La teoría biológica de la violencia, representada por Darwin y Lorenz, sostiene que la violencia es un instinto que se desarrolla a nivel individual y grupal. Lorenz argumenta que la violencia es una característica humana porque los animales tienen mecanismos para limitar la agresión que los humanos han perdido. Algunos teóricos relacionan la violencia con lesiones en el lóbulo frontal o altos niveles de testosterona.
La teoría biológica de la violencia, representada por Darwin y Lorenz, sostiene que la violencia es un instinto que se desarrolla a nivel individual y grupal. Lorenz argumenta que la violencia es una característica humana porque los animales tienen mecanismos para limitar la agresión que los humanos han perdido. Algunos teóricos relacionan la violencia con lesiones en el lóbulo frontal o altos niveles de testosterona.
La teoría biológica de la violencia, representada por Darwin y Lorenz, sostiene que la violencia es un instinto que se desarrolla a nivel individual y grupal. Lorenz argumenta que la violencia es una característica humana porque los animales tienen mecanismos para limitar la agresión que los humanos han perdido. Algunos teóricos relacionan la violencia con lesiones en el lóbulo frontal o altos niveles de testosterona.
La teoría biológica de la violencia, representada por Darwin y Lorenz, sostiene que la violencia es un instinto que se desarrolla a nivel individual y grupal. Lorenz argumenta que la violencia es una característica humana porque los animales tienen mecanismos para limitar la agresión que los humanos han perdido. Algunos teóricos relacionan la violencia con lesiones en el lóbulo frontal o altos niveles de testosterona.
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TEORÍA BIOLÓGICA
Al divagar en el concepto de violencia es preciso señalar que existen varias
teorías que permite un análisis de acuerdo a cada perspectiva, la teoría biológica tiene como representantes a Darwin y Lorenz, afirman que la violencia es un instinto que se desarrolla tanto individual como grupal. Para Lorenz, la violencia es una característica particularmente humana, ya que en los animales existen mecanismos que limitan la agresión que el hombre ha perdido. Ramírez (2000, p. 17) expone que la violencia es la respuesta de supervivencia de un individuo u organismo a su medio ambiente. Este autor explica que, en el caso de la violencia de género en la pareja, esta conducta es considerada como parte de la estructura biológica del hombre, pues el hombre ha desarrollado su agresividad para sobrevivir. Señala que los seguidores del modelo biológico defienden que en las especies animales los machos son más agresivos que las hembras, pero se olvidan de tener en cuenta la construcción cultural. Otra crítica trazada por este teórico hacia la corriente biológica es el hecho de que esta no explica por qué algunos hombres a pesar de ser físicamente fuertes no son violentos en el hogar. Asimismo, Hines y Malley Morrison relacionan la violencia a lesiones en el lóbulo frontal o al nivel de testosterona (Booth y Dabbs, 1993; Soler, Vinayak, y Quadagno, 2000). El estudio de Booth y Dabbs establece la hipótesis de que la asociación entre testosterona y agresión puede resultar en conductas hostiles en relación a la pareja y en dificultades para mantener una relación. Los autores comprueban que los altos niveles de testosterona están positivamente relacionados con el hecho de no casarse o de sufrir inestabilidad conyugal y plantean que un hombre con altos niveles de testosterona tiene más probabilidad de dirigir su agresividad hacia la pareja. Sin embargo, concluyen que dichos impulsos agresivos estimulados por la testosterona pueden convertirse en iniciativas y esfuerzos para aumentar el conocimiento y la experiencia.