poseedoras, ficticia para las
masas populares, y fundada sobre la sojuzgación económica de
las últimas. Es un excelente sistema, al servicio del beneficio de
la clase burguesa, como puede verse, pero que no puede sub-
sistir más que en los países en los que la masa de trabajadores
es lo suficientemente sabia, o resignada, o generosa, como para
sentirse capacitada para llevar la libertad de los otros sobre sus
espaldas de esclavos. (M. BAKUNIN )

La ley moral que nosotros, materialistas y ateos, reconocemos,


mucho más que los idealistas de cualquier escuela, partidarios
o no de Mazzini, no es una ley verdaderamente moral, una ley
que debe triunfar respecto de las conspiraciones de todos los
idealistas del mundo, que en la medida que emana de la natu-
raleza misma de la sociedad humana, naturaleza cuyas bases
reales no se encuentran en Dios, sino en la animalidad.
(M. BAKUNIN )

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nuevas bases la dominación de los burgueses sobre el pueblo.
(M. BAKUNIN )

Pero hay otra categoría de burgueses que no tiene la misma


franqueza ni el mismo coraje. Enemigos de la liquidación so-
cial que nosotros, con toda la fuerza de nuestra alma, invoca-
mos como un gran acto de justicia, como el punto de partida
necesario y la base indispensable de una organización igualita-
ria y racional de la sociedad, ellos quieren, como todos los otros
burgueses, conservar la desigualdad económica, fuente de to-
Aproximarse al anarquismo, no ya con objetividad, sino con un das las desigualdades; y al mismo tiempo, pretender hacer creer
mínimo desapasionamiento ha sido difícil, tanto para los par- que quieren, al igual que nosotros, la emancipación integral
tidarios del mismo, como para sus detractores, principalmente del trabajador y del trabajo. (M. BAKUNIN )
los marxistas. Y la causa de ello se encuentra en el hecho de
que en la polémica se entrecruzan motivaciones no sólo ideo- Lo que distingue a la Asociación Internacional de los Trabaja-
dores de la Liga de la Paz y de la Libertad, es el hecho de que
lógicas o científicas, sino también de carácter personal. Y esto
principalmente en lo que atañe a sus divergencias de arranque, esta última, compuesta exclusivamente por filántropos bur-
es decir, la polémica inicial entre marxistas y bakuninistas, o gueses, ama ideal, platónicamente, los principios de humani-
precisando aún más, entre Marx y Bakunin. dad, fraternidad, igualdad, libertad, justicia; mientras que la
Los caracteres de Marx y Bakunin se contraponen pronto, y primera, compuesta principalmente —aunque podría decir ex-
esto, no sólo por las características subjetivas de ambos pensa- clusivamente— por trabajadores manuales, con alguna excep-
ción de trabajadores intelectuales que también forman parte
dores, sino incluso por la tendencia de Marx a la violencia po-
lémica que en todos sus escritos se percibe. Así, por ejemplo, del proletariado por su situación económica, quiere su realiza-
su enfrentamiento con Proudhon y otros muchos teóricos del ción más inmediata, con toda la energía de una voluntad tan
socialismo. fuerte como apasionada. Se trata, y perdonad la trivialidad de
Hecha esta advertencia previa debemos añadir que las dife- esta comparación, de la eterna diferencia que existe entre la
rencias ideológicas entre Marx y Bakunin eran profundas, es- panza llena y la panza vacía, y la panza llena, como dice el pro-
verbio, no comprenderá nunca a la panza vacía. (M. BAKUNIN )
pecialmente en el terreno de los medios para llegar a la conse-
cución de los fines revolucionarios. Efectivamente, en cuanto a
El socialismo burgués, como una especie de ser híbrido, se ha
estos últimos, ambos coinciden esencialmente. Se trata de lo-
situado entre dos mundos tal vez irreconciliables: el mundo
grar una sociedad sin clases y en la cual haya desaparecido el
burgués y el mundo obrero; y su acción equivoca y nefasta, apre-
Estado.
sura, sin duda, por una parte, la muerte de la burguesía, pero
al mismo tiempo, por otra, corrompe desde el principio al pro-
letariado. Lo corrompe doblemente: en primer lugar, porque

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primera, y eventualmente en una segunda etapa, contra ellos,
las otras». (M. BAKUNIN )

Estos revolucionarios moderados han reprochado a la juven- Encabezamos estas líneas con los nombres de los dos pensado-
tud revolucionaria, como una gran locura, su confianza en el res más significativos en la polémica entre marxistas y bakuni-
pueblo; esta confianza que ellos nunca han tenido, y que por nistas, porque en su enfrentamiento se encuentra ya el germen
muchos motivos… han temido, aún más de lo que la han desea- de todo el enfrentamiento teórico y práctico posterior. De to-
do, la insurrección polaca. Pero dando pruebas de su sabiduría das formas no conviene olvidar que este enfrentamiento ya se
indiscutible con esta legítima desconfianza que siempre les ha había producido entre Marx y otro de los fundadores del anar-
inspirado el pueblo, han sabido evitar otra locura: no puedo lla- quismo: Proudhon.
mar de otra manera a su confianza en la ayuda de la diploma- En el caso de este último, Marx no podía aceptar las pro-
cia. Por otra parte, ellos mismos son sus víctimas. puestas de utilización de medios (como el Banco de trueque co-
(M. BAKUNIN ) mo palanca de la sociedad mutualista) de clara raigambre uto-
pista y cuya eficacia práctica fue nula.
Mazzini ha llevado su odio hacia la Comuna hasta el límite de El choque ente Marx y Bakunin se manifestó, en el seno de
la estupidez. Pretende que el sistema proclamado por la última la primera Internacional, con especial virulencia al defender
Revolución de París nos remitiría al Medioevo, es decir, a la este último una fórmula federalista y descentralizadora que
división de todo el mundo civilizado en una gran cantidad de Marx consideraba nefasta para el desarrollo del movimiento
pequeños centros, extraños los unos a los otros y que se igno- obrero organizado.
ran entre sí. El pobrecillo no comprende que entre la ciudad Sin embargo, este enfrentamiento en el terreno organizativo
actual y la medieval está la diferencia producida no sólo en los tenía su fundamento en el planteamiento de Bakunin (y poste-
libros, sino en las costumbres, en las aspiraciones, en las ideas riormente de la mayoría de los anarquistas) de la posibilidad del
y en los intereses y necesidades de la población por una histo- surgimiento de una sociedad sin clases y sin Estado de las rui-
ria de cinco siglos. (M. BAKUNIN ) nas de la sociedad burguesa, pulverizada por la revolución; y
de esta forma, Bakunin se convirtió en el gran adversario de
La revolución de 1793, diga lo que se diga, no era ni socialista,
Marx en la Internacional.
ni materialista o, para utilizar la pretenciosa expresión de Gam-
Pero, tal vez, la mejor forma de comprender las divergen-
betta, no era en realidad «positivista». Fue esencialmente bur-
cias entre los pensadores socialistas sea la lectura de sus obras,
guesa, jacobina, metafísica, política e idealista. (M. BAKUNIN )
así como las del resto de los anarquistas. El pensamiento de
Marx puede ser bien conocido a través de sus obras, por lo
Es esto justamente lo que los grandes héroes de la revolución de
menos aun nivel elemental, pero el de Bakunin lo es más por
1793, Danton, Robespierre, Saint-Just, no habían comprendido.
Ellos no querían otra cosa que la libertad y la igualdad política, medio de sus comentaristas, pues como señala Cole, Bakunin
no las económicas y sociales. Y es por ese motivo que la libertad «ha sido poco leído, pero se ha escrito mucho de él».
e igualdad fundadas por ellos han constituido y fundado sobre

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dad; que todas las grandes cosas que han conmovido los más
nobles corazones… nos son completamente extrañas y que tal
vez, arrastrando nuestra miserable existencia, más que cami-
La libertad es el comienzo, y prácticamente todo el contenido nando sobre la tierra, no podremos tener otras preocupaciones
de la teoría social de Bakunin. Esto le lleva a atacar implaca- que satisfacer nuestros apetitos sensuales y groseros.
blemente toda institución que le pareciese incompatible con la Si fuese otro el que lo dice, lo llamaríamos un calumniador
libertad, así como todo tipo de creencias que se opusiesen al descarado. A usted, respetado e injusto maestro, le diremos que
reconocimiento de la libertad como bien supremo. Así, por éste es un deplorable error. (M. BAKUNIN )
ejemplo, en lo que atañe a la religión, Bakunin odiaba a los
sacerdotes y a todo lo que la religión tiene de idolatría, como De este modo, después de haber negado el comunismo, después
algo que la humanidad debiera haber superado en vista del de haber reído alegremente de la fórmula: «a cada uno, según
avance científico. sus necesidades», los grandes economistas deben admitir que
Por ello, para Bakunin la ciencia es la verdadera divinidad a han olvidado algo: las necesidades de los productores; y se pre-
la que la humanidad debe dar culto. Esto no quiere decir, ni paran a reconocerlas. Pero en realidad es el Estado el que debe
mucho menos, que Bakunin explique con suficiente claridad evaluarlas; corresponde al Estado verificar si las necesidades
qué es lo que él entiende por verdadera ciencia. no son desproporcionadas respecto de las prestaciones de tra-
Por otra parte, es necesario señalar que pese a su amor infi- bajo. El Estado, entonces, se encargará de las limosnas; de allí
nito por la libertad, Bakunin y los anarquistas estaban muy a las leyes para pobres y a las casas de trabajo inglesas, no hay
lejos de sustentar posturas individualistas. En general, despre- más que un paso. (P. KROPOTKIN )
ciaban radicalmente la concepción burguesa de la libertad.
Pocos pensadores han insistido tanto en los peligros de la pro- Los sansimonianos han querido sustituir el cristianismo por
piedad privada. una nueva religión, basada sobre el culto místico de la carne,
Al lado de la concepción de la libertad, se encuentra como con una nueva jerarquía de curas, nuevos explotadores de las
complemento su odio al Estado en todas sus formas. masas gracias al privilegio del genio, de la habilidad y del ta-
lento. (M. BAKUNIN )

Debe rechazarse sin piedad la política de los burgueses demo-


cráticos o de los socialistas burgueses, quienes, al declarar que
«la libertad política es la condición preliminar de la emancipa-
Hoy día el anarquismo, tras unas pruebas de aplicación a la ción económica», no pueden querer decir sino lo siguiente: «Las
realidad no demasiado satisfactorias (como por ejemplo la revo- reformas políticas, o la Revolución política, deben preceder a
lución anarquista en España, en la que al lado de interesantes las reformas económicas o a la Revolución económica; los obre-
experiencias colectivizadoras, figuran grandes errores en la ros, por lo tanto, deben aliarse a los burgueses más o menos
defensa de la revolución en marcha), cabe señalar un impor- radicales para llevar a cabo con ellos, en una primera etapa, la
tante renacimiento del anarquismo, especialmente en el te-
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dencia, y si en estos últimos tiempos se han visto obligados a rreno ideológico. No sólo entre los que se proclaman abierta-
hacerles algunas concesiones, lo hacen con una especie de con- mente anarquistas, sino también entre los partidarios de otras
descendencia desdeñosa por la vil brutalidad de estas masas ideologías que aceptan gran parte de las opiniones anarquistas
incapaces de olvidar sus vientres y de vivir únicamente en la como una aportación contra determinados fallos del marxismo
contemplación del ideal. (M. BAKUNIN ) y más concretamente del marxismo-leninismo o del estalinis-
mo. Así, por ejemplo, la intuición del anarquismo en relación
Cegados por sus ideas teológicas y políticas, ideas que en el con el problema de la burocratización del Estado surgido de la
fondo representan otras antiguas y nuevas cadenas para el revolución. En éste, como en otros aspectos (el alejamiento de
pueblo, ellos (los idealistas) no han visto en esta aspiración la desaparición del Estado y la de consecución de una auténtica
otra cosa que la brutal expresión de apetitos brutales y no han libertad para los hombres) el anarquismo ha acertado en mu-
comprendido que en su forma inconsciente e ingenua ella con- chas de sus predicciones.
tiene la más alta y la idea más emancipada del siglo; aquella En resumen, puede decirse que hoy día se impone el estudio
que destruyendo todos los idealismos como abstracciones, co- del pensamiento anarquista, tanto para analizar sus errores
mo funciones o como símbolos teológicos, políticos, jurídicos, como para aplicar todo lo positivo de su pensamiento. Este libro
debe transformarlos en realidades populares tangibles: verdad, trata de ser una primera aproximación al estudio de los princi-
justicia, libertad, igualdad, solidaridad, fraternidad, humani- pales pensamientos y autores del anarquismo.
dad. Todas estas cosas magníficas, mientras que permanecie-
ron como verdades teológicas, poéticas, políticas y jurídicas, no
han servido nada más que para cubrir la más brutal y dura de
las opresiones y la explotación de la vida real del pueblo, no
han expresado sino la condena de las masas a la miseria y a la
eterna esclavitud. (M. BAKUNIN )

El materialismo niega el libre albedrío y conduce a la constitu-


ción de la libertad; el idealismo, en nombre de la dignidad hu-
mana, proclama el libre albedrío, y sobre las ruinas de la libertad
funda la autoridad… En una palabra, en todas las cuestiones
siempre sorprenderéis a los idealistas en flagrante delito de
materialismo práctico; en cambio por el contrario veréis a los
materialistas perseguir y realizar las aspiraciones, los pensa-
mientos más largamente idealistas. (M. BAKUNIN )

Sin embargo, usted, Mazzini, no se conforma señalando nues-


tro ateísmo y nuestro materialismo; concluye diciendo que no
podemos sentir amor por los hombres ni respeto por su digni-

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J.J. Rousseau… se puede considerar como el verdadero creador
de la moderna reacción. Aparentemente, el escritor más demo-
crático del siglo XVIII, incuba en sí el despiadado despotismo
del hombre de Estado. Fue el profeta del Estado doctrinario,
como Robespierre, su digno y fiel discípulo, intentó ser el gran
sacerdote. (M. BAKUNIN )

Sentimos un gran respeto por la ciencia y la consideramos co-


Diremos qué es la anarquía y quiénes son los anarquistas. Los mo uno de los tesoros más preciosos, una de las glorias más
anarquistas, señores, son ciudadanos que cuando está de moda puras de la humanidad. Gracias a ella, el hombre se diferencia
predicar la libertad de opinión, sienten el deber de reivindicar del animal, hoy su hermano segundón, en una época su ante-
la libertad ilimitada. pasado, y se vuelve capaz de ejercitar su libertad. Sin embargo,
(U N GRUPO ANARQUISTA AL TRIBUNAL DE LYON ) es necesario reconocer asimismo, los límites de la ciencia y
recordarle que no constituye el todo, que no es sino una parte y
Soy un sostenedor convencido de la igualdad económica y so- que la totalidad es la vida… (M. BAKUNIN )
cial, puesto que fuera de esta igualdad, la libertad, la justicia, la
dignidad humana, la moralidad y el bienestar del individuo, al El gobierno de la ciencia y de los hombres de ciencia, se llamen
igual que la prosperidad de las naciones, no son más que men- positivistas, discípulos de Comte o hasta discípulos de la escue-
tiras. Pero siendo partidario de la libertad, condición primera la doctrinaria del comunismo alemán, no puede ser más que
de la humanidad, pienso que en el mundo debe alcanzarse me- impotente, ridículo, inhumano, cruel, opresivo, explotador,
diante la organización espontánea del trabajo y de la propiedad negativo. De los hombres de ciencia se puede decir, en tanto
colectiva de las asociaciones productoras, libremente organi- tales, lo mismo que he dicho con respecto a los teólogos y me-
zadas… y no a través del accionar supremo y tutelar del Estado. tafísicos: no tienen ni sensibilidad ni corazón para los seres
(M. BAKUNIN ) vivos e individuales. (M. BAKUNIN )

La libertad de todo individuo mayor de edad —hombre o mu- Las sociedades se dividen en dos campos hostiles, y en dichas
jer— debe ser absoluta y completa. Libertad de ir y venir, de condiciones la libertad no es sino una vana palabra. Mientras
profesar abiertamente todas las opiniones, de ser haragán o que los radicales exigen una mayor libertad política, muy pron-
trabajador, inmoral o moral. En resumen, cada persona debe to se dan cuenta de que el soplo de la libertad impulsa rápida-
disponer de sí y de sus bienes con entera libertad, sin rendir mente a los proletarios a la sublevación, y entonces retrocede,
cuentas a nadie; libertad de vivir ya sea honestamente, del cambia de opinión y termina volviendo a las leyes de excepción
propio trabajo, ya sea explotando vergonzosamente la caridad y al gobierno del sable. (P. KROPOTKIN )
o la confianza del individuo, siempre y cuando se trate de la
voluntad y generosidad de individuos adultos. (M. BAKUNIN ) Los seguidores de Mazzini, y desde lo alto de su idealismo tras-
cendente y al margen del pueblo, de precios mucho esta ten-

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Advertid que aquellos que predican la paz a todo coste, el sa- Reconocer y proclamar altamente que todos, cualquiera que
crificio de las convicciones opuestas a las necesidades de una sea su pasado, su partido, su origen o su educación, cualquiera
unión aparente, y que maldicen lo que ellos llaman la guerra que sea su estado de fuerza o debilidad, o su aptitud o incapa-
civil, siempre son los moderados, los reaccionarios, o por lo cidad, posee antes que nada el «derecho de vivir», y que co-
menos, hombres faltos de convicción, de energía y de fe. Son rresponde a la sociedad repartir entre todos, sin excepción, los
los somnolientos, los tibios. (M. BAKUNIN ) medios de subsistencia de los que disponga. ¡Reconocerlo,
proclamarlo y proceder en consecuencia! (P. KROPOTKIN )
Aunque apele al epíteto totalmente inútil de revolucionario, el
sindicalismo no es ni será jamás otra cosa que un movimiento La Internacional acepta en su seno, haciendo abstracción de
legalista y conservador, sin otra meta accesible —si lo es— que todas la diferencias de credos políticos y religiosos, a todos los
el mejoramiento de las condiciones de trabajo. (E. MALATESTA) trabajadores honestos, con la sola condición de que acepten,
en todas sus consecuencias, la solidaridad que exige la lucha de
La libertad de los individuos no es un hecho individual, es un los trabajadores contra el capitalismo burgués explotador del
hecho, un producto colectivo. Ningún hombre podría ser libre trabajo. (M. BAKUNIN )
fuera y sin el concurso de toda la sociedad humana. Los indivi-
dualistas, o los falsos compañeros que han combatido en todos Estos baluartes son aún especialmente fuertes: se llaman Esta-
los congresos de los trabajadores, pretendían, con los moralis- do, Iglesia, Bolsa, policía, ejército, y agreguemos a ellos, esa
tas y los economistas burgueses, que el hombre podía ser libre, gran conspiración internacional y pública, legal, armada, que
podía ser hombre fuera de la sociedad, sosteniendo que la so- se llama diplomacia. (M. BAKUNIN )
ciedad ha sido fundada según un libre contrato por parte de
hombres libres. (M. BAKUNIN ) No tengo sistemas generales; rechazo formalmente su validez.
El sistema de la humanidad no podrá ser conocido más que al
Fue un gran error de J. J. Rousseau el haber pensado que la fin de la humanidad. (P. J. PROUDHON )
sociedad primitiva se había fundado sobre un contrato libre,
contraído entre salvajes. Pero no es sólo J. J. Rousseau el que Si el Pueblo anarquista se encamina, sin vacilaciones, por la
lo afirma. La mayor parte de los juristas y de los publicistas ruta de las expropiaciones, éstas nos conducirán necesaria-
modernos, tanto de la escuela de Kant, como de todas las otras mente a la combinación de la agricultura con la industria, y la
escuelas individualistas y liberales, y que no admiten ni la so- alianza de los campesinos con los obreros, al mismo tiempo.
ciedad fundada sobre el derecho divino de los teólogos, ni la Cuando esto suceda, no será cierto que la carestía provocará la
sociedad, como ha sido descrita por la escuela hegeliana, como ruina. El peligro no es éste; el peligro está en las bajezas del
realización más o menos mítica de la Moral Objetiva, ni la so- espíritu, en los prejuicios y en las medidas tibias. El peligro
ciedad primitivamente animal de los naturalistas, toman no- está donde lo veía Danton cuando exclamaba dirigiéndose a
lens volens, y a falta de otro fundamento, el contrato tácito como Francia: «Audacia, audacia y más audacia». Sobre todo auda-
punto de partida. (M. BAKUNIN ) cia intelectual, a la que seguirá, sin duda, la audacia de la vo-
luntad. (P. KROPOTKIN )

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A menos que se renuncie a la propia humanidad, el hombre gracia de proclamar este principio, significaría detener el desa-
debe conocer y penetrar con su pensamiento todo el mundo rrollo de la humanidad; significaría abandonar, sin resolverlo,
real, y, consciente de que nunca podrá agotarlo, profundizar el inmenso problema social que los siglos pasados nos han plan-
constantemente en los fenómenos y las leyes que los rigen. teado. (P. KROPOTKIN )
Este es el precio que el hombre debe pagar para conocer su
propia naturaleza y su misión en la tierra: su patria y único Lenin dice: «el comunismo es el poder a los soviets más la elec-
escenario, para que pueda en el mundo de la ciega fatalidad trificación», pero el pueblo ha podido comprobar que el comu-
inaugurar su mundo, el mundo de la libertad. (M. BAKUNIN ) nismo bolchevique es el absolutismo de los comisarios más los
fusilamientos. («I ZVESTIA », DE KRONSTADT )
No crean que la Anarquía es un dogma, una doctrina invulne-
rable, indiscutible, venerada por sus partidarios como los mu- En realidad, en Rusia se trata de la dictadura de un partido, o
sulmanes veneran el Corán. Nosotros no somos creyentes, no nos mejor, de los jefes de un partido; es una verdadera dictadura,
inclinamos ante un Reclus ni ante un Kropotkin. (E. HENRY ) con sus decretos, sus sanciones penales, sus agentes ejecutivos
y especialmente con sus fuerzas armadas que hoy sirven para
Al tomar la Anarquía como ideal de organización política, no defender la Revolución contra sus enemigos externos, pero que
hacemos más que formular una tendencia decisiva de la hu- mañana servirán para imponer a los trabajadores la voluntad
manidad. Cada vez que el desarrollo y el progreso de las socie- de los dictadores, para frenar la Revolución, consolidar los nue-
dades europeas lo ha permitido, éstas se han sacudido el yugo vos intereses que se están constituyendo y para defender con-
de la autoridad y han esbozado un sistema basado sobre los tra las masas a una nueva clase privilegiada. Lenin, Trotsky y
principios de la libertad individual; asimismo, observamos en sus compañeros son, en verdad, revolucionarios sinceros, tal
la historia que los períodos posteriores a rebeliones parciales o como definen la Revolución, y no la traicionarán; pero están pre-
generales, que sacudieron la autoridad de los gobiernos, han parando cuadros de gobierno que servirá a los que vendrán
sido épocas de progreso inmediato tanto en el plano económi- después para extraer beneficios de la Revolución y aniquilarla.
co como intelectual. (P. KROPOTKIN ) (E. MALATESTA )

Por lo tanto, de lo que debemos sorprendernos no es de la ac-


ción omnipotente que estas ideas —que expresan la consciencia
colectiva de la sociedad— ejercen sobre la masa de los hombres,
sino, por el contrario, del hecho de que existan en esta masa
individuos que tiene la inteligencia, la voluntad y el coraje de
Esta manera de proceder de la idea a los hechos es precisamente
combatirlas. La presión de la sociedad sobre el individuo es
de la cual se han servido eternamente los idealistas de todas las
realmente inmensa. (M. BAKUNIN )
escuelas, teólogos y metafísicos, y de la cual la historia ha com-
El hombre no crea la sociedad, nace en ella. No nace libre, sino probado su impotencia final. (M. BAKUNIN )
determinado, producto de un contexto social particular, conse-

