Alejandro Toribio Rodríguez de Mendoza

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"Los indios por fin son elevados a la dignidad de hombres...

los primeros
resultados serán la unidad del idioma y al fin la recíproca amistad nacida
de la igualdad que pone a cubierto de la opresión"
Alejandro Toribio Rodríguez de Mendoza
(Chachapoyas - Amazonas, 17 de abril de 1750 - Lima, 12 de junio de 1825)

Fue un sacerdote y educador peruano. Fue rector del Real Convictorio de San
Carlos, donde realizó grandes reformas, favoreciendo el estudio de las
matemáticas, física y astronomía y propugnando la creación de nuevas
asignaturas referentes a la historia y geografía del Perú. Difundió a la vez los
principios filosóficos liberales de la Ilustración e influyó mucho en la mentalidad
de sus alumnos, varios de los cuales se convirtieron luego en líderes de la
emancipación. Es considerado como un precursor ideológico de
la independencia del Perú, y lo es efectivamente en el sentido profundo de
sembrador de ideas que, en su desarrollo, conducirían a la independencia.
Se incorporó a la sociedad de amantes del país y colaboró en el mercurio
peruano, periódico que difundió las ideas liberales y tuvo un papel importante
en la formación de la conciencia nacional.

Biografía:

Fue hijo del maestre de campo Santiago Rodríguez de Mendoza Hernani de


Arbildo y de la señora Juana Josefa Collantes García de Perea. Fue bautizado
el 18 de julio de 1750 en la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de Belén de
Chachapoyas.

Estudió gramática y latinidad en el Seminario de San Carlos y San Marcelo de


Trujillo. En 1766, merced a una beca de paga, pasó al Seminario de Santo
Toribio de Lima, donde se graduó en Artes. Durante el tiempo que duró sus
estudios, dicho seminario estuvo regido sucesivamente por Agustín de
Gorrichátegui y Baltasar Jaime Martínez Compañón.

En la Universidad Mayor de San Marcos se graduó de licenciado y doctor en


Teología (1770). Al fundarse al año siguiente el Real Convictorio de San
Carlos, el virrey Manuel Amat y Juniet lo convocó para que formara parte del
cuerpo docente del flamante centro de estudios, siendo nombrado profesor de
Filosofía y Teología.

En reconocimiento a sus méritos, fue designado para la cátedra de Maestro de


las Sentencias en San Marcos (1773). Luego recibió las órdenes menores y el
presbiterato (1778).

En San Marcos se graduó de bachiller en Sagrados Cánones el 16 de abril de


1779 y se recibió de abogado ante la Real Audiencia de Lima, el 5 de junio del
mismo año.
Por oposición obtuvo un curato en Marcabal, un remoto pueblo en la serranía
de Trujillo (1780), pero algunos años después fue llamado para que asumiera
como vicerrector del Convictorio de San Carlos (1785), debido a que este
centro de estudios había tenido un estancamiento. Por su labor eficaz, en 1786
pasó a ejercer el rectorado interino y en 1788 el titular, que conservó varias
décadas hasta renunciar en 1817, en plena efervescencia revolucionaria. Para
desarrollar su labor educativa contó con el apoyo del vicerrector Mariano de
Rivero y Araníbar y del presbítero José Ignacio Moreno. Recibió también el
apoyo externo de José Baquíjano y Carrillo, que donó su biblioteca.

En 1790 se incorporó como miembro de la Sociedad de Amantes del País, la


misma que fundó el célebre Mercurio Peruano.

En 1793 asumió sucesivamente como catedrático de Artes y de Prima de


Escritura, en la Universidad de San Marcos. Introdujo allí mejoras en el plan de
estudios, cambiando la vieja rigidez del escolasticismo por las nuevas
corrientes de la Ilustración.

El 30 de junio de 1801 fue elegido vicerrector de la Universidad de San Marcos.


