Artes Musicales Diac 2020 PDF
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Artes Musicales Diac 2020 PDF
ISBN 978-607-8714-37-7
Hecho en México
Made in Mexico
Índice
Presentación
Dr. Jorge Arturo Chamorro Escalante 11
Primera parte
La obra musical y la metodología musical como
patrimonio convergente con las corrientes teóricas y
la historia de la música occidental 19
Segunda parte
La notación musical como herramienta
de análisis para el estudio de la música y el canto, convergente
como herencia occidental y divergente con la tradición oral 125
8
Índice
Tercera parte
La música y el canto como patrimonio
convergente en el mundo de la tradición oral y divergente en la 191
dimensión de la notación occidental
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Presentación
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Presentación
que podría entenderse como intereses convergentes; aunque también hay orien-
taciones divergentes, con aplicaciones y obtención de resultados muy distintos.
Para los interesados en el estudio de la notación musical occidental, que
es territorio de la musicología histórica y sistemática, una de las unidades fun-
damentales de análisis es “la obra musical”, entendida como un documento
histórico del arte y creación individual. En un sentido distinto, pero con el uso
de herramientas de la musicología histórica y sistemática, se encuentran los
estudios que prefieren las expresiones musicales del folklore o los complejos
genéricos que no se escriben, se manifiestan y transmiten de una manera dis-
tinta, aunque poseen evidentes herencias del mundo occidental.
En este panorama de las artes musicales, se puede advertir que, aunque
hay convergencias a partir del uso de herramientas metodológicas, sin em-
bargo, la divergencia se encuentra entre lo que corresponde al mundo de los
creadores individuales de la cultura occidental, y lo que pertenece a las heren-
cias del mundo occidental que no son concebidas como creación individual,
sino como fenómeno que pertenece a la colectividad o a la vida comunitaria.
En otras palabras, la confrontación entre “la obra musical escrita” vis-à-vis la
“tradición oral.”
Carl Dalhaus (1977, p. 163) ha expresado que uno de los conceptos fun-
damentales en la historiografía de la música occidental es el de musikalische
werke, es decir, las obras musicales, que son el objetivo central en la musico-
logía y que tienen que ver con el pasado, en donde se puede ver una dialéctica
entre el documento escrito como creación o composición musical y la inter-
pretación del mismo. Para este autor, la obra musical es además un modelo
que permite ver una forma legítima de la existencia y es, también, una manera
de dirigir la mirada hacia la historia del arte, independientemente de que se
examinen grandes o pequeñas obras, ya que se trata de documentos.
En relación a la importancia de las obras musicales, habrá que advertir
que la individualidad en su creación como manifestación de arte es funda-
mental en el mundo de la evolución e historia de la notación musical, aunque
no es tan importante en el mundo de la música que se transmite y preserva en
la “tradición oral”, y no por ello las expresiones ágrafas carecen de importancia
histórica. Si pudiéramos exponer algunos de las fundamentos de la antropo-
logía de la música, habrá que comprender que para esta disciplina la categoría
central no es la música en sí misma, sino la manera como esta expresión de
arte se comparte social y culturalmente.
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LAS ARTES MUSICALES ENTRE DOS PATRIMONIOS DIVERGENTES Y CONVERGENTES
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Presentación
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LAS ARTES MUSICALES ENTRE DOS PATRIMONIOS DIVERGENTES Y CONVERGENTES
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Presentación
Bibliografía
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Primera parte
La obra musical y la metodología musical
como patrimonio convergente
con las corrientes teóricas y la historia
de la música occidental
Paulino Paredes Pérez:
entre la devoción del templo
y el encanto de los escenarios,
1913-1957
Raúl W. Capistrán Gracia1
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Paulino Paredes Pérez: entre la devoción del templo y el encanto de los escenarios, 1913-1957
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en Canto Gregoriano, y en 1939 fue galardonado con una beca para continuar
sus estudios en Europa (Guisa, 1945, p. 56). Paredes quería ir a París, donde
esperaba perfeccionar su arte y aprender y asimilar el estilo de composición
francés de la época. Por desgracia, ese año estalló la Segunda Guerra Mun-
dial, haciendo imposible que realizara el gran sueño de su vida. Según amigos
y familiares, el propio Paulino Paredes comentaba entre risas cómo él y sus
compañeros de viaje tuvieron que salir de sus camarotes y abandonar el barco.3
Desilusionado, regresó a la escuela de música sacra en Morelia y continuó
sus estudios con renovado entusiasmo y energía. En 1940, siendo discípulo de
Miguel Bernal Jiménez, Paredes recibió el magisterio en composición sagrada,
siendo el primero en obtener este título de la Escuela Superior de Música Sa-
grada de Morelia, y teniendo el honor de contar entre sus sinodales a una per-
sonalidad en el mundo del nacionalismo musical mexicano: Manuel M. Ponce
(Villarreal, 2003, p. 31). Cinco años más tarde recibió el magisterio en canto
gregoriano, presentando un trabajo titulado El Estudio del Canto Gregoriano
como Complemento en la Carrera de todo Compositor (Guisa, 1945, p. 56).
En 1942 contrajo matrimonio con la señorita Esther Chávez Aburto, con
quien procreó cinco hijos. Gracias a su profesionalismo, seriedad y responsa-
bilidad, Paulino Paredes fue nombrado profesor de Solfeo superior, Armonía
y Contrapunto de la Escuela Superior de Música Sacra, y llegó a ser director
de la Escuela Popular de Bellas Artes de la Universidad Michoacana (Guisa,
1945). Sin embargo, su intensa vocación como educador lo motivó a formar
parte del equipo de maestros encabezado por su gran maestro y amigo, Miguel
Bernal Jiménez, para fundar el Conservatorio de las Rosas en 1945.
En 1948, el arzobispo Guillermo Tritschler y Córdova encargó a Paredes
fundar una escuela de música sacra en Monterrey, Nuevo León. Paredes acep-
tó el reto y se trasladó a esa ciudad para dedicarse a la formación de los futuros
profesionales de la música sagrada en el norte de México.4
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Paulino Paredes Pérez: entre la devoción del templo y el encanto de los escenarios, 1913-1957
En Monterrey, su vida profesional se hizo aún más intensa. Para él, era
tierra casi virgen pero fértil,5 donde con esfuerzo y dedicación se podrían
desarrollar importantes instituciones musicales. Así, poco después de llegar
a su tierra adoptiva, fundó un coro profesional para realizar y difundir la
música sacra a través de la radio; también trabajó para la Universidad Labas-
tida, el Instituto Motolinía, así como la Facultad de Música de la Universidad
Autónoma de Nuevo León, en donde llegó a ser director desde 1956 hasta su
muerte.
5 Por muchos años, Monterrey contó con la Academia Beethoven, dirigida por Daniel Zambrano, emi-
nente maestro de piano que había realizado estudios en Europa. Los discípulos de Zambrano, a su vez,
establecieron estudios de música, principalmente de piano, en todo Monterrey, creando un ambiente
musical rico en comparación con otros estados de la República. Cuando Paredes llegó, ya se había fun-
dado la Escuela de Música de la Universidad Autónoma de Nuevo León, sin embargo, había aún mucho
por hacer, sobre todo en materia de música sacra, composición, instrumentación, etc., en consecuencia,
le correspondió a Paredes continuar con esa labor.
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LAS ARTES MUSICALES ENTRE DOS PATRIMONIOS DIVERGENTES Y CONVERGENTES
una abundante producción de obras que incluye misas, réquiems, música para
el oficio divino, Aves María, motetes, villancicos, música sacra para órgano
y otras obras, entre las que destacan Las siete palabras, la Cantata Mariana
(1954) para órgano y coro, y un Stabat Mater (1942) para orquesta y coro.
Adicionalmente, en 1939 comienza a fungir como jefe del Departamento de
Redacción, Consultas y Revisión de Obras Musicales. Como evaluador de obras
litúrgicas a publicar en la revista Schola Cantorum, Paredes sometía a un estricto
escrutinio las propuestas antes de publicarlas.
Ilustración 3. Fragmento de María que del Piélago, obra publicada en la revista Schola Cantorum (abril,
1939).
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Paulino Paredes Pérez: entre la devoción del templo y el encanto de los escenarios, 1913-1957
Es por esto por lo que la Iglesia tiene como propio y exclusivo un canto, una
música: El Canto Gregoriano. Es por esto que la Iglesia haya acogido en su
seno otra manifestación elocuente y grandiosa del arte musical; la Polifonía
vocal Clásica. Es por esto que la Iglesia recoge para su servicio, las nuevas ma-
nifestaciones artísticas del desarrollo musical de las épocas que va viviendo,
otorgándoles un pasaporte de identidad que les permita entrar en su recinto.
Mas, como ya dijimos, solo aquello que reúne las cualidades que exige su
santidad y pureza, aquello que está a la altura de su grandeza, aquello que
nos es menoscabo de la dignidad del alma, aquello que está de acuerdo con la
doctrina y la fe que sustenta, aquello que la prestigia y que se asemeja, por su
belleza, a la belleza de su Dios que guarda en sus templos y altares, recibe en
su cenáculo y les imprime el sello de su autoridad soberana (Paredes, 1943b,
pp. 74-77).
Su música sacra revela dos estilos. Por un lado, tenemos música funcio-
nal, creada para ser tocada por organistas con poca técnica y cantada por el
pueblo; estas composiciones presentan una escritura fácil de tocar en el órga-
no, así como líneas melódicas sencillas y diatónicas. Por otro lado, tenemos
composiciones como la Las siete palabras, la Cantata Mariana, y el Stabat Ma-
ter, obras que poseen todo el carácter y la profundidad inherente a la música
sacra creada para ceremonias solemnes.
La Cantata Mariana
6 Información proporcionada por Arnulfo Paredes vía correo electrónico a Raúl W. Capistrán, el 24 de
octubre de 2013.
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concebida para coro y órgano. Uno se preguntaría, por qué un orquestador tan
dotado como Paulino Paredes limitaría su mejor obra sacra al acompañamien-
to del órgano, en vez de crear una fastuosa instrumentación. En la sección
titulada “Respuestas” de la revista Schola Cantorum de agosto de 1944, Paredes
expone sus ideas respecto a la orquestación de la música sacra:
No soy de opinión que a una obra escrita especialmente para el órgano deba
dársele otra forma de escritura, pues en este caso se haría cosa distinta de
aquélla que el autor quiso hacer y, por otro lado, se desvirtuaría, con el artifi-
cio, el carácter propio de esas composiciones escritas para uso exclusivo de la
Iglesia. Lo más lógico es que dichos instrumentos [los de cuerda] sean usados
con el fin único de reforzar la sonoridad del armonio, el cual se oiría, sobre
todo en las funciones solemnes en que generalmente hay coro y mucha gente
dentro del recinto sagrado, muy débil sin esta ayuda. Mas, en donde por for-
tuna existe órgano, no creo que sea necesaria esta ayuda. Por otra parte, si se
cuenta con un excelente coro, la solemnidad no sufriría en su grandiosidad
y majestad prescindiendo de los instrumentos. No hay mejor instrumento
para alabar a Dios que la voz humana (Paredes, 1944, pp. 124-125).
Con excepción del tercer coro, cada uno de los números tiene como ca-
racterística presentar largos preludios y/o interludios organísticos, que nos
hablan del conocimiento que el compositor tenía del instrumento y de la im-
portancia que daba a la participación del mismo. Para su composición, Pa-
redes (1945, pp. 37-39) prescinde de la tonalidad mayor-menor y recurre a
los modos eclesiásticos, lenguaje en el cual era una autoridad, dando como
resultado general una obra de carácter místico y sabor arcaico, que provoca en
el oyente un sentimiento de introspección y recogimiento.
El primer número coral, “Introducción y coro”, se caracteriza por exhibir
un bajo en movimiento constante en el estilo del bajo continuo, y una textura
predominantemente homófona en las secciones corales. Una larga introduc-
ción organística precede el solemne recitativo en la voz de los tenores y bajos.
El coro irrumpe solemnemente en el compás 54. La estructura formal es A-B
(solo de barítono)-A.
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Ilustración 4. Fragmento del primer número, “Introducción y coro”, de la Cantata Mariana de Paulino
Paredes.
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Ilustración 5. Fragmento del segundo número. Aria para el tenor “La Profecía” de la Cantata Mariana de
Paulino Paredes.
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Ilustración 6. Fragmento del tercer número de la Cantata Mariana de Paulino Paredes, coro con solista
barítono.
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7 Carta de Miguel Bernal Jiménez dirigida a Paulino Paredes, escrita en Nuevo Orleans el 5 de octubre de
1954, correspondencia de la familia Paredes.
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8 El Reichhold Music Award Committee otorgó el premio a Paulino Paredes el 26 de diciembre de 1947.
Henry Helmuth Reichhold, promotor financiero del premio, fue un destacado químico y exitoso empre-
sario industrial alemán fundador de Reichhold Chemicals Incorporated en Detroit, Míchigan, en 1938,
quien fue también un dedicado filántropo, a quien se debe la revitalización financiera y la presidencia de
la Orquesta Sinfónica de Detroit en 1942, también el premio de la misma orquesta, iniciado en 1945, y la
construcción de un centro cultural en su natal Berlín. El premio de la Orquesta Sinfónica de Detroit se
ofertó para brindar reconocimiento a las mejores composiciones escritas por compositores nativos naci-
dos en Norte América, Centro América y América del Sur, las cuales, de acuerdo a la premiación, serían
posteriormente interpretadas por la Orquesta Sinfónica de Detroit, bajo la conducción de Karl Krueger.
9 Programa de Concierto de la Orquesta Sinfónica Nacional en el Palacio Nacional de Bellas Artes, Ciudad
de México, 9 de octubre de 1953.
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10 Otras interesantes coincidencias llaman la atención. En 1937, Bernal Jiménez compuso su Cuarteto Virreinal
basado en temas y rondas infantiles. En 1947, Paredes compone su Sinfonía Benjamina, obra inspirada en temas
infantiles tradicionales. La influencia y el deseo de emular podrían estar presentes. Bernal Jiménez y Paredes se
apreciaban y respetaban mutuamente, como lo muestra la carta antes mencionada, sin embargo, basta escuchar
y comparar las obras para darse cuenta de la independencia y autenticidad composicional de Paredes.
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Por lo que toca a la forma, no se define ninguna en la obra del cual vengo ha-
blando. Carece de construcción. Solo hay un encadenamiento de trozos sin
cohesión tonal alguna y corren parejas la monotonía rítmica y la melódica.
No hay un plan tonal preconcebido, pues el tono es el mismo para todas las
estrofas, el ritmo igual (salvo un aire de valsecillo) y las cadencias armónicas
y fraseológicas iguales también […] (pp. 24-26).
11 El reestreno internacional de la obra se realizó en La Grande, Oregon, el 6 de marzo de 2013, con la Ronde
Grande Symphony Orchestra, bajo la dirección de Leandro Espinosa Garay.
12 Entrevista después del concierto con Juan José Maldonado, director de la Orquesta Sinfónica de la Uni-
versidad Autónoma de Tamaulipas. El lector puede ver y escuchar la grabación del concierto en el si-
guiente enlace: https://www.youtube.com/watch?v=4fw3oT16Hkg.
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Ilustración 9. Fragmento del “Tema principal”, 1er movimiento del Concierto para piano en Mi bemol de
Paulino Paredes.
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Ilustración 10. Fragmento del puente del primer movimiento del Concierto en Mi bemol de Paulino Pa-
redes.
Ilustración 11. Fragmento del Tema B del primer movimiento del Concierto en Mi bemol de Paulino
Paredes.
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Ilustración 12. Sección A del segundo movimiento del Concierto en Mi bemol de Paulino Paredes.
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Ilustración 14. Fragmento de la Sección B del segundo movimiento en el Concierto para piano en Mi bemol
de Paulino Paredes.
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Ilustración 15. “Primer Tema” del tercer movimiento, rondo–allegro, Concierto para piano en Mi bemol de
Paulino Paredes.
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Epílogo
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Paulino Paredes Pérez: entre la devoción del templo y el encanto de los escenarios, 1913-1957
sitores de “línea oficial”, como Chávez, Revueltas, Galindo y otros, sino que,
por convicción, tomó un derrotero distinto. Al igual que Bernal Jiménez, Pau-
lino Paredes no emigró a la Ciudad de México, sino que prefirió la provincia
para vivir y trabajar. Fueron muchos sus logros, a pesar del aislamiento que el
centralismo gubernamental imponía. Tal vez si hubiera decidido vivir en la
capital, su vida y su obra ocuparían el lugar que merecen en nuestra historia
de la música.
Uno puede especular y hacerse preguntas, tales como: ¿qué habría pasado
si Paulino Paredes hubiera estudiado en Europa, si no hubiera decidido vivir
en la provincia, o si él no hubiera muerto tan joven? Sin embargo, la verdad
es que la vida y obra de don Paulino Paredes Pérez merecen ser rescatadas del
olvido. Tenemos que ganar el lugar que le corresponde.
Un grupo de familiares, amigos, musicólogos, directores de orquesta y coro,
así como educadores, hemos tomado acciones decisivas para rescatar y difun-
dir sus obras, y poco a poco se ha logrado el reconocimiento que don Paulino
merece. Todavía queda mucho por hacer. Espero que pronto nuestras revistas
de música clásica publiquen artículos sobre su vida y su obra, que su nombre
aparezca entre las biografías de los grandes compositores mexicanos y su mú-
sica sea interpretada por todas las orquestas de nuestro país y el extranjero.
Del mismo modo, me gustaría que don Paulino pudiera ver todo lo que se está
haciendo en su nombre, desde donde él se encuentra.
La Cantata Mariana y el Concierto para piano y orquesta en Mi bemol son
sólo una muestra de su gran capacidad creadora. Otras de sus obras continúan
en espera de su rescate. Afortunadamente, cada vez más profesionales de la mú-
sica de concierto se han interesado por la obra de este compositor, dedicándose
a rescatarla del olvido, interpretándola y difundiéndola a través de grabaciones
y conciertos. Destaca la labor de la familia Paredes Chávez, de los directores de
orquesta Félix Carrasco y Guillermo Rommel Villarreal, de críticos y periodistas
como el fallecido maestro Silvino Jaramillo y, recientemente, de músicos como
Rodolfo Ritter, entre otros.
Todos sabemos que esta labor no debe cesar hasta que las obras del
maestro se hayan consolidado en el mundo de la música de concierto. Conti-
nuemos trabajando para que las obras no sólo del maestro Paredes, sino tam-
bién de otros compositores olvidados o ignorados, vean la luz para orgullo y
deleite de todos.
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LAS ARTES MUSICALES ENTRE DOS PATRIMONIOS DIVERGENTES Y CONVERGENTES
Bibliografía
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Paulino Paredes Pérez: entre la devoción del templo y el encanto de los escenarios, 1913-1957
Fuentes de internet
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Las tendencias modernas
en la metodología de la enseñanza
musical del mundo occidental.
