LECTURA Ero Red Rabbit
LECTURA Ero Red Rabbit
LECTURA Ero Red Rabbit
Buenas
noches
damas,
caballeros,
jovencitas
de
piel
tersa
y
piernas
apretadas,
ustedes
no
necesitan
saber
mi
nombre,
puedo
ser
quien
ustedes
deseen;
porque
esta
noche
seré
el
reflejo
de
sus
deseos,
de
su
pasiones,
de
sus
perversiones,
hasta
quizás
hoy
puedan
descubrir
algún
fetiche,
porque
no
hay
mejor
forma
que
evadir
una
tentación
que
cayendo
en
ella.
Por
favor
presta
mucha
atención
a
cada
palabra
a
cada
historia,
se
puede
convertir
en
el
argumento
de
la
noche
de
alguna
de
las
parejas
que
están
hoy
aquí;
no
te
preocupes
si
viniste
solo,
la
mesera
te
puede
acompañar
al
salir,
o
te
ayuda
con
la
piba
o
el
pibe
que
esta
en
la
otra
mesa,
mándale
un
trago,
una
notita
con
tu
número
de
móvil.
Se
han
arriesgados
hoy,
no
repriman
esos
impulsos
y
como
último
favor,
ayúdame
a
quitar
la
ropita
que
esta
haciendo
como
calor.
En
la
sinopsis
del
evento,
para
los
que
lo
hallan
leído,
dice
que
esto
será
una
lectura
dramática,
pero
más
que
una
lectura,
esto
será
una
tertulia,
yo
leeré
un
poco,
me
imaginare
a
alguno
de
nuestros
invitados
siendo
el
protagonista
de
cada
relato
y
quizás,
solo
quizás
contare
alguna
de
mis
intimidades,
no
dejen
que
se
enfrié
el
ambiente,
porque
entre
más
caliente,
más
suelto
la
lengüita…
que
rico,
no?
Ella
ya
se
lo
esta
imaginando.
No
te
lo
imagines,
y
hazlo
realidad…
y
les
recuerdo
una
cosita
más,
tienen
estos
juguetes
para
jugar
conmigo,
si
sufres
de
pena,
vale,
pedite
un
traguito.
Shhhh…
TRAUMA
TIZAME
Te
amo
por
milésimas.
Y
tú
callas,
pero
yo
te
escucho
en
los
silencios
blancos
que
dejan
las
palabras.
No
quiero
saber
de
tu
pasado.
Cargas
demasiadas
heridas.
¿Quien
te
ha
hecho
tano
daño?
¿a
quien
le
parece
divertido
romperte
los
músculos
con
los
que
hoy
me
quieres?
No
comprendes
por
que
te
dejo,
y
luego,
con
el
correr
de
los
días
te
vuelvo
a
buscar
como
si
fuera
la
ultima
botella
de
aire,
como
si
solo
contigo
mi
cuerpo
se
rellenara
,
porque
siento
en
tus
manso
escondidas
mis
mejores
historias,
los
papeles
olvidados
de
lo
que
soy.
Ahora
restes
mi
wikipedia,
mi
diccionario.
Cada
musculo,
cada
gota
y
lunar
reconocen
el
paso
de
tus
dedos.
Tu
lengua
ha
dibujado
autopistas
en
mi,
y
mis
pies
diminutos
ya
son
tu
templo.
Te
veo
venir,
te
huelo.
Hueles
a
sal
a
espliego.
A
metodologías
revisadas
,a
cuerpo
en
movimiento
.
Ya
ni
sé
si
es
el
sudor
de
nuestro
ayer
el
que
me
resulta
más
asqueroso
o
esa
forma
agitada
que
tienes
de
aparecer
cuando
te
llamo.
me
vives
y
me
deseas,
con
esa
piel
caliente
que
te
deja
tu
insólito
trabajo.
Parece
increíble
que
pueda
amarte.
Pero
te
amo.
Parece
increíble
que
te
bese
después
de
tantos
meses
haciéndolo.
Tu
saliva,
ya
es
la
mía,
en
mi
boca
abierta
y
curiosa.
Tu
pelo
y
el
mío
se
abrazan
cuando
dormimos.
Cuéntame
como
ocurrió,
Por
qué
te
enamoraste
de
mi.
Por
qué
insistes
en
quererme
si
soy
tan
cruel,
tan
pecador
y
tan
insensible
cuando
no
estas.
Lo
hago
porque
si
me
vieses
congelarías
tu
adoración.