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tierras a través de expertos asalariados por éste, que dirigirán cuencia de una larga serie de influencias pasadas, de desarro-
grupos de trabajadores rurales, organizados con este fin. Mien- llos y de hechos históricos: lleva consigo el sello del ambiente
tras tanto, contra todos los bancos existentes, establecerá una geográfico, del clima, del tipo étnico, de la clase a la cual perte-
única banca que controlará todo el trabajo y el comercio na- nece, de las condiciones económicas en que se desenvuelve la
cional… para el proletariado sería un régimen de cuartel, en el vida social, y generalmente del lugar, de la ciudad o villa, de la
cual la masa nivelada de trabajadores y trabajadoras se desper- casa, de la familia y del vecindario en el que ha nacido.
taría, se dormiría, trabajaría y viviría al son del tambor. (M. BAKUNIN )
(M. BAKUNIN )
Resulta sorprendente cómo algunas palabras tienen la caracte-
Los colectivistas proclaman un principio revolucionario: la rística de aterrar los espíritus, justamente en un momento en
abolición de la propiedad privada. Y , apenas lo proclaman, lo que esas ideas a las que representan siguen por el mundo; pero
niegan, al mantener una organización de la producción y del siempre y cuando se oculten bajo otro nombre, son aceptadas
consumo que ha surgido de la propiedad privada. tranquilamente. Una de esas palabras es la palabra Anarquía.
(P. KROPOTKIN ) (C. DE PAEPE)

Por medio de nuestra polémica contra los marxistas los hemos La inmensa mayoría de los hombres no piensan, y no desean
inducido a reconocer que la libertad o la Anarquía, es decir, la pensar en forma diferente que el resto de sus semejantes; y éstos
libre organización de las masas trabajadoras desde abajo hacia creen, sin dudar, que quieren y piensan autónomamente, cuan-
arriba, es el objetivo final del desarrollo social y que todo Esta- do en verdad sólo se limitan a repetir en forma servil y pedestre
do, hasta el Estado popular, es un yugo que, por una parte ge- los pensamientos y la voluntad de otros, aportando modifica-
nera el despotismo, y por otro, la esclavitud. ciones imperceptibles o nulas. Este servilismo, esta «rutina»,
inagotable fuente del lugar común, esta ausencia de rebelión en
Ellos dicen que esta dictadura-yugo de Estado es un medio la voluntad y esta carencia de iniciativa en el pensamiento de los
transitorio inevitable para llegar a la emancipación integral del individuos, son las causas principales de la lentitud desoladora
pueblo: Anarquía o libertad: éste es el objetivo; Estado o dicta- del desarrollo histórico de la humanidad. (M BAKUNIN )
dura: éste es el medio. Por lo tanto, para emancipar a las ma-
sas de trabajadores, es necesario ante todo encadenarlas. El hombre se transforma realmente en tal, cuando respeta y
(M. BAKUNIN ) ama la humanidad y la libertad de todos, y cuando su libertad y
su humanidad son respetadas, amadas, reconocidas y creadas
«A cada uno, según su trabajo», dicen los colectivistas; o en por todos. (M. BAKUNIN )
otros términos, a cada uno según esa parte que produzca para
la sociedad. Y se hace hincapié en este principio como el que Esta meta, este ideal, hoy mejor que nunca, puede resumirse
deberá ser puesto en práctica apenas la Revolución socialice en estas palabras. Es el triunfo de la humanidad. Es la conquis-
los instrumentos del trabajo y todo aquello necesario para la ta y el cumplimiento de la plena libertad y del pleno desarrollo
producción. Pues bien, si la Revolución social tuviese la des- material, intelectual y moral de cada uno, a través de la organi-

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zación absolutamente espontánea y libre de la solidaridad eco- Es una gran idea [la de los soviets], pero mientras un país sea
nómica y social más completa posible, entre todos los seres gobernado por la dictadura de un partido, los consejos de obre-
humanos que vivan sobre la tierra. (M. BAKUNIN ) ros y los campesinos, obviamente no tendrán significado alguno.
(P. KROPOTKIN )
Los anarquistas intentan vivir sin Dios y sin patrones, sin jefes
ni directores. A-legal: sin leyes, sin prejuicio. A-moral: sin obli- En su plano de reconstrucción de la sociedad, los colectivistas, en
gaciones y sin moral colectiva. Quieren vivir libremente. En su nuestro criterio, cometen dos errores, Hablan de abolir el sis-
intimidad son siempre asociales, refractarios, los de afuera, tema capitalista, sin embargo, desearían mantener las dos ins-
marginales, inadaptados, disidentes, y si se vieran obligados a tituciones que constituyen el fundamento de este sistema: el
vivir en una sociedad en una sociedad cuya constitución re- gobierno representativo y el asalariado. (P. KROPOTKIN )
pugna a su carácter, se instalarían en ella como extranjeros.
(E. ARMAND) Pienso que Marx es un revolucionario muy serio, aunque no
siempre del todo sincero, y que quiere verdaderamente la su-
Sin embargo, no reconozco autoridad infalible alguna, ni si- blevación de las masas; y me pregunto cómo no percibe que el
quiera en aquellas cuestiones estrictamente especializadas; en establecimiento de una dictadura universal, colectiva o indivi-
consecuencia, por más respeto que sienta por la sinceridad y dual, de una dictadura que desarrolle de alguna manera, la
honestidad de este o aquel individuo, no confío absolutamente tarea de un ingeniero jefe de la Revolución mundial que regule
en ninguno. Esta confianza sería fatal para mi razón, para mi y dirija el movimiento insurreccional de las masas en todos los
libertad y para el éxito de mis planes. Me transformaría en un países como si fuese una máquina, bastaría para matar la Re-
instrumento de la voluntad e intereses de los otros. volución, para paralizar y falsificar todos los movimientos po-
(M. BAKUNIN ) pulares. (M. BAKUNIN )

Todo anarquista perteneciente a cualquier tendencia es, en Por lo tanto, ésta es la regla de nuestra conducta y de nuestros
cierto modo, un individualista. Pero la proposición inversa dista juicios: toda doctrina que tienda secretamente a la prepotencia
mucho de ser idéntica, pues no todo individualista es un anar- y a la inmutabilidad, que intente proporcionar la fórmula defi-
quista. (E. MALATESTA ) nitiva de la libertad y de la razón, que oculte entre los pliegues
de su dialéctica la exclusión y la intolerancia, no puede ser más
¿Queréis saber hasta qué punto nosotros amamos todas las que mentirosa y perjudicial. (P. J. PROUDHON )
bellas y grandes cosas, cuyo conocimiento y amor vosotros
rechazáis? Sabed entonces que las amamos tanto que estamos Esta Revolución marxista consistirá en la expropiación, sea
cansados y asqueados de verlas eternamente suspendidas en gradual o violenta, de los propietarios y de los actuales capita-
vuestro cielo, que lo ha robado a la tierra; como tantos símbo- listas y en la apropiación de todas las tierras y de todo el capi-
los y promesas imposibles de realizar. No nos contentamos ya tal por parte del Estado, que, para poder llevar a cabo su gran
con la ficción de las cosas, queremos la realidad. (M. BAKUNIN ) misión económica y política deberá ser necesariamente muy
fuerte y concentrado. El Estado administrará el cultivo de las

13 110
Los comunistas, en mi criterio, tienen una sola culpa: llevan un ¿Qué entendemos por respeto humano? Es el reconocimiento
nombre al que el mundo se obstina en atribuir ideas y proyec- de la dignidad humana en todo hombre, cualquiera que sea su
tos que ellos en realidad rechazan. (P. J. PROUDHON ) raza, su color, el grado de desarrollo de su inteligencia y de su
moralidad. (M. BAKUNIN )
Si echamos una mirada retrospectiva a la historia nos conven-
ceremos de que en todas las épocas y en todos los países, cuando Se puede ser católico, liberal, radical, socialista, hasta sindica-
ha habido desarrollo y exuberancia de vida, de pensamiento, de lista, sin que se produzca ningún cambio en la propia existen-
acción creadora y libre, es que primero ha habido disentimien- cia… Por el contrario, la Anarquía obliga, ante todo, a conciliar
to, lucha intelectual y social, lucha de partidos políticos, y que perfectamente palabra y acción. Exige un total cambio en el mo-
precisamente en el seno de estas luchas y gracias a ellas, las do de ser. (V. SERGE)
naciones han sido más felices y más poderosas en el sentido
humano del término. (M. BAKUNIN ) Los trabajadores son la verdadera juventud de la humanidad.
Llevan en sí mismos el porvenir. (M. BAKUNIN )
¡Un Estado, un gobierno, una dictadura universal! ¡Los sueños
de Gregorio V II , de Bonifacio V III , de Carlos V y de los Napo- Hoy, solamente el proletariado posee un ideal positivo hacia el
león se vuelven a plantear bajo nuevas formas, pero siempre cual se inclina la pasión de su ser, todavía virgen. Ellos tienen
con las mismas pretensiones, en el campo de la democracia ante sí una estrella, un sol que los ilumina, que los conmueve
socialista! ¿Acaso es posible imaginar algo más ridículo y al interiormente al menos en su imaginación, en su fe, y que les
mismo tiempo más repugnante? muestra con claridad nítida el camino que deben seguir. Mien-
Pretender que un grupo de individuos, hasta los más inteli- tras todas las clases privilegiadas dicen estar iluminadas, se en-
gentes y mejor intencionados, estén en condiciones de conver- cuentran inmersas en una oscuridad desoladora, espantosa.
tirse en el pensamiento, en el alma, la voluntad dirigente y uni- (M. BAKUNIN )
ficadora del movimiento revolucionario y de la organización
económica del proletariado de todos los países, es una herejía Estamos cansados de todas las simulaciones, ya sean religiosas
contra el sentido común y la experiencia histórica, que uno se o políticas. El pueblo está cansado de nutrirse de fantasmas y de
pregunta con estupor cómo un hombre inteligente como Marx fábulas. Esta comida ya no alimenta. La Internacional no re-
pudo pensar así. (M. BAKUNIN ) chaza la política en general. Se ha visto obligada a ocuparse de
la lucha contra la clase burguesa. El rechazo, por lo tanto, es
No sabemos si en la próxima Revolución, la Anarquía y el so- hacia la política burguesa. (M. BAKUNIN )
cialismo triunfarán; pero es verdad que si se adoptan los pro-
gramas llamados de transición, será porque, por esta vez, he- No se trata de mejorar algunas instituciones del pasado y adap-
mos sido vencidos y no porque hemos creído útil dejar intacta tarlas a un nuevo tipo de sociedad. Por el contrario, se trata de
una parte del sistema bajo el cual gime la humanidad. eliminarlas. Es decir, la supresión integral del gobierno, del
(E. MALATESTA ) ejército, de los tribunales, de la iglesia, de la escuela, de la ban-
ca y de todo aquello vinculado a las mismas. (J. G UILLAUME)

109 14
El orden y el ascenso jerárquico no existen, de modo que quien Nunca he creído que, aún en las circunstancias más favorables,
ayer dirigía puede hoy convertirse en un subalterno. Nadie se los obreros pudieran llegar a tener el poder de imponerles la
coloca por encima de los otros, y si lo hace es para volver a caer comunidad o la colectividad; y nunca lo he considerado —porque
un instante después, como las olas en el mar, que vuelven siem- aborrezco todo sistema impuesto, porque amo sincera y apa-
pre al lugar de partida. (M. BAKUNIN ) sionadamente la libertad—. Esta falsa idea y esta esperanza
liberticida constituyen la aberración fundamental del comu-
Sólo la Anarquía hará consciente al hombre, porque sólo la Anar- nismo autoritario que, en la medida en que necesita de la vio-
quía lo hará libre. (L. MICHEL) lencia regularmente organizada, tiene necesidad del Estado, y
porque tiene necesidad del Estado, apunta necesariamente a la
El poder se debe fundar sobre la colectividad, convirtiéndose reconstitución del principio de la autoridad y de una clase pri-
así en la expresión sincera de la libertad de cada uno, en la reali- vilegiada del Estado. (M. BAKUNIN )
zación seria y fiel de la voluntad de todos; en que cada uno
obedece sólo porque el actual jefe no hace otra cosa que lo que «Dado que hay gente —una pequeña minoría— que no quiere
el pueblo quiere: he aquí la disciplina realmente humana, la dis- someterse a las leyes de la sociedad —afirman los otros autori-
ciplina necesaria para la organización de la libertad. tarios— es necesario mantener el Estado, por más costoso que
(M. BAKUNIN ) sea, y aunque estas instituciones, como los tribunales y las pri-
siones, se conviertan en sí mismas en una fuente de nuevos
El socialista… ama la vida y quiere disfrutarla plenamente. Dado males de toda especie».
que sus convicciones forman parte de él y sus deberes para con De ese modo, sólo nos limitaremos a responder lo que he-
la sociedad están indisolublemente ligados a sus derechos. Para mos repetido tantas veces a propósito de la autoridad en gene-
seguir siendo fieles los unos a los otros, éste sabrá vivir según ral: «Para evitar un posible mal, vosotros habéis recurrido a un
la justicia, como lo hizo Proudhon, y eventualmente morir co- medio que es, en sí mismo, el peor de los males y que se con-
mo Babeuf, pero jamás dirá que la vida de la humanidad debe vierte en la fuente de esos mismos abusos que queréis reme-
ser un sacrificio o que la muerte es el destino más dulce. diar. No hay que olvidar que el sistema capitalista actual, ha
(M. BAKUNIN ) sido creado justamente por el asalariado que puede definirse
así: imposibilidad de vivir si no vendiendo la fuerza de trabajo.
Creo que en vez de apelar a las habladurías y a los periódicos,
(P. KROPOTKIN )
es mejor actuar y actuaré con todas mis fuerzas, a costa de cual-
quier sacrificio. Si luego nuestra acción no fuera reconocida ni ¿Con qué derecho los obreros impondrán a los campesinos una
aun por los compañeros italianos, entonces iré a Suiza y luego forma cualquiera de gobierno o de organización económica? Con
a Francia para luchar por mi causa junto a aquellos compañe- el derecho de la Revolución, se afirma. Pero la Revolución deja
ros. ¡Siempre adelante! Y si Europa estuviera totalmente co- de ser Revolución cuando opera despóticamente y cuando en
rrompida iré a América, siempre intransigente y siempre fiel a lugar de dar libertad a las masas, provoca la reacción en su seno.
mi santa bandera. (E. CASTELLANI) (M. BAKUNIN )

15 108
Se comprende cómo Engels, surgido de esa misma lógica, en una Libertad ilimitada a todo tipo de propaganda, mediante la pa-
carta dirigida a nuestro amigo [Carlo Cafiero] en el curso de este labra, a través de la imprenta y las reuniones públicas o priva-
año, haya podido decir sin la mínima ironía, más aún con mu- das, sin otro freno a esta libertad que no sea la propia y salu-
cha seriedad, que tanto Bismark como Vittorio Emanuele han dable fuerza natural de la opinión pública. Libertad absoluta
hecho inmensos servicios a la Revolución, por haber creado una de asociación, comprendiendo a aquellos que son o parecen
gran centralización política en sus respectivos países… inmorales por sus fines y también para aquellos cuya meta sea
(M. BAKUNIN ) la corrupción o la supresión de la libertad individual y pública.
(M. BAKUNIN )
El efecto fue tan formidable en todas partes, que los propios
marxistas, cuyas ideas fueron sacudidas por esta insurrección Anarquía: ausencia de patrones, de soberanos. Esta es la forma
[de la Comuna], se vieron obligados a sacarse el sombrero frente de gobierno a la cual cada día nos acercamos más.
a ella. Aún más: contra la lógica más simple y contra sus ver- (P. J. PROUDHON )
daderos sentimientos, proclamaron que su programa y sus
fines eran los mismos. Ese hecho constituyó una suerte de dis- Cada país, cada nación, cada pueblo pequeño o grande, débil o
fraz verdaderamente ridículo, pero forzado. Se vieron obliga- fuerte, cada región, cada provincia, cada comuna, tienen el ab-
dos a hacerlo, y se hubieran visto superados y abandonados soluto derecho de disponer de su destino; de determinar su
por todos, tanta fue la pasión provocada por esta Revolución, propia existencia y de elegir sus propias alianzas, de unirse y
si no hubiesen actuado así. (M. BAKUNIN ) separarse cuando quieran y según sus necesidades políticas,
económicas o estratégicas de los Estados. La unión de las par-
No debemos preocuparnos por combatir las objeciones que bro- tes en un todo para que sea verdadera, fecunda y fuerte, debe ser
tan del comunismo autoritario; nosotros mismos las remove- absolutamente libre. Esa unión debe resultar únicamente de
remos. Las naciones civilizadas a menudo han sufrido en la las necesidades locales internas o de la conveniencia y necesi-
lucha que debía conducir a la emancipación del individuo para dades de las cuales sólo las partes son juez. (M. BAKUNIN )
poder renegar de su pasado y tolerar un gobierno que vendría
a imponerse hasta en los más mínimos detalles de la vida del
ciudadano, cuando hasta este gobierno no tuviese otro fin que
el bien de la comunidad. Si alguna vez llegase a construirse una
sociedad comunista autoritaria, no podría durar, y pronto se
vería obligada, por el descontento general, o a disolverse o a
reorganizarse según los principios de la libertad. (P. KROPOTKIN)

Es muy posible que Marx pueda edificar teóricamente un sis-


tema aún más racional que el de Proudhon sobre la libertad:
pero carece del instinto de Proudhon,… es, de los pies a la ca-
beza, un comunista autoritario. (M. BAKUNIN )

107 16
Marx tiene una calidad y una capacidad de pensamiento y de
acción extremadamente positivas, y muy bastas que, en mi
El Estado no es la patria; es la abstracción, la ficción metafísi- criterio, podría haberle ahorrado el trabajo de recurrir a los
ca, mística, política, jurídica, de la patria. Las masas populares miserables medios de la vanidad.
de todos los países aman profundamente su patria; pero es un También tiene el defecto de todos los sabios de profesión: es
amor natural, real; el patriotismo del pueblo no es una idea, es dogmático. Cree absolutamente en sus teorías y desde lo alto
un hecho; pero el patriotismo político, el amor al Estado, no es de las mismas desdeña todas las demás. (M. BAKUNIN )
la expresión justa de este hecho. Es más bien una expresión des-
naturalizada por medio de una abstracción mentirosa, y siem- ¡Por Dios! Hemos destruido todos los dogmatismos a priori y
pre en beneficio de una minoría que la usufructúa. ahora ¿deberemos adoctrinar al pueblo?... Por el simple hecho
(M. BAKUNIN ) de que estamos a la cabeza del movimiento, no por eso debemos
hacernos cargo de otra intolerancia, no tomemos la expresión
Cierto, la idea de una sociedad sin Estado suscitará la misma de otra religión, ya se trate de la religión de la lógica, la religión
inquietud que pensar en una economía política de una socie- de la razón. (P. J. PROUDHON )
dad sin capital privado. Todos, más o menos, hemos sido cria-
dos nutriéndonos del prejuicio sobre la función providencial Pero el nuestro, no es el comunismo de los falansterios, ni el de
del Estado. Toda nuestra educación, desde la enseñanza de las los teóricos autoritarios alemanes. Es el comunismo anarquista,
tradiciones romanas hasta el código bizantino —que se estudia el comunismo sin gobierno, el de los hombres libres. Es la sín-
bajo el nombre de Derecho Romano— y las diversas ciencias tesis de dos fines hacia los cuales se dirige la humanidad a tra-
estudiadas en la Universidad, nos han habituado a creer en el vés de los tiempos: la libertad económica y la libertad política.
gobierno y en la virtud de un Estado-Providencia. (P. KROPOTKIN )
(P. KROPOTKIN )
El colectivismo, como es sabido, produce importantes modifi-
La rebelión contra la influencia natural de la sociedad es mucho caciones en este régimen, pero no por esto destruye el asala-
más difícil para el individuo que la rebelión contra la sociedad riado. En realidad, la diferencia es sólo la siguiente: que el Es-
organizada, contra el Estado, por cuanto la tiranía social, aun- tado, o sea, el gobierno representativo, nacional o comunal,
que tramposa y funesta, no presenta los caracteres de violencia toma el lugar del patrón. Son los representantes de la nación o
compulsiva de despotismo legalizado y formal que distingue a de la ciudad, sus funcionarios, que se convierten en adminis-
la autoridad del Estado. No se presenta como una ley a la cual tradores de la industria. Son los que se reservan el derecho de
uno es sometido y cuya violación provoca una sanción jurídica. emplear, en función de los intereses de todos, la plusvalía de la
(M. BAKUNIN ) producción. (P. KROPOTKIN )

17 106
podremos poder demostrar con los hechos cómo se debe traba- No vacilaré en decir que el Estado es un Mal, pero un mal his-
jar para movilizar a los compañeros somnolientos. tóricamente necesario, tan necesario en el pasado como con-
(E. CASTELLANI) denado a su completa extinción tarde o temprano. Tan necesa-
rio como lo ha sido la bestialidad primitiva y las divagaciones
Por lo tanto para llegar al corazón y conquistar la confianza, el teológicas de los hombres. El Estado no es la sociedad, es sólo
consenso, la atención, la cooperación del proletariado… es ne- una forma histórica tan brutal como abstracta. (M. BAKUNIN )
cesario comenzar a hablarle, no de los males generales del pro-
letariado internacional en su conjunto, ni de las causas genera- Una sociedad basada sobre la esclavitud puede adaptarse a una
les que los generan, sino de sus males particulares, cotidianos, monarquía absoluta, una sociedad basada en el asalariado y en
totalmente privados. (M. BAKUNIN ) la explotación de las masas es adaptable al parlamentarismo.
Pero una sociedad libre, que regresa a la posesión de la común
Trabajarás seis días a la semana, y al séptimo santificarás las herencia, deberá buscar en el libre agrupamiento, en la libre fe-
fiestas instruyéndote la mente y educándote el corazón, porque deración de grupos, una nueva organización, la cual corres-
el pueblo instruido siempre es poderoso y respetado; el hom- ponderá a la nueva fase económica de la historia. A cada fase
bre educado es siempre honesto y moral. económica corresponde su fase política, y será imposible gol-
(DECÁLOGO DE LOS CAMPESINOS DE MANTUA ) pear la propiedad si contemporáneamente no se encuentra una
nueva Política. (P. KROPOTKIN )
Sobre todo, debemos dirigirnos a las masas en nombre de su
emancipación económica, no de la Revolución política; en El Estado es una institución histórica transitoria, una forma
nombre de sus intereses materiales en primer lugar, para lle- pasajera de la sociedad. (M. BAKUNIN )
gar luego a sus intereses morales, ya que los segundos, en tan-
to intereses colectivos, siempre son la expresión y la conse- La Revolución es mucho más fácil contra el Estado, porque allí,
cuencia lógica de los primeros. (M. BAKUNIN ) en su misma naturaleza, hay algo que provoca la revolución. El
Estado es la autoridad, la fuerza, la ostentación y la infatuación
Por lo más selecto del proletariado, quiero decir sobre todo, la de la fuerza. No se insinúa, no busca convertir; cada vez queactúa
gran masa, esos millones de no civilizados, de desheredados, de lo hace malamente. Su naturaleza es la de imponer, de forzar,
miserables y de analfabetos que Engels y Marx pretenden so- no la de persuadir. (M. BAKUNIN )
meter al régimen paternalista de un gobierno muy autoritario.
(M. BAKUNIN ) La literatura, la ciencia y el arte deberán estar en manos de
voluntades apasionadas. Sólo de esta manera podrán liberarse
¡Trabajadores, organizaos, moralizaos y en su momento, reve- del juego del Estado, del Capital y de la mediocridad burguesa
laos! (DECÁLOGO DE LOS CAMPESINOS DE MANTUA ) que las sofocan. (P. KROPOTKIN )