Una propuesta de desarrollo para la
pedagogía del violín en México
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Las tendencias modernas en la metodología de la enseñanza musical del mundo occidental
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LAS ARTES MUSICALES ENTRE DOS PATRIMONIOS DIVERGENTES Y CONVERGENTES
Las personas que ejercitan la memoria natural dependen mucho del oído
musical –llamado oído absoluto–, pero los dueños de este fenómeno a ve-
ces no lo aprovechan correctamente. Aprenden rápidamente de memoria la
nueva obra, pero nunca la estudian a profundidad (Makkeinon, 1967, p. 17).
Una tendencia importante del arte musical moderno desde el inicio del
siglo xx es la interpretación de las obras de concierto de memoria. El pianista
Ferruccio Busoni, autor de Entwurf einer neuen Ästhetik der Tonkunst (1907), su-
brayaba: “La ejecución de memoria garantiza la máxima libertad de expresión”.2
Existen muchas opiniones sobre el proceso de aprendizaje de la obra
musical para ejecutarla de memoria en el concierto. ¿Cuándo apareció la
tendencia de tocar de memoria las obras musicales en los conciertos? En el
año 1808, en un concierto público en la ciudad italiana de Livorno, sucedió
algo inesperado con el gran violinista virtuoso Niccolò Paganini. Al momen-
to de tocar, se le cayeron de su atril las partituras y se apagaron las velas que
le daban luz para poder leerlas, pero el destacado músico siguió ejecutando
como si no hubiera pasado nada, gracias a su memoria. Para los otros mú-
sicos de su tiempo era imposible hacerlo, porque nadie intentaba tocar de
memoria en los conciertos.
En la época moderna casi todos los músicos-concertistas interpretan de
memoria las obras musicales en sus recitales. También tenemos que recordar
que la práctica de ejecutar de memoria empezó a desarrollarse en los tiempos
del famoso compositor y pianista virtuoso Franz Liszt (1811-1886). La mayo-
ría de los maestros de los siglos xvii-xviii en sus tratados de música nunca
recomendaron estudiar y tocar de memoria las obras. Por ejemplo, en el libro
Introducción al arte musical, editado en inglés en 1654 por el famoso maestro
de música D. Playford, se recomendaba estudiar y tocar las melodías viendo
siempre las partituras, porque se decía que tocar sin ellas era lo mismo que
ejecutar dichas melodías de oído (cuando el alumno está escuchando a la otra
2 La traducción más reciente al castellano es de Ferrucio Busoni (2010). El escrito original en alemán es
citado por Makkeinon (1967, p. 14).
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Las tendencias modernas en la metodología de la enseñanza musical del mundo occidental
persona nada más para copiarla). Playford menciona que esta forma de apren-
dizaje (de memoria) no servía para nada, porque las melodías se olvidaban
muy rápido. Al contrario, quien estudiaba y tocaba siempre viendo las partitu-
ras, nunca tendría problemas de aprendizaje (Busoni, 2010).
En el año de 1861, el pianista inglés C. Galle tocó de memoria en un recital
unas sonatas de L. Beethoven, siendo culpado en el periódico Times por ser una
persona inmodesta y torpe, que hacía eso queriendo “tentar a Dios” (Busoni,
2010, p. 13). Otro famoso violinista, el compositor alemán y maestro de música
Ludwig Spohr (1784-1859), en su escuela de violín, recomendaba a los jóvenes
músicos estudiar y leer las partituras de orquesta y no perder tiempo tocando
de memoria obras de violín, porque el violinista que no tiene suficiente ex-
periencia de tocar en una orquesta y estudia de memoria se parece al canario
amaestrado, que de repetir miles de veces las mismas melodías, se pone ronco
(Spohr, 1967, p. 81).
A pesar de todo, la práctica de tocar de memoria las obras musicales fue
aceptada por la mayoría de los músicos concertistas a finales del siglo xix. En
el Grove Dictionary of Music and Musicians se menciona: “El famoso pianista
ruso Anton Rubinstein realizó una hazaña tocando de memoria siete con-
ciertos históricos” (Blom, en Makkeinon, 1967, p. 14). Con él compitió el
famoso director de orquesta H. Richter, quien dirigió de memoria una serie
de sinfonías y obras monumentales con la Orquesta Sinfónica de Londres
(1879-1881).
¿Cuáles son las etapas importantes del aprendizaje de una obra musi-
cal? Antes de estudiar de memoria, tenemos que analizar muchos aspectos,
como el estilo musical, su lenguaje melódico y armónico, cuestiones rítmi-
cas, etcétera. En el aprendizaje de una obra musical también tienen mucha
importancia las capacidades artísticas y la experiencia del maestro, quien
puede ayudar al alumno en las cuestiones musicales y técnicas. El maestro
debe ayudar a su alumno en diferentes aspectos, empezando con la elección de
la obra musical, observando las capacidades musicales y técnicas del alumno,
sus intereses interpretativos, su temperamento, sus conocimientos del estilo
musical, armonía y análisis de la forma musical.
En la etapa del aprendizaje de la obra musical se forman la idea y las imá-
genes musicales en general. El maestro puede también ayudar a su alumno en
las cuestiones del estilo musical de la obra, recomendando las grabaciones de
otras obras del compositor en turno y los libros para investigar el estilo mu-
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LAS ARTES MUSICALES ENTRE DOS PATRIMONIOS DIVERGENTES Y CONVERGENTES
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Las tendencias modernas en la metodología de la enseñanza musical del mundo occidental
tenemos que lograr el balance entre los factores objetivos que existen en la lectu-
ra correcta del texto de la partitura, y los factores subjetivos que vienen de parte
del intérprete y revelan su musicalidad, su conocimiento del estilo y del autor.
En mi experiencia docente como profesor de violín, el proceso debería
comenzar con los alumnos principiantes, desde las primeras lecciones, estu-
diando las primeras melodías. El maestro tendría que ver con su alumno todo
el material nuevo, antes de que el principiante pudiera leer la obra con muchos
errores. En el periodo inicial, el maestro puede recomendar cómo interpretar
el carácter musical de la melodía, el fraseo, la dinámica, ver las dificultades
rítmicas y ayudar a escoger una digitación cómoda. Igualmente, debe poner al
corriente a su alumno en cuestiones del estilo de la música, carácter melódico,
de armonía y otros.
Al observar la práctica de trabajo de una orquesta infantil-juvenil en Moscú,
se puede recomendar que el conocimiento de la nueva obra se realice frente a to-
dos los miembros de la orquesta. El maestro informará sobre la época y el autor,
analizando la obra musical, primero, en general y después detallando el carácter
de la música, el contenido emocional y la idea principal; después se puede mos-
trar el carácter de los temas, tocándolos en el instrumento; de inmediato se puede
proponer la ejecución con la orquesta completa, leyendo a primera vista. Si di-
cha composición tiene bastantes dificultades técnicas, es recomendable leerla a
una velocidad más lenta de la que está indicada en la partitura (Gertovich, 1986,
p. 158).
En la etapa básica del aprendizaje es muy importante escuchar las in-
terpretaciones del maestro, también el audio y el video en grabaciones, así
como cantar y solfear al principio las melodías que luego se van a ejecutar. El
maestro también puede ayudar a su alumno explicando algunas imágenes que
sugieren las melodías, viendo la similitud entre el sonido del instrumento y la
voz humana. Shinichi Suzuki (2007) decía en su método que un niño no debe
proseguir con una nueva pieza simplemente porque ha aprendido la digitación
y el arqueo de la presente, más bien le diría: ahora que tú conoces las notas,
podemos comenzar un trabajo muy importante para desarrollar tu habilidad.
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Las tendencias modernas en la metodología de la enseñanza musical del mundo occidental
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LAS ARTES MUSICALES ENTRE DOS PATRIMONIOS DIVERGENTES Y CONVERGENTES
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Las tendencias modernas en la metodología de la enseñanza musical del mundo occidental
Cuando tocas lento es muy importante advertir todos los matices, viendo
la obra como en una lupa. Estudias nota tras nota, limitas el sentimiento
musical, pero no tocas mecánicamente. En esta técnica debe haber mucha
claridad. La exageración de todos los detalles y de los matices. Realizar en el
escenario los ejercicios de ese tipo pueden servir mucho en el aprendizaje de
la obra musical de memoria (p. 35).
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tener una mayor preparación para ejecutar las obras, la maestra L. Makkeinon
(1967, p. 34) recomienda algunos aspectos relevantes:
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Por otra parte, tenemos que lograr los siguientes objetivos específicos:
Al elegir las melodías para los principiantes, tratar de cumplir los siguien-
tes objetivos:
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Ilustración 19. Jarabillo en tempo allegretto (arreglo escrito por Daniel García Blanco sobre un tema del
folklore y versión de M. A. Jiménez).
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Ilustración 22. Son michoacano en tempo allegretto (D.P. folklore de Michoacán, México).
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Ilustración 23. El tunkuluchú-hú (El ulular del búho), jarana en tempo allegro (D.P. folklore de Yucatán,
México).
Ilustración 24. Primer fragmento de Las chiapanecas en tempo allegro (Bulmaro López Fernández, Chia-
pas, México).
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Ilustración 25. Segundo fragmento de Las chiapanecas en tempo vivo (D.P. folklore de Chiapas, México).
Ilustración 26. A la víbora de la mar en tempo allegro (D.P. melodía y lírica del folklore mexicano, recopi-
lada por Vicente T. Mendoza, lírica infantil de México).
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Bibliografía
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El impresionismo como
corriente estética transversal
a la música, la literatura
y las artes visuales
Introducción
El siglo xix es, si cabe, uno de los más complejos de la historia humana occi-
dental, en tanto que representa el colofón de la modernidad inaugurada por el
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El impresionismo como corriente estética transversal a la música, la literatura y las artes visuales
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4 El término clasicismo nos remite a un intento de recuperación, con todas las salvedades posibles, de los
paradigmas formales y conceptuales de la antigüedad clásica que, a su vez, son articulados y reformulados
durante el comienzo de la modernidad.
5 El nombre del movimiento fue tomado del mismo título de una obra teatral de Friedrich Maximilian
Klinger, estrenada en 1777, la cual, anteriormente, se había titulado Caos. La acción se desenvolvía en
tiempos de la guerra de independencia norteamericana, y su argumento cifraba sobre un doble equívoco
con desenlace afortunado, cuyo desarrollo resultaba precisamente caótico y tumultuoso.
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El impresionismo como corriente estética transversal a la música, la literatura y las artes visuales
6 Recordemos, a este respecto, cómo en la obra pictórica Las meninas de Diego Velázquez aparece el pintor,
en primer término, para dar significación y preponderancia a la figura del artista cortesano, que era cada
vez más irrelevante, y cómo las figuras de los mecenas reales, el rey Felipe IV y su esposa, aparecen despla-
zadas, al fondo de la escena, en un cuadro colgado en la pared, generando así todo un discurso ideológico
acerca de las nuevas circunstancias que se plantean en torno a la desvinculación progresiva del artista de
las relaciones de servidumbre.
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El impresionismo como corriente estética transversal a la música, la literatura y las artes visuales
7 La música programática parte, precisamente, de una idea de transversalidad artística, en tanto considera
la posibilidad de generar un flujo creativo constante entre diferentes formas de expresión artística: la mú-
sica y la literatura, en este caso, bajo la pretensión implícita de que ambos lenguajes sean semánticamente
similares, aunque, en la práctica, sólo son estructuralmente parecidos (como han demostrado investiga-
ciones de Charles Limb en la Universidad Johns Hopkins). El significado en la música es indeterminado
porque, a diferencia del lenguaje natural, no posee “un código que establezca una correspondencia entre
lo que el signo representa y lo representado” (Zunzunegui, 1998, pp. 58-59), y aunque puede suscitar
emociones parecidas en los oyentes, éstas se racionalizan en el pensamiento, que se construye con el
mismo lenguaje de la comunicación verbal.
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El impresionismo como corriente estética transversal a la música, la literatura y las artes visuales
que fluctuarán, a decir del crítico impresionista Jules Lemaître (1890) en sus
Impressions de Théatre, según el día, la hora y el momento.
Es posible suponer, desde esta nueva forma de aprehensión de la realidad,
que los estereotipos formales son rechazados en pro de que la circunstancia
sensitiva volátil y posteriormente emotiva, sobre la que se pretende construir
la obra, ya sea musical, literaria o pictórica, genere su propio modelo de crea-
ción también efímero. De ahí las siguientes apreciaciones de Debussy al defi-
nir la obra de Mussorgsky, aplicando no sólo los parámetros románticos que la
rigen sino sus propias concepciones impresionistas del arte:
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perfecta cuanto más sutil y efímera se muestre en la palabra. Por eso es que
nos encontraremos a un poeta como Mallarmé (1987, p. 220), que propone
una poética del silencio, de la hoja en blanco, cuando afirma: “Après avoir
trouvé le Néant, j’ai trouvé le Beau” (“Después de haber descendido a la nada,
encontré la belleza”). También esta será la propuesta purista de Juan Ramón
Jiménez tras toda una primera etapa de producción impresionista. Lo expresa
en un verso que constituye toda una declaración de principios: “No le toques
ya más,/ que así es la rosa”(Jiménez, 1985, p. 164).
La recepción de la obra artística durante el impresionismo también se ve
alterada desde tales presupuestos, así nos encontramos que al crítico literario
ya no le interesa la obra en sí misma, su significado, su contexto de producción,
ni el de su autor, sino que, aplicando los mismos parámetros de creación del
artista, lo que le importa es el conjunto de impresiones, evocaciones y sensacio-
nes que dicha obra causa en él como lector. De ahí que el ya citado Jules Le-
maître opine que el buen comentarista sería aquel que narra las aventuras
de su alma a través de las obras literarias. En este sentido, el acto de com-
prender del que hablaba Kandinsky nos remite a la impresión del receptor
que parte inevitablemente de la impresión previa del artista.
La pintura impresionista es también un claro exponente de los mismos
principios que ya se han planteado. En la obra El desayuno sobre la hierba
(1862-63), el pintor Édouard Manet intenta dirigir la mirada del espectador
conminándolo a observar de otro modo: el objeto deja de ser el centro de
atención y es suplantado por el tratamiento que se concede a su presentación
en la escena correspondiente, a partir de un uso particular del color y de las
características de los personajes (Muro, 2009):
Eran personas mirando fijamente a los ojos del espectador, pero eran per-
sonas normales con las que uno se cruza a diario en la calle. No eran perso-
najes mitológicos o históricos. No estaban idealizados, no eran caracteres
anónimos en la luz oscura y melancólica del crepúsculo comunicándonos
algo trascendental, que era a lo que el público estaba acostumbrado.
[…] Todo estaba en contra de la tradición y del buen gusto. Y esto ponía en
cuestión el carácter y el significado de la manera tradicional de concebir el
arte (Muro, 2009, p. 5).
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El impresionismo como corriente estética transversal a la música, la literatura y las artes visuales
Epílogo
Bibliografía
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Los inicios del arte musical
mexicano del siglo xx en México:
entre la exigencia social
y la oportunidad musical
Presentación
Introducción
Muchas han sido las transformaciones que ha tenido la música que se produce
en nuestro país a lo largo de este siglo pasado, como también han sido ricas
las participaciones de nuestros músicos instrumentistas y compositores, que
algunos son reconocidos plenamente por la crítica mundial, participando así
en toda esa relación de estímulos sonoros y una relación humana que se mani-
fiesta en función de los comportamientos psicológicos y culturales de nuestro
México. Así, todas nuestras exigencias formales dependen de todo ese cúmulo
de experiencias anteriores que nos ha permitido fortalecer el presente y futuro
musical de nuestro país.
Nuestra situación actual como actores de la cultura resulta fundamen-
talmente distinta a la de los siglos anteriores, esto no sólo por el hecho de que
nuestra información creativa y auditiva sea mayor, sino por el cambio tan
radical que se ha dado en las estructuras musicales, además de los diferentes
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Los inicios del arte musical mexicano del siglo xx en México
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2 Este texto es un fragmento del ensayo publicado originalmente en el libreto del disco Eccomi!, de la sopra-
no Verónica Murúa, “Arias del posromanticismo mexicano”, y bien puede considerarse como un esbozo
de la poco conocida historia de la ópera mexicana; es decir, aquella compuesta por autores mexicanos,
donde señala que: “Las primeras composiciones del género músico-escénico no tardarían en llegar como
producto de esa hegemonía sonora. El capitalino Manuel de Sumaya (Ciudad de México, 1678–Oaxaca,
1755) estrenó, en el Palacio Virreinal, sus partituras El Rodrigo, en 1708, y La Parténope, en 1711. La pri-
mera, probablemente una zarzuela, con motivo del nacimiento del príncipe Luis Fernando; y la segunda,
una ópera, del onomástico del rey Felipe V”.
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Por otro lado, en la escena musical, la ópera dominó la vida musical del
final de la época porfiriana. Se pensó que al estallar la Revolución se detendría
el desarrollo de la ópera en México. Sin embargo, esto no sucedió, pues se
siguió representando ópera durante casi toda la época revolucionaria. Tal vez
el único hecho que resulta importante fue la cancelación de la ópera de Julián
Carrillo, que debió cantarse en los festejos de la Independencia en 1910 (He-
rrera y Ogazón, 1917, pp. 202-203). No obstante, existían otras dos compañías
de ópera: una establecida en el Teatro Colón y otra en el Teatro Abreu, como
lo señala Sandi ( 1962, p. 224), en sus investigaciones musicales.
Además de la ópera, en este periodo se desarrolló la música de salón y
la música vocal en forma de solos con o sin acompañamiento. Posiblemente
lo que se cantaba eran arias y otras partes de óperas, así como canciones de
autores europeos y mexicanos, algunos de los cuales los hemos mencionado
anteriormente, como es el caso de Manuel M. Ponce. La música en este pe-
riodo revolucionario fue muy activa, misma que se desarrolló en conciertos
y en la música de cámara. No se tienen datos precisos de la formación de la
Orquesta Sinfónica Nacional, pero según Mayer-Serra (1941, p. 225), Ponce
dirigió la orquesta de 1917 a 1919. Tampoco señala que fuera permanente,
sólo refiere a que se formó una orquesta profesional en 1928.
Cabe señalar que existieron algunos intentos de formar orquestas
como la Orquesta Beethoven, de Julián Carrillo, así como el desarrollo de
la música de cámara con el Cuarteto Beethoven y el Saloma, que se decía
eran profesionales. Aparte de estos dos cuartetos, no se tienen referencias
de otros grupos de cámara que estuvieran realizando actividades musicales.
Malmström (1977, p. 44) señala que en una de las entrevistas que realizó al
músico Alfonso de Elías, recuerda que durante el periodo de 1915 a 1925 se
realizaban algunos conciertos que incluían música de Bach, Mozart, Haydn,
Beethoven, entre otros, además, que en algunos recitales se comenzó a in-
terpretar música de Rimsky-Korsacov. Para este entonces se comenzaba a
conocer el nacionalismo ruso, hecho que posiblemente detonó el desarro-
llo del nacionalismo mexicano.
