Apunte 1 - Guerra Fría-Rasgos Generales
Apunte 1 - Guerra Fría-Rasgos Generales
Apunte 1 - Guerra Fría-Rasgos Generales
Objetivo de aprendizaje: Analizar la Guerra Fría como una confrontación ideológica y reconocer las
transformaciones que sufrió la sociedad occidental durante este período.
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Tema 1. Origen y características de la Guerra Fría.
El fin de la Segunda Guerra Mundial, con la derrota de los Estados fascistas, marcó el inicio
de una nueva etapa en la historia mundial. El triunfo aliado no significó el fin de los
conflictos, sino que inició un largo período de nuevas tensiones. A poco andar se hicieron
evidentes los desacuerdos al interior del bando triunfador, particularmente entre
estadounidenses y soviéticos.
Esta nueva forma de relaciones internacionales fue conocida como Guerra Fría. Este período
se extendió desde el fin de la Segunda Guerra en 1945 hasta 1991. No hay consenso entre
los historiadores acerca de la fecha de inicio de la guerra; algunos postulan que el conflicto
comenzó en 1947, con la ruptura definitiva de Estados Unidos y la URSS, aunque la mayoría
coincide en 1945, período en que comenzaron las hostilidades. Así, fue casi medio siglo en
que el mundo estuvo dividido en dos bloques antagónicos. El resultado fue la configuración
de un orden mundial bipolar, es decir, con dos polos de desarrollo capaces de afectar e
influir sustancialmente sobre el resto de los países del mundo. No obstante, a este conflicto
se le denominó “frío”, porque en ningún momento estas dos potencias se enfrentaron
directamente en una guerra directa o “caliente”. Lo que hubo fue, más bien, un estado
permanente de tensiones y conflictos aislados esparcidos por todo el mundo, así como una
intensa campaña propagandística en la que cada potencia exaltaba sus cualidades y los
defectos de sus adversarios.
Todas estas medidas, con mayor o menor intensidad, marcaron los años de la Guerra Fría en
todo el mundo.
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CIA: La Agencia Central de Inteligencia (CIA por sus siglas en inglés) fue creada en 1947 en
Estados Unidos por el presidente Harry S. Truman para espiar a los gobiernos, entidades o
personas extranjeras, con la misión de cuidar los intereses o seguridad de la nación.
KGB: El Comité para la Seguridad del Estado (KGB por sus siglas en ruso) fue creado en
1954 en la Unión Soviética bajo la dirigencia de Nikita Jrushchov como agencia de
inteligencia y espionaje considerada contraparte de la CIA.
“Se han cubierto de sombras los escenarios que hasta hace poco iluminaba la victoria aliada.
Nadie sabe lo que pretenden hacer en el futuro inmediato la Rusia soviética y su
organización comunista internacional, ni cuáles son los límites, si los hubiere, a sus
tendencias expansivas y proselitistas. (...) Desde Stettin, en el Báltico, a Trieste, en el
Adriático, ha caído un telón de acero que atraviesa el continente. Detrás de esa línea se
encuentran todas las capitales de los antiguos Estados de Europa central
y del este (...)”.
En la presente etapa de la historia mundial, casi todas las naciones deben optar entre modos
alternativos de vida. Con frecuencia, la decisión no es libre (…). Uno de dichos modos de
vida se basa en la voluntad de la mayoría y se distingue por la existencia de instituciones
libres, un gobierno representativo, elecciones limpias, garantías a la libertad individual,
libertad de palabra y religión y el derecho a vivir libres de opresión política. El otro se basa
en la voluntad de una minoría impuesta mediante la fuerza a la mayoría. Descansa en el
terror y la opresión, en una prensa y una radio controladas, en las elecciones fraudulentas
y en la supresión de las libertades individuales.
Fuente: Discurso del presidente Truman en el Congreso de EE. UU., 1947. (Fragmento)
Pero en el camino de sus aspiraciones a la dominación mundial, los Estados Unidos se han
encontrado con la URSS, con su creciente influencia internacional, que constituye un bastión
de la política antifascista y antiimperialista (…). Se ha originado una nueva distribución de
las fuerzas políticas. A medida que nos vamos alejando del final de la contienda, más
netamente aparecen señaladas las dos principales direcciones de la política internacional de
la posguerra, correspondientes a la distribución de las fuerzas políticas en dos campos
opuestos: el campo imperialista y antidemocrático, de una parte, y el campo antiimperialista
y democrático, de otra. Los Estados Unidos representan el primero, ayudados por Inglaterra
y Francia.
El período posterior a la Segunda Guerra Mundial, conocido como de máxima tensión, fue el
de las mayores incertidumbres y tensiones. Ambas superpotencias intentaron delimitar sus
territorios sobre la base de demostraciones de poder político y militar, formándose los dos
grandes bloques políticos. Los mayores focos de tensión fueron la división de Alemania en
dos Estados –la República Federal Alemana (RFA) bajo influencia de Estados Unidos y la
República Democrática Alemana (RDA) bajo influencia soviética– y la Guerra de Corea
(1950-1953).