La democracia debe ser entendida en el sentido de demo-peda- Lo que nosotros queremos es la abolición de las influencias
gogía: educación del pueblo. (P. J. PROUDHON ) artificiales, privilegiadas, legales, oficiales. Si la Iglesia y el Esta-
do fuesen instituciones privadas, también nos opondríamos a
105 18
ellas sin duda alguna, pero no cuestionaríamos su derecho a A fin de que todos los miembros de la Internacional puedan
existir. En cambio, protestamos contra ellas porque siendo, sin ejecutar en forma consciente su doble deber de propagandistas
duda, instituciones privadas —en el sentido de que existen en y de jefes naturales de las masas en la Revolución, es preciso que
función de los intereses particulares de las clases privilegia- cada uno de ellos esté penetrado en lo posible por esta ciencia,
das— no renuncian por ello a servirse de las fuerzas colectivas por esta filosofía y por esta política. (M. BAKUNIN )
de las masas organizadas, con el solo objetivo de imponerse a
las mismas de manera autoritaria, oficial y violenta. El sabio que es sólo sabio, es una inteligencia aislada, mutila-
(M. BAKUNIN ) da. Se puede decir que bajo este punto de vista, la inteligencia
del obrero no está solamente en su cabeza; está también en su
La vida social… se funda, como es sabido, sobre el culto divino mano (P. J. PROUDHON )
y no sobre el respeto humano; sobre el privilegio y no sobre la
igualdad; sobre la explotación y no sobre la fraternidad de los Todo ello es, sin duda, muy bello y muy justo, pero, si los obre-
hombres; sobre la iniquidad y sobre la mentira, sobre la justi- ros de la Internacional se cierran a este tipo de verdad, sin pro-
cia y la verdad. (M. BAKUNIN ) fundizar las condiciones, las consecuencias y el espíritu, y se
conforman con repetir siempre y siempre en esta forma gene-
El propietario, el Estado y el banquero, por medio de la renta, ral, corren el riesgo de convertir a las palabras vacías y estéri-
desvalijan al agricultor. La suma varía según el país, pero nun- les en lugares comunes sin sentido. (M. BAKUNIN )
ca es inferior a un cuarto del producto bruto. En Francia, la
agricultura entrega al Estado el 44 por 100 de dicho producto. Me gustan tanto esos buenos socialistas burgueses que nos gri-
(P. KROPOTKIN ) tan siempre: «Primero instruyamos al pueblo y luego emanci-
pémoslo». Nosotros decimos lo contrario; que primero se eman-
¿Qué es el Estado? Si contestan los filósofos o los doctores en cipe y se instruirá por sí solo… Vosotros dejáis que el trabajo
Derecho, dirán que es la cosa pública, los intereses y el bien cotidiano y la miseria lo destruyan y le decís: «¡Instruiros!»
colectivo y el derecho de todos, opuestos a la acción disolvente (M. BAKUNIN )
de los intereses y de las pasiones egoístas de algunos. Es la
justicia y la personificación de la moral y de la virtud sobre la Con la organización coadyuvaréis a vuestra educación intelec-
Tierra. Es consecuencia, no hay nada más útil ni más sublime, tual, imposible de obtenerse mientras perduren las actuales
ni más alto deber para el individuo, que entregarse, que sacri- condiciones; coadyuvaréis en el desarrollo de todas vuestras
ficarse y si es necesario morir por la grandeza del Estado. Esto facultades y actividades, aprendiendo lo que significa ser libres,
es en pocas palabras toda la teología del Estado. Veremos hora vivir y trabajar libremente.
si esta teología política, del mismo modo que la teología reli- (ASOCIACIÓN DE JORNALEROS DE FORLÌ)
giosa, no esconde bajo su apariencia bellísima y poética una
realidad común e inmunda. (M. BAKUNIN ) Abandonamos el periodismo para dedicarnos en alma y cuerpo
a la agitación revolucionaria entre los campesinos, y si nuestras
esperanzas no se frustran, creemos que para el próximo julio

19 104
monstruosas, no por ello está menos presente en él, como fa- Los anarquistas intentamos enseñar al pueblo a ignorar al go-
cultad, siempre viva mientras viva, la posibilidad de alcanzar la bierno, así como ya ha empezado a ignorar a Dios.
conciencia de su humanidad, apenas se realice un cambio radi- (U N GRUPO DE ANARQUISTAS AL TRIBUNAL DE LYON )
cal en las condiciones sociales que lo han convertido en lo que
es. (M. BAKUNIN ) Un contrato tácito, es decir, un contrato sin palabras y, por lo
tanto, sin pensamiento ni voluntad:
La ciencia nunca llegará a su último término ni dirá su última —Una complicación sin sentido. Una absurda ficción o, lo que
palabra. ¿Debemos desesperarnos por ello? Al contrario, si la es peor, un maldita ficción; una indigna mentira, Porque su-
tarea estuviese limitada, pronto se enfriaría el espíritu del hom- pone que desde el momento en que no tengo capacidad de vo-
bre, que de una vez por todas, cualquier cosa que diga o haga, luntad, no la tengo de pensamiento, ni de palabra.
nunca es tan feliz como cuando puede quebrar o superar un obs- —Porque me encuentro atrapado, sin poder protestar, yo hu-
táculo. (M. BAKUNIN ) biera podido consentir, por mí mismo y por toda mi descen-
dencia, en una esclavitud eterna. (M. BAKUNIN )
No es que el saber deba ser inculcado, es la personalidad la que
debe llevar a su propia realización plena. (M. STIRNER) Examinemos la cuestión más detenidamente. ¿Qué represen-
ta? La suma de las negaciones de las libertades individuales de
La cultura universal de la escuela debe tender al aprendizaje de todos sus miembros; o bien la suma de los sacrificios que ha-
la libertad, no de la sumisión; ser libres, he aquí el verdadero cen todos sus miembros al renunciar a una parte de su libertad
camino. (M. STIRNER) en beneficio del bien común… Por lo tanto, donde comienza el
Estado termina la libertad individual, y viceversa. (M. BAKUNIN)
Dotado de su formidable poder de abstracción, él (el hombre)
no reconoce y no reconocerá nunca límite alguno a su curiosi- Anarquía, en nuestros días, significa el ataque, la guerra a toda
dad imperiosa, apasionada, ávida de saberlo todo, abrazarlo todo. autoridad, a todo poder, a todo Estado. En la sociedad futura, la
(M. BAKUNIN ) Anarquía será la defensa, el impedimento a todo intento de
restablecimiento de cualquier autoridad, de cualquier poder de
Para revolucionar las condiciones obreras, es necesario co- cualquier Estado. (C. CAFIERO)
menzar destacando el valor de los obreros en forma individual,
por medio de la educación. Fuera de allí no hay salvación. Nosotros no queremos ser gobernados. ¿Acaso no es cierto que
(P. J. PROUDHON ) precisamente por esta razón declaramos que no deseamos go-
bernar a nadie? Nosotros no queremos ser engañados, tenemos
«La emancipación de los trabajadores debe ser obra de los tra- la pretensión de que se nos diga la verdad. ¿Acaso no es cierto
bajadores mismos», dice el preámbulo de nuestros estatutos que precisamente por esta razón nos empeñamos siempre en
generales. Y hay mil razones para afirmarlo. Constituye la base decir la verdad, nada más que la verdad y toda la verdad?
fundamental de nuestra gran Asociación. (M. BAKUNIN ) (P. KROPOTKIN )

103 20
Dicen que el Estado, en su carácter de representante del bien La verdadera tarea de los revolucionarios consiste en llenar de
público y de los comunes intereses de todos, toma una parte de ideas la cabeza de los individuos. (J. G RAVE)
la libertad de cada uno, solamente para poder asegurar el pleno
ejercicio de la libertad que resta, pero precisamente aquello que Debemos, por lo tanto, meternos en la cabeza que la tarea su-
queda, si se quiere, es la seguridad, nunca la libertad, y ésta no prema del hombre no es ni la instrucción, ni la civilización; por
es divisible, no se puede tomar una parte sin negarla en su to- el contrario, es la libre creatividad. (M. STIRNER)
talidad. Esa pequeña parte que se le ha arrebatado es la esencia
misma de mi libertad y constituye el todo. (M. BAKUNIN ) Para nosotros, materialistas o realistas, que no creemos en la
inmortalidad del alma ni en el libre arbitrio, esta lentitud, por
Tengamos siempre presente la maldita función del Estado que más que desesperante, aparece como un hecho natural. Par-
absorbe y concentra, destruyendo la colectividad natural de un tiendo de la condición de gorila, el hombre no llega sino muy
pueblo, adjudicándose la representatividad del mismo. Como difícilmente a la conciencia de su humanidad y a la realización
Saturno, que representaba a su hijo mientras se lo devoraba. de su libertad. En el origen, no puede haber esta conciencia, ni
(M. BAKUNIN ) esta libertad. (M. BAKUNIN )

Es sólo a través de la audacia, enemiga de toda regla y de toda ¿No advierten entonces que con sus métodos de enseñanza,
disciplina, como el Estado puede ser derrotado. (M. STIRNER) elaborados por un ministerio para ocho millones de escolares,
que representan ocho millones de capacidades diferentes, no
Toda teoría consecuente y sincera del Estado, se funda esen- hacen más que imponer un sistema bueno para la mediocri-
cialmente en el principio de Autoridad, es decir, en una idea de dad, imaginado por un término medio mediocre? ¡Sus escuelas
elaboración teológica, metafísica, política, mientras el pueblo, se convierten en una universidad de la holgazanería de la mis-
siempre incapaz de gobernarse, deberá sufrir eternamente el ma manera que sus prisiones no son más que la universidad
yugo benefactor de una sabiduría y de una injusticia que, de un del delito! Liberen entonces la escuela, supriman los grados
modo u otro, será siempre impuesta desde lo alto. universitarios, llamen a los voluntarios de la enseñanza, em-
(M. BAKUNIN ) piecen desde aquí en lugar de promulgar leyes contra la pere-
za, leyes que no harán sino consolidarla. (P. KROPOTKIN )
El Estado es la autoridad, el dominio y la fuerza organizada de
las clases propietarias, que se dicen iluminadas, sobre las ma- Si es una especie de animal feroz, o, como sucede a veces, peor
sas. Esto garantiza siempre: en unos la riqueza, en otros la mi- que una bestia, ¿reconocer en él un carácter humano no sería
seria. En unos la libertad fundada en la propiedad, en otros la una ficción? No, porque cualquiera que sea su degradación inte-
esclavitud, consecuencia fatal de su miseria. (M. BAKUNIN ) lectual y moral en el presente, si no es orgánicamente ni un loco,
ni un idiota, en cuyo caso sería necesario tratarlo no como un
Los hombres de Dios y los hombres del Estado no consideran criminal, sino como un enfermo, si está en plena posesión de
nuestra existencia sino como un material que debe servir a su sus sentidos y de la inteligencia que la naturaleza le ha otorgado,
causa y al empleo para el cual nos tienen reservados. su carácter humano, aún en medio de las desviaciones más
(P. V. BERTHIER)
21 102
En el futuro veo que se avecinan dos genios del mal, dos «boas
constrictor» que tienen por finalidad devorar todo lo que la
historia ha producido de humano y de bello. Se llaman Iglesia
Es verdad que los campesinos franceses son perfectamente ig- y Estado, Papado e Imperio. Rivales eternos y aliados insepa-
norantes. Pero es culpa de ustedes. ¿Se ha pensado alguna vez rables, los veo reconciliarse, abrazarse, y devorar, sofocar, hu-
en darles instrucción? ¿Es ésta una razón para despreciarlos y millar, juntos, a la desgraciada y hermosa Italia, condenándola
maltratarlos? (M. BAKUNIN ) a tres siglos de muerte. Ahora bien, yo encuentro que todo esto
es muy natural, lógico e inevitable, aunque abominable, y mal-
Declaro que, tanto en las relaciones internacionales como en
digo al Papa y al emperador. (M. BAKUNIN )
las relaciones entre las distintas clases, siempre estaré de parte
de aquellos a quienes se deseará civilizar con este procedimiento. En vez de preocuparse por la libertad y la igualdad económica,
Me sublevaré con ellos contra todos estos civilizadores arro- la Revolución, con beneficio de inventario, nos ha legado como
gantes, se llamen obreros o alemanes, y al rebelarme contra herencia el principio de autoridad y de subordinación política.
ellos, serviré a la Revolución contra la reacción. (M. BAKUNIN ) La República, en vez de fundar la sociedad, ha pensado sólo en
el gobierno. (P. J. PROUDHON )
Un día le pregunté a Mazzini cuáles eran las medidas que de-
bían adoptarse para la emancipación del pueblo, una vez defi- Ha llegado el momento de decir de una vez por todas y de ad-
nitivamente establecida su triunfante república unitaria. «La mitir como cierto este axioma político: un gobierno jamás po-
primera medida —me dijo— será la fundación de escuelas para drá ser verdaderamente revolucionario. (P. KROPOTKIN )
el pueblo». «¿Y qué se enseñará al pueblo en estas escuelas?»
«Los deberes del hombre, el sacrificio, la dedicación». ¿Pero Imaginaos una academia de sabios compuesta por los repre-
dónde encontrar un número suficiente de profesores para en- sentantes más ilustres de la ciencia: suponed que esta acade-
señar estas cosas, que ninguno tiene el derecho, ni la capacidad mia es la encargada de la legislación, de la organización de la
de enseñar, si no es con el ejemplo? (M. BAKUNIN ) sociedad y que inspirada en el puro amor a la verdad, dicta una
legislación conforme al más moderno avance científico. Enton-
Nosotros no somos los preceptores, sino exclusivamente los pre- ces, yo afirmo que esta legislación y esta organización, por es-
cursores del pueblo; nuestra única tarea es la de abrirle el ca- tas mismas razones, son una monstruosidad. (M. BAKUNIN )
mino. (M. BAKUNIN )
Donde comienza el Estado termina la libertad del individuo, y
La educación sigue siendo el privilegio de ínfimas minorías. viceversa. (M. BAKUNIN )
¿Cómo se puede hablar de educación, cuando el hijo del obrero
se ve obligado a os trece años a descender con él a la mina, o La Burguesía explotadora de toda virtud y toda gracia, no pudo
ayudarlo en la fábrica? ¿Cómo se puede hablar de estudios al fundar su derecho más que en un solo argumento: la potencia
obrero que regresa a casa cansado por una jornada de trabajo muy real pero muy prosaica del dinero. Es la cínica negación
forzado, que no logra sino embrutecerlo? (P. KROPOTKIN ) de todas las virtudes. Si tienes dinero, aunque seas un canalla o
un cretino, posees todos los derechos. Si no lo tienes, puedes
101 22
tener muchos méritos personales, pero de nada valen. He aquí, Cada vez que el hombre ha querido apartarse de su animali-
en toda su real dimensión, el principio fundamental de la bur- dad, se ha convertido en el hazmerreír y en el esclavo, y no
guesía. Se comprende cómo un argumento tal, aunque podero- pocas veces, en el hipócrita servidor. (M. BAKUNIN )
so, no basta para fundar y consolidar el poder burgués.
(M. BAKUNIN ) Los celos constituyen una monopolización morbosa de los ór-
ganos sexuales, táctiles, de la piel y del sentimiento de un ser
La Comuna se proclamó federalista, y sin negar la unidad na- humano con respecto a otro. Tienen en sí el germen del esta-
cional de Francia, que es un hecho natural y social, negó va- tismo, del patriotismo, del capitalismo. (E. ARMAND)
lientemente al Estado que se basa en la unidad violenta y arti-
ficial. (M. BAKUNIN ) Los anarquistas sostienen que la homosexualidad y todas las
anomalías sexuales importan exclusivamente a los propios in-
Prohibido reunirse, prohibido publicar, prohibido leer. Obliga- teresados. Naturalmente, como para todas las experiencias de
ción de respetar a los representantes y a los funcionarios sur- tipo sentimental, genético, erótico, lo importante es que no se
gidos de la urna o que la voluntad arbitraria del Estado te han produzca ni violencia, ni engaño, ni fraude, ni comercio.
asignado, obligación de acatar las leyes que la sabiduría ha (E. ARMAND)
creado para ti, obligación de pagar los impuestos. Amar al go-
bierno, tu dios y señor, con todo tu corazón, con toda tu alma y El amor esclavo es la única forma de amor que puede conocer-
con toda tu mente; que el gobierno sabe mejor que tú quién se en las sociedades autoritarias. (E. ARMAND)
eres, cuánto vales y qué debes hacer, y tiene el poder de casti-
gar si se desobedecen sus órdenes, pero podrá recompensar hasta En el curso de mis conversaciones respecto de la sexualidad y
la cuarta generación a quienes lo han acatado de buen grado. algunos argumentos relacionados con ella, a menudo me ha
(P. J. PROUDHON ) ocurrido que se me ha objetado que eran todas cuestiones a
plantear después de la Revolución, o tal vez, en el reino de la
El Estado se propone sacar partido de mí, es decir, explotarme, felicidad universal. Dichas respuestas me han entristecido,
robarme, hacerme su sirviente, y generando una clase proleta- justamente porque provenían de extremistas. (E. ARMAND)
ria, hacer de mí una criatura que le pertenezca. (M. STIRNER)
La mayor parte de las mujeres no son sino prostitutas, putas
Sabedlo bien: el campesino odia todos los gobiernos. Los sopor- «honestas», las que sin placer y sin deseo, ejecutan sus «debe-
ta por prudencia; paga sus impuestos regularmente y consiente res conyugales». (A. MAHÉ)
que lleven a sus hijos para convertirlos en soldados, porque no
sabe cómo comportarse de otra manera, y no apoya ningún Sé muy bien que la mayor parte de las mujeres no sienten nin-
cambio porque está íntimamente persuadido de que todos los gún deseo de ir a ofrecer su cuerpo al transeúnte ansioso. Pero
gobiernos son iguales; y que el próximo, cualquiera que sea su tal vez, ¿no es acaso prostituir el cerebro de los niños enseñar-
nombre, no será mejor que el anterior. Además, desea evitar los les cosas que se saben falsas, escribir libros, artículos, no por la
riesgos y el precio de un cambio inútil. (M. BAKUNIN ) alegría de difundir ideas, sino para ganar dinero? (A. MAHÉ)

23 100
Igualar los derechos de la mujer —políticos y también socio- De esta manera, el Derecho Hereditario, después de haber sido
económicos— con los del hombre. (M. BAKUNIN ) la consecuencia lógica de la apropiación violenta de las rique-
zas naturales y sociales, se ha convertido en base del Estado
Abolir, no, por supuesto, la familia natural, sino la familia le- político y de la familia jurídica, que garantiza y sanciona la
gal, fundada sobre el derecho civil y sobre la propiedad. El propiedad individual. (M. BAKUNIN )
matrimonio, religioso o civil, debe ser sustituido por el matri-
monio libre. Dos individuos adultos y de distinto sexo tienen el Que una sociedad —un Estado, por ejemplo— limite mi liber-
derecho de unirse y separarse según su voluntad, sus intereses tad, no me preocupa. Si fuera el jefe de todas las Rusias no
recíprocos y sus necesidades interiores, sin que ningún dere- podría gozar de una libertad absoluta. Mi individualidad no
cho por parte de la sociedad pueda impedir su unión o mante- debe ser tocada. El hecho es que la misma se ha transformado
nerla contra su voluntad. (M. BAKUNIN ) en el blanco de la sociedad que intenta someterla a su poder.
(M. STIRNER)
El falansterio, que no es otra cosa, en realidad, que una inmen-
sa posada, puede satisfacer a alguien, o a todos, en un cierto Quien dice Estado, dice necesariamente guerra. El Estado está
período de la vida, pero la gran masa prefiere la vida en familia obligado a esforzarse para ser el más fuerte, más fuerte que sus
(la familia del porvenir, se entiende). Prefiere el apartamento estados vecinos, si no sería un juguete en manos de ellos. Este
aislado, y los normandos y los anglosajones llegan a preferir la motivo lo lleva a tratar de debilitar, de empobrecer a los otros
casa de cuatro, seis u ocho habitaciones, en la que la familia, o estados, para poder así imponer sus leyes, su política y sus
el grupo de amigos, puedan vivir separadamente. (P. KROPOTKIN) tratados comerciales a fin de enriquecerse a sus expensas.
(P. KROPOTKIN )
Que cada hombre ame, en su propia esposa, a todas las muje-
res, y cada mujer ame, en su marido, a todos los hombres. De La unidad resiste a todo y sobrevivirá a los Estados. Cuando los
ese modo conocerán el verdadero amor y su fidelidad será más Estados hayan desparecido, se desarrollará en toda su grande-
dulce. (P. J. PROUDHON ) za, a través de la libre federación y la organización desde abajo
hacia arriba, la unidad, viva, fecunda, benéfica, lo mismo para
Los hijos no son propiedad de nadie; ni de sus padres ni de la las regiones que para las naciones, para todo el mundo civili-
sociedad. Pertenecen exclusivamente a su libertad futura; li- zado y para todos los pueblos de la Tierra. (M. BAKUNIN )
bertad que en ellos, aún no es real, sino virtual… La conse-
cuencia es que la sociedad, el porvenir de la cual depende to- Hay algo más importante que sus enemistades que unifica a
talmente la educación y la instrucción de los niños, es la única todos los burgueses: la paseandera de sus bulevares para el
guardiana de los niños de ambos sexos. (M. BAKUNIN ) melifluo Carnot; el ministro, para el último profesor de un li-
ceo estatal o religioso. Se trata del culto a la autoridad.
Todas las personas que hayan perdido sus derechos políticos se (P. KROPOTKIN )
verán igualmente privadas del derecho de criar y tener consigo
a sus propios hijos. (M. BAKUNIN ) A lo largo de la historia, hasta se pueden encontrar momentos
en los que el gobierno es aparentemente más hostil hacia los
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ricos que hacia el pueblo… Pero estos momentos no pueden El hombre cuenta siempre con la mujer —sea su criada o su mu-
durar mucho, porque el gobierno, no importa cómo esté cons- jer— para eximirse de las tareas de la casa. Pero también la mu-
tituido, no puede existir sino sostenido por una clase privile- jer reclama, por fin, su parte en la emancipación de la humani-
giada, de la misma manera que ésta no puede existir si un go- dad. No pretende seguir siendo la bestia de carga de la familia.
bierno. (M. BAKUNIN ) Y a es bastante que deba sacrificar tantos años de su vida para
criar a los hijos. No quiere seguir siendo la cocinera, la remen-
Si la democracia no fuese un medio para engañar al pueblo, la dona, la que limpia la casa… La falta de mujeres que se diviertan
burguesía, amenazada en sus intereses, se prepararía para la en las tareas domésticas constituye un lamento general. La se-
rebelión y utilizaría toda la fuerza y toda la influencia que le ñora prefiere el arte, la política, la literatura o la sala de juego; la
otorga la posesión de riquezas, para recordarle al gobierno su obrera hace algo así, y de esta manera no se encuentran más
función de simple gendarme a su servicio. (E. MALATESTA ) criadas: son muy raras, en los Estados Unidos, las jóvenes y las
mujeres que se sometan a la esclavitud del delantal.
El dilema planteado en estos términos admite una sola solución: (P. KROPOTKIN )
la abolición del Estado político, ya sea cantonal o federal; la
transformación de la federación económica, nacional e inter- Y si es un burgués socialistoide el que habla, se dirige a su mu-
nacional. (M. BAKUNIN ) jer con una graciosa sonrisa: «¿No es cierto, mi querida, que
extrañarás a la criada en una sociedad socialista? ¿Harás como
Pero, ¿por qué el gobierno es necesario para el mantenimiento la mujer de nuestro gran amigo Paolo, o como la de Giovanni,
del Estado? Porque ningún Estado puede mantenerse sin una el carpintero, no es verdad?» A lo cual la mujer responde, son-
continua conspiración, una conspiración dirigida claramente riendo de manera agridulce: «Pero sí, querido», diciéndose
contra las masas populares, cuya esclavitud y explotación son para sí, al mismo tiempo, que por fortuna ese día no llegará tan
la razón de ser del Estado, y en todo Estado, el gobierno no es pronto. (P. KROPOTKIN )
sino una constante conspiración de la minoría contra la mayo-
ría. (M. BAKUNIN ) Al rechazar en líneas generales toda intervención de la autori-
dad en una unión, hacemos que el hombre y la mujer se unan
La Cámara tiene la posibilidad de derribar un gabinete, ¿pero más fuertemente y sean más fieles y leales entre sí.
después? Deberá nombrar otro, investido de los mismos pode- (M. BAKUNIN )
res y estará obligada a cambiarlo en ocho días, si quiere ser
consecuente consigo misma. Así es que prefiere conservarlo El hombre y la mujer pueden ser equivalentes. Por cierto, no
hasta que el país grite demasiado fuerte. Entonces, lo destituye son iguales. (P. J. PROUDHON )
para volver a llamar al que había derribado dos años antes.
(P. KROPOTKIN ) El hombre tiene, sobre todo, la capacidad de la acción, la mu-
jer tiene la del encanto. De la diversidad de la naturaleza surge
¡Vosotros tenéis el atrevimiento de jugar el papel de justos! Be- la diversidad de su calidad, de su función, de su destino.
llacos, hipócritas, debéis saber muy bien que no hay nada de (P. J. Proudhon)
justo en vuestra podrida sociedad, y que vuestros ensayistas,
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en los corazones… ¿Pero creéis que esta Revolución ya está he- profesores y periodistas se ven obligados a confesar a cada
cha? Una Revolución dura siglos. (P. J. PROUDHON ) paso, que las reglas de esa magnífica sociedad de sifilíticos y
maricones, son la injusticia, y contienen todas las atrocidades
que puedan imaginarse, tanto en el campo material como en el
ámbito de la moral. (SUVARIN )