Romperías
el
altar
que
empezaste
a
construir
el
siglo
pasado,
lleno
de
mis
fotos
y
de
mis
innumerables
objetos
de
caballero
caótico,
de
papeles
y
ropas
tiradas
por
el
suelo,
de
libros
y
latas
de
refrescos,
de
cigarrillos,
y
guantes
de
boxeo.
Romperías
tu
altas
a
patadas,
como
lo
rompió
el
personaje
de
mi
última
novela,
ese
que
si
mal
no
recuerdo,
así
termina
muerto.
Pero
yo
no
deseo
que
mueras,
y
si
has
de
morir
quédate
conmigo.
Agárrate
a
mi
alma
que,
aunque
estemos
bajo
tierra,
vivirá
siempre
más
joven
que
la
tuya.
TU
CUERPO
ES
UN
BED
AND
BREAKFAST
Salto
hacia
tu
ombligo,
me
hundo
y
navego
entre
pliegues
de
piel
y
nervios
duros.
Me
pierdo
en
tus
venas
tibias,
visito
tus
partes
frías.
Camino
por
tus
pies
redondos,
subo
por
tus
pantorrillas,
me
resbalo
por
tu
trasero.
Salto,
me
divierto
pisando
un
colchón
esponjoso
y
dulce
que
podría
fotografiar.
Me
reciben
furiosas
tus
caderas,
puntiagudas
pero
bellas.
Tiro
de
tu
pecho,
dulce
como
un
balón
de
sangre
caliente.
Eres
rojo
por
dentro
con
vetas
blancas,
como
jamón
de
jabugo.
Sabes
a
herrumbre
y
más
arriba
hueles
a
vino.
Te
taladro
la
nuca
y
te
hago
cosquillas
en
el
cerebro,
o
eso
parece
porque
tiemblas
con
impulsos.
Sigues
durmiendo,
sin
percatarte
de
que
he
tenido
tus
neuronas
con
pinzas
para
la
ropa,
y
he
revisado
tus
coloridos
recuerdos.
Hablé
con
tu
abuela
tartamuda
y
vi
como
me
soñabas
revolcándome
en
un
calor
maldito.
Relamí
tu
boca,
dormí
en
vuelta
en
tu
lengua
de
gato
rasposo
con
sabor
a
miel.
Te
levantaste
para
hacer
pis,
no
me
encontraste,
y
me
buscaste
con
desespero.
Pensaste
que
te
había
dejado
por
otro,
por
uno
más
bello.
Te
serviste
un
whisky
y
casi
me
ahogas.
Navegue
borracha
como
glóbulo
envenenado
por
tus
canales
sanguíneos.
Brinque
por
tu
riñón
y
me
precipite
hacia
tu
uretra.
Encantado
sonreíste
cuando
me
measte
entera.
PONTE
A
OCHO
PATAS
Dime
algo
que
no
pueda
hacer
contigo.
Saca
de
tu
cabeza
los
imposibles,
nárrame
lo
más
escabroso,
defíneme
lo
que
consideras
tenebroso.
Pretendo
entrar
en
tu
piel
cosida
con
la
idea
de
descoserte
por
dentro.
De
abrirte
en
dos
o
tres.
De
partirte
por
medio
de
unas
contracciones
impunes.
Cada
encuentro
contigo
es
como
un
juego
de
futbol.
Ajetreo,
dolor
y
empujones
de
carne.
Tu
te
alejas,
mientras
yo
voy
y
vengo.
Te
quedas
con
lo
mío
porque
así
ha
de
ser
la
naturaleza.
Sos
la
cancha
donde
pongo
las
pelotas;
porque
cuando
tu
piel
y
la
mía
se
junta
eso
sucede.
Un
cruel
deseo
que
luego
trae
una
sucesión
de
caricias
tiernas,
puro
toque
toque;
en
las
que
nuestros
cerebros
se
engañan
mintiéndonos,
porque
sabemos
que
nos
queremos
sin
queremos,
y
nos
necesitamos.
A
ocho
patas
somos
baterías
que
suenan
y
retumban
cuando
entramos
en
contacto.
Nos
golpeamos
por
dentro
y
aquello
suena
como
una
banda
argentina,
como
una
descarga
ochentera
y
desenfrenada.
Hay
sudor
y
hay
malas
palabras.
Hay
calor
y
casi
se
puede
sentirse
que
el
olor
inunda
todo.
Yo
te
inundo,
tú
me
inundas
y
al
final
no
sabemos
que
es
lo
que
buscamos,
pero
es
lo
que
queremos.
Si
solo
es
un
agujero
mojado
y
un
trozo
de
carne
que
se
empina
para
rompernos
y
tocar
nuestra
música.