Cuando estalló en América la revolución juntista y se desató desde el Perú la
represión absolutista encarnada por el virrey José Fernando de Abascal, el
Convictorio de San Carlos estuvo en la mira de las autoridades virreinales, al
estar sindicado como proclive a las ideas libertarias. El virrey ordenó la visita de
dicho centro de estudios, la misma que estuvo a cargo del oidor Manuel Pardo
Rivadeneira. Temiendo su inevitable destitución, Rodríguez de Mendoza
presentó su renuncia al rectorado el 13 de mayo de 1817.

Rodríguez de Mendoza se dedicó entonces a los deberes propios de su


canonjía teologal, que había obtenido en 1814. Pero pronto vio cristalizarse sus
ideales patrióticos, cuando el ejército libertador ocupó Lima en julio de 1821.
Fue uno de los primeros en firmar el Acta de la proclamación de la
Independencia, el 15 de julio de 1821, en Lima.

Instalado el gobierno del Protectorado del general José de San Martín, asumió
la presidencia de la Junta Eclesiástica de Purificación. Fue asociado a la Orden
del Sol y a la Sociedad Patriótica en 1822.

Fue elegido diputado por Trujillo, y le correspondió presidir las sesiones


preparatorias del Primer Congreso Constituyente del Perú de 1822. Tuvo la
alegría de ver como diputados a 35 de sus antiguos alumnos.

Todavía tuvo que sufrir las vejaciones de los realistas, cuando en marzo de
1824 estos reocuparon temporalmente Lima y le impusieron un cupo de 1,000
pesos, que por su pobreza no pudo pagar. Y consolidada la independencia fue
nombrado decano del Colegio de Abogados de Lima y rector de la Universidad
Mayor de San Marcos, en cuyo ejercicio falleció en 1825.

EL MAESTRO

El hombre que se ha formado debe prestar un servicio a los demás, el


intelectual ha de tener un sentido del servicio y cuando las circunstancias lo
colocan en una situación directiva tendrá que señalar un camino y entregar su
saber. Y si tiene vocación de maestro no sólo debe dar sino darse y esto hizo
Toribio Rodríguez de Mendoza, en toda su vida.

Como docente debemos proponer formar una juventud que pueda dirigir al país
de acuerdo a sus necesidades. Mendoza quería que en su Colegio, que era de
corte clásico, es decir, en donde se enseñaba principalmente Filosofía y Latín,
lucha para que se enseñen también las ciencias naturales, como la Geografía,
matemática y física, argumentando que los hombres que asumirían
responsabilidades sociales, no sólo debe estar permitido a los abogados y
sacerdotes; sino que todo joven debe ser capaz para enfrentar los retos del
futuro nacional. Queria Rodríguez de Mendoza una educación especial para los
jóvenes que no siguen la carrera literaria. Desea una formación que los haga
aptos para desempeñar los puestos que el país les confíe.

Desde el punto de vista académico, en sus inicios de docente del Convictorio,


tiene a su cargo "la enseñanza interior". Esto significa repasar a los estudiantes
las clases que han recibido en la Universidad y asistir a los "Ejercicios
literarios" nocturnos. A tales obligaciones se agregan las de carácter
administrativo que consisten en vigilar que escriben" bien las lecciones,
corrigiéndolas y enmendándolas; en "velar que las horas destinadas al Estudio
se apliquen a él, zelando y que no divaguen a otros entretenimientos y
ocupaciones"; acompañar (a razón de un maestro por Facultad y turnándose) a
los alumnos a la Universidad, "cuidando con mayor vigor para que observen la
moderación y decencia que corresponde".

Para la reforma educativa en la etapa previa a la independencia nacional,


cuenta con el apoyo de dos insignes personajes; por un lado el Padre Cisneros
que lo alimentaba con información bibliográfica "censurada" en su tiempo y el
Doctor José Baquijano y Carrillo, Conde de Vistaflorida, compañero de
estudios de Rodríguez de Mendoza en el Seminario de Santo Toribio.
Baquijano y Cisneros serán los que introducen a Rodríguez de Mendoza en la
Academia Filarmónica de Rossi y Rubí; y en las tertulias del culto español. Aquí
conocerá a los miembros que han de constituir la Sociedad Amantes del País, y
los que, al apreciar la personalidad pujante del Maestro, han de convertirse en
sus más entusiastas propagandistas.

