ANÁLISIS DE LA CARTA DE OTTAWA. Activity

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Alma Atta, Carta de Ottawa.

CARLOS ARTURO PADILLA PALACIOS.


(APRENDIZ)

ALBA LUCIA CASTRILLO SUÁREZ


(INSTRUCTOR)

COMPLEJO TECNOLÓGICO AGROINDUSTRIAL PECUARIO Y TURÍSTICO.

SALUD PÚBLICA.

TURBO_ANTIOQUIA.

2020
ANÁLISIS DE LA CARTA DE OTTAWA
Una buena salud es el mejor recurso para el progreso personal, económico y
social; todo esto a su vez es parte trascendental para lograr una aceptable calidad
de vida. En este caso promocionar la salud permitirá a las personas manejar de
manera adecuada los medios necesarios para obtener un desarrollo óptimo de su
bienestar de manera que no solo se atienda al ser humano en su aspecto
biológico, sino que se le proporcione un aprendizaje integral que agrupe las
dimensiones mental y social, además de la física. En suma en primer lugar esta
carta pretende que las naciones elaboren una política pública sana.
En segundo lugar se pretende motivar la creación de ambientes favorables para la
política pública sana, de esta empresa son protagonistas todos sea el gobierno,
los sectores sanitarios y otros sectores sociales y económicos y claro está que la
integran la familia, los grupos sociales y las comunidades; todos ellos es busca de
un objetivo en común el cual es que todos alcancen las satisfacción de sus
necesidades y de adaptarse satisfactoriamente al medio ambiente, sin padecer
un declive en su salud (busca promover el desarrollo de aptitudes personales). De
este modo también busca promover la acción comunitaria en la consecución de un
mismo objetivo.
Y por último busca promover la reorientación de los servicios sanitarios, que
actúan bajo la concepción de actuar cuando se manifiesta la enfermedad y no
realizan trabajo de prevención donde se le trasmita la información necesaria a las
personas para que sean ellos mismos lo constructores de su salud fortaleciendo
sus habilidades y promoviendo, a su vez, su desarrollo con lo cual puedan ejercer
los cambios en su entorno mejorando sus condiciones sociales, ambientales y
ecológicas.
ANALISIS ALAMA ATA.
La magnitud de los problemas sanitarios previstos en la Conferencia Internacional
sobre Atención Primaria en Salud 1977-78 fueron, y siguen siendo, una
problemática de orden mundial de gobiernos de países sobre todo en vías de
desarrollo. El reto de poder llevar el APS a todos los sectores sociales en el
mundo, sigue siendo hoy una meta a alcanzar.
Tanto gobiernos, políticas gubernamentales, Instituciones vinculadas a la salud, y
otros no comprenden aun la importancia de coadyuvar tareas en búsqueda del
desarrollo social tal y como lo propone la declaración de Alma Ata. Fruto de esa
ineficiencia, solo los privilegiados de las (potencias) pueden percibir un derecho
que todo ser humano tiene.
Gobiernos de turno afirman la necesidad por crear políticas que puedan generar el
acceso a la APS, sin embargo hoy luego de más de 30 años de la Conferencia en
Alma Ata el tema parece haberse convertido en una utopía permanente, que pasa
de mano en mano, entre los responsables gubernamentales y los sistemas
nacionales de salud,  sin ser planteado o discutido y menos resuelto. La crítica
parte no del mero supuesto de las deficiencias actuales, sino más bien del análisis
comparativo de lo que se planteó en aquel tiempo y las realidades político-
sanitarias de los países en temas de salud; esto sin tomar en cuenta elementos
que convergen y hacen cada vez más difícil de resolver la problemática de la salud
actual, caso particular el de Bolivia.
Cabe tomar en cuenta que muchos indicadores sociales nos han reflejado cierta
mejora en aquellos parámetros de prevención y promoción en salud en el caso de
Bolivia, claro a diferencia de años pasados, pero no lo suficiente como para
prescindir   de preocupaciones convirtiendo el tema de la salud en un tema acción 
aislada.
Son reales aun más, los datos estadísticos, epidemiológicos y de atención
primaria  los que reflejan las deficiencias conceptuales y de aplicación pre-
existentes, sobre todo en países en vías de desarrollo, caso particular Bolivia.
La asistencia sanitaria sigue siendo aun un proyecto en construcción, porque que
claramente no podemos ver (materializada) esa consigna de que la APS es un
proceso “permanente” de asistencia en salud.
Hoy varios sectores sociales, Instituciones y el gobierno de turno están ocupados
(entretenidos) en sus disputas políticas, dejando de lado un tema que incluye
necesariamente un impacto social.
La justicia social que quedo escrita en un vetusto papel, hoy es conceptualmente
un término meramente político y sujeto a la libre interpretación por parte de
quienes reclaman atributos sobre él,  control y administración por ejemplo; Un
discurso político que deja a merced de cualquier re-significación. Hablamos en
tanto de una justicia social que incumbe innegablemente aspectos de salud, un
correcto entendido  (bienestar físico, mental  y social) que debe por consecuencia
generar resultados en pro de un desarrollo social, incrementando así los niveles
de producción y empleo, con planes nacionales de desarrollo que incorporen,
tanto en el aérea urbana y rural, temáticas de salud, claro sin olvidar de una
distribución equitativa de ingresos al PIB per cápita, que favorece al desarrollo
económico local.
En nuestro país es necesario avizorar estos elementos que son importantes en la
vida social y comunal de los pueblos y sectores sociales. Por lo menos (ya) se
discute variables como; características geográficas, sociales culturales, políticas,
etc. que determinan intrínsecamente aspectos de asistencia sanitaria.
Por otra parte será necesaria la reconstrucción conceptual sobre el concepto
(salud) en las instituciones con carácter educativo y con necesaria extensión en
las familias y comunidades como política social y democrática que estimule la
participación de los individuos y población en general. Las estrategias nacionales
deben procurar la asimilación de estos principios y valores provistos en la
declaración de Alma Ata, los cuales no pierden vigencia. La falta de
sensibilización, y de la cual formamos parte todo el conjunto social, es la
inmunización de las personas, un claro ejemplo de que a pesar de la existencia de
medicamentos, no conformamos parte de una conciencia implícita de
autorresponsabilidad.
Enseguida se expone una crítica escéptica de los argumentos expuestos sobre el
desarme y logro de la paz mundial, expuesta en la declaración de Alma Ata. El
nuevo orden mundial no vislumbra en absoluto las “bondadosas” supresiones
armamentísticas o exterminios de poder consumado (ej. deuda externa), es más,
las grandes potencias quieren mantener su estado hegemónico y colocándose las
manos en los ojos para no ver la terrible realidad, ambiental, económica, política,
que contradictoriamente repercute en espacios necesariamente de carácter
sanitario.
Ni que decir sobre las brechas que dividen esta aldea (global); suministros de
alimentos, agua potable, servicios básicos, suministro de medicamentos
esenciales, que no son de interés de la política mundial, temas que
ineludiblemente deben seguir formando parte de las actividades  político-sociales
de nuestro país, capaces de promover  a que los individuos formen parte de un
desarrollo responsable en sus  comunidades y que tenga repercusión en el
desarrollo nacional.
La autodeterminación de la población a resolver sus propios problemas sigue
siendo parte de la utópica, pero necesaria,  idea de esta consigna global.
Finalmente vemos necesaria la generación de nuevos paradigmas en
comunicación para la promoción de la salud, los cuales puedan coadyuvar entre
las comunidades, y sectores sociales e implícitamente entre los niveles del
sistema sanitario nacional.

