Tema 6 Jardines y Compostaje

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PEÓN OPERARIO SERVICIOS MÚLTIPLES

AYTO. ESPINOSA DE HENARES 2019

TELEOPOSICIONES
Avda. Maisonnave 28, bis 4ª Planta, Alicante
temarios@teleoposiciones.es

Tema 6: Mantenimiento
de jardines. Compostaje.
MANTENIMIENTO Y RESTAURACIÓN DEL JARDÍN O ZONA VERDE.
Todos los trabajos de mantenimiento y conservación requieren una importante
dedicación y profesionalidad, por esta razón se describirán en los siguientes capítulos
las técnicas necesarias para desarrollar las labores básicas, generales y específicas que
son necesarias para potenciar el valor ornamental, paisajístico y medicinal de todo tipo
de áreas ajardinadas.
En este contexto, entenderemos como tareas básicas aquellas que son fundamentales
y que afectan, sobre todo, a la fisionomía y al aspecto mismo de los jardines y zonas
verdes, de tal manera que si se han ejecutado deficientemente causan un deterioro
visual inmediato y de fácil apreciación por parte de sus usuarios y usuarias.
Si las personas que disfrutan de un jardín observan restos de papeles, hojas, plantas
adventicias fuera de lugar o suelos agrietados, estimarán que el nivel de calidad de
conservación es bajo, aunque el resto de las labores más técnicas (podas, riegos,
abonados, etc.) estén debidamente atendidas y realizadas.
Así, las operaciones denominadas básicas de mantenimiento, las cuales se caracterizan,
además, por realizarse con una frecuencia casi diaria, y que se consideran en el presente
capítulo son: la gestión de los residuos, tratamientos de suelos y manejo de hierbas
adventicias.
Labores de limpieza en el jardín
La limpieza es una de las labores más importantes en el mantenimiento de las zonas
verdes. Se dedicará una atención constante y meticulosa a la limpieza de todas las
superficies comprendidas dentro del perímetro de los parques y jardines, esto es, en
toda su extensión.
La limpieza en el jardín
Según la legislación vigente, se define residuo como cualquier sustancia u objeto que su
poseedor deseche o tenga la intención o la obligación de desechar.
Y por limpieza se entiende la acción de eliminar la suciedad. En el caso que nos ocupa,
pues, nos referimos a las operaciones de suprimir todos los restos de papeles, plásticos,
hojas, piedras, colillas, y cualquier otro elemento extraño que no sea parte integrante
del jardín y que afee y desluzca el aspecto estético del mismo. También se incluyen en
las labores de limpieza, la eliminación de residuos vegetales procedentes de otras tareas
de conservación como podas o siegas y la eliminación de hierbas adventicias que pueden
dar aspecto descuidado y de abandono en el conjunto del espacio verde o cualquiera de
sus partes y elementos.
Las operaciones de limpieza tienen tal importancia que debemos considerarla una labor
prioritaria, aunque las exigencias técnicas para su realización no sean altas. En muchos
casos de jardinería pública, las operaciones de limpieza en la zona exterior a los
parterres y praderas se desvinculan del contrato de mantenimiento de jardinería,
constituyendo una actuación que llevan a cabo los servicios municipales de limpieza.
Cuando conviven los dos servicios (jardinería y limpieza) dentro de una zona ajardinada
se hace necesaria una coordinación y planificación conjunta (integrada), en aras de
conseguir la mayor eficacia y una reducción de costes generales.
