1 Unidad I Nociones Generales y Metodologia PDF
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1. Contrato: definición legal del Código Civil y Comercial (el “CCC” art. 957).
ARTÍCULO 957.- Definición. Contrato es el acto jurídico mediante el cual dos o más partes manifiestan su
consentimiento para crear, regular, modificar, transferir o extinguir relaciones jurídicas patrimoniales.
La importancia de los contratos es que estos marcan la vida. Desde el punto de vista ético, la importancia
de los contratos se aprecia desde un doble ángulo: por una parte, hay una cuestión moral envuelta en el
deber de hacer honor a la palabra empeñada; por la otra, los contratos deben ser un instrumento de la
realización del bien común.
● Acto jurídico: es un acto voluntario lícito, que tiene por fin inmediato la adquisición, modificación o
extinción de relaciones o situaciones jurídicas.
● Entre vivos
● Entre partes distintas (bilateral). La cantidad de personas no hace a la bilateralidad de las partes.
● Consentimiento. Su elemento esencial
● Crea, modifica, transfiere, extingue.
● Los derechos en juego son de contenido patrimonial
Definición del Código Civil de Vélez Sarsfield (el “Código Civil de Vélez” art. 1137).
ARTICULO 1137.- Hay contrato cuando varias personas se ponen de acuerdo sobre una declaración de
voluntad común, destinada a reglar sus derechos.
Vélez redacta siguiendo el código francés. La crítica que se le hace es que habla de personas en vez de
partes, esto se remite a que puede haber muchas personas pero sin constituir partes distintas. Además
utiliza únicamente el término “derechos” que excede del contenido patrimonial, únicos capaces de ser
objetos de contratos.
En la legislación comparada encontramos numerosidad de conceptos acerca del contrato. Esto es así
puesto a la tesis a la cual adhieren los distintos legisladores de los estados. Entonces podemos encontrar
distintas tesis:
● Tesis amplia: define al contrato como todo acuerdo de voluntades destinado a reglar derechos.
Ejemplo: código francés.
● Tesis restringida: el contrato es todo acuerdo de voluntades destinados a reglar derechos de
contenido patrimonial. Entre los que sostienen esta tesis no hay concordancia en cuanto a los
efectos de este. Por lo tanto tenemos nuevamente una distinción entre:
✔ Acepción amplia: la cual sostiene que el contrato crea, modifica, transmite y extingue
relaciones y situaciones jurídicas patrimoniales.
✔ Acepción restrictiva: por el contrario esta tesis sostiene que el contrato únicamente
crea derechos patrimoniales.
El CCCN se inclina por la postura restrictiva amplia (art. 957). Esto también se deduce de la incorporación
de la transacción como contrato.
Antes de hablar de la naturaleza jurídica del contrato en particular debemos recordar la clasificación de los
hechos jurídicos. Según el artículo 257 un hecho jurídico es un acontecimientos que conforme al
ordenamiento jurídico produce le nacimiento, la modificación o extinción de relaciones o situaciones
jurídicas. Estos hechos jurídicos pueden ser naturales, cuando son actuados por la naturaleza sin
intervención o participación del hombre; y humanos, es decir, obrados por el hombre. A su vez los hechos
jurídicos humanos pueden clasificarse en involuntarios y voluntarios, dependiendo si son actuados con
discernimiento, intención y voluntad o no. Los hechos jurídicos humanos voluntarios se clasifican en ilícitos
(cuando se comete un delito o un cuasidelito, acto reprochado por la ley) y lícitos (aquellos no prohibidos).
Estos últimos pueden ser simples actos lícitos y actos jurídicos, la distinción entre estas dos es que de la
primera no se busca como fin inmediato la adquisición, modificación o extinción de relaciones o situaciones
jurídicas, mientras que los actos jurídicos son realizados teniendo en mira este fin inmediato. Los actos
jurídicos pueden ser:
● Unilaterales o bilaterales, según el número de voluntades (denominadas partes) que forman el acto.
● Ínter vivo o mortis causa, dependiendo de si sus efectos se dan entre personas vivas o se debe
esperar a la muerte de alguna de las partes.
● Patrimoniales o extra patrimoniales, se tiene en cuenta si el efecto produce o no modificaciones en
el patrimonio.
Entonces luego de esta explicación podemos definir sin duda alguna que los contratos son actos jurídicos
(hecho jurídico, humano, voluntario, lícito), entre vivos, bilateral y patrimonial.
(Dr. Villalba) Es la fuente principal. Casi todas las obligaciones surgen de un contrato. Las partes fueron
totalmente libres y el contrato hace que ahora deban cumplir (ver comparación con la ley).