En el período siguiente, desde 1953 hasta 1975, predominaron las relaciones pacíficas entre 3
soviéticos y estadounidenses. Por ello, el líder soviético Nikita Krushev acuñó el término de
coexistencia pacífica. Durante esta etapa se inició un diálogo diplomático entre los dos
bloques, lo que generó distensión, sin embargo, no fue un período carente de conflictos.
Hubo acciones de ambos bandos para reafirmar su hegemonía en sus respectivas áreas de
influencia (como por ejemplo, Hungría y Berlín en el bloque oriental e Irán y Guatemala en
el occidental). Asimismo, hubo serios conflictos entre las superpotencias, como la crisis de
los misiles en Cuba, en 1962, y la Guerra de Vietnam, entre 1964 y 1975. La gravedad
de estos últimos hicieron necesario buscar acercamientos, lo que originó un período llamado
distensión
Distensión: período en que disminuyen los enfrentamientos y la tensión que estos provocan
entre los actores involucrados.
Un último período de la Guerra Fría se caracterizó por un rebrote de los conflictos, debido a
la crisis petrolera, la Guerra de Afganistán y el arribo de los gobiernos conservadores de
Ronald Reagan, en Estados Unidos, y de Margaret Thatcher, en Gran Bretaña. Aun así, el
retorno de las tensiones no tenía relación con la realidad: a estas alturas la Unión Soviética
ya no era capaz de mantener una disputa al mismo nivel que Estados Unidos. Fue
precisamente esta razón lo que llevó a una distensión final donde los rusos ponen fin a la
Guerra Fría, iniciando un turbulento período de reformas políticas, cuyas consecuencias
repercuten hasta la actualidad
La respuesta soviética no se hizo esperar. Stalin decidió contrarrestar los efectos del
programa norteamericano, ya que le inquietaba la fuerza que adquiría y las simpatías que
podía generar incluso dentro de su propia área de influencia al interior de Europa. Así,
además de obligar a los Estados europeos del Este a rechazar la oferta de Estados Unidos,
creó el COMECON o Consejo de Ayuda Mutua Económica. El propósito del proyecto consistía
en coordinar las políticas económicas de la Europa oriental y establecer los mecanismos que
permitieran la ayuda y cooperación mutua con la Unión Soviética. Adhirieron a ella, los
Estados de Hungría, Checoslovaquia, Alemania oriental, Polonia, Bulgaria, Rumania y
Albania. Más adelante se sumaron Mongolia, Cuba y Vietnam.
Se configuraba así la división que marcaría a Europa durante todo el período de la Guerra
Fría en la segunda mitad del siglo XX. Este y Oeste se mantuvieron distantes y marcados por
políticas e ideologías radicalmente opuestas. Estados Unidos y la Unión Soviética fueron
intransigentes a la hora de ceder en sus posturas.
“No necesito decirles, señores, que la situación mundial es muy seria (...). Al considerar lo
que se precisa para la rehabilitación de Europa, se ha hecho obvio en los últimos meses que
la destrucción visible era probablemente menos seria que la dislocación de toda la economía
europea (...). Las necesidades de Europa para los próximos tres o cuatro años en alimentos
y otros productos esenciales procedentes del exterior, principalmente de América, son tan
superiores a su presente capacidad de pago, que tienen que recibir una ayuda adicional
sustancial o enfrentarse con un deterioro económico, social y político de un carácter muy
grave. Es lógico que los Estados Unidos hagan cuanto esté en su poder para ayudar a volver
a una salud económica normal, sin la cual no cabe estabilidad política ni paz segura. Nuestra
política no va dirigida contra ningún país ni doctrina, sino contra el hambre, la pobreza, la
desesperación y el caos. Su objetivo debe ser la vuelta a la vida de una economía, de forma
que permita la aparición de condiciones políticas y sociales en las que puedan existir
instituciones libres.
Sabías que...
Tal como lo hizo con Europa occidental, Estados Unidos ideó un plan estratégico para salvar
a Japón de la situación en que se encontraba al finalizar la guerra. Sus objetivos eran, por
una parte, la implantación de un sistema político de corte liberal y democrático, y por otra,
el desarrollo económico por medio de la exportación de productos de alta tecnología. En
menos de tres décadas, Japón se convirtió en una de las mayores economías del mundo,
hecho que se ha conocido como el “milagro económico japonés”.
Estados Unidos y sus aliados dieron forma a la Organización del Tratado del Atlántico Norte
(OTAN) en 1949, con el objeto de demostrar una actitud resuelta a impedir la expansión de
la ideología comunista en el mundo. Dicha organización agrupó en un bloque de carácter
militar a un grupo de naciones occidentales encabezadas por Estados Unidos, con el fin de
defenderse de cualquier agresión de la URSS. Su origen se debió a la seguidilla de
momentos de tensión que habían surgido entre las dos superpotencias, que llevaron a estos
Estados occidentales a pensar en la necesidad de crear una instancia de defensa militar
contra toda amenaza por parte de la Unión Soviética o sus aliados. Años más tarde nuevos
tratados vinieron a aumentar los miembros adherentes de la OTAN.