No obstante, en muchos otros casos, la misión del personal jardinero es la limpieza
integral de todas las superficies del parque incluyendo la retirada de los contenidos de
las papeleras, ceniceros y contenedores públicos que se ubiquen en él.
Por otro lado, la limpieza es una de las tareas jardineras que ocupa una mayor cantidad
del tiempo del personal, ya que se realiza de forma rutinaria, casi de oficio y con
frecuencia diaria.
Es una operación que se puede realizar mediante barrido manual (incluyendo vaciado
de papeleras) en pequeñas superficies y zonas provistas de vegetación o barrido
mecanizado, en áreas de mayor superficie y despejadas de plantas.
Para efectuar estas actuaciones de forma manual se utilizarán los siguientes útiles y
herramientas:
• Escobas.
• Escobones.
• Escobas metálicas.
• Recogedores.
• Palas.
• Tablillas.
• Carritos/carretillas para recogida.
• Bolsas de basura
Cuando las operaciones se hagan de forma mecanizada será necesario:
• Sopladora/aspiradora.
• Barredoras mecánicas.
• Equipos de aspiración autopropulsados.
La presencia de animales domésticos en los parques supone un incremento en las
operaciones de limpieza debido a los excrementos y residuos que dejan aquellos, siendo
prioritario, en un mantenimiento de calidad, su urgente eliminación. Esta tarea se
facilita en gran medida cuando las entidades responsables de la conservación invierten
en la instalación de pipicanes, puntos de bolsas para residuos o incluso zonas específicas
dentro de los parques para usuarios con animales domésticos.
Hoy en día los parques públicos se utilizan con frecuencia, también, para la organización
de eventos culturales, deportivos, conciertos, celebraciones populares, etc. lo que
supone una importante afluencia de personas en momentos puntuales. Asimismo, se
concita en los espacios verdes el grave problema de los botellones. En estos casos, las
operaciones de limpieza adquieren proporciones desmesuradas, que obliga a plantearse
una logística y organización especiales y puntuales con intervenciones muchas veces de
previsión desbordada.
Cómo se lleven a cabo las operaciones de limpieza y recogida, sobre todo de basuras,
pero también de hojas y restos vegetales, incluso en jardines de pequeñas dimensiones,
puede su- poner la diferencia entre disfrutar de un jardinero de nivel medio o de uno
con perfil de excelencia, siendo, sin embargo, como ya se ha comentado, una actuación
que no requiere excesiva cualificación.
La limpieza es una labor con una alta carga de mano de obra, sobre todo en el
mantenimiento de zonas verdes públicas, llegando a suponer un significativo
porcentaje de la jornada laboral de los profesionales de la jardinería.
Por último, se debe hacer hincapié en que al ser diario el uso de los jardines públicos,
incluyendo los fines de semana (en los que este uso se incrementa bastante), se hace
necesario planificar las labores con precisión y hacer el estudio del proyecto de
conservación y mantenimiento contando con la presencia de operarios en número
suficiente para estas jornadas de especial producción de residuos.
Gestión de restos vegetativos (biorresiduos)
Prácticamente casi todas las operaciones de conservación y mantenimiento conllevan la
producción de residuos vegetales, verdes o biorresiduos, los cuales han de tratarse al
amparo de un modelo de gestión específica. Según su procedencia, estos residuos se
pueden clasificar según se presenta en el cuadro.

