Tema 4.FDA. Potestades y Tecnicas
Tema 4.FDA. Potestades y Tecnicas
Tema 4.FDA. Potestades y Tecnicas
1. INTRODUCCIÓN
La Constitución de 1978 se caracteriza por contener un considerable número de
mandatos de intervención de los poderes públicos en la sociedad. Pero dichos
mandatos no se completan con las potestades y técnicas precisas para llevarlos a cabo.
Es decir, la Constitución ha dejado al legislador ordinario un amplio margen para la
determinación de las potestades y técnicas necesarias para llevar a cabo los mandatos
de intervención de los que son destinatarios los poderes públicos.
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Así, para la Constitución, las potestades y técnicas administrativas carecen de
relevancia constitucional. Dicho de otro modo, las potestades y técnicas son meros
instrumentos subordinados a los mandatos de intervención. Así, las potestades,
técnicas e instrumentos administrativos son contingentes o variables, mientras que los
principios y las misiones constitucionales son permanentes.
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Públicas y del Procedimiento Administrativo Común y en la Ley de Expropiación
Forzosa.
2. Potestades administrativas que se encomiendan por la Constitución a los poderes
públicos como misión:
• el legislador ordinario puede regular.
• ayudar, asegurar, garantizar, mejorar, prevenir, proteger, promover, velar, y
otras tantas.
• ponen de manifiesto nuevas perspectivas para la intervención de la
Administración en la sociedad que se han desarrollado por el legislador de
modo disperso, salvo excepciones.
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o Si bien es concebible la potestad reglada desde una perspectiva teórica, en la
práctica es difícil encontrar supuestos de pura constatación.
Al menos son cuatro los elementos reglados en el ejercicio de toda potestad, en cuya
apreciación no cabe crear un ámbito discrecional, a saber:
o su existencia
o extensión
o competencia para actuarla, y
o la misión o fin que se pretende alcanzar.
Como ya dijera la Exposición de Motivos de la Ley de Jurisdicción contencioso-
administrativa de 1956, la “discrecionalidad ha de referirse siempre a alguno o algunos
de los elementos del acto”.
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4.3. Las técnicas de reducción y control judicial de la discrecionalidad
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potestad o, por el contrario, que la citada potestad no era susceptible de ser
ejercida porque no tuvo lugar el supuesto de hecho habilitante.
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5.1.1. Introducción
La potestad reglamentaria es una potestad originaria atribuida por la
Constitución al Gobierno, que la ejercerá «de acuerdo con la Constitución y las
leyes», y de esta forma queda expresado el principio básico que preside las
relaciones entre el reglamento y la ley, esto es, el de subordinación de la
norma administrativa a la norma parlamentaria, consecuencia de las posiciones
del Gobierno y el Parlamento en el orden normativo.
o Principio de subordinación: la Administración actúa «con sometimiento
pleno a la Ley al Derecho».
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b) Reales Decretos del Presidente del Gobierno, las disposiciones y actos cuya
adopción venga atribuida al Presidente;
c) Reales Decretos acordados en Consejo de Ministros, las decisiones que
aprueban normas reglamentarias de la competencia de éste y las
resoluciones que deban adoptar dicha forma jurídica;
d) Acuerdos del Consejo de Ministros, las decisiones de dicho órgano
colegiado que no deban adoptar la forma del Real Decreto;
e) Acuerdos adoptados en las Comisiones Delegadas del Gobierno, las
disposiciones y resoluciones de tales órganos colegiados. Tales acuerdos
revestirán la forma de Orden del Ministro competente o del Ministro de la
Presidencia, cuando la competencia corresponde a distintos Ministros.
f) Órdenes Ministeriales, las disposiciones y resoluciones de los Ministros.
Cuando la disposición o resolución afecte a varios Departamentos revestirá
la forma de Orden del Ministro de la Presidencia, dictada a propuesta de los
Ministros interesados.
Los Reales Decretos y las Ordenes Ministeriales son cauce común para todas las
actividades que llevan a cabo el Gobierno y la Administración, si bien la
actividad del Gobierno y la Administración se manifiesta también a través de
otras formas y contenidos jurídicos, como expresa el artículo 24 dela Ley 50/97,
que hay que leer junto con los artículos 2 a 6 y 17 de la misma Ley que
enumeran las competencias de los miembros del Presidente del Gobierno, del
Consejo de Ministros, de las Comisiones Delegadas del Gobierno y de los
Ministros. El artículo 24 de la Ley 50/1997, diferencia entre reglamento,
disposición, resolución, actos y acuerdos, sin explicar que son unos y otros. No
obstante, pueden alcanzarse las siguientes conclusiones de las Leyes 50/1997
del Gobierno, 40/2015 del Régimen Jurídico del sector Público y 39/2015 del
Procedimiento Administrativo Común de las Administraciones Públicas:
a) Los reglamentos son normas jurídicas, necesariamente, que tienen que
tener la forma externa del Real Decreto del Presidente del Gobierno o del
Consejo de Ministros, así como la de Orden Ministerial en el ámbito del
Estado.
b) El Consejo de Ministros, el Presidente del Gobierno, las Comisiones
Delegadas del Gobierno y los Ministros, con competentes para adoptar
otras decisiones no reglamentarias, de naturaleza normativa o no, con las
formas a que se refiere el artículo 24 en su apartado 1.
c) Habida cuenta de que los Real Decretos y las Ordenes Ministeriales puede
ser continentes de reglamentos y otras decisiones, la naturaleza
reglamentaria de los Reales Decretos y de las Ordenes Ministeriales
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dependerá de su contenido, de manera que solo los que tengan contenido
normativo podrán ser considerados reglamentos.
d) Las Comunidades Autónomas y los Entes Locales tienen, también, la
potestad normativa, que se denomina también reglamentaria, derivada de
los Estatutos de Autonomía y de la legislación local. Dicha potestad
reglamentaria se confirma en el artículo 128.1 de la Ley 39/2015, del
Procedimiento Administrativo Común de las Administraciones Públicas.
e) La potestad normativa, derivada de las leyes, la tienen también otros
órganos de los gobiernos y administraciones públicas, así como de otras
personificaciones públicas, como se deduce en particular de la Ley 40/2015.
Parece deducirse del artículo 24 que decisión es la forma que sirve para
denominar el conjunto de las formas con las que puede expresarse el
Gobierno y sus miembros. Pero desconcierta que a los Decretos legislativos
y los Decretos leyes se les denomine genéricamente decisiones, cuando en
su artículo 82 califica expresamente a los Decretos legislativos de normas y
en su artículo 86 considera a los Decretos-leyes disposiciones legislativas.
No obstante, si prescindimos de los Reales Decretos Legislativos y los
Decretos-Leyes se constata que en la citada Ley 50/97 se utilizan las
siguientes denominaciones o formas jurídicas: decisiones, como una
denominación genérica; disposiciones y normas reglamentarias que
tendrían naturaleza normativa; y, acuerdos, resoluciones y actos que no
tendrían naturaleza normativa.
La conclusión que podríamos obtener de lo que llevamos dicho es que de
acuerdo con la Ley 50/97:
• la potestad reglamentaria se concretaría en normas jurídicas que
denomina indistintamente reglamentos, normas reglamentarias y
disposiciones, mientras que
• la actividad no normativa, y por tanto ejecutiva de los miembros del
Gobierno (Presidente y Ministros), del Consejo de Ministros y de las
Comisiones Delegadas del Gobierno, se produciría, según los casos,
mediante actos, resoluciones o acuerdos.
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Por otra parte, el artículo 128.2 de la Ley 39/2015 establece que la función
de desarrollo y colaboración del reglamento con la ley no puede alanzar: la
tipificación de delitos, faltas o infracciones administrativas, establecer
penas o sanciones, así como tributos. Exacciones parafiscales u otras cargas
o prestaciones personales o patrimoniales de carácter público”. Esta
limitación debiera poner fin a la incursión de los reglamentos en las
materias mencionadas, en que la intervención reglamentaria tan solo podrá
ser de desarrollo y colaboración para el mejor entendimiento y ejecución de
lo dispuesto en las leyes.