(Libro de Borda) El contrato es el principal instrumento de que se valen los hombres para urdir entre ellos
el tejido infinito de sus relaciones jurídicas, es decir, es la principal fuente de obligaciones. El hombre vive
contratando o cumpliendo contratos, desde operaciones de gran envergadura (por ej., compraventa de
inmuebles, constitución de sociedades, construcción de obras de distinto tipo —edificios, represas,
transporte de gas, etc.—), hasta contratos cotidianos que el hombre realiza muchas veces sin advertir que
está contratando: así ocurre cuando trabaja en relación de dependencia (contrato de trabajo), cuando sube
a un colectivo (contrato de transporte), cuando compra cigarrillos o golosinas (compraventa manual),
cuando adquiere entradas para ir al cine o al fútbol (contrato de espectáculo público).
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Estos derechos que nacen del contrato forman parte del patrimonio de las personas involucradas, del
mismo modo que lo integran los derechos reales (como, por ejemplo, el de dominio) que se puedan tener.
Por ello, el art. 965 del Código Civil y Comercial dispone, con razón, que los derechos resultantes de los
contratos integran el derecho de propiedad del contratante, lo que le otorga también la jerarquía
constitucional que la propia Constitución da al derecho de propiedad (art. 17), consagrando legalmente lo
que ya pacíficamente había establecido la jurisprudencia.
(a) la ley; la ley es el acto del Poder Legislativo del Estado.
Ambos constituyen una regla jurídica a la cual deben someterse las personas. Como fundamento de esto
tenemos el artículo 4 del CCCN y el artículo 959 del CCCN.
ARTÍCULO 4°.- Ámbito subjetivo. Las leyes son obligatorias para todos los que habitan el territorio de la
República, sean ciudadanos o extranjeros, residentes, domiciliados o transeúntes, sin perjuicio de lo
dispuesto en leyes especiales.
ARTÍCULO 959.- Efecto vinculante. Todo contrato válidamente celebrado es obligatorio para las partes. Su
contenido sólo puede ser modificado o extinguido por acuerdo de partes o en los supuestos en que la ley
lo prevé.
DIFERENCIAS
LEY CONTRATO
Es una regla general a la cual están sometidas Es una regla sólo obligatoria para las partes que lo
todas las personas han firmado y sus sucesores
Se establece teniendo en mira un interés general o Se contrae teniendo en mira un interés individual
colectivo
Nace del Poder Legislativo del Estado Nace de la voluntad de las partes
Además, la ley no requiere de prueba, y difiere del contrato en sus efectos y vigencia.
(b) el cuasicontrato; mal llamado. Es fuente de las obligaciones porque una persona realiza gastos a
nombre de otra que los ignora. Nace la obligación de reparar los gastos realizaos. Estos gastos deben ser
necesarios para que se configure esta figura. Ejemplos, gestión de negocios (mi vecino está de viaje y
arreglo un caño del patio que pierde agua). E l contrato es un acuerdo de voluntades, un acto jurídico en el
cual las partes crean una obligación por medio de la concurrencia de sus voluntades; en cambio llamamos
cuasicontrato al hecho voluntario unipersonal licito, donde no existe un acuerdo de voluntades y que es
legitimado por la ley; el cuasicontrato es una obligación que se forma sin convención ya que nace por la
autoridad de la ley o se origina en un hecho personal del obligado. Entonces podríamos decir que la
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(c) la declaración unilateral de la voluntad; en este supuesto solo encontramos una parte o voluntad,
mientras que una de las características del contrato es la bilateralidad. Ejemplo, promesa publica de
recompensa (se me perdió mi perro, ofrezco x cantidad de plata por quien lo encuentre y lo traiga).
(d) las relaciones contractuales de hecho; estas relaciones surgen de la realidad. Los doctrinarios los
asimilan a los efectos de un contrato pero en realidad no hay tal. Ejemplo, avión que pide aterrizar de
emergencia.
(e) el delito y (f) el cuasidelito; estos supuestos nacen de ilícito mientras que un contrato surge de un
acto licito. En este caso son fuentes de las obligaciones porque surge la reparación de daños a la víctima o
a sus familiares por parte del autor del delito. No hay acuerdo de voluntades ni consentimiento ya que es la
ley quien impone esta obligación al delincuente.
