Puesta A Tierra de Sistemas de Potencia
Puesta A Tierra de Sistemas de Potencia
Puesta A Tierra de Sistemas de Potencia
1. Generalidades
La elección del método de puesta a tierra de los Sistemas de Potencia es más difícil de resolver que
cualquier otra parte del circuito. Hay gran números de factores que deben ser considerados, pero la
mayoría de éstos no pueden ser tenidos en cuenta para la elección de un sistema de bajo costo que
en definitiva es lo que más interesa. Históricamente ha habido una gradual tendencia en la práctica
desde trabajar a neutro aislado hasta trabajar con resistencia de puesta a tierra.
La mayoría de los Sistemas Eléctricos fueron inicialmente operados con su neutro aislado de tierra,
pues se consideraba ere la conexión a tierra no era útil para la Transmisión de Potencia. Dicho
método fundamenta su utilización en que una falla de aislación en una de las fases podía ser tolerada
durante un corto tiempo hasta que la falla sea localizada y reparada. Además, la mayoría de las
líneas conformaban circuitos simples y la práctica del neutro aislado permitía que la línea transportara
elevada carga con pocas interrupciones dado que si el neutro hubiese estado conectado a tierra las
corrientes circulantes de fallas serían elevadas. Dado que los relés no estaban todavía en uso, se
trataba de evitar las líneas extensas que hubiesen proporcionado elevada capacidad homopolar. El
uso de Sistemas Aislados de Tierra comenzó a dejarse de usar con el crecimiento de los Sistemas en
distancia y tensión. Esto incrementa la corriente de falla a tierra limitándolas a valores máximos
fijados por una falla franca, transformando las fallas monofásicas en las más importantes del Sistema.
Dentro de las fallas se encuentran las fallas por arco que pueden ser fallas francas ó resistivas y que
causan altas sobre tensiones. Este fenómeno tiene gran importancia y por ello la mayoría de los
Sistemas fueron puestos a tierra, algunos en forma directa y otros a través de resistencias. En ambos
Sistemas, aislados y puestos a tierra, se producen sobretensiones ya sea durante fallas o durante
interrupciones en el Sistema observándose que para aquellos puestos a tierra las sobretensiones son
menores. Además, los registros de operación de sistemas aislados de tierra con protección apropiada
contra ondas de sobretensión y protección de aislación no muestran elevado porcentaje de equipos
en falla. Similar es para el sistema puesto a tierra.
La operación con sistemas aislados es menos segura que en aquellos con puesta a tierra, resultando
que un sistema aislado de tierra, al colocarle la conexión a tierra, el sistema se vuelve más seguro. La
primera puesta a tierra fue con intención de limitar la máxima corriente de falla mediante resistencias
en el neutro. Se desarrollaron fórmulas empíricas tratando de racionalizar los procedimientos para
determinar el máximo valor de resistencia a utilizar. Dichas formulas se expresaron en términos de
longitud de los cables y líneas, corrientes de carga y potencia generada en el sistema. Actuales
investigaciones determinan que la máxima resistencia de neutro es inversamente proporcional al total
de la carga monofásica expresada en kVA. Influyen además, consideraciones prácticas como el
sistema de protecciones, para el cálculo de la resistencia que las fallas de arco requieren.
En sistemas donde la tensión es mayor que la de generación, en particular tensiones superiores ó
iguales a 132 kV, se puede lograr disminuir el costo del sistema con el uso de transformadores cuyo
rango de aislación en sus terminales sea del valor de la tensión monofásica, siempre y cuando el
neutro del transformador esté directamente puesto a tierra. En ese caso la resistencia de puesta a
tierra y el espacio físico requerida para ella brinda una economía en la instalación.
Consecuentemente la tendencia actual, particularmente en el campo de la transmisión, es la puesta
a tierra directa.