Por otra parte, se comenzó con la formación de las bandas sinfónicas,
como lo menciona Luis Sandi (1962, p. 225); la Banda de Policía y la Banda
de Artillería solían ofrecer conciertos en la alameda central de la Ciudad de
México. No señala el tipo de música que tocaban esas bandas, probablemente
algunas polkas, popurrís, arreglos de piezas populares, marchas militares,
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Los inicios del arte musical mexicano del siglo xx en México
entre otras, ya que este tipo de música estaba a la mano de cualquier persona
sin tener que pagar por escucharla. Entre los compositores mexicanos más
importantes de entre 1910 a 1930, se encuentran Julián Carrillo y Manuel M.
Ponce.
Julián Carrillo
3 “Carrillo, Julián y el sonido 13”, Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey, 21 de sep-
tiembre de 2009. En un texto publicado por Carrillo en la revista Marcha, poco después de su muerte, el
teórico potosino publicó lo siguiente: “El sonido 13, en el sentido literal de la palabra, fue el primero que
rompió el ciclo clásico de los doce sonidos existentes, a la distancia de un dieciseisavo de tono (que fueron
los intervalos logrados por mí en mi experimento entre las notas sol y la de la cuarta cuerda del violín),
y cuya constante matemática es 1,0072; pero ahora, sonido 13 es un nombre que abarca el total de mi re-
volución, que ha conquistado en su desarrollo una multiplicidad de intervalos musicales jamás soñados;
que ha inventado y construido nuevos instrumentos que han sido tocados en conciertos en los centros
más linajudos, tanto en Europa como en América, y que, además ha planteado una reforma total de las
teorías clásicas tanto de música como de física musical; que ha escrito los libros técnicos para su desarro-
llo, inventando un nuevo sistema de escritura”.
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Manuel M. Ponce
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Los inicios del arte musical mexicano del siglo xx en México
En este periodo, la música se relaciona más lentamente con los fenómenos so-
ciales, a comparación de la pintura y la literatura. En México, el desarrollo del
nacionalismo en la pintura comienza con las obras de Saturnino Herrán, quien
en su obra presenta escenas de la vida diaria de indios y mestizos. Su obra está
muy cercana a la de los impresionistas, por lo que cuando comienza radioe-
mOtro artista importante que se desarrolla como pintor de este periodo es el
Dr. Atl (Gerardo Murillo), un gran impulsor del movimiento revolucionario,
llegando a generar inquietudes muy fuertes entre sus alumnos, a quienes les
solicitó se unieran a la lucha de Carranza; entre otros de sus alumnos que se
unieron a la lucha están David Alfaro Siqueiros y José Clemente Orozco.
En 1921, Vasconcelos encarga las primeras pinturas murales a Diego Rive-
ra, otro de los tres pintores más reconocidos y sobresalientes del siglo xx en
México. Las pinturas de estos tres artistas presentan un interés en las cuestio-
nes sociales y políticas, la lucha entre ricos y pobres, el conflicto resultante del
encuentro de dos culturas –la india y la europea– en el Nuevo Mundo. Los
murales de los años veinte a menudo encuentran temas relacionados con la lu-
cha revolucionaria, así como con las situaciones de identidad y mexicanidad.
José Vasconcelos es sin duda otro mexicano destacado que aporta ciertos
cambios a la vida educativa, cultural y musical de nuestro país. En 1923, siendo
secretario de Educación Pública, fundó el Departamento de Música y Folklore,
cuya mayor aportación consistió en compilar música popular y folklórica de
varias partes del país, lo que debió ser una fuente muy importante para el de-
sarrollo del nacionalismo en nuestra patria. Al final del periodo de Obregón,
el 30 de noviembre 1924, Vasconcelos inaugura la primera estación de radio.
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Carlos Chávez
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José Rolón
Candelario Huizar
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remite al México indio, sea antiguo o moderno, inspirado siempre en las dos
principales fuentes musicales del siglo xx, Chávez y Revueltas, pues al hablar
de Chávez se inspira de la música indígena antigua, y al remitirse a Revueltas
se inspira en las fuentes musicales populares y modernas.
Silvestre Revueltas
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Conclusiones
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los rasgos del último periodo romanticista del siglo xix, en México nace
en una etapa posterior, pero mantiene las características de rompimiento
de las tradiciones que se tienen en el siglo xix, es por eso que plantea otras
características muy bien definidas que lo hacen único. Por otro lado, resulta
difícil comprender que los rasgos indios o mestizos de la música mexicana
sean acogidos en la actualidad, ya que, a mediados del siglo xx se cayó en
el hartazgo y se olvidó. Sin embargo, no podemos olvidarla así nada más y
debemos considerarla, por lo menos en su estudio, como referencia a las
nuevas generaciones y, en su caso, en el desarrollo de las técnicas de compo-
sición, pues se envuelve en su propia poética e identidad.
También nuestra música mexicana nos ha ofrecido la oportunidad de
enriquecer sobre todo a la familia de las percusiones, que se ha fortalecido
a partir de los movimientos musicales del siglo xx, no solamente en nuestro
país, sino en todos aquellos lugares que en la búsqueda del desarrollo del arte
musical han contribuido al fortalecimiento de la familia de las percusiones,
incorporando nuevos elementos y nuevas clasificaciones. Como la música
mexicana en los inicios del siglo xix y hasta la primera mitad del siglo xx,
más que experimentalista, se vuelve una música de vanguardia, ya que se
ve influenciada con el movimiento revolucionario, y éste, a su vez, como un
movimiento social; el nacionalismo musical pasa a ser parte de las ideas revo-
lucionarias, esencialmente porque se asocia a la vida y la cultura de las partes
más extensas de la población. Por lo tanto, las partes folklóricas parecieron más
importantes que la Revolución, por lo que fueron una parte de inspiración para
el desarrollo musical mexicano.
Si bien el arte musical mexicano de inicios del siglo xx tuvo un de-
sarrollo profesional limitado, sí incide en gran relevancia, pues impulsa el
trabajo de las orquestas típicas que se dedican a difundir la música popular
mexicana de finales del siglo xix, como los valses de Juventino Rosas y la
música de salón, además de resaltar los valores de la música de aquel inicio
nacionalista. Así, se puede decir que el arte musical mexicano de inicios del
siglo xx (después llamado nacionalista) no comenzó en las artes sino en los
artistas, compositores y autores que plasmaron las ideas sociopolíticas que
brotaron de los movimientos sociales de la Revolución, y que se han conver-
tido en un movimiento de vanguardia que nos identifica y nos proporciona
nuestra propia poética en el arte musical mexicano.
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Bibliografía
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La guitarra barroca española
en Santiago de Murcia
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La guitarra barroca española en Santiago de Murcia
Ilustración 27. Afinación sugerida por Juan Carlos Amat (1980) en su libro Guitarra española.
Ilustración 28. Tipo de afinación de la guitarra barroca usada en España (Sanz, 1976).
Ilustración 29. Tipo de afinación de la guitarra barroca usada en España (Sanz, 1976).
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Ilustración 30. Tipo de afinación de la guitarra barroca usada en España (Sanz, 1976).
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La guitarra barroca española en Santiago de Murcia
Ilustración 33. Folías gallegas de Santiago de Murcia. Transcripción de Juan Carlos Luna.
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La guitarra barroca española en Santiago de Murcia
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Bibliografía
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Russell, C. (Ed.) (1995). Santiago de Murcia´s “Códice Saldívar No. 4” a Trea-
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Sanz, G. (1976). Instrucción de música. Zaragoza: derechos de Diego Dormer
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Tyler, J. (1980). The Early Guitar: a History and Handbook. California: Edición
de Music Dept., Oxford University Press.
124
Segunda parte
La notación musical como
herramienta de análisis para el estudio
de la música y el canto, convergente
como herencia occidental y divergente
con la tradición oral
Estructuras elementales
de la música occidental para
el análisis del contorno melódico
y la forma en los complejos
genéricos que caracterizan
a los repertorios tradicionales
de Jalisco y Michoacán
Jorge Arturo Chamorro Escalante1
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Estructuras elementales de la música occidental
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LAS ARTES MUSICALES ENTRE DOS PATRIMONIOS DIVERGENTES Y CONVERGENTES
Ilustración 1. Fragmento de un abajeño purépecha, cuyo contorno melódico ofrece un sentido de reitera-
ción y retorno. Fuente: Repertorio de Cherán, Michoacán.
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Estructuras elementales de la música occidental
Tabla 1. Esquema comparativo en la distribución de frases en dos sones del sur de Jalisco
2 Se refiere a tesmo como una categoría regional para una especie de mamífero de Colima.
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Ilustración 2. Fragmento de “El tesmo” en la versión del Mariachi los Centenarios de Tecolotlán, Jalisco.
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Estructuras elementales de la música occidental
Ilustración 3. Fragmento del son “El tigre”, versión del Mariachi los Centenarios de Tecolotlán, Jalisco.
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LAS ARTES MUSICALES ENTRE DOS PATRIMONIOS DIVERGENTES Y CONVERGENTES
Tabla 2. Esquema comparativo de la distribución de frases en dos sones del mariachi con tambora
3 La voz náhuatl tacazota, tlacazota o tacazotla, en Zacatecas, se utiliza para designar a la tortilla de maíz
tierno o elote, hecha por lo común con dulce, según lo refiere Santamaría (1974, p. 993).
134
Estructuras elementales de la música occidental
Ilustración 4. Fragmento de “El son de llegada” versión del mariachi con tambora de Acatic, Los Altos de
Jalisco.
Ilustración 5. Fragmento del son “La tacachota”, versión mariachi con tambora de Acatic, Los Altos de
Jalisco.
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LAS ARTES MUSICALES ENTRE DOS PATRIMONIOS DIVERGENTES Y CONVERGENTES
Además de los sones regionales, bien sea del sur, la costa o de Los Altos
de Jalisco y sur de Zacatecas, habría que mencionar también al jarabe ranche-
ro que se tocaba en el repertorio del mariachi tradicional, considerando su
estructura melódica y forma musical. Desde el punto de vista de sus frases y
temas, el jarabe ranchero en Jalisco se compone de doce o más temas, distri-
buidos en dieciocho frases. Al jarabe mexicano podemos definirlo como una
suite (herencia tal vez de la suite barroca), que se conforma de una serie de
piezas para danza, todas en el mismo tono. El jarabe ranchero en Jalisco no
es precisamente una suite, sino una integración de cinco o seis partes, por lo
que tendremos que considerar a este género del mariachi tradicional desde
el punto de vista de las grandes formas musicales, que incluyen al análisis de
partes musicales acumulativas de frases. Kostka y Payne (1984, pp. 136-137)
entienden la idea de partes acumulativas de frases a partir del concepto “grupo
de frases” cuando dos o más frases musicales pertenecen a la misma unidad
formal, aunque no a la de periodo musical.
La primera parte del jarabe ranchero contiene al primero y segundo te-
mas, que corresponden a la “sinfonía” o entrada; nos ofrece la idea de un son
del sur de Jalisco, en tempo rápido, compás de 6/8 y un contorno melódico a
base de tresillos de corchea en progresiones y arpegiados, que al oído nos dan
la impresión de variaciones para el violín. La segunda parte contiene al terce-
ro, cuarto y quinto temas, que corresponderían al “descanso”; son melodías en
compás de 3/4, tempo lento y con una serie de saltos repetidos.
Antes de ingresar a la tercera parte, el jarabe ranchero muestra claramen-
te un puente con variaciones para el violín, en compás de 2/4, y tempo muy
rápido. Algunas veces, la ejecución de estas variaciones a base de progresiones
por grados conjuntos es como una sección de tempo acelerado y un tanto li-
bre, de manera que no siempre se sujeta al compás en términos estrictos. La
tercera parte, todavía más lenta que la segunda, correspondería al “paseo”, en
este caso, en compás de 3/4, con ocho frases de progresiones por grados con-
juntos y melodías repetidas con algunas variantes. En la cuarta parte se integra
“La jota”, también en compás de 3/4, a tempo medio. Para concluir el jarabe,
la quinta parte corresponde a una cadencia muy conocida en los jarabes jalis-
cienses, con algunos movimientos cromáticos. Esta parte de cadencia o final
del jarabe es muy parecida a la del “Jarabe tapatío”, que también ha formado
parte de los repertorios del mariachi.
136
Estructuras elementales de la música occidental
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LAS ARTES MUSICALES ENTRE DOS PATRIMONIOS DIVERGENTES Y CONVERGENTES
Ilustración 7. Fragmento del jarabe ranchero jalisciense (versión Francisco Sánchez Flores).
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Estructuras elementales de la música occidental
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140
Estructuras elementales de la música occidental
Ilustración 8. Melodía wixárika (huichola) de José Bautista Carrillo para ensamble de xaweri y kanari (San
Andrés Cohamiata, norte de Jalisco).
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LAS ARTES MUSICALES ENTRE DOS PATRIMONIOS DIVERGENTES Y CONVERGENTES
Ilustración 9. Estructura de la agrupación tonal en otra melodía para xaweri interpretada por el violinista-
xawereru José Bautista Carrillo (San Andrés Cohamiata, norte de Jalisco).
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Estructuras elementales de la música occidental
Consideraciones finales
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LAS ARTES MUSICALES ENTRE DOS PATRIMONIOS DIVERGENTES Y CONVERGENTES
Bibliografía
144
Análisis y transcripción
de los discursos musical
y coreográfico en una devoción
danzante mariana en la Zona
Metropolitana de Guadalajara
2 Refiere que la transcripción automática nace con el uso de medios mecánico-electrónicos como el fonógra-
fo, el melógrafo de Charles Seeger y la tecnología moderna del registro sonoro (Jairazbhoy, 1977, p. 264).
146
Análisis y transcripción de los discursos musical y coreográfico
güístico, por lo que Arom (2001) establece una analogía entre música y lenguaje,
en virtud de que ambos campos son representaciones sonoras. Por lo tanto, define
como modelo en etnomusicología a “una representación sonora a la vez global y
simplificada de una entidad musical” (p. 211). En el modelo de análisis en etno-
musicología deben entenderse las partes constitutivas o fragmentos, sus singula-
ridades o rasgos y, por lo tanto, los modelos de análisis que permiten entender el
proceso de transmisión.
Los problemas afrontados en la aplicación de la notación occidental para
interpretar la música no occidental llevaron a Mantle Hood (1971) a la con-
cepción de un modelo que hiciera posible considerar los puntos básicos de re-
ferencia en los problemas del análisis de la música de tradición oral. El resume
estos puntos básicos en dos: los términos generales (G) y los términos especí-
ficos (E). Propone tal modelo de análisis tomando en consideración designa-
ciones arbitrarias, en donde se pueden describir los extremos, las oposiciones,
las polaridades, la dicotomía, lo finito y lo infinito, o bien, ir de lo general a lo
particular, lo que acuña como la “Línea G-E” (Hood, 1971, p. 56).
De acuerdo con esta línea de análisis, Hood asume que se puede espe-
cular sobre el continuum en ciertas prácticas musicales, en donde se advierte
una relación dependiente de la estructura social, así como del comportamien-
to humano. Partiendo de este modelo de análisis, surgen dos aspectos básicos,
el primero tiene que ver con el manejo del tiempo en la creación musical
entre las diferentes culturas, el cual advierte una vinculación entre la per-
cepción y el uso del tiempo en la música, así como el sentido de pertenencia
del individuo a una comunidad. Aquí Hood (1971, pp. 57-58) se apoya en la
hipótesis de que a mayor sentido de pertenencia comunal exista en un indivi-
duo, mayor percepción tendrá en relación con el tiempo. El segundo aspecto
señalado sugiere una posible correlación entre el principio de instrumenta-
ción y la estratificación o estructura social jerárquica.
147
LAS ARTES MUSICALES ENTRE DOS PATRIMONIOS DIVERGENTES Y CONVERGENTES
deros3, otras son adaptaciones de himnos cristianos populares a los que se les
modifica la letra, y la mayor parte de éstas son de origen español. Los antece-
dentes históricos de los himnos y alabanzas son mencionados por Willi Apel
(1979, p. 26), quien los define como géneros traídos por los frailes franciscanos
al Nuevo Mundo en el siglo xvi. Algunas formas de alabado se conocen oca-
sionalmente como alabanzas, mismos que se transformaron en himnos para
honrar a Jesús, a la Virgen María y a otros santos, sobreviviendo en numerosas
comunidades católicas de México y Nuevo México hasta nuestros días.
Los himnos figuran entre los géneros religiosos que se imprimieron en
el Ordinarium de 1556, considerado como el primer libro de música impresa
del Nuevo Mundo; así también en otros libros litúrgicos de 1560 a 1589 (Apel,
1979, p. 574). La definición que ofrece este investigador sobre el género himno
es el de “un canto para adorar a Dios, originalmente, en honor a Apolo, del
año 150 a.C.” (p. 397), pero el término himno hoy en día se aplica a todos los
cantos de alabanza.
De acuerdo con Grout (1980, p. 18), los himnos se incorporaron a la mú-
sica eclesiástica de Occidente en el siglo iv, y de forma gradual su significado
se ha estrechado cada vez más para denotar poemas de forma estrófica, canta-
dos de manera silábica y de gran simplicidad melódica. Por lo anterior, la mú-
sica de los himnos se empleó originalmente para propósitos congregacionales.
3 Danzantes cantores que tocan un cordófono denominado concha, de 4 o 5 órdenes, elaborado a partir del
carapacho de un armadillo. (N. de la autora tomada del diario de campo).
148
Análisis y transcripción de los discursos musical y coreográfico
Ilustración 10. Pange Lingua, himno a 4 voces de Tomas Luis de Victoria, 1581.
149
LAS ARTES MUSICALES ENTRE DOS PATRIMONIOS DIVERGENTES Y CONVERGENTES
Ilustración 11. Ejemplo de música y versos de alabanza A reunirse, pecadores, registrado el 11 de octubre
del 2005 en Zapopan. Mesa del Grupo Aztlán [transcripción de la autora].
A reunirse, pecadores
todos, todos en reunión
a levantar la bandera
del Sagrado Corazón (bis)
¿Para dónde va marchando
ese ejército, Calixto?
A formar su gran campaña
en la montaña de Cristo (bis)
“Él es Dios”
A reunirse, pecadores…
150
Análisis y transcripción de los discursos musical y coreográfico
Ilustración 13. Ejemplo de música y texto de la alabanza Estrella del Oriente, 1ª. parte, registrado en Tona-
lá, Jalisco, 11 de octubre del 2005 [transcripción de la autora].
151
LAS ARTES MUSICALES ENTRE DOS PATRIMONIOS DIVERGENTES Y CONVERGENTES
Pieza
Qué linda está la mañana
G E
Tradición musical Época Autor
Concheros Sin fecha conocida Anónimo
Participan
A capella Altura de los sonidos
Todos
Melodía
Reiterativa-período
de 10 compases
Diseño rítmico
Isométrico
Ilustración 15. Modelo G-E de transcripción aplicado a un canto del ritual de velación.