La burguesía es poderosa, no sólo porque posee la riqueza, sino


especialmente porque ha sabido utilizar el tiempo libre que le
Una sociedad regenerada por la Revolución sabrá hacer desa- otorga la misma para estudiar el arte de gobernar; elaborando
parecer la esclavitud del trabajo doméstico, esta última forma
una ciencia que sirve para racionalizar su poder. (P. KROPOTKIN)
de esclavitud, tal vez la más tenaz, justamente por ser la más
antigua. (P. KROPOTKIN ) Los delitos de Lesa Majestad, cometidos por el pueblo, son mu-
cho menos frecuentes que los delitos de Leso Pueblo, cometi-
En casi todos los países, las mujeres son esclavas; y hasta que dos por la majestad. (P. V. BERTHIER)
ellas no estén completamente emancipadas, nuestra libertad
será imposible. (M. BAKUNIN )

¿Por qué el trabajo de la mujer nunca fue calculado, por qué en


toda familia, la madre, y a menudo tres o cuatro criadas, se ven
obligadas a emplear todo su tiempo en las tareas de la cocina?
¿Por qué esos mismos que quieren la emancipación del género
humano no han comprendido a la mujer en su sueño de libera-
ción, y consideran una cosa indigna de su alta dignidad mascu-
lina, pensar en «estos asuntos de cocina», que han descargado
hábilmente sobre las espaldas de las grandes tolerantes, las
mujeres? (P. KROPOTKIN )

Emancipar a la mujer, no significa abrirle las puertas de la uni-


versidad, del foro o del Parlamento; será siempre sobre otra
mujer sobre la cual, la emancipada descargará su parte de tra-
bajo doméstico. Emancipar a la mujer significa liberarla de su
estúpido trabajo de cocina y de fregona; significa organizarse
de manera que se le permita criar a sus hijos, si así lo quiere,
disfrutando del tiempo libre suficiente para que pueda gozar
de su parte en la vida social. (P. KROPOTKIN )

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Cuidémonos de creer que la falta de organización es una ga-
rantía de libertad. Todo demuestra que es lo contrario.
(E. MALATESTA )

Una rebelión radical contra la sociedad sería para el hombre


tan imposible como una rebelión contra la misma naturaleza.
(M. BAKUNIN )

Dios es un terrible compañero. Somete, absorbe, anonada, de- ¡Ah, si la humanidad sólo tuviese conciencia de lo que puede, y
vora, desnaturaliza, disuelve, o bien diseca todo aquello que si dicha conciencia le otorgarse también la fuerza de querer! Si
tiene la desgracia de aproximársele, de lejos o de cerca. A pesar supiese que la «cobardía del espíritu» es el escollo contra el cual
de los intentos que se hicieron durante los dos últimos siglos se han quedado todos los revolucionarios hasta hoy.
para humanizarlo un poco, sigue siendo siempre el viejo Jeho- (P. KROPOTKIN )
vá, el egoísta, el celoso, el cruel dios de los judíos. (M. BAKUNIN )
Sin embargo, la sociedad no debe permanecer totalmente iner-
Entre todos los despotismo, el peor es el de los dogmáticos o el me frente los individuos nocivos y malhechores. Y a que el tra-
de los religiosos inspirados. Tan celosos son de la gloria de su bajo debe ser la base de todos los derechos políticos, la socie-
Dios y del triunfo de su idea, que no les queda más corazón dad, en sus ciudades, en sus provincias, en sus naciones, podrá
para la libertad ni para la dignidad, ni para el sufrimiento de hacer que todos los individuos mayores, que no siendo ni invá-
los hombres vivos, reales. (M. BAKUNIN ) lidos, ni enfermos, ni viejos, y vivan a cargo de la caridad pú-
blica y privada, se vean en la obligación de reintegrar lo que se
La hipótesis de DIOS es inútil. (S. FAURE) les ha dado apenas comiencen a vivir de su trabajo. (M. BAKUNIN)

En toda asociación numerosa, y con mayor razón en las asocia- Todas las personas que hayan perdido sus derechos políticos
ciones tradicionales, históricas, como las clases —aunque ha- también perderán el derecho de criar junto a ellos a sus propios
yan llegado al punto de ser totalmente nocivas o contrarias a hijos. En caso de faltar a un compromiso, libremente contraí-
los intereses del conjunto—, existe un principio moral, una reli- do, o bien, en caso de un ataque abierto y manifiesto a la pro-
gión, un credo, sin duda poco racional, casi siempre ridículo y, piedad, a la persona, y sobre todo, a la libertad de un ciuda-
por lo tanto, muy restringido, pero sincero, que constituye la dano, tanto nativo como extranjero, la sociedad impondrá al
condición moral indispensable de su existencia. (M. BAKUNIN ) contraventor —nativo o extranjero— las penas determinadas
por sus leyes. (M. BAKUNIN )
¿Creéis ciertamente, que si se hubiera escrito esta simple pala-
bra «ateísmo» sobre el emblema de la Internacional, esta aso- El viejo mundo cristiano, monárquico, feudal, capitalista, está
ciación hubiera podido reunir en su seno, no digo muchos, sino en disolución, está integrado por títeres. El único medio para
algunos cientos de miles de adherentes? Todos saben que no es salir de él es mediante una Revolución integral en las ideas y
así, no porque el pueblo sea realmente religioso, sino porque
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baja en su jardín desde las primeras luces del alba, contem- cree serlo, y continuará creyéndolo hasta que una revolución
plando el amanecer, hasta la tarde, hasta que cae la noche, social le ofrezca los medios para realizar todas sus aspiraciones
cuando toda la naturaleza se prepara para el reposo. en este mundo. (M. BAKUNIN )
(P. KROPOTKIN )
Los Hombres de Dios y los Hombres del Estado no consideran
No puede obtenerse la abolición del Estado de un solo golpe; ya nuestra existencia sino como un material que debe servir a su
que en la historia, como en la naturaleza física, nada sucede de causa y al empleo para el cual nos tienen reservados.
un solo golpe. Aun las revoluciones más súbitas e inesperadas, (P. V. BERTHIER)
y más radicales, siempre han estado precedidas por largos pe-
riodos de descomposición, y de reconstrucción, de trabajo clan- La libertad absoluta de conciencia y de propaganda para todos,
destino o en la superficie, ininterrumpido y siempre creciente. junto con la facultad ilimitada de levantar todos los templos que
Por lo tanto, ni siquiera para la Internacional se trata de des- se quieran al propio Dios, cualquiera que sea este, como así
truir de hoy a mañana todos los Estados. Sería una locura in- también pagar y mantener a los sacerdotes de la propia reli-
tentarlo y hasta soñar con ello. (M. BAKUNIN ) gión. Las iglesias no podrán heredar ni poseer bienes en co-
mún, a excepción de sus lugares de plegaria, y tampoco podrán
He aquí 350 millones de europeos. Por año necesitan una can- ocuparse de la educación de los niños. (M. BAKUNIN )
tidad determinada de pan, carne, vino, leche, uva y mantequi-
lla. Es el mínimo de sus necesidades. ¿Pueden producir todo De lo cual surge que para suprimir definitivamente la influen-
esto? Si pueden, ¿les quedará tanto tiempo libre para dedicarse cia de los curas en el campo, la revolución debe hacer una sola
al lujo, a los objetos de arte, de ciencia y divertimento; en una cosa: poner en contradicción los intereses de los campesinos
palabra, a todo aquello que está fuera de la categoría de lo es- con los de la Iglesia. (M. BAKUNIN )
trictamente necesario? Si la respuesta es afirmativa, ¿qué les
impide ponerlo en práctica? ¿Qué hace falta para sacar del me- Este programa de la Internacional lleva en sí una ciencia nue-
dio los obstáculos? ¿Hace falta tiempo? ¡Pero que se lo tomen! va, una nueva filosofía social que debe sustituir todas las anti-
Pero que no se pierda más de vista el objetivo de toda produc- guas religiones por una política totalmente nueva. (M. BAKUNIN)
ción, es decir, la satisfacción de las necesidades. (P. KROPOTKIN )
A la Revolución sigue la Revolución (P. J. PROUDHON )
Se entiende que no intentamos abolir la herencia sentimental.
Roma… tiene la convicción de que fuera de este mundo que es
Con esta denominación queremos indicar la herencia que hace
el suyo, y que constituye todo su ser, no puede existir sino la
ciertos objetos de poco valor, pertenecientes a los amigos o a los
muerte… Roma no sólo engaña a todos los otros, se engaña
padres muertos, y que al haberles pertenecido desde hace tan-
también a sí misma. No sólo no toma en serio, sino que no se
to tiempo, tienen, por así decirlo, la impronta personal, pasen
toma en serio. Allí reside su incurable estupidez. (M. BAKUNIN )
a las manos de los hijos o de los amigos. (M. BAKUNIN )
La Iglesia católica, la más ideal de todas en cuanto a sus prin-
cipios, ¿acaso no ha sido desde los primeros años de su existen-
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cia oficial, es decir, desde el emperador Constantino el Grande, propietarios rusos antes de la liberación de los siervos? «El
la institución más rapaz y codiciosa? Lo mismo sucede con los negro no trabajara sin el látigo» decían los esclavistas. «Lejos
demás. Todos los esplendores de la civilización cristiana, Igle- del control del patrón, el siervo no cultivará los campos», de-
sia, Estado, prosperidad material de las naciones, ciencia, arte, cían los tiranos rusos. Estribillo de los señores franceses de
poesía, ¿acaso no se han erigido sobre la esclavitud, el someti- 1789, estribillo del medioevo estribillo viejo como el mundo,
miento y la miseria de los millones de trabajadores que consti- seguimos escuchándolo cada vez que se trata de reparar una
tuyen el pueblo? (M. BAKUNIN ) injusticia en la humanidad. (P. KROPOTKIN )

Basta de lamentos: son inútiles. Basta de protestas: son estéri- Respecto de esta afirmación: «El hombre es demasiado malo
les. Basta de plegarias: son impotentes. ¡Hombre, levántate! Y para poderse guiar por sí solo», afirman los autoritarios para
de pie, ardiente, rebelde, declara una guerra implacable a dios; justificar el poder que tienen la intención de establecer… Y por
a ese Dios cuya veneración embrutecedora se ha impuesto du- cierto, quien está en el poder, el privilegiado de la suerte, siem-
rante tanto tiempo a tus hermanos y a ti mismo. (S. FAURE) pre está seguro de ser el mejor. Pero bastaría con que los «ma-
los» se pusieran en su lugar para invertir los papeles y, por lo
Los campesinos, decís vosotros, son supersticiosos y beatos, y menos, tener tanta razón como el primero para definirse «bue-
se dejan gobernar por los curas. Su superstición es el producto nos». (J. G RAVE)
de su ignorancia… y además, no son tan supersticiosos y beatos
como queréis afirmar; sus mujeres lo son. Pero, ¿las mujeres El derrocamiento del Estado y del monopolio financiero: ése es
de los obreros están tan libres de las supersticiones y de las el objetivo negativo de la Revolución social. ¿Cuál será el límite
doctrinas de la religión católica romana? En cuanto a la influen- de esta Revolución? En teoría, según su lógica, ella llega mu-
cia y al dominio de los curas, la sufren sólo en apariencia, mien- cho más lejos. La práctica está siempre detrás respecto de la
tras lo reclama la paz interior y mientras no se contradiga con teoría, ya que está sujeta a un conjunto de condiciones socia-
sus intereses. (M. BAKUNIN ) les, que constituyen la situación real de un país y que necesa-
riamente gravitan sobre toda Revolución popular. El deber de
La Roma jesuítica y papal es una monstruosa telaraña eterna- los jefes no será el de imponer a las masas sus propios capri-
mente dedicada a reparar los flagelos producidos en la trama chos, sino llegar hasta donde se impongan el instinto y las as-
que teje sin tregua, por los acontecimientos que jamás pudo piraciones del pueblo. (M. BAKUNIN )
prever, en la esperanza de que algún día pueda servirse de ella
para aplastar definitivamente la inteligencia y la libertad del Ese jovenzuelo, holgazán para el latín y el griego, trabajaría
mundo. (M. BAKUNIN ) como un negro si se le iniciase en las ciencias, tal vez mediante
el trabajo manual. Tal jovencita, juzgada ignorante en mate-
Las diversas iglesias no son más que empresas comerciales, cons- máticas, se convierte en la primera en matemáticas en su clase
tantes apelaciones al bolsillo. ¡Esos son los charlatanes que se si se encuentra por casualidad con alguien que sepa explicarle
permiten llamarme ladrón y acusarme! Pero yo soy un pobre eficazmente aquello que ella no podía comprender en los ele-
mentos de aritmética. Y ese obrero, indolente en el taller, tra-

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Quiero que en nuestro trabajo haya orden y serena confianza y diablo de buen corazón y no les guardo rencor. Les doy mi
que ni una ni otra cosa surjan de las órdenes de una sola vo- bendición. Amén. (A. M. JACOB)
luntad, sino de la voluntad colectiva, de la voluntad organizada
por numerosos compañeros diseminados en numerosos paí- El mal que nos han hecho los creyentes sinceros y que nos con-
ses… Pero para que tal descentralización sea posible, es nece- tinúan haciendo no es menor. En primer lugar, sin estos últi-
sario que haya una verdadera organización y ella no es posible mos la fuerza de los hipócritas y religiosos hubiera resultado
sin un cierto grado de reglamentación, que después de todo no imposible. Los hipócritas no han fundado jamás una religión,
es otra cosa que el resultado de un acuerdo recíproco o de un se han contentado con explotar aquellas que los creyentes sin-
contrato. (M. BAKUNIN ) ceros han creado. La ardiente sinceridad de unos ha servido
siempre de pasaporte para la hipocresía criminal de otros. Esta
El candidato debe comprender que una asociación que se pro- es nuestra primera acusación contra los hombres sinceramente
ponga un objetivo revolucionario necesariamente debe consti- religiosos. (M. BAKUNIN )
tuirse como sociedad secreta, y que toda sociedad secreta, en
función de los intereses a los que sirve y de la eficacia de su La humanidad es desconocida por ellos. Quemados por un celo
acción, como en función de la seguridad de cada uno de sus ardiente hacia su Dios, la desprecian, la odian y no piden nada
miembros, debe estar sometida a una fuerte disciplina que mejor que exterminarla matando a los hombres por centenas
después de todo no es más que la síntesis y el resultado puro de miles. Son los que en el Medioevo y a fines del Medioevo
del compromiso recíproco que todos los miembros han tomado han ensangrentado la tierra en nombre de su Dios, a quien lla-
respecto de los otros. (M. BAKUNIN ) man de misericordia y amor. Han fundado la Inquisición y la
orden de los Jesuitas. Torquemada y Loyola eran cristianos sin-
La objeción es bien clara: «Si la existencia de cada uno está ceros aunque un poco violentos. (M. BAKUNIN )
asegurada, y la necesidad de ganar un salario no obliga al
hombre a trabajar, nadie trabajará. Cada uno descargará sobre El hombre ha dado muerte a Dios sólo para poder convertirse,
los otros los trabajos que no se verá obligado a hacer». Advir- a su vez, en el único y verdadero Dios que reine en los cielos.
tamos primero la ligereza increíble con la cual se plantea esta (M. STIRNER)
objeción sin reflexionar en que la cuestión, en realidad, se re-
duce a saber: 1) si con el trabajo asalariado se obtienen efecti- Se trata, nuevamente, de la historia del pecado de Adán y Eva:
vamente los resultados que se pretenden obtener; 2) si el tra- la prohibición de comer el fruto del árbol de la ciencia. Dado que
bajo voluntario no es ya, hoy mismo, más productivo que el tal era la voluntad del Señor, el buen Dios se permitía un acto
trabajo estimulado puede instalar por el salario. (P.KROPOTKIN ) de terrible despotismo; y si nuestros progenitores hubiesen
obedecido, toda la raza humana hubiera seguido sumida en la
Así se teme que la masa, si no se ve obligada, se niegue a traba- más humillante esclavitud. En cambio, su desobediencia nos ha
jar. Sin embargo, ¿no hemos oído expresar estas aprensiones emancipado y salvado. Hablando críticamente, fue el primer
en nuestra vida, en dos ocasiones: por los esclavistas de los acto de la libertad humana. (M. BAKUNIN )
Estados Unidos antes de la liberación de los negros y por los

93 30
Téngase por seguro que si los primeros cristianos no hubieran Para establecer una cierta coordinación en las acciones —con-
destruido las bibliotecas, los museos y los templos de la Anti- dición necesaria en mi criterio, entre personas que tienden
güedad, hoy no estaríamos condenados a luchar contra este cú- hacia el mismo objetivo— se plantean algunas condiciones: un
mulo de horribles y vergonzosos absurdos que aún obstruyen cierto número de reglas que vinculen a cada uno con todos los
los cerebros, hasta el extremo de hacernos dudar a veces de la demás, algunos pactos y acuerdos renovados frecuentemente;
posibilidad de un futuro más humano. (M. BAKUNIN ) si se carece de esto, si cada uno trabaja como cree, aún las per-
sonas más serias se encontrarán en una situación en la cual los
Considero que es un hecho perfectamente natural y lógico, y esfuerzos de unos serán neutralizados por los de otros. Surgirá
por lo tanto inevitable, el que los cristianos —que por gracia de entonces la desarmonía, y no la armonía y la confianza serena
Dios eran idiotas— hayan destruido con tanta saña todas las bi- a la que tendemos. (M. BAKUNIN )
bliotecas paganas, todos los tesoros del arte, de la filosofía y de
la antigua ciencia. Pero me resulta decididamente imposible Han dicho que Louise Michel no es sino una loca. ¿Loca? ¡En-
comprender las ventajas resultantes de esa acción para nuestro horabuena! Juana de Arco también era loca y si Jesús hubiese
desarrollo político y social. (M. BAKUNIN ) debido comparecer ante alguno de vuestros alienados, también
lo hubieran considerado loco. Por lo tanto todos los pensado-
El socialismo, expresión más pura y sincera de la verdad y el res que no intentan vender sus convicciones para transformar-
bien, es el Dios de los oprimidos. las en rentas, son locos. («LA REBELIÓN »)
(DECÁLOGO DE LOS CAMPESINOS DE MANTUA )
Cuántas veces hemos leído en los escritos de los socialistas de
No dudo en afirmar que el triunfo del catolicismo en Francia, Estado afirmaciones de este tipo: «¿Quién se encargará enton-
en los siglos XVI y XVII , fue una gran desgracia para la huma- ces en la sociedad futura de regular el tráfico de los canales? ¿Y
nidad entera, y que la noche de San Bartolomé, así como la re- si a algunos de vuestros compañeros anarquistas se le pasase
vocación del edicto de Nantes, fueron hechos tan desastrosos por la cabeza la idea de poner una embarcación a través del ca-
para Francia como últimamente lo han sido la derrota y la ma- nal y obstaculizar el camino a millares de embarcaciones, quién
sacre del pueblo de París. (M. BAKUNIN ) podría hacerlo razonar?» Confesamos que la suposición es un
poco fantástica. Pero se podría agregar: «Y si por ejemplo, a tal
Sería una segunda edición de aquella pobre República del Pa- ayuntamiento o a tal grupo se le ocurriera hacer pasar sus bar-
raguay, que se dejó gobernar durante tanto tiempo por la Com- cos antes que otros, obstruyendo el canal tal vez para transpor-
pañía de Jesús. Una sociedad similar caería en el grado más tar piedras, mientras que el grano destinado a otro ayuntamien-
bajo de la idiotez. (M. BAKUNIN ) to permanece rezagado, ¿quién podría regular la marcha de los
barcos en ausencia del gobierno?»
Nuestro Cristo se distingue del protestante y del católico, en que
Y bien, la vida real nos ha demostrado, sin embargo, que se
este último es un ser personal, mientras que el nuestro es im-
puede prescindir muy bien del gobierno. El acuerdo libre, la
personal; el Cristo cristiano, ya completo en su pasado eterno,
libre organización, sustituyen esa costosa y perjudicial maqui-
se presenta como un ser perfecto, mientras que la conclusión y
naria, y lo hacen mejor. (P. KROPOTKIN )
el perfeccionamiento de nuestro cristo de la ciencia está siem-
31 92
nes, y necesariamente conducirá a una común impotencia. pre en el futuro: lo cual equivale a afirmar que no se acabará
Todo lo que es, y todo lo que es útil para la vida, sigue un or- jamás. Al no reconocer autoridad absoluta, sino a la ciencia ab-
den seguro e inherente al mismo, que pone de manifiesto todo soluta, no comprometemos en modo alguno nuestra libertad.
lo que hay en él. (M. BAKUNIN ) (M. BAKUNIN )

Habituados como estamos —a causa de prejuicios hereditarios En nuestra Iglesia —permítaseme utilizar por un instante esta
y de una instrucción y educación absolutamente falsas— a ver expresión que detesto, ya que la Iglesia y el Estado son mis dos
por todas partes, gobierno, legislación y magistratura, llega- bestias negras— como en la Iglesia protestante, tenemos un
mos a creer que los hombres se morderían unos a otros al igual jefe, un Cristo invisible: la ciencia. Y , al igual que los protestan-
que bestias feroces, el día en que la policía ya no los controle tes, o en forma más consecuente aún que ellos, no estamos
más, y que se produciría un caos el día que desaparezca la au- dispuestos a soportar papas, ni concilios, ni cónclaves de infa-
toridad en algún cataclismo. Y mientras tanto, pasamos junto a libles cardenales, ni obispos ni tampoco curas. (M. BAKUNIN )
millares y millares de agrupaciones humanas —sin verlas— que
se han formado libremente, sin intervención alguna de las le- No debéis creer en los curas, porque ellos son los falsos testi-
yes y que llegan a concretar cosas infinitamente superiores a monios que predican el ayuno y los padecimientos y engordan
las que se llevan a cabo bajo la tutela del gobierno. a tus espaldas. (DECÁLOGO DE LOS CAMPESINOS DE MANTUA )
(P. KROPOTKIN )

¡Libertad para el individuo!