En sistemas de M.T. (66 kV) y donde hay concentración de cargas puede ocurrir que las corrientes de
falla a tierra sean ten elevadas que resulten peligrosas respecto a la fusión de conductores, efectos
electrodinámicos e influencia en circuitos de comunicación. En estos casos se impone el uso de
En líneas largas, Z1 y Z2 se incrementan con la longitud mientras que Z 0 decrece resultando mayor la
neutralización. Un efecto adicional es observado en líneas largas, y es aquél en que las corrientes de
carga monofásica para zonas alejadas deben indicarse considerando las reactancias que intervienen,
causando una tensión de secuencia cero que aumenta hacia el final de la línea. Esto puede dar como
resultado que la puesta a tierra ó punto neutro caiga en un punto exterior al triángulo las tensiones de
línea como se muestra en figura 3. Esta situación es de relativa importancia a no ser que la longitud
de la línea exceda los 300 Km. Si las capacidades generadas son pequeñas, la corriente de carga
adicional causada por una falla a tierra puede aumentar las tensiones entre líneas.
Las capacidades electrostáticas entre cada línea y tierra deben ser iguales, lográndose para líneas
con transposiciones y no en aquellas que no posean dichas transposiciones particularmente si la
configuración de los conductores es plana o vertical. El desbalance puede ser calculado mediante el
coeficiente de capacidad de los conductores. En casos extremos, el desbalance de una configuración
puede resultar como máximo de un 5 % de tensión de secuencia cero. Por lo tanto, el neutro de un
sistema aislado puede estar desplazado de tierra como máximo en un 5 % de la tensión monofásica
nominal.
Pueden producirse interferencias en circuitos de comunicación aunque generalmente no son de
importancia.
2.1.2. Puesta a tierra con resistencia
Un típico sistema de puesta a tierra con resistencia se muestra en figura 4. Generalmente la
resistencia tiene un elevado valor óhmico comparado con un sistema de puesta a tierra con
reactancia. Por ello, las corrientes de fallas monofásica son limitadas por el valor de dicha resistencia.
Además, la corriente capacitiva puede ser despreciada en algunos casos (líneas largas de A.T.,
cables extensos, etc.) frente a la corriente resistiva.
Es importante tener en cuenta que en este tipo de sistemas hay una pérdida de potencia en la
resistencia durante una falla monofásica. La pérdida de potencia se muestra en la figura 5 como un
porcentaje de la potencia nominal con todos los generadores disponibles conectados al sistema y en
función de la resistencia de neutro. Con una reactancia del generador del 16 % y una reactancia del
transformador del 8 %, se trazan las curvas. Para este ejemplo:
Z 0 3R j8
Z 1 j 24 Z 2
300
If
3R j 56
Tensión desarrollada en R: I f * R
2
Potencia de pérdida en R: I f * E ó I f * R
E e If, están dadas en términos de los valores nominales por fase. Por lo tanto, la pérdida de potencia
se expresa en términos de los valores nominales por fase o sea, en términos de la potencia nominal
total del sistema trifásico dividido 3.
I 2f * R
Pérdida de potencia en la resistencia en %: PP
3
donde If (p.u.) y R (%).
La máxima pérdida de potencia para este caso es 89,3 % de la potencia nominal cuando se tienen 3
resistencias en el neutro de igual magnitud óhmica que la reactancia que determina la corriente de
falla a tierra. Si las reactancias de los generadores son menores, una momentánea elevación de
potencia se puede producir durante la falla, lo que puede causar violentas oscilaciones ó inestabilidad
del generador. Se deben evitar las resistencias en esta zona que se incrementan por la resistencia de
falla, resultando ser la resistencia de puesta a tierra solo la suficiente para llevar más lejos el pico
observado.
El valor óhmico de la resistencia de puesta a tierra varía dependiendo de la tensión del circuito y de la
potencia del sistema. Este efecto se muestra en la figura 6, en la cual se observa que la corriente de falla
se debe limitar a ¼ de la corriente del sistema a plena carga. Se llama corriente del sistema a plena
carga a la suma de las corrientes nominales de todos los generadores que pueden estar conectados
simultáneamente, convertida a la tensión de la línea. En términos de Ia corriente nominal de la línea, la
corriente de falla puede ser varias veces la corriente de carga dependiendo ello del número de líneas. Se
han puesto satisfactoriamente en práctica amplias variaciones del valor óhmico de la resistencia que
resulta de la figura 6. Se debe indicar que el valor de la resistencia indicada en dicha figura en el caso de
puesta a tierra múltiple, es el paralelo de todas las resistencia.