Ta
acaricio
con
algo
de
amor
prestado,
con
algo
de
amor
ajeno,
con
poemas
rancios.
Me
acaricias
con
vocales
tiernas.
Con
una
O
que
te
supera.
Con
acentos
que
en
otro
día
funcionaron,
con
piernas
que
no
son
las
mismas.
Ya
no
importa
que
te
vayas
o
que
me
despida
de
ti,
porque
la
memoria
de
mi
cuerpo
se
queda
dentro,
como
una
canción
memorable.
Como
himno
de
sangre
y
fuego,
que
en
la
distancia
tararea
cuando
se
abre
placer
tu
cuerpo.
SÉPTIMA
FILA
Observaba
la
cartelera
del
cine,
y
una
voz
me
sacó
del
ensimismamiento.
—¿Dudando
cuál
escoger?—
Le
miré.
Vaya,
no
era
un
ángel,
tampoco
una
diabla,
era
piba
con
picardía
en
la
mirada.
—No
hay
mucho
donde
elegir...
—Me
han
recomendado
esta...
¿La
vemos
juntos?—
No
esperó
mi
respuesta
y
compró
dos
entradas,
que
carácter,
que
decisiva.
No
lo
negaré,
sí,
mire,
cintura
estrecha
y
culo
firme.
Mmmm.
Le
seguí
como
un
perrito
obediente
hasta
la
sala,
aunque
me
rebelé
y
elegı́
los
asientos.
Séptima
fila,
¡faltaría
más!
Me
embriagaba
su
perfume,
el
magnetismo
de
su
cuerpo
y
el
calor
de
sus
muslos,
pero
intenté
centrarme
en
el
argumento,
no
podía
quedar
como
un
pelotudo.
Un
cuarto
de
hora
me
bastó
para
comprender
que
no
había
ninguno.
¡La
película
era
malísima!
—El
que
te
la
recomendó
no
es
un
cinéfilo
—me
susurré.
—Te
mentí
—Sonrie
con
el
mismo
tono
que
ella
lo
hacia.
El
deseo
ardía
en
el
fondo
de
sus
ojos,
y
le
prendió
fuego
a
mis
pantalones.
No
dijimos
nada
más.
Nos
escabullimos
a
los
servicios.
Nuestras
bocas
se
devoraron
mientras
nos
arrancábamos
la
ropa.
Me
empujo
con
fuerza
sobre
las
paredes.
Sentí
la
frialdad
del
mármol
en
mis
nalgas
descubiertas,
la
lacerante
presión
de
sus
uñas
en
mi
pecho,
la
humedad
de
sus
labios
en
mi
sexo.
Parecía
que
no
hubiera
un
mañana,
fuerte,
profundo;
y
yo
le
recibía
como
si
solo
existiera
el
hoy,
apretando,
manteniéndome
invicto
en
dicho
encuentro.
Nos
mirábamos
en
el
espejo
y
este
nos
devolvía
la
imagen:
sus
pechos
balanceándose
sobre
mis
piernas.
Parecía
un
animal
hambriento.
Probablemente
lo
era,
porque
no
me
soltó
hasta
ser
alimentada,
clavando
sus
clientes
mientras
se
saboreaba
mi
profundo
aliento.
Es
posible
que
esa
tarde
se
le
hubiera
corrido
un
poquito
el
champú
y
por
eso
estuviera
cabreada
con
él,
con
su
señor
X.
Porque
el
champú
se
le
corre
a
poquiticos,
como
otras
coas.
Pero
nadie
sabe
que
ella
pasa
del
calor
al
frio
del
cabrero
al
alivio
en
minutos;
nadie
tiene
que
saber
que
se
corre
de
a
poquitos,
por
chorrito.
Cabreada
y
con
calor
entro
en
la
casa
del
hombre
que
la
esperaba.
Se
acostó
en
el
primer
sitio
que
vio,
oscuro
y
al
pie
de
la
puerta;
y
le
entro
una
risa
floja
de
saberse
incomprendida,
ridícula,
pequeña.
Ahí
supone
ella
que
su
trastorno
sale
a
la
luz.
Si
después
de
la
rabia
viene
la
risa,
o
después
del
dolor
llega
el
llanto,
o
del
miedo
a
la
temeridad;
los
otros
podrían
darse
cuenta
de
que
se
debe
a
un
tema
de
cableado
cerebral,
más
novedoso,
más
original.
X
no
le
hace
ni
caso,
la
deja
tendida,
la
deja
estar,
como
dice
él:
hasta
que
se
relaje.