Los derechos personalísimos son aquellos que son innatos al hombre como tal, y de los cuales no puede
ser privado. Se trata de derechos no patrimoniales, imprescriptibles, irrenunciables e intransmisibles
(derecho a la vida, a la integridad física, a la libertad, al honor, a la identidad, etc.). Con todo debe
señalarse que existe algún punto de contacto con el contrato, desde que ciertos derechos personalísimos
pueden ser dispuestos si el acto no es contrario a la ley, a la moral o a las buenas costumbres (art. 55).
Es importante destacar que están prohibidos los actos de disposición sobre el propio cuerpo que
ocasionen una disminución permanente de su integridad, excepto que sean requeridos para el
mejoramiento de la salud de la persona, y excepcionalmente de otra persona, de conformidad a lo
dispuesto en el ordenamiento jurídico (art. 56). Y para acentuar el carácter restrictivo se dispone que los
derechos sobre el cuerpo humano o sus partes no tienen un valor comercial, sino afectivo, terapéutico,
científico, humanitario o social y sólo pueden ser disponibles por su titular siempre que se respete alguno
de esos valores y según lo dispongan las leyes especiales (art. 17).
ARTICULO 56.- Actos de disposición sobre el propio cuerpo. Están prohibidos los actos de disposición del
propio cuerpo que ocasionen una disminución permanente de su integridad o resulten contrarios a la ley, la
moral o las buenas costumbres, excepto que sean requeridos para el mejoramiento de la salud de la
persona, y excepcionalmente de otra persona, de conformidad a lo dispuesto en el ordenamiento jurídico.
La ablación de órganos para ser implantados en otras personas se rige por la legislación especial. El
consentimiento para los actos no comprendidos en la prohibición establecida en el primer párrafo no puede
ser suplido, y es libremente revocable.
ARTICULO 17.- Derechos sobre el cuerpo humano. Los derechos sobre el cuerpo humano o sus partes no
tienen un valor comercial, sino afectivo, terapéutico, científico, humanitario o social y sólo pueden ser
disponibles por su titular siempre que se respete alguno de esos valores y según lo dispongan las leyes
especiales.
● Extra patrimoniales, aunque existan acciones de resarcimiento en caso de ser lesionados. Por
ejemplo, acciones de defensa del buen nombre.
● Inalienables, fuera del tráfico comercial
● Perpetuas, existen durante toda la vida de la persona
● Erga omnes, oponible frente a todos
Con la reforma de la Constitución Nacional de 1994 se incorpora al derecho interno los Tratados
Internacionales de Derechos Humanos y además se le otorga jerarquía constitucional, subordinando a las
leyes inferiores a ser concordantes con aquellos. El viejo Código Civil de Vélez no los incluyó debido a que
cuando fue redactado (a fines del siglo XIX) estos derechos no tenían presencia jurídica alguna. Mientras
que el nuevo CCCN inclusive dedica artículos autónomos sobre los diferentes derechos personalísimos.
En principio general estos derechos no pueden ser objetos de contratos, por su contenido extra
patrimonial. Una excepción a este principio es el derecho a la imagen que actualmente es muy negociable
y por lo tanto la celebración de un contrato en este ámbito es totalmente valido siempre que haya
consentimiento y este no sea revocado antes de que se den los efectos del contrato y que el mismo no
vaya en contra de la ley, la moral y las buenas costumbres. Ejemplo de esto es el contrato de un famoso
para publicitar x producto en un evento.
Para poder diferenciar el contrato de los derecho reales, primero debemos distinguir los derechos
personales (siendo el contrato una fuente de estos derechos) y los derechos reales.
Poder o facultad que se tiene directamente sobre la Facultad que se tiene de exigir a otra persona el
cosa (iuris in rem) cumplimiento de una prestación (ius ad rem)
Compuesto por dos elementos: el titular y la cosa Compuesto por tres elementos: un sujeto activo
(acreedor), un sujeto pasivo (deudor) y una
prestación (dar, hacer o no hacer)
Son absolutos, se ejercen erga omnes Son relativos, únicamente se pueden ejercer entre
las partes que componen la obligación
Son creados por la ley y de número limitado Son ilimitados y creados por las partes
El contrato genera derechos personales pero estos son insuficientes para crear derechos reales. El
contrato sirve de título pero falta el modo. El modo hace a la publicidad, es decir lo hace oponible a
terceros, y lo constituye absolutamente como derecho real. Este depende de si hablamos de cosa
inmueble o mueble (registrable o no registrable):
● Si es una cosa mueble no registrable el modo es la tradición. Vélez establecía que antes de la
tradición no podía pensarse en la existencia del derecho real (toma como antecedente el Derecho
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Romano). El Código Francés decía que la sola celebración del contrato produce la adquisición del
derecho real.