2.1.3. Sistema de puesta a tierra directa.
Por razones de definición, el antiguo término de sólida puesta a tierra se ha reemplazado por el término
de puesta a tierna directa. Cuando se dice que el neutro del transformador puede ser solidamente puesto
a tierra se quiere decir que no hay impedancia entre el neutro y tierra.
Cuando ocurre una falla a tierra, la capacidad del transformador sólidamente puesto a tierra puede ser
pequeña en comparación con el tamaño del sistema y ser efectiva en la estabilización de tensiones
monofásicas. Esto es particularmente el caso de usar transformadores pequeños de puesta a tierra para
proveer una fuente de corriente a tierra para las protecciones.
En la figura 7, se muestra el rango de las corrientes de falla que van desde cero a 3 veces la corriente
de corto circuito trifásico. Como se observa en la figura 9, la tensión monofásica de las fases sanas es
de 0,6 a 2 veces la tensión monofásica cuando ocurre una falla a tierra. Estas figuras están hechas para
los valores eficaces dinámicos pues son tensiones ó corrientes transitorias. Las curvas nos indican que
el término sólida puesta a tierra es también indefinido para describir un procedimiento de puesta a tierra
que varía en un amplio rango de valores. Una designación mucho más lógica y definitiva está dada en
X0
términos de la reactancia de secuencia cero sobre la reactancia de secuencia positiva, es decir .
X1
Esta es una definición realizada en la Norma AIEE que es la siguiente:
“Un sistema o porción de sistema puede ser considerado efectivamente puesto a tierra cuando en el
X0
sistema o en la porción específicamente de él, la relación , es menor o igual a 3 y la relación
X1
R0
es menor o igual a 1, para cualquier condición de operación y para cualquier aumento de la
X1
capacidad de generación del Sistema. Un ejemplo de una efectiva puesta a tierra de un Sistema
Eléctrico se muestra en la figura 8.
Las reactancias X1 y X2 en por ciento de la capacidad de generación de la estación A, vale para fallas
en la estación A cada una 32% dado el sistema de reactancia del generador más transformador. La
corriente de falla trifásica es:
100
I ft 3,12 * I n
32
La corriente de falla monofásica es:
300
I fm 4,23 * I n
32 32 7
X0 7
0,219
X 1 32
Para una falla en la estación B, 120 Km. más alejada, las X1 y X2 se encuentran en un 34% y la X0 en
un 120 % para las líneas de transmisión. La corriente de falla trifásica es:
100
I ft 1,51 * I n
66
La corriente de falla monofásica es:
300
I fm 1,16 * I n
66 66 127
X 0 127
1,92
X1 66
La tensión de las fases sanas pueden ser leídas en la figura 9. Para una falla en la estación A, donde
X0
la relación es 0,219, la figura 9 muestra que la tensión monofásica es aproximadamente 0,9*Vn
X1
R0
(la relación es aproximadamente 0,1 si esta no es una falla resistiva).
X1
X0
Para una falla en la estación B, donde la relación es 1,92, la tensión entre línea y tierra en las
X1
fases sanas es aproximadamente 1,15*Vn.
2.1.4. Sistemas con reactancias de puesta a tierra.
Si se coloca una impedancia de puesta a tierra lo que más interesa es el valor de la reactancia de dicha puesta a
tierra, siendo posible insertarla directamente en la conexión a tierra ó indirectamente a través de un incremento de
la reactancia del circuito de retorno por tierra. Este último método puede realizarse mediante el aumento
intencional de la reactancia homopolar de aparatos conectados a tierra o bien por la omisión de
algunas de las posibles conexiones de neutros a tierra.