La tercera de las limitaciones que se deducen del artículo 128.3 de la Ley
39/2015 es la relativa a la jerarquía de las disposiciones. En este punto el
citado artículo está falto de precisión. Debe observarse que se hace
referencia a “disposiciones administrativas”, es decir a normas
reglamentarias o no. Y se establece que las leyes establecerán el orden de
jerarquía entre las mismas y que ninguna disposición administrativa puede
vulnerar preceptos de otra de rango superior. Al respecto hay que decir que
el principio de jerarquía normativa en lo relativo a los reglamentos del
Gobierno de la Nación viene establecida en el artículo 24.2 de la Ley del
Gobierno a que nos hemos referido. De manera que en todo lo demás, por
lo que se refiere a las disposiciones del Presidente del Gobierno, del
Consejo de Ministros y de los Ministros habrá que estar al orden
establecido en el apartado 1 del artículo 24 de la Ley del Gobierno.
La cuarta limitación se deduce del artículo 129 de la Ley 39/2015 que
establece los principios de la que denomina buena regulación. Entre ellos
debe destacarse que en su apartado 4 párrafo 3 que las habilitaciones para
el desarrollo reglamentario de las leyes deben ser conferidas con carácter
general al Gobierno o a los Consejos de Gobierno respectivos de las
Comunidades Autónomas y solo excepcionalmente se podrá otorgar a los
Ministros, a los titulares de las Consejerías de los Gobiernos autonómicos o
a otros órganos dependientes o subordinados a los mismos, lo qe exigirá la
previa justificación de la ley habilitante.
Finalmente, debe tenerse en cuenta el principio de inderogabilidad singular
de los reglamentos (y demás disposiciones normativas) por resoluciones
administrativas que, de acuerdo con el artículo 37 de la Ley 39/2015, se
consideraran nulas.
Desde otra perspectiva, los reglamentos no tienen reservado un ámbito
material propio, a diferencia de lo que sucede en la Constitución francesa
vigente. A partir de este axioma debe responderse a la pregunta de si el
reglamento además de estar subordinado a la ley está también vinculado a
la misma.
Establecer que el reglamento solo procedería cuando la ley lo previera
expresamente sería tanto como negar a la potestad reglamentaria su
carácter de potestad originaria, fundada directamente en la Constitución. Al
contrario, el Gobierno no dispone de la potestad reglamentaria por
voluntad del legislador, sino por voluntad de la Constitución.
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En el caso español hay que diferenciar la circunstancia de que el reglamento
esté subordinado a la ley, de la dependencia del reglamento a la ley.
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No cabe duda de que el artículo 33.3 de la Constitución española de 1978 es heredero
de aquel precepto revolucionario al expresar: «Nadie podrá ser privado de sus
bienes y derechos sino por causa justificada de utilidad pública o interés social,
mediante la correspondiente indemnización y de conformidad con lo dispuesto en las
leyes.»
La primera Ley de expropiación española nace en 1836, y dice así: «Se entiende por
obras de utilidad pública las que tienen por objeto directo proporcionar al Estado en
general, á una ó más provincias, ó de beneficio común…». En la Ley de 1836 las
garantías para los expropiados son escasas.
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general que sitúa la capacidad decisional al margen del titular formal del derecho.
Justamente, el contenido del derecho de propiedad es el que permite la limitación y el
despojo del derecho o expropiación. La propiedad no es un derecho sagrado, como
decía la Declaración Francesa de Derechos, ni un derecho fundamental de los
recogidos por la Constitución española.
comienza la expropiación, ya que las limitaciones tienen que ser soportadas por los
propietarios sin indemnización, mientras que a la expropiación es consustancial la
indemnización. Un primer sistema para diferenciar estas dos potestades sería que la
limitación es siempre de carácter general mientras que la expropiación es siempre
singular. Sería necesaria una teoría general que permitiera el control del ejercicio de la
potestad de la expropiación por los Tribunales. Con respecto a la Ley de expropiación
forzosa de 1954, se debe prestar atención a lo concerniente a la competencia para
determinar la composición del jurado de expropiación. Una cuestión a atender es si las
Comunidades Autónomas son competentes para regular esta materia. El Tribunal
Constitucional en sentencia concluye que las Comunidades Autónomas dispondrán
plenamente de la función normativa de autoorganización de sus propios servicios
expropiatorios. La capacidad organizativa de las Comunidades Autónomas es
susceptible de suprimir el jurado de expropiación y encomendar la determinación del
precio de lo expropiado directamente por los servicios técnicos de una determinada
consejería autonómica.
De manera que de acuerdo con el Tribunal Constitucional las leyes singulares deben
cumplir con el requisito de afrontar situaciones excepcionales garantizando que se
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lleven a cabo mediante la garantía del procedimiento expropiatorio que tiene por
objeto proteger los derechos de igualdad y seguridad jurídicas, de modo que se
excluyan expropiaciones discriminatorias y arbitrarias. Ahora bien, ¿pueden las leyes
especiales establecer procedimientos especiales diferentes a los de la ley que con
carácter general regula la expropiación? Pues bien, el TC considera que la garantía
procedimental puede ser modulada por la ley singular siempre que se trate de
«especialidades razonables que no dispensen de la observancia de las demás normas
de los procedimientos contenidos en la legislación general».
La cuestión planteada tiene gran trascendencia porque las leyes (singulares o no) no
pueden, ser objeto de fiscalización por los Tribunales ordinarios, la declaración de
utilidad pública que se lleva a cabo por una ley no es susceptible de recurso
contencioso-administrativo.
La segunda cuestión es la relativa a qué debemos entender por contenido esencial del
derecho de propiedad. El fundamento jurídico 1º de la sentencia antes citada se enfrenta
a esta cuestión. Es un derecho especialmente protegido como consecuencia de su
ubicación en el Capítulo 2º, Sección 2ª, del Título I de la Constitución.
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La cuestión radica en determinar si un régimen sancionador puede tener otras
funciones diferentes a las señaladas. Nuestro texto constitucional es muy parco
en esta materia, pues tan sólo prescribe en su artículo 25.2 que las penas
privativas de libertad y las medidas de seguridad estarán ordenadas hacia la
reeducación y reinserción social, sin que se haga referencia a la finalidad que
deben tener las demás sanciones penales o administrativas.
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administrativo sancionador, interpretando el artículo 25.1 del texto
constitucional.
La Sentencia 42/1987: el principio nullum crimen nulla poena sine lege (no hay
crimen sin castigo sin ley) se extiende al ordenamiento sancionador
administrativo e incluye dos garantías:
1. Una, de orden material y alcance absoluto, que exige la
predeterminación normativa de las conductas ilícitas y de las sanciones
correspondientes.
2. Otra, de carácter formal, que exige la reserva de ley en materia
sancionadora.
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• «determina la necesaria cobertura de la potestad sancionadora de la
Administración en una norma de rango legal, habida cuenta del carácter
excepcional que los poderes sancionatorios en manos de la Administración
presentan»
• «…la regulación de los ámbitos de libertad que corresponden a los ciudadanos
depende exclusivamente de la voluntad de sus representados».
5.3.3. El principio non bis in idem (no dos veces en el mismo) y su inaplicación a
las sanciones administrativas, en particular con relación a las sanciones
disciplinarias
El principio non bis in idem (no dos veces en el mismo) es un principio general
del Derecho que supone la prohibición o exclusión de duplicidad de sanciones
administrativa y penal en los casos en que se aprecie la identidad del sujeto,
hecho y fundamento. Dicho principio no rige cuando existe: «una relación de
supremacía especial de la Administración -relación de funcionario, servicio
público, concesionario, etc.- que justificase el ejercicio del ius puniendi (el
derecho a ser castigado) por los Tribunales y a su vez de la potestad
sancionadora de la Administración».
La doctrina constitucional sobre el principio non bis in ídem no ha sufrido
alteración desde la sentencia de 1981. Debe considerarse correcto que el
artículo 64.1 del Estatuto Básico del Empleado Público prevea la compatibilidad
del ejercicio de la potestad disciplinaria con las responsabilidades patrimonial o
penal que puedan derivarse para el mismo sujeto por los mismos hechos y
fundamento. La responsabilidad se deriva del hecho mismo constitutivo de la
infracción y no de la infracción.
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cualquier naturaleza, no pueden implicar directa o subsidiariamente privación
de libertad.