Coged piedrecitas, decía Fourier, ponedlas en una caja y
agitadlas; espontáneamente, constituirán un mosaico, y no
seréis capaces de llegar a daros cuenta si habéis confiado a al-
guien la tarea de disponerlas de ese modo, tan armónicamente.
(P. KROPOTKIN )

Aun siendo enemigo de aquello que en Francia se llama disci-


plina, reconozco que una cierta disciplina, no automática, sino
voluntaria y fruto de la reflexión, que se adapte perfectamente
con la libertad de los individuos, es y será siempre necesaria,
toda vez que muchos individuos, libremente unidos, empren-
dan un trabajo o una acción colectiva cualquiera. Esta discipli-
na no es, entonces, nada más que el acuerdo voluntario y media-
to de todos los esfuerzos individuales hacia un objetivo común.
(M. BAKUNIN )

91 32
un grado de moralidad y de cultura tales como para que ya no
tenga necesidad de tener un gobierno ni un Estado.
(M. BAKUNIN )

En suma, los políticos, sea cual fuera su bandera, tienen un


rechazo insuperable por la Anarquía, que consideran como
sinónimo de desorden; como si la democracia fuese realizable
sin la destrucción de la autoridad; y como si el significado más
¡Somos realmente pérfidos! Reclamamos pan para todos, tra- auténtico de la democracia no fuese: destrucción de todo go-
bajo para todos, y para todos también independencia y justicia. bierno. (P. J. PROUDHON )
(U N GRUPO DE ANARQUISTAS EN EL TRIBUNAL DE LYON )
Pese a todo, probablemente, habrá alguna injusticia que no
Millones de seres humanos han trabajado para crear esta civili- podrá evitarse. En nuestras sociedades hay algunos individuos
zación de la que hoy nos enorgullecemos. Otros millones, des- que no cambiarán sus actitudes egoístas pese a los grandes
parramados por todos los rincones del mundo, trabajan para acontecimientos que puedan producirse. Pero la cuestión no es
mantenerla. Sin ellos, dentro de cincuenta años, no quedarían saber si se cometerán injusticias. Se trata de saber, en cambio,
más que ruinas… ¿Con qué derecho entonces alguien —sea de qué manera se puede limitar su número. (P. KROPOTKIN )
quien fuera— podría apropiarse de la mínima parte de esa in-
mensa totalidad y decir: Esto es mío y no vuestro? ¿Será un sueño concebir una sociedad en la que, al ser todos
(P. KROPOTKIN ) productores, y recibiendo todos una instrucción que dé lugar al
cultivo de las ciencias y las artes, ya que todos tienen el bienes-
Gritamos contra el barón feudal que no permitía que el labrador tar para hacerlo, los hombres se asocien entre sí para publicar
cultivase la tierra si no se le entregaba, por lo menos, un cuarto sus trabajos, aportando al mismo tiempo, cada uno, su parte de
de lo recolectado, y llamamos bárbara a esa época pasada. En trabajo manual? (M. BAKUNIN )
realidad, si ha cambiado la forma, la esencia de estas relaciones
sigue siendo la misma. Hoy, el trabajador acepta —bajo la de- ¿En consecuencia se deduce que rechazo toda autoridad? Lejos
nominación de libre contrato— obligaciones igualmente feuda- de mí ese pensamiento. Cuando se trata de zapatos, me dirijo a
les, dándose cuenta que en ninguna otra parte encontraría me- la autoridad del zapatero; cuando se trata de una casa, de un
jores condiciones: dado que todo se ha convertido en propiedad canal o un ferrocarril, consulto al arquitecto o al ingeniero.
de un solo amo, el trabajador debe ceder o morirse de hambre. Según la ciencia específica, me dirijo a tal o cual especialista. Pero
(P. KROPOTKIN ) no permito que ni el zapatero, ni el arquitecto, ni el especialis-
ta, me sean impuestos. (M. BAKUNIN )
El hombre se vuelve realmente hombre, conquista la posibili-
dad de su emancipación interior, sólo en la medida en que lo- No se crea que quiero sostener la causa de la total Anarquía en
gra romper las cadenas de esclavo que la naturaleza exterior los movimientos populares. Una anarquía así, no sería sino
impone a todos los seres vivientes. una falta total de pensamiento, de fines y de conductas comu-
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Y en la búsqueda de lo imposible es que el hombre ha realizado Sin embargo, la actividad que constituye el trabajo comien-
siempre lo posible; aquellos que se han limitado prudentemente za a convertirse en trabajo humano sólo en el momento en que,
a lo que les parecía posible nunca han avanzado más de un paso. dirigido por la inteligencia del hombre y por su voluntad refle-
(M. BAKUNIN ) xiva, sirve para satisfacer no sólo las necesidades estables y
fatalmente circunscritas de la vida exclusivamente animal, sino
Pero todo hace pensar que el impulso revolucionario del pue- también la del ser pensante que conquista su humanidad en la
blo será suficientemente fuerte, y que cuando la Revolución se afirmación y la realización de su libertad en el mundo.
realice, la idea del Comunismo anárquico habrá ganado te- (M. BAKUNIN )
rreno. Porque no es una idea inventada; la inspiración provie-
ne del pueblo mismo, en cuyo seno el número de comunistas Dado que el proletariado, el artesano, el hombre de trabajo, es
aumentará, a medida que cualquier otra solución se revele co- el representante histórico de la última esclavitud sobre la tie-
mo imposible. rra, su emancipación significa la emancipación de todos: su
Y si el impulso es suficientemente fuerte, los asuntos toma- triunfo es el triunfo final de la humanidad. (M. BAKUNIN )
rán otro cariz. En vez de saquear cualquier horno, con tal de
desayunar al día siguiente, el pueblo de la ciudad sublevado Me suicido cada vez que acepto permanecer en un lugar cerra-
tomará posesión de los graneros, de los mataderos, de los de- do, donde jamás entra el sol.
pósitos de comestibles; abreviando, de todas las mercancías Me suicido cada vez que acepto hacer un trabajo del cual
disponibles. (P. KROPOTKIN ) conozco su inutilidad.
Me suicido cada vez que no satisfago a mi estómago con la
No temáis que la guerra civil, la Anarquía, provoque la ruina cantidad y calidad de alimento que me es necesario.
de la campiña. En toda sociedad humana hay un gran fondo de Me suicido cada vez que consiento obedecer a los hombres y
instinto conservador, una fuerza de inercia colectiva, que la leyes que me oprimen. («LIBERTAD»)
protege de todo peligro de destrucción, y es precisamente esta
fuerza conservadora la que vuelve lenta la acción revoluciona- Sí, en realidad somos ricos, infinitamente más ricos de cuanto
ria y el progreso. (M. BAKUNIN ) se pueda pensar, ricos por lo que poseemos, y mucho más ricos
por lo que podemos producir con las actuales maquinarias, infi-
Por lo tanto, para seguir en la ficción del Estado libre, surgido nitamente más ricos por lo que podemos obtener de nuestro
de un contrato social, es necesario suponer que la mayor parte suelo, de nuestra manufactura, de nuestra ciencia y de nuestra
de los ciudadanos, siempre haya tenido la prudencia, el discer- técnica, si todo esto se pusiera al servicio del bienestar univer-
nimiento y la justicia necesarios para elegir y designar para el sal. (P. KROPOTKIN )
gobierno, a los hombres más dignos y capaces. Pero para que
un pueblo demuestre, no una sola vez y por casualidad, sino Y a que todas las otras cuestiones: religión, nacionalidad, políti-
siempre, y en todas las elecciones realizadas y durante toda su ca, están completamente agotadas en la historia, hoy queda so-
existencia, este discernimiento, esta justicia, esta prudencia, es lamente una cuestión, en la cual se resumen todas las otras. La
preciso que ese mismo pueblo en su conjunto haya alcanzado

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única que actualmente puede conmover al pueblo: la cuestión sobre una gran parte de la humanidad, y de feroces antago-
social. (M. BAKUNIN ) nismos entre los individuos y las clases; causa de los negocia-
dos políticos y económicos que embrutecen la conciencia, y
Se dicen hermosas cosas sobre la necesidad de dividir lo que se monopolizan las riquezas naturales y el trabajo humano.
posee con los que nada tienen. Pero cuando se quiere poner en (ASOCIACIÓN DE JORNALEROS DE FORLÌ)
práctica este principio, vemos que este gran sentimiento sólo es
bueno para los libros de poesía, pero no es cierto para la vida Es necesario distinguir entre federalismo y federalismo.
real… y nos habituamos y educamos a nuestros hijos a vivir con En Italia hay una tradición de federalismo regional, que hoy
una moralidad de dos caras: hipócrita. Una sociedad no puede se ha convertido en una mentira política e histórica. Digámoslo
vivir de este modo; debe retornar a la verdad o desaparecer. de una vez por todas. El pasado no regresa jamás, y sería una
(P. KROPOTKIN ) gran desgracia si pudiese hacerlo. (M. BAKUNIN )

La época actual presenta un apasionado interés por la cuestión Resumiendo: quien dice libertad, dice federación o no dice na-
social. No obstante, si este interés no se dejase desviar por la pa- da. Quien dice República dice federación o no dice nada. Quien
sión, no perdería de vista al individuo, y se reconocería que una dice socialismo, dice federación o no dice nada.
sociedad no puede en modo alguno renovarse hasta que sus (P. J. PROUDHON )
elementos envejecidos no hayan sido sustituidos por otros.
(M. STIRNER)

Las cosas son distintas… para la gran masa obrera que, cansa-
da por su trabajo cotidiano, es ignorante y miserable. Cuales-
quiera fueran los prejuicios políticos y religiosos que se les hu-
biera intentado inculcar sobre su conciencia, tal vez con cierto Nosotros somos utopistas, así es. Utopistas hasta afirmar que
la Revolución deberá y podrá garantizar a todos la vivienda, el
éxito, es socialista sin saberlo. (M. BAKUNIN )
alimento y el vestido —cosa que disgusta muchísimo a los bur-
¡Todo y de todos! Porque el hombre y la mujer que han aporta- gueses—, porque saben perfectamente que un pueblo que coma
do su cuota de trabajo tienen derecho a su parte, que será pro- a su gusto, muy difícilmente se dejará dominar.
ducto de todos. Y esta cuota les concederá, como mínimo, el Y bien, no nos movemos de aquí: es necesario asegurar el pan
bienestar. Terminemos con la fórmula ambigua «el derecho al al pueblo en rebelión, la resolución de la cuestión del pan debe
trabajo» o «a cada uno el producto integral de su trabajo». No- preceder a cualquier otra. Si este problema se resuelve según los
sotros proclamamos el derecho al bienestar, el bienestar para intereses del pueblo, entonces la Revolución estará bien enca-
todos. (P. KROPOTKIN ) minada; en resumidas cuentas, para resolver la cuestión de las
mercancías, es necesario aceptar un principio de igualdad que
El obrero de la ciudad, más lúcido que el campesino, muy fre- se impondrá, excluyendo cualquier otra solución. (P. KROPOTKIN )
cuentemente lo desprecia y habla de él con un desdén típica-
mente burgués. Nada encoleriza más que el desdén y el des-
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de un animal nocivo, pero sin reducirlo jamás a la esclavitud o precio, por eso el campesino responde al desprecio del trabaja-
someterlo. (M. BAKUNIN ) dor de la ciudad con su propio odio. Y es una gran desgracia,
porque este desprecio y este odio dividen al pueblo en dos
El día en que París haya comprendido que el problema de sa- grandes sectores que se paralizan y anulan mutuamente. En
ber qué se come y cómo se lo produce, es una cuestión de inte- realidad, entre estos dos sectores no existe ningún interés con-
rés público; el día que cada individuo comprenda que esta cues- tradictorio, hay sólo un inmenso y funesto malentendido que
tión es más importante que las discusiones del Parlamento o es necesario hacer desaparecer a toda costa. (M. BAKUNIN )
de los consejos municipales, ese día, la Revolución estará he-
cha. París tomará la tierra de sus distritos y la cultivará. Y en- Si debiera responder a la pregunta «¿Qué es la esclavitud?»,
tonces el parisiense, después de haber pagado durante toda su podría hacerlo con una palabra: «Es el asesinato», y todos
existencia por un alimento deficiente y mezquino, lo producirá comprenderían inmediatamente qué es lo que intento decir. Y
debajo de los muros, en el recinto de las fortalezas con pocas a esta otra pregunta «¿Qué es la propiedad?», ¿por qué no po-
horas de trabajo agradable y salubre. (P. KROPOTKIN ) dríamos responder del mismo modo: «Es el robo», con la se-
guridad de ser comprendidos? Esta última afirmación no es, en
La base de toda organización política de un país deberá ser la realidad, más que la primera, apenas transformada.
Comuna totalmente autónoma, representada siempre por la (P. J. PROUDHON )
mayoría de los sufragios de todos los habitantes mayores de
edad —hombres o mujeres en igualdad de condiciones. Para que el bienestar se convierta en una realidad, es necesario
(M. Bakunin) que el inmenso capital, compuesto por ciudades, casas, campos
cultivables, oficinas, medios de comunicación y de instrucción,
La división de un país en regiones, provincias, distritos y co- dejen de ser considerados como propiedad privada, de los cua-
munas, depende naturalmente de los condicionamientos de los les los patrones pueden disponer a su gusto.
hábitos históricos, de las necesidades reales y de la naturaleza Es necesario que estos ricos instrumentos de producción,
específica de cada país. En estas circunstancias no puede haber obtenidos, construidos y formados e inventados fatigosamente
más que dos principios comunes para cada país que quiera por nuestros padres, se transformen en propiedad común, de
organizar seriamente la libertad en su interior. El primero, es modo que la colectividad pueda extraer el mayor beneficio pa-
que cada organización debe formarse de abajo hacia arriba, de ra todos, siendo por ello necesario la expropiación. El bienestar
la ciudad a la unidad central del país —el Estado— por medio para todos es el fin, y la expropiación, el medio. (P. KROPOTKIN )
delas federaciones. El segundo, es que haya por lo menos un
intermediario autónomo entre la ciudad y el Estado: el depar- El derecho al bienestar es la posibilidad de vivir humanamente
tamento, la región o la provincia… (M. BAKUNIN ) y de educar a los hijos para hacerlos miembros iguales de una
sociedad mejor, mientras que el derecho al trabajo es el dere-
En la organización os educaréis en el espíritu de la solidaridad, cho de seguir esclavo del salario, de ser un hombre de trabajo
que es condición necesaria para destruir el egoísmo, la ficción, gobernado y explotado por el burgués de mañana. El derecho
el prejuicio; causas de la opresión y de las abyecciones que caen al bienestar es la igualdad social, el derecho al trabajo es, a lo

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sumo, una cárcel industrial. Hace ya mucho tiempo que el tra- El objetivo a alcanzar no es otro Estado (por ejemplo, un Esta-
bajador proclama su derecho al patrimonio común y es hora de do popular), sino la asociación, asociación siempre mudable y
que, por fin, tome posesión del mismo. (P. KROPOTKIN ) siempre renovada de todo aquello que existe. (M. STIRNER)

La grandeza de los obreros respecto de los burgueses no con- El comunismo, es decir, una visión sintética del consumo, de la
siste en su instrucción, que es escasa, sino en el instinto y re- producción y del intercambio, y una organización que respon-
presentación real de la justicia, que son incuestionablemente da a esta verdad sintética, se convierte así en la consecuencia
enormes. (M. BAKUNIN ) lógica de esta forma de ver las cosas, la única que nos parece
verdaderamente científica.
Son los obreros los que agotan los pantanos, arrancan árboles Una sociedad que satisfaga las necesidades de todos y que
y matas; en pocas palabras, los que limpian el terreno. De esta sepa organizar la producción deberá, asimismo, destruir cierto
manera aumentan su valor… y este valor que le han agregado, prejuicio respecto de la industria, y en primer lugar, deberá abo-
se les paga en forma de alimentos y de un jornal, pero se con- lir la teoría tan elogiada por algunos economistas bajo el nom-
vierte definitivamente en propiedad del capitalista. bre de «división del Trabajo». (P. KROPOTKIN )
(P. J. PROUDHON )
Abolición absoluta de todas las penas degradantes y crueles, de
Pero hay otros dos estratos que deben tenerse en cuenta; en los castigos corporales y de la pena de muerte, en tanto estén
primer lugar, ya que por su condición siempre más mísera ca- consagradas y aplicadas por las leyes. Abolición de las conde-
da día se vuelven necesariamente más revolucionarias y, ade- nas perpetuas, o las penas demasiado largas, que no dejen es-
más, porque ambos son muy numerosos y ejercen una verda- peranzas ni posibilidades reales de rehabilitación. El crimen ha
dera influencia sobre el pueblo: en las ciudades, la pequeña de ser considerado como una enfermedad y el castigo debe ser
burguesía, en el campo, la clase de los pequeños propietarios. un remedio, más que una venganza de la sociedad.
(M. BAKUNIN ) (M. BAKUNIN )

¿Quién no conoce todos los sufrimientos y sacrificios que re- Cualquier individuo condenado por las leyes de cualquier so-
presenta para los trabajadores una simple huelga? Pero las ciedad, ciudad, provincia o nación, conserva el derecho de no
huelgas son necesarias, hasta el extremo de que sin ellas, sería someterse a la pena impuesta, declarando que no volverá a
imposible sublevar a las masas por una lucha social, sería im- formar parte de dicha sociedad. Pero, en este caso, la sociedad
posible organizarlas. La huelga es guerra y las masa populares tendrá a su vez el derecho de expulsarlo y de declararlo extran-
se organizan sólo durante esta guerra, y gracias a ella, el simple jero, negándole su garantía y protección.
obrero se proyecta hacia fuera, sale de su aislamiento, de la Recaerá así sobre él la ley natural: ojo por ojo, diente por
monotonía de su existencia sin objetivo, sin alegría, sin espe- diente; por lo menos, en el ámbito de esta sociedad; el refrac-
ranza. (P. KROPOTKIN ) tario podrá ser depredado, maltratado y aún muerto, sin que la
sociedad se preocupe. Cualquiera podrá deshacerse de él, como
Al mismo tiempo y bajo miles de diferentes aspectos, surgen
nuevas organizaciones que se apoyan en el mismo principio:
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dable e infinitamente más productivo. Las excepciones de hoy «A cada uno, según sus necesidades», ya que sin una cierta
serán la regla de mañana. (P. KROPOTKIN ) dosis de comunismo, ni siquiera las actuales sociedades po-
drían sobrevivir. A pesar del rasgo estrictamente egoísta que
Nosotros deseamos abolir el trabajo asalariado, justamente para ha imprimido la producción mercantil en los espíritus, la ten-
poner fin a esta discriminación entre el trabajo del pensamien- dencia comunista se revela a cada momento y penetra en nues-
to y el trabajo manual. El trabajo no aparecerá más como una tras relaciones bajo diversas formas. (P. KROPOTKIN )
maldición del destino, sino que será aquello que debe ser: el
libre ejercicio de todas las facultades del hombre. (P. KROPOTKIN ) El día en que el campesino pueda trabajar la tierra sin sacrifi-
car la mitad de lo que produce; el día en que las maquinarias
Extended, por lo tanto, a las asociaciones de trabajadores, en- necesarias para preparar la tierra para las grandes cosechas
tendidas como unidad, el principio de la mutualidad que une a sean abundantes y estén a disposición de los labradores; el día
los obreros grupo por grupo, y habréis creado una forma de civi- en que el trabajador del taller produzca para la comunidad y no
lización que, bajo todos los aspectos —político, económico, esté- para el monopolio, los trabajadores no estarán cubiertos de
tico—, diferirá completamente de la civilización precedente, y no andrajos, y no existirán más Rothschild ni otros explotadores,
podrá jamás transformarse en feudal ni imperialista. Nadie tendrá necesidad ya de vender su fuerza de trabajo por
(P. J. PROUDHON ) un salario que no representa más que una parte de lo que ha
producido. (P. KROPOTKIN )
No puede operarse distinción alguna entre las diversas activi-
dades; intentar medirlas por sus resultados conducirá al ab- Toda la ciencia de la riqueza consiste en esto: encontrar a los
surdo. Asimismo, el querer fraccionarlas y apreciarlas según miserables, pagarles tres libras al día para hacerlos producir
las horas de trabajo. Solo queda una cosa: colocar las necesi- diez, amasando de ese modo una gran fortuna. Engrosarla lue-
dades por encima de la actividad, y reconocer primero el dere- go con un golpe fundamental, con la ayuda del Estado.
cho a la vida —después al ocio— para todos aquellos que parti- (P. KROPOTKIN )
cipen en la producción. (P. KROPOTKIN )
No queremos despojar a nadie de su abrigo, sino que queremos
Es evidente que, apenas abolido el derecho hereditario, la so- restituir a los trabajadores todo aquello que se les ha arrebata-
ciedad deberá asumir los costos del desarrollo físico, moral e do, y haremos todos los esfuerzos que sean necesarios para que
intelectual de todos los niños de ambos sexos que nacerán en —aunque no haya nadie a quien le falte nada— no exista un solo
su seno. (M. BAKUNIN ) individuo que tenga que vender su fuerza de trabajo para sus-
tentarse a sí mismo y a sus hijos.
El día en que el trabajo de los músculos y de los nervios, al Ese es el modo en que entendemos la expropiación.
mismo tiempo manual e intelectual, sea considerado como el (P. KROPOTKIN )
más alto honor de los hombres, como el signo de su virilidad y
de su humanidad, la sociedad estará salvada; pero este día no Si el hombre logra perder el respeto por la propiedad, cada uno
llegará mientras dure el reino de la desigualdad, mientras no tendrá una propiedad; del mismo modo, los esclavos se con-
sea abolido el derecho hereditario. (M. BAKUNIN )
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vierten en hombres libres apenas dejan de ver en su patrón a un Cierto, yo sacrificaría mi patria a la justicia, si fuera necesario
patrón. (M. STIRNER) elegir entre una y otra. (P. J. PROUDHON )

