Lo Que Jesus Enseño Sobre La Oración

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JESÚS era un hombre de oración.

Le gustaba buscar un lugar


solitario para esos momentos agradables de comunión con el Padre
(Marcos 6:46; Lucas 5:16). Algunas veces pasaba noches enteras
orando (Lucas 6:12). También le gustaba orar por los discípulos
(Juan 17:8, 9). Él oraba, incluso, por todos nosotros (Juan 17:20).

Las oraciones de Cristo y su hábito de comunicación con Dios


impresionaban a los discípulos. En cierta ocasión, ellos lo
encontraron concentrado, en oración. No pareciendo consciente de
la presencia de ellos, continúo orando en voz alta. El corazón de los
discípulos fue tocado profundamente.
Y aconteció que estaba Él orando en cierto lugar, y cuando terminó,
uno de sus discípulos le dijo: Señor, enséñanos a orar, como también
Juan enseñó a sus discípulos. Lucas 11:1

Los discípulos sentían la necesidad de orar. Entonces, Jesús les


enseñó sobre cómo deberían orar. Los instruyó a presentar sus
necesidades cotidianas a Dios y dejar sobre
él todas sus preocupaciones.

La seguridad que Jesús les dio, fue que sus oraciones serían
escuchadas. Esto mismo es también una realidad para nosotros hoy.
Y les dijo: Cuando oréis, decid: Padre nuestro que estás en el cielo;
santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en
el cielo, así también en la tierra. El pan nuestro de cada día, dánoslo
hoy. Y perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros
perdonamos a todos los que nos deben. Y no nos metas en tentación,
mas líbranos del mal. Lucas 11:2-4.

Correspondiendo al pedido, Cristo pronunció la "oración del Señor", tal


como la había dado en el Sermón del Monte (Mateo 6:9-13). Esa es una
oración modelo y presenta elementos que deben estar presentes en
todas nuestras oraciones. Debemos aproximarnos a Dios con acciones
de gracias, hablar de nuestras necesidades, confesar nuestros pecados
cometidos y rogar por misericordia, en armonía con su promesa.
Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las
sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres. De cierto os
digo: Ya tienen su recompensa. Mas tú, cuando ores, entra en tu alcoba, y cerrada tu puerta
ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto, te recompensará en
público. Y cuando ores, no uses vanas repeticiones, como hacen los gentiles, que piensan
que por su palabrería serán oídos. No seáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre
sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis. Mateo 6:5-8

La oración secreta sólo deber ser escuchada por Jesús. Debemos formar el hábito
de tener un lugar tranquilo para esos momentos de comunión. Al orar, debemos
abrir nuestro corazón Dios como a un amigo, hablando de nuestras victorias y
derrotas, pérdidas y ganancias, alegrías y tristezas. Recuerda que: Dios no es un
padre que desea escuchar solamente las buenas noticias de sus hijos, le importan
también tus problemas. El Señor desea que hablemos de todo lo que ocurre en
nuestra vida. La promesa de Jesús es: “tu Padre, que está en lo secreto, te
recompensará” (Mateo 6:18).
Y todo lo que pidieres en oración, creyendo, lo recibiréis.
Mateo 21:22.

Maravilloso saber que Dios desde su trono llega a escuchar el clamor


del oprimido. David y Daniel desarrollaron el hábito de orar tres
veces al día (Salmos 55:17; Daniel 6:10).

Ellos veían en cada dificultad un llamado a la oración. Y hoy


Nosotros debemos hacer lo mismo.

Hay ciertas condiciones sobre las cuales podemos esperar que Dios
escuche nuestras oraciones. Vamos a examinar algunas de ellas:
Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os
abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que
busca, halla; y al que llama, se le abrirá.
Mateo 7:7-8

Los que reconocen sus necesidades y anhelan por Dios, pueden estar
seguros de que sus oraciones serán contestadas.

El corazón tiene que estar abierto a la influencia del Espíritu; de lo


contrario la bendición de Dios no puede ser obtenida. Todos
necesitamos del cuidado de Dios, como un bebé necesita de la
atención y el cuidado de sus padres.
Por tanto os digo que todo lo que pidiereis orando,
creed que lo recibiréis, y os vendrá
Marcos 11:24

Jesús elogió a muchos que fueron curados por su fe (Lucas 18:42) y


criticó la falta de fe hasta en los mismos discípulos (Lucas 8:25).