● Si es cosa mueble registrable, se necesita además del contrato, la inscripción publica registral. Esta
última genera efectos constitutivos, ya que cuando se cumplimenta con la misma recién se
constituye el derecho real.
● Si es cosa inmueble, la tradición es insuficiente. Se necesita el contrato, la escritura pública y la
inscripción publica. Esta última tiene efecto declarativo es decir hacia atrás, porque el derecho real
nació con la escritura pública (constata de manera absoluta lo que surgió con este documento).
Así, por ejemplo, la celebración de un contrato (compraventa, permuta o donación) es insuficiente para
adquirir el dominio de un inmueble, pues se necesita además que se haga tradición de la cosa.
Los actos jurídicos familiares difieren del contrato tanto en su naturaleza, como en su objeto. Si bien
ambos son actos jurídicos que necesitas de la voluntad para nacer podemos encontrar diferencias
esenciales que los distinguen. En el caso de los actos jurídicos familiares, una vez que se formó el acto
jurídico con el consentimiento de las partes, la regulación jurídica se rige imperativamente por las pautas
legales. Así, por ejemplo, una vez contraído el matrimonio, los derechos y deberes de los cónyuges se
rigen exclusivamente por las disposiciones de la ley. Mientras que en el contrato la voluntad de las partes
siempre se rige por el principio de autonomía. Además, se debe remarcar que los actos jurídicos familiares
regulan principalmente derechos extra patrimoniales a diferencia de los contratos que regulan los de
contenido patrimonial.
Entre el testamento y el contrato únicamente se parecen en que son actos jurídicos de carácter
patrimonial, La diferencia entre sucesión y contrato es clara. Primeramente el testamento tiene efectos
mortis causa y el contrato inter vivos. Además, aun cuando haya existido un testamento, no hay contrato.
El testamento es un acto jurídico unilateral, por el que se dispone de los bienes y que necesita, con
posterioridad al fallecimiento del testador, la aceptación del heredero, para que pueda hacerse efectiva la
transmisión de tales bienes.
Cuando uno se refiere al pacto sucesorio hace referencia a la disposición de la herencia futura. Como
regla, los pactos sucesorios están prohibidos (art. 1010), a menos que exista una disposición legal que lo
autorice o se trate de un pacto relativo a una explotación productiva o a participaciones societarias de
cualquier tipo, que tenga en miras la conservación de la unidad de la gestión empresarial o la prevención o
solución de conflictos, siempre que se establezcan compensaciones en favor de los otros legitimarios y no
se afecten la legítima hereditaria, los derechos del cónyuge, ni los derechos de terceros. Existen distintos
tipos de pactos sucesorios que solo a modo pedagógico se explican porque ninguno es admitido por
nuestra legislación ya que se los tachan de inmorales por especulación de la muerte de una persona; los
pactos sucesorios son:
● Institutivos, futuro causante declara por medio de un contrato a una persona heredero.
● Renunciativos, es quien le corresponde una herencia renuncia por un pacto establecido en un
contrato (antes de la muerte del futuro causante).
● Dispositivos, es quien dispone de un bien que le corresponderá recién cuando herede, es decir
cuando fallezca el futuro causante.
● Distributivas, los futuros herederos se dividen la herencia antes que el futuro causante cese en
vida.
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Se admite la donación en vida pero no por pacto. Se lo considera un adelanto de la herencia, tutelando la
seguridad del derecho de los demás herederos.
El contrato y el acto plurisubjetivo: el acto colectivo, complejo y colegial.
El acto plurisubjetivo es el integrado por varias declaraciones de voluntad con un mismo objetivo; mientras
que en el contrato hay intereses contrapuestos. El acto plurisubjetivo puede ser:
● Colectivo, cuando un interés idéntico que emana de distintas personas. En este, las voluntades se
unen, formando "un haz de voluntades homogéneas". Son actos colectivos, por ejemplo: el contrato
de sociedad, en el cual los contratantes tienen el interés común de "obtener alguna utilidad
apreciable en dinero", o de realizar la actividad de "producción o intercambio de bienes o servicios
participando de los beneficios y soportando las pérdidas"; el acto por el cual varios condóminos
venden un inmueble por un solo precio; etcétera. En todos ellos hay un "contrato con finalidad
común", que es "instrumento idóneo para la realización de intereses comunes a varios sujetos".
● Complejo, se persigue el interés de una persona que participa o de un tercero. Es el que se va
formando por tramos. Ejemplo, las decisiones de una sociedad.