CAPÍTULO 3
Recogida y tratamiento
Actuación/tarea Tipo de biorresiduo
(gestión)
Mantenimiento de céspedes. • Restos de siega. • Las segadoras de césped
• Restos de aireados. manual y autopropulsa-
• Restos de perfilados. das están provistas de
bolsas específicas para la
recogida.
• Compostera.

Limpieza de partes secas en • Restos de hojas, flores e inflorescencias • Cuba de restos vegetales.
plantas. secas, pequeñas ramas... • Compostera

Reposición de flor • Plantas pasadas sin flores con cepellón. • Compostera.


de temporada.
Podas de la vegetación. • Restos leñosos de ramas gruesas. • Trituración y compostaje.
• Restos de ramas semileñosas. • Reutilización de troncos
en el propio jardín.
• Cuba de restos vegetales.

Eliminación de ejemplares • Plantas leñosas/semileñosas secas, in- • Cuba de restos vegetales.


muertos/marras. cluso tierra del cepellón. • Troncos, reutilización en
el propio jardín.
Eliminación de ejemplares • Plantas herbáceas incluso tierra • Compostera.
muertos/marras. del cepellón.

Caída natural de hojas, flores • Hojas de distinta consistencia. • Compostaje dependiendo


y frutos. • Frutos de distintos tipos y consistencia de la consistencia.
(de papiráceos como el de los olmos, • Las más gruesas irán a
a coriáceo-leñosos como los de la aca- contenedor o cuba.
cia de tres espinas o leñosos como los • Cubresuelos en macizos
de la tipuana). de arbustos (figura 3.4).

