Sociedades Agrícolas y Metalúrgicas en La Prehistoria
Sociedades Agrícolas y Metalúrgicas en La Prehistoria
Sociedades Agrícolas y Metalúrgicas en La Prehistoria
1. El concepto de Neolítico
2. Hipótesis sobre las causas del cambio cultural
3. La sedentarización y la organización de la vida social en poblados
4. Los inicios de la domesticación de plantas y animales
4.1. Las plantas cultivadas
4.2. Los animales domésticos
5. El desarrollo tecnológico.
6. Aprovisionamiento e intercambios
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De manera concreta, a la Península Ibérica, las innovaciones
neolíticas llegan desde el Mediterráneo y el Próximo Oriente.
La investigación actual asume el reto de reconocer el cuándo cuándo,
el cómo y el por qué se produjo este cambio, tratando de averiguar
los procesos de transición de los grupos de cazadores y recolectores
hacia poblaciones agrícolas y ganaderas.
CONCLUSIONES:
el proceso ocurrió en diversas partes del mundo de una manera
independiente
para que se produjera el proceso se requerían unas condiciones
previas de cierto nivel de desarrollo cultural y tecnológico y un medio
ambiente adecuado
el proceso fue lento, diacrónico y desigual y requirió una larga etapa
de experimentación en todos los sentidos
una vez iniciado el proceso, no hubo regresiones y los logros
producidos se expandieron por todo el planeta
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3. LA SEDENTARIZACIÓN Y LA ORGANIZACIÓN DE LA VIDA SOCIAL
EN POBLADOS
• La Sedentarización: podría definirse como el agrupamiento de una
población reunida por una conjunción de intereses en relación a un
territorio o espacio geográfico concreto. Implica la reafirmación de la
propiedad de un territorio por parte de una comunidad.
• Antecedentes mesolíticos: Natufiense, Área de los Balcanes…
• A partir del Neolítico, la sedentarización se generaliza debido a las
nuevas técnicas agrícolas y ganaderas. Estas técnicas posibilitarán la
existencia de agrupamientos mayores de población y organizaciones
sociales más complejas, incluso con grupos especializados en cultivos
y ganadería estabulada o pastoreo.
• En Próximo Oriente, en un dilatado proceso, la sedentarización
permitirá el surgimiento de las primeras ciudades
o la sedentarización se inicia con el Natufiense (c. 10.000 a.C.).
Sus poblados integran cabañas circulares u ovales de hasta 10
m de diámetro semiexcavadas en el suelo con zócalo de piedra
y alzados mediante una trama vegetal y barro, soportada por
un poste central.
o Hacia el 8.000 a.C. Neolítico precerámico, los poblados
aumentan su superficie (2 ó 3 Has), disponiendo casas sin
orden aparente dotadas de compartimentos internos. Hacia el
6.000 a.C. se observan los primeros elementos de urbanismo
regularizado (calles y plazas). Por entones hay poblados de
unas 10 Has con casas rectangulares dotadas de varias
habitaciones y uno o dos niveles. En consonancia con los
primeros textos escritos, a partir del 3.000 a.C. aparecerán las
ciudades dotadas de edificios de prestigio.
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o Actualmente es posible recuperar numerosos restos vegetales y de
microfauna en las excavaciones arqueológicas, mediante el sistema
de flotación de las tierras que forman los estratos arqueológicos.
o En Paleobotánica, los estudios de genética desarrollados desde los
años setenta han permitido mayores avances. Es un tema de
discusión la primigenia domesticación de las leguminosas o los
cereales.
o En Arqueozoología, se ha avanzado con el estudio de los agriotipos
(especies originarias salvajes) y su distribución geográficas a
comienzos del Holoceno.
4.1. Las Plantas cultivadas
a) El origen de la Agricultura
• Una de las novedades más significativas del Neolítico es la aparición y
desarrollo de la agricultura como modo de producción. En los
yacimientos arqueológicos los restos de plantas domésticas
constituyen su mejor evidencia.
• El inicio de la agricultura se considera un ciclo definido por tres
etapas:
- la existencia de una práctica de recolección.
- la práctica de una agricultura sobre plantas
morfológicamente salvajes (agricultura predoméstica) y,
finalmente,
- la respuesta biológica con el cambio morfológico, junto con
otras características (pérdida del sistema de dispersión,
uniformidad de germinación...), de las plantas objeto de
cultivo.
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o Las leguminosas: la lenteja (Lens culinaris), la arveja
(Vicia ervilia), el guisante (Pisum humile), el garbanzo
(Cicier arietinum) y, finalmente, el lino (Linum usitatinum).