5.4.1. Introducción
Las potestades administrativas no se limitan a las que se deducen de la
Constitución de modo explícito o implícito, sino que las leyes pueden otorgar
potestades a los poderes públicos para el cumplimiento de sus misiones.
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• se caracteriza por ser general (en vez de excepcional) y su ejercicio, salvo en
algunos supuestos, no se presta a la intervención del juez (ámbito necesario
de autonomía en vez de facultativo).
Autotutela agresiva:
• se persigue una mutación sobre una situación dada, creando situaciones
nuevas o transformándolas, o bien convirtiendo, la propia Administración,
en un derecho ejecutivo
• Ejemplo: al resolver un contrato
B) Autotutela declarativa y presunción de legalidad de los actos administrativos
Sobre la Administración, a diferencia de los particulares, no pesa la carga de
acudir a un juicio declarativo para dotar a sus actos de eficacia ejecutiva. Los
actos administrativos son ejecutorios y, por consiguiente, obligan a su
inmediato cumplimiento. El sujeto obligado podrá impugnar el acto
administrativo con el que esté disconforme, pero no por ello estará exento de
su cumplimiento, ni la interposición del recurso suspenderá la eficacia de aquél.
Este régimen supone una «presunción de legitimidad» del acto administrativo,
esto es, se presume legítimo, en tanto que el juez competente no resuelva lo
contrario.
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Esto significa un extraordinario privilegio si se piensa que la destrucción de la
presunción de legalidad corresponde a los particulares y que la impugnación
del acto no suspende su eficacia, por lo que la sentencia recae cuando se han
agotado los efectos del acto recurrido.
C) Autotutela ejecutiva
La segunda de las consecuencias de la autotutela ejecutiva es que exime a la
Administración de acudir a un juicio ejecutivo para que sus actos sean
coactivamente impuestos. En efecto, esta consecuencia la obtiene de su propia
esfera de poder: «Las Administraciones públicas, a través de sus órganos
competentes en cada caso, podrá proceder, previo apercibimiento, a la
ejecución forzosa de los actos administrativos, salvo en los supuestos en que se
suspenda la ejecución de acuerdo con la ley, o cuando la Constitución o la ley
exijan la intervención de los Tribunales».
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• No cabe oposición a la Administración en ejercicio de la autotutela cuando
ésta actúe «en materia de su competencia y de acuerdo con el
procedimiento legalmente establecido», lo que viene a significar que
cuando falten estos requisitos de competencia y de procedimiento, la
actuación administrativa deja de ser presuntamente legítima y es atacable
mediante interdictos (juicio sumarísimo).
• Lo mismo cabe afirmar en relación al ejercicio por la Administración de
interdictum propium, en cuanto que la recuperación de sus bienes
patrimoniales o de dominio público está sometida a límites precisos fuera
de los cuales no es operativa dicha facultad, haciéndose precisa la
intervención de los Tribunales.
• La Administración, para dirigirse contra actos declarativos, tiene que
declararlos lesivos para el interés público e impugnarlos ante la jurisdicción
contencioso-administrativa, única competente para declarar la nulidad.
• Podrían mencionarse otra suerte de límites, como la protección que
suministra el Registro de la Propiedad a los titulares inscritos (srts.1 y 38 de
la Ley Hipotecaria), o la suspensión de eficacia del acto administrativo en vía
de recurso como en el caso de la protección jurisdiccional de los Derechos
Fundamentales de la Persona, o las escasas excepciones al principio de
ejecutoriedad de carácter más bien episódico (Código de la Circulación,
etc.).
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jurisdiccional a la Administración, única que confiere a lo resuelto «valor de
cosa juzgada». El ejercicio de los privilegios de la autotutela se ha normalizado,
como una consecuencia más del principio de legalidad. Así podrían destacarse,
como notas relevantes del rigorismo de la actuación, las siguientes:
- Procedimentalización formal de la actuación de las Administraciones
públicas (Leyes 39/2015 y 40/2015).
- La exigencia cada vez más extendida de motivación de los actos
administrativos (entre otros el artículo 35 de la Ley 39/2015).
- En último término, los actos administrativos que declaren derechos, no
están a la libre disponibilidad posterior de la Administración a la que se
restringe extraordinariamente la posibilidad de libre rectificación (arts. 106
a 110 de la Ley 39/2015)
La jurisdicción contencioso-administrativa:
• satisface pretensiones derivadas de la inactividad administrativa, y
• enjuicia la actividad administrativa una vez ésta se ha consumado, de
manera que la calificación de su «carácter revisor» es ahora sólo parcial.
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Públicas, que ha derogado las Leyes 30/92 y 11/2007, a salvo de lo que diremos más
adelante.
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ningún género de dudas de la Constitución y de las sucesivas leyes
procedimentales, avalan una versión atenuada del mismo, anclada en viejos
valores y conceptos de dudosa vigencia, cuando no de evidente falta de vigencia y
de constitucionalidad.
Pero, dicho lo anterior, desde una perspectiva diacrónica, la legislación sobre
procedimiento habría culminado con la Ley 30/1992, antecedente inmediato de la
Ley 39/2015, haciendo realidad una Administración de los ciudadanos al servicio de
los ciudadanos. Esta nueva perspectiva, lamentablemente, no fue puesta de
relevancia suficiente en la exposición de motivos de la derogada Ley 30/1992, que
debiera haber proclamado el sentido de la nueva Administración en el Estado social
y democrático de Derecho, ofreciéndonos en su lugar un texto anodino que bien
pudieran haber escrito los padres de la Ley de 1958. Y tampoco brilla por su altura
de miras la Ley 39/2015 que es, en definitiva, un texto refundido que podríamos
denominar oficioso de las leyes 30/92 y 11/2007, en la medida en que no tiene su
habilitación en una ley de delegación.
La Directiva 2006/123/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 12 de
diciembre de 2006, relativa a los servicios en el mercado interior, transpuesta
parcialmente por las leyes 17/2009, de 23 de noviembre, sobre el libre acceso a las
actividades de servicios y su ejercicio, y 25/2009, de 22 de diciembre, de
modificación de diversas leyes para su adaptación a la Ley sobre libre acceso a las
actividades de servicios y su ejercicio, tiene una relevancia particular como
indicadora de la nueva dirección que debe tomar el procedimiento administrativo.
Así, el artículo 6 de la Ley 17/2009, norma de transposición de aquella, además de
recordar que los procedimientos administrativos deben cumplir lo establecido en la
legislación procedimental, dice que “deberán tener carácter reglado, ser claros e
inequívocos, objetivos e imparciales, transparentes, proporcionados al objetivo del
interés general y darse a conocer con antelación”. En definitiva, en el citado
precepto se hacen explícitos una serie de principios y prescripciones que deben
entenderse vigentes en nuestro Derecho, que sin embargo es más que dudoso que
se hayan llevado a la Ley 39/2015. Y aunque esta ley no merezca una
descalificación debemos poner de manifiesto que salvo contadas excepciones no
ha sido capaz de incorporar las transformaciones que se están operando en el
derecho público de nuestro tiempo, perdiendo una extraordinario ocasión de
hacerlo.
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• El Procedimiento administrativo, de acuerdo con el citado artículo 105, c)
de la Constitución, y en sentido estricto, sería la sucesión de trámites de
toda índole que tienen lugar, necesariamente, para que pueda dictarse un
acto administrativo.
• En sentido amplio procedimiento administrativo es la sucesión ordenada, y
regulada previamente, de actos de trámite que deben concurrir en toda
actuación de la Administración hasta su concreción final en un acto
entendido en sentido amplio (resolución, contrato, etc.).
• Y, debe entenderse que expediente administrativo es la expresión o
constancia escrita de un procedimiento administrativo, razón esta por la
que en ocasiones se utiliza, incluso en los textos normativos, de modo
indistinto procedimiento administrativo y expediente administrativo (El
artículo 164.1 del Real Decreto 2568/1986 dice así: «Constituye expediente
el conjunto ordenado de documentos y actuaciones que sirven de
antecedente y fundamento a la resolución administrativa, así como las
diligencias encaminadas a ejecutarla»).
