Teatro para Las Nuevas Infancias PDF
Teatro para Las Nuevas Infancias PDF
Teatro para Las Nuevas Infancias PDF
ARTÍCULO
Verónica Maldonado
(Escuela Nacional de Arte Teatral)
“
Palabras clave: teatro infantil, dramaturgia, México.
Departamento de Acervos Digitales. Dirección General de Cómputo y de Tecnologías de Información y Comunicación – UNAM 2
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons
“Teatro para las nuevas infancias”, Verónica Maldonado
1 de julio de 2015 | Vol. 16 | Núm. 7 | ISSN 1607 - 6079
http://www.revista.unam.mx/vol.16/num7/art52/
Introducción
Q
uiero compartirs, no lo que ha sido la experiencia de escribir teatro para niños,
sino lo que el teatro para niños puede lograr: lo primero, cambiar un punto de
vista, el propio. Escribir teatro para niños ha modificado, en mi hacer como au-
tora, temáticas y estructuras, haciendo que transitara desde lo que llamo el teatro de la
evasión hasta llegar al punto de pensar en la posibilidad de un teatro político específico
para la infancia.
La sola enunciación de las palabras teatro y política pareciera un oxímoron, una
suerte de contradicción chocante, pero si se le suma la palabra “niño” o “infancia” aque-
llo se convierte en una obscenidad ¿Qué tiene que ver el teatro infantil, ese inocente
divertimento -formador de valores, útil herramienta pedagógica- con la política? ¿Por
qué enfangar con esa palabra a tan inocente divertimento? ¿Para qué mover las aguas
de los límites? ¡Tan atractivo que resulta ese mundo mágico al que solamente tienen
acceso los colores, las hadas, los gnomos, la ecología, alguna bruja inocua y una que otra
leyenda! ¿O será que esta idea del teatro infantil, la que ha prevalecido por décadas, es
la que el adulto ha sostenido como la más conveniente para la infancia? ¿Y los niños?,
¿y sus necesidades?, ¿y los principios fundamentales en los que se apoya la Convención
mundial? Papeles y letra muerta en las agendas culturales, gubernamentales, legislativas
y educativas de los Estados. Peor todavía: las necesidades de los niños ignoradas en el
teatro que se escribe para la infancia.
El teatro de la evasión
Hay un derecho que va en pro de un teatro político para la infancia: el derecho del niño
a la diversión, misma que el adulto ha confundido como la obligación de proporcionar al
niño mecanismos para la evasión.
Divertir no es lo mismo que evadir. La diversión transita el camino alterno de la
cotidianidad para comprenderla mejor. La evasión evita confrontar la realidad, y lo hace
desde la mentira. La mentira de un teatro que le promete al niño un mundo seguro y fe-
liz… pero el problema con esta promesa es que, al terminar la función, al salir del teatro,
la realidad estará afuera, esperándonos a todos, adultos y niños. Y de ella no nos libra ni
la varita mágica del más grueso calibre.
En un mundo donde, según datos de UNICEF, cada año, 275 millones de niños
y niñas en el mundo sufren violencia en sus propios hogares (LARRAÍN y BASCUÑAN,
2009), es decir, entre cuatro y ocho de cada diez niños, según país que les toque vivir...
¿Con qué cara se escribe una obra en la que los padres son hadas y reyes que protegen
a sus pequeños y todo es felicidad, canciones y flores? Esa es una suerte de traición,
porque así como la televisión se lo hace a los adultos, el teatro estaría ignorando olím-
picamente una realidad que duele y que se sufre con cifras indignantes. El teatro de la
evasión se convierte en un mero distractor, en un teatro que no le habla al niño de lo que
Departamento de Acervos Digitales. Dirección General de Cómputo y de Tecnologías de Información y Comunicación – UNAM 3
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons
“Teatro para las nuevas infancias”, Verónica Maldonado
1 de julio de 2015 | Vol. 16 | Núm. 7 | ISSN 1607 - 6079
http://www.revista.unam.mx/vol.16/num7/art52/
le sucede, de sus emociones más fuertes y profundas, y peor todavía: de lo que precisa
saber para no volverse víctima.
Pero más deleznable que ese teatro que traiciona, es la existencia de otro teatro
al que no le importa hacerse cómplice de un sistema que somete y violenta. Un teatro
que, por ignorancia, por pereza o porque, sabiéndolo, prefiere no meterse en problemas
con los padres de familia, que son, a final de cuentas, los que pagan la entrada; o con
maestros y autoridades, que son quienes deciden qué obra deben ver los niños de acuer-
do con las políticas culturales en boga o bajo los dictados de su propia moral.