Actualmente, la puesta a tierra de un sistema mediante reactancia no representa una puesta a tierra
directa, siendo posible ser considerada puesta a tierra efectiva ó puesta a tierra resonante. En la
X0
definición del tipo de puesta a tierra se considera como base el término resultando que, si un
X1
X0
sistema tiene la relación mayor que 3 pero dicho valor es menor que el necesario para la puesta a
X1
tierra en resonancia, se puede considerar al sistema como sistema con reactancia de puesta a tierra. Si en
X0
cambio, se coloca en el neutro del generador ó transformador una reactancia de manera que la relación sea
X1
menor que 3, resulta un sistema con puesta a tierra directa. Similar consideración se debe hacer para un
X0
transformador puesto a tierra en forma directa pero con una relación mayor que 3, dado que el sistema debe
X1
considerarse como sistema con reactancia de puesta a tierra. El sistema de la figura 8 puede ser convertido a un
sistema con reactancia de puesta a tierra si se conecta entre el neutro del transformador y tierra de la estación A
una reactancia de elevado valor. Si dicha reactancia (16Ω, 8,4% para P b=25 MVA) multiplicada por 3 y sumada a
la reactancia del transformador representa un valor de X0 aproximadamente igual a X1 y X2, la corriente de falla
monofásica en la estación A es aproximadamente igual a la de una falla trifásica. Por ello se observa que se
necesitan interruptores cuya capacidad de ruptura sea igual para fallas monofásicas ó trifásicas.
En la estación B, la nueva corriente de falla monofásica es:
300
I fm 1,06 * I n
66 66 152
X 0 152
2,3
X1 66
De la figura se saca la máxima tensión monofásica en las fases sanas que vale 1,18*Vn.
El agregado de la reactancia de neutro en la estación de generación A, proporciona igualdad entre las
corrientes de falla monofásica y trifásica sin producir importantes cambios en el valor de la
corriente de falla a tierra ó en la elevación de la tensión entre fase y tierra.
Una instalación de este tipo con el agregado de la reactancia no es suficiente para cambiar la
clasificación del sistema de efectivamente puesto a tierra por el de reactancia de puesta a tierra dado
que no ocurre un excesivo desplazamiento del neutro con falla a tierra.
Si se instala en la estación A una reactancia de neutro de 50Ω, el valor de X 0 en ese punto es de
X0
86%. La relación en la estación A es:
X1
X 0 86
2,7
X 1 32
En la estación B dicha relación vale:
X 0 206
3,1
X1 66
Considerando la definición antes citada, el sistema puede clasificarse como efectivamente puesto a
tierra en la estación A pero no en la estación B.
2.1.5. Puesta a tierra en resonancia ó bobina de Petersen.
Un sistema con bobina de Petersen es aquél en el cual las corrientes capacitivas están neutralizadas
por una reactancia en el neutro. Comúnmente, la puesta a tierra neutralizada es simplemente una
reactancia conectada entre el neutro del generador y tierra.
Cuando una fase del sistema se conecta a tierra, la corriente reactiva en atraso circula desde la
bobina de Petersen hacia la falla a través del transformador y luego a tierra. Al mismo tiempo, la
corriente capacitiva circula desde la línea a tierra. En conclusión se tiene una corriente inductiva en
atraso y una capacitiva en adelanto, existiendo entre ajabas un desfasaje de 180° siendo la corriente
en la falla igual a la diferencia entre ambas.
Con la apropiada elección de la reactancia se puede lograr la igualdad de ambas corrientes de
manera de aproximar la diferencia a cero. En estas condiciones, la corriente de falla es tan pequeña
que el arco no puede mantenerse y la falla se extingue. Esta condición se muestra en la figura 10.
