Parte 1 Curso Administracion Edificios PDF
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PARTE 1
CURSO DE ADMINISTRACIÓN DE
EDIFICIOS Y CONDOMINIOS
Unidad 1
Unidad 2
Unidad 3
Unidad 4
…
UNIDAD 1: INTRODUCCIÓN
1. INTRODUCCIÓN
Los condominios, según señala el artículo 2° de la Ley N° 19.537, son las construcciones o
los terrenos acogidos al régimen de copropiedad inmobiliaria. En ellos, esta ley regula la
interacción de intereses privados respecto de bienes de dominio común1 cuyo uso y goce deba
respetar derechos ajenos. Sin embargo, la ley apunta al mismo tiempo a ser una herramienta
para abordar problemáticas de carácter colectivo.
UNIDAD 1: CONCEPTOS
1.1 Copropiedad
¿Qué es una Copropiedad?
Son los terrenos o construcciones (por ejemplo un conjunto de viviendas), donde
coexisten bienes que son de todos y bienes que son de cada propietario. Por lo general
corresponden a edificios de departamentos o de casas que se han construido sobre un
terreno común.
También existen condominios donde coexisten terrenos de propiedad común y de
propiedad exclusiva, éstos corresponden a condominios en extensión y están
constituidos por casas.
Ley 19.537 de Copropiedad Inmobiliaria.
¿Qué es la Copropiedad inmobiliaria?
Es un régimen de propiedad inmueble en el cual coexisten tanto bienes comunes,
como aquellos de cada propietario.
Existe la copropiedad cuando una cosa o un derecho patrimonial pertenecen a dos o
más personas. Los copropietarios no tienen dominio sobre las partes determinadas de
la cosa, sino un derecho de propiedad sobre todas y cada una de las partes de la cosa
en cierta proporción.
Son aquellos inmuebles o edificios construidos en un mismo terreno de dominio
común y las casas construidas en sitios de dominio de cada propietario, pero que
cuentan con espacios comunes.
En los condominios existen dos tipos de bienes. Están aquellos que se denominan
´unidades´, respecto de las cuales es posible constituir dominio exclusivo a favor de uno o
más copropietarios en particular y aquellos denominados ´bienes comunes´, que
pertenecen a la comunidad, están destinados a servir al condominio y su uso está
regulado en el Reglamento de Copropiedad y en la Ley.
Los que pertenecen a todos los copropietarios por ser necesarios para la existencia,
seguridad y conservación del condominio o edificio en cuestión, como por ejemplo, los
terrenos, los muros, los ductos de agua, gas, aire, alcantarillas y luz, pasillos, hall de
entrada, etc.
También los destinados al servicio, recreación y esparcimiento o todos los espacios que el
reglamento de copropiedad determine como tales.
Cada copropietario podrá servirse de los bienes de dominio común en la forma que
indique el reglamento de copropiedad y a falta de disposición en él, según su destino y sin
perjuicio del uso legítimo de los demás copropietarios.
Las construcciones en bienes de dominio común, las alteraciones de los mismos, formas
de su aprovechamiento y el cambio de su destino, se sujetarán a lo previsto en el
reglamento de Copropiedad o, en su defecto, a lo que determine la asamblea de
copropietarios, cumpliendo en ambos casos con las normas vigentes en la materia.
Gastos Comunes
¿Qué son los Gastos Comunes? Los gastos comunes son los gastos que deben hacer todos
los copropietarios de manera obligatoria para mantener y/o mejorar los bienes comunes.
¿Cómo se fija el monto a pagar de gastos comunes a cada propietario? Para calcular lo
que le corresponde pagar por gastos comunes a cada copropietario, se toma en cuenta el
avalúo fiscal de la propiedad o unidad. Si el avalúo fiscal de todas las unidades del edificio
es el mismo, se cancelará una cuota similar. El valor exacto debe ser establecido por la
Asamblea de Copropietarios, sin perjuicio de que en el Reglamento de Copropiedad que
se apruebe, establezca otra modalidad para fijar el monto de los gastos, sean éstos
ordinarios o extraordinarios.
La ley es clara respecto a "El hecho de que un copropietario no haga uso efectivo de un
determinado servicio o bien de dominio común, o de que la unidad correspondiente
permanezca desocupada por cualquier tiempo, no lo exime, en caso alguno, de la
obligación de contribuir oportunamente al pago de los gastos comunes correspondientes".
Cada copropietario deberá pagar los gastos comunes con la periodicidad y en los plazos
que establezca el reglamento de copropiedad.