Eliminación de restos Se caracteriza por tener diversidad de • Cubas con restos previa-
y/o ejemplares por problemas especies de arbolado y arbusto for- mente tratados y cuba a
fitosanitarios. mando bosquetes, limitadas zonas de vertederos especiales
flor, grandes superficies de pradera de
baja exigencia y zonas de especies ta-
pizantes y cubresuelos.

A modo de resumen, y siguiendo la sistemática sobre los residuos reflejada en el cuadro


3.1, las opciones de recogida más frecuentemente utilizadas serán:
a) Cubas o contenedores de residuos orgánicos, que son retirados a vertederos
específicos donde son gestionados. Existen contenedores con distintas capacidades:
desde 4 m³ hasta unos 14 m³, por lo que tendremos que estimar y prever la cantidad de
restos y elegir el tipo más conveniente. Existen cubas especiales de 1,5 m³ de capacidad
idóneas para vías urbanas estrechas.
b) Sacos o big bags, fabricadas en polipropileno o polietileno, que se utilizan para el
almacenamiento y transporte de los residuos y que por ser flexibles y tener un
almacenaje sencillo pueden ser una buena opción para momentos puntuales.
c) Cada vez con más frecuencia, algunos municipios y ciudades habilitan puntos limpios
de residuos verdes, orientados a recoger restos de todo tipo, incluidos los verdes,
producidos por los propietarios de jardines particulares, sobre todo. En ellos, se facilita
la recogida de dichos residuos, toda vez que estos no se deben depositar en los
contenedores urbanos convencionales (des- tinados a residuos sólidos urbanos en
general).
d) Reutilización de los propios residuos para compostaje. Este proceso de gestión se
tratará en un apartado independiente por la importancia que tiene en la gestión de un
correcto mantenimiento y conservación.
e) Cuando los residuos están integrados por elementos de pequeñas dimensiones y
poseen unas características que lo permitan, se pueden utilizar como “acolchados
naturales” o mulching en las zonas ajardinadas.
f) Quema de residuos. Este método de gestión no ha sido contemplado en el cuadro
anterior en razón de que existen muchas limitaciones para su uso, sobre todo en zonas
urbanas y jardinería privada o de comunidades. No obstante, en algunos municipios es
una práctica habitual, aunque en cualquier caso, cuando se realice, debe realizarse de
una manera responsable y cuidadosa. En cierto grado, este tipo de gestión abarata
costes; sin embargo, hay que tener en cuenta que, en muchos casos, puede su- poner
una pérdida considerable de futura materia orgánica.
g) Reutilización en el propio jardín
Hay ocasiones en que la recogida de los restos puede demorarse, puesto que ciertos
residuos vegetales pueden incluso aportar un interesante valor estético (y simbólico)
añadido y embellecer aún más el jardín, como ocurre por, ejemplo, con las flores
desprendidas de tipuanas o jacarandas, borra de la floración o las hojas plateadas de
álamos, sámaras de la fructificación de olmos, etc. En estos casos, simplemente, se
mantendrán un cierto tiempo en el suelo del jardín y se eliminarán cuando pierdan su
valor estético o puedan suponer un problema en drenajes y canalizaciones.
Hoy en día se debe tender a asumir y desarrollar una gestión sostenible de nuestras
zonas verdes, como ya se ha comentado con anterioridad. Una de las actuaciones más
importantes que se debe realizar, en este sentido, es una eficaz gestión de los residuos
que se genera en parques y jardines.
En la actualidad, el método más congruente y recomendable para la reutilización de los
residuos verdes es el que permite aprovecharlos mediante el compostaje. Este
procedimiento consiste en que todos los materiales procedentes de siegas, escardas,
podas, recogida de hojas, etc., se reduzcan a humus (similar al que se produce en la
naturaleza), en presencia de condiciones aeróbicas (con aire) y de forma controlada. De
hecho, este procedimiento reproduce el proceso natural que se desarrolla en un bosque
cuando se caen las hojas y se pudren y transforman en humus. En el compostaje lo que
se hace es imitar y acelerar este proceso.
Ha de recordarse que las altas temperaturas que se producen en el proceso de
fermentación causan la destrucción de patógenos, semillas y bacterias que podrían ser
perjudiciales para los cultivos.
RIEGO Y ABONADO DEL JARDÍN O ZONA VERDE.
Riegos de las zonas verdes
Los elementos vegetales se regarán diariamente o con la frecuencia aconsejable según
la época del año, dependiendo de las condiciones edafoclimatológicas y de las
especies vegetales existentes, de forma que todos los elementos encuentren en el suelo
el porcentaje de agua útil necesario para su normal crecimiento y desarrollo, siempre
según indicaciones del Servicio de Jardines.
Los riegos se realizarán mediante el uso de bocas de riego, redes automáticas o