Resumen:
La estrategia de la atención primaria de salud (APS), que forma parte de la
Declaración de la Conferencia de Alma-Atá, celebrada en 1978, fue la respuesta
que el conjunto de naciones propuso como vía para alcanzar Salud Para Todos en
el año 2000. Cuatro años después de esa fecha se sigue defendiendo a la APS
como la estrategia necesaria para alcanzar tan elevado propósito. Se analizan
cómo la APS constituyó desde su formulación un concepto y un espacio para la
lucha ideológica, los diferentes significados e interpretaciones de esta, el papel
tergiversador de la propuesta de APS selectiva que promovieron organismos
internacionales como una alternativa a la propuesta de Alma-Atá, así como el rol
del Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y los procesos de ajuste
económico estructural impuesto a los países del tercer mundo en las últimas
décadas. Se señala la necesidad de continuar defendiendo e impulsando esta
estrategia en las circunstancias actuales.
Palabras clave: atención primaria de salud, atención primaria de salud integral,
atención primaria de salud selectiva, procesos de ajuste económico estructural,
sistemas de salud, primer nivel de atención.
Para lograr el ambicioso objetivo de Salud para Todos, las naciones del mundo
junto a la OMS, el UNICEF y las principales agencias financieras se
comprometieron a trabajar por la cobertura de las necesidades básicas de la
población con un planteamiento integral y progresista denominado APS.
La Conferencia de Alma-Atá definió la APS como la asistencia sanitaria esencial
basada en métodos y tecnología prácticos, científicamente fundados y socialmente
aceptables, puesta al alcance de todos los individuos y familias de la comunidad
mediante su plena participación y a un costo que la comunidad y el país puedan
soportar en todas y cada una de las etapas de su desarrollo con un espíritu de
autorresponsabilidad. La atención primaria forma parte integrante tanto del
sistema nacional de salud, del que constituye la función central y núcleo principal,
como del desarrollo social y económico global de la comunidad. Representa el
primer nivel de contacto de los individuos, la familia y la comunidad con el sistema
nacional de salud, y lleva lo más cerca posible la atención de salud al lugar donde
residen y trabajan las personas, y constituye el primer elemento de un proceso
permanente de asistencia sanitaria.

Muchas de las propuestas concretas que se hicieron en esa conferencia y que


integrarían los principios de la APS suscritos en Alma-Atá procedían de diferentes
experiencias de programas de salud basados en la comunidad (PSBC), no
gubernamentales, pequeños y poco conocidos, de Filipinas, América Latina y otros
países, de la experiencia de los médicos de pies descalzos en China, así como
también de los resultados obtenidos por sistemas de salud de naciones como
Cuba y otros países del tercer mundo que habían desarrollado, con determinado
éxito, programas sanitarios basados en la comunidad. La íntima conexión de
muchas de estas iniciativas con movimientos políticos reformistas y el hecho de
que la conferencia se celebrara en una nación donde se había establecido un
sistema de salud con una fuerte orientación social, explica en parte por qué los
conceptos subyacentes en la APS han recibido tanto críticas como elogios por su
carácter revolucionario.

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