Cada copropietario deberá pagar los gastos comunes dentro de los cinco primeros días
corridos de cada mes, salvo que el reglamento de copropiedad establezca una
periodicidad o plazos diferentes.
Cuando una Unidad (dominio exclusivo) pertenece a dos o más personas, estos son
solidariamente responsables del pago de los gastos comunes, salva su acción para repetir,
es decir, que cada una de estas personas será responsable del total de la deuda, sin
perjuicio del correspondiente rembolso.
Los gastos comunes, “siguen” a la propiedad con independencia de su dueño o titular. Así
como también los derechos de cada propietario sobre los bienes de dominio común en
caso de transferencia de la unidad, pasan junto con la propiedad exclusiva.
En caso de mora en el pago de los gastos comunes, la deuda devengará el interés máximo
convencional, es decir, ante el retardo de su pago la deuda devengará el máximo interés
que pueden estipular las partes, equivalente al interés corriente aumentado en un
cincuenta por ciento, sin perjuicio del inferior que establezca el reglamento de
Copropiedad.
El mencionado reglamento podrá autorizar al administrador para que, con el acuerdo del
comité de administración, suspenda o requiera la suspensión del servicio eléctrico,
respecto de aquellos copropietarios que se encuentren moros en el pago de tres o más
cuotas continuas o discontinuas.
De los Estacionamientos
El plan regulador, señalará una cantidad mínima de estacionamientos, los
estacionamientos que correspondan a aquella cantidad mínima, para su enajenación
sólo podrá efectuarse respecto de aquellas personas que adquieran o hayan adquirido
una o más unidades en el condominio.
Los estacionamientos que excedan la cuota mínima serán libres de enajenación. Los
estacionamientos de visitas tendrán el carácter de bienes comunes.
Transferencia del Dominio o constitución de otros derechos reales sobre una unidad
2.3. Modulo
2.4. Características
2.5. Constitución
Las formas de constitución de una copropiedad pueden ser: I) Por herencia o legado;
II) mediante contrato de sociedad al aportar bienes; III) Por acto o contrato entre vivos; IV)
por mezcla involuntaria de cosas fungibles que sea irreversible.
La administración es un derecho que los copropietarios poseen por ser todos los
copropietarios. Siendo en principio que tomar cada decisión de forma unánime, y al existir
un conflicto siempre tienen la salida de solicitar la división.
Resultando como uno de los mejores panoramas para llegar a una administración
efectiva, y pudiendo realizarse únicamente en el caso de que la copropiedad se haya
constituido voluntariamente y preparado este pacto con antelación.
Tratándose de una comunidad civil, la regla general, es que nadie está obligado a
permanecer en una copropiedad, y en este sentido surge uno de los principales derechos
de la copropiedad, siendo el de solicitar la división de la cosa común. Debemos recordar en
este punto que la copropiedad inmobiliaria de que trata la Ley 19.537 es una excepción a
esta regla.
La cuota o participación corresponde a esa división ideal, es decir abstracta del bien sujeto
a copropiedad, en tantas partes como titulares existan; donde en principio todas las cuotas
se presumen iguales, salvo pacto en contrario.
La cuota o participación no es más que la división del derecho de propiedad que cada
copropietario posee, en su mayoría las cuotas son iguales, pero pueden variar en
proporción, estas pueden ser representadas de forma aritmética para mayor facilidad de
conteo en mayoría, así como en la distribución de frutos y beneficios
Al ser la copropiedad una forma especial del derecho real de propiedad, caben las
mismas formas de extinción de la propiedad tales como la destrucción o perdida de la cosa,
por lo que en este apartado nos centraremos en los casos específicos aplicables a la
copropiedad, siendo generalmente las formas en que deja de existir esa división abstracta.
b) División, por cesar la indivisión material de la cosa común, la cual puede ser por
vía voluntaria y contractual o en caso contrario judicial.
UNIDAD 3: DE LA COPROPIEDAD INMOBILIARIA
3. DE LA COPROPIEDAD INMOBILIARIA
3.1. Definición
La copropiedad inmobiliaria es aquella especial y seccional forma de división de la
propiedad que se ejerce sobre viviendas, oficinas, locales comerciales, bodegas,
estacionamientos, recintos industriales, sitios y otros en que se divida un condominio y qué
atribuye el titular de dichas unidades un derecho de propiedad absoluto y exclusivo sobre
las mismas, y un derecho de copropiedad forzada respecto a los bienes de dominio común.