En el año de 1786, ante la renuncia del Arquellada, Rodríguez de Mendoza, es


designado Rector del Convictorio, cargo que es ratificado por el virrey un año
después. Con la colaboración de su vicerrector Rivero y la ayuda de Moreno, el
Dr. Rodríguez de Mendoza prepara un documento cuya trascendencia
educativa es tan grande que en el orden político va a ejercer fuerte influencia
en el inmediato futuro del Perú. Estas y otras medidas, así como el gran
desempeño en la cátedra de Leyes y Cánones y la de Prima de Teología, el 30
de junio de 1801, es designado vice-rector de la Universidad de San Marcos.

"Lo nuevo no está reñido ni con lo viejo ni con lo mejor", fue la frase que
caracterizó su reforma educativa en San Carlos. La mixtura de la educación
carolina impuesta por Rodríguez de Mendoza y los elogios que motivaban los
estudiantes en sus ponencias traspaso las fronteras de nuestra patria, que en
los cinco primeros años de rectorado, ya contaba con estudiantes de Ecuador,
Bolivia, México y Panamá, ya que según sus biógrafos indican, que Rodríguez
de Mendoza, quiso además de una educación científica, una educación que
forme al hombre y de todo al hombre. Es así que en sus memorias escritas en
el Mercurio Peruano, escribe Rodríguez de Mendoza: "Los indios por fin son
elevados a la dignidad de hombres...los primeros resultados serán la unidad del
idioma y al fin la recíproca amistad nacida de la igualdad que pone a cubierto
de la opresión".

En poco tiempo San Carlos se convierte en "la primera escuela literaria del
Perú" y su rector calificado como el Bacón de América. Argumentos como "Los
manuales son para los principiantes; pero para el adelantado estos libros son la
peste y es imposible tener en ellos una sólida formación que deben tener los
Evangelistas o Doctores de la Ley", hacen que llegue a oídos del Virrey
Pezuela que frente a las intrigas de la sociedad criolla limeña, argumenta que
"En San Carlos, hasta la piedras son insurgentes".

Esta insurgencia ideológica y pedagógica de Toribio Rodríguez de Mendoza, se


debe a la revolución que hace en las aulas, cambiando los manuales
memoristas por libros "censurados" que por medio del Padre Cisneros, traía
Rodríguez de Mendoza para la enseñanza y la libertad intelectual de sus
estudiantes. Decía el Precursor: " Las reformas meramente pedagógicas, están
fundamentadas psicológicamente, porque no se exigirá a los escolares el servil
trabajo de la memoria al pie de la letra, sino una lectura detenida, reflexionada,
de que darán razón todas las noches a la hora de las Conferencias".
Es decir, un cambio radical a la enseñanza tradicional que motivaba al alumno
reflexionar, comparar y analizar nuestra realidad. Aquí el gran aporte de
Rodríguez de Mendoza, que le convertiría honoríficamente como "Maestro de
Maestros del Perú". En 1.813 vienen las acusaciones de insurgencia y con ello
el declive del Real Colegio Convictorio de San Carlos. Con el pretexto de ser
refaccionado el local y de introducir un nuevo plan de estudios, se clausura
aquel centro famoso de cultura y de transformación ideológica de una
generación que en sus mentes y almas recibieron vientos de libertad del yugo
español.

Simultáneamente a este cierre de ciclo de gloria educativa en el Perú, se inicia


una serie de actos rebeldes contra el Rey de España. Vientos de cambio
soplaban por toda la república. Ex alumnos carolinos en plazas públicas
mediante discursos arengaban y pregonaban la necesidad de libertad, hecho
que poco a poco fue calando en la mente de todos los peruanos.