Las huelgas electrizan a las masas, templan su energía moral y La literatura y la ciencia no ocuparán su verdadero puesto en
despiertan en su seno el sentimiento del antagonismo profun- la labor del desarrollo humano hasta el día en que, libres de
do que existe entre sus intereses y los de la burguesía; contri- todo servicio mercenario, sean exclusivamente cultivadas por
buyen inmensamente a provocar y constituir entre los trabaja- aquellos que las aman y para aquellos que las aman.
dores de todos los oficios, de todas las localidades, de todos los (P. KROPOTKIN )
países, la conciencia y el hecho mismo de la solidaridad.
(M. BAKUNIN ) Su socialismo [el de Proudhon], fundado sobre la libertad, sea
individual o colectiva, y sobre la acción espontánea de las aso-
El día en que se golpee la propiedad privada en cualquiera de ciaciones libres, que responde únicamente a las leyes generales
sus formas —territorial o industrial— deberá golpeársela tam- de la economía social, ya descubiertas por la ciencia o aún por
bién en todas sus otras formas. El mismo éxito de la Revolu- descubrir, fuera de toda reglamentación gubernativa y de toda
ción lo impondrá. (P. KROPOTKIN ) protección estatal, que además subordina la política a los in-
tereses económicos, intelectuales y morales de la sociedad, de-
El día en que se produzca la expropiación, el explotado, el tra- bía, más tarde, como consecuencia necesaria, conducir al fede-
bajador, habrá comprendido que ha llegado una nueva era, que ralismo. (M. BAKUNIN )
ya no tendrá que doblegarse ante los poderosos y los ricos, que
la Igualdad se ha consolidado a la luz del sol, que la revolución Pero, ¿cómo llegar desde ese abismo de ignorancia, de miseria
es un hecho real y no una puesta en escena, como se ha visto a y de esclavitud en el que está sumergidos los proletarios del
menudo. (P. KROPOTKIN ) campo y de la ciudad, a este paraíso, a esta realización de la
justicia y de la humanidad sobre la tierra? Para este fin los tra-
Queremos que el capital y, por otra parte, también la tierra, en bajadores tienen un solo medio: la asociación. (M. BAKUNIN )
una palabra, las materia primas del trabajo, dejen de ser bienes
transmisibles por derecho de herencia, a fin de que se convier- El siglo XX abrirá la era de las federaciones; de otro modo, co-
tan para siempre en propiedad colectiva de todas las asociacio- menzará de nuevo, para la humanidad, un purgatorio de otros
nes productivas. La igualdad y, por lo tanto, la emancipación del mil años. (P. J. PROUDHON )
trabajo y de los trabajadores tienen este precio. (M. BAKUNIN )
Y bien, ¿se puede dudar de que en una sociedad de iguales, en
Entonces, sin esperar nada de nadie, estos ciudadanos proba- la que los brazos no estarán obligados a venderse bajo cualquier
blemente irán a buscar a sus compañeros que viven en barracas condición, el trabajo no se transformará realmente en un pla-
y les dirán simplemente: «Esta vez, compañeros, es la revolu- cer, en un alivio? El trabajo repugnante y malsano deberá des-
ción en serio. Venid esta noche a tal sitio. Todo el barrio se aparecer, siendo evidente que en estas condiciones, daña a la
hará presente: nos repartiremos los alojamientos. Si no queréis sociedad entera. Antes podía relegársele a los esclavos; el hom-
quedaros en vuestras míseras casas, podréis elegir un aparta- bre libre deberá crear nuevas condiciones para un trabajo agra-
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Nosotros sabemos todo eso, y afirmamos, sin embargo, que mento de cinco habitaciones entre las que están disponibles. Y
ninguno tiene el derecho de obligar al ama de casa a adquirir cuando estéis establecidos, será un hecho: el pueblo armado
en el almacén comunal sus patatas bien cocidas, si prefiere será el que irá a hablar con aquellos que quieran venir a desa-
cocinarlas ella misma en una marmita, en su fuego. Y sobre lojaros». (P. KROPOTKIN )
todo, nosotros deseamos que cada uno pueda consumir su ali-
mento como mejor le plazca, con su familia, o con sus propios Si una sociedad —ciudad o territorio— quiere asegurar a todos
amigos, o hasta en la taberna si lo prefiere. (P. KROPOTKIN ) sus habitantes lo necesario (y veremos en seguida cómo la con-
cepción de lo necesario puede extenderse hasta incluir el lujo),
He aquí, según nosotros, toda la cuestión. Ofrecer al agricultor, se verá forzosamente obligada a apoderarse de todo lo indis-
a cambio de sus productos, no simplemente papeles, cualquie- pensable para producir, vale decir, del suelo, de las máquinas,
ra sea su valor ficticio, sino los objetos mismos de consumo, de de los talleres, de los medios de transporte, etc. Deberá expro-
los cuales los trabajadores tienen necesidad. Si se hace de esta piar a los actuales poseedores del capital para restituírselo a la
manera, las mercancías afluirán hacia la ciudad. Si no se hace comunidad. (P. KROPOTKIN )
así tendremos en la ciudad la carestía, con todas sus conse-
cuencias: la reacción y el quebrantamiento de la Revolución. ¿Es necesario demostrar que el derecho de herencia genera
(P. KROPOTKIN ) todos los privilegios económicos, políticos y sociales? Resulta
evidente que la desigualdad de las clases subsiste por este mo-
Si la causa se hace común entre los trabajadores del campo y tivo. Con el derecho a la herencia, las diferencias medievales de
los de la ciudad, así podrá serlo también para la Democracia fortuna o felicidad que debieran desaparecer a medida que des-
obrera y la clase media: ¡Oh! ¡Si ella pudiera comprender que aparecen los individuos mismos, se vuelven eternas; de alguna
su salvación está en su alianza! (P. J. PROUDHON ) manera se petrifican, se convierten en diferencias tradiciona-
les, crean privilegios de nacimiento, consolidan las clases y se
¿Perderá acaso algo la literatura? ¿El poeta será acaso menos transforman en una fuente constante de explotación de millo-
poeta después de haber trabajado en los campos, o colaborado nes de trabajadores por parte de miles de hombres de cuna
con sus manos a multiplicar su obra? El novelista ¿perderá privilegiada. (M. BAKUNIN )
acaso el conocimiento que posee del corazón humano, después
de haberse acercado a otros hombres en los talleres, los bos- De todas maneras, pensamos que éste es el principio al que es
ques, en una calle, o en el laboratorio? Enunciar tal pregunta necesario ceñirse lo más posible. De cada uno, según sus posi-
es responder implícitamente. bilidades; a cada uno, según sus necesidades. (J. G UILLAUME)
Algunos libros serán tal vez menos voluminosos, pero se
imprimirán menos páginas para decir más. Quizá se publica- Mientras que el hombre está obligado a pagar un tributo al pro-
rán menos volúmenes, pero aquello que se imprima será más pietario para tener el derecho de cultivar el suelo o de poner en
leído y mayormente apreciado. El libro se dirigirá a un círculo movimiento una máquina, y mientras que el propietario tenga
más vasto de lectores, que serán más instruidos y, por lo tanto, la libertad de producir aquello que le proporciona el mayor
más capaces de juzgarlos. (P. KROPOTKIN ) beneficio, aún una cantidad de objetos que no son necesarios

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para la existencia, el bienestar no podrá consolidarse sino en Seré verdaderamente libre cuando todos los seres humanos que
forma provisoria y sólo para un pequeño número de personas. me rodean, hombres o mujeres, sean asimismo libres, y cuanto
Por otra parte, siempre será pagado con la miseria de gran parte más numerosos sean los hombres libres que me rodean, y más
de la sociedad. En realidad, no es suficiente con distribuir en profunda y duradera su libertad, tanto más extensa, más pro-
partes iguales las utilidades que llega a producir una industria, funda y más duradera, será la mía. Podré considerarme verda-
si al mismo tiempo para ello es necesario explotar a miles de deramente libre sólo cuando mi libertad, o, lo que es lo mismo,
obreros. Se trata de producir, con la mínima pérdida posible de cuando mi dignidad de hombre, mi derecho humano, reflejo de
fuerzas humanas, el mayor número posible de productos nece- la conciencia igualmente libre de todos, me sea confirmado con
sarios para el bienestar de todos. (P. KROPOTKIN ) el ascenso de todos. (M. BAKUNIN )

Por lo tanto, el hombre no es un ser que pueda vivir exclusi- La humanidad entera está en lo íntimo de cada uno de noso-
vamente para comer, beber y conseguir una vivienda. Apenas tros, y ninguno puede proponerme una ley o una fe que yo no
logre dar satisfacción a todas sus exigencias naturales, surgirán hallé en mí mismo. La razón individual afirma la razón social,
en él, en forma mucho más ardiente, determinadas exigencias de la cual es, a su vez, afirmación. (P. J. PROUDHON )
a las cuales se podría atribuir un carácter artístico. La cantidad
de individuos será proporcional a la cantidad de deseos; cuan- En una palabra: «¡Sea tomado a voluntad todo aquello que se
to más civilizada sea la sociedad, más se desarrollará la indivi- posea en abundancia! ¡Repartir por raciones todo aquello que
dualidad, y más variados serán los deseos. deba ser mesurado, dividido!» De los 350 millones de hombres
Aún hoy, vemos cómo hombres y mujeres se niegan cosas que habitan Europa, doscientos millones siguen aún esta pro-
necesarias para adquirir una determinada bagatela, para satis- puesta, sugerida por la naturaleza. (P. KROPOTKIN )
facer un cierto placer, un goce intelectual o material. Un cris-
tiano, un asceta, pueden criticar estos deseo de lujo; pero, en Desde el punto de vista social, libertad y solidaridad se identi-
realidad, son precisamente estas chucherías las que rompen la fican; porque la libertad de cada uno encuentra en la libertad
monotonía de la existencia, las que la hacen más agradable. de los otros, no una limitación sino una ayuda; el hombre más
(P. KROPOTKIN ) libre es aquél que tiene el mayor número de relaciones con sus
propios semejantes. (P. J. PROUDHON )
El régimen político al que están sujetas todas las sociedades
humanas es siempre la expresión del régimen económico de La Liga no podrá reconocer más que una sola unidad: aquella
esa misma sociedad. (P. KROPOTKIN ) que se constituirá libremente a través de la federación de las
partes autónomas en el conjunto, de modo que éste, dejando
Mientras siga en vigor el derecho a la herencia, no podrá exis- de ser la negación de los derechos y de los intereses particula-
tir la igualdad económica social y política en el mundo; y mien- res, dejando de ser el cementerio donde forzosamente termina
tras haya desigualdad habrá opresión y explotación. por sepultarse toda la prosperidad local, se transformará, por
el contrario, en la confirmación y el origen de toda esta auto-
nomía y prosperidad. (M. BAKUNIN )

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Nosotros sostenemos, además, no solamente que el comunis- Aquello que queremos y debemos abolir, es el derecho a la
mo es tanto más deseable, sino que las sociedades actuales, herencia, justificado por la jurisprudencia, que constituye la
basadas en el individualismo, están obligadas a «avanzar con- base de la familia jurídica y del Estado. (M. BAKUNIN )
tinuamente hacia el comunismo». (P. KROPOTKIN )
Confesamos francamente que cuando pensamos en la miseria
El ser humano es un grupo. (P. J. PROUDHON ) abismal y en los sufrimientos que nos rodean, cuando escu-
chamos los desgarradores estribillos del obrero que pasa la
El hombre sólo existe a través de la sociedad, la cual, a su vez, vida pidiendo trabajo, nos repugna la idea de discutir este pro-
se rige por el equilibrio de las fuerzas que la componen. blema: ¿Cómo se hará, en una sociedad en la que todos puedan
(P. J. PROUDHON ) comer a gusto, para satisfacer a una persona que desee tener
una porcelana de Sèvres o un abrigo de piel?
Ningún hombre, por más fuerte que se crea, tendrá jamás la Nos inclinamos a afirmar por toda respuesta: Aseguremos,
fuerza para soportar el desprecio unánime de la sociedad, nin- ante todo, el pan; luego pensaremos en la porcelana y en el abri-
guno podrá vivir sin sentirse sostenido por el consentimiento y go. (P. KROPOTKIN )
la estima de, al menos, una parte cualquier de esta sociedad.
Sólo los hombres incitados por una inmensa y sincera convic- Si es cierto —y lo es— que la única garantía para no ser despo-
ción pueden hallar el coraje de pensar y oponerse a todo, y nin- jado de los frutos del propio trabajo es la de poseer los instru-
gún hombre egoísta, depravado y vil, tendrá jamás ese coraje. mentos del trabajo, ellos (los economistas) sólo demuestran
(M. BAKUNIN ) que el hombre no produce realmente, sino cuando trabaja en
plena libertad, cuando, hasta cierto punto, puede elegir su ocu-
El puente sobre el cual, una vez, gravaba la tasa de peaje para pación, y cuando no tiene vigilantes que lo molesten. En suma,
los pasajeros, es ahora propiedad pública. La calle empedrada, cuando comprueba que su trabajo contribuye a su bienestar y
que se pagaba en un tiempo a tanto por legua, no existe más no al de un holgazán cualquiera. Esto es lo que se puede dedu-
que en Oriente. Los museos, las bibliotecas libres, las escuelas cir de sus argumentos y es asimismo lo que nosotros afirma-
gratuitas, los comedores para niños; los parques y los jardines mos. (P. KROPOTKIN )
abiertos a todos; la calle empedrada e iluminada libre para to-
dos; el agua transportada a las habitaciones, tendiéndose en En pocas horas, doscientos ganaderos han levantado el obelis-
general a no contabilizar la cantidad consumida. Estas son, en- co de Luxor, ¿es posible que un solo hombre hubiese podido
tre otras, instituciones fundadas sobre el principio: «Toma lo llevar a cabo la empresa en doscientos días? Sin embargo, en la
que te corresponde». (P. KROPOTKIN ) contabilidad del capitalista, la suma de los salarios hubiese
sido la misma. (P. J. PROUDHON )
Lo que los otros hombres sean, me importa mucho, porque
independientemente de que yo imagine o parezca, por mi posi- Si en la actualidad el trabajo es maldito, es porque es excesivo,
ción social, Papa, Zar o emperador, o hasta primer Ministro, forzado, porque embrutece, porque mata al tiempo libre y pri-
soy incesantemente, el producto de aquello que son estos últi- va a los hombres de las posibilidades de disfrutar humanamen-
mos entre los hombres. (M. BAKUNIN )
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te de la vida, y porque cada uno, o casi todos, están obligados a dan afirmarse, en realidad, y desarrollarse, se puede decir que
aplicar su fuerza productiva al tipo de trabajo que menos se adap- hay vida. (J. G RAVE)
ta a sus disposiciones naturales. (M. BAKUNIN )
En efecto, para el hombre, la vida fuera de toda sociedad y de
Para fundamentar su tesis a favor de la «propiedad» contra toda influencia humana, en una palabra, el aislamiento absolu-
cualquier otra forma de «posesión», los economistas debieran to, es la muerte intelectual, moral y hasta material. La solidari-
demostrarnos que bajo la forma de posesión comunal, la tierra dad no es el producto, sino la madre de la individualidad, y la
no produce nunca tan rica y abundante cosecha como cuando personalidad humana no puede nacer y desarrollarse sino en la
su posesión es personal. Ahora, eso no se verifica; más bien, es sociedad humana. (M. BAKUNIN )
justamente lo contrario lo que se comprueba. (P. KROPOTKIN )
Es justamente porque me considero un individualista que in-
Comprendemos que todos tienen sólo un sueño, una aspira- tento apoyar la causa de la organización. (VOBRYZEK)
ción: la de salir o hacer salir a sus hijos de esta condición infe-
rior. La de crearse una situación independiente… de vivir tam- La ley de la solidaridad social es la primera ley humana; la li-
bién ellos, a su vez, del trabajo de otros. bertad es la segunda. Estas dos leyes son interdependientes y
Mientras haya una clase de trabajadores manuales y otra constituyen inseparablemente la esencia de la humanidad. Así
clase de trabajadores intelectuales —las manos negras y las es que la libertad no es la negación de la solidaridad, sino, por
manos blancas— sucederá siempre así. (P. KROPOTKIN ) el contrario, su desarrollo y, por así decirlo, su humanización.
(M. BAKUNIN )
Os pregunto si es posible la fraternidad entre explotadores y
explotados, entre opresores y oprimidos ¿Cómo? Os haré sufrir Sólo la gran y omnipresente autoridad natural junto con la ra-
y sudar todo un día, y a la noche, cuando haya recogido el fruto cional, la única que nosotros podemos respetar, será aquella
de vuestro sudor y sufrimiento, dejándoos sólo una pequeñí- del espíritu colectivo y público de una sociedad fundada en la
sima parte para vivir, en una palabra, volver a sudar y a sufrir igualdad y en la solidaridad, como sobre la libertad y el respeto
para mi solo beneficio, al día siguiente, a la noche os diré: ¡Abra- humano y recíproco de todos y cada uno de sus miembros. Sí,
cémonos, seamos hermanos! (M. BAKUNIN ) una autoridad que no tenga nada de divino, enteramente hu-
mana, ante la cual nos inclinaremos de todo corazón, en la segu-
Solo mediante la huelga universal los obreros lograrán crear ridad de que ella, muy lejos de someter a los hombres, los eman-
una nueva sociedad, en la cual no encontrarán más tiranos. cipará. (M. BAKUNIN )
(F. PELLOUTIER)
Toda sociedad que quiera romper con la propiedad privada es-
Hoy como ayer, y antes de ayer, traicionada por una luz acusa- tará obligada, según nosotros, a organizarse en un comunismo
dora dirigida tanto a los hombres como a los acontecimientos, anárquico. La Anarquía conduce al comunismo y el comunis-
ella se muestra dura, egoísta, codiciosa, restringida, estúpida, mo a la Anarquía, no siendo el uno y el otro más que la expre-
brutal y servil al mismo tiempo; feroz cuando cree poder serlo sión de la tendencia predominante de la sociedad moderna: la
sin peligro, como en los días nefastos de junio, siempre poster- búsqueda de la igualdad. (P. KROPOTKIN )
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gada ante la autoridad y la fuerza pública, de las que espera su
salvación. Siempre enemiga del pueblo. (M. BAKUNIN )

¡Que todos los trabajadores, de una a otra nación, se tiendan la


mano! (P. J. PROUDHON )

El burgués, aunque por interés se muestre servil, sigue siendo,


por temperamento y malos hábitos, un defraudador. Reconoce
la necesidad de un poder fuerte y en condiciones de proteger sus
privilegios económicos de la rebelión de la vil multitud. Hace
reverencias a las dictaduras militares, en la consciencia, ¡ay de
Haced la Revolución social. Haced que todas las necesidades mí!, de que solo ella es hoy lo suficientemente fuerte como
humanas realmente solidarias, que los intereses materiales y para defenderlo. Pero al mismo tiempo la detesta desde lo más
sociales de cada uno, se conviertan en preocupaciones huma- profundo de su corazón, ya que ella cortaría su liberalismo, su
nas de todos. Y , para hacer esto, hay un solo medio: destruir vanidad, y porque siempre termina comprometiendo asimis-
todas las instituciones de la desigualdad; fundar la igualdad mo, sus intereses, en nombre de los cuales y para cuya defensa
económica y social de todos, y sobre esta base se abrazará la existe. (M. BAKUNIN )
libertad, la moralidad, la solidaridad humanitaria de todos.
Las leyes de la solidaridad social son abandonadas para mo- Allí, en una inmensa fábrica de Londres, se puede ver a las
ralizar a los individuos, cuando no es necesario ocuparse tanto jóvenes que a los diecisiete años se han vuelto calvas, a fuerza
de su conciencia, como de su existencia social. (M. BAKUNIN ) de llevar sobre su cabeza, de una sala a la otra, bandejas de
cerillas, mientras que una simple máquina podría transportar
Una sociedad así constituida no deberá temer ni la discordia las cerillas a sus mesas. Pero… ¡cuesta tan poco el trabajo de
interna, ni los enemigos exteriores. Ella opondrá a las coalicio- las mujeres cuando, como es lo común, no tienen especializa-
nes del pasado su amor por el orden nuevo, la iniciativa audaz ción ninguna! ¿Para qué una máquina? Cuando las mujeres no
de cada uno y de todos, la fuerza del despertar del genio que aguanten más, se las sustituirá fácilmente… ¡Hay tantas en las
renacerá en ella gigantesca. calles! (P. KROPOTKIN )
En presencia de esta fuerza irresistible, «los reyes conjura-
dos», nada podrán. Deberán agachar la cabeza y unirse al carro Y si hablaseis con el propio trabajador sabríais que la regla de
de la humanidad, empujados a través de los nuevos horizontes los trabajadores es que el obrero no haga jamás todo lo que es
abiertos por la Revolución social. (P. KROPOTKIN ) capaz de hacer. ¡Cuidado con aquel que, en una fábrica inglesa,
no siga este consejo que le dan todos sus compañeros apenas
Es necesaria una gran diversidad de ideas, de puntos de vista, asume su tarea! Los trabajadores saben que si en algún mo-
de actitudes, para estar en condiciones de organizar un Estado mento de generosidad ceden a las demandas de un patrón y dan
socialmente armónico. Sólo cuando todas las divergencias pue- su consentimiento para incentivar un trabajo a los efectos de

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cumplir con los pedidos urgentes, este trabajo nervioso se con- represión definitiva de las fuerzas populares que siempre des-
vertirá, en adelante, en una exigencia regular en la escala sala- aparecen y siempre se recrean, se vuelve casi imposible.
rial. Así es que nueve de cada diez fábricas prefieren no rendir (M. BAKUNIN )
jamás según su capacidad. (P. KROPOTKIN )
El sistema de la Internacional es la Revolución. El fin es la
Abrid la obra de un economista, cualquiera que sea. emancipación completa, no el paliativo. Es la cura absoluta, no
Ensordece con la PRODUCCIÓN, el análisis de los medios la parcial. (R. MINGOZZI)
utilizados para crear la riqueza, la división del trabajo, la ma-
nufactura, la tarea de las máquinas, la acumulación del capital. Se advierte la necesidad de una Revolución inmensa, implaca-
Desde Adam Smith a Marx, todos han procedido de la misma ble, que no sólo desbarate el régimen económico basado en la
manera. Sólo en la segunda o tercera parte de su obra, el eco- fría explotación, en la especulación, en el fraude; que no sólo
nomista abordará el CONSUMO, es decir, la satisfacción de las derribe la jerarquía política basada en el dominio de los pocos,
necesidades del individuo; y se limitará nuevamente a explicar sino que remueva la sociedad en su vida intelectual y moral,
de qué modo las riquezas serán repartidas entre aquellos que sacuda la pereza, revolucione las costumbres e infunda un so-
se disputan su posesión. plo vivificante de nobles pasiones, grandes arrojos, generosas
Quizá se pueda decir que es lógico: que antes de satisfacer acciones a las viles y mezquinas pasiones del momento.
las necesidades es necesario crear aquello que pueda satisfa- (P. KROPOTKIN )
cerlas; que es necesario producir para consumir. Pero antes de
producir cualquier cosa, ¿acaso no debe demostrarse su nece-
sidad? (P. KROPOTKIN )

Nosotros afirmamos: «el labriego consume menos de lo que


produce», porque se le obliga a dormir sobre la paja y a vender
las plumas; a conformarse con aguachirle y a vender el vino; a
comer centeno y a vender trigo. (P. KROPOTKIN )

No permitas que otros utilicen tu obra para enriquecerse, tu


trabajo para holgazanear; piensa que tienes una familia que
mantener y que si otros quieren vivir, también ellos tienen que
trabajar como tú. (DECÁLOGO DE LOS CAMPESINOS DE MANTUA )

No dejes que otros te arrebaten tus bienes y tus derechos; cui-


da, por lo tanto, de lograr la abolición de los privilegios de todo
tipo, e intenta obtener tu igualdad basada en el trabajo.
(DECÁLOGO DE LOS CAMPESINOS DE MANTUA )

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Nos acusaréis de desear la Revolución. Pero es justamente Cuándo se podrá saber si el obrero, condenado a hacer clavos
eso lo que nos imponemos los revolucionarios. (L. MICHEL) toda su vida, perderá o no todo su interés en el trabajo; si no
estará completamente sujeto al patrón por su limitado oficio;
Tomemos, pues, ejemplo de la sabiduría de nuestros adversa- si no hará cuatro meses de huelga en un año; si su salario no
rios. Veréis, todos los gobiernos tienen en la boca la palabra descenderá cuando se le pueda sustituir con un aprendiz.
libertad, mientras sus actos son reaccionarios. Las autoridades Smith no pensaba todo esto cuando gritaba: «¡Viva la división
revolucionarias no pronuncian, pues, tantas de esas palabras, del trabajo! ¡He aquí la verdadera forma de enriquecer la na-
pero usando el lenguaje más moderado y pacífico posible, ha- ción!». (P. KROPOTKIN )
cen la Revolución. (M. BAKUNIN )
Por otra parte, si sólo estuvieran los economistas para predicar
¿Qué cosa deben hacer, por tanto, las autoridades revoluciona- la división del trabajo permanente y a menudo hereditario, se
rias… para extender y organizar la Revolución? Ellas no deben convencerían por sí solos. Pero las ideas profesadas por los
hacerla por sí mismas con sus decretos, ni obligar a las masas, doctores de la ciencia se infiltran en los espíritus, pervirtiéndo-
sino provocarla en las masas. Ellas no deben imponerle una los, de modo que, a fuerza de oír hablar de la división del tra-
organización cualquiera, sino favoreciendo una organización bajo, del interés, de la renta y del crédito, como problemas
autónoma desde la base contra las alturas, trabajar bajo cuer- resueltos desde hace tiempo, todos (incluso los trabajadores)
da, sirviéndose de la influencia individual sobre los individuos terminan razonando como los economistas, es decir, veneran-
más inteligentes e influyentes de cada localidad, a fin de que do los mismos fetiches. (P. KROPOTKIN )
esta organización sea la más posiblemente conforme a nuestros
principios. (M. BAKUNIN ) Se conocen las consecuencias de la división del trabajo. Esta-
mos, evidentemente, divididos en dos clases: por una parte, los
La libertad no se da, se toma. (P. KROPOTKIN ) productores, que consumen poquísimo y trabajan mal porque
su cerebro permanece inactivo; por otra, los consumidores,
Aun la más minúscula de las leyes protectoras del trabajo, por que producen poco o nada, y que tienen el privilegio de pensar
más incolora que sea, sólo podrá ser arrancada de un Parla- por los otros; y piensan mal porque todo el mundo —el de los
mento mediante la agitación insurreccional. (P. KROPOTKIN ) trabajos manuales— les es desconocido. Los que trabajan la
tierra no saben nada de la máquina, los que están pegados a la
Aquello que vuelve tan poderosos a los movimientos verdade-
máquina, ignoran totalmente el trabajo de los campos. El ideal
ramente populares, es el hecho que siendo el producto de una
de la industria moderna es contar con un joven que sirva a la
gran pasión unánime, arrastre a todo el mundo. A los débiles y
máquina de la cual no pueda ni deba comprender el funciona-
a los fuertes, a las mujeres, a los viejos, a los niños, a los jóve-
miento y con vigilantes que le multen si su atención disminuye
nes y a los hombres maduros; es que la ausencia de todo orden
un instante. (P. KROPOTKIN )
formal o de reglas artificiales impuestas por una autoridad
superior, hace posible esta participación de todas las edades, Se conoce muy bien la teoría que proclama la necesidad, para las
de todos los sexos, en el movimiento general. Por ese motivo la grandes naciones europeas, de poseer colonias. Estas colonias

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deben enviar a la madre patria sus materias primas: algodón, ma el carácter dela intriga, un carácter mezquino, miserable,
lana apenas elaborada, drogas, etc.; la madre patria les remiti- frecuentemente infame. (M. BAKUNIN )
rá sus productos después de haberlos manufacturado, es decir,
burdos tejidos, hierros viejos bajo formas de máquinas en Nosotros no podemos ni queremos constituir un ejército que
desuso. En resumen, todo aquello que no le haga falta, que le no sea el del pueblo. Pero a fin de que las masas se subleven
cueste poco o nada, pero que no por ello venderá a menos precio. todas simultáneamente —y sólo con esta condición pueden
Esta era la teoría; y esta fue, durante mucho tiempo, la vencer—, ¿qué es necesario hacer? Por sobre todas las cosas,
práctica consiguiente. Mientras la India se arruina, Londres o ¿qué hacer, para que las masas, aún electrizadas y en rebelión,
Manchester acumulan riquezas a sus expensas. (P. KROPOTKIN ) no se contradigan y se paralicen con sus movimientos contra-
puestos?
No robar y no dejarse robar; entonces, es un disparate dejarse Hay solo un medio: asegurarse el concurso de todos los jefes
arrebatar el fruto de los propios sudores por aquellos que nada populares. (M. BAKUNIN )
producen, y que se pasean y divierten el día entero, sin coger
jamás ni una azada, ni un martillo, ni la pluma. La Revolución no es un simple cambio de gobierno. Es la toma
(DECÁLOGO DE LOS CAMPESINOS DE MANTUA ) de posesión por parte del pueblo de toda la riqueza social.
(P. KROPOTKIN )

De todos modos, para mí no hay peor enemigo del pueblo que


los que tratan de desviarlo de la Revolución social, la única que
puede darle la verdadera libertad, la justicia y el bienestar, para
arrastrarlo de nuevo a la experiencia engañosa de aquellas re-
formas y de aquellas revoluciones exclusivamente políticas, de
las cuales siempre ha sido la víctima y el instrumento.
(M. BAKUNIN )

La Revolución política, contemporánea a la Revolución social,


e inseparable de ella, de la cual será, por así decirlo, la expre-
sión o la manifestación negativa, no será ya una transforma-
ción, sino una grandiosa liquidación del Estado. (M. BAKUNIN )

El pueblo se muere de hambre, y no tiene ni siquiera el dere-


cho de decir que se muere de hambre. Y bien, yo he tomado la
bandera negra e iré proclamando que el pueblo no tiene traba-
jo, ni pan. Este es mi delito. Vosotros podéis juzgarlo como
queráis.