3.3. Certificación
Los Directores de Obras Municipales deben también aprobar los planos del
condominio, en los que deben singularizarse detalladamente los sectores en que puede
dividirse, los bienes de dominio común y las unidades de dominio exclusivo.
a) Es una forma especial de división de la propiedad; si bien el código civil define el dominio
o propiedad en el artículo 582, la copropiedad inmobiliaria se rige por la ley 19.537,
esta ley especial se aparta un poco de lo que es el derecho común en materia de
comunidad, porque como vimos el código civil entiende que la comunidad es un cuasi
contrato regulado en los artículos 2304 y siguientes, sin embargo, por el principio de
especialidad (artículo 4 y 13 código civil) rige entonces la ley de copropiedad
inmobiliaria y las normas del código civil son supletorias a esta ley (es especial porque
tiene regulación especial);
a) Derecho de copropiedad: cada propietario tiene un derecho cuotativo sobre los bienes
de dominio común, y este derecho será fijado en el reglamento
de copropiedad atendiendo al avalúo fiscal de la respectiva unidad (Art. 2 de la Ley de
Condominios: N° 19.537). Por tanto, el copropietario no es dueño de una parte
específica del bien en dominio común, y no existe la facultad de disposición material
sino en la forma que señala la ley y la disposición jurídica está expresamente regulada;
b) Derecho de uso y goce de los bienes comunes: el derecho de uso, que se traduce en la
facultad de servirse de los elementos y servicios que proporcionan los bienes de
dominio común, tiene ciertas limitaciones establecidas en el artículo 3° de la Ley 19.537:
Limitaciones establecidas en el reglamento de copropiedad.
En silencio de éste, la limitación estaría dada por el destino ordinario del bien y,
La otra limitación es el uso legítimo de los demás copropietarios.
c) Derecho de goce de los bienes comunes: En cuanto al derecho de goce, este derecho se
traduce en la facultad de aprovecharse de los productos y beneficios de los bienes
comunes a favor de todos los copropietarios, por ejemplo, puede existir frutos civiles
(las rentas de un arrendamiento del jardín o huerta) y naturales (huerta o jardín que da
frutos destinados al consumo de todos los copropietarios). La renuncia al uso o bien el
no uso de un servicio o elemento común no exime del pago de los gastos comunes (Art.
5; inc. 2).
El principio general bajo el imperio de esta ley es la derogación del principio en virtud
del cual nadie puede estar obligado a permanecer en comunidad, esto lo podemos afirmar
pues la Ley establece el principio de la invisibilidad, señalando que los terrenos de dominio
común y sitios de dominio exclusivo no podrán lotearse ni subdividirse.
Podrán acogerse al régimen de copropiedad inmobiliaria que consagra esta ley, las
construcciones o los terrenos con construcciones o con proyectos de construcción
aprobados, emplazados en áreas normadas por planes reguladores o que cuenten con límite
urbano, o que correspondan a proyectos autorizados conforme al artículo 55 del decreto
con fuerza de ley Nº458, de 1975, Ley General de Urbanismo y Construcciones, y que
cumplan con los requisitos establecidos en esta ley.
La actual ley, fue elaborada por una comisión de profesores de Derecho Civil de la
Universidad de Chile, presidida por Arturo Alessandri. Esta legislación cumplió su objetivo
regulando sin mayores problemas la constitución de dominio por pisos o departamentos
durante muchos años.
Hacia el año 1995, época en que se envió al Congreso el proyecto de la que sería
posteriormente la Ley N° 19.537, existía una gran dispersión normativa respecto de la
copropiedad inmobiliaria, con leyes tales como el Decreto Supremo N° 880 de Obras
Públicas, que fijó el texto definitivo de la Ley de Pisos en la Ley General de Urbanismo y
Construcción (1963); la Ley de Contribuciones; la Ordenanza de Urbanización y
Construcciones Económicas (1944); DFL N°2 (1959) del Ministerio de Obras Públicas, Sobre
Plan Habitacional, que estratificó la demanda y estableció características de las viviendas;
Ley N° 16.742 (1968), que permitió que conjuntos de casas unifamiliares puedan regirse
bajo el régimen de copropiedad; entre otros cuerpos legales.
En razón de esta dispersión de leyes, que se comenzó a trabajar por una nueva ley
que agrupara, en un solo cuerpo normativo, los preceptos contenidos en todas las normas
asociadas a las materias de copropiedad inmobiliaria.
La actual Ley de Copropiedad Inmobiliaria se gestó a partir del año 1990 en la
Cámara de Diputados, con la preocupación que generaba la obstaculización para que el
Estado pudiese invertir en bienes comunes pertenecientes a condominios de viviendas
sociales.