152
Análisis y transcripción de los discursos musical y coreográfico
153
LAS ARTES MUSICALES ENTRE DOS PATRIMONIOS DIVERGENTES Y CONVERGENTES
Tabla 4. Conjunto de unidades en la fragmentación de la danza de concheros [práctica mensual del día 18
en la Basílica de Ntra. Señora de Zapopan]
4. Sesión de danza. Atrio de la basílica. Los grupos toman un lugar Sahumaciones de los dan-
Participan grupos de o esperan turno para danzar. zantes y saludo a los cua-
otros géneros, de los tro vientos; representación
tres cuarteles y mesas de danzas y despedida.
de concheros.
5. Participación de Atrio de la basílica. La comunidad recorre Los danzantes se turnan
una banda musical. el atrio para admirar a para que todos puedan
*Llegan como a las 17 h los diferentes grupos de danzar. Si no hay muchos
y permanecen hasta la danzantes, a veces aplaude a grupos, los que llegan pue-
quema del castillo. los más gustados. La banda den danzar todo el tiempo
de músicos toca todo el que deseen.
tiempo.
6. Despedida de la Interior de la Dan gracias por haber cum- Van hacia el altar, se despi-
Virgen. A las 21 h basílica. plido con el compromiso o den y se retiran sin dar la
aprox. danzada. espalda.
7. Quema de castillo. Atrio de la basílica. La gente comienza a salir de Algunos grupos se quedan
Inicia a las 21 h aprox. la basílica, muchas personas a ver el castillo. Este
se quedan a verlo. acto da por terminado el
festejo.
Bonfiglioli (2004, p. 101) explica, además, que tener una idea clara de
“quién es quién en la acción dancística” permite entender mejor la fragmenta-
ción o descomposición del continuum, por lo que se hace necesario detallar a
los protagonistas del performance dancístico para enumerar mediante códigos
y subcódigos la acción de los danzantes, su ubicación en el espacio y en el tiem-
po narrativo. En las acciones de una danza, este autor propone que se atienda a
los códigos “coreográfico”, “musical”, “teatral mímico” y “teatral verbal”, lo que
lleva a sugerir, además de las discontinuidades, que se proceda al estudio de
los contenidos de las formas expresivas mediante una doble vertiente; es decir,
buscar discontinuidades tanto en el contenido como en la forma expresiva.
Por ejemplo, la variación de un paso, la dirección u orientación de la danza, la
apropiación de un espacio y las pausas de la danza (Bonfiglioli, 2004, p. 103).
La identificación de unidades menores o detalles en la descomposición
del continuum también puede entenderse como la interpretación del pro-
tocolo dancístico, el cual, de hecho, es un continuum, pero además, es en
primera instancia una secuencia y una cadena de aspectos comprometidos
con el ritual, por lo que entiendo al protocolo como un sistema de códi-
gos de la acción dancística. Esto puede apreciarse en el caso de la Danza de
concheros, cuyas unidades mayores son representadas por los códigos de: a)
orden de la acción –qué se hace–, b) protagonista de la acción –quiénes lo
hacen–, c) modo de la acción –cómo lo hacen–, y d) vinculación de la acción
dancístico-musical.
En la parte de los códigos del orden de la acción en los concheros,
se han identificado siete subcódigos, que son: la delimitación del espacio
ritual, el “saludo a los cuatro vientos”, la “petición de permiso”, el perfor-
mance de las danzas, “la palabra”, cierre del círculo y fin de la acción. En
la unidad de los protagonistas de la acción, se pueden detallar las acciones
de: la ubicación centrada de los músicos, el danzante que dirige las indi-
caciones, el que dirige la danza, el que hace sonar la sonaja para iniciar
la danza, la palabra del director de la danza, el que da instrucciones a los
músicos para cerrar el círculo, la reverencia de los danzantes y la salida del
director y danzantes. En el código del modo de la acción se aprecian como los
subcódigos básicos: la apertura de un círculo, el giro del círculo de danzantes
en el sentido horario solar, “el permiso” para danzar, la señal de ofrecimiento
apuntando hacia arriba antes de comenzar la danza, la compresión del círculo
de danzantes para escuchar la palabra, el saludo a los cuatro vientos para des-
155
LAS ARTES MUSICALES ENTRE DOS PATRIMONIOS DIVERGENTES Y CONVERGENTES
156
Análisis y transcripción de los discursos musical y coreográfico
Tabla 5. Sistema de códigos y unidades del protocolo de la acción dancística en los concheros.
Protagonista de la
Orden de la acción Modo de la acción (Cómo Vinculación de la acción
acción. Quién(es) lo
(qué se hace) lo hacen) dancístico-musical
hace(n)
1. Delimitar el Los músicos se colocan Se abre un círculo imagina- Se toca “paso de camino”,
espacio ritual al centro. rio, donde cada participante conocido también como
tiene un lugar. “paso de caminante”.
2. Saludo a los El danzante que dirige Una vez colocados en el Se tocan las caracolas por
cuatro vientos da las indicaciones. círculo, éste gira como un los danzantes que poseen
gran reloj de sol en sentido una. Los demás hacen sonar
horario. sus sonajas mientras dura
el toque.
3. Petición de El que dirige la danza La atención pasa del dirigente Da las instrucciones a los
permiso dirige el primero, des- principal, al dirigente en músicos, elige el son que se
pués va pidiendo a cada turno. “El permiso” se toca interpretará, la velocidad de
participante, que dirija antes de cada danza. Todos ejecución para los músicos,
“su danza”. mantienen contacto visual y la complejidad de los
para seguir las instrucciones. pasos para los danzantes.
4. El performance Cada participante dirige La atención se vuelve hacia El que dirige un son, marca
de las danzas una. El que dirige una él. Algunos hacen señales el comienzo del mismo, de-
danza hace sonar su de ofrecimiento hacia arriba cide la duración y el cierre de
sonaja. antes de comenzar. su participación. Puede decir
el nombre de la danza a los
músicos o simplemente mar-
car el ritmo con su sonaja.
5. La palabra En primer término, El círculo se comprime para Pausa musical y dancística,
habla el director del alcanzar a escuchar lo que los músicos y danzantes
grupo al final de la re- se dice. Al final se vuelve a permanecen en silencio.
presentación. Agradece abrir. Cuando se ha terminado de
la participación de los hablar vuelven a acompañar
asistentes, da avisos y las evoluciones que acompa-
cede el uso de la palabra ñarán el cierre del círculo.
a otros.
6. Cierre del círculo El director da instruc- Se hace el saludo a los cua- Evento musical aleatorio,
ciones a los músicos. tro rumbos, para despedir a los músicos acompañan
las ánimas de los danzantes con redobles, los danzantes
fallecidos que estuvieron hacen sonar sus caracolas o
presentes. sonajas.
7. Fin de la acción El director es el primero Desintegración del círculo, Los músicos acompañan y
en salir, y recibe a cada los danzantes le siguen hasta son los últimos en dejar el
uno de los participantes que todos salen del círculo. círculo.
a la salida del círculo
con una inclinación de
cabeza o reverencia.
LAS ARTES MUSICALES ENTRE DOS PATRIMONIOS DIVERGENTES Y CONVERGENTES
4 Refiere que el término isométrico se ha utilizado en las composiciones musicales en donde las voces se
mueven de manera simultánea con los mismos valores rítmicos, y que por lo tanto el término isométrico
puede emplearse para describir una identidad horizontal del metro musical. Pero además, Apel (1979)
sugiere el concepto de isorítmico para el esquema reiterado de valores de tiempo, que probablemente sea
el más adecuado para entender a la música de danza, aunque originalmente el término se utilizó, según
este autor, para explicar el esquema reiterativo en valores de tiempo en los motetes del siglo xiv.
158
Análisis y transcripción de los discursos musical y coreográfico
Patrón rítmico-
1 percusivo Para abrir el círculo
dancístico
Sonidos aleato-
Invitación a las
2 rios con caracol
ánimas
y tambores
Pasos en movi-
Patrón rítmico-
mientos levógiros y
3 percusivo
dextrógiros en un
dancístico
solo lugar
159
LAS ARTES MUSICALES ENTRE DOS PATRIMONIOS DIVERGENTES Y CONVERGENTES
continuación de tabla
Pasos en movi-
Patrón rítmico-
mientos levógiros y
5 percusivo
dextrógiros en un
dancístico
solo lugar
Agradecimiento,
La palabra recordatorio de los
7 Pausa
“Él es Dios […]” difuntos, peticiones
especiales
Saludo a los cuatro vientos
Pausa para
cierre de círculo
mediante soni- Despedida de las
8
dos aleatorios ánimas
de caracola y
tambores
160
Análisis y transcripción de los discursos musical y coreográfico
D A7 G
1a de Re 2a de Re 3a de Re
161
LAS ARTES MUSICALES ENTRE DOS PATRIMONIOS DIVERGENTES Y CONVERGENTES
162
Análisis y transcripción de los discursos musical y coreográfico
Ilustración 18. Transcripción de melodía y acordes en Estrella del oriente, primera frase [transcripción de
la autora].
163
LAS ARTES MUSICALES ENTRE DOS PATRIMONIOS DIVERGENTES Y CONVERGENTES
Ilustración 19. Transcripción musical de Estrella del oriente, segunda frase [transcripción de la autora].
164
Análisis y transcripción de los discursos musical y coreográfico
Ilustración 21. Fragmento del ciclo armónico básico y el sentido isométrico o isorrítmico en la guitarra
de concha.
165
LAS ARTES MUSICALES ENTRE DOS PATRIMONIOS DIVERGENTES Y CONVERGENTES
Ilustración 22. Transcripción esquemática del ciclo armónico básico, frases del contorno melódico, po-
siciones en la guitarra de concha de un fragmento de Señor San Miguel [transcripción musical: William
Faulkner; análisis de frases: la autora].
166
Análisis y transcripción de los discursos musical y coreográfico
167
LAS ARTES MUSICALES ENTRE DOS PATRIMONIOS DIVERGENTES Y CONVERGENTES
5 En este esquema, los músicos que dirigen la danza y los instrumentos, así como las ofrendas de copal,
agua o frutas, van en el círculo del centro o afuera de los dos círculos. Esto depende del número de dan-
zantes y de quien dirige. El resto de los danzantes forman el círculo exterior.
168
Análisis y transcripción de los discursos musical y coreográfico
2 1
Hacia el Norte
N
4
Dirección O E
Hacia el Poniente Centro-Arriba Hacia el Oriente
3 5 1
S
Hacia el Sur
2
169
LAS ARTES MUSICALES ENTRE DOS PATRIMONIOS DIVERGENTES Y CONVERGENTES
dextrógiro
levógiro
Cuando aquel que dirige una danza desea “mover la energía”, pide la
ejecución de un solo paso, sin variaciones, y se hace girar el círculo. Cuando
el danzante llega al lugar donde comenzó, se invierte el sentido del giro del
círculo de la danza. Al regresar al punto de inicio, se dice que “la energía
regresa”. Termina la pieza con un accelerando, los danzantes no se mueven
de su lugar, y cierra con genuflexión. En esta danza, al igual que en Yólotl,
puede participar prácticamente cualquier persona: principiantes, personas
que nunca han danzado, ancianos y niños, porque no ofrece ningún grado
de dificultad y estimula el aprendizaje por medio de modelo.
170
Análisis y transcripción de los discursos musical y coreográfico
Descripción de Yólotl
En esta danza, el tambor imita el latido del corazón y danzar consiste en mar-
car los acentos con el pie derecho e izquierdo de manera alternada. Se puede
girar en círculo como en la danza del chichimeca, y además abrir y cerrar el
círculo imitando los movimientos de diástole y sístole de un gran corazón.
Termina cuando todos van hacia el centro y al estar en contacto con los de-
más se abrazan cerrando el círculo. Se puede girar éste estando entrelazados,
o bien, permanecer al centro danzando en el lugar. El que dirige es quien da
las indicaciones.
6 La nomenclatura empleada en este ejemplo es convencional: (D) para el pie derecho, (I) para el pie iz-
quierdo.
171
LAS ARTES MUSICALES ENTRE DOS PATRIMONIOS DIVERGENTES Y CONVERGENTES
172
Análisis y transcripción de los discursos musical y coreográfico
173
LAS ARTES MUSICALES ENTRE DOS PATRIMONIOS DIVERGENTES Y CONVERGENTES
O E
S
Apertura de la danza
Dirección
Hacia el Poniente Centro-Arriba Hacia el Oriente
3 5 1
Hacia el Sur
2
3. Permiso
174
Análisis y transcripción de los discursos musical y coreográfico
continuación de tabla
4. Danzas, ejemplo:
Bibliografía
175
LAS ARTES MUSICALES ENTRE DOS PATRIMONIOS DIVERGENTES Y CONVERGENTES
Grout, D. J. (1980). A History of Western Music. New York: W.W. Norton &
Company.
Hood, M. (1971). The Ethnomusicologist. Los Angeles: University of California.
Jairazbhoy, N. (mayo/1977). The objective and subjective view in music trans-
cription. Ethnomusicology. Ann Arbor: Journal of the Society for Ethnomu-
sicology, XXI(2), 263-273.
Nettl, B. (1964). Theory and Method in Ethnomusicology. usa: Free Press New
York. The Free Press of Glencoe.
Victoria, Thomae Ludovici A. (s.f.). Abulensis Hymni Totius Anni Secundum
Sanctae Romanae Ecclesiae Consuetudium, Qui Quattuor Concinuntur
Vocibus Una cum quattuor Psalmis, pro praecipuis festivitatibus, qui octo
vocibus modulantur. Ad Gregorium XIII. Pont. Max. Roma: Tipografía
Dominici Basae M. D. LXXXI. En Archivo Digital de la Catedral de Jaen.
Disponible en: http/www.upv.es/coro/victoria/1581a.
Armaduras de la danza
176
Elementos musicales
que se preservan en el mariachi
urbano como herencia
del mariachi antiguo en Jalisco
Héctor Ernesto Villicaña Torres1
Presentación
Marco teórico
2 Para Martí (1995), los complejos genéricos tienen que ver con una clasificación de los diversos géneros
musicales “conformados por especies diversas, pero unidos en su composición de elementos históricos mu-
sicales afines” (p. 8). De esa manera, se entiende que el género conocido como son tiene doble función: como
genérico y como género.
178
Elementos musicales que se preservan en el mariachi urbano
Marco metodológico
Desarrollo
179
LAS ARTES MUSICALES ENTRE DOS PATRIMONIOS DIVERGENTES Y CONVERGENTES
180
Elementos musicales que se preservan en el mariachi urbano
Los datos que arroja esta tabla permiten reflexionar cómo el propio ma-
riachi urbano o moderno se ha alejado de los sones por diversas circunstan-
cias, entre ellas se puede reconocer la influencia de otras culturas; asimismo,
se puede especular que la apropiación de otros géneros musicales les ha pro-
porcionado cierto éxito, sobre todo económico.
Como quiera que sea, el mariachi urbano ha conservado rasgos que los
mariachis antiguos legaron y siguen legando, ya que todavía existen muchos
de ellos y aún son vigentes. Esto se puede corroborar en la forma en que
aprenden a tocar los instrumentos, ya que inician por transmisión oral y de
hecho muchos de los mariacheros de Guadalajara son músicos orales.6 Un
ejemplo lo encontramos en músicos como don Julio López, a quien se le cues-
tionó lo siguiente:
181
LAS ARTES MUSICALES ENTRE DOS PATRIMONIOS DIVERGENTES Y CONVERGENTES
182
Elementos musicales que se preservan en el mariachi urbano
183
LAS ARTES MUSICALES ENTRE DOS PATRIMONIOS DIVERGENTES Y CONVERGENTES
Tabla 10. Tabla comparativa del Son de la negra con el son El periquito
Parte A: melódica:
184
Elementos musicales que se preservan en el mariachi urbano
185
LAS ARTES MUSICALES ENTRE DOS PATRIMONIOS DIVERGENTES Y CONVERGENTES
Este son de La loba, además, conserva el doble sentido en la letra que tienen
los sones antiguos, lo que se puede corroborar en las partes que dice:
186
Elementos musicales que se preservan en el mariachi urbano
Reflexión
Bibliografía
187
LAS ARTES MUSICALES ENTRE DOS PATRIMONIOS DIVERGENTES Y CONVERGENTES
Informantes entrevistados
188
Elementos musicales que se preservan en el mariachi urbano
Discografía
189
Tercera parte
La música y el canto como patrimonio
convergente en el mundo de la tradición
oral y divergente en la dimensión
de la notación occidental
Las artes musicales entre otras
expresiones humanas desde
la antropología social1
Introducción
1 Es necesario advertir que una versión de este escrito fue presentada en el Seminario
de Sistemas Rituales, Míticos y Estéticos de El Colegio de San Luis a.c., San Luis Po-
tos, el 19 de agosto de 2014. Texto para publicación del Doctorado Interinstitucional
en Arte y Cultura (mayo de 2015).
2 Dr. en Antropología Social, profesor asociado, Centro Universitario de Ciencias So-
ciales y Humanidades (cucsh), Departamento de Estudios Socio-Urbanos/Centro
Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño (cuaad), Universidad de Guadalajara.
3 Dr. en Filosofía con orientación en Antropología: Etnomusicología, adscrito al Centro
Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño (cuaad) de la Universidad de Guadalajara.
LAS ARTES MUSICALES ENTRE DOS PATRIMONIOS DIVERGENTES Y CONVERGENTES
cha”; señalando que los antropólogos sociales nunca, o casi nunca, conside-
ran y/o registran la dimensión musical y/o sonora en su trabajo de campo.
La segunda tiende a documentar una primera incursión a las consideraciones
metodológicas de la antropología social en torno al estudio de las artes y, en
esta ocasión, específicamente en torno a la música y la danza, dada la juventud
de la antropología del arte y/o antropología y arte, como ya se advirtió líneas
atrás. En tanto que la tercera, y tal vez la más importante, es que en este escrito
se reproduce literalmente el apartado dedicado a las artes del texto que el Royal
Institute of Anthropology of England and Ireland publicara hacia 1951 bajo el
título Notes and Queries on Anthropology, cuya versión española fuera prepara-
da por Carmen Viqueira, Ángel Palerm Vich y Luis Oliveros, por encargo de la
Unión Panamericana bajo el título Manual de campo del antropólogo (México,
Editorial Comunidad/ Instituto de Ciencias Sociales-Universidad Iberoameri-
cana, 1971, Colección del Estudiante de Ciencias Sociales No. 3, pp. 327-353).
Se reproduce este apartado dado que han transcurrido más de cuarenta años
de la publicación en lengua castellana de Notes and Queries y no se ha vuelto a
reeditar. De tal suerte que muchos estudiantes, tanto de las carreras de antropo-
logía como de arte y cultura, ignoran su existencia, siendo que su conocimiento
es de vital importancia como punto de partida para orientar la formación de los
nuevos interesados en el estudio de las disciplinas antes referidas.