• La posterior consolidación de las actividades agrícolas
proporcionará una rápida evolución, con una mayor diversidad de
especies, junto con la domesticación de nuevas (centeno...). Esa
consolidación permitirá obtener unas mayores producciones, así
como la adaptación de las variedades de los nichos ecológicos.
• Algunos investigadores han propuesto la existencia de las
primeras prácticas agrícolas en la cuenca mediterránea del
sudeste de Europa. Con la documentación actual las plantas que
se cultivarán intensamente en esa zona tienen su origen en las
variedades orientales citadas.
• Ello no implica una explicación general del origen de la agricultura
europea como el resultado de una colonización directa, ni que las
poblaciones autóctonas, es decir, los últimos cazadores-
recolectores, tuvieran un total desconocimiento de los recursos
vegetales.
Otros cultivos
• El cultivo del arroz se inició al este de Tailandia (5500 a.C.) y
aparece en el 2000 a.C. en el Neolítico del Sur de China. Su
antecedente es originario de las Indias Orientales. El cultivo más
importante durante el Neolítico Chino es el mijo.
• El maíz, originario de América, en la actualidad no se encuentra
en estado silvestre, y era la alimentación básica de las
poblaciones precolombinas de Perú y América Central. En América
se cultivaron antes otras plantas como la calabaza, habichuelas y
el pimiento desde el 6500 a.C.
b) El ciclo agrícola
• Apertura de los campos de cultivo.
o La nueva actividad productora implica, desde una óptica
general, un ciclo económico más complejo que las economías
depredadoras anteriores. La apertura de los campos de
cultivo resulta de un sistema de deforestación por medio del
fuego y la utilización de un nuevo utillaje para el desmonte:
las hachas
• Preparación del suelo.
o La preparación de los suelos implica la aparición de las azuelas.
El arado tirado por animales se utilizará más adelante (hacia el
3.500 a.C).
• Modos de cultivo.
o Ante el agotamiento de los suelos se estima una práctica del
barbecho y la existencia en determinadas regiones de una
agricultura cíclica que, contrariamente a la agricultura
itinerante (de rozas), permite una estabilización de la
población en poblados durante largos periodos de tiempo.
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o Es posible que el cultivo de los cereales -principales plantas
productoras- se combinara con el de las leguminosas, cuya
complementariedad es conocida.
• Recolección
o Las tareas de recolección pudieron ser variadas: desde el
simple arranque de espiguillas y golpeo de las espigas maduras
en un cesto –lo que ya practicaban los cazadores recolectores-
hasta la siega de cereales y plantas con la hoz.
o La hoz es un útil compuesto, cuyos precedentes se remontan al
Mesolítico, siendo el útil más característico del Neolítico. Está
formado por elementos líticos tallados (láminas o lascas de
sílex/obsidiana...), denominados elementos de hoz, que se
incrustan en un mango de cuerno, hueso o madera. Los restos
líticos usados presentan en el borde activo una pátina o brillo
asociado con esta función (lustre de cereal). Esa huella
también se provoca con el corte de plantas acuáticas
(juncos...).
• Molienda
o El ciclo de la utilización de los cereales se completa con la
molienda, que se realiza con la ayuda de molinos de mano o
trituradores, construidos sobre grandes bloques graníticos u
otras rocas duras que, en general, presentan una superficie
cóncava.
• Almacenamiento.
o La producción agrícola se destina, al consumo directo,
mediante hervidos, tortas o fermentados, y también al
almacenamiento guardando tres objetivos: la conservación de
alimentos durante un largo periodo, la conservación de
semillas para su reproducción y, finalmente, su utilización
como producto de intercambio.
o Para el almacenamiento se reconocen estructuras excavadas
en el suelo: silos.
o Para la conservación y manipulación de los alimentos se
dispusieron recipientes cerámicos.
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los animales que suponen la diferenciación (parcial o completa) de los
criados con respecto a sus homónimos salvajes.
• En el Próximo Oriente y Europa la domesticación afecta a 5 especies,
-perro, oveja, cabra, buey cerdo- la mayor parte de ellas con fuerte
incidencia en lo económico:
o La primera especie domesticada, por parte de los cazadores,
fue el perro (Canis familiaris), cuya función no parece tanto
directamente económica como de tipo complementario. Se
consigue en el Mesolítico.
o Dentro del Neolítico, la oveja (Ovis aries) y la cabra (Capra
hircus) se domestican simultáneamente en Oriente Próximo. El
estudio de la distribución de los progenitores (Capra aegagrus
y Ovis orientalis) indica unas posibles diferencias regionales,
dándose la domesticación de la oveja en las regiones
occidentales y la de la cabra en la parte oriental, durante el
VIII y VII milenios a.C. Estas dos especies tendrán una rápida
expansión en toda la cuenca mediterránea y en la globalidad
del continente europeo.