● Colegial n este las declaraciones de varios sujetos concurren a formar una declaración de voluntad
imputable a un sujeto distinto de los agentes y dirigida a tutelar un interés de aquel sujeto. Es decir,
es para la formación de la voluntad de otra persona y en interés de ella. Por ejemplo, los socios de
una sociedad que manifiestan su voluntad de comprar o no un mueble pero ese acto lo lleva a cabo
la persona jurídica y no cada uno de ellos.
Las sociedades son personas jurídicas que se constituyen de un contrato el cual forma el estatuto.
El Código Civil y Comercial ha puesto particular énfasis en que la ley sea aplicada de conformidad con la
Constitución y los tratados de derechos humanos. Así, el artículo 1º dispone que los casos que este
Código rige deben ser resueltos según las leyes que resulten aplicables, conforme con la Constitución
Nacional y los tratados de derechos humanos en los que la República sea parte. A tal efecto, se tendrá en
cuenta la finalidad de la norma. Los usos, prácticas y costumbres son vinculantes cuando las leyes o los
interesados se refieren a ellos o en situaciones no regladas legalmente, siempre que no sean contrarios a
derecho.
El artículo 2º añade que la ley debe ser interpretada teniendo en cuenta sus palabras, sus finalidades, las
leyes análogas, las disposiciones que surgen de los tratados sobre derechos humanos, los principios y los
valores jurídicos, de modo coherente con todo el ordenamiento.
Cierto es que la pirámide normativa consagrada por la Constitución Nacional, en el art. 75, inc. 22, párr. 2º
y 3º, pone por encima de todo a la propia Constitución y a los tratados de derechos humanos, pero debe
recordarse también que la referida norma, en su párrafo 1º, otorga a los tratados y concordatos jerarquías
superior a las leyes, por lo que la aplicación del propio Código no podrá prescindir de tales tratados y
concordatos, a pesar de que no hayan sido mencionados.
Entrando particularmente al tema de los contratos, entre los tratados de derechos humanos es necesario
destacar a la Convención Americana sobre Derechos Humanos (Pacto de San José de Costa Rica) y a la
Declaración Universal de Derechos Humanos. La primera proclama la necesidad de que los Estados
Partes procuren lograr progresivamente la plena efectividad de los derechos que se derivan de las normas
económicas contenidas en la Carta de la Organización de los Estados Americanos (art. 26); la segunda,
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que toda persona tiene derecho a obtener la satisfacción de los derechos económicos indispensables a su
dignidad y el libre desarrollo de su personalidad (art. 22).
Estos tratados, entre otros, tienen particular relevancia para el derecho de los contratos. Es que si entre los
objetivos se encuentra el desarrollo económico de las personas, una de las vías para lograrlo —quizás la
más importante— sea el contrato, que resulta central para facilitar la circulación de bienes y servicios.
Desde luego, no cualquier contrato será aceptable, pues si éste persigue fines ilícitos, contrarios a la moral
y a las buenas costumbres, o agrede la dignidad de la persona humana, carece de todo valor.
Por ello, con razón, las XIII Jornadas Nacionales de Derecho Civil, en el año 1991, concluyeron —a través
de la comisión nº 9— que el contrato como instrumento para la satisfacción de las necesidades del hombre
debe conciliar la utilidad con la justicia, el provecho con el intercambio equilibrado. Con otras palabras, el
contrato no puede contradecir las pautas que fija la Constitución Nacional y su interpretación debe respetar
el orden normativo que ella impone.
● El CCCN siguió la metodología de Vélez en cuanto divide a los contratos en parte general y
especial.
● El Código de Vélez era casuístico (sigue el criterio del Código Francés que nace por la
desconfianza al Rey). Esto quiere decir que era muy reglamentarista (“yo te digo quienes son
incapaces”; “yo te digo cuando se adquiere fecha cierta”). Da poco margen al arbitrio judicial. Esta
característica la elimina el CCCN ya que tiene un mayor margen discrecional que es enumerativo y
no taxativo.
● El CCCN da un orden de prelación de normas en su artículo 963 que no daba el Código derogado.
ARTÍCULO 963.- Prelación normativa. Cuando concurren disposiciones de este Código y de alguna ley
especial, las normas se aplican con el siguiente orden de prelación:
ARTÍCULO 960.- Facultades de los jueces. Los jueces no tienen facultades para modificar las
estipulaciones de los contratos, excepto que sea a pedido de una de las partes cuando lo autoriza la ley, o
de oficio cuando se afecta, de modo manifiesto, el orden público.
● El CCCN toma un concepto restringido amplio de lo que se considera contratos incorporando así la
transacción a esta figura. Mientras que el Código derogado simpatizaba con el concepto amplio
siguiendo con las directrices del Código Francés.