Ejemplo curioso:
Sobre el concepto de vía de hecho es ilustrativa la Sentencia del Tribunal Supremo de de
1995. El caso, que tuvo considerable repercusión en la prensa de la época, consistió en
que la Policía Municipal desalojó a los artesanos de un mercadillo de artesanía en la
Plaza de Santa Ana de Madrid, los días 7, 14 Y 28 de octubre de 1989. Dicho colectivo
de artesanos había obtenido autorización para instalarse en la citada plaza a partir de
1982 y, por tanto, para el uso privativo anormal de la plaza de Santa Ana, bien de
dominio público. Pero, en el momento del desalojo los artesanos no tenían licencia, ni
autorización, ni concesión, ni otro título en que ampararse, de lo que se deducía el
inexistente derecho subjetivo de los artesanos para celebrar el mercadillo. Pero, aun así,
la actuación de la policía no se fundaba en acto administrativo alguno, sino, tan sólo, en
una orden verbal del concejal competente. Y, esta circunstancia hará que el Tribunal
Supremo concluya que: «se actuó por la vía de hecho, vulnerándose así el artículo 100.1
de la Ley de Procedimiento Administrativo de 17 de julio de 1958, a cuyo tenor la
Administración no iniciará actuación material ninguna sin que se haya producido
previamente el acto administrativo que le sirva de fundamento».
El interés de la sentencia es considerable porque tanto el artículo 100.1 de la Ley de
Procedimiento Administrativo de 1958, como el artículo 93 de la vigente Ley de 1992,
se refieren a las actuaciones que limiten los derechos subjetivos y, en el caso que nos
ocupa, los afectados tan sólo tenían una expectativa de derecho, por encontrarse en
curso un expediente de regularización de su actividad. Pero, el Tribunal Supremo
sorteará dicho obstáculo argumentando que: «no es menos cierto que dicho precepto
debe interpretarse extensivamente en el sentido de que toda actuación material de la
Administración debe encontrarse basada en un acto administrativo, el cual a su vez debe
fundamentarse en el ordenamiento jurídico». Así, por esta razón, el Tribunal Supremo
declarará la nulidad de las actuaciones policiales porque: «Estamos, pues, ante una vía
de hecho en la que se prescindió por completo del procedimiento establecido, se vulneró
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el principio de proporcionalidad o adecuación de medios a fines al recurrir al uso de la
fuerza física, y se actuó sin requerimiento alguno a los artesanos, que sin duda creían
estar en una situación jurídica regular al encontrarse en curso un expediente para
normalizar el ejercicio de la actividad. A partir de ello se llega a la conclusión de que
conforme al artículo 47.1.c) de la Ley de Procedimiento Administrativo procede
declarar la nulidad de pleno derecho de tales actuaciones»
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tensiones internas de la Administración, en que los Ministerios de Hacienda,
Exteriores, Defensa, Interior y Justicia siempre han tenido o pretendido un
estatuto singular. Ejemplo: La Ley General Tributaria.
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instaure un procedimiento administrativo especial regirá con carácter
preferente sobre la Ley 39/2015, de manera que ésta se aplicará con
carácter subsidiario, en la medida en que en la regulación especial se
aprecien lagunas regulatorias.
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Lo que debe entenderse por «procedimiento administrativo común: El adjetivo
«común» lleva a entender que lo que el precepto constitucional ha querido
reservar en exclusiva al Estado es la determinación de los principios o normas
que, por un lado, definen la estructura general del iter procedimental que ha
de seguirse para la realización de la actividad jurídica de la Administración y,
por otro, prescriben la forma de elaboración, los requisitos de validez y
eficacia, los modos de revisión y los medios de ejecución de los actos
administrativos,… garantiza un tratamiento asimismo común de los
administrados ante todas las Administraciones Públicas,… La Constitución no
reserva en exclusiva al Estado la regulación de estos procedimientos
administrativos especiales… Es una competencia conexa a las que,
respectivamente, el Estado o las Comunidades Autónomas ostentan… De lo
contrario, si las competencias hubieran de quedar separadas… se llegaría al
absurdo resultado de permitir que el Estado pudiera condicionar el ejercicio de
la acción administrativa autonómica…, o paralizar incluso el desempeño de los
cometidos propios de las Administraciones autonómicas… En consecuencia,
cuando la competencia legislativa sobre una materia ha sido atribuida a una
Comunidad Autónoma, a ésta cumple también la aprobación de las normas de
procedimiento administrativo destinadas a ejecutarla,…».
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Público. Se trata, por tanto, de una de las leyes capitales del Derecho
administrativo.
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No importa la forma de iniciación del procedimiento (de oficio o por solicitud
del interesado) ni las circunstancias que concurran en su tramitación
(prescripción, renuncia del derecho, caducidad del procedimiento,
desistimiento de la solicitud o desaparición sobrevenida de su objeto). En todo
caso, la Administración está obligada a dictar una resolución expresa que ponga
fin al procedimiento salvo cuando el procedimiento iniciado finalice en pacto o
convenio (mutación de la naturaleza), o cuando se trate de procedimientos en
que no es precisa la resolución expresa.
2.4.2. Transparencia
La actuación de la Administración debe ser transparente. Y, cuando no lo sea
tiene que estar justificada por una norma que entre en confrontación con la
misma (secretos oficiales, protección de datos personales). La transparencia de
la Administración supone que los interesados tienen el derecho a conocer el
estado de la tramitación de los procedimientos en los que tengan la condición
de interesados, obtener copias, identificar a las autoridades y al personal bajo
cuya responsabilidad se tramiten los procedimientos. Así, nada de lo que haga
la Administración a lo largo del procedimiento debe ser ajeno al interesado.
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• Por una parte, exige la impulsión simultánea. Por ejemplo, si la legislación
prevé que se soliciten varios informes en la tramitación de un
procedimiento, dichos informes deberán solicitarse de modo simultáneo y
no sucesivo.
o puede tener consecuencias importantes que afectan al cómputo del
plazo en el silencio administrativo
o carácter obligatorio de la impulsión simultánea
o sólo se excluya la impulsión simultánea en el caso de que sea
obligatorio el cumplimiento sucesivo de los trámites
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D) Práctica de la notificación
2.5. Inhibición, abstención y recusación
2.6. Los derechos y obligaciones de los interesados en el procedimiento
administrativo
2.7. La obligación de resolver y el silencio
2.7.1. La obligación de resolver. Modulaciones de la obligación
2.7.2. Excepciones: pactos y convenios, y declaración responsable
El artículo 86.1, prevé, además la posibilidad de un procedimiento que se inicie de
oficio o a solicitud de interesado, sin que tenga prevista de antemano su finalización
mediante pacto o convenio, pueda finalizar de este modo.
2.7.3.
2.7.4
2.7.5
2.7.6 El silencio de la Administración
A) El silencio administrativo en los procedimientos iniciados a
solicitud del interesado.
B) Casos en que proceda entender el carácter positivo o negativo
del silencio. Regla general y excepciones
C) El silencio administrativo en los procedimientos iniciados de
oficio
La regla general en los procedimientos iniciados de oficio, de acuerdo con el artículo
25 es que la ausencia de notificación por la Administración al interesado de la
resolución recaída en un procedimiento, dentro del plazo máximo para resolver,
tiene carácter desestimatorio o negativo, o bien produce la caducidad del
procedimiento, según los casos.
D) Valoración del silencio positivo en la Ley 30/1992
2.8 Fases del procedimiento administrativo
2.9 La tramitación simplificada del procedimiento administrativo común
2.10 Epílogo
3. EL ACTO ADMINISTRATIVO
3.1 Introducción. Las dificultades para reconocer a los actos administrativos por
su forma externa.
3.2 Concepto de acto administrativo
3.3. Disposiciones y actos administrativos. El principio de inderogabilidad
singular de los reglamentos
3.4. Las manifestaciones formales de la actuación administrativa: unilaterales y
bilaterales
3.5. Clases de actos administrativos
3.6. Los requisitos de los actos administrativos
3.7. Vicios e irregularidades de los actos administrativos y consecuencias
3.7.1. Actos nulos
A) Los actos que lesionen los derechos y libertades susceptibles de amparo
constitucional
B) Los actos dictados por órgano manifiestamente incompetente por razón de la
materia o del territorio
32
El Tribunal Supremo en su sentencia de 9 de diciembre de 1980 entiende que
concurre el vicio de incompetencia manifiesta en caso de invasión de competencias
entre órganos de distintas entidades públicas, lo que matiza el Consejo de Estado, en
el ámbito de la Administración General del Estado, en el sentido de que para que
concurra el vicio de incompetencia manifiesta es preciso que la invasión de
competencias se produzca entre órganos de distintos departamentos ministeriales.