Cuando la corriente de falla se hace cero, la bobina de Petersen y la capacidad de la línea
constituyen un sistema resonante en paralelo observándose en el diagrama de secuencia cero de la
figura 11. En este diagrama X1 es la reactancia de la bobina de Petersen y Xc la reactancia
capacitiva de las líneas. G es el generador equivalente de tensión de secuencia cero numéricamente
igual a la tensión monofásica del sistema. Durante la falla, indicada con una cruz en la figura, hay
una corriente circulando entre Xc y X1 pero no hay corriente en la falla. Si la misma se considera
abierta, y dado que con la extinción del arco la resonancia entre Xc y X1 se mantiene, se produce una
tensión alterna de aproximadamente la misma frecuencia y magnitud que la tensión originalmente
aplicada por el generador.
Consecuentemente, la tensión real a través del arco es momentáneamente pequeña siendo una
condición favorable para prevenir daños. En conclusión, la extinción de la falla resulta en parte en
una baja corriente y en parte en una baja tensión a través del arco.
Es importante hacer notar que la neutralización de la corriente de falla a tierra constituye un circuito
resonante serie. En el primer párrafo de sistemas aislados de tierra se indicaron referencias para el
caso de líneas de configuración asimétricas que proporcionan una tensión residual de distinto valor
para distintas fases en falla. Una tensión de secuencia cero creada por el desbalance de una línea, es
equivalente a la fuente real de tensión entre el sistema de neutro y tierra según se muestra en la
figura 12.
Xc y X1 se ubican como se muestra en la figura 11 pero con el generador equivalente en serie con la
combinación, resultando con esta conexión que una reducida tensión homopolar es capaz de producir
una relativamente elevada tensión a través de la reactancia y la capacidad. Esto causa que el neutro
se encuentre considerablemente desplazado, quizás 10 ó 15 veces la tensión original de secuencia
cero. De acuerdo a lo indicado se debe tener especial cuidado en la aplicación de la bobina de
Petersen en sistemas en los cuales la tensión de secuencia cero es mayor que 1,5, siendo necesario
en este caso realizar las transposiciones debidas en las líneas.
Excepto para líneas extremadamente largas, solo la reactancia capacitiva de secuencia cero es
usada para calcular el valor de la corriente para fallas neutralizadas mediante la relación:
3* E g
If
X ´0
siendo,
If: corriente de falla a tierra cuando opera a neutro aislado
Eg: tensión de fase
X´0: reactancia capacitiva de secuencia cero por fase
El rango de corriente de falla a tierra neutralizada se hace igual ó mayor que la corriente de carga
total del sistema.
Se ha verificado que todos los métodos disponibles para el cálculo de estas corrientes
invariablemente dan valores más bajos que los correspondientemente medidos. Para resultados
estimados, puede utilizarse la tabla I. Para líneas doble terna en la misma torre o poste, se reduce la
disposición particular de esta línea a un circuito simple equivalente, multiplicando la longitud por 1,3 si
la línea es de 33 kV y por 1,6 para líneas de 66 kV.
Para alambres de tierra aéreos (hilo de guardia), se convierte la disposición particular de esta línea
en un circuito de línea aérea simple equivalente incrementando la longitud de la misma con el factor
1,08 en el caso de un alambre a tierra y 1,15 en el caso cíe 2 alambres a tierra.
Para cables, la disposición se reduce a la equivalente para líneas aéreas simple utilizando los
siguientes factores:
1 Km. de cable tripolar = 25 km. De línea aérea
1 Km. de cable unipolar = 50 Km. de línea aérea
La selección de la bobina de Petersen tiene un rango de corriente como mínimo del 20% en exceso
de la corriente total obtenida usando los datos anteriores.
Para longitudes de líneas inferiores a 300 Km., el cálculo se hace correctamente de la manera
anterior. Para líneas largas, la X0 inductiva de la línea debe ser considerada dado que puede tener
influencia en la elección del tamaño de la bobina requerida.
La puesta a tierra con resistencia posee dos ventajas sobre el sistema de neutro aislado, una es la
rápida actuación de las protecciones ante una falla y además minimiza el peligro del arco a tierra.