Departamento de Acervos Digitales. Dirección General de Cómputo y de Tecnologías de Información y Comunicación – UNAM 4
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons
“Teatro para las nuevas infancias”, Verónica Maldonado
1 de julio de 2015 | Vol. 16 | Núm. 7 | ISSN 1607 - 6079
http://www.revista.unam.mx/vol.16/num7/art52/
punto en donde estamos como sociedad. No se puede cambiar nada desde la continui-
dad de sistemas sociales inhumanos y totalitarios. El teatro no puede volverse cómplice
de esto.
El teatro mercenario, además, se mueve en los cómodos territorios de los temas
de moda en el ámbito escolar. Hace una década, dichos temas fueron el VIH y el aborto,
los de hoy son el bullying y las adicciones, que siempre venden. Y con el tinte de lo nece-
sario, esas temáticas se vuelven botín de este teatro, más preocupado por generarse re-
cursos que por acudir a la niñez como su aliado. Temas, formas y vicios que se replicarán
en el aula bajo la batuta de un maestro bien intencionado y preocupado, quien, también,
creerá necesario hablar al niño de asuntos edificantes que “formen valores”; pero, ¿qué
valores?, ¿los de la clase gobernante?, ¿los que correspondían a las necesidades de la
moral vigente hace treinta años? Y no es que no sea necesario tratar desde la escena
este tipo de temas. Lo realmente delicado es que, en aras de lo emergente, sean tratados
desde la superficie, bajo la óptica de la moral reinante, siguiendo los dictados de una po-
lítica cultural que busca tranquilizar su conciencia y que tendría que ser interpelada por
docentes, padres de familia y niños y niñas.
Quienes se dedican a la docencia saben por qué áridos paisajes transita el tema
educativo en el territorio de la política. La educación se ha convertido en una carga one-
rosa para casi todos los sistemas de gobierno del mundo; maestros y educación son pala-
bras que generan un sudor frío que corre por la espalda del Poder, ante la sensación de
inminente peligro que le representan en tanto cuestionan, interpelan, reflexionan. Hace
poco, se impuso una “reforma educativa” desde la cúspide del poder. Una reforma que
no es otra cosa que una reforma laboral al servicio de los intereses del Fondo Monetario
Internacional, del Banco Interamericano de Desarrollo y demás monstruos financieros
que mueven al mundo.
Ante el nebuloso panorama de la incongruencia, ¿cuál será entonces la labor del
teatro en los territorios de la infancia? La misma que ha tenido siempre en los tiempos
oscuros: cantar… y cantar fuerte la canción de la revelación y la rebeldía, compartirle a
niñas y niños que el estado de cosas que están viviendo no siempre fue así y que puede
cambiarse.
Pero la apuesta no es por el panfleto ni por el mensaje directo y básico para
convencer de una idea a los jóvenes espectadores. Ya Vigotsky apuntaba en lo que él
llamó el teatro pionero para la infancia que no se trataba de “actuar por actuar”, sino
también de mostrar hechos históricos o políticos pero siempre desde la perspectiva ar-
tística (VIGOTSKY, 2003). El teatro para la infancia está obligado a la metáfora y, con ello,
a la poesía, por más que, como les aseveró un funcionario de cultura en Colombia a un
grupo de creadores teatrales: “Los niños no entienden de metáforas”. ¿Entonces, de qué
entenderán? ¿De ver televisión y guardar silencio? Si no entienden de metáforas, ¿por
qué cuando termina una función, los niños hablan de los miedos del personaje y no de
las piedras o de las pelotas que les dieron cuerpo en la escena?, ¿por qué dibujan cíclopes
gigantescos que en escena sólo eran sugeridos por cuatro pequeños objetos?
En efecto, uno de los grandes problemas de nuestro teatro para la infancia es
que una vez que pasa del texto al hecho escénico, tiene que vérselas, muchas veces, con
funcionarios que no funcionan y que ni siquiera entienden la dimensión de importancia
que el teatro tiene para la infancia.
Departamento de Acervos Digitales. Dirección General de Cómputo y de Tecnologías de Información y Comunicación – UNAM 5
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons
“Teatro para las nuevas infancias”, Verónica Maldonado
1 de julio de 2015 | Vol. 16 | Núm. 7 | ISSN 1607 - 6079
http://www.revista.unam.mx/vol.16/num7/art52/
Un teatro político
Político es el teatro que le habla al niño de lo que le compete y lo que le preocu-
pa, que le comparte la experiencia de lo humano, que le revela su importancia dentro de
la estructura social, pero sobre todo, que le comparte, desde la escena, cuáles son sus
derechos: a estar informado, a que se escuche su opinión, a vivir en condiciones dignas,
a ser alimentado y protegido por los adultos, a ser salvaguardado de la violencia, y a que
su cuerpo y su pensamiento deben ser respetados. Un teatro que le traiga la realidad de
otras infancias en su país y en el mundo, que lo mueva a desear cambiar la injusticia y las
condiciones de desigualdad, que abra las puertas a la posibilidad de un mundo mejor.