semiautomáticas y cubas o cisternas según las instalaciones y/o necesidades propias de
cada zona verde.
Revisión y control: En cuanto a las redes automáticas y semiautomáticas, se deberá
proceder a su revisión semanal para comprobar su correcto funcionamiento y detectar
posibles roturas o averías. Arreglando las pequeñas averías superficiales o pérdidas de
agua que precisen una solución rápida (cambio de gotero, taponamiento de agujero
en tubería portagoteros, cierre de llave de paso, etc.) para evitar daños irreversibles en
los elementos vegetales y la pérdida innecesaria de agua.
Abonados, enmiendas y aportes de substratos.
Tendrán como misión el restituir al suelo la fertilidad perdida y/o aportar a las zonas
verdes objeto de conservación, aquellos elementos necesarios para su correcta
nutrición o corrección de carencia. Las aportaciones serán periódicas y se realizarán de
fondo o de superficie.
Las labores de enmiendas, abonados y aportación de sustratos se realizarán en:
Praderas y cubiertas vegetales. Macizos de flor y herbáceas.
Arbustos y setos
Árboles.
Otras plantaciones.
Todos los abonos y los materiales de las enmiendas y sustratos que se utilicen
deberán ser previamente aprobados por el Servicio de Jardines, para lo cual será
necesario presentar muestras y análisis. En el caso de productos a granel, los análisis
correspondientes garantizarán la idoneidad del producto realizándose en un
laboratorio acreditado oficialmente. Todos los costes derivados de la realización de
esta labor (materiales, análisis, etc.) serán por cuenta del adjudicatario.
Las características de las enmiendas y abonados se describen a continuación:
Enmiendas
Se define como enmienda la aportación de sustancias que mejoran la condición física o
química del suelo.
Las enmiendas húmicas, que producen efectos beneficiosos tanto en los suelos
compactos como en los sueltos, se realizarán mediante la aportación de abonos
orgánicos.
Para las enmiendas calizas, se utilizarán los recursos acostumbrados, cales y calizas
molidas, o cualquier otra sustancia que reúna condiciones a juicio del Servicio de
Jardines.
La arena empleada como enmienda para disminuir la compactación del suelo del
alcorque o superficie que alberga al arbolado viario o arbusto asociado, deberá carecer
de aristas vivas; se utilizará preferentemente arena de río poco fina y se desecharán las
arenas procedentes de machaqueos.
Abonos orgánicos
Se definen como tales, las sustancias de origen orgánico que una vez incorporadas al
suelo, se produce su descomposición por la acción de los microorganismos existentes
en el mismo, resultando un aporte de humus y una mejora en la textura y estructura del
suelo.
Todas estos abonos estarán razonablemente exentos de elementos extraños y,
singularmente, de semillas de malas hierbas. Es aconsejable, en esta línea, el empleo
de productos elaborados industrialmente.
La elección del abono a utilizar y su aplicación sólo podrá realizarse previa
autorización del Servicio de Jardines y se presentará el certificado de procedencia
correspondiente.
Abonos minerales
Se definen como abonos minerales los productos procedentes de síntesis química
que proporcionan al suelo uno o más elementos fertilizantes. Deberán ajustarse en todo
a la legislación vigente.
Se hará un uso preferente de los abonos de liberación lenta en detrimento de
los tradicionales simples o complejos.
Aporte de sustratos
Comprenderá la incorporación de los mismos en las superficies donde sea necesario
recuperar o establecer los niveles precisos en superficie o que defina el Servicio de
Jardines. El substrato, su aportación y el uso de maquinaria o vehículos estarán
incluidos en el canon de conservación.
En cualquier caso, se deberán realizar:
Tras la reparación de averías en servicios y canalizaciones.
Al realizar las labores de apeo o trasplantes para nivelar el terreno. Cuando se produzcan
asentamientos del terreno.
Sustitución del suelo primitivo
Cuando las circunstancias lo aconsejen se procederá a la retirada a vertedero del suelo
contaminado o que no reúna condiciones edafológicas de cultivo. El aporte de la tierra
vegetal especifica se realizará cumpliendo con las características definidas por el
Servicio de Jardines, en la profundidad que a criterio de éste se estime conveniente, en
función del objetivo que se persiga.
Se detallan en cada uno de los apartados correspondientes, de plantación y
mantenimiento de céspedes las especificaciones a tener en cuenta a la hora de
realizar esta labor de incorporación y/o sustitución de suelos, en cuanto a cantidades
mínimas se refiere.
Estas labores de aporte o sustitución de sustratos, abonados y enmiendas
estarán incluidas, en todos los casos, dentro del canon de conservación, tanto en lo
que supone la mano de obra, transportes, maquinaria, etc. así como en los
materiales y análisis que sean necesarios y que indique el Servicio de Jardines.