RODRÍGUEZ EL MULTIFACÉTICO

Una de las cualidades de Rodríguez de Mendoza, fue su inquietante afán por el


estudio y la investigación, que nadie podía opacar su sabiduría. Como
sacerdote a la par de oficiar su labor sacerdotal en Marcabal, fue cuarto
Capellán de la Casa de Pizarro, Presidente de la Junta subalterna de censura
de Lima, Canónigo Lectoral del Cabildo Metropolitano, por su delicada salud no
aceptó la candidatura para ser designado Arzobispo de Lima "y por no echarse
un peso superior a sus fuerzas". Fue un sacerdote liberal, que se anticipó a su
época y que muy bien se podría afirmar que es el iniciador de la Teoría de la
Liberación, que el Padre Gutiérrez, lo fundamente muy bien en estos tiempos.

Como una muestra de su enraizada fe católica, culminado las discusiones para


aprobar los artículos referidos a religión, argumentó "convengo en todo, y solo
no admito la intolerancia religiosa", dando una lección llena de nobleza, de
comprensión, de respeto a la dignidad humana.

En el campo jurídico, ocupó el Decanato del Colegio de Abogados de Lima,


como periodista escribió en el "Seminario Erudito, Económico y Comercial" y en
"El Investigador" con el seudónimo de "SIRIACO RAZURA", así como en "El
Mercurio Peruano". Miembro Perpetuo de la Sociedad Patriótica, donde recibe
la "Orden del Sol" de manos del libertador José de San Martín. Ocupó el
vicerectorado y rectorado de la Universidad Mayor de San Marcos y Diputado
por Lima y la Libertad para ocupar un escaño en el primer Congreso Nacional.
Previo a eso es elegido Diputado ante las Cortes de España, pero no viajó a la
península porque el Rey Fernando, restablecido en el trono, había abolido el
régimen constitucional.

En su apacible retiro de la catedral, supo Rodríguez de Mendoza de las


campañas de libertad que azotaban nuestra patria. Estaba enterado de las
campañas victoriosas en el Orinoco a Bocayá y del Plata a Maipú, y como
Bolivar, desde el norte y San Martín, desde el sur, cual en gloriosa apuesta de
vuelos, aprestábanse sobre tierras peruanas para arrebatar la presa al gavilán
peninsular.

Luego de la Independencia Nacional e instalado en Congreso de la República


en setiembre de 1,822, donde Rodríguez de Mendoza es elegido Diputado y es
honrado por sus ex alumnos, designándole como Presidente de las Juntas
Preparatorias del primer parlamento, ese día, cuando se sienta para presidir las
cesiones, se vio rodeado de 35 discípulos que estudiaron en San Carlos, dice
Mendíburu. " El señor doctor don Toribio Rodríguez de Mendoza, se deshizo en
llanto, por largo rato, al extremo de suspenderse la sesión para atender al
afligido eclesiástico. Se le preguntó por qué lloraba, y contestó que lo hacía de
gozo y con la mayor ternura, porque se hallaba rodeado de sus hijos, dando
instituciones liberales al país por las que venía trabajando desde años atrás, al
través de grandes riesgos e inconvenientes. De los 64 diputados que
componían el Congreso, 54 eran carolinos. En el congreso ocupo las
presidencias de las Comisiones de Constitución, eclesiástica, de libertad de
imprenta y de instrucción pública. De allí tendremos que valorar su ideología
plasmada en artículos de la I Constitución del Perú.

Políticamente Rodríguez de Mendoza fue un republicano liberal y de nítidos,


doctrinario tenaz, ardoroso, con esa tenacidad y ese ardor que caracteriza a los
temperamentos en quienes la dialéctica es una cuasi función orgánica.

