Historia de La Aleatoriedad

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Aleatoriedad

Historia
Artículo principal: Historia de la aleatoriedad
La especie humana se ha preocupado de la aleatoriedad y la imprevisibilidad
aparejada desde tiempos prehistóricos. La creencia en la posibilidad de la
adivinación (al leer mensajes siguiendo patrones aleatorios e imprevisibles), los
juegos de azar y en parte la encomendación a deidades religiosas están conectadas
con la preocupación por la imprevisibilidad y la aleatoriedad.[cita requerida]

En tiempos históricos, la contraposición entre libre albedrío y determinismo ha


sido una cuestión ampliamente discutida en la filosofía y la teología desde hace
milenios, y documentada desde muy antiguo en numerosas culturas.

A pesar de la prevalencia de los juegos en todas las épocas y culturas, por un


largo período hubo una cierta investigación occidental sobre el tema, posiblemente
debido a la desaprobación que la Iglesia católica mantenía en cuestiones de juegos
y la adivinación. Si bien Gerolamo Cardano y Galileo escribieron sobre los juegos
de azar, fueron Blaise Pascal, Pierre de Fermat y Christiaan Huygens quienes nos
condujeron a lo que hoy se conoce como teoría de probabilidad.

Los matemáticos se centraron primero en aleatoriedad estadística y consideraron


frecuencias de bloque (es decir, no solo las frecuencias de ocurrencias de
elementos individuales, si no también bloques de longitudes arbitrarias) como la
medida de la aleatoriedad, un acercamiento que se prolongará hacia la entropía de
la información en la teoría de la información.

A principios de los años 60, Gregory Chaitin, Andréi Kolmogórov y Ray Solomonoff
introdujeron la noción de aleatoriedad algorítmica, en la cual la aleatoriedad de
una secuencia depende de si es posible comprimirla.

Aleatoriedad en la ciencia
En la investigación científica la aleatoriedad es estudiada por la estadística y la
teoría de la probabilidad. En física, la mecánica estadística y la teoría del caos
han servido para construir modelos científicos para sistemas que presentan un alto
grado de imprevisibilidad y aleatoriedad aparente.

Experimento aleatorio
En teoría de la probabilidad un experimento aleatorio es aquel que bajo el mismo
conjunto aparente de condiciones iniciales, puede presentar resultados diferentes,
es decir, no se puede predecir o reproducir el resultado exacto de cada experiencia
particular. Un punto clave de la teoría de la probabilidad es que los resultados de
un fenómeno aleatorio tiene una distribución de probabilidad bien definida.

El lanzamiento de un dado real se aproxima mucho a buen ejemplo de experimento


aleatorio. El resultado de dicho lanzamiento se contrapone al un fenómeno
determinista previsible, donde es posible conocer todos los factores condicionantes
de un experimento predecir bastante exactamente el resultado del mismo. Si bien el
lanzamiento de un dado es proceso físico determinista, en condiciones prácticas es
difícil observar los factores condicionantes o incluso calcular la trayectoria real
porque es altamente caótica.

Esto contrasta típicamente con un experimento determinista, previsible y no


caótico. Por ejemplo, conociendo la altura desde la que se arroja un móvil es
posible saber exactamente el tiempo que tardará en llegar al suelo en condiciones
de vacío. Sin embargo una colección de eventos estadísticos, puede ser tratada como
un fenómeno determinista en estadística. Por ejemplo, lanzando un dado de seis
caras seiscientas veces, el resultado para cada una de las caras del mismo será
aproximadamente cien.

Artículos principales: Estocástico, Proceso estocástico y Teoría de la


probabilidad.
Causas de la aleatoriedad
En el mundo físico macroscópico la aleatoriedad se debe fundamentalmente a la
existencia de sistemas físicos con evolución temporal caótica. La teoría del caos
se ocupa de caracterizar muchos de dichos sistemas caóticos. En ellos, si bien los
mecanismos físicos pueden ser incluso deterministas, pequeñas variaciones de los
factores condicionantes conducen a resultados muy diferentes. Esa propiedad se
llama dependencia sensible de las condiciones iniciales y es una característica
básica de muchos sistemas llamados caóticos.

A nivel microscópico muchos científicos postulan que existe un tipo de aleatoridad


cualitativamente diferente, la asociada a los procesos de la mecánica cuántica. Si
bien se han postulado modelos cuánticos deterministas, esencialmente mediante el
establecimiento de teoría de variables ocultas, en la actualidad muchos físicos
cuánticos aceptan interpretaciones como la interpretación de Copenhague o la
interpretación del colapso objetivo que indican que en un nivel muy fundamental la
evolución temporal de los sistemas cuánticos sí presenta elementos de aleatoriedad.
Sin embargo, esto sigue siendo discutido y parece que interpretaciones
deterministas como la interpretación del Multiverso han ganado muchos adherentes
entre los físicos cuánticos en las últimas décadas.