C) Los actos que tengan un contenido imposible
D) Los actos que sean constitutivos de infracción penal o se dicten como consecuencia
de ésta
E)
F)
G)
3.7.2 Actos anulables
A) La norma es que la infracción del ordenamiento jurídico por un acto administrativo
acarree, en el peor de los casos, la anulación del acto.
B) La Administración puede convalidar los actos anulables, subsanando los vicios que
adolezcan
C) En todo caso, la anulabilidad de un acto administrativo o parte del mismo, no se
transmite a los demás actos sucesivos del procedimiento que sean independientes
del acto anulable
D)
3.7.3 Irregularidades no invalidantes
3.7.4 Intransmisibilidad de los vicios
3.7.5 Conversión de actos viciados
3.7.6 Conservación de acto
3.7.7 Convalidación de actos anulables
La ley dedica los apartados 3 y 4 del artículo 52 a dos supuestos de convalidación. Si
el vicio es de incompetencia, la convalidación corresponde al órgano competente,
cuando dicho órgano sea superior jerárquico del que dictó el acto viciado, lo que
excluye la convalidación cuando no existen relaciones de jerarquía.
33
atribución de potestades por ley (expresa y específica) para que el poder que se atribuye a
la Administración para intervenir sobre los derechos de los particulares no sea ilimitado.
Deben conocer qué es un concepto jurídico indeterminado (por. ej. buena fe) y distinguirlo de
la discrecionalidad (por ej. la Administración titular de los bienes podrá otorgar concesiones
para el uso privativo del dominio público)
34
¿pueden introducir las CCAA sus propias peculiaridades en función de su competencia de
autoorganización? ¿quién puede expropiar? ¿sólo el Estado? ¿pueden hacerlo también otras
administraciones territoriales siguiendo la regulación estatal?
35
11. La diferencia entre procedimiento administrativo y expediente administrativo.
12. El concepto de vía de hecho: ausencia total y absoluta de procedimiento, no es
equiparable a la omisión de trámites esenciales en el mismo: la aprobación sin declaración
de impacto ambiental favorable de un proyecto que la requiere no es una vía de hecho,
por mucho que sea necesario que para su aprobación la DIA sea favorable. Típico ejemplo
de vía de hecho: durante la construcción de una carretera se ocupan fincas colindantes
que no estaban en el proyecto expropiatorio, de manera que sus propietarios quedaron
excluidos del procedimiento expropiatorio que no se tramitó nunca con ellos ni sobre sus
fincas.
36
✓ Conocer el estado de tramitación de los procedimientos en los que tengan la
consideración de interesados.
✓ Derecho a conocer quién es el responsable de su tramitación.
✓ Derecho a no presentar documentos originales o de documentos que ya obren en
poder de la Administración o que no sean exigidos por las normas que regulan el
procedimiento.
✓ Derecho a la defensa.
21. No es necesario que tras el estudio sean verdaderos expertos en la materia. Deben
centrarse en los siguientes contenidos de las fases del procedimiento administrativo:
b) Deben conocer en qué consiste la fase de instrucción cuáles son sus trámites
esenciales: alegaciones, pruebas e informes y conocer de cada uno de ellos sus requisitos
esenciales. Así deben conocer, por ejemplo, qué tipo de informes existen, etc.
c) Finalización del procedimiento: hay que tener en cuenta que puede terminar con una
resolución sobre el fondo del asunto o no, y distinguir cuándo ocurre cada supuesto. Pongan
atención especial a la terminación convencional del procedimiento.
Una vez estudiado el cauce procedimental por el que se dictan los actos administrativos,
procede ya entrar en otras cuestiones, aunque como verán el procedimiento vuelve siempre a
salir, con motivo de los requisitos del acto administrativo, los vicios de nulidad o anulabilidad,
con las irregularidades no invalidantes y con los sistemas de garantía ya en la lección siguiente.
37
actos administrativos. Los reglamentos tienen su propio procedimiento). Por ello no se fíen de
su nombre o denominación, pues depende del órgano que los dicta (reales decretos, órdenes
ministeriales, etc.). Tampoco se pueden distinguir por el hecho de que se publiquen en el
boletín oficial o no, porque si bien las normas deben publicarse siempre, hay actos cuya
notificación se hace mediante la publicación. Es decir, dependerá de su contenido para saber si
estamos ante una norma o ante un acto administrativo.
Por el contrario, la ordenanza que regula el horario de los locales ubicados en la plaza del
pueblo (son exactamente cinco) está dirigida o afecta a locales concretos y perfectamente
identificados, pero es una norma de manera que su incumplimiento permite imponer luego
sanciones si la ordenanza lo contempla. La idea de que el acto administrativo es la aplicación
de la norma se refuerza con la teoría de la inderogabilidad singular de los reglamentos: si el
acto aplica la norma, aunque el acto sea dictado por el autor de la norma, no puede inaplicarla
en un caso concreto. El acto del Consejo de Ministros que para un supuesto de especial
importancia decide, sin previsión normativa alguna, eximir a un interesado del cumplimiento
de determinados requisitos que el mismo ha impuesto en el reglamento previamente
aprobado para otorgarle una autorización, es un acto ilegal: quien dicta la norma no puede
decidir inaplicarla al dictar un acto administrativo.
Es importante distinguir los actos administrativos, que son unilaterales, de los contratos que
son bilaterales (es necesario el acuerdo de voluntades para que se perfeccione) y de los
convenios de terminación del procedimiento administrativo que también son bilaterales
(cuando el procedimiento administrativo no termina en un acto unilateral sino en un acuerdo.
Tal es el caso, por ejemplo, de la posibilidad de que el procedimiento sancionador iniciado por
la tenencia de perros peligrosos sin licencia que conlleva una sanción como mínimo de 2000
euros, termine con un acuerdo de trabajos para la comunidad siempre cuando, claro está, la
terminación convencional esté prevista en la ordenanza municipal pues es el ayuntamiento
quien ostenta la competencia para sancionar. O también de los convenios expropiatorios:
cuando la Administración expropia puede acordar con el interesado un justiprecio. Si el
expropiado firma el convenio expropiatorio luego no puede recurrir lo que la Administración le
paga, aunque otros propietarios, que no firmaron el convenio consigan en los Tribunales una
valoración muy superior. Dentro de los actos administrativos es deben distinguir entre los
actos de trámite y los definitivos, y saber lógicamente las consecuencias de unos y otros a
efectos del recurso. ¿Cuándo se puede recurrir un acto de trámite? ¿hay siempre que esperar a
que se dicte el acto definitivo o no?
Dentro de los actos definitivos es importante distinguir los actos favorables de los actos de
gravamen, aunque existen pocos actos puros: casi todos son mixtos pues son favorables para
algunos y desfavorables para otros. En cualquier caso, esta distinción ha perdido algunos
efectos pues la revisión de oficio se puede utilizar ya para todo tipo de actos sean favorables o
de gravamen, aunque sigue siendo importante a los efectos de los procedimientos iniciados de
oficio que no terminan con un acto expreso.
38
Dentro también de los actos definitivos hay que distinguir los actos que agotan la vía
administrativa (aquellos contra los que no cabe recurso de alzada) de los que no.
Y también hay que diferenciar este concepto del de los actos firmes: son aquellos contra los
que no cabe recurso administrativo alguno porque se ha interpuesto recurso de alzada cuando
cabía, porque se ha interpuesto recurso de reposición (el acto ya había agotado la vía
administrativa), o porque se ha pasado el plazo para interponer recurso de reposición o de
alzada.
Y con ello, vamos directamente a los requisitos que tiene que tener un acto administrativo
para ser válido y conforme con el ordenamiento. Si el acto no cumple con estos requisitos en
un acto viciado, y esto es lo que debe denunciarse con los recursos administrativos y después,
en su caso, en el recurso ante el juez. Los requisitos son de fondo y de forma.