MANTENIMIENTO DE LOS ELEMENTOS NO VEGETALES DEL JARDÍN O ZONA VERDE
Esta parte contempla labores que impliquen un mantenimiento preventivo y correctivo
de los elementos integrados en los jardines y zonas cercanas .
El objetivo es evitar el deterioro progresivo que sufren dichos elementos por las
inclemencias meteorológicas y como fruto de la afluencia de público existente en los
campus prácticamente todo el año.
Equipamiento incluido:
Elementos estructurales o arquitectónico: accesos, pérgolas, talanqueras, vallas, pasos
ornamentales, etcétera.
Mobiliario urbano: bancos, papeleras, mesas, cartelería, bolardos, jardineras, sombrajes
y cualquier elemento que forme parte del jardín o lo complemente.
Inspecciones y gestión de la seguridad: Se realizará inspecciones oculares de rutina y
gestionará la seguridad de dichos componentes, por tanto, se repararán
inmediatamente aquellos elementos que supongan un riesgo potencial para los usuarios
de los espacios. En el caso de no poder dar una solución inmediata, se procederá a
realizar todas las acciones necesarias para minimizar el riesgo (señalización ,
balizamiento, vallados, etcétera). Asimismo, procederá con diligencia a la retirada de
restos de cimentaciones , elementos extraídos de su punto de anclaje o cualquier
elemento que pueda resultar peligroso.
Mantenimiento preventivo: deberá verificar el estado de cada elemento, procediendo
al ajuste de piezas de unión, limpieza, lubricación de elementos móviles o rodamientos,
aportación de esmaltes o productos que protejan de la humedad u otros agentes
externos, etcétera.
Mantenimiento correctivo: Contempla labores de reposición de partes dañadas, rotas o
defectuosas. Los materiales empleados para la ejecución de estas labores.
MANEJO Y MANTENIMIENTO DE HERRAMIENTAS Y MAQUINARIA.
1.- CARRETILLA: se utiliza para cargar y llevar herramientas, tierra, abono, plantas,
restos vegetales y basuras.
2.- ESCOBA Y ESCOBON: se usan para barrer todo tipo de residuos que estén fuera
del césped.
3.- AZADA Y AZADILLO:
- Azada: sirve para cavar, abrir zanjas y hoyos para plantar árboles y arbustos.
- Azadillo: es más pequeño que la azada y sirve para abrir hoyos pequeños para plantar
flores, y también para remover la tierra y eliminar malas hierbas.
4.- PICO: se utiliza para cavar cuando la tierra está dura y compacta.
5.- PALAS:
- Pala cuadrada: para recoger materiales de desecho.
- Pala redonda: para cargar y retirar tierra, y para rellenar los hoyos con tierra después
de plantar.
6.- PALOTE: para hacer hoyos grandes cuando la tierra está dura, y para plantar árboles
y arbustos grandes.
7.- RASTRILLO RIGIDO: rastrillo de hierro que se usa para preparar y allanar el terreno
donde se va a sembrar. También es para la recogida de restos vegetales, piedras, trozos
de ramas, hojas, raíces, etc.
8.- RASTRILLO FLEXIBLE: también llamad
10.- CORTACESPED O SEGADORAS: se usa para cortar el césped. En jardines o espacios
grandes se pueden segar con tractor segador con asiento.
11.- RODILLO: se utiliza para aplanar y asentar la tierra antes de sembrar el césped.
12.- TIJERAS DE PODAR: sirven para cortar ramas, tallos y hojas.
- Tijeras de mango corto o de una mano: se usan para podar ramas de poco grosor.
- Tijeras de mango largo o de dos manos: se usa para podar ramas más gruesas.
- Tijera cortasetos: se usa para recortar o dar forma a los setos que no tengan ramas
gruesas.
13.- CORTASETOS MECANICO: máquina para recortar y dar forma a setos muy largos con
todo tipo de ramas.
14.- DESBROZADORA: máquina que se utiliza para el recorte de la hierba en las orillas
del césped y alrededor de los árboles y arbustos; también para eliminar malezas (zarzas,
etc.).
15.- SOPLADOR: máquina para barrer con aire todo tipo de residuos de poco peso (hojas,
hierbas, papeles, etc.) dentro y fuera del césped.
Introducción al compostaje:
La actividad de jardinería tiene repercusiones sobre el paisaje, el
suelo, los ríos, la atmósfera, la fauna y flora, a través de sus propias
prácticas y del manejo de abonos, pesticidas y maquinaria.
La maquinaria y el equipo usados tienen elementos que pueden
producir residuos peligrosos (aceites y líquido de frenos,
refrigeración, etc.) y producen emisiones de gases de combustión y
también ruidos.
En la actividad de jardinería se consume agua, sustratos, abonos y
semillas, productos peligrosos (pesticidas, herbicidas), energía
eléctrica y combustibles.
La mayor parte de los desechos son tierras y restos vegetales.
Una pequeña proporción en volumen, pero a tener en cuenta por sus
repercusiones ambientales, son residuos potencialmente peligrosos
para el medio y la salud de las personas (pesticidas, herbicidas, etc.).
La aplicación de prácticas ecológicas puede reducir en gran medida
la incidencia ambiental negativa de la ocupación de jardinería.