La antropología del arte puede considerarse una disciplina bastante joven, aun-
que sus directrices hayan sido establecidas desde la primera mitad del siglo xx
en Primitive Art, por el reconocido antropólogo Franz Boas (1927), y en Man
and his Works. The Science of Cultural Anthropology, por Melville J. Herskovits
(1948).4 Después de Boas y Herskovits varios acontecimientos perfilaron el estu-
dio de las artes en el ámbito de la antropología cultural y social.
4 Existe la versión castellana bajo el título El hombre y sus obras. La ciencia de la antropología cultural (Mé-
xico, fce, 1952, Sección de obras de Antropología). De este texto se invita a la lectura de la parte quinta,
titulada: "Los aspectos de la cultura", aquí se sugiere leer los apartados correspondientes a “El impulso
estético: artes del diseño y artes plásticas”, “El folklore”, “El drama y la música”, así como “El lenguaje,
vehículo de la cultura”.
194
Las artes musicales entre otras expresiones humanas desde la antropología social
195
LAS ARTES MUSICALES ENTRE DOS PATRIMONIOS DIVERGENTES Y CONVERGENTES
196
Las artes musicales entre otras expresiones humanas desde la antropología social
Los argumentos sobre danza después serán retomados por Edward Evan
Evans-Pritchard (1928), pues refiere que en África existe un gran número de
danzas azandes. Advierte que “algunas son regionales”, en tanto que otras no
se practicaban ya, pero que los ancianos las recordaban y podían ser recons-
truidas a partir de descripciones. En su análisis, sugiere que “hay danzas con
acompañamiento de tambores, otras se acompañan con xilofón, unas con ins-
trumentos de viento. Las hay que son específicas de la ceremonia de circun-
cisión, otras son exclusivas de las distintas sociedades secretas, otras propias
de los hijos de los jefes, algunas están reservadas a las mujeres o, por ejemplo,
a las ceremonias funerarias y demás sólo se practican como acompañamiento
del trabajo productivo.
No puedo, en un artículo tan corto, hacer una clasificación de las muchas
formas diferentes de danza que existen entre los azande. Me limitaré a un aná-
lisis de los rasgos principales de un tipo de danza que se acompaña con gongs
y tambores, conocido como gbere buda (danza de la cerveza). No obstante,
sobre los componentes en la gbere buda, los cuales son: música, canto, movi-
miento muscular, normas de la danza, dirección de la danza, función social
de la danza y su papel en las ceremonias religiosas, como lo es el caso de la
ceremonia de la “danza de la cerveza”, Evans-Pritchard (1928, pp. 169-185) ad-
vierte que estos elementos son constitutivos los unos de los otros y no tendría
sentido intentar separarlos para su análisis.5
Argumentos semejantes es posible que encontrara Clyde J. Mitchel (1956)
hacia mediados del siglo xx para con la danza Kalela, al analizar las relaciones
sociales, en tanto redes sociales, que se gestaban entre los africanos inmigrantes
que arribaban a las ciudades del norte de Rodesia, las cuales se encontraban en
un proceso de crecimiento y urbanización. Durante la década de los años sesen-
ta y setenta del siglo xx, todo parece indicar que la antropología británica entró
en una especie de receso. No obstante, el primer paso estaba dado por Mitchel,
pues las áreas urbanas empezaron a ser sujeto de interés por parte de los antro-
pólogos británicos, quienes poco a poco empezaron a estudiar las comunidades
de migrantes a espacios urbanos y los nuevos fenómenos socioculturales.
5 Es importante señalar que Evans-Pritchard (1928) desarrolla, aunque de manera breve, en “La danza” sóli-
dos argumentos sobre la interrelación que guardan: la música, el canto, el movimiento muscular, las normas
de la danza, la dirección de la danza, la función social de la danza, así como su papel en las ceremonias
religiosas, pero dedicándole un apartado a cada una de estas dimensiones.
197
LAS ARTES MUSICALES ENTRE DOS PATRIMONIOS DIVERGENTES Y CONVERGENTES
198
Las artes musicales entre otras expresiones humanas desde la antropología social
Bibliografía
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LAS ARTES MUSICALES ENTRE DOS PATRIMONIOS DIVERGENTES Y CONVERGENTES
200
Oralidad y música
en el Manding: los jàlís.
Un estudio
antropológico-sociocultural
Brahiman Saganogo1
Los malinkés o mandingas (habitantes del Manding) viven en una zona geo-
gráfica que abarca el sur de la República de Senegal (Alto Falémé), noroeste
de Costa de Marfil, extremo oeste del actual Mali y Guinea (regiones de
Niani, Siguiri, Kankan, Kouroussa y Faranah); así que la repartición de los
malinkés por entre esta zona geográficamente delimitada, justifica la exis-
tencia de clanes malinkés, aunque todos éstos se reconocen a través de una
suma de denominadores, que son lo lingüístico, o sea, la lengua bambara o
malinké, las tradiciones orales sin grandes variantes y la oralidad.
Desde el punto de vista lingüístico, los malinkés constituyen uno de los
principales representantes del grupo lingüístico mandé3, que encierra lingüísti-
camente a tres grupos poblacionales, a saber: bambara, dioula y malinkés, que
tienen el mismo fondo dialectal, conocido como la lengua bambara, una lengua
que se particulariza a través de su pronunciación o de su aspecto fónico. En
cuanto a lo estructural, estas tres lenguas son las que, en realidad, forman una
sola, puesto que los respectivos grupos hablantes se comunican entre sí sin difi-
cultades, excepto los matices de pronunciación, acentuación y sonoridades.
En el Manding, los jàlís son los ñàmàkálás o gente de la segunda casta bam-
bara, al lado de los nobles (la primera casta). Al respecto, conviene señalar
3 El tronco lingüístico mandé se encuentra distribuído en los siguientes grupos étnicos: soninké, bambara,
dioula, bobo, bozo, busa, koulango, oma, mendé, tura y dan.
202
Oralidad y música en el Manding: los jàlís
que la sociedad bambara se divide en dos grupos: los nobles y los esclavos4 o
ñàmàkálás. En efecto, el grupo conformado por los ñàmàkálás, considerado
como el de los subalternos del punto de vista de su oficio, constituye un grupo
minoritario, casi homogéneo, que dentro de una sociedad –en su origen, alta-
mente agrícola– ejerce una actividad distinta de la mayoría.
La distinción social o la oposición-implicación noble vs. esclavo acentúa
la dialéctica superior/inferior, la endogamia y la prohibición de relación se-
xual entre personas de ambas castas (entre noble y ñàmàkálá). El ñàmàkálá,
considerado inferior por su oficio (que no es del todo serio, según la tradición
malinké), es tildado no sólo de depravado y perezoso, sino de alguien que
vive a costa de la clase trabajadora; una persona que se dedica a actividades
no lucrativas. Por lo que, a lo largo de los tiempos, dicha separación va to-
mando la línea hereditaria que permite conservar a ambas castas hasta hoy
día en el Manding.
Respecto a la condición de los jàlís, conviene mencionar que etimo-
lógicamente, jèli o jàlí designa “sangre” en lengua malinké, y la sangre es,
por metonimia, la raza o la casta. Del punto de vista de la definición, el jàlí
no es más que un miembro de la casta inferior de la sociedad malinké. Los
ñàmàkálás, por su parte, se subdividen en tres grupos: nùmús o herreros, los
karakés o curtidores de piel, y los jàlís.
203
LAS ARTES MUSICALES ENTRE DOS PATRIMONIOS DIVERGENTES Y CONVERGENTES
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Oralidad y música en el Manding: los jàlís
205
LAS ARTES MUSICALES ENTRE DOS PATRIMONIOS DIVERGENTES Y CONVERGENTES
5 En este libro, Sadji transcribe textualmente lo que le contó el jàlí Bakary Diabaté sobre la historia
de Soundjata Kéïta, Amadou Macina, Bikissa, Kélé-Phaba, Samory Touré, Samba o Kango Moussa
Galadiégui, Kombo-Sylla, Fodé-Kaba y de Konia-Mary, grandes héroes de la tradición oral africana.
206
Oralidad y música en el Manding: los jàlís
207
LAS ARTES MUSICALES ENTRE DOS PATRIMONIOS DIVERGENTES Y CONVERGENTES
tre, como tal, permite filtrar y contener el verbo, y ayuda al malinké a contro-
larse durante el acto de habla: “Ní ímá sé í dá mìnàla, í té sé í jèré mìnàlà” (“si
no controlas tu habla, no te podrás controlar a ti mismo”), lo que señala una
función de retención y de control de sí mismo al hablar, pues una función
propia del vientre se explica mediante la siguiente frase: “Kúmá tè díyá wô
lá” (“El hombre cuyo vientre no puede contener el habla, no logrará nada”).
Más allá de los órganos del cuerpo humano como símbolos del habla, existen
en la lengua malinké palabras que remiten al habla, tales como: kúmá, gbù-
dú, nàní, màtô, màjàmú, fô y kó, y muchas de éstas son, a la vez, sustantivos
y verbos.
Gbùdú. Sustantivo que refiere lo que uno debe guardar en el secreto, lo
que no está para ser dicho públicamente. Quien guarda el secreto o el gbùdú
recibe una fuerza moral y espiritual. Por eso, el malinké recurre al discurso
paremiológico, es decir, habla mediante frases enigmáticas o de manera mis-
teriosa. De ahí que el discurso por vía de las paremias insista en la importan-
cia del gbùdú en el Manding, dado que todo no está por decirse públicamente
y todos no tienen derecho para decir todo. De esta prohibición nace el tema
de la iniciación, etapa primordial que marca el paso generacional entre los
malinkés.
Nànìní o el habla injuriosa. En el Manding está prohibido dirigirse a al-
guien por su nombre; siempre habrá de agregar un sufijo o usar una perífrasis
para designarlo. Por ejemplo, se suele decir: “N´béma” (“Mi abuelo”), aunque
no sea tu abuelo biológico, lo contrario sería nànìní (injuria).
Màtô y màjàmù o el habla de alabanzas. Los jàlís cantan las alabanzas
de las personas pronunciando solamente su apellido (el malinké tiene un solo
apellido) y no su nombre, eso como una forma simbólica de alabar tanto a la
persona presente como a todo su linaje.
Por fin, el habla o fô. Verbo cuyo complemento de objeto directo es kúmá
y significan juntos “decir”, “proferir”: Por ejemplo, se dice: “kà kúmá fô” (de-
cir el habla, hablar, proferir, enunciar un enunciado). Ahora bien, kô o habla,
como sustantivo y verbo a la vez, en cuanto a significante, denota el acto de ha-
blar: “Í kô dí?” (“¿Qué dices?”) exclusivamente, en tanto que, como sustantivo,
designa “cosa”, “algo”: “kô bàrá gbèlèyá” (“las cosas se hicieron más difíciles”
o “las cosas se complicaron”), y traduce semánticamente las preocupaciones
humanas cuando se le agrega un sufijo o un prefijo: Nàfôlókó (“problema de
dinero”), Nàfôlókó gbèléyalá (“el problema de dinero se agudizó”).
208
Oralidad y música en el Manding: los jàlís
Bibliografía
Camara, S. (1992). Gens de la parole. Essai sur la condition et le rôle des griots
dans la société malinké. París: acct, Karthala, saec.
Mazzoleni, F. (2008). L´épopée de la musique africaine. Rythme d´Afrique at-
lantique. París: Hors collection.
Revue Balafon. Pour une meilleure connaissance de l´Afrique noire. (1978).
África: Air Paris.
Sadji, A. (1985). Ce que dit la musique africaine. París: Présence Africaine.
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LAS ARTES MUSICALES ENTRE DOS PATRIMONIOS DIVERGENTES Y CONVERGENTES
Anexos
Ilustración 1. Músicos de balafon. Fuente: Revue Balafon (1978, pp. 4-5). Son músicos tradiciones en ritos
ceremoniales.
Ilustración 2. Jàlímusso o una mujer jàlí. En su vestimenta típica, a su lado, el jàli tocando la kôra. Fuente:
Mazzoleni (2008, p. 35).
210
La presencia global
del ensamble de percusiones
mandingas de África del Oeste
y su apropiación contemporánea
en escenarios urbanos de México
Se trata, a muy grandes rasgos, de las distintas etnias que aun con va-
riantes dialectales tienen como pasado común el haber estado bajo el domi-
nio del Gran Imperio de Malí, fundado por Soundiata Keita (1230-1260),
cuya nación se asentó a lo largo del Alto Río Congo, con una ubicación
aproximada entre las ciudades de Bamako (al suroeste de Mali) y Kourous-
sa (noreste de Guinea). Durante su periodo de mayor esplendor, entre los
siglos xiii y xv, el imperio mandinga se extendió desde Gao en el este y Tim-
buctú al norte, hacia las costas del Atlántico en el oeste (Bentley y Ziegler,
2006, p. 483). Los distintos pueblos bajo el dominio mandinga se dispersa-
ron, diseminando su cultura y asimilando otros tantos rasgos de grupos lo-
cales. El declive del Gran Imperio de Malí corresponde a otros tantos siglos
de dominio árabe-islámico,2 y posteriormente al colonialismo francés, hasta
mediados del siglo xx. Los descendientes del imperio mandinga (también
llamados mande) siguen constituyendo una parte significativa de la pobla-
ción de los países independientes ubicados en el área (ver Mapa 1). En Malí
y Guinea se les conoce como maninka (malinke en la literatura en francés),
mientras que en Senegal, Gambia y Guinea-Bissau se les conoce como man-
dinka (mandingo para los británicos).
2 Mansa Musa, sobrino de Sundiata y soberano del Imperio de Mali de 1312 a 1337, se convirtió a la tradi-
ción islámica, peregrinando a La Meca entre 1324 y 1325, creando a su regreso mezquitas en su territorio
y fortaleciendo el comercio a través del Sahara (Bentley y Ziegler, 2006, p. 487).
212
La presencia global del ensamble de percusiones mandingas
Mapa 1. Pueblos mandinga de África del Oeste subsahariano. Fuente: Eric Charry (1996).
213
LAS ARTES MUSICALES ENTRE DOS PATRIMONIOS DIVERGENTES Y CONVERGENTES
das diferencias entre los valores estéticos de la música africana con respecto a
los de la sociedad occidental.
En este sentido, hay pueblos africanos donde la música, como concep-
to, no existió sino hasta después del contacto colonial (ver: N´Ketia, 1974),
aunque la práctica musical y el rol social del músico existen desde tiempos
lejanos, en tanto el artista africano es aquel que se consagra en los servicios
brindados a su comunidad. Esto es, los músicos aportan los sonidos que
acompañan (prácticamente todas) las actividades de la vida cotidiana, pues
la música no era, ni es necesariamente, considerada como una actividad en sí
misma, sino parte integral de otras.4
Acompañar con música las actividades de la vida cotidiana, entonces, es
concebido como una profesión particularmente marcada por un sistema he-
reditario y endogámico. Es indudable el enorme papel que juegan los griots
(llamados jelis en las lenguas mandé) como músicos, historiantes y mediadores
sociales en el norte y occidente de África (Chamorro, 2009, p. 175), y como
una fuente histórica para la tradición oral (Rial Álvarez, 2013). En cualquier
caso, debe considerarse que el papel del músico difiere enormemente de un
grupo a otro. Evidentemente, en el África del Oeste perviven sistemas jerárqui-
cos, donde el derecho de interpretar ciertas formas musicales está reservado a
miembros de determinados linajes, gremios o castas, y el adiestramiento es es-
tricto o especializado en extremo (Agawu, 1995; Chamorro, 2009; Locke, 1996;
Blacking, 2003). No obstante, para el caso de la cultura musical mandinga, se
pueden distinguir otras esferas de acción para el músico “profesional” (aparte
del griot), entre las que el etnomusicólogo Eric Charry (2000) distingue a:
4 Este punto también es abordado por Locke (1996, p. 71), Stone (2005, p. 15) y Turino (2004, p. 171).
214
La presencia global del ensamble de percusiones mandingas
Cabe señalar que esta última esfera se vuelve, en parte, lo que podría
llamarse “música popular africana”,5 manifestación que despunta después de
la Segunda Guerra Mundial, en sincronía con el proceso de modernización y
descolonización de la región. Gran parte de las culturas musicales del África
del Oeste se adaptaron a los requerimientos urbanos; esto es, estilos musicales,
danzas y ritmos provenientes del entorno campesino o de las aldeas rurales
fueron llevados a las ciudades junto a las oleadas migratorias, como sucederá
también con las otras.
Sin embargo, es el ensamble de percusiones donde destaca el tambor djem-
bé y dundunes (recién mencionado en el tercer inciso), sobre el que me interesa
centrar la atención, dado que sus elementos performativos, provenientes ma-
yormente de ritmos y danzas tradicionales de origen malinke y susu (subgrupos
etnolingüísticos mandinga localizados en el área costera de la actual Guinea),
han sido internacionalizados y convertidos en el principal portador de conoci-
miento musical acerca del África Occidental para el resto del mundo.
5 Sobre el desarrollo de grupos, bandas y artistas, así como una escena pop, un star system y el desarrollo de
la música mediática en África, puede revisarse el libro de Tenaille (2002).
6 Se distingue de otro ensamble de tres tambores llamados kutirindingo, kuritiba y sabaro, que acompaña a
las danzas en la región mandinga de Senegambia, pertenecientes al grupo lingüístico wolof (Charry, 2000;
Knight, 1984).
215
LAS ARTES MUSICALES ENTRE DOS PATRIMONIOS DIVERGENTES Y CONVERGENTES
Ilustración 3. Ensamble mexicano de percusión mandinga: Francisco (shekere), Jesús (djembé), y Eduardo
(dundunes), durante clase de danza guineana impartida por Karime Barreiro. Centro Deportivo Tabasco,
Tlatelolco, México. Marzo, 2015. Archivo personal del autor.
216
La presencia global del ensamble de percusiones mandingas
malinke) toca cuando hay algún compromiso establecido y por el que gene-
ralmente cobra. Su actuación constituye el sustento que le permite ganarse
la vida.
Según Eric Charry (2000, p. 203), el djembéfola debe poseer ciertas cua-
lidades performativas, considerando características técnicas o la velocidad de
ejecución. Pero al contrario a lo que en Occidente se considera la virtud mu-
sical, las virtudes del djembéfola radican en su reconocimiento social, implica
tener la gracia para participar con su instrumento de manera comunal y no
para ser reconocido individualmente. Cabe señalar que estos percusionistas,
a diferencia de los griots, no pertenecen necesariamente a una casta o una fa-
milia; tocan para el pueblo, donde también puede ser agricultor, pastor, etc., o
bien, viajan entre aldeas de manera itinerante.