Ella,
lejos
de
relajarse
se
llena
de
ansiedad,
de
preguntas.
San
hacer
ruido
se
tira
en
el
sofá
del
salón
a
buscar
cigarrillos.
En
teoría
porque
ya
esta
curada,
porque
ya
se
le
ha
pasado
el
cabreo.
Ni
lo
uno
ni
lo
otro
es
cierto.
Lo
único
que
tienes
es
ansiedad,
ha
venido
sin
estudias
el
examen
de
estadística,
y
el
cigarrillo
para
ella
es
un
refugio
mental.
Sin
saber
si
él
la
observa,
porque
X
esta
ausente,
sin
hablarle,
sin
hacer
ruido,
lejos
de
ella,
ahí
empieza
la
lluvia
de
ideas
sobre
lo
que
puede
ocurrir,
tendida
sobre
el
sofá
con
las
piernas
dobladas.
Lleva
un
vestido
rojo
de
lunares
verdes
y
unas
sandalias
planas.
Mueve
las
piernas
como
una
colegiala,
se
comporta
como
una
niña,
y
él
asume
que
una
versión
remasterizada
de
Lolita
bipolar
ha
entrado
a
su
casa.
El
señor
X
se
muere
por
comerle
los
pies,
pero
ella
no
quiere,
se
hace
la
difícil,
es
que
en
ese
momento
no
quiere.
Hacerse
la
difíciles
la
premisa
de
esta
Lolita.
Asume
que
el
juego
ha
comenzado.
Se
quita
las
sandalias
y
juega
un
rato
a
caminar
por
la
cara
de
él.
Recorre
sus
mejillas
y
taladra
su
boca
con
sus
pies
de
japonesa,
que
ese
día
vienes
con
las
uñas
pintadas
de
negro
funerario.
Las
sabias
manos
de
X
la
tocan
y
pronto
sabe
que
van
a
tener
otro
encuentro
de
cuerpos.
Cada
uno
es
diferente,
irrepetible,
mágico;
u
quizá
por
eso
ella
sigue
yendo
a
la
casa
de
él
para
que
la
siga
sorprendiendo
con
trucos
de
magua
que
ella
en
solitario
celebre.
Lolita
lleva
en
su
cuerpo
la
belleza
insultante
que
le
dan
sus
veinte
años
pero
ha
tenido
treinta
y
nueve
amantes
y
dos
relaciones
homosexuales.
Y
torea
bien
el
a
universidad
y
en
la
cama.
Justo
donde
él
trabaja
hay
un
metro
cuadrado
de
suelo
en
el
que
él
quiere
cogerse
a
Lolita.
Hoy
le
va
a
calzar
una
cadena
al
cuello
y
la
va
a
atar
a
una
barra,
le
va
a
poner
unas
pinzas
en
los
pezones,
pinzas
que
ella
no
podrá
quitar
por
su
propia
voluntad.
Las
pinzas
de
madera
no
duelen
tanto
como
ella
pensaba,
dan
una
sensación
de
mordisco
enamorado
que
se
alarga
por
minutos,
tal
vez
media
hora.
X
no
ha
desnudado
a
su
Lolita,
le
ha
sacado
los
pechos
fuera
dl
vestido
de
una
manera
poco
incomoda,
pero
así
se
mantiene
ella
para
que
el
la
pervierta
poco
a
poco.
Sobre
el
suelo
se
tiene
él
,
los
dos
fuman
cada
vez
que
lo
necesitan,
y
así
siguen
estimulando
el
juego
hermoso
que
les
da
del
placer.
Ahora
quiere
verla
desde
abajo.,
con
su
cara
de
miel
y
sus
ojos
oscuros.
Le
exige
que
se
abra
de
piernas
para
que
él
la
fustigue.
Lolita
debe
sentir
sus
azotes.
en
su
vagina
expectante,
en
sus
piernas
de
adolescentes
vírgenes
de
azotes.
Ella
la
prueba
porque
está
demente,
no
sabe
mal
dice
mientras
se
ríe.
Él
alucina
con
ella
porque
es
como
un
rio
de
sorpresas,
como
una
rebelde
pequeña
que
nunca
puede
predecirse
Se
acerca
el
orgasmo
final,
que
para
Lolita
es
como
una
descarga
eléctrica,
ya
no
sabe
si
puede
jadear
o
si
debe
gritar,
si
debe
respirar
alto
o
bajo.
Los
golpees
y
el
estar
atada
la
excitan
tanto
como
el
hecho
de
poder
soltar
su
enorme
cascada
en
el
hombre
que
se
tiene
a
sus
pies.