Al jardinero le compete realizar de manera autónoma y precisa la


preparación del terreno, las implantaciones de elementos vegetales,
las labores de mantenimiento de jardines, céspedes y plantas de
interior; utilizando las técnicas y los medios manuales y mecánicos
apropiados.
Desarrolla para ello las siguientes operaciones:
Preparar el terreno y realizar
infraestructuras básicas de jardines.
Implantar el material vegetal.
Mantener jardines.
Realizar operaciones específicas de mantenimiento de céspedes,
plantas, flores y sistemas de riego.
Efectos sobre el Medio Ambiente:
Buenas Prácticas Ambientales en Jardinería:
Seguir pautas agroecológicas lo que implicaría: Conseguir una
actuación lo más sostenida posible potenciando la integridad de los
ecosistemas. Compatibilizar la fertilidad del suelo con el
mantenimiento de la actividad biológica y de su naturaleza física y
mineral. Contribuir al mantenimiento del patrimonio genético con el
empleo y el respeto de especies autóctonas. Conservar la estructura
del suelo. Evitar actuaciones y modificaciones que puedan favorecer
la pérdida del suelo por erosión. Tender a la creación de paisajes
armónicos e integrados en el medio y con bajos requerimientos de
aportes (pesticidas, abonos, agua, cuidados, etc.). Optimizar el
consumo de recursos naturales. Reducir la generación de residuos.
Gestionar adecuadamente los residuos producidos para evitar la
contaminación.
Buenas Prácticas en la utilización de los recursos.
Aprovisionamiento:
Maquinaria, Equipos y Utensilios.
Adquirir equipos y maquinaria que tengan los efectos menos
negativos para el medio (con aceites lubricantes minerales, con
fluidos refrigerantes no destructores de la capa de ozono, con bajo
consumo de energía y agua, menos ruidosos, etc.). Elegir
herramientas y útiles más duraderos y con menos consumo en su
elaboración de recursos naturales y energía. “Tanto en su fabricación
como durante su uso puede haber repercusión ambiental negativa
sobre el agua, sobre el suelo y sobre el aire. Sobre todo si una
inapropiada utilización de la maquinaria lleva a un aumento del
consumo de combustible y piezas de repuesto y, por tanto, un
aumento en la generación de residuos”.
Materias Primas.
Conocer el significado de los símbolos o marcas “ecológicos” como
las ecoetiquetas de medio ambiente, Certificación FSC (Consejo de
Gestión Forestal), Distintivo de Garantía de Calidad Ambiental,
Etiqueta ecológica de la Unión Europea, Agricultura Ecológica.
Elegir, en lo posible, materias y productos ecológicos certificaciones
que garanticen una gestión ambiental adecuada (materiales
extraidos con el mínimo impacto negativo, madera procedente de
explotaciones sostenibles, etc.).
Buscar proveedores locales. Evitar en lo posible, elegir turba como
sustrato, ya que la turba es un recurso con muy lenta capacidad de
renovación. Priorizar organismos no modificados genéticamente.
Elegir, en lo posible, especies autóctonas y ecotipos y variedades no
híbridas.
Emplear semillas, plántulas y material de viveros adaptadas a la
zona, que requieran pocos cuidados y agua y capaces de
reproducirse autónomamente.
En los céspedes emplear mezclas con leguminosas que permitan el
aprovechamiento del nitrógeno. Emplear, en lo posible, compost y
abonos orgánicos. Utilizar, en lo posible, envases fabricados con
materiales reciclados, biodegradables o que puedan ser retornables
a los proveedores.
Comprar evitando el exceso de envoltorios y en envases de un
tamaño que permita reducir la producción de residuos de envases.
Herbicidas y Pesticidas Conocer los símbolos de peligrosidad y
toxicidad.
Comprobar que los productos están correctamente etiquetados, con
instrucciones claras de manejo, Algunos compuestos como al aldrin,
clordano, dieldrin, endrin, DDT, hexacloro benceno, productos
químicos del grupo de los COP (contaminantes orgánicos
persistentes, caracterizados por su toxicidad, acumulación en tejidos
grasos, elevada persistencia en el medio ambiente y la capacidad de
ser trasladados hasta largas distancias) se han venido empleando
como fungicidas e insecticidas.
Actualmente están prohibidos y se han sustituido por sustancias
menos peligrosas como piretroides o clorpirifos. Habría que evitar, en
lo posible, la elección de uso de estos herbicidas y pesticidas tóxicos,
empleando especies vegetales adecuadas y más resistentes a los
ataques, productos fitosanitarios ecológicos y medios biotécnicos
que controlen la proliferación de plantas y organismos indeseados.