Durante el proceso de urbanización del África Occidental francesa (y pos-
teriormente como resultado de la formación de los Estados independientes de
Guinea, Malí, Costa de Marfil, Senegal y Burkina Faso), ser percusionista del
ensamble de djembé y dundun devino en lo que podría considerarse una “pro-
fesión liberal” (Flaig, 2010, p. 20), un oficio común entre la población de origen
mandinga de ciudades capitales, tales como Conakry, Bamako, Abdijan, Dakar
y Bobo Dioulasso. En este sentido, es importante considerar los distintos con-
textos performativos en los que se desenvuelve actualmente el ensamble de per-
cusión mandinga en África Occidental y la manera en la que se ha desarrollado
e internacionalizado.7
Roderic Knight (1984, p. 55) detalla las particularidades que existen entre
los escenarios y la práctica performativa que distingue el “jaliya” (práctica mu-
sical del griot o jeli) del ensamble de percusiones, sin embargo, a la época ac-
tual, tales prácticas se yuxtaponen, aunque sin llegar a diluirse, dejando como
rastro algunas conexiones entre sitios locales y globales. Esto es, los griots han
adoptado la práctica de la percusión a pesar de no ser un instrumento que les
7 “[…] las diferencias contextuales en el performance de una pieza musical no tienen mayor relevancia
cuando los contextos no modifican sustancialmente los elementos de dicha pieza [caso de música escrita]
sin embargo, en las sociedades que se rigen por tradición oral [non-literate societies en la versión original
en inglés] el performance se vuelve el principal foco de análisis”, según Gerard Béhague, (1984, pp. 7-11).
Las prácticas performativas son definidas por este mismo autor como: “the social setting in which the
performance takes place, the role of the musicians in that setting, aesthetic judgements about the music
and its performance, the aplication of those judgements in teaching of music, and the content of the song
texts, especially as this sheds light on the relationship between the performer and the audience” (Béhague,
1984, p. 53).
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LAS ARTES MUSICALES ENTRE DOS PATRIMONIOS DIVERGENTES Y CONVERGENTES
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La presencia global del ensamble de percusiones mandingas
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LAS ARTES MUSICALES ENTRE DOS PATRIMONIOS DIVERGENTES Y CONVERGENTES
cendió fuera de este grupo, como ocurrió a partir de los años noventa del siglo
pasado, cuando el djembé se insertó a la cultura popular urbana global. Se trata
de un instrumento muy versátil y adaptable a otros géneros musicales, parti-
cularmente a expresiones relacionadas al género conocido como world music
y a distintas prácticas músico-terapéuticas relacionadas con el new age en los
países occidentales.
Debe destacarse la emergencia de “círculos de percusión” (conocidos
como drum circles) en ciudades de Norteamérica como Nueva York, Toronto
y Montreal (Flaig, 2010; Kelley, 2014; Mekouria, 2006), en Francia (Kokelaere,
1997) y Alemania (Polak, 2000), o sea, ensambles de músicos no africanos. Los
drum circles son mencionados como los primeros espacios para la difusión y
aprendizaje de la cultura musical mandinga, pues iniciaron, según los autores
recién citados, a nivel “no-oficial”, a través de redes (no estrictamente comercia-
les) que permitieron vincular a profesores de música, aficionados y tiendas de
tambores del mundo occidental con percusionistas, bailarines y artesanos afri-
canos, dando como resultado la industria cultural que existe en la actualidad.
Hoy en día abundan empresas que a través de internet venden tambores
y accesorios para la práctica de la percusión guineana,9 y con esto se ha crea-
do toda una industria de la fabricación de instrumentos en Conakri, Bamako
y Ghana, principalmente. De hecho, la demanda de este tambor en el mundo
entero abrió un mercado para las grandes empresas de percusiones, tales
como Latin Percussion (LP), Meinl, Remo, Toca, Tycoon, entre otras, que
han incluido en sus catálogos de venta las percusiones guineanas adaptadas
con herrajes y sistemas sofisticados de afinación (por ejemplo, el de fibra de
vidrio desarrollado por Remo) (ver Ilustración 4).
De la misma manera se comercializan masivamente métodos en audio y
video, o bien, transcripciones de ritmos tradicionales con notación en tabla-
tura, o en notas musicales convencionales. Estos profesores no son africanos
necesariamente. El acceso a internet resulta fundamental tanto para la ven-
ta de artículos e instrumentos, como para la difusión de los talleres y clases
con maestros africanos, o bien, de sus discípulos que han institucionalizado la
enseñanza fuera de África.10 De hecho, los maestros africanos con suficiente
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La presencia global del ensamble de percusiones mandingas
Ilustración 4. Tienda con instrumentos africanos tradicionales y modernos. Guadalajara, Jalisco, Febrero,
2015. Archivo personal del autor.
que al día de hoy ofrece certificaciones internacionales en los cinco continentes. Actualmente su sede
principal se encuentra en Monterrey, Nuevo León. Sus cursos se encuentran en http://www.ttmda.com/.
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LAS ARTES MUSICALES ENTRE DOS PATRIMONIOS DIVERGENTES Y CONVERGENTES
11 Sobre la presencia africana en la música de México puede consultarse: Chamorro (2006); García de León
(2002), entre otros.
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La presencia global del ensamble de percusiones mandingas
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LAS ARTES MUSICALES ENTRE DOS PATRIMONIOS DIVERGENTES Y CONVERGENTES
Para Barrero Cubillos (2013), la música afro, y sobre todo el uso de tal
adjetivo, se asocia a una escena musical caracterizada por el uso de ensambles
de percusión y su estrecha relación con la danza de África del Oeste, no así
para la presencia negra de larga data en el continente americano. “Aunque
el reconocimiento de la tercera raíz cultural de México –la influencia de las
comunidades afrodescendientes– aparece reiteradamente en los relatos de al-
gunos actores, rara vez establecen vínculos directos con las músicas afromexi-
canas”, por lo que podría decirse (desde el punto de vista de Cubillos) que los
ensambles de danza y percusión se mantienen como una escena aparte de
otras manifestaciones que, hasta cierto punto, reivindican la herencia afro-
mestiza, como lo es la escena nacional del son jarocho.
Una escena adjetivada con un término referente al mundo musical co-
rrobora, según Keith Negus (1997, p. 37), “el espacio cultural en el que de-
terminadas prácticas musicales coexisten, interactuando unas con otras en
una variedad de procesos de diferenciación y de acuerdo a una variedad de
trayectorias de cambio e inseminación cruzada”.12 En este sentido, cada esce-
na musical cuenta con lógicas variables, distintos desarrollos donde los par-
ticipantes interpretan los cambios espaciales y temporales. No obstante, las
escenas musicales no son espontáneas; implican “alianzas y coaliciones” de
clase, raza, género, etc., para poder mantenerse y recrearse, sobre todo cuan-
do se asocia principalmente a una lógica conectada a la circulación comercial.
Si tomamos la definición de Negus (1997) como guía para la de una “esce-
na”, las aportaciones de Barrero (2013) dan luz de una práctica que va más
allá de simples hábitos de consumo, aun cuando sus consideraciones buscan
“estudiar lo afro tanto en su generalidad como en su singularidad simbólico-
discursiva”. En todo caso, así como Barrero (2013) propone estudiar una “es-
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La presencia global del ensamble de percusiones mandingas
cena”, es posible avanzar en la descripción [en todo caso etic] desde el estilo y
a manera de subcultura, como aquí se propondrá.
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LAS ARTES MUSICALES ENTRE DOS PATRIMONIOS DIVERGENTES Y CONVERGENTES
Ilustración 5. Clase de percusión africana del profr. Harouna Dembéle (Burkina Faso), V Festival Raíces,
Zoncuantla, Veracruz. Abril, 2015. Fotografía de Valentín Covarrubias.
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La presencia global del ensamble de percusiones mandingas
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LAS ARTES MUSICALES ENTRE DOS PATRIMONIOS DIVERGENTES Y CONVERGENTES
mar parte de alguna red de relaciones sociales para que ocurra cualquier
tipo de performance. Como propone Howard Becker (2008, p. 10), el arte
es siempre una actividad conjunta, a pesar de las formas de cooperación,
personas cuya actividad cooperativa y organizada a través del conocimien-
to en conjunto de los medios convencionales de hacer las cosas, formas de
cooperación que pueden ser efímeras o rutinarias, pero que crean patro-
nes de acción colectiva.
Para los aficionados a la percusión y al baile, meterse de lleno al afro im-
plica, antes que asumir un estilo de vida diferenciado, hacer de la danza y la
percusión un modus vivendi y un operandi. Muchos percusionistas y bailari-
nas de México han logrado llegar a estudiar en África,16 dando como siguiente
paso su profesionalización como ejecutante e instructor. Vivir la autenticidad
de África se vuelve una experiencia capitalizable, pues para la mayoría de afi-
cionados, la identificación y el aprendizaje se logra por la vía mediática. Re-
sulta significativo que la apropiación de esta expresión ofrece una alternativa
laboral que redunda en una oportunidad de acercar a otros a una cultura mu-
sical de transmisión oral que proviene del otro lado del océano (o bien, de sus
sucursales norteamericanas y europeas).
Visto desde afuera, el afro podría ser considerado como un género mu-
sical, como una tribu urbana o cualquier otro término que permita demar-
cación de territorios identitarios. Los estilos musicales y sus construcciones
estereotipadas aparecen siempre que se quieran enumerar los rasgos carac-
terísticos de una tendencia estética que coexiste junto a otras tendencias o
expresiones urbanas. Esto es, en tanto un estilo subcultural (una comunidad
estética, diría Flaig (2010)); el afro muestra su existencia por medio de códigos
semánticos diferenciados expresados a manera de signos, produce un discurso
capaz de aplicarse a distintos soportes de comunicación, no sólo en la música
y en la danza, sino también por su presencia en ciertos espacios de la ciudad,
o bien, insertos en el diseño de afiches, flyers y carteles para atraer a un tipo de
audiencia y asegurar una forma particular de performance.
Conviene, sin embargo, distinguir aquellos estilos que representan pro-
yectos identitarios con visiones distintas del mundo de aquellos construidos
a partir de fetiches mediáticos. Aquí la percusión se vuelve un signo que ga-
16 Hay algunos relatos de percusionistas y bailarinas mexicanas siguiendo este tipo de cursos o estancias de
aprendizaje, véase por ejemplo el texto de Lilith Alcántara (2004).
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Bibliografía
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Isla Guadalupe: el gwoka,
¿instrumento de la resistencia
hacia la independencia?
Nicolás Rey1
fotografiado como bestia por las calles de París para la Exposición Colonial,
cuando las potencias europeas en baja de liderazgo buscaban demostrar al
mundo la perpetuación de su poder imperial por seguir controlando tierras
ajenas a sus fronteras naturales.
Al llegar a jugar en los grandes clubes franceses durante su adolescencia,
muchos jugadores negros sufrieron un trato digno de la esclavitud, midién-
doles, por ejemplo, el tamaño de su muñeca para evaluar su “verdadera edad”.
Al guadalupeño Thuram lo conocí en la presentación de un libro mío en la
alcaldía de París en 2006, sobre la resistencia de los afrodescendientes durante
la época colonial y sus aportes a las independencias de América Latina y el
Caribe, ocasión que me permitió constatar su compromiso para la memoria,
la identidad y la diversidad en los barrios pobres de Francia. Luego, en otro
viaje a la isla Guadalupe, donde nació mi abuelo, afroantillano, me di cuenta
que Thuram buscaba también allá ser útil para defender la cultura e identidad
de nuestro pueblo, lo hacía organizando cada año un gran léwoz, fiesta donde
se toca y baila el gwoka.
Estos ejemplos reveladores nos enseñan:
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Isla Guadalupe: el gwoka, ¿instrumento de la resistencia hacia la independencia?
1. ¿Por qué este tambor, que también es un género musical del mismo
nombre, llegó en las últimas décadas a pasar de una práctica relegada,
a ser el fenómeno artístico más democratizado y difundido ahora en
Guadalupe, desde los más pobres hacia la élite?
2. ¿Cuáles son los “ingredientes”, tanto históricos, sociales y políticos
propios a la isla Guadalupe, así como su relación especial con Fran-
cia, que puedan explicar este fenómeno?
3. El gwoka, más que un tambor, baile o canto, ¿es un clamor del pueblo
guadalupeño, un patrimonio?
El gwoka o gwo ka significa “gran ka” (ka siendo el tambor); pero también es
un género musical del mismo nombre con músicos (percusiones), cantantes y
bailarines que muchas veces llegan a un estado asimilable al trance, donde la
relación bailarín-marcador puede llegar a ser fusional:
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LAS ARTES MUSICALES ENTRE DOS PATRIMONIOS DIVERGENTES Y CONVERGENTES
Ilustración 7. Dos boula, los coristas y el cantante, los chacha. Foto de Christian Dahomay (2013).
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Isla Guadalupe: el gwoka, ¿instrumento de la resistencia hacia la independencia?
2 En todas las Antillas se encuentra este término para designar a los bailes de los esclavos vistos como
eróticos (Rosemain, 1990, p. 28).
3 La palabra cimarrón viene de ganados cimarrones, traducido al francés como ganado salvaje, y era em-
pleado por los españoles para designar a los animales que escapaban a la domesticidad para regresar a su
estado natural. Por extensión, los esclavos negros eran igualmente considerados como ganado y los que
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LAS ARTES MUSICALES ENTRE DOS PATRIMONIOS DIVERGENTES Y CONVERGENTES
Aún fuera de África, en su largo viaje de expatriación (durante los funestos días
de la esclavitud y después), ellos han sido capaces de adaptarse a condiciones de
vida totalmente diferentes de aquellos en el Continente negro africano. La encar-
nan la definición real de la música africana –una música que habla en ritmos que
bailan. […] Aún cuando los tambores por sí mismos están ausentes, su presencia
se refleja en el aplauso, pisadas, o la repetición de ciertas onomatopeyas rítmicas
que están en todo el artificio de imitar el sonido del tambor (Bebey, 1975, p. 92).
Algunas veces, el horario de las actividades musicales está relacionado con las
creencias de la comunidad –a los deseos de los dioses para los que trabajan, o
a las reacciones evocadas de las fuerzas espirituales que son creídas para jugar
un papel importante en el drama de la existencia humana (Nketia, 1974, p. 27).
huían eran calificados con la misma terminología: cimarrones. Palenque, palabra española que corres-
ponde a empalizada, ha sido la primera utilizada por los españoles para designar a los refugios fortifica-
dos de los negros cimarrones amparados en los bosques. Después del siglo xvi, las sociedades cimarrones
fueron designadas por otras denominaciones (siendo palenque la más difundida): cumbe y quilombo en
Venezuela, este último término refiriéndose a cabañas improvisadas fabricadas con elementos ofrecidos
por el medio ambiente (Tardieu, 1984, p. 273), palabra utilizada también en Brasil y en Argentina, mo-
cambo en Brasil y en México, o mambise en Cuba.
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Isla Guadalupe: el gwoka, ¿instrumento de la resistencia hacia la independencia?
Según los autores Uri (1991), que retoman al famoso antropólogo fran-
cés Roger Bastide (1967), especialista de la religiosidad africana en las Amé-
ricas negras, así como a otros autores enfocados sobre Haití (Courlander,
1960; Lamartiniere, 1955), el léwoz podría porvenir de danzas desacralizadas
por los esclavos para escapar a la atención del amo/esclavista, y haber sido
tocado por sociedades secretas en Guadalupe durante la esclavitud, en cere-
monias de tipo vudú.
La importancia del baile en ese tipo de música es central: “todas la formas
de ritmo en la música africana, ya sean vocales o instrumentales, se basan en
los principios rítmicos contenidos en la danza” (Jones, 1974, p. 245, en Pérez,
1990, p. 61). Esa observación es de suma importancia, porque lo que le quedó
como vínculo al esclavo con su tierra originaria, donde están sus ancestros, es
su cuerpo. Afirma que el cuerpo del esclavo, a la vez buscado por su robus-
teza para explotarlo hacia la muerte, fue su condena y su salvación: los pies,
los brazos, la cintura, los hombros, la cabeza, fueron las únicas e indivisibles
armas del esclavo para 1) seguir en contacto directo con África, donde están
sus ancestros, y 2) hacerle frente al europeo esclavista y su intento de descultu-
ralizarlo en América, manteniéndose parado, gracias a ese vínculo directo que
el cuerpo en movimiento mantiene con los espíritus y divinidades africanas,
porque la danza africana está intrínsecamente relacionada con los difuntos
y los dioses. El gwoka en Guadalupe, aunque no se ha estudiado todavía en
profundidad en su dimensión religiosa, es indudablemente un baile de trance
conectado con los ancestros esclavos y africanos, como con los dioses.
Para entender hoy en día la resistencia del gwoka en toda su dimensión, te-
nemos que relacionar el contexto de tipo colonial y dependencia que persiste
en la isla con los movimientos sociales recientes. De hecho, Guadalupe vive
principalmente de las importaciones de Francia y de las ayudas sociales, cuan-
do solamente exporta caña de azúcar y plátano hacia lo que todavía se sigue
llamando la Métropole (Francia) o Europa, como durante la época colonial. A
nivel geoestratégico, con un pie en el continente dominado por Estados Uni-
dos, y para conquistar mercados en América Latina, Francia no está dispuesta
a dejar los “Departamentos Franceses de América”, en cambio, eso conlleva
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LAS ARTES MUSICALES ENTRE DOS PATRIMONIOS DIVERGENTES Y CONVERGENTES
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Isla Guadalupe: el gwoka, ¿instrumento de la resistencia hacia la independencia?
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Visto desde adentro, se puede imaginar a una mesa redonda tranquila, casi
clásica. Pero hay que describir la atmósfera en el lugar. Toda la calle estaba de-
trás en apoyo con el lkp. Durante este encuentro, ante las oficinas del puerto, el
lkp había juntado a más de dos mil personas, con una música ensordecedora,
tambores que nunca pararon de tocar durante toda la reunión. No tenía frente
a mí sólo a 49 sindicatos o asociaciones, tenía más bien la impresión de tener a
toda Guadalupe en la mesa de las negociaciones (Jégo, 2009, p. 66).
Además, cabe mencionar que la huelga empezó en pleno periodo del car-
naval, lo que fue interpretado de diversas maneras por los responsables polí-
ticos locales:
6 “Neuf intellectuels antillais lancent un manifeste de la révolte”, en Mediapart, 2009. Disponible en: http://
www.mediapart.fr/journal/france/160209/neuf-intellectuels-antillais-lancent-un-manifeste-de-la-revolte.
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Isla Guadalupe: el gwoka, ¿instrumento de la resistencia hacia la independencia?
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LAS ARTES MUSICALES ENTRE DOS PATRIMONIOS DIVERGENTES Y CONVERGENTES
7 Los representantes republicanos de Francia en la isla, Sonthonax y Polverel, tomaron la iniciativa, sin
pedir el aval de su jerarquía en Francia, de abolir la esclavitud en Saint-Domingue, lo que tuvo como
consecuencia directa recuperar los miles de negros a su favor para derrotar a los españoles, ingleses, o
monarquistas franceses que estaban a punto de exterminar a los revolucionarios franceses. Luego, en
1794, el decreto de abolición fue votado en la Asamblea francesa, y aplicable para todos los territorios
franceses de ultramar, Guadalupe incluida. Martinica no conoció estos 8 años de libertad entre 1794 y
1802, por haber sido entregada a los británicos por los franceses monarquistas presentes en la isla.