Aleatoriedad estadística y algorítmica


Artículo principal: Aleatoriedad estadística
Durante el siglo XX surgieron nuevas ideas para modelizar la aleatoriedad que surge
entre datos tomados del mundo real y dentro de las propias matemáticas. La
complejidad de Kolmogórov engloba varios enfoques relacionados con las estructuras
matemáticas y los conjuntos de datos, que inevitablemente han conducido a preguntas
filosóficas profundas sobre la existencia de fenómenos aleatorios o la
constructibilidad de objetos. El trabajo de Gregory Chaitin por ejemplo relaciona
la aleatoriedad de números reales o el problema de la parada de Turing con la
irreductibilidad o imcompresibilidad algorítimica (ver constante de Chaitin).

Aleatoriedad en la filosofía y la religión


Hay que notar que la predisposición a creer que "todo tiene un propósito o una
causa" está de hecho implícita en la expresión "aparente carencia de propósito o
causa". Los humanos están siempre buscando patrones en su experiencia, y el patrón
más básico parece ser el patrón causa-efecto. Esto parece embebido en el cerebro
humano, y quizás en el de otros animales también. Al parecer la arquitectura
cognitiva de los seres humanos ha sacado partido a lo largo de la evolución
biológica de la predicción de patrones regulares. Esto también parece haberse
encontrado en otros mamíferos. Por ejemplo, los perros y los gatos a menudo
muestran establecer aparentemente una conexión de causa y efecto que nos parece
divertida o peculiar, como puede ser la situación por la cual un perro que, después
de visitar al veterinario cuya clínica tenga los suelos embaldosados de un azulejo
concreto, rechace a partir de entonces acercarse a esa clase de suelos, estando o
no en la clínica veterinaria.

Es debido a esta tendencia que la ausencia de una causa parece problemática. Ver
causalidad.

Para resolver este problema, a veces se dice que los eventos aleatorios son
causados por azar. Más que resolver el problema de la aleatoriedad, esto abre el
enorme hueco de definir el azar. Es difícil evadir la circularidad al definir el
azar en términos de aleatoriedad.

Aleatoriedad contra Impredecibilidad


Algunos discuten que la aleatoriedad no debe confundirse con la impredecibilidad
práctica, la cual es una idea que está relacionada con el uso ordinario. Algunos
sistemas matemáticos, por ejemplo, pueden verse como aleatorios; sin embargo son de
hecho impredecibles. Esto se debe a una dependencia sensible de las condiciones
iniciales. Muchos fenómenos aleatorios pueden exhibir características organizadas a
algunos niveles. Por ejemplo, mientras la media porcentual del incremento de la
población humana es bastante predecible, en términos sencillos, el intervalo real
de los nacimientos y muertes individuales no se pueden predecir. Esta aleatoriedad
a pequeña escala se encuentra en casi todos los sistemas del mundo real. La ley de
Ohm y la teoría cinética de los gases son estadísticamente descripciones reales de
cálculos (por ejemplo, el resultado neto o la integración) de vastas cantidades de
números de eventos individuales atómicos, cada uno de los cuales son aleatorios, y
ninguno de ellos son individualmente predecibles.

Los sistemas caóticos son impredecibles en la práctica debido a su extrema


dependencia de las condiciones iniciales. Si son o no impredecibles en términos de
la teoría de la computabilidad es objeto de actuales investigaciones. Al menos en
algunas disciplinas la teoría de la computabilidad, la noción de la aleatoriedad
termina siendo identificada con impredecibilidad computacional.

Se requiere la impredecibilidad en algunas aplicaciones, tales como los múltiples


usos de los números aleatorios en la criptografía. En otras aplicaciones, como el
modelado o la simulación, la aleatoriedad estadística es esencial, pero la
predictibilidad también sirve de ayuda (por ejemplo, cuando se ejecutan
repetidamente simulaciones o pruebas de reconocimiento, puede ser muy útil poder
volver a ejecutar el modelo con la entrada aleatoria exacta numerosas veces).

Lidiar sensiblemente con la aleatoriedad es un problema duro para la ciencia


moderna, las matemáticas, la psicología y la filosofía. Meramente definirlo
adecuadamente, para los propósitos de una disciplina es dificultoso. Distinguiendo
entre aparente aleatoriedad y la verdadera no ha sido más sencillo. En adición,
asegurar imprevisibilidad, especialmente contra una grupo bien motivado, ha sido
más difícil aún.

Algunos filósofos han discutido que no hay aleatoriedad en el universo, solo


imprevisibilidad. Otros encuentran la distinción sin sentido (ver determinismo para
más información).

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