o En la zona oriental produce la domesticación del buey (Bos
taurus), a partir del uro (Bos primigenius), y del cerdo (Sus
domesticus), a partir del jabalí (Sus scrofa), en torno al 6.300
a.C. Para estás dos especies se admite la posibilidad de una
domesticación local en algunas regiones de Europa central o
mediterránea (por ejemplo, la domesticación del cerdo en
Córcega en el V milenio).
b) Interrelación con el ciclo agrícola
• La domesticación de estas especies contribuye de manera decisiva a
los recursos de subsistencia de las primeras sociedades agrícolas. En
la mayor parte de asentamientos, la explotación de los animales
domésticos siempre tiene una mayor importancia con respecto a los
animales cazados.
• El éxito de esta incorporación se da, además, en la interrelación de
estos animales con el ciclo agrícola (ovicápridos en las tareas de
mantenimiento de desmonte, aprovechamiento de estiércol como
abono, alimentación en productos agrícolas secundarios: malas
hierbas, pajas de cereales...).
• A partir del IV-III milenio a.C. se dará la máxima rentabilización de la
domesticación con el pleno aprovechamiento de los productos
secundarios (leche, lana), si bien éstos ya eran utilizados
anteriormente.
c) Régimen de explotación
• Se supone un régimen con cierta movilidad, aprovechando las
diferencias estacionales para un mayor aprovechamiento de los
recursos.
• Se reconocen cercados en Europa central (Thayngen-Weir, Suiza). En
las regiones del Midi francés y el levante de la península Ibérica se ha
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establecido la ocupación de abrigos como refugio temporal de
rebaños.
• Pudieron existir diferentes modelos: una alternancia entre
estabulación con proximidad de los poblados al aire libre; la
disposición en el propio hábitat (hábitat danubiano); o el
mantenimiento de un régimen de trashumancia con abrigos y/o
hábitats establos.
d) Las otras fuentes alimentarias
• La caza, pesca y recolección son en el Neolítico actividades
complementarias. La documentación de las mismas no solamente se
da por el propio registro óseo, sino que se halla asimismo en la
presencia de armas de caza (puntas de flecha, azagayas en hueso o
cuerno de ciervo, arpones).
• Las variedades y su importancia varían según las diferentes regiones,
observándose un progresivo descenso de las mismas a medida que
las actividades productivas se hallan más consolidadas.
5. EL DESARROLLO TECNOLÓGICO.
• El desarrollo tecnológico en el Neolítico fue consecuencia de un
proceso continuado en el que, a los logros anteriores, se sumaron
aportaciones diversas motivadas por la adaptación a las nuevas
formas de vida y a los recursos. La siembra, recolección,
almacenamiento y molienda exigían un material adecuado, así como
la construcción de viviendas sólidas, por lo que el utillaje en madera
y piedra evolucionó según las necesidades funcionales, haciéndose
más especializado y selectivo.
• Tecnológicamente las innovaciones más emblemáticas del periodo
son el pulido de la piedra y la fabricación de recipientes en cerámica;
pero se produce, asimismo, un desarrollo de actividades artesanales
complementarias entre las cuales destacaría la cestería o el tejido.
a) El utillaje lítico pulimentado
• La nueva técnica del pulido de la piedra se aplica inicialmente sobre
objetos ornamentales (perlas, colgantes...), pero rápidamente se
utiliza para la fabricación de útiles de marcado carácter económico:
las hachas y las azuelas. Las hachas se emplean en la tala, mientras
que las azuelas son idóneas para la roturación.
• El proceso de fabricación inicial (debastado) se realizaría en talleres
próximos a las zonas de afloramientos, mientras que el pulimento
definitivo se practicaría en el propio hábitat. Gracias a los
intercambios, las hachas y azuelas constituirán uno de los objetos de
mayor circulación a partir de zonas productoras.
b) El utillaje lítico tallado
• De larga tradición, el utillaje lítico tallado se diversifica,
especializándose para nuevas funciones como las hoces elaboradas
con distintos elementos (utillaje compuesto).
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• Perdurarán los microlitos geométricos característicos del Mesolítico
idóneos para armar flechas (caza) u hoces.
• Se fabricarán nuevos útiles como perforadores y piezas pedunculadas
vinculadas al trabajo alfarero, idóneas para la realización de lañas
para la reparación.
c) La cerámica
• La cerámica se concibe para el almacenamiento, si bien también se
emplea para la preparación, presentación y consumición de los
alimentos. Por sus características, está vinculada a los hábitats
estables, si bien no necesariamente a una economía de producción.
Aparece con seguridad desde el 7000-6500 a.C. Unos 500 años
después se reconoce en Europa.