Santiago enseñó que, cuando pedimos sin fe, seremos como las olas
del mar, impulsadas y agitadas por el viento (Santiago 1:6). De hecho,
la Biblia es clara cuando dice que “sin fe es imposible agradar a Dios”
(hebreos 11:6). Por esto, también debemos orar con fe.
Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en
vosotros, pediréis todo lo que quisiereis, y os será hecho.
Juan 15:7

Todas las dádivas son prometidas con la condición de la obediencia. El cielo


no acepta la oración del que desobedece (Proverbios 28:9).

Dios tiene un cielo lleno de bendiciones para aquellos que cooperan con él.
Todos lo que le son obedientes pueden pedir el cumplimiento de sus
promesas.

El apóstol Juan enseñó: “aquello que pedimos recibiremos, porque


guardamos sus mandamientos” (1 Juan 3:22).
Y cuando estuviereis orando, perdonad, si tuviereis algo contra
alguno, para que también vuestro Padre que está en el cielo os
perdone a vosotros vuestras ofensas. Porque si vosotros no
perdonáis, tampoco vuestro Padre que está en el cielo os
perdonará vuestras ofensas. Marcos 11:25-26

Jesús enseñó una oración modelo “Perdona nuestras faltas, como


también nosotros perdonamos a quienes nos ofenden” (Mateo 6:12).

Si esperamos que nuestras oraciones sean escuchadas, debemos


perdonar a los otros del mismo modo y en la misma medida que
esperamos ser perdonados.
Otra vez fue, y oró por segunda vez, diciendo: Padre mío, si no
puede pasar de mí esta copa sin que yo la beba, hágase tu voluntad.
Mateo 26:42

El apóstol Juan enseñó la siguiente verdad “Esta es la confianza que


tenemos al acercarnos a Dios: que, si pedimos conforme a su
voluntad, él nos oye” (1 Juan 5:14).

Somos tan falibles que, a veces, pedimos cosas que no serían una
bendición de Dios, aun así, él es tan bondadoso, que sólo atiende a lo
que sabe que es para nuestro beneficio.
Y les dijo también una parábola sobre que es necesario orar siempre, y no desmayar,
diciendo: Había un juez en una ciudad, el cual ni temía a Dios, ni respetaba a hombre.
Había también en aquella ciudad una viuda, la cual venía a él diciendo: Hazme justicia
de mi adversario. Y él no quiso por algún tiempo; pero después de esto dijo dentro de
sí: Aunque ni temo a Dios, ni tengo respeto a hombre, sin embargo, porque esta
viuda me es molesta, le haré justicia, no sea que viniendo, al fin me fastidie. Y dijo el
Señor: Oíd lo que dijo el juez injusto. ¿Y no cobrará Dios venganza por sus escogidos,
que claman a Él día y noche, aunque sea longánimo para con ellos?
Lucas 18:1-7

La perseverancia en la oración también es una condición para que la


misma sea escuchada.

Debemos orar siempre que queramos crecer en la fe y en la


experiencia. Pablo aconsejó: “perseverad en la oración, vigilando con
acciones de gracias” (Colosenses 4:2).
Y todo lo que pidiereis en mi nombre, esto haré; para que el
Padre sea glorificado en el Hijo.
Juan 14:13

Orar en el nombre de Jesús es más que simplemente mencionarlo al


comienzo y final de la oración.

Es orar según el sentimiento y el espíritu de Jesús, al mismo tiempo


que creemos en sus promesas y descansamos en su gracia. Cristo
mismo declaró: “Todo lo que pidieres en mi nombre, así lo haré, a fin
de que el Padre sea glorificado en el Hijo” (Juan 14:13).
Conclusión: "SI, NO, o ESPERA"

Dios tiene tres formas de responder nuestras oraciones: SI, NO, o ESPERA.

La respuesta siempre será SI, cuando todas las condiciones fueron tomadas en
cuenta y lo que pedimos es lo mejor para nosotros.

La respuesta será NO, cuando lo que pedimos no es lo mejor para nosotros.


Santiago escribió: “Y, cuando piden, no reciben porque piden con malas intenciones,
para satisfacer sus propias pasiones” (Santiago 4:3).

Dios es sabio, por eso jamás comete un error. Al mismo tiempo, por su infinito
amor, jamás dejará de bendecir a los que son sinceros.

La respuesta será ESPERA, cuando Dios desea probar nuestra fe o experimentar la


sinceridad de nuestro deseo. Talvez todavía no sea la hora de recibir lo que
pedimos, pero las bendiciones vendrán más adelante.
MINISTERIO

NO VIVAS ENGAÑADO
VIVE EN DIOS

ELABORADO POR:

ELVIS BRAVO BORDONAVE

Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para


testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.
Mateo 24:14
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