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Isla Guadalupe: el gwoka, ¿instrumento de la resistencia hacia la independencia?
(sueño que su sobrino Napoleón III intentara, pero igual sin éxito),8 y para
su objetivo, él planeaba apoderarse de Saint-Domingue como base trasera.
En consecuencia, tanto los negros de Saint-Domingue como los de Guada-
lupe que vivían libres desde 1794, nunca aceptaron regresar a la esclavitud
en 1802, y entraron en guerra contra Francia. La rebelión fue victoriosa en
Saint-Domingue en 1804, con la declaración de independencia de la parte
oeste, proclamada por Haití, cuando en la isla Guadalupe los numerosos in-
dependentistas negros fueron derrotados y reprimidos por décadas.
A pesar de haber sido vencidos en Guadalupe, la guerra con el obscuran-
tismo bonapartista estalló, se dio, con sus héroes, sus mitos, su potencia en la
memoria colectiva, hasta hoy, en la población negra guadalupeña, que es muy
consciente de haber tenido ancestros libres de 1794 a 1802, y que lucharon hasta
la muerte en 1802 para mantener su libertad. Por lo que el trauma en la memo-
ria colectiva sigue, como si la posibilidad de restablecer “otra vez” a la esclavi-
tud, como fue el caso en 1802, existiría para siempre.
“Si siguen hablando de ella [la esclavitud, pero sin nombrarla], la van a
hacer regresar”, son las palabras sorprendentes de mi tía-abuela en 1998, afe-
rrada a su emisora cultural favorita de Radio France-Outremer, que trataba
de los 150 años de abolición de la esclavitud desde 1848 (ultima abolición).
Entonces, por haber vivido unos años de libertad (1794-1802), y luego 46 años
más (1802-1848) de restablecimiento de esa misma monstruosidad con una
represión feroz, la tía-abuela Titine, a pesar de ser muy conservadora y cató-
lica, con esa expresión de enojo surgida de la memoria colectiva escondida,
expresó a sus 95 años el temor colectivo de todo un pueblo de regresar a la
esclavitud, sin nombrarla, pero también manifestó en su manera de decirlo,
la disposición de los guadalupeños a no dejarse llevar por esa posibilidad sin
reaccionar.
A este resentimiento guardado por más de 150 años en silencio, expre-
sado casi gritando, se junta el clamor del tambor gwoka, símbolo de esa re-
sistencia omnipresente del pueblo guadalupeño, siempre dispuesto a luchar
por sus derechos y su libertad. Eso me quedó claro cuando a los 13 años, en
1985, mi madre me llevó a las barricadas montadas en el centro de Pointe-à-
Pitre, capital económica de Guadalupe, por el pueblo opuesto a la condena de
8 Ironía de la historia, en 1862-1867 Napoleón III hizo algo parecido, apoyándose sobre la isla Martinica
como base naval para atacar a México.
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LAS ARTES MUSICALES ENTRE DOS PATRIMONIOS DIVERGENTES Y CONVERGENTES
[…] hoy hay un pueblo que salvar de una muerte segura. Si la economía y
la política social y cultural no cambian para tomar en cuenta nuestra situa-
ción de pueblo de tercer mundo y de nación independiente, nuestro pueblo
morirá. Y esto será muy rápido, sin que nos demos cuenta. Sin embargo, tal
cambio no puede hacerse sin romper con los sistemas dominantes que sean
políticos, culturales, económicos y sociales. Guadalupe, país del tercer mun-
do, no puede desarrollarse económicamente en el marco de una Europa al-
tamente industrializada y comprometida con el crecimiento. Nuestro pueblo
no puede justificar su identidad y desarrollar su propia cultura mientras que
su referencia sería Francia. Nuestras organizaciones y personajes políticos
que funcionan en el sistema francés tendrán siempre tendencia a perpetuar el
modelo colonizador y la asimilación, con todas sus alienantes consecuencias.
Hace ya mucho tiempo, desde la ley de asimilación, que decidimos tomar el
camino hacia la tumba: se llama subdesarrollo, desempleo, expatriación de la
juventud, alienación por el consumismo, asistencialismo y la escuela. Solo los
nacionalistas parecen entender con claridad el problema y analizar correcta-
mente la situación. No tenemos alternativa. Permanecer en el bastión francés
y morir como pueblo “guadalupeño”, o cortar el cordón umbilical dejando
de amamantar y con un costoso esfuerzo para permanecer como el pueblo
guadalupeño (Céleste, 1983, p. 1952).
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Isla Guadalupe: el gwoka, ¿instrumento de la resistencia hacia la independencia?
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LAS ARTES MUSICALES ENTRE DOS PATRIMONIOS DIVERGENTES Y CONVERGENTES
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Isla Guadalupe: el gwoka, ¿instrumento de la resistencia hacia la independencia?
Gwadloupéen Guadalupeño
Pòté on koudèy si la rékòt Echa un ojo a la cosecha
Si zò pa pòté on koudèy Si no echan un ojo
La Gwadloup ké an fayit Guadalupe estará en quiebra
Répondè Coro
An ka mandé pòté on koudèy Estoy pidiendo que echen un ojo
Pou la Gwadloup pa an fayit Para que Guadalupe no cayera en quiebra [...]
Labouré an kay, kay-la sé menm pri Aren en la roca, la roca es el mismo precio
Labouré an fon, fon la sé menm pri Aren en el valle, el valle es el mismo precio
Labouré an mòn, mòn-la sé menm pri Aren en el cerro, el cerro es el mismo precio
Pa tini la richès, No hay riquezas
Sèl koté ki ni richès, El único lugar donde hay riqueza,
sé a ka maléré ki ni richès, es en la casa de los pobres que hay riqueza
Ou kalé jédi adan menm pyès kann-la Vas el jueves en la misma huerta de caña
Ou ka koupé kann jédi maten, Cortas caña el jueves en la mañana
Vandrèdi maten, sanmedi matin Viernes en la mañana, sábado en la mañana
Esas palabras son un canto de denuncia del poder sobre la sociedad rural,
de lo extenuante y aburrido/repetitivo de la condición laboral del pequeño
campesinado, que, a pesar de todo, se resigna a seguir trabajando para sacar
poca ganancia. El autor añade que la misma riqueza no se encontrará en la
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LAS ARTES MUSICALES ENTRE DOS PATRIMONIOS DIVERGENTES Y CONVERGENTES
10 Fallecido en 2012, Konkèt es considerado como el alma del gwoka; era hijo de man Soso (mamá Soso), la
cual murió a los 108 años en 2013, después de una extraordinaria vida como famosa cantante, organiza-
dora de léwoz en su casa, donde se creó toda una corriente/escuela del gwoka.
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Isla Guadalupe: el gwoka, ¿instrumento de la resistencia hacia la independencia?
11 La doudou es el apodo que se le designa a la negra o mulata lasciva que seducía al amo durante la esclavi-
tud, y luego al turista francés.
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LAS ARTES MUSICALES ENTRE DOS PATRIMONIOS DIVERGENTES Y CONVERGENTES
Luc Reinette, hoy miembro del lkp por medio de la organización que dirige,
el “Mouvman Ka”,12 organizaron varios atentados en contra de edificios del pa-
tronato francés y del Estado, a veces con muertos, como cuando explotó un
restaurante propiedad de un militante del Frente Nacional, partido de extrema
derecha muy fuerte hoy en día en Francia. El 2 de mayo de 1983, día de conme-
moración de los 181 años del restablecimiento de la esclavitud por Napoleón
Bonaparte en 1802, diez bombas explotaron en Guadalupe; la Martinica y París
tuvieron también atentados, con acciones terroristas durante dos años más, fi-
nanciadas por el general Gadafi, según varias fuentes mías en Guadalupe, ema-
nadas de periodistas o independentistas involucrados directamente en esos
hechos. La furia del presidente François Mitterrand, atacado hacia el corazón
de la capital francesa, no se detuvo: la mayoría de los nacionalistas fueron arres-
tados, y otro grupo activista, la Unión por la Liberación de Guadalupe (uplg),
pagó con sangre su activismo, siendo descabezado en julio de 1984, cuando tres
de sus principales líderes explotaron con su propia bomba.13
Los dirigentes independentistas encerrados por terrorismo fueron final-
mente liberados durante los años de 1990, en un acuerdo con el poder fran-
cés a cambio de abandonar su lucha armada y reintegrar la sociedad civil. Es
cuando los nacionalistas encontraron en el arte una vía pacífica de seguir con
sus ideales como el medio para concientizar al pueblo. Joël Nankin, ahora pin-
tor reconocido, fundador del grupo artístico y nacionalista Akiyo en 1979,
encarcelado en los años ochenta por pertenecer a la Alianza Revolucionaria
del Caribe (arc), acusada de perpetrar atentados, es el ejemplo exitoso de esa
reorientación política a través del arte, sin jamás dejarse “comprar” por los
políticos locales o representantes del Estado que buscaron apoyar sus obras
para recuperarlo. Akiyo popularizó el uso del tambor gwoka en los desfiles del
carnaval y de los grupos Mas, lo que permitió alcanzar un público muchísimo
más amplio que en los léwoz del campo:
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Isla Guadalupe: el gwoka, ¿instrumento de la resistencia hacia la independencia?
Es gracias al éxito del Mas que el gwoka, que seguía limitado a un arte de
viejos negros del campo, tendrá éxito más allá de su público tradicional.
[Los Mas] no eran utilizados como antes con los “Mas folklóricos tradicio-
nales”, […] pero eran para despertar la memoria voluntariamente ocultada
por los colonialistas.15
Como consecuencia, el poder francés atacaba más a Akiyo, mas este gru-
po conquistó seguidores en toda la isla, hasta imponerse como la nueva fuerza
política, pero artística, para denunciar el sistema de tipo colonial todavía en
vigor en los Departamentos de Ultramar. Con esa popularidad y el uso del
gwoka en los desfiles por Akiyo, este tambor llegó a tener mucha más fama,
no solamente durante el carnaval de febrero, sino todo el año. Joël Nankin nos
relató en diciembre de 2013 cómo el Mas de Akiyo acentuó la conciencia del
pueblo a través del tambor y el carnaval:
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LAS ARTES MUSICALES ENTRE DOS PATRIMONIOS DIVERGENTES Y CONVERGENTES
El arte y el sindicalismo (Akiyo y ugtg), cada uno por su parte y luego uni-
dos en el lkp, conquistaron entonces pacíficamente lo que los nacionalistas en
arma nunca pudieron alcanzar, aunque gozaban del apoyo tácito del pueblo: la
independencia de los guadalupeños, no en un mapa con fronteras delimitadas, no
en una Constitución, sino en el alma y los corazones; o como el gwoka, que llegó
a ser la consciencia, la identidad, la libertad del pueblo. Es lo que llama Christian
Dahomay (1997), creador de un método gwoka riguroso, el “sentimiento gwoka”,
nacido en las fiestas donde se tocan19 los léwoz, y extendido a toda la sociedad:
17 “¡Mi carnal a toda madre! Velo tocaba conmigo en el Mas à Saint Jean.” Velo es considerado como el más
grande marcador de gwoka, con una manera de pegar al ka arriba de lo común. Velo intentó también
popularizar en el gwoka el uso del djembé africano, y tocaba principalmente sentado en un taburete.
18 Esta canción es seguramente la más emblemática de los desfiles; más durante el carnaval, y también una
de las canciones más movilizadora de masas. Ver http://www.dailymotion.com/video/x19qcii_gwo-ka-
tambou-saint-akiyo-akiyo-la-ola-kale-kon-sa_music.
19 Tuve la oportunidad de bailar en varios léwoz en pleno campo de caña de azúcar, durante 1990 en Guada-
lupe. Tomaba un ron, o a veces dos-tres, para tener el valor de lanzarme a la pista bajo la mirada de todo
el público, y así pude aprender unos pasos básicos. Pero fue más que eso. Si nunca llegué a ser un gran
bailarín, en cambio, sí pude sentir en mi cuerpo, en mi alma, al entrar en ese diálogo con los tambores y
cantantes, ganando la aprobación de la asistencia, lo que significa “el sentimiento gwoka”. Este sentimien-
to lo volví a vivir cuando regresaba cada año de mis largas vacaciones hacia Francia: en la estación “Les
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Isla Guadalupe: el gwoka, ¿instrumento de la resistencia hacia la independencia?
Cuando yo era niño, muy pocas veces se escuchaba hablar de los léwoz, eso
se hacía en el campo, sobre invitación, reservado para los amigos. El campo
patriótico valoró el créole y el gwoka, al final de los sesenta. Porque para ellos
era el medio de propulsar la identidad del guadalupeño: el gong tenía como
logo a un machete, del trabajador agrícola, y a un ka, símbolo de la cultura,
de la lucha cultural. La identidad era el medio para afirmar que somos gua-
dalupeños. El créole con el movimiento patriótico pudo tener su gramática,
sus diccionarios, y entró en la escuela.
[…] Hay algo otro que permite saber si es gwoka: es lo que los ancianos lla-
maban el sentimiento gwoka, el sentido, una cierta manera de ser […]. Si
no tienes eso, ¡no podrás tocar el gwoka! Hay un cantante, Anzala, hizo un
tango, acompañado por el gwoka: ok, no es gwoka tradicional, pero es gwoka
halles”, donde todas las líneas del rer (Red Express Regional) y del metro parisino se cruzan, para juntar
en tren la capital con las ciudades lejanas de París, cada vez que yo escuchaba el gwoka gritar, tocado por
los migrantes antillanos al medio de la gente que corría como histérica para llegar a su casa después de
otro día aburrido de trabajo, siempre, yo tomaba el tiempo necesario, vital, de una hora, a veces toda la
noche, para escuchar a mis paisanos, chistear juntos en créole, y por supuesto, bailar. ¿ Y por qué? Porque
el sonido del tambor al escucharlo se apoderaba directamente de mi ritmo cardiaco, lo podía oler bajo
tierra a 500 metros de distancia porque la madera y la piel de chiva resonaban como nunca en las paredes
de piedra, era como si mi corazón guadalupeño, perdido en el inframundo de París, en el subterráneo,
volviera a la superficie, se sentía nuevamente latir.
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LAS ARTES MUSICALES ENTRE DOS PATRIMONIOS DIVERGENTES Y CONVERGENTES
Ilustración 8. Mas con figura de mono africano en el carnaval. Foto Fred Mogin, enero, 2013.
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Isla Guadalupe: el gwoka, ¿instrumento de la resistencia hacia la independencia?
Soy doctor en biología, y soy el más joven que está conocido como cantante
gwoka […] los ancianos no nos ven siempre con buen ojo. Es que ellos han
luchado dos veces más que nosotros para imponerse en su época, en los
años setenta, ochenta, eran vistos como Vié Nèg,21 como marginales. Mi
abuelo que hizo este ka lo dio a mi tío Jean-Claude Emboulé, un grande del
gwoka moderno, que me lo transmitió. Mis textos hablan de lo que vivo, de
lo que no viví: hablo de los Nèg Mawon,22 de la esclavitud […]. Hablo tam-
bién de mi historia, de la nostalgia de mi infancia cuando íbamos a correr
en los bosques, dormíamos con la ventana abierta, en una casa de madera y
lata, yo aprendía mis lecciones de la escuela en la cima de los árboles fruta-
les […] Nou ka maché si tèt [estamos caminando por la cabeza]: este texto,
fuerte, que escribí durante el lkp, lo escribí retomando unas frases y críticas
lanzadas en la radio o la televisión, donde se decía que “los guadalupeños
no les gusta trabajar” […]. Yo era representante de los estudiantes de doc-
21 Literalmente “viejos negros”, término peyorativo para hablar de los viejos campesinos tercos, brutos,
introvertidos, situados en lo más bajo de la escala socio-racial, muy negros y muy pobres.
22 Negros cimarrones.
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LAS ARTES MUSICALES ENTRE DOS PATRIMONIOS DIVERGENTES Y CONVERGENTES
torado, y me dijeron que yo era un pequeño perro, grito fuerte, ladro, pero
no muerdo […].
Hoy las escuelas de gwoka están llenísimas. Mucha gente del barrio viene a
escucharnos en la escuela los viernes, jóvenes que pertenecen a esa delincuen-
cia potencial, padres que llevan a sus hijos, hijos de militantes, pero también
médicos, profesores: el gwoka se democratizó. Toda la gente tiene su ka, ¡casi
llegó a ser select, el marginal es aquel que no toca el ka!
23 Unión General de los Trabajadores de Guadalupe-Unión de los Trabajadores de la Salud, Sindicato Na-
cionalista-Independentista.
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Isla Guadalupe: el gwoka, ¿instrumento de la resistencia hacia la independencia?
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LAS ARTES MUSICALES ENTRE DOS PATRIMONIOS DIVERGENTES Y CONVERGENTES
toca por todos lados, sin ninguna necesidad de haber pasado por una institu-
cionalización desde afuera, para desarrollar y mantener su vitalidad.
Por otro lado, que una institución internacional reconozca el gwoka como,
según sus términos,25 portador de valores de convivialidad, de resistencia, de
dignidad, que acompaña también movimientos de reivindicaciones sociales o
políticos, y que es uno de los elementos más emblemáticos de la sociedad gua-
dalupeña, no es hacer ofensa a las luchas nacionalistas que permitieron su re-
valorización y difusión en toda la sociedad. En fin, los pueblos que tienen su
música inscrita en la unesco como patrimonio inmaterial pueden gozar luego
de una visibilidad reforzada a nivel mundial, en los festivales internacionales,
en los registros y catalogaciones, apoyándose en la dinámica y espacio que esa
inscripción ofrece.
Pueden también temer de ser desposeídos de todas sus luchas animadas
por décadas que permitieron, primero, hacer del gwoka el instrumento cen-
tral de la identidad guadalupeña, pero los pueblos en resistencia siempre son
suficientemente inteligentes para saber utilizar diversos espacios con el fin de
seguir consolidando su identidad, sin ser recuperados, pero al revés, utilizan-
do al otro como medio en la construcción de su propio destino.
¿Es decir, que la libertad no depende exclusivamente de la conquista del
poder político y de la Nación? Podemos abundar como Pabón (1995) en Puer-
to Rico, que también en los Departamentos Franceses de Ultramar, ¿el na-
cionalismo político de años anteriores se ha convertido en un nacionalismo
consensual y no contestatario? En un mundo globalizado, la cuestión de la
independencia de las Antillas francesas o estadunidenses tiene que replan-
tearse en otros términos más que geopolíticos o de conquista del Estado. En
Guadalupe, sometida al mercado mundial, la cuestión de la independencia no
fue presente en la última huelga general de 2009 que paralizó la isla por casi
dos meses. El éxito de esa movilización es precisamente que hasta los indepen-
dentistas que formaban el núcleo del colectivo lkp, dejaron a un lado la lucha
para la independencia, conscientes que no era de actualidad, e inconsciente-
mente, que siempre uno está dependiente de otra fuerza, que sea el Estado o la
globalización (mundialización económica basada en el capitalismo):
262
Isla Guadalupe: el gwoka, ¿instrumento de la resistencia hacia la independencia?