Ahora bien, la opinión del niño es, gran parte de las veces, la opinión de sus pa-
dres; la construcción de su individualidad y de su propia opinión tendría que ser otra de
las tareas de este teatro.
No se trata de una especulación ni un ejercicio de retórica: como dramaturga
tengo la fortuna de saberme acompañada por grupos como La Valentina, de Guadalaja-
ra, Jalisco. Un grupo cuyo espíritu guerrero me ha inspirado en más de un sentido y me
regaló una experiencia trascendental para la reflexión en torno a lo que el teatro para
niños que escribo, tiene que decir y cómo tiene que decirlo.
En una de las zonas más pobres y marginales del estado de Jalisco, la población
de Oblatos, minada por la violencia, el olvido y la pobreza, dieron una función de “Valen-
tina y la sombra del diablo”. Después de la función, dos niñas, pequeñas espectadoras,
se armaron de valor para, cada una a sus respectivas madres, decirles: “Mi papá -mi
padrastro- me hace lo mismo que la sombra a Valentina”. Sus madres que, contra toda
estadística, no se acomodaron en el silencio cómplice, levantaron las denuncias corres-
Departamento de Acervos Digitales. Dirección General de Cómputo y de Tecnologías de Información y Comunicación – UNAM 6
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons
“Teatro para las nuevas infancias”, Verónica Maldonado
1 de julio de 2015 | Vol. 16 | Núm. 7 | ISSN 1607 - 6079
http://www.revista.unam.mx/vol.16/num7/art52/
Departamento de Acervos Digitales. Dirección General de Cómputo y de Tecnologías de Información y Comunicación – UNAM 7
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons
“Teatro para las nuevas infancias”, Verónica Maldonado
1 de julio de 2015 | Vol. 16 | Núm. 7 | ISSN 1607 - 6079
http://www.revista.unam.mx/vol.16/num7/art52/
Ahora, aspiro a escribir un teatro que le comparta al niño lo que Primo Levi reve-
la en su testimonio: alinearse, conformarse, obedecer sin cuestionar, mata.
Nuestro arte olvida a menudo su sagrado carácter de revelación, y es que noso-
tros también olvidamos con frecuencia que las cosas no han sido así siempre y que po-
demos cambiarlas. Pero, como me dijo un niño en la sierra de Sinaloa, el pequeño hijo de
un sembrador de amapola y mariguana en una de las zonas más violentas del país: “Nos
podemos deshacer del monstruo… pero tenemos que ser todos, todos juntos… si no, no
se podrá” (el monstruo, él no lo sabía, era la metáfora del narcotráfico con la que había-
mos estado trabajando, pero su joven inconsciente sí que intuía sobre lo que estábamos
hablando).
La propuesta es de un teatro político y poético para la infancia, para compartirle
el mundo con su horror y su belleza, siempre desde lo que le interesa y necesita, que le
permita accionar en lo que sí puede cambia. Un teatro que revele, que mueva, que haga
partícipes a niños y niñas de lo que está pasando en su sociedad y en otras latitudes, con
otras infancias.
Departamento de Acervos Digitales. Dirección General de Cómputo y de Tecnologías de Información y Comunicación – UNAM 8
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons
“Teatro para las nuevas infancias”, Verónica Maldonado
1 de julio de 2015 | Vol. 16 | Núm. 7 | ISSN 1607 - 6079
http://www.revista.unam.mx/vol.16/num7/art52/
Bibliografía
[1] LARA, Lola, “Esconder a los niños lo malo es argumento para la censura: Suzanne
Lebeau, autora de teatro”, en Cuadernos de Pedagogía, 2011, núm. 409, Madrid:
Wolters Kluwer Educación.
[3] LARRAÍN, S., Bascuñan, C. “Maltrato infantil, una dolorosa realidad puertas adentro”,
en Desafíos, Boletín de la infancia y adolescencia sobre el avance de los objetivos de
desarrollo del Milenio, 2009, número 9, Santiago de Chile: CEPAL-UNICEF.
[5] VIGOTSKY, Lev, La imaginación y el arte en la infancia, Madrid: Akal Ediciones, 2003
Departamento de Acervos Digitales. Dirección General de Cómputo y de Tecnologías de Información y Comunicación – UNAM 9
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons