Ejercicio para Sanar A Nuestro Niño Interior
Ejercicio para Sanar A Nuestro Niño Interior
Ejercicio para Sanar A Nuestro Niño Interior
INTERIOR
Imagina tu etapa de la niñez.
Imagínate a ti mismo de pequeño, en tu habitación solo, ¿qué hacías cuando estabas en tu cuarto a solas?
Imagina aquella etapa de la niñez, ves al pasado y recuerda cada detalle.
Qué muebles habían en tu cuarto, de qué colores, a qué jugabas, etc…
Cuantos más detalles reales instales en la imaginación, mejor efecto causará el ejercicio. Ahora imagínate a ti
mismo como eres ahora, que estás entrando a la habitación que tenías cuando eras pequeño, Abres la puerta y ves
a un niño cabizbajo, inseguro. Ese niño eres tú cuando eras pequeño.
En la habitación estás tú, tal y como eres ahora, acompañado por un niño, que es el de la etapa de tu
infancia. ¿y esto para qué sirve?
Para sanarte de las heridas del pasado. Tu persona adulta puede tratar, conversar, acariciar al niño que fue,
usando la imaginación.
Dale cariño y comprensión, abrázalo fuerte y dile que a partir de ahora estará a salvo, que lo cuidarás y
aceptarás como se merece.
Juega con él, diviértelo, deja que salga su espontaneidad. Sigue imaginando y visualizando que te llevas a tu niño
a donde le apetezca, ¿dónde más deseabas ir cuando eras niño?, ¿qué capricho deseabas y no pudiste tener?,
¿qué afectos le faltaron?
Ahora tú le puedes dar lo que desee. Salir y divertiros y cuando ya tu niño interior se sienta motivado y alegre,
vuelve a la habitación. Déjalo allí a salvo y despídete de él, diciéndole que cada vez que lo necesite irás a
ayudarle, a comprenderle y a darle amor.