Pueden considerarse requisitos de fondo los que impone la regulación sectorial en cada
materia, así por ejemplo la autorización para poner una farmacia dependerá del cumplimiento
de distancias mínimas, de cuántas farmacias contempla la planificación en atención al número
de habitantes, que su titular debe ser farmacéutico etc.
Dependiendo de la gravedad de los vicios de que adolezca el acto, ya sean de forma o fondo, el
acto podrá ser nulo de pleno derecho (la más grave), anulable (menos grave por lo que queda
subsanada si el interesado no recurre) o irrelevante como es el caso de las irregularidades
formales no invalidantes. Pongo un ejemplo de estas últimas. Como ya hemos visto, cualquier
procedimiento administrativo exige la audiencia del interesado. A veces la Administración no
se la otorga y aun así dicta el acto. Pues bien: solo en el procedimiento sancionador la omisión
del trámite de audiencia supone un vicio con efecto invalidante, en el resto de procedimientos
solo se considera tal cuando lo que no se permitió decir en el procedimiento al omitir el
trámite de audiencia no se puede luego decir en los recursos administrativos o judiciales. Debe
conocer de memoria y no solo de forma aproximada las causas de nulidad de pleno derecho, el
resto son de anulabilidad, Pero también entender en qué consisten. Finalmente es importante
saber qué consecuencias tiene que el acto sea nulo de pleno derecho o simplemente anulable,
aunque ello ya se verá en el momento de las garantías.
39
Es importantísimo recordar que los plazos de recurso son en derecho administrativo
FUNDAMENTALES: si se deja transcurrir el plazo y no se recurre los actos son firmes y
consentidos y por tanto nunca se podrán recurrir, salvo por el procedimiento de revisión de
oficio que sólo está contemplado para los defectos más graves o gravísimos –nulidad de pleno
derecho-. Como verán, todos los conceptos están relacionados, y todas las categorías sirven
para algo. Ningún conocimiento es inútil.
Ejemplo: El interesado presenta un proyecto para que le sea otorgada una licencia de
edificación de su vivienda. Transcurrido el plazo máximo para resolver y notificar la
Administración no lo hace, pero el interesado, en lugar de recurrir, vuelve a solicitar ocho
meses después la misma licencia que en este caso el ayuntamiento desestima expresamente
porque no cumple con el planeamiento. Este segundo acto es recurrible: NO PUEDE
CASTIGARSE AL INTERESADO POR NO RECURRIR CONTRA LA DESESTIMACIÓN PRESUNTA
porque eso implicaría beneficiar a la Administración de su propio incumplimiento.
Existe un caso en que la falta de notificación en el plazo establecido por la norma que regula el
procedimiento puede ser constitutivo de invalidez del acto. Retrocedan al silencio, por favor.
Deben acordarse de que cuando la Administración no dicta y notifica resolución en un
procedimiento iniciado a instancia de parte el silencio es positivo como regla general (aunque
tiene las excepciones que a estas alturas ya deben conocer). Pensemos en que se solicita una
licencia y el silencio es positivo en el plazo de tres meses. El alcalde desestima la licencia
solicitada a los dos meses y medio, pero al funcionario en cuestión se le olvida notificarla, de
manera que cuando llega a conocimiento del interesado han transcurrido ya cinco meses. Pues
40
bien, el acto notificado es inválido, pues la licencia ya se había adquirido por silencio
administrativo, de manera que el acto expreso tendría que haber sido estimatorio.
Y también han salido los contratos, como acuerdo de voluntades distintos de los actos
administrativos con su propia regulación. En este punto solo necesito que estudien los
conceptos generales. Huyan de excesivas precisiones o exactitudes pues no se trata de que
sean especialistas en la materia sino sencillamente de que conozcan los principios generales,
pero también que sepan diferenciar lo que es un procedimiento de licitación de lo que es el
fondo del contrato. Lo mismo deben hacer con los bienes públicos. Sí les pido que sepan
diferenciar muy bien los bienes de dominio público y los bienes patrimoniales y conozcan los
principios que inspiran la regulación de unos y otros: ¿es lo mismo una concesión
administrativa que un contrato de alquiler? ¿la Administración puede vender sus bienes o si
pudiera hacerlo, puede venderlos como si fuera un propietario cualquiera) etc.
Respecto a los actos discrecionales, deben tener en cuenta que hay de distintos tipos. Pero el
mejor ejemplo es el de la discrecionalidad técnica. Cuando un Jurado de expropiación tiene
que hacer una valoración de un suelo urbano ha de partir de valores de mercado. Los valores
de mercado se obtienen haciendo la media de valores testigos en oferta o en venta. Depende
de qué valores se cojan, los precios pueden ser más altos o más bajos, aunque todos serán
aproximados. Cuando se habla de valores en venta o en oferta todos son válidos, de manera
que cualquiera vale para hacer la valoración siempre que se trate de un suelo de las mismas
características (aunque puede ocurrir que alguien tuviera prisa en vender y rebajó el precio, o
apareciera un caprichoso que pagó más de la cuenta por un determinado suelo). Si todos los
testigos son igualmente válidos, la valoración del Jurado tiene una parte de discrecionalidad
técnica y como se considera que es un órgano especializado el juez no puede entrar a tomar
otros valores pues no puede revisar la discrecionalidad técnica de la Administración.
Pensemos, por ejemplo, que el Jurado, en lugar de tener en cuenta cinco valores testigos que
son los que exige la norma solo tiene en cuenta tres. Estamos ante un elemento reglado del
acto que el juez puede controlar, suficiente como para anular la resolución del Jurado. Existen
otros actos discrecionales.
41
Piense por ejemplo en el trazado de una carretera que aprueba el correspondiente proyecto.
Para unir dos puntos existen muchos trazados alternativos, más largos, más cortos, el recto.
Todos ellos son igualmente válidos y la Administración elegirá aquél que estime más
conveniente por razones varias: económicas, no atravesar núcleos urbanos, no afectar a
actividades ya implantadas, etc. Pero imagine por un momento que el trazado más corto y más
barato tiene que atravesar un espacio natural protegido y que la evaluación ambiental es
desfavorable o que la normativa que contempla el Plan de ordenación de los recursos
naturales impide que por esa zona del parque natural atraviesen vías de comunicación:
estamos ante un elemento reglado del acto y el juez puede anular el proyecto porque pasa por
ese espacio natural, pero no puede hacerlo porque sea el más caro.
Detrás del derecho privado siempre hay quien responde con su patrimonio o con sus derechos.
Por eso el derecho privado no tiene los controles que adornan al derecho administrativo.
Cuando un empresario contrata va de suyo que contratará la mejor oferta porque en ello se
juega su dinero, y si no lo hace será porque existen otros intereses que a la larga le reportaran
el mejor resultado. Cuando se trata de la Administración maneja dinero ajeno por lo que el
derecho administrativo como derecho de controles es completamente necesario. La
Administración no puede actuar con el mismo derecho que actúan los particulares, salvo que
compita con éstos y con sus mismas reglas, cuando actúa en condiciones de desigualdad su
derecho debe ser más exigente y por tanto no puede ser el mismo derecho que el de los
particulares.
42
ANEXO. LA OBLIGACIÓN DE RESOLVER Y EL SILENCIO ADMINISTRATIVO
(arts. 21 a 25 LPAC)
43
• En los casos de desestimación por silencio administrativo, la resolución expresa
posterior al vencimiento del plazo se adoptará sin vinculación alguna al sentido del
silencio.
44
Silencio negativo
La desestimación por silencio administrativo tiene los solos efectos de permitir a los
interesados la interposición del recurso administrativo o contencioso-administrativo que
resulte procedente.
Aunque la regla general en estos casos es el efecto POSITIVO o ESTIMATORIO, sin embargo, el
silencio resulta ser NEGATIVO o DESESTIMATORIO en estos casos:
• Aquellos casos en los que una norma con rango de ley o de Derecho de la UE o de
Derecho internacional establezcan lo contrario.
• Los procedimientos de ejercicio del derecho de petición reconocido en el art. 29 CE.
• Los procedimientos de impugnación o recursos administrativos de actos y
disposiciones, salvo cuando el recurso de alzada se haya interpuesto contra la
desestimación por silencio administrativo (doble silencio).