El compostaje es un proceso comparable a la humificación que tiene


lugar de manera natural en los substratos de los bosques húmedos.
Se trata de un proceso biológico de gran importancia en el
mantenimiento de los ecosistemas y de vida del planeta, ya que
permite cerrar el ciclo de nutrientes, degradando la materia orgánica
y poniendo a disposición los elementos minerales requeridos por los
vegetales. Compostar significa someter los residuos orgánicos a un
proceso de descomposición controlada en presencia de oxígeno del
que resulta una sustancia orgánica rica en minerales, nutrientes y
microorganismos.
Este material es el compost que al igual que el humus en los
ecosistemas naturales, y es el responsable de la riqueza de
nutrientes, la correcta absorción de la luz y la humedad, la aireación
y el drenaje de los suelos, es decir, de su calidad y fertilidad.
El compost es un producto valioso para la huerta y el jardín debido a
sus propiedades fertilizantes y regeneradoras de la sanidad de un
suelo. Con el compostaje conseguimos autoabastecernos, ahorrando
en la compra de abonos, enmiendas o sustratos. Los suelos ricos en
materia orgánica tienen una buena estructura que facilita el desarrollo
radicular, mejora la infiltración del agua y reduce la exposición a la
compactación, la erosión, la desertificación y los corrimientos de
tierras. Además es una fuente de alimentos para la fauna del suelo,
contribuyendo a su biodiversidad y actuando también como depósito
de nutrientes.
Materiales Compostables.
A la hora de mezclar los diferentes materiales, es importante
mantener un equilibrio entre la fracción seca o marrón y la húmeda o
verde. De esta manera se amortiguan las variaciones de humedad y
se le aporta a los microorganismos los materiales necesarios para su
reproducción y alimentación. Los materiales leñosos y secos, como
los restos de jardín, se compostan más despacio pero producen más
ácidos húmicos y aportan mayor calidad al compost final.
Puesta en marcha Para comenzar el proceso de compostaje, se
recomienda preparar un “lecho marrón” antes de aportar residuos.
Puede ser algo de paja, hojas secas o ramitas de poda triturada que
den una función estructurante para que la mezcla esté aireada.
Después pueden empezar a aportarse los restos frescos de cocina y
jardín. Para estimular y acelerar el inicio del proceso puede añadirse
algo de estíércol maduro, compost, mantillo de bosque o
aceleradores de compostaje comerciales. Mantenimiento Aporte de
materiales: De forma continua se irán aportando todos los materiales
de la basura orgánica, del jardín y de la huerta. Procuraremos triturar
los restos. Se recomienda enterrar los restos frescos en material que
ya lleve tiempo compostando, así entrarán en contacto con los
materiales maduros con abundancia de microorganismos
descomponedores, lo que aportará mayor rapidez al proceso. Volteo
o aireado: Si la mezcla de compost tiene una estructura equilibrada,
el aire podrá fluir al interior del montón más fácilmente que en un
montón de compost compactado o saturado en agua. Se notará al
remover si la mezcla es esponjosa.
Con temperaturas elevadas también es superior la necesidad de
oxígeno, por lo que habrá que prestar especial atención en días
calurosos de verano o en los momentos de aplicación de grandes
volúmenes de residuos. Riego: El compost siempre tiene que estar
húmedo para que puedan desarrollarse los microorganismos. Sin
embargo, un exceso de agua puede provocar una compactación de
los materiales produciendo malos olores.
Se recomienda primero remover y homogeneizar la mezcla para ver
la humedad real del compost, ya que puede estar seco en la
superficie pero húmedo en el interior. Siempre será mejor regar con
agua templada para no provocar un “shock” a los microorganismos.
Por otro lado, el agua de lluvia tiene muchas propiedades
beneficiosas.

“Puede resultar práctico desecar el compost al sol antes de


manipularlo”.
“El compost semi-fresco y húmedo será excelente para aplicar en los
alcorques de árboles frutales o como acolchado.
¡Nunca remover con la tierra para favorecer que se finalice el proceso
de compostaje con presencia de oxígeno”.
“Si abundan los microorganismos puede extenderse el compost en el
suelo para que los pájaros se coman las larvas e insectos”.
Qué hacer con los residuos:

Por último, no olvidemos seguir estos consejos:


1. Fertilizar en septiembre ligeramente (una cucharada sopera de
fertilizante granulado por cada metro cuadrado) y en la primera
quincena de diciembre aportar mantillo a razón de 1 metro cúbico por
100 metros cuadrados de césped o pradera.
2. Elevar en lo posible las alturas del corte. Si en la mezcla
implantada se recomienda segar de 4 a 6 cm de altura, cortarlo mejor
a 6 cm.
3. En general, potenciar un césped con raíces profundas en lugar de
favorecer el crecimiento de brotes. Con ello se logra mejorar la
resistencia a la sequía y ahorrar grandes cantidades de agua.
4. Por último, cambiar el concepto de un césped verde todo el año.
En invierno la gran mayoría de los vegetales quedan es estado
latente. Los céspedes más resistentes a las sequías, como medida
vegetativa natural, amarillean en otoño, quedan pardos en invierno y
vuelven a brotar en primavera.

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