En general el valor de la resistencia usada es tal que limita la corriente de falla a tierra a un valor
mucho menor que la corriente de falla trifásica. Esto es necesario para limitar la pérdida de potencia
en la resistencia a un valor compatible como se determinó en la sección 2.1.2. En este caso, igual
que en el caso anterior, se tiene un desplazamiento del neutro ante una falla a tierra. Esto lleva al uso
de descargadores de mayor valor de tensión de descarga incrementando los costos y sacrificando
eficiencia en las protecciones.
En algunos casos el uso de resistencias de puesta a tierra puede mejorar la estabilidad del sistema
de potencia durante fallas a tierra. En general, una resistencia, de puesta a tierra tiene una corriente
de falla a tierra menor que para el caso de puesta a tierra directa y por lo tanto menor es la influencia
inductiva en circuitos paralelos de comunicación.
En sistemas de B.T. (hasta 33 kV), el problema de la influencia inductiva y de las protecciones son
importantes en la selección del tipo de puesta a tierra. Si se considera el sistema de 33 kV de la figura
13 donde la corriente de cortocircuito trifásico en la estación A es de 12.500 A y la corriente de falla
monofásica para el caso de falla franca es de 9.700 A, la tensión homopolar en la estación A es
aproximadamente 48% de la Vn. Si la falla a tierra ocurre con una resistencia de falla de 10 Ω, la
corriente de falla puede ser reducida a 1320 A y la tensión homopolar es aproximadamente 0,065 Vn.
Esta tensión es insuficiente para una correcta operación de los relés direccionales. Estos valores de
resistencias son comunes a no ser que se trate de líneas en torres de acero con hilos de guardia. En
casos como estos, es preferible el uso de impedancias de puesta a tierra para una protección
satisfactoria. En un sistema corto donde la máxima corriente de cortocircuito es mucho menor que la
del ejemplo dado, puede haber siempre una tensión residual suficiente sin la necesidad de usar
equipos con impedancias de neutro. Para sistemas radiales donde no es requerida la tensión
homopolar para la polarización de los relés direccionales, este factor no necesita ser considerado.
2.2.3. Puesta a tierra directa.
En todos los niveles de tensión, la puesta a tierra directa de sistemas es menos costosa que
cualquier otro tipo de puesta a tierra. Esto es debido ser aplicados los descargadores de más bajo
nivel de tensión y porque no son requeridos equipos auxiliares de puesta a tierra como ser
resistencias, reactancias, bobinas de Petersen, etc. Este método puede ser aplicado a sistemas
existentes si hay suficientes aparatos conectados en estrella, en cambio en un sistema donde solo
son disponibles transformadores conectados en triángulo, cada puesta a tierra requiere un gasto
extra. En sistemas de 132 kV o mayores, es posible una economía adicional dado que los
transformadores pueden ser adquiridos a menor costo para un servicio con neutro salido a tierra
considerando que la aislación necesaria respecto a tierra es equivalente a la tensión de fase.
En un sistema con puesta a tierra directa, todas las fallas incluidas las monofásicas a tierra deben ser
eliminadas con la apertura de la línea (esto es válido para sistemas de puesta a tierra a través de
resistencias, reactancias, bobina de Petersen y en parte para sistemas aislados de tierra). Cerca del
punto de puesta a tierra, las corrientes de falla son elevadas y en algunos casos exceden la corriente
de falla trifásica. En algunas oportunidades se requieren en los interruptores capacidades de ruptura
superiores a las necesarias para un corto circuito trifásico. Las elevadas corrientes producen
importantes daños en el punto de falla, proporcionando tensiones de secuencia positiva de bajo valor
y con tendencia a la inestabilidad. Además, las elevadas corrientes de fallas a tierra puedan interferir
en los circuitos de comunicación.
La mayor parte de las influencias desfavorables debidas a las altas corrientes de falla, han sido
eliminadas mediante el empleo de los actuales relés extra rápidos y los interruptores de corte rápido.