A lo anterior, se fueron sumando otras mociones parlamentarias vinculadas a la
administración de condominios, el establecimiento de espacios públicos al interior de
condominios y la seguridad de los derechos de promitentes compradores.
En 1992, el Ministerio de Vivienda y Urbanismo, en adelante indistintamente
MINVU, conformó una comisión para trabajar en un proyecto de ley sobre copropiedad
inmobiliaria, el que finalmente fue enviado al Congreso el año 1995 por el Presidente de la
República.
En su Mensaje, se hacía alusión al gran crecimiento y expansión de las ciudades del
país, señalando que la “posibilidad de vivir bajo el régimen de propiedad horizontal responde
al deseo de la población chilena de habitar en las grandes ciudades y, al mismo tiempo, evita
que éstas continúen con el proceso de expansión que las torna ineficientes por falta de
infraestructura, que origina una disminución en la calidad de vida de sus habitantes”.
Con la creación de esta ley se perseguían diversos objetivos, a saber:
a) Refundir en un solo texto legal toda la normativa existente referente a la copropiedad
inmobiliaria.
b) Flexibilizar la administración de los condominios que, producto de que muchas veces
presentan grandes dimensiones, resultan muy difíciles de conducir de manera efectiva.
c) Fortalecer el principio de autonomía de la voluntad de modo tal que sean los
copropietarios quienes puedan decidir sobre la vida en el condominio, dando libertad
para definir aspectos de la vida en común sin que sean directamente regulados por la
normativa legal.
El artículo 5° del Reglamento de la Ley 19.537 señala que: “El régimen administrativo
interno del condominio se regulará por el respectivo reglamento de copropiedad, y en el
silencio de éste regirán las disposiciones de la ley y del presente reglamento.
Las normas del reglamento de copropiedad serán obligatorias para toda persona
que adquiera una de las unidades que lo conforman, para sus sucesores en el dominio y, en
general, para los ocupantes a cualquier título de esas unidades.
El primer Reglamento será dictado por la persona natural o jurídica propietaria del
condominio (Comúnmente es la inmobiliaria).
Este instrumento deberá ser reducido a escritura pública e inscrita en el registro de
hipotecas y gravámenes del conservador de bienes raíces respectiva.
Una vez enajenado el 75 % de las unidades que formen parte de un condominio
nuevo, se convocara a una asamblea extraordinaria con el objeto de pronunciarse sobre la
mantención, modificación o sustitución del reglamento.
En silencio del reglamento de copropiedad, regirán las normas del reglamento de la
Ley 19.537.
El artículo 22 de la Ley 19.537 señala que todo condominio será administrado, con
las facultades que disponga el reglamento de copropiedad respectivo, por la persona
natural o jurídica designada por la asamblea de copropietarios, y a falta de tal designación,
actuará como administrador el Presidente del Comité de Administración, por lo que las
referencias que en esta ley se hacen al administrador, sólo serán para el caso en que lo
hubiere. El nombramiento del administrador, en su caso, deberá constar en la respectiva
acta de la asamblea en que se adoptó el acuerdo pertinente, reducida a escritura pública
por la persona expresamente facultada para ello en la misma acta o, si no se expresare, por
cualquiera de los miembros del Comité de Administración. Copia autorizada de esta
escritura deberá mantenerse en el archivo de documentos del condominio.
El administrador, si lo hubiere, no podrá integrar el Comité de Administración y se
mantendrá en sus funciones mientras cuente con la confianza de la asamblea, pudiendo ser
removido en cualquier momento por acuerdo de la misma.
4.5. Gas
Artículo 34. Los propietarios de las instalaciones interiores de gas, una vez
efectuada la inscripción de su Declaración en la Superintendencia, deberán velar por su
buen estado de conservación, incluyendo las protecciones de los cilindros de GLP y
conjuntos medidor o regulador de servicio y medidor, según corresponda.
Artículo 35. Sin perjuicio de las facultades otorgadas por la ley 19.537 sobre
copropiedad inmobiliaria, administradores y comités de administración de los inmuebles
sujetos a régimen de copropiedad inmobiliaria, en su calidad de representantes de la
comunidad de copropietarios, son responsables de mantener en buen estado las
instalaciones interiores de gas de uso común de dichos inmuebles, según corresponda,
para lo cual deberá solicitar su Inspección Periódica, de acuerdo con el procedimiento
establecido para tal efecto por la Superintendencia.
Artículo 36. El Administrador del edificio o condominio deberá mantener una copia
de la inscripción de la Declaración de la Instalación Interior de Gas y de la documentación
detallada en el artículo 32 precedente, la que deberá estar permanentemente disponible,
para uso de los copropietarios, especialmente para casos de emergencia o accidente.