Como era de esperar, la Unión Soviética hizo lo propio, aunque de manera algo más tardía.
En 1955, países miembros del bloque comunista firmaron el Tratado de Amistad,
Cooperación y Asistencia Mutua, conocido como Pacto de Varsovia. Su principal objetivo era
contrarrestar la amenaza que significaba la existencia de la OTAN.
En estricto rigor, la Segunda Guerra Mundial había finalizado tras el lanzamiento de las dos
bombas atómicas por parte de Estados Unidos sobre territorio japonés. La tenencia de este
tipo de armas, debido a su altísimo poder destructivo, significaba al país del norte
una enorme ventaja respecto del resto de las naciones del mundo. Por ello, la Unión
Soviética se propuso como uno de sus objetivos primordiales encontrar la fórmula capaz de
generar dichos artefactos. Cuando, en 1949, logró lanzar con éxito su primera bomba de
este tipo, se dio inicio a lo que se ha conocido como la carrera nuclear.
“Los EE UU y la Unión Soviética, con un 11 por ciento de la población mundial, gastan más
de la mitad del presupuesto militar del mundo, evaluado para 1984 en unos 800.000
millones de dólares. De ese presupuesto, entre 70.000 y 80.000 millones de dólares se
destinaron a programas de investigación militar
Para mantener los gastos militares en los índices actuales, cada persona debe sacrificar a la
carrera de armamentos de tres a cuatro años de los ingresos de su vida […].
La Unión Soviética gasta en defensa militar más de lo que gastan los gobiernos de todos los
países en desarrollo en educación y sanidad para 3.600 millones de personas”.
Fuente: Milagros Martínez de Sas. El mundo de los bloques: 1945-1989. Editorial Anaya, 8
Madrid, 1989.
El impacto de este hecho sobre el mundo y, particularmente, sobre Estados Unidos, llevó a
cambiar la percepción sobre la lucha de la Guerra Fría. Hasta entonces se creía que eran los
estadounidenses quienes llevaban la delantera en materia científica y tecnológica. Sin
embargo, el paso dado por los soviéticos terminó por volcar esta idea, aunque solamente se
tratara de un asunto de percepción. A pesar de los avances en la materia por parte de
Estados Unidos, en sucesivas ocasiones fue la Unión Soviética la nación que marcó los
principales hitos. Así, en 1957 mandó al espacio a la perra Laika, el primer animal doméstico
en realizar esta hazaña, y en 1961 Yuri Gagarin fue el primer cosmonauta en viajar al
espacio exterior. Los norteamericanos, en tanto, concentraron sus esfuerzos en causar un
impacto mayor, enviando la primera misión tripulada a la Luna. Esta operación fue
alcanzada con éxito en 1969, cuando Neil Armstrong, tras descender del Apollo 11, dio el
primer paso de un ser humano sobre este satélite. La imagen de este suceso dio
rápidamente la vuelta al mundo.
Otro ámbito en el que las superpotencias compitieron fervientemente fue el de los deportes.
Los Juegos Olímpicos captaron la atención de estos Estados, entendiendo que en estos no
solo competían experimentados atletas, sino que también lo hacían dos visiones antagónicas
del mundo. Al final, el triunfo de un norteamericano o de un soviético, significaba el triunfo
de todo un país y de su ideología. Cada deportista representaba la fortaleza y el poder de su
país. De ahí que ganar la máxima cantidad de medallas de oro fuera un objetivo de
trascendencia para los intereses de ambos Estados
Los años de la Guerra Fría se caracterizaron por una campaña propagandística que
condicionó la creación artística y modificó las coordenadas del debate intelectual. Una de las
expresiones más claras de esto fueron los afiches y carteles con los que las superpotencias
intentaron transmitir un mensaje que favoreciera su propia ideología y denigrara a la otra.
Por otro lado, la construcción de un muro en la ciudad de Berlín también tuvo consecuencias
traumáticas para la sociedad con cientos de hombres, mujeres y niños sin posibilidad de ver
a sus parientes.
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Unión Soviética buscaba difundir la imagen de que era “la patria de los trabajadores”. Por lo tanto,
Unión Soviética señalaba que la Guerra Fría era un conflicto que se derivaba de que el capitalismo y
los países que lo representaban habían iniciado una ofensiva en contra del mundo socialista.
Para los Estados Unidos, la Guerra Fría era una reacción del “mundo libre” frente al expansionismo
soviético. El modelo soviético representaba, de acuerdo a Estados Unidos, la instalación de dictaduras
que no respetarían la propiedad privada ni los derechos fundamentales de las personas