• Su aparición en la zona oriental se enmarca dentro de la gran
tradición de la manipulación de arcillas tratadas en los ámbitos de la
construcción o simbólicos (adobes, tapial o estatuillas con arcilla) y
con el desarrollo de las artes del fuego, indicado por la utilización del
yeso y la cal, materiales derivados de un tratamiento térmico de las
rocas sedimentarias.
• Tecnológicamente, la fabricación de los primeros recipientes es
sencilla, simples tiras de arcilla montadas a mano, en espiral o en
anillos superpuestos y con la superficie exterior alisada, iniciándose
rápidamente unas decoraciones impresas o incisas distribuidas en
bandas, cubriendo parcial o globalmente el vaso.
d) El tejido y la cestería
• El tejido, principalmente de la lana y del lino, aparece como una
novedad vinculada al surgimiento de sociedades agro-pastoriles. Las
materias utilizadas son de origen vegetal (lino, fibras de ortigas) o
animal (lana de oveja, pelos de cápridos o de cérvidos...).
• La industria textil. Desde el 6.500 a.C. hay evidencias de telares en
ÇATAL HÜYUK, trabajándose la lana y el lino. Multiplicación de las
fusayolas, carretes, husos y pesas de telar
• En las estaciones lacustres de Europa central se han hallado
lanzaderas de tejedor en madera, largas puntas en hueso y peines
para la carda de lana. A estas evidencias indirectas se añaden los
fragmentos de tejidos (yacimiento de Nabal Hemar, Israel, o en las
mismas estaciones del Neolítico Medio en Suiza) que indican técnicas
elaboradas.
• El trabajo de pieles no constituye ninguna innovación, pues goza de
una amplia tradición anterior. La documentación del mismo en estos
momentos, se produce por una documentación indirecta, a través de
útiles (raspadores de sílex, alisadores en cuerno de ciervo con
señales de uso) o por las trazas de descarnación de carnívoros de
pieles apreciadas (zorro, marta, lince, lobo, oso).
• La Cestería. Vestidos de mimbre trenzado, calzados, cestos,
utensilios, etc.
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e) El trabajo del hueso
• Documentado desde el Paleolítico, sufre ahora un importante
desarrollo asociado a las nuevas necesidades socio-económicas.
Aumenta la presencia en los yacimientos por el mayor protagonismo
que adquirió el ganado en la vida del Neolítico. La industria ósea
resultará especializada. Desaparecen instrumentos como los arpones,
se mantienen todavía algunas armas
• Amplia variedad de útiles: tubos, alfileres, cinceles, cucharas,
espátulas, alisadores, punzones, paletas , etc.
• Entre las innovaciones que se documentan a partir del Neolítico, la
aparición de cucharas y tubos nos indica nuevas costumbres
alimenticias. Sobre hueso se seguirán realizando objetos de adorno
de todo tipo (colgantes, pasadores, cuentas, anillos, placas…).
f) El trabajo de la madera
• Aperos de labranza, instrumental variado (mangos, elementos
apuntados, recipientes…) y construcción de viviendas.
6. APROVISIONAMIENTO E INTERCAMBIOS
• Si bien la mayor parte de las artesanías neolíticas suponen una
producción esencialmente doméstica y de clara inserción en una
economía de subsistencia, progresivamente, y para algunas materias,
aparecen evidencias de la existencia de artesanos especializados,
cuya producción está destinada al intercambio.
• A partir del VI milenio a.C. en Oriente y del IV milenio a.C. en
Europa, se observan esas especializaciones reflejadas en áreas de
trabajo de alfarería o en explotaciones de materias primas, bien en
forma de mina o canteras al aire libre.
• La Arqueología muestra que las primeras civilizaciones sedentarias
tuvieron un extenso movimiento de intercambios, gracias a la
presencia de objetos en poblados que no son de origen local. La
sociedad neolítica empezó a demandar determinados bienes,
materias primas y diversos objetos.
• Lo más probable es que se tratara de intercambios reducidos,
facilitados por desplazamientos de grupos o individuos, lo que
permitiría el intercambio entre diferentes comunidades.
• No obstante, en algunas ocasiones, debieron existir auténticas redes
de intercambio de determinadas materias primas y productos
elaborados de alta demanda, incluso a distancias considerables, como
en el caso de la obsidiana, roca volcánica, procedente de Anatolia, las
Cícladas, Lípari o Cerdeña.
• Otras rocas basálticas tuvieron distribución más restringida para la
fabricación de hachas o recipientes de lujo. Un caso destacado en el
Neolítico peninsular avanzado es el uso de adornos de piedra verde
(calaíta) provenientes de la explotación minera de Can Tintoré (Gavá,
Barcelona), con pozos y galerías.
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