4.6. Ascensores
La Ley N° 20.296 establece disposiciones para la instalación, mantención e
inspección periódica de ascensores y otras instalaciones similares (funiculares,
montacargas, escaleras y rampas mecánicas), contemplando la existencia de un Registro
Nacional de Instaladores, Mantenedores y Certificadores de Ascensores, que es
administrado por el Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu). La referida Ley señala
que el mantenimiento periódico y buen funcionamiento de los elevadores es
responsabilidad de los propietarios del inmueble en el cual están instalados, debiendo
ellos contratar los servicios de mantención, así como al certificador que deberá acreditar
que estos equipos han sido adecuadamente mantenidos y se encuentran en condiciones
de seguir funcionando
Las consecuencias de un mal servicio, fallas o accidente pueden acarrear
responsabilidades, tanto civiles como penales. Para perseguir las responsabilidades civiles
se puede interponer una acción o denuncia ante el Juzgado de Policía Local respectivo, sin
necesidad de un abogado, de acuerdo con lo señalado en la Ley 20.296. Si se comprueban
irregularidades, los instaladores, mantenedores y certificadores, arriesgan la suspensión o
eliminación del Registro del Minvu, y multas a beneficio fiscal de entre 50 y 150 UF,
dependiendo de la magnitud de la infracción.
Por su parte, si se comprueba que los propietarios del inmueble tienen
responsabilidades, también podrían recibir multas de hasta 150 UF.
En caso de perseguir responsabilidades penales, tendientes a resarcir el daño
económico, físico o psicológico causado por una eventual falla o accidente, las acciones
deberán interponerse ante los Juzgados de Garantía correspondientes, a través de un
abogado, sin perjuicio de la investigación que eventualmente (tratándose de delitos),
puede haber iniciado el Ministerio Público para determinar las responsabilidades que
correspondan, ya sea al instalador, mantenedor, certificador o a los propietarios del
ascensor u otro elemento de circulación similar.
4.7. Piscinas
El Decreto N° 209 que aprueba el Reglamento de piscinas de uso público (2002), publicado
en el Diario Oficial de fecha 08 de noviembre de 2003, en parte es obligatorio para piscinas
de uso público restringido, como son las piscinas de edificios y condominios, pues en su
artículo 1° establece que: “El presente reglamento se aplicará a toda piscina de uso público,
sea ella de uso público general o restringido”
Po su parte, en el artículo 2° literal d), se señala que: “Para los efectos de este reglamento
los términos que se señalan a continuación tendrán el significado que para cada uno de ellos
se indica:
d) Piscinas de uso público restringido: aquellas destinadas al uso exclusivo de un grupo
reducido de personas quienes, para el ingreso a la piscina, cumplen con un requisito
previamente señalado. Son éstas las piscinas de hoteles, moteles, gimnasios,
establecimientos educacionales, instituciones, condominios, etc.”
4.7.2. De la fiscalización
La nueva norma establece que la fiscalización del cumplimiento de sus preceptos queda
en manos del Servicio de Salud competente, quien podrá inspeccionar y sancionar las
infracciones en conformidad a lo establecido en el Libro X (décimo) del Código Sanitario.
Por otra parte, se concede un plazo de dos años, contados desde la publicación del
reglamento (2002), para que los establecimientos de piscinas en funcionamiento
efectúen las modificaciones estructurales o de diseño necesarios para su estricto
cumplimiento. Esto significa que al mes de noviembre de 2005 este tipo de
reestructuraciones debieron estar finiquitadas.
De acuerdo con lo señalado en el Decreto 209, las piscinas de uso público restringido,
como es el caso de las de condominios, que cumplan con los requisitos solicitados,
quedan eximidas de observar las siguientes obligaciones de esta norma:
a) Contar con personal de vigilancia y salvamento de bañistas (Salvavidas).
b) Contar para su uso exclusivo con camarines, servicios higiénicos, duchas,
guardarropa y sala de primeros auxilios.
c) Contar con una franja de circulación de bañistas.
La obligación establecida por ley es la asegurar las unidades y bienes de dominio común
contra incendio, pero habitualmente, el administrador contrata seguros adicionales, tales
como: robo, sismo, rotura de cristales, desastres naturales, responsabilidad civil, y/o
accidentes personales. Cabe considerar que estas coberturas adicionales son más caras
que el seguro contra incendio, por lo cual deben ser autorizadas por la Asamblea de
Copropietarios, o bien por el Comité de Administración, y ratificadas por la Asamblea.