No creo que nadie pueda declararse independiente hoy en día. Todos so-
mos dependientes los unos de los otros. No puedes sencillamente sacar la
bandera, bailar alrededor de esta e imaginar que eres libre. Conceptos como
libertad, soberanía y responsabilidad sólo pueden articularse una vez que
has tomado en consideración los procesos actuales de globalización (Taylor,
1998, p. 160, en Flores, 2001, p. 193).
Bibliografía
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LAS ARTES MUSICALES ENTRE DOS PATRIMONIOS DIVERGENTES Y CONVERGENTES
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Isla Guadalupe: el gwoka, ¿instrumento de la resistencia hacia la independencia?
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Reguetón: el frijol negro
en el arroz blanco.
Primeros apuntes para
una reconsideración cultural
Introducción
Es necesario mencionar que para los cubanos, la música es casi más im-
portante que el propio oxígeno para vivir. Se puede vivir en pleno siglo xxi,
al margen de las redes sociales, de la propia globalización, pero sin música,
imposible. La nación cubana no existe sin música (García, 2007, p. 03). Lleva
una alegría interior que externa a cada paso y que conjuga el doble sentido con
la sensualidad y el ritmo. No hay crisis que apague a un cubano, o logre que en
sábado no se vaya a bailar. Los problemas pueden esperar, pero al cuerpo hay
que darle música y movimiento.
En la década de los noventa en Cuba, y a partir de la crisis socioeconómi-
ca que trajo consigo el derrumbe total del campo socialista, en 1991, la música
popular se apoderó de todos los espacios culturales arraigados en la sociedad.
Las difíciles condiciones económicas para producir cine, teatro, artes visuales
y música culta durante lo que se conoce en la historia como “el periodo espe-
cial”, promovieron en la cultura cubana la proliferación de bandas de música
popular bailable. Este renacer noventero, propicio para la música popular
bailable, fue usado en principio por músicos y compositores formados en las
escuelas de música oficiales del país, haciendo énfasis en los aspectos instru-
mentales, pero ahora, desde una perspectiva que incluía la palabra; con el fin
de denunciar los problemas sociales que se estaban viviendo. Y así surgió la
timba, “una combinación de estilos musicales, de tendencias creativas en las
que imperan tres fuentes sonoras principales: el Jazz, la Rumba y el Complejo
del Son” (García, 2004, p. 49).
Entre 1991 y 1998, los músicos populares se adscribieron a la palabra
de dos formas fundamentales, unos con interés sociocultural y estético, los
otros –menos creativos, como “una tabla de salvación” (García, 2004, p. 49).
La música popular bailable es sin duda el único resquicio de historia que está
recogida de forma tangible en material discográfico y que podrá estudiarse en
siglos posteriores. Géneros musicales como la timba y el reguetón podrían ser
“la memoria, el guión, la banda sonora, y el aroma impregnado de tabaco, ron,
sudor y sexo de esos días en que los cubanos se sintieron más solos que nun-
ca” (López Cano, 2005, p. 3). Ni libros, ni prensa recogerían en este tiempo la
situación social, la crisis económica, el hartazgo y la desmoralización política
de un pueblo que por casi 10 años había entonado hasta el cansancio “viva la
patria entera embravecida”.
La década de los noventa legitimó la agresividad, a la vez que enfatizó
en el inconsciente colectivo un lenguaje marcadamente violento y vulgar que
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Reguetón: el frijol negro en el arroz blanco. Primeros apuntes para una reconsideración cultural
Ha protagonizado cada vez con más fuerza el panorama musical cubano, so-
bre todo a partir de los primeros años del siglo xx. Se ha erigido, además, en
un estilo de indudable acogida dentro de un grupo poblacional tan irreveren-
te por sí mismo como son los adolescentes –transgresores por excelencia–,
que se apropian de todo lo que signifique un reto, un rompimiento de lo pre-
establecido desde los más disímiles puntos de vista, sobre todo en la música,
donde lo sexual y erótico se manifiestan cada vez con mayor libertad en los
textos y el baile (González, Casanella y Hernández, 2006, p. 3).
269
LAS ARTES MUSICALES ENTRE DOS PATRIMONIOS DIVERGENTES Y CONVERGENTES
270
Reguetón: el frijol negro en el arroz blanco. Primeros apuntes para una reconsideración cultural
Osmani García, “La Voz”, así se hace llamar este reguetonero que aunque critica-
do por las autoridades culturales cubanas, a quienes su estilo musical y sus letras
les resultan ofensivos, ha logrado, gracias a las nuevas tecnologías digitales y a
su casi indetenible difusión, llegar a las casas de los cubanos e inundar espacios
públicos con su “música”, sin necesidad de solicitar la ayuda del gobierno o de
instituciones oficiales como el Instituto Cubano de Radio, Cine y Televisión.
Sus producciones dan al traste con muchos de los conceptos tradicionales
de la cultura cubana, mostrando una realidad social diferente. Usualmente
Osmani no pide permiso para producir, por eso nadie evalúa sus propuestas y
el resultado es devastador para el sistema.
Este cantante se las ha ingeniado para colarse en el gusto del público cubano
dentro y fuera de la isla. En 2011, por ejemplo, su éxito “El chupi chupi” estuvo
nominado para cinco de los premios Lucas, además de la nominación para el
premio del público. Esta votación se hizo a través de mensajes de celulares. Sin
embargo, fue censurado por los órganos oficiales y despojado de sus nominacio-
nes. Las autoridades arremetieron contra él, argumentando que sus canciones
eran altamente vulgares y no beneficiaban a nadie.
A pesar de su invisibilidad en los medios oficiales cubanos, Osmani Gar-
cía ha sido “legitimado por la industria cultural”, al colaborar junto a Pitbull
en canciones como “El taxi” y “El gol”, además de trabajar en proyectos alter-
nativos con el reconocido artista cubano residente en Miami, Alexis Valdés.
La aceptación social que ha tenido el género no es casual, está conectado
“con los valores emergentes de una underclass cubana y la creciente ideología
consumista en el país” (Gámez, 2011, p. 57). Musicólogos, periodistas, críticos e
intelectuales han asociado esta música con un “mal gusto de las clases populares”.
Éstos también asumen que son las clases populares las que son dueñas del mal
gusto. El género está asociado a actitudes delincuenciales y transgresoras de la
política imperante en un sistema socialista como el de Cuba. Y es que la crisis
en la que se sumergió el país luego de la caída del muro de Berlín y el reacondi-
cionamiento social que ello conllevó en los llamados Países del Este, impactaron
severamente en las condiciones económicas de un país que por años se sostenía
a base de acuerdos y planeaciones quinquenales, y esgrimía como valor prin-
cipal una vida a base de trabajo y esfuerzo que negaría siempre la sociedad de
consumo.
271
LAS ARTES MUSICALES ENTRE DOS PATRIMONIOS DIVERGENTES Y CONVERGENTES
La reconfiguración cultural
272
Reguetón: el frijol negro en el arroz blanco. Primeros apuntes para una reconsideración cultural
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LAS ARTES MUSICALES ENTRE DOS PATRIMONIOS DIVERGENTES Y CONVERGENTES
Conclusiones
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Reguetón: el frijol negro en el arroz blanco. Primeros apuntes para una reconsideración cultural
Bibliografía
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Una breve aportación
de la oralidad y africanidad
presente en el grupo carnavalesco
Olodum a través de fragmentos
de sus canciones
veces ocurre por la palabra, siendo ésta considerada sagrada en las culturas
tradicionales africanas. La búsqueda por lo sagrado presupone la necesidad de
comprensión de la realidad, características que se hacen presentes y son bases
para el grupo carnavalesco Olodum, que a través de su musicalidad expone su
visión sobre la africanidad y la cultura afrobrasileña.
Las letras musicales son una mejor opción para el análisis de la cultura,
pues es donde se presentan memoria, identidad y factores de análisis social
para la historia oral. Es lógico que otros elementos y percepciones también es-
tén asociados a las letras musicales: conectividad cultural, cambios simbólicos,
ideologías. Todos ellos, en orden, nos llevan a una reflexión cultural (Canclini,
1997, p. 75).
A pesar de la existencia de la escritura, la oralidad se vuelve importante
en todas las sociedades humanas, pues es a través de ella que empezamos la
comprensión del mundo, los primeros contactos con nuestros familiares. El
lenguaje pasa por la oralidad en una primera instancia. Con el proceso de
colonización, mucho de la oralidad se quedó perdido o totalmente excluido
de algunas culturas. Este proceso de destrucción identitaria también tuvo
influencia de la esclavitud, donde el ser humano africano fue reducido a so-
lamente fuerza de trabajo.
Pensando en el ámbito musical, muchos países del continente africano
y Brasil dialogan entre sí. La experiencia histórica africana está íntimamente
conectada con la brasileña, de modo que es posible hacer análisis por otras
perspectivas, como la oralidad. En este sentido, la producción musical es un
corpus documental lleno de informaciones, pues por muchos años estuvo cen-
trada apenas en expresiones de sentimientos. Son documentos llenos de otras
informaciones que pueden servir como panorama cultural.
Las experiencias de la música con la oralidad parten de un proceso de
subjetividad, donde el oyente es un ser activo en la sociedad que ya trae ele-
mentos culturalmente construidos a lo largo del tiempo. Para Zumthor (2010,
p. 10), la voz no es sinónimo de oralidad, pues esta misma ultrapasa el sen-
tido lingüístico por intermedio del habla. La voz representa un sentimiento
de sociabilidad y es más comprendida que la palabra escrita; mientras que la
oralidad es algo que llega más allá a la exposición oral. Este autor comprende
la oralidad en cuatro niveles distintos: a) primaria, que es donde no existe el
contacto con la escrita; b) mezclada, donde hay poca influencia de la escrita; c)
secundaria, que corresponde a una influencia directa de la escrita; d) mecáni-
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Una breve aportación de la oralidad y africanidad presente en el grupo carnavalesco Olodum
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LAS ARTES MUSICALES ENTRE DOS PATRIMONIOS DIVERGENTES Y CONVERGENTES
por el país, pero el que es mayor, más organizado y tiene más expresividad es
el Olodum.
Un factor importante para el surgimiento de este grupo es la necesidad de
hacerse representativo para el pueblo negro, de hacer visibles las inquietudes
sociales afrobrasileñas. A partir de la segunda mitad del siglo xx, los datos es-
tadísticos visibilizaron con mayor claridad la presencia de la población negra
en Brasil. Es importante señalar que los datos estadísticos de los siglos xix y
xx tomaron distintos indicadores de negritud, por lo que no se pueden sacar
conclusiones definitivas de la disminución o aumento de dicha población, aun-
que hubo también factores como la inmigración europea hacia finales del siglo
xix, que también contribuyeron al aumento de la población blanca y mestiza.2
Las mezclas y la disminución de los negros en Brasil no hicieron que
desapareciera la población afrodescendiente del país. El antropólogo Gilberto
Freyre (1994), quien escribió la historia de la población brasileña colonial en los
siglos xix y xx, registró en el libro Casa-Grande e Senzala las características de
la población negra y la relación entre los patrones y esclavos. En este importante
registro para la historia de Brasil, el autor transmite una idea de democracia ra-
cial que hasta hoy está presente en el imaginario social. Esta democracia racial
de Gilberto Freyre es la convivencia pacífica, sin desigualdad social ni racial
entre las diversas poblaciones brasileñas.
El mito de la democracia racial todavía es persistente en las culturas
brasileñas. En el carnaval de Bahía es visible la diferenciación entre negros
y blancos, entre pobres y ricos. El carnaval bahiano es muy variable y posee
características específicas debido a su concentración de población afro. Con
estas características, muchos grupos carnavalescos con expresiones artísticas
africanas y afrobrasileñas pasaron a destacar en los años de 1970 y 1980, como
es el caso del Ilê- Aiyê, Filhos de Gandhi y Olodum.
2 En 1800, los negros representaban 47% de la población de Brasil, 30% eran mulatos y sólo 23% eran blancos.
En 1880, los negros ya estaban reducidos al 20% de la población; habiendo 42% de mulatos y 38% de blan-
cos. De aquí en adelante lo que disminuyó a la población negra fue la intensificación de la inmigración eu-
ropea después de la abolición de la esclavitud. En 1991, los negros representaban sólo 4,8% de la población
total; los blancos 55.2%, y 39.2% los mestizos, pero seguramente mucha de la población negra está incluida
en la población mestiza. Los datos estadísticos fueron tomados del archivo de estadísticas demográfico bra-
sileño en: http://www.brasil.gov.br/noticias/arquivos/2012/07/02/censo-2010-mostra-as-diferencas- entre-
caracteristicas-gerais-da-populacao-brasileira, consultado el 28 de junio de 2013.
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Una breve aportación de la oralidad y africanidad presente en el grupo carnavalesco Olodum
o Pelô
[…] eles lutam, eles podem / eles fazem o Pelô renascer /Eles lutam, eles podem
/ Eles fazem o Pelô balançar […]
“Desce e sobe” (Itamar Santos, Geny)3
3 “El Pelô […] Ellos luchan, ellos pueden / ellos hacen el Pelô renacer / Ellos luchan, ellos pueden / Ellos
hacen el Pelô moverse […]”. Traducción libre de la autora.
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LAS ARTES MUSICALES ENTRE DOS PATRIMONIOS DIVERGENTES Y CONVERGENTES
[…] Tem muita gente boa/ Aquí tudo mudou/ São quinze anos que brilhou/
Olodum filhos do sol/ Reluz e seduz o meu amor / Negros conscientizados/
Cantam e tocam no Pelô/ Pelourinho é primeiro mundo/ Cartão postal de Sal-
vador […]
“Cartão Postal” (Ithamar Tropicália, Mestre Jackson)4
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Una breve aportación de la oralidad y africanidad presente en el grupo carnavalesco Olodum
[…]O Olodum está aí/ E não vai desistir/ Levando avante a sua luta/ para nao
dividir/ Competência adquirida/ Ao longo do tempo / Solidario a sua raça/
Em todos os momentos / A ideología é unificar / Se temos tantas coisas / Para
conquistar […]
“Ideologia” (Lazinho, Reni, Veneno, Marquinhos)7
Los temas anuales del Olodum para el carnaval son diversos, como: estados
africanos modernos (Guinea Bissau, Nigeria, Tanzania, Mozambique, Madagas-
car); la herencia africana antigua (Egipto, Etiopía); estados de la diáspora afro-
americana (Cuba, eua), otros países como India; movimientos intelectuales
brasileños, derechos civiles y elementos naturales como el sol, el mar y el agua.
Regresando al tema histórico del barrio, Pelourinho es una comunidad
pobre y de gran complejidad social. Este panorama local siempre estuvo pre-
sente en las composiciones del Olodum, donde el grupo los denomina en
algunas canciones como los excluidos del poder y del sistema8 (gais, narcotra-
ficantes, prostitutas). Generalmente el trabajo social y los temas de los cortejos
5 De origen africano, el candomblé es una religión puramente brasileña que rinde culto a los orishas, dioses
africanos que representan la energía de la naturaleza. Cada orisha tiene un día propio en la semana, un
color, un símbolo que lo representa, y todas las historias de esta religión están basadas en mitos y leyendas
(Luz, 1995).
6 “[…] Olodum deme luz/ Ilumina mi camino Olodum/ quiero caminar en la naturaleza […]”. Traducción
libre de la autora.
7 “[…] El Olodum ahí está/ y no va a desistir/ lleva adelante su lucha/ para no perder/ la competencia ad-
quirida/ a lo largo del tiempo/ Con solidaridad a su raza/ en todos los momentos/La ideología es unificar/
si tenemos tantas cosas/ Para conquistar […]”. Traducción libre de la autora.
8 Esta explicación está en la página oficial del grupo (<http://www. e-net. com. br/olodum/>).
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LAS ARTES MUSICALES ENTRE DOS PATRIMONIOS DIVERGENTES Y CONVERGENTES
[…] Ê raça negróide/ Raça negroide Olodum […] A África negra encontra-se
ao Sul do Saara/ E assim é chamada pelo predominio/ de povos negros da Áfri-
ca Negra […] “Raça negroide Olodum” (Luciano Santos)9
[…] Vem dizer para os negros/ Que lembrar o pasado ajuda a viver sem senhor/
E ai reinará Olodum/ Reinará o negão […] “Mensagem” (Dude Santiago)10
[…] Raça negra emergindo fotografando o orgulho […] “Palco da vida” (Nêgo)11
9 “[…] Raza negra/ Raza negra Olodum […]. El África negra está en el sur de Sahara/ Y se llama así por el
predominio/ de pueblos negros de la África Negra […]”. Traducción libre de la autora.
10 “[…] Ven a decir a los negros/ que recordar el pasado ayuda a vivir sin un dueño/ Entonces será el reino
de Olodum/ El reino del negro […]”. Traduccion libre de la autora.
11 “[…] Raza negra enseñándose y fotografiando el orgullo […]”. Traducción libre de la autora.
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Una breve aportación de la oralidad y africanidad presente en el grupo carnavalesco Olodum
[…] Dar duro para viver tão preocupado/ E se morrer tem que pagar/ Para
ser enterrado/ O Olodum protesta ó/ O Olodum protesta/ A usura toma conta
dos homens/ E o povo morrendo de fome/ É um atentado ao pudor/ Falta casa,
falta pão, falta escola/ Os políticos pisando na bola/ Eles querem nos manter
desinformados/ Oh meu deus que país desgovernado/ O Olodum protesta ó/ O
Olodum protesta […]
“Protesto Olodum II” (Reni Veneno, Pierre Onasis)12
Las canciones del Olodum tienen una gran referencia temática: incluyen
datos sociales, nociones de la diáspora africana, aspectos culturales, valora-
ción de sentimientos, política. Otra característica importante en el grupo es la
mezcla de palabras en otros idiomas, como ésta en inglés e iorubá:
12 “[…] Trabajar mucho para vivir muy preocupado/ Y se muere tienes que pagar/ para que te sepulten/
El Olodum protesta/ El Olodum protesta/ La usura está dominando el hombre/ y el pueblo se muere de
hambre/ Es un ataque a la vida y la moral/ No hay casa, no hay pan, no hay escuela/ Los políticos cada vez
roban más/ ellos quieren mantenernos desinformados/ Por dios, que país sin gobernación/ El Olodum
protesta/ El Olodum protesta […]”. Traducción libre de la autora.
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Bibliografía
13 “[…] Un Weekend odara contigo ôbá ôbá […]”. Traducción libre de la autora.
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Una breve aportación de la oralidad y africanidad presente en el grupo carnavalesco Olodum
Entrevista
Entrevista al director del grupo cultural Olodum (Rodrigues, J.) por Deiselene
Barros. Brasilia (2013).
Músicas citadas
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LAS ARTES MUSICALES ENTRE DOS PATRIMONIOS DIVERGENTES Y CONVERGENTES
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Las artes musicales entre dos patrimonios divergentes
y convergentes: la notación occidental
vis-à-vis la tradición oral
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