La capacidad de los interruptores puede evitar sobrepasarse mediante la adición de un reactor de
coordinación o bien estar aislados por bancos de transformadores de dos arrollamientos, siendo una
alternativa de equipo de aislación de secuencia cero el mostrado en la figura 15. El principio de
operación del mismo es que para corrientes trifásicas cuya suma total es cero, el equipo presenta
solo la reactancia de dispersión de los arrollamientos, mientras que circulando corriente de secuencia
cero en la misma dirección en cada arrollamiento es efectiva la elevada impedancia de
magnetización.
En general el uso de la bobina de Petersen reduce el número de interrupciones de la línea para fallas
monofásicas a un 20% o 30% de las obtenidas con otros tipos de métodos de puesta a tierra, no
obstante una completa eficiencia no puede ser obtenida pues las fallas son causadas por daños
físicos en la línea y afecta una porción variable de ella, por ello no está en resonancia.
Relés de tierra deben ser instalados para separar el sistema en falla a tierra, cuando la falla no es
autoextinguible mediante la neutralización, operando luego de un cierto tiempo de producida la falla
cortocircuitando la reactancia. Un típico diagrama de conexión se muestra en la figura 16.
Si el sistema está conformado predominantemente por redes múltiples ó de alimentación, la ventaja
principal es que de ellos resultan pequeñas corrientes a tierra proporcionando una serie de ventajas
como ser reducida influencia en circuitos de comunicación, reducidos daños en el punto de falla y
reducidos flikers en la iluminación. Si en las recles predominan postes de madera con elevada
aislación de tierra, una gran proporción de fallas será entre líneas y por lo tanto la neutralización no
será efectiva.
En sistemas que tienen una larga proporción de les simples y radiales, el valor del neutralizador
puede ser considerable. Teniendo en cuenta los ítems antes mencionados, se presenta la ventaja de
una gran proporción de fallas es liberada sin la interrupción de la línea. Con alimentadores radiales
esto es importante, evitando la construcción de líneas paralelas para asegurar la continuidad del
servicio con gran ahorro de inversión de capital.
La bobina de Petersen no puede ser usada en sistemas donde el grado de aislación de fases de los
transformadores en servicio, así como sus neutros, no están suficientemente aislados. No pueden ser
usadas bobinas de Petersen en sistemas que emplean autotransformadores con una relación mayor
que 0,95 a 1.
Una neutralización en cada sección del sistema que puede quedar seccionado mediante una falla,
proporciona la mayor protección y simplicidad de operación. La creciente flexibilidad de operación
comparada con el creciente costo del número de bobinas de Petersen, determina la decisión final a
adoptar.
Ocasionalmente surge una situación en la cual se usa una bobina de Petersen con un banco de
transformadores de 3 arrollamientos estrella-triángulo-estrella. Si la bobina de Petersen es conectada
entre el neutro y tierra, y el otro neutro es conectado sólidamente a tierra, pueden ocurrir elevadas
sobretensiones en la bobina cuando una falla a tierra ocurre en el lado del arrollamiento puesto a
tierra. En la figura 17 se muestra en la parte (a) el sistema de conexión y en (b) el diagrama
equivalente de impedancias de secuencia cero. En el último se observa que la rama n del circuito
equivalente del transformador es común para los circuitos conectados a ambas estrellas.
Una falla a tierra del lado del neutro conectado a tierra causa una tensión homopolar que es aplicada
a la bobina de Petersen. La reactancia inductiva de la bobina y la capacidad homopolar están en serie
con esa tensión y por lo tanto se tiene resonancia en serie, y debido a la relación X/R de la bobina de
Petersen, la tensión aplicada puede ser amplificada 10 o más veces. Este problema es considerado
en la especificación de compra del banco de transformadores y podría solucionarse si la rama n
tuviera impedancia nula siendo esto demasiado costoso.
Bibliografías:
a) Westinghouse – Electrical Transmission and Distribution
b) Weedy – Sistemas Eléctricos de gran Potencia
c) Zoppetti – Estaciones Transformadoras y de Distribución
d) CEAC – Estaciones de Transformación y Distribución
(a)
(a)
Tabla II