• Aquellos en los que el silencio supondría la transferencia al solicitante de facultades
sobre el dominio público o el servicio público.
En estos procedimientos iniciados de oficio, el vencimiento del plazo máximo establecido sin
que se haya dictado y notificado resolución expresa no exime a la AP del cumplimiento de la
obligación legal de resolver, produciendo los siguientes efectos:
Conclusiones
Con carácter general, salvo las excepciones expuestas, puede decirse que rige el silencio:
45
• Si se ha producido la ESTIMACIÓN por silencio, deberá dictar la resolución estimando
forzosamente la solicitud no resuelta, confirmando el silencio positivo.
• Si se ha producido la DESESTIMACIÓN por silencio, la resolución podrá tener el
sentido, estimatorio o desestimatorio, que la Administración adopte.
Este recurso de carácter potestativo se Este recurso se puede interponer Se puede interponer contra los actos firmes que
puede interponer ante el mismo órgano contra las resoluciones y actos de pongan fin a la vía administrativa, ante el órgano
que haya dictado la resolución, contra trámite que no pongan fin a la vía que los haya dictado, que será el competente para
les resoluciones y actos de trámite que administrativa, si deciden directa o resolverlo, cuando concurra alguna de las
pongan fin a la vía administrativa, si indirectamente el fondo del asunto, circunstancias siguientes:
deciden directa o indirectamente el determinen la imposibilidad de
fondo del asunto, determinen la continuar el procedimiento, produzcan
imposibilidad de continuar el indefensión o un prejuicio irreparable • Que al dictarlos se hubiera incurrido en
procedimiento, produzcan indefensión o a derechos e intereses legítimos. error de hecho.
un prejuicio irreparable a derechos e • Que parezcan documentos de valor
intereses legítimos. esencialpara la resolución del asunto, que
Lo resuelve el órgano superior
evidencien el error de la resolución recurrida.
jerárquico de aquel que haya dictado
Se en cualquier de los motivos de la resolución. • Que en la resolución hayan influido
esencialmente documentos o testimonios
nulidad o anulabilidad.
declarados falsos por sentencia judicial firme.
Se puede interponer ante el órgano • Que se hayan estado dictadas como
No se puede interponer recurso que lo haya dictado o ante el consecuencia de prevaricación, violencia,
contencioso administrativo hasta que competente para resolverlo. maquinación fraudulenta, etc., declarada por
no se haya resuelto expresamente o se sentencia judicial en firme.
haya producido la desestimación Se puede fundamentar en cualquiera
presunta del recurso. de los motivos de nulidad o
El órgano competente puede acordar
anulabilidad.
motivadamente la inadmisión a trámite
Plazo
Plazo
Plazo
Un mes, si la resolución es expresa i tres
meses si no lo es, a contar desde la Un mes, si la resolución es expresa i
fecha que se produzca el acto presunto. tres meses si no lo es, a contar desde Cuatro años, cuando se trate de la causa descrita en
primer lugar.
la fecha en que se haya producido.
El plazo máximo para dictar y notificar
es de un mes. Tres meses para los restantes casos, desde el
El plazo máximo para dictar y notificar
es de tres meses. conocimiento de los documentos o desde la fecha
de la sentencia judicial firme.
REVISIÓN DE OFICIO
(arts. 106 a 111)
46
Actos anulables favorables para los interesados Es
necesaria la previa declaración de lesividad por las AP
antes de 4 años de la fecha del acto y, previa audiencia de Límites a la revisión
los interesados, el acto ha de ser impugnado ante la Siempre que no se haya producido la prescripción de las actuaciones o su
jurisdicción contenciosa administrativa. revisión resulte contraria a la equidad, la buena fe, al derecho de los
particulares o las leyes.
Enero 2018
a) son actos discrecionales, pues requieren de una labor de interpretación que lleva
varias soluciones igualmente justas.
b) son actos reglados que requieren de una labor de determinación de su contenido
en la que solo cabe una única solución justa.
c) ninguna de las anteriores es correcta.
a) no están excluidos del control judicial por el art. 106 CE de manera que deben ser
controlados como si de actos reglados se tratase.
b) son actos sujetos al control judicial a partir de sus elementos reglados: hechos
determinantes, competencia y procedimiento para dictarlos, finalidad, y principios
generales del derecho
c) ninguna de las anteriores es correcta
RESPUESTA. Es imprescindible conocer la distinción entre actos discrecionales y
reglados, porque ello redunda en la intensidad de control por los tribunales. Los
actos discrecionales están sujetos al control de los tribunales, pero como la propia
norma permite varias soluciones válidas, el juez no puede sustituir el criterio de la
administración por el suyo propio. En los actos reglados sólo existe una solución
justa que es la que el Juez debe imponer. De ahí que la respuesta a) sea errónea: los
actos discrecionales no pueden ser controlados por los jueces como si de actos
discrecionales se tratase. ¿Qué pueden entonces hacer los jueces? Comprobar que se
47
han cumplido aquellos elementos previstos en la norma: que se ha dictado por el
órgano competente y siguiendo el procedimiento establecido, que están motivados,
que responden al supuesto de hecho contemplado por la norma, que se dictan para
la finalidad prevista por el ordenamiento etc. La respuesta b) es la correcta.
48
Pregunta nº17, enero 2018: La Constitución:
RESPUESTA. Aunque falta, por error, el artículo “la” en la primera respuesta, se trata
de un error obstativo que no impide su cabal comprensión. Se trataba con esta
pregunta de insistir en el distinto nivel de garantías de la potestad sancionadora
penal y administrativa, entre otras de la reserva de ley para la tipificación de delitos
e infracciones administrativas. La primera respuesta o respuesta a) es errónea: la
reserva de ley para la tipificación de delitos e infracciones no opera con el mismo
alcance y contenido. De la misma forma es errónea la respuesta b): el reglamento
colabora en la tipificación de las infracciones y sanciones administrativas (no así en
los delitos y penas. En consecuencia, la respuesta c) es la acertada.
RESPUESTA. Dadas las dos manifestaciones del privilegio de autotutela de los actos
administrativos no hay mucho que explicar. La declarativa se refiere a la presunción
de validez, la segunda al privilegio de ejecución forzosa. Así pues, la contestación
correcta, dado que la pregunta se refiere a la declarativa, es la primera o respuesta
a), siendo la segunda incorrecta porque se refiere a la ejecutiva, lo que descarta la
tercera respuesta.
49
b) es el procedimiento que regula el Estado en ejercicio de la competencia que le
atribuye el art. 149.1.18, aunque después, en cada materia, cada administración
estatal, autonómica o local puede establecer sus peculiaridades.
RESPUESTA. Se pretendía con esta pregunta saber si se había entendido el papel del
procedimiento administrativo común:que aunque hay un procedimiento común,
existen centenares, por no decir miles, de procedimientos administrativos. La
respuesta a) es incorrecta pues no existe un único procedimiento para que las
administraciones dicten sus actos administrativos. Por el contrario, la respuesta b) es
la acertada, existe un procedimiento administrativo común que regula el Estado ex
art. 149.1.18 CE en cuyo marco cada administración regula sus propios
procedimientos y peculiaridades.
RESPUESTA. Aunque sólo sea por sentido común, de la lectura del art. 105 CE, pero
también de la Ley 39/2015 se desprende que los actos deben seguir un
procedimiento y que el procedimiento debe servir para garantizar el acierto de la
resolución adoptada en lo que tiene mucho que ver la participación del interesado.
La respuesta a) es por tanto correcta. No lo es, sin embargo, la respuesta b), la falta
de procedimiento puede constituir un vicio de nulidad de pleno derecho y, en su
caso, un vicio de anulabilidad42, de manera que no puede ser cierto que la omisión
del procedimiento sea en todo caso una irregularidad no invalidante.
a) sólo pueden finalizar con un acto expreso unilateral, pues cuando se trata del
ejercicio de prerrogativas no cabe acuerdo con los particulares.
b) en un estado democrático cualquier procedimiento puede concluir con un convenio
o acuerdo que sustituye al acto expreso sin que sea necesario que la norma contemple
esta forma de finalización y sin que ninguna materia esté excluida.
c) ninguna de las anteriores es correcta.