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Pero la miseria y la desesperación por sí solas no bastan para
suscitar la Revolución social. Pueden dar origen a levantamien-
tos locales, pero son insuficientes para sublevar a grandes ma-
sas. Para que esto suceda es necesario que todo un pueblo po-
sea un ideal común… una idea general de su derecho y una fe
profunda, apasionada, religiosa si se quiere, en este derecho.
(M. BAKUNIN )

Sabed apelar a todas las pasiones, contened únicamente a los La prensa burguesa alaba todos los días, en todos los tonos, el
policías, las normas, el ejército, la vileza; arrojad los primeros valor y el alcance de las libertades políticas, de los «derechos
golpes, dad el ejemplo, poseed no sólo la audacia, sino el odio políticos de los ciudadanos»: sufragio universal, libertad de pren-
tenaz que no se desarma jamás, y veréis brotar la Revolución sa, de reunión, etc. Pero… libertad de prensa y de reunión, in-
tanto en el campo como en la ciudad. (M. BAKUNIN ) violabilidad del domicilio y todo lo demás son respetados sólo
con la condición de que el pueblo no los utilice contra las clases
Aquello que puede y debe sublevar a Italia… es una gran Revo- privilegiadas. (P. KROPOTKIN )
lución popular. Con este objeto no basta hacer tomar las armas
a algunos cientos de muchachos, no basta tampoco empujar a El sistema de la representación democrática es el de la hipo-
la rebelión al proletariado de la ciudad; es necesario que la cresía y el de la eterna mentira. Su existencia se apoya en la
campiña, y nuestros 20 millones de campesinos se subleven ignorancia del pueblo y todos sus triunfos se basan en ella.
también. (M. BAKUNIN ) (M. BAKUNIN )

El primer impulso de los anarquistas, para el mejor logro de la Mientras desde todas partes asistimos al derrumbamiento del
Revolución, será apropiarse de la riqueza social; llamar a los Parlamento y desde todos los ángulos surgen críticas a los prin-
desheredados a adueñarse de los almacenes, de los instrumen- cipios mismos del sistema y no sólo a sus aplicaciones, ¿cómo
tos, del suelo; marchar a habitar departamentos salubres, des- puede ocurrir que los socialistas revolucionarios defiendan este
truyendo los agujeros donde hoy son obligados a pudrirse; los sistema condenado a muerte?
rebeldes debieran destruir los derechos gracias a los cuales se Elaborado por la burguesía para enfrentar a la monarquía y
mantiene hoy día el funcionamiento de la propiedad: las ofici- para acrecentar su dominio sobre los trabajadores, el sistema
nas policiales y judiciales; el Catastro, el Registro, el Estado parlamentario es, por excelencia, la forma del régimen burgués.
Civil, deberán ser requisados y saqueados. (J. G RAVE) Los autores de este régimen nunca han sostenido seriamente
que un Parlamento o un Consejo Nacional pueda representar la
Una bella guerra civil, franca, abierta, vale mil veces más que nación o a las ciudades; los más inteligentes entre ellos saben
una paz corrupta. Puesto que esta paz no es más que aparente; que es imposible. (P. KROPOTKIN )
por debajo de su protección engañosa, la guerra continúa, pero
sin poder extenderse libremente, y de allí que esa falsa paz asu- Un Estado republicano, basado en el sufragio universal, puede
ser muy despótico, más despótico aún que el Estado monárqui-
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co, cuando, con el pretexto de representar la voluntad de to- revolucionario: «Si deseas ser libre, ¡compra un fusil! Si no hay
dos, imponga el peso de su poder colectivo sobre la voluntad y dinero para comprarlo, ¡róbalo!». («G IL BLAS»)
el libre movimiento de cada uno de sus miembros.
(M. BAKUNIN ) No tengáis ningún temor; cuando los campesinos hayan senti-
do vivamente, hayan, por así decirlo, palpado las ventajas de la
Una vez establecido el sufragio universal, se creyó haber ase- Revolución, darán por defenderla más dinero y más hombres
gurado la libertad de los pueblos. Sin embargo, constituyó una de cuanto haya podido recabar la acción reguladora y hasta exa-
gran ilusión, y se puede decir que la consciencia de esta ilu- gerada del Estado. (M. BAKUNIN )
sión, en numerosos cantones, llevó a la caída, y en todos, a la
desmoralización hoy tan evidente del Partido Radical. Los ra- Guerra hasta la última gota de sangre le ha declarado a Four-
dicales quisieron engañar al pueblo, como asegura nuestra mies la burguesía. Respondemos: ¡Guerra hasta la última gota
llamada prensa liberal, pero se han engañado a sí mismos. de sangre! («L’AGITATORE»)
(M. BAKUNIN )
¿No habéis deseado el socialismo? Pues bien, ¡tendréis la gue-
El sufragio universal representa, para el ciudadano, el derecho rra! (P. KROPOTKIN )
de disfrutar de 1/1.460 ó 1/1.461 (en los años bisiestos) del
poder que habría dirigido; es exactamente una papeleta electo- La tarea de la Asociación Internacional de los Trabajadores se
ral cada cuatro años. Sin embargo, la autoridad se ejerce mien- ha impuesto, pues, nada menos que la liquidación completa
tras tanto todos los días. (M. LUCAS) del mundo político, religioso, jurídico y social actualmente
existente, y su sustitución con un mundo económico, filosófico
Por medio del régimen parlamentario, la burguesía sólo ha y social nuevo. (M. BAKUNIN )
intentado oponer un obstáculo a la monarquía, sin concederle
la libertad al pueblo. Pero a medida que el pueblo se vuelve En nuestros días la necesidad de una Revolución económica y
más consciente de sus propios intereses, y que la diversidad de social se hace sentir vivamente entre las masas populares de
estos intereses se multiplica, el sistema no puede funcionar. Europa, hasta en los más jóvenes, y es justamente por eso, que
Así, inútilmente, los demócratas de todos los países recurren a hay que tener fe en el próximo triunfo de la Revolución social;
los paliativos para curar el mal. Se intenta el referéndum y se porque si el instinto colectivo de las masas no fuese tan clara-
comprueba que no sirve para nada; se habla de representación mente, tan profundamente, tan resueltamente pronunciado en
proporcional, de representación de las minorías: otras utopías este sentido, no habría socialistas en el mundo, ni siquiera en-
parlamentarias. Se consumen esfuerzos, en una palabra, para tre los hombres de más talento, capaces de sublevarlas.
la búsqueda de lo inhallable pero se está obligado a reconocer (M. BAKUNIN )
que se está recorriendo un falso camino, y que, cada vez más,
Tenéis miedo de la Revolución. Y bien, sabed que ella estallará
desaparece la confianza en un gobierno representativo.
cuando el pueblo lo quiera, no cuando le quede cómodo a la
(P. KROPOTKIN )
policía. ¡Id a decirlo al gobierno de la mixtificación! (L. MICHEL)

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¡Ciudadanos, ciudadanas, armaos todos el 1º de mayo; con Toda la mentira del sistema representativo se basa en esta fic-
fusiles, cuchillos, azadas, pistolas; y si ese día va a derramarse ción: que un poder y una cámara legislativa surgidos de una
sangre, debemos estar en condiciones de defendernos hasta la elección popular deben y hasta pueden representar absoluta-
muerte! ¡Lo que pido es que nadie retroceda: si los agentes de mente la verdadera voluntad popular.
la policía atacan, y bien, no tengan temor de matarlos como a En Suiza, como en otras partes, por más igualitarias que
perros, como carroña, que no son otra cosa! (D. CAMPS) sean nuestras constituciones políticas, es la burguesía quien
gobierna, y es el pueblo de los trabajadores y de los campesi-
Existe un solo medio: hablarles e incitarles vivamente a la di- nos, el que obedece las leyes. El pueblo ni siquiera tiene tiem-
rección de sus propios instintos. Porque amamos la tierra, es po, ni la instrucción necesaria para ocuparse del gobierno. La
que tomamos toda la tierra y que expulsamos a los propietarios burguesía, que posee una y otra cosa, tiene, no el derecho, sino
que la disfrutan con el trabajo de otros. Ellos no demuestran de hecho, el privilegio exclusivo del mismo. Por tanto, la igual-
gusto alguno en pagar las hipotecas y los impuestos: que no las dad política no es, en Suiza, como en cualquier otra parte, más
paguen más; y aquellos que no se cuiden de pagar sus deudas que una ficción pueril, una mentira. (M. BAKUNIN )
privadas, no sean obligados a hacerlo. Para terminar, detesta-
mos la conscripción militar; que no seamos más obligados a La mayor parte de los negocios y de las leyes, y muchos nego-
suministrar los soldados. (M. BAKUNIN ) cios y leyes importantes con una relación directa con el bienes-
tar, con los intereses comunes de los individuos, se desarrolla
Pero será guerra civil, diréis vosotros… Sí, será la guerra civil. por encima del pueblo, sin que éste se dé cuenta, ni se preocu-
¿Por qué censuráis, por qué teméis tanto la guerra civil? pe, ni se interese. Se le compromete, se le entrega, a veces se le
(M. BAKUNIN ) arruina, sin que ellos tengan consciencia de ello. El pueblo no
tiene el hábito ni el tiempo necesario para estudiar todo eso y,
Si el pueblo tan sólo pudiera operar sin las manos atadas, en por lo tanto, deja hacer a sus elegidos, que naturalmente sirven
ocho días el trabajo de las mercancías se haría con una regula- a los intereses de sus clases, de su mundo, y no a los del pue-
ridad admirable. Es necesario no haber visto jamás al pueblo blo. (M. BAKUNIN )
laborioso en su trabajo, es necesario haber tenido durante toda
la vida la nariz entre carpetas para poder dudar. Hablad del es- Con la abnegación heroica que siempre lo distingue y que llega
píritu organizador de este gran desconocido que es el Pueblo a hasta lo sublime en las grandes ocasiones, el pueblo espera. Es el
aquellos que lo han visto en París en el día de las barricadas, o pueblo que en 1848 exclamaba: «¡Aguantemos tres meses de
en Londres durante la última huelga, cuando debieron soste- miseria, en beneficio de la República!», mientras los represen-
ner a medio millón de hambrientos, y os dirán cuán superiores tantes y los señores del nuevo gobierno, hasta el último esbirro,
son ellos a todos los burócratas de nuestra administración. recaudaban regularmente su paga. El pueblo sufre. En su con-
(P. KROPOTKIN ) fianza infantil, con la bondad de la masa que cree en sus dirigen-
tes, espera que allí arriba, en la Cámara, en el Municipio, en el
Ahora que la Revolución rusa está siendo sofocada en sangre, Comité de Salud Pública, se ocupen de él. Pero allí arriba se pien-
éste debe ser el primer mandamiento del manual del perfecto sa en todo menos en el sufrimiento de la gente. (P. KROPOTKIN )
73 50
¿Cómo es posible que el sufragio universal represente en ver- Sí, debemos decirlo, la vida del hombre es una guerra continua;
dad el pensamiento auténtico del pueblo, desde el momento guerra a la necesidad, guerra a la naturaleza, guerra a sus pro-
que el pueblo está dividido —como consecuencia de la injusta pios semejantes, y por esto, guerra a sí mismo.
distribución de los bienes— en clases subordinadas una a otra, (P. J. PROUDHON )
que votan por mansedumbre o por odio, desde el momento
que este mismo pueblo, dominado por el poder, no tiene la po- Regla general: quien desee propagar la Revolución debe ser él
sibilidad, a pesar del voto, de hacer oír su opinión sobre nada mismo sinceramente revolucionario. Para sublevar a los hom-
de nada; desde el momento que el ejercicio de sus poderes se bres es necesario tener el diablo en el cuerpo; de otro modo no
limita a la elección, cada tres o cuatro años, de un cierto núme- se producen actos, se hacen sólo discursos frustrados y alboro-
ro de jefes o charlatanes? (P. J. PROUDHON ) tos estériles. De allí, ante todo, los cuerpos francos propagado-
res deben estar ellos mismos revolucionariamente inspirados y
Las elecciones para el Gran Consejo y para el Pequeño Conse- organizados. Deben llevar la Revolución en su seno, para poder
jo, en el caso en que sean desarrolladas por el pueblo, ya son provocarla y suscitarla en torno suyo. (M. BAKUNIN )
mucho menos perfectas. La cuestiones políticas, judiciales y
administrativas, cuya solución y cuyo buen desenvolvimiento El elemento más importante de cada mentalidad anárquica es el
constituyen la tarea principal de estos Consejos, la mayor parte Espíritu de la Rebelión. Aunque esta tendencia exista en esta-
de las veces son ignoradas por el pueblo, sobrepasan los límites do latente en todos los hombres y la mayoría de las veces es
de su práctica cotidiana, escapan siempre a su control; y ellos atrofiada bajo la influencia del ambiente, en los anarquistas
deben someterse a personas que viviendo en una esfera casi ésta es desde el comienzo muy pronunciada, y el ambiente no
totalmente separada de la suya, le son casi desconocidas; si las hace otra cosa que acrecentarla. (HAMON )
conocen, sólo es a través de sus discursos y no en su vida pri-
vada. (M. BAKUNIN ) La expropiación, éste es, pues, el problema que la historia ha
dejado a nuestra resolución, hombres del siglo decimonono. La
¿Qué es, en última instancia, la papeleta electoral? Nada más expropiación, esto es, el retorno a la comunidad de todo lo que
que un pedazo de papel, que simboliza las bayonetas, las ame- a ella le es menester para lograr su bienestar.
tralladoras, los elementos para dispersar multitudes. Es un Pero este problema no puede ser resuelto por medio de la
expediente que permite darse cuenta sin perder tiempo, de qué legislación. Nadie piensa: los pobres, como los ricos, comprenden
parte se encuentra la fuerza y someterse a la inevitable. bien que ni el gobierno actual, ni aquellos que puedan surgir
(E. ARMAND) de la Revolución política, estarían en condiciones de encontrar
la solución. Se siente la necesidad de una Revolución social, y
Las leyes serán tratadas por los elegidos del pueblo, como algo los ricos, así como los pobres, no se ocultan que tal Revolución
sacro. Naturalmente se las eludirá y si constituyen un obstácu- es inminente, que ella puede estallar de un día para otro.
lo se pasará por encima de ellas, pero se pronunciarán infla- (P. KROPOTKIN )
mados y magníficos discursos acerca de ellas. (P. KROPOTKIN )

51 72
Creo que el sufragio universal es la exhibición más completa y
al mismo tiempo más refinada de la charlatanería política del
Estado; un instrumento peligroso, sin duda, y que requiere una
gran habilidad por parte de quien lo usa, pero que, para quien
sepa servirse de él, es el medio más seguro para hacer colabo-
rar a las masas en la construcción de su propia cárcel. Napo-
león III fundó toda su potencia en el sufragio universal que
nunca traicionó la confianza depositada en él. Bismark hizo de
Hoy hemos llegado a la conclusión de la absoluta necesidad de él el fundamento de su imperio. (M. BAKUNIN )
la destrucción del Estado, o, si se quiere, de su total y completa
transformación, en el sentido que, dejando de ser fuerza cen- Rothschild no necesita ser diputado ni ministro; le basta tener
tralizadora y organizada desde arriba hacia la base, sea con la a su disposición a diputados y ministros. (E. MALATESTA )
violencia, sea con la autoridad de un principio cualquiera, él se
reorganiza —con la absoluta libertad para todos los partidos. Pero, se dirá, no serán más los burgueses los que dirigirán las
(M. BAKUNIN ) asambleas legislativas y constitutivas, serán los simples obre-
ros, que habrán adquirido experiencia… ¿Sabéis cuál será el re-
La expropiación de las casas encierra en sí el germen de toda sultado? Que los obreros diputados, transportados a las condi-
Revolución social. Del modo como se la pondrá en práctica de- ciones de la vida burguesa y en la atmósfera de ideas políticas
penderá el carácter del acontecimiento. O abrimos nosotros una burguesas, no siendo ya verdaderos trabajadores sino hombres
calle larga, espaciosa, al comunismo anárquico, o permanece- de Estado, se convertirán en burgueses, y tal vez serán más bur-
remos envueltos aún en el fango del individualismo autoritario. gueses que los burgueses mismos. Y a que no son los hombres
(P. KROPOTKIN ) los que hacen las posiciones, sino las posiciones las que hacen
a los hombres. (M. BAKUNIN )
Nosotros, por el contrario, debemos fomentar, avivar, desen-
cadenar todas las pasiones, debemos producir la anarquía, y, Aquel que haya logrado reunir más de la mitad de los votos
como pilotos invisibles en medio de la tempestad popular, de- (salvo muy raras ocasiones, partidos perseguidos) siempre será
bemos dirigirla, no con un poder ostensible, sino con la dicta- un hombre de paja, sin convicciones, que sabe conformar a to-
dura colectiva de todos los aliados. Dictadura sin careta, sin dos. Es por este motivo… que los parlamentos generalmente
título, sin dirección oficial, tanto más fuerte, en la medida en están compuestos tan mal. (P. KROPOTKIN )
que no tendrá más que mínimamente el aspecto del poder. Esta
es la única dictadura que yo admito. Pero para que ésta pueda Hace falta haber vivido en este «aislador», comúnmente lla-
operar, es necesario que exista, y para que ello ocurra, hace mado Asamblea Nacional, para comprender de qué manera los
falta primero prepararla y organizarla, ya que ella no se hará que más ignoran la situación real de un país son casi siempre los
sola, ni con discusiones, ni con exposiciones y debates de prin- que lo representan. (P. J. PROUDHON )
cipios, ni con asambleas populares. (M. BAKUNIN )

71 52
No es sólo entre siete u ocho elegidos, surgidos de una mayoría fuerzas a la «masacre» hipócrita, política y jurídica, organizada
parlamentaria, y criticados por una minoría de la oposición, que a sangre fría. (M. BAKUNIN )
debe repartirse el gobierno de un país. (P. J. PROUDHON )
Un anarquista está siempre preparado y dispuesto a morir por
Nosotros afirmamos que el sufragio universal, considerado en las propia causa, pero en este caso estamos siendo acusados de
sí mismo y aplicado en una sociedad fundada en la desigualdad asesinos, y entonces debo deciros que yo no soy un asesino.
económica y social, nunca será sino un engaño para el pueblo; (FISCHER)
que, por parte de los demócratas burgueses, no será otra que
una odiosa mentira, el instrumento más seguro para consoli- Cuando se hace la Revolución para emancipar a la humanidad,
dar, con una apariencia de liberalismo y justicia, y a expensas es necesario respetar la vida y la libertad de los hombres; no veo,
de los intereses y de la libertad del pueblo, el eterno dominio sin embargo, por cuál razón debemos respetar la Bolsa, desde
de las clases explotadoras y poseedoras. (M. BAKUNIN ) el momento en que esa bolsa ha sido rellenada por el hurto, el
saqueo y el delito. (M. BAKUNIN )

La Revolución no es un juego para chicos, ni un pequeño deba-


te académico en el cual chocan, las unas contra las otras, las
vanidades individuales, ni un torneo literario en el cual no se
derrama más que tinta. La Revolución es la guerra, y quien
dice guerra dice destrucción de los hombres y de las cosas. Es
ciertamente doloroso para la humanidad el hecho de que no se
ha encontrado todavía un medio de progreso más pacífico, pero
hasta ahora, cada nuevo paso de la historia ha sido dado des-
pués de haber recibido el bautismo de sangre; por otra parte,
desde este punto de vista, la reacción no tiene nada que repro-
charle a la Revolución. Ella siempre ha derramado más sangre
que ellos. (M. BAKUNIN )

El odio es poderoso, a veces hasta sano, y a menudo no se pue-


de decir que carece de belleza. Pero si es cierto que estos des-
vergonzados capitalistas tienen temor, hasta nosotros tenemos
que abandonarnos a él demasiado frecuentemente. Odiar para
destruir, esto es justo; para destruir todo lo que ha generado el
odio mismo. Pero es necesario poder, sobre todo, pensar en cons-
truir. Por medio de la solidaridad y del amor. (L. LECOIN )