El hecho que el maestro considerase triunfantes en la Asamblea las teorías que


predicara a sus discípulos, no quiere decir que reposara en la consecuencia
ideológica de la mayoría de los diputados. Queda en los anales de la historia
republicana, el rechazo a la propuesta de San Martín de querer instaurar una
república monárquica en el Perú: "La democracia es el único gobierno
aceptable en América, porque aquí existe la nivelación del apostolado.
¿Pescadores? ¿Mercaderes? Cuando más un publicano o un Quirete. Nada de
patricios, todos somos los que los aristócratas llaman canalla gentilicia". Si
actitud de reproche a todo acto que indigne a la sociedad peruana sin
divisiones, comprendiendo que la nobleza se adquiere y no se hereda, en la
firma del Acta de la Independencia del Perú, suprimió el apellido Mendoza, de
que hacía alarde su familia y que usara él antes de la libertad nacional, para
contentarse con el de Rodríguez.
El Congreso Nacional sufre un receso temporal por una incursión militar de
Riva - Agüero y tropas españolas lideradas por Canterac (1823), donde el
tribuno chachapoyano es vejado en su dignidad humana, acusándole de
enriquecimiento. Su enfermedad se agrava. El 10 de junio de 1825 muere a los
75 años. Se depositaron sus restos en un humilde nicho, años después,
desapareció la plancha de metal en que estaba su epitafio; haciéndose de este
modo difícil el saber donde se hallaba su cadáver, y si ha sido o no exhumado.
Aquí la gran ironía del destino: El prohombre de la libertad nacional, es el único
que no descansa eternamente en el Panteón de los Próceres (ubicado en el
Parque Universitario).

Pese a la fama, Rodríguez de Mendoza, murió en la extrema pobreza, al


extremo que la sepultura y ceremonias fúnebres fueron sufragados mediante
colecta entre sus amigos. "Era alto, flaco, muy trigueño e inclinado de hombros.
Rostro feo, pero animado. Su voz plateada y flexible, aunque debilitada por la
afección al estómago", son las características físicas que coinciden todos sus
biógrafos.

Son ideas las que gobiernan al mundo y Don Toribio fue un sembrador de
ideas. Los que forjaron el Perú pudieron decir públicamente que San Carlos era
un "semillero de los principios revolucionarios" y en el Convictorio los
aprendieron porque amaron la nueva realidad que desde fines del siglo XIX se
venía incubando y ella era la que había hecho posible la creación del Perú
como Nación y Estado. Esta nueva realidad, este Perú mestizo es deudor
eterno del Doctor Alejandro Toribio Rodríguez de Mendoza Collantes.

Es importante mencionar que unas de sus acciones más resaltantes fue haber
firmado el Acta de la Independencia del Perú en 1821, al siguiente año fue
elegido como Diputado en el Primer Congreso Constituyente.

Toribio Rodríguez de Mendoza, el ideólogo del Perú independiente

Hace 198 añosfirmó el Acta de Independencia del Perú y gracias a su labor


como docente está considerado como uno de los precursores de la
independencia de nuestro país.

…¿Quién no guarda el grato recuerdo de algún maestro que nos dio


importantes lecciones de vida que aplicamos por el resto de nuestros
días? Pues ahora imagina que esas enseñanzas te sirvieran para convertir al
Perú en un pueblo soberano ante el mundo. Este es el caso del poco conocido
Toribio Rodríguez de Mendoza, probablemente el prócer más querido en la
historia de nuestra Independencia…
BIBLIOGRAFÍA:

https://es.wikipedia.org/wiki/Toribio_Rodr%C3%ADguez_de_Mendoza

https://www.notimerica.com/sociedad/noticia-toribio-rodriguez-mendoza-
ideologo-peru-independiente-20170612080800.html

https://www.tvperu.gob.pe/novedades/tvperu/que-debes-saber-sobre-toribio-
rodriguez-de-mendoza

https://www.monografias.com/trabajos63/rodriguez-mendoza/rodriguez-mendoza2.shtml

-Bibliografía de monografías.com

EL PRECURSOR de Jorge Guillermo Leguía, 1922

RODRIGUEZ DE MENDOZA de Oscar Noé Zevallos, 1984

RODRIGUEZ DE MENDOZA. HOMBRE DE LUCHA de Fernando Romero, 1973

LECTURAS HISTORICAS COMENTADAS de Ismael Portal, 1918

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