Lolita
gime
con
una
colombina
en
la
boca
al
tiempo
que
su
vagina
se
expande
como
un
hoyo
negro,
y
se
derrama
sobre
él
en
un
charco
que
bien
podría
valer
para
lar
toda
la
casa.
En
ese
momento
se
le
cae
una
lagrima
que
arrastra
su
maquillaje.
Él
quiere
sacarle
una
foto
a
ese
momento
de
extraña
conmoción
femenina.
Ea
tarde
Lolita
n
recibe
mayor
penetración,
no
es
el
día
para
que
estrangule
su
pene
ni
para
que
cabalgue
sobre
él.
Esa
tarde
la
ponen
en
el
cama
para
estimularla
hasta
llanto
copioso.
La
abren
de
piernas
y
le
comen
el
agujero
con
devoción
y
el
agua
fresca
de
Lolita
sale
por
corrientes
calientes
que
bañan
la
cama
y
la
cara
de
X,
su
amante,
quien
sonríe
en
un
deleite
perpetuo
porque
con
Lolita
a
su
lado
no
será
necesaria
la
ducha
ella
es
una
planta
de
agua
que
podría
abastecer
a
un
aldea,
un
pequeño
misterio
humano
que
camina
y
chorrea
agua
al
excitarse.
X
no
puede
creer
que
su
Lolita
venga
con
tanta
agua
dentro,
que
cada
orgasmo
triga
de
regalo
una
expulsión
hidratante
tan
gigante,
y
por
eso,
después
de
fumarse
a
Lolita
en
su
cama
y
hacerla
reír,
de
contarle
perversiones
y
consentirle
su
piel
infantil
y
su
cuerpo
de
fruta
inmadura,
él
la
baja
a
su
asiento
de
trabajo.
Allí
ven
porno
sucio,
porno
que
a
su
perversa
Lolita
la
hace
reír.
Ella
sabe
que
debe
irse
a
estudiar,
que
le
queda
menos
de
media
hora,
y
estos
besos
que
se
dan
saben
a
despedida.
Pero
él
y
ella
siempre
quieren
más,
un
último
vistazo
al
abismo
les
emociona.
Con
las
bragas
puestas
él
introduce
la
mano
en
el
e
coño
extenuado
de
su
Lolita.
En
segundos
se
moja
y
se
lubrica
como
una
fábrica
de
emolientes
blancos
y
tibios.
La
mano
de
X
es
fuerte
y
entra
en
las
profundidades
posibles
de
describir,
con
un
compás
frenético,
que
podría
romperla
en
dos.
Pero
Lolita
está
bien
cosida
por
dentro,
y
su
vaginita
es
un
coño
inteligente
que
piensa
solo,
que
actúa
solo,
y
por
eso
a
veces
se
desconecta
de
Lolita
y
la
deja
en
pausa,
cono
los
ojos
vueltos
y
congelada
como
una
imagen
antigua.
Y
así
,
el
coño
imberbe,
que
también
ha
pasado
por
la
universidad,
decide
todo
lo
que
va
a
hacer,
calentarse
a
cincuenta
grado
como
una
olla
a
presión,
mojarse
hasta
convertirse
en
una
ciénaga
caliente
y
tropical,
contarse
en
un
acto
de
meditación
hasta
su
momento
de
eclosionar,
y
abrirse
como
una
flor
mojada
ardiente,
expulsando
chorros,
y
chorros
de
agua
que
caen
sobre
el
suelo
en
forma
de
cascada
y
que
empiezan
a
teñir
los
pantalones
de
su
amado
de
otro
color.
Lo
ha
dado
todo,
su
coño
ha
hablado.
Lolita
revive,
a
través
de
unas
risas
su
vagina
la
conecta
de
nuevo.
Se
peina
sus
rizos
negros
y
se
lleva
las
bragas
mojadísimas,
pero
nadie
tiene
que
darse
cuenta,
porque
nadie
debe
saber
que
esta
Lolita
se
corre
por
Chorritos.
Nadie.
BEBIDA
RED
RABBIT
Ingredientes:
• Tequila
• Jarabe de fresa
• chili en polvo
• Sal
• Fresa
• Zumo de limón
Preparación:
Escarchar la copa con sal y chili en polvo, usando el zumo de limón.
Agregamos unas gotas de limón. Adicionamos el Tequila 2 Segundos y 2 segundos
de jarabe de Fresa. Adornamos con una tajada de fresa en el borde de la copa.
Latigazo $2.000
5 Latigazos $8.000
cera sobre la espalda $5.000
Cera sobre el pecho $8.000