53 70
En cuanto a las víctimas inocentes que haya podido herir, me Abolición de la magistratura del Estado, para que todos los
desagrada sinceramente. Me desagrada tanto más en tanto que jueces sean elegidos por el pueblo; abolición de los códigos
no he tenido más que amarguras. Se ha equivocado quien nos civiles y penales actualmente en vigor en Europa; dado que
toma por criminales, nosotros somos los defensores de los opri- todos, igualmente inspirados en el culto de Dios, del Estado, de
midos. (RAVACHOL) la familia consagrada por la religión y por la política, son con-
trarios al derecho humano, y dado que el código de la libertad
Vuelvo a decir que no era mi intención matar. Habría podido no puede ser creado más que por la libertad. (M. BAKUNIN )
llevar dos bombas en vez de una, y he preferido no hacerlo.
Habría podido emplear una carga más fuerte de pólvora verde, Para mantener los privilegios es necesario un vasto conjunto de
y no lo he hecho. Habría podido usar un mecanismo más terri- tribunales, de jueces y de verdugos, de esbirros y carceleros, y
ble, como por ejemplo la nitroglicerina, y no lo he hecho… este mismo conjunto se convierte en el origen mismo de todo
¿Pensáis que os digo esto por haber tratado de salvarme la un sistema de delaciones, de engaños, de amenazas y de corrup-
vida? Os engañáis. Si pensáis que tenéis una idea por el estilo, ción. (P. KROPOTKIN )
preferiréis no refutarme posteriormente y cruzaros de brazos.
Pero, ¡pardiez!, no puedo confesaros haber tenido la intención El Ministerio Público, particularmente riguroso, me ha repro-
de matar. (A. VAILLANT ) chado con violencia haber renunciado a varias posiciones bri-
llantes para convertirme en apóstol de la Anarquía. En verdad,
El socialismo no es cruel, y mil veces más humano que el jaco- ellos no son de los que saben renunciar a sus propias preben-
binismo, es decir, que la revolución política. Él no ataca a las das en nombre de una idea. (S. FAURE)
personas, ni siquiera a las más infames, porque sabe bien que
todos los individuos, buenos o malos, no son otra cosa que el Ella será mil veces más fuerte —no lo dudéis— que toda vues-
producto fatal de la posición social que la historia y la sociedad tra autoridad divina, teológica, metafísica, política y jurídica
han creado para ellos. Los socialistas, es verdad, no podrán cier- instituidas por la Iglesia y el Estado, más fuerte que todos vues-
tamente impedir que el pueblo, en el primer asalto de su furia, tros códigos criminales, que vuestras prisiones y tiranos.
haga desaparecer algunos centenares de individuos entre los (E. MALATESTA )
más odiosos, los más encarnizados y los más peligrosos; pero
una vez pasado este huracán, ellos se opondrán con todas sus El filósofo que intenta reformar una mala ley no predica la
rebelión contra ella. La naturaleza de los anarquistas es com-
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pletamente distinta. Ellos niegan la existencia misma de las le- dezco sinceramente. Pero prefiero una muerte rápida a la tor-
yes, rechazan su validez, animan a los hombres a que las ignoren tura de la prisión. Y si tuviese diez cabezas, quisiera ofrecerlas
en cuanto ley y a rebelarse contra su ejecución. (G. BENTHAM) todas a la lucha contra esta sociedad egoísta, vil y corrupta.
(REINSDORF)
«¡Acusado, vuestras manos están sucias de sangre!»
«¡Como vuestro vestido rojo, señor Presidente!» Comprobaremos que la propaganda teórica es insuficiente, mien-
(E. HENRY ) tras que la propaganda práctica se revela como muy eficaz,
aunque sea involuntaria; por eso, queremos inaugurar una
Se dirá nuevamente que el Estado limita la libertad de sus miem- propaganda de hecho no ya involuntaria, sino deliberada.
bros sólo en la medida en que ella da lugar a la injusticia y al (P. BROUSSE)
mal. Les impide matar, saquear, ofender y, en general, hacer el
mal, dejándole, en cambio, amplia y plena libertad para hacer Ravachol ha visto a su alrededor el Dolor, y ha exaltado el Dolor
el bien. Es siempre la misma historia de Barba Azul y del fruto de los otros, ofreciendo en sacrificio su holocausto… En esta
prohibido; ¿qué es el mal y qué es el bien? (M. BAKUNIN ) época de cinismo e ironía ha nacido un santo. (P. ADAM)

Lo mismo sucede para el mantenimiento de un cierto nivel mo- El ingreso de los libertarios al sindicato tuvo un notable resul-
ral de la sociedad. Se cree que ello se debe a la guardia rural, al tado. Y a que comenzó enseñándole a la masa el auténtico sig-
juez y al policía, mientras que en realidad se mantiene a pesar nificado de la anarquía, doctrina que, puede afirmarse, bien
del juez, el policía y el guardia rural. puede dejar de lado —lo repetimos— la dinámica individual.
«Muchas leyes causan muchos delitos, se dijo muy bien, an- (F. PELLOUTIER)
tes que nosotros». (P. KROPOTKIN )

Tenemos muchos muertos, pero no habéis logrado matar la


Anarquía. Ella tiene raíces muy profundas; ha nacido en el seno
de una sociedad putrefacta que ya está decayendo, es una reac-
ción violenta contra el orden constituido… y está en todas par-
tes. Por eso, es indomable, por eso logrará, por fin, derrotaros
y liquidaros. (E. HENRY )

Señores jurados… he incendiado varias casas y en más de una


ocasión he defendido mi libertad de la agresión de los agentes
del gobierno… Desde el momento que no reconozco a nadie el
derecho de juzgarme, no invoco vuestro perdón ni vuestra cle-
mencia. Haced de mí lo que queráis; mandadme al penal o tal
vez al patíbulo, me importa poco. (A. M. JACOB)

55 68
Generalmente se cree —o por lo menos así se enseña— que el
comercio es fiel a sus compromisos solo por la amenaza de los
tribunales. No es cierto. Nueve de cada diez veces, el comer-
ciante que haya faltado a su palabra no comparecerá ante el juez.
Allí donde el comercio es más activo, como en Londres, el solo
hecho de ser llamado a juicio como deudor será suficiente para
que la inmensa mayoría de los comerciantes se nieguen a tra-
tar con el que les haya obligado a recurrir a un abogado. ¿Por
¡Cómo! —dirán—. ¿Vosotros predicáis el asesinato político? Sí, qué, entonces, lo que hoy se hace entre compañeros de trabajo,
cuando el asesinato de uno sólo evita el asesinato de miles; sí, y comerciantes y compañías ferroviarias, no se podría hacer en
resueltamente, cuando eliminando un estúpido soldado, es una sociedad basada en el trabajo voluntario? (P. KROPOTKIN )
posible hacer triunfar una causa, evitando las sangrientas he-
catombes que de otro modo serían inevitables. (P. BROUSSE) Se hace de manera que la renta valga menos para poder com-
prarla mejor, se hace de modo que valga más para luego ven-
Es verdad, habrá descargas de venganzas. Los Watrin y los derla; el oro dirige los asuntos políticos; son los banqueros los
Thomas pagarán su impopularidad. Pero esto no será más que que declaran la guerra; y eso es perfectamente legal.
un accidente de lucha, no será la Revolución. (P. KROPOTKIN ) Se explota a los trabajadores; se los reduce a unos a la quie-
bra, a otros a la miseria, a los otros a la huelga, a la sublevación,
¡Coraje, camaradas: y viva la Anarquía! (S. CASERIO)
al hambre, a otros al robo, a la desesperación, al suicidio, al
Al intentar eliminar a esa bestia maléfica (Clemenceau) que asesinato; también eso es perfectamente legal… (G ERMINAL)
lleva los bigotes manchados aún con la sangre de los pueblos,
La experiencia nos enseña, dice el ilustre estadista francés
tú has conquistado la gratitud de la humanidad. Has hecho
Quetelet, que es siempre la sociedad la que prepara los crimi-
muy bien, y no te faltará nuestra solidaridad. (L. LECOIN )
nales y que los malhechores no son otra cosa que los instru-
Nuestra acción debe consistir en una rebelión permanente me- mentos fatales que la cumplen. Por lo tanto, es inútil oponer a
diante la palabra, lo escrito, el puñal, el fusil, la dinamita, y tal la moralidad social los rigores de una legislación que usurpa la
vez, a veces, también el voto. (P. KROPOTKIN ) libertad individual… Debemos darle (a la sociedad) como cus-
todio y espíritu, la más absoluta libertad. (M. BAKUNIN )
Pueden cortar mi cabeza. Yo la entrego y la llevaré orgullosa y
recta hasta el patíbulo. Por cierto, no será una cabeza de anar- «En resumen, le frecuentaban personas verdaderamente malas».
quista más o menos la que podrá impedir nuestra propaganda. «¡No le es concedido a todos el derecho de frecuentar a los jue-
(DECAMPS) ces de tribunal!». (MONNIER)

Por mi parte, no intento comprar mi vida con una vileza. El


abogado Fenner ha intentado salvarme la cabeza y se lo agra-
67 56
La predominancia incesante y el triunfo de la fuerza: ésta es la Y a no puedo buscar una corteza de pan porque me la han dado
base: y todo aquello que en el lenguaje político se llama derecho, aun sin pedirla, cuando no la quería; ahora me han quitado
no es más que la ilustración del hecho creado por la fuerza. también la libertad, de modo que me veo obligado a gritar:
(M. BAKUNIN ) ¡Ignorante pero libre!, para no decir: ¡Nos han quitado todo,
que nos quiten también la vida! (A. CASATI)
Sin duda, la revolución de 1789 podía inspirar a sus defensores
el altísimo orgullo de luchar por la libertad, cuando en verdad Ninguno de los países federados podrá conservar un ejército
sólo suponía un determinado tipo de libertad. Fue así que de ella permanente, ni una institución que separe al soldado del cam-
surgió una nueva suerte de autoridad: la de las leyes. pesino. Los ejércitos permanentes, y el oficio de soldado, causa
(M. STIRNER) de ruina, de corrupción, de embrutecimiento y de tiranía in-
terna, aún son una reserva contra la prosperidad y la indepen-
Hoy en día se comprueba una clara verdad: la severidad de las dencia de todos los otros países. Todo ciudadano apto debe con-
penas no disminuye el número de los «delitos». Ahorcando, des- vertir se en soldado en caso de necesidad para defender su casa
cuartizando, no se disminuye en absoluto la cantidad de asesi- y su libertad. El armamento nacional debe organizarse en to-
nos. Y si, por el contrario, se aboliera la pena de muerte, no por das las regiones, por comunas y provincias. (M. BAKUNIN )
eso habrá un asesino más. (P. KROPOTKIN )
La Revolución verdaderamente popular… no compilará decre-
Los panaderos hacen el pan, los albañiles construyen las casas. tos, no reclamará la intervención de la policía y de la administra-
El Ministerio Público corta cabezas: ¡magnífico oficio!... de to- ción gubernamental. Por cierto, no será con decretos —pedazos
das formas, antes de partir, tengo que confesaros todo mi odio, de papel con palabras escritas encima— que la Revolución in-
todo mi desprecio. Es verdad: vosotros sois los patrones, pero tentará emancipar al pueblo, sino con los hechos.
no por eso os reconozco el derecho de juzgarme. (A. M. JACOB) (J. G UILLAUME)

Los pueblos no civilizados —y por lo mismo menos imbuidos de


prejuicios autoritarios— han comprendido perfectamente que
en realidad, aquellos que han sido definidos como «delincuen-
tes», no son sino infelices. (P. KROPOTKIN )

La fuerza, cuando está administrada por el Estado se llama «de-


recho» y cuando está administrada por el individuo se llama
«delito». (M. STIRNER)

Manifiesto el más absoluto desprecio por vosotros, por vues-


tras leyes, por vuestro «orden» y vuestro gobierno de tiranos.
(LINGG)

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tima rebelión, y que más tarde, nuevamente se pondrán contra Es bueno que el mundo sepa que en el año de gracia de 1886,
ellos para obligarlos a sufrir la explotación patronal. en el Estado de Illinois, ocho hombres fueron condenados a
(DE UN MANI FI ESTO) muerte por no haber perdido la fe en un porvenir mejor y en la
victoria final de la libertad y de la justicia. (SPIES)
Declaro con fuerza que un hombre puede y debe negarse a ase-
sinar a otros. Al no obedecer las órdenes del servicio militar, No tenemos miedo de afirmar: «Haced lo que queráis y como
negándome a que me militaricen, opero según mis ideales de queráis». Estamos seguros de la inmensa mayoría de los hom-
anarquista. Soy consecuente con mis ideas, con mi corazón, bres a medida que… desembarazándose de los obstáculos ac-
que sangra ante el espectáculo de tanta violencia, y con mi tuales, se comportarán en una determinada dirección útil para
conciencia, que rechaza el hecho de que los individuos den la sociedad, de la misma manera que sabemos que el niño ca-
lugar a un cúmulo tan denso de miserias. (L. LECOIN ) minará sobre sus dos pies y no sobre cuatro patas, por el sim-
ple hecho de haber nacido de dos progenitores de la especie hu-
Cuanto más se persigue a los creyentes de causas justas, más se mana. (P. KROPOTKIN )
difunden sus ideales. Al emitir un veredicto tan bárbaramente
injusto, los doce «honorables» miembros de la justicia han Un pueblo que sepa organizar a sus árbitros para dirimir las
contribuido al progreso de la Anarquía más que toda una gene- pequeñas disputas, un pueblo en que cada individuo se plantee
ración de anarquistas. (FISCHER) como un deber impedir que el sinvergüenza abuse del débil,
sin esperar la providencial intervención del vigilante urbano,
La libertad no puede y no debe defenderse sino con la libertad; no tendrá necesidad de esbirros, ni de jueces, ni de carceleros.
y resulta un contrasentido peligroso intentar ofenderla con el (P. KROPOTKIN )
pretexto aparente de protegerla; y dado que la moral no tiene
otra fuente, otro estímulo, otra causa, otro objeto que la liber- En verdad, en este mundo cuanto más se sabe, menos parece
tad, todas las restituciones impuestas a esta última con el fin saberse. ¿Quién podría decir si me han puesto aquí a vegetar o
de proteger la moral, siempre se han revelado desventajosas a morir? ¿Si en broma o en serio? Y o, que no sé quiénes somos,
para ella. (M. BAKUNIN ) de la misma manera que tú. En principio, comprendía algo, ya
que pensaba que la autoridad judicial tenía el derecho de exa-
Negarse a obedecer se convertirá en algo cada vez más frecuen- minarnos para ver si éramos o no culpables, pero después del
te; y entonces no quedará más que el recuerdo de la guerra y examen, confieso no comprender nada. (A. CASATI)
del ejército como se configuran actualmente. Y estos tiempos
está próximos. (L. TOLSTOI) Mi mayor deseo, en esta última hora de agonía, es que nuestras
vicisitudes y nuestro destino sean comprendidos en su esencia
La fuerza del pueblo, puesta aparte, no fue reconocida. El pue- más auténtica, y sirvan como lección a los combatientes de la
blo es siempre el monstruo que holgazanea, que debe coloni- libertad. Nuestros sufrimientos y nuestra muerte no deben ser
zarse mediante la guerra y que debe ser desalojado lo más po- vanos. (B. VANZETTI)
sible del reino del derecho y de la política. (P. J. PROUDHON )

65 58
No se legisla sobre el porvenir. Todo lo que se puede hacer es sofocar en la sangre a los trabajadores y todas las reivindica-
pronosticar las líneas de desarrollo fundamentales y facilitar ciones sociales… Por lo tanto, el último medio revolucionario
su camino. (P. KROPOTKIN ) es la huelga general. (F. PELLOUTIER)

Coged un presidiario, condenado por cualquier gran estafa, y Las represiones son despiadadas: todos lo sabemos. ¿Pero aca-
hacedle hablar de su condena. Os dirá: «Señores, aquí sólo es- so las represiones han hecho retroceder a alguien, aparte de los
tán los pequeños estafadores, los grandes están libres y gozan cobardes? («LIBERTAD»)
de la estima pública». (P. KROPOTKIN )
¿La policía? ¿La justicia? Son muchos los que consideran que
Los millones de leyes que rigen a la humanidad pueden subdi- si no existieran gendarmes, policías y jueces, todos se verían
vidirse en tres grandes categorías: protección a la propiedad, libres para matar, violentar y brutalizar al prójimo: que los
protección a las personas, protección a los gobiernos. Si anali- anarquistas, en nombre de sus ideas, quisieran hacer respetar
zamos estas tres categorías, llegaremos por alguna de ellas a esa libertad original que viola y destruye en los otros la libertad
esta conclusión lógica y necesaria: la ley es inútil y perjudicial. y la vida. ¡Extraña forma de asimilar nuestros ideales!... Lo cual
(P. KROPOTKIN ) no impide que, dado que en el delincuente nosotros no vemos
—como el juez hoy día— un esclavo rebelde, sino un hermano
enfermo que necesita curarse, nosotros no pondremos rencor
en la represión, no pensaremos en vindicarnos, sino en alber-
gar y rescatar a los desventurados, con todos los medios que la
ciencia nos proporcione. (E. MALATESTA )

Si en un momento, la represión quebrantaba la energía de los


oprimidos, ahora, en época de efervescencia, produce el efecto
contrario. Provoca nuevos hechos de rebelión, individuales y
colectivos; impulsa a los revoltosos a heroísmo… y el partido
revolucionario se refuerza con elementos que hasta entonces le
eran contrarios o que permanecían en la indiferencia.
(P. KROPOTKIN )

A todos los soldados de todos los países que tienen la convic-


ción de combatir por la justicia y la libertad, debemos explicar-
le que su heroísmo y su coraje no sirven sino para perpetuar el
odio, la tiranía y la miseria. A los obreros de la fábrica hay que
recordarles que los fusiles que tiene ahora entre las manos han
sido empleados contra ellos en los días de la huelga y de la legí-

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su desesperación, será diez, cien veces más impotente de cuan-
to lo ha sido jamás. (M. BAKUNIN )

El vuestro en verdad es un buen negocio: mi cabeza vale cien


mil francos, cada una de las vuestras siete centésimos y medio.
Y esto, en realidad, es el precio de un golpe de pistola.
(R. LA SCIENCE)

Para qué sirve el número. Aunque el pueblo sume millones y Finalmente, por más perfecto que sea desde el punto de vista
más millones, se lo tendrá en jaque con algunas decenas de mi- de la conservación del Estado, de la organización de la educa-
les de soldados, sostenidos y adiestrados a sus expensas, con- ción y de la instrucción popular, de la censura y de la policía, el
tra ellos, por los escudos de los burgueses producidos con su Estado no puede estar seguro de su existencia hasta que no haya
propio trabajo. (M. BAKUNIN ) una fuerza armada para defenderlo contra los enemigos inter-
nos, contra el descontento del pueblo. (M. BAKUNIN )
Hemos visto con nuestros propios ojos un Estado que fusila,
condena, encarcela y vuelve a fusilar; esa es la razón por la cual En 1848, cuando los trabajadores reclamaban el derecho al
queremos suprimir a los jueces, carceleros y carabineros del Es- trabajo, se organizaban talleres nacionales o municipales y se
tado. (C. DE PAEPE) mandaban a los hombres a trabajar en estos talleres por cua-
renta monedas al día, y cuando exigían la organización del tra-
Queremos ser los milicianos de la libertad. Nosotros, no los bajo se les respondía: «¡Apaciguaos amigos, el gobierno se
soldados de uniforme. El ejército se ha revelado como un peli- ocupará, y por hoy he aquí cuarenta monedas. Reposad, rudos
gro para el pueblo: sólo las milicias populares protegen las liber- trabajadores, que habéis trabajado toda la vida!». Y mientras
tades generales. ¡Milicianos, sí! ¡Soldados, jamás! tanto se apuntaban los cañones, se reunían tropas, se desorga-
(«CUADERNOS DE TIERRA LIBRE», DE BARCELONA ) nizaban a los trabajadores con miles de medios que los bur-
gueses conocían maravillosamente. Y un buen día se les decía:
Pero en ninguna de las revoluciones modernas hemos visto a «¡Partid a colonizar África, de otra manera os ametrallaremos!».
los privilegiados combatir en persona sus batallas. Siempre los (P. KROPOTKIN )
hemos visto apoyarse en un ejército de pobres a los que se les
ha enseñado lo que puede definirse como «la religión de la La educación de estos hombres, a partir del simple soldado
bandera», elevada por ellos a lo que suelen llamar el «mante- hasta los más altos grados de la jerarquía militar, es tal, que
nimiento del orden». En Europa hay cinco millones de hom- deben convertirse necesariamente en enemigos de la sociedad
bres empleados en esta ocupación, aparte de la policía. civil y el pueblo. El mismo uniforme que llevan y que recuerda
(E. R ECLUS) tanto la librea, todos esos ornamentos distintivos que llevan y
aditamentos ridículos que distinguen a los regimientos y a los
Ante el poderío militar al servicio del capital, una insurrección grados. Todas esas frivolidades infantiles que ocupan un con-
armada ofrecería a la clase dirigente un nuevo pretexto para
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siderable espacio de su existencia y que a menudo les hará pa- es, para la policía, una garantía mucho más segura que la que
recer tan payasescos, si no fuesen tan amenazadores: todo ello podría proporcionarle el gobierno. (M. STIRNER)
los separa más profundamente de lo que se cree de la sociedad.
(M. BAKUNIN ) Sujetos a un reglamento despótico, los soldados terminan te-
niendo horror por todo aquel que siente, quiere y se mueve li-
Agregad a todo esto la muerte de todo pensamiento original, en bremente. A sus ojos, todo pensador es un anarquista, reivindi-
medio de esta existencia artificial y cotidiana, y de estas ocupa- car la libertad es rebelión y, naturalmente llegan a querer
ciones monótonas, mecánicas, del sofocamiento de toda volun- imponer a toda la sociedad la férrea regla, la brutal disciplina, el
tad individual por parte de una disciplina implacable, los hom- orden estúpido de los que ellos mismos son víctimas.
bres dejan de ser hombres ara convertirse en soldados; son (M. BAKUNIN )
autómatas endurecidos, numerados y empujados por una vo-
luntad que les es extraña. La mayor virtud es la obediencia pasi- En medio de la confusión que surgirá necesariamente… debe-
va, lo mismo que una ciega devoción por el patrón, de quienes rías, sobre todo, impulsar la rebelión y golpear sin piedad a los
son los autómatas. Ser esclavos constituye todo su honor. Es el oficiales, hasta que no quede uno solo en pie…
colmo de la ignominia. (M. BAKUNIN ) …Que los soldados abandonen los cuarteles en llamas… y
ayuden a los obreros insurrectos a aplastar a las fuerzas poli-
Por fin, para hacer bien oficio, es necesario respetarlo y amar- ciales. La prefectura y todos los cuarteles de la policía deben
lo, y nunca se podría amar el servicio militar sin detestar al incendiarse inmediatamente, del mismo modo que todos los
pueblo. (M. BAKUNIN ) edificios en que puedan reunirse las fuerzas del gobierno.
(POUGET )
Tenedlo constantemente en cuenta, hijos de obreros y obreras.
A vosotros sólo se os ha dado el nombre de soldados. En verdad, Sé perfectamente cómo terminará la lucha entablada entre la
sois sólo policías. Sucio oficio el vuestro. sociedad —con todo su formidable arsenal— y yo; sé que ter-
(G RUPO «LIBERTADORES DE LA VAUCLUSE») minaré siendo derrotado, sé que soy el más débil, pero espero
hacer de modo que vuestra victoria os cueste muy cara.
Si queréis conservar vuestra humanidad, no seáis soldados; si (G ARNIER)
no sabéis digerir la humillación, no aceptéis usar el uniforme.
Pero si, pese a todo, habéis cometido el error de usarlo, si un día Sin embargo, pese a este estado miserable, impulsado por la
os encontráis en la necesidad de expresar vuestra indignación, energía francesa que no podrá resignarse fácilmente a la muer-
¡guardaos de insultar o golpear a vuestros superiores! Perforad te, impulsado aún más por la desesperación, el proletariado
su pellejo, no os costará más caro. (J. G RAVE) francés se rebela. ¡Oh!, entonces para hacerlo volver a la razón,
estarán los «reflectores» junto con los fusiles a chispa; y contra
El pueblo pone una ira verdadera al incitar a la policía contra este terrible argumento, contra el cual no se podrá oponer ni la
todo aquello que a sus ojos resulta inmoral, o tal vez, sólo in- inteligencia, ni la organización, ni la voluntad colectiva, sino sólo
conveniente; esta furia moralizante que se apodera del pueblo

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