50
RESPUESTA. Tanto la respuesta a) como la b) plantean soluciones irrazonables pues
ni todos los procedimientos han de finalizar con un acto unilateral, ni todos los
procedimientos deben finalizar con un convenio sin distinción alguna de materia, de
regulación etc. Poco más cabe explicar para justificar que la respuesta c) es la
correcta.
51
RESPUESTA. La pregunta versa sobre las consecuencias de la infracción de las reglas
de abstención y recusación con las que se defiende la imparcialidad de quienes
dictan resoluciones administrativas o intervienen en el procedimiento para dictarlas.
La respuesta a) dice que la infracción de dichas reglas supone en todo caso, la
nulidad de pleno derecho. Si acuden a las causas de nulidad de pleno derecho
podrán comprobar que la infracción de las reglas que pretenden garantizar la
objetividad no está contemplada en ninguna de ellas. En consecuencia, la respuesta
a) es errónea. También es errónea la respuesta b) por la sencilla razón de que las
causas de abstención y recusación están tasadas. En consecuencia, la respuesta
acertada es la c).
a) cada uno de los que han resultado perjudicados debe recurrir la lista provisional de
forma individual, pues cada uno es titular de un interés legítimo distinto.
b) pueden ponerse de acuerdo y recurrir conjuntamente la lista provisional de
aprobados, para lo que necesariamente deben nombrar un representante. A falta de
ello, la administración deberá dirigirse a cada uno de ellos individualmente.
c) ninguna de las anteriores es correcta.
RESPUESTA. Sin duda se les alcanza que las impugnaciones de un determinado acto
pueden ser suscritas de forma conjunta por los afectados por el mismo siempre que
compartan la misma pretensión. Les pondré un ejemplo. Se han recibido por este
equipo docente, algunos escritos de reclamación de preguntas del examen suscritos
por varios alumnos sin que por ello pueda exigírseles que presenten cada uno una
distinta reclamación. Entonces la respuesta a) es incorrecta.
La segunda respuesta o respuesta b) es también incorrecta. Los administrados no
tienen que actuar ante la administración. Así, es posible presentar a la
administración un escrito suscrito por varios interesados sin que éstos tengan que
nombrar un representante. En consecuencia, la respuesta válida es la c)
Pregunta nº25, enero 2018: El plazo máximo para resolver y notificar la resolución:
a) es como máximo de seis meses sea cual sea el tipo de procedimiento, puesto que no
cabe que una ley o un reglamento contemple para un determinado procedimiento un
plazo mayor dado el principio de celeridad que inspira el procedimiento
administrativo.
b) es con carácter general de tres meses, aunque las leyes pueden ampliarlo para un
determinado procedimiento hasta seis.
52
c) ninguna de las anteriores es correcta.
Respuesta. Se preguntaba con esta cuestión sobre el plazo máximo para dictar y
notificar resolución expresa, esto es, sobre el plazo de los procedimientos
administrativos. Entendí, sin duda mal, que la utilización del término ampliación de
plazo se refería a la posibilidad de que el legislador estableciera un plazo superior al
de seis meses fijado por la Ley 39/2015.
Uds. me han hecho saber que la expresión utilizada de “ampliación del plazo por el
legislador” les ha inducido a confundirse entre la ampliación del plazo que puede
acordar el órgano administrativo y aquella a la que se refiere la respuesta b).
Tal y como pensé al confeccionar la pregunta, la respuesta a) es incorrecta ya que
refleja exactamente lo contrario de lo que dice la ley 39/2015. También pensé que la
segunda no tenía imprecisión alguna por cuanto la Ley 39/2015 establece un plazo
máximo para los procedimientos de seis meses solo ampliable por Ley en cuyo caso
la respuesta b) es incorrecta.
Pero, admitiendo que la expresión “ampliación de plazo” en lugar de
“establecimiento de un plazo superior” puede conducir a equívocos, se ha optado
por ANULAR ESTA PREGUNTA.
53
procedimiento iniciado de oficio que pueda conducir a un acto desfavorable, el
efecto no es el silencio, sino sencillamente la caducidad. La respuesta correcta es,
por tanto, la c)
Febrero 2018
RESPUESTA. Los actos discrecionales están sujetos al control de los jueces, aunque
estos no pueden reemplazar la decisión de la administración cuando la norma le
permite optar por dos o más soluciones posibles. Pero si se pueden controlar otros
elementos, y no sólo que se ha seguido el procedimiento: competencia, fines,
supuestos de hecho de la norma, aplicación de los principios generales (prohibición
de arbitrariedad por ej), motivación, etc… Por ello la respuesta a) es errónea: no
están excluidos del control judicial, pero también la b) no solo puede ser fiscalizado
el procedimiento que se ha seguido para dictarlos. La correcta es en consecuencia la
c)
Pregunta nº12, febrero 2018: Los Reales Decretos aprobados por el Consejo de
Ministros:
a) contienen siempre y en todo caso disposiciones reglamentarias.
b) contienen siempre normas, ya sean reglamentarias o con rango de ley en supuestos
excepcionales.
c) ninguna de las anteriores es correcta.
54
Se responde con el tema 4, página 284y 285
a) quienes lo inicien como titulares de derechos o intereses legítimos, o los que sean
titulares de derechos o intereses legítimos siempre que se personen en el mismo.
55
b) quienes lo inicien o se personen en el mismo por ser titulares de derechos o
intereses, y los titulares de derechos e intereses legítimos claramente identificados en
el procedimiento a los que la administración debe darles traslado del procedimiento
para que puedan personarse en el mismo.
c) ninguna de las anteriores es correcta.
RESPUESTA Cada acto de la administración tiene una finalidad diferente, de ahí que
dependiendo de qué tipo de acto se trate se iniciará de una u otra forma y no
necesariamente por las dos alternativamente. Por ejemplo, pensemos en una
convocatoria de oposiciones para el acceso a la función pública ¿creen Uds. que se
podría iniciar a instancias de un interesado? O, por ejemplo, los procedimientos de
autorización con los que el interesado desea que la administración le permita hacer
una actividad (carnet de conducir) ¿creen que la administración podría iniciarlo de
oficio, o debe hacerlo el interesado? En resumen, la respuesta acertada es la b)
56
b) no es un derecho de los interesados en el procedimiento, pues se predica de todos
los ciudadanos como derecho general ante las administraciones públicas.
c) ninguna de las anteriores es correcta.
RESPUESTA. La Ley 39/2015, lo incluye entre los derechos que tienen los ciudadanos
en sus relaciones con la administración pública. La respuesta acertada es la b)
57
b) exime a la administración de su obligación de dictar resolución expresa pues si el
silencio es positivo, transcurrido el plazo máximo para resolver y notificar el acto
expreso sólo puede ser estimatorio.
c) ninguna de las anteriores es correcta.
58
su decisión solicitar el informe. De ahí que quede a su decisión y no incidirá en la
validez del acto. A la vista de ello, la respuesta acertada es la b)
a) supone en todo caso la nulidad de pleno derecho del procedimiento, por cuanto se
prescinde de un trámite del procedimiento que produce indefensión.
b) siempre supone la nulidad de pleno derecho cuando el procedimiento es
sancionador.
c) ninguna de las anteriores es correcta.
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a) son un tipo de sanción que puede ser ejecutada de forma coercitiva en contra de la
voluntad del interesado.
b) están reguladas entre los medios de ejecución forzosa pues se trata de conseguir
que el interesado ejecute un acto administrativo.
c) ninguna de las anteriores es correcta.
RESPUESTA Existen distintos bienes de dominio público que son usados de acuerdo
con la finalidad de interés público a que están afectados. La primera respuesta es
errónea. Un hospital público es un bien de dominio público y no pierde esta
condición porque concurran los usuarios del servicio sanitario. Otros bienes de
dominio público se destinan al uso común general pero también a usos privativos
(terrazas de los bares situadas en las aceras) y no por ello dejan de ser bienes de
dominio público. La respuesta b) es errónea
Falta por incorporar las preguntas relativas a los exámenes de setiembre y reserva de
2018. También me queda por comprobar, si algunas preguntas de las realizadas en
los exámenes de 2017 podrían entrar en el examen por corresponderse, en su caso,
con el temario de este curso.
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