Tema 7
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Tema 7
Se conserva parcialmente. Fue construido con grandes bloques monolíticos de granito rosa
o rojo que procede de Asuán, en la primera catarata, que se trasladaron hasta Guiza. Estaba
cubierto por grandes losas enormes del mismo material sostenidas por unos pilares. Cuando el
templo comenzó a ser estudiado esas piedras habían caído hacia adentro y fueron retiradas por
seguridad. Había unos espacios a partir de los cuales había zonas abiertas que permitían el acceso
de luz.
El suelo de este templo del valle es de alabastro, piedra blanca grisácea veteada que
contrasta con los pilares de granito. La zona rehundida tenía colocadas las estatuas sedentes de
Kefrén de diorita (la mejor conservada se expone en el Museo Egipcio del Cairo). Todo ello debía
producir un enorme contraste cromático.
El templo queda al lado de la esfinge, que se ha deducido que es anterior al. No se sabe que
complejo funerario de Kefren, pues la calzada se desvía para evitarla. No se sabe a que monarca se
corresponde, aunque se la denomina la “esfinge de Kefrén”, tan solo por la proximidad al complejo.
MICERINOS
También deja restos, pero son bastante incompletos. Igual que Kefrén tiene sus estatuas sedentes,
las llamadas triadas de Micerinos estarían en relación a este templo. Se conocen hasta 8 grupos
escultóricos por lo que sabemos que es una pieza repetida, igual que las estatuas de Kefrén.
TEMPLOS SOLARES
En este momento surgen los llamados templos solares, de culto no ya al faraón, sino de
culto a Ra. Las pirámides de este periodo se reparten entre Abusir y Saqqara y en los restos de estos
templos vemos que el elemento de culto fundamental era la piedra “Benben”. Aquí en monarca
comienza a ser conocido con el epíteto de “hijo de Ra”, momento social donde se ve que el rey
queda muy supeditado a lo que es el clero del sol y que posiblemente a ello se debe esa reducción
en tamaño y categoría a lo que es la tumba real.
De estos templos el lugar de culto, pero aquí se han descubierto instalaciones que tienen
que ver con determinadas artesanías y otras actividades porque el templo tiene un significado
económico muy marcado. Además de ser un lugar de culto es un lugar donde se lleva a cabo una
importante actividad económica y de eso nos da información abundante los llamados “papiros de
Abusir”, del reinado de Niuserra. Son documentos que parecen una hoja de cálculo donde se van
anotando actividades económicas y cuantificando esa cantidad. Esto denota su significado
administrativo y económico de estos templos.
Espacio de culto, dependencias para diferentes actividades y hay una calzada o avenida que
levan siempre a una zona de embarcadero. Los templos del valle de los complejos piramidales
también tienen esa función: el punto de llegada de los restos mortales del rey que por un canal o el
propio río llegan hasta las inmediaciones del templo bajo. Hay unas dependencias asociadas que
están en relación con lo que es ese mundo acuático fluvial tan importante en el pensamiento
egipcio.
Un ejemplo sería el Templo solar de Abusir, V dinastía.
TEMPLOS FUNERARIOS AL OCCIDENTE DE TEBAS, MONTUHOTEP II (DEIR EL BAHARI)
Después se baja a un patio columnado y se dirige por un túnel hasta mucho más allá de la
sala hipóstila, terminando en una habitación excavada muy dentro del acantilado. Forrada con
granito, en su interior se encontró un sarcófago de granito y alabastro donde se debió situar un
ataúd de madera con el cuerpo del faraón. No se encontró ningún otro objeto, sólo dos modelos de
barco y cetros rotos.
Se han encontrado otros enterramientos a parte de este, las capillas de las reinas, las
esposas reales de Mentuhotep II, muy importantes porque en algunos casos la onomástica sugiere
nombres de procedencia Nubia. Sabemos que Mentuhotep II tuvo que hacer alianzas con Nubia
para atacar Heracleópolis y por ello daría lugar a tantas esposas de esa procedencia. No se sabe si
eran contemporáneas todas ellas o si se sucedieron en el tiempo. Los enterramientos de las
esposas reales son seis santuarios cúbicos de caliza y, tras de ellos, otros tantos pozos verticlaes con
una pequeña cámara funeraria al fondo, casi exactamente bajo el santuario. En estas tumbas se
encontraron dos magníficos sarcófagos de caliza
El templo tiene un enorme patio del que sale una grandísima calzada sin cubirr de cerca de
1.200 m. de longitud, y delimitada por muros laterales, que llevan al visitante desde el Nilo hasta la
tumba de Montuhotep. Cada nueve metros, una estatua del faraón adornaba el interior de la
calzada. Además de esta, van a aparecer otras dos avenidas descubiertas que también desembocan
en el río.
En las estancias conservadas hay iconografía donde aparece el rey tocado con la corona roja y
acompañado de distintas divinidades, Hathor entre ellas, en ese mundo de los dioses al que el rey
va a pertenecer a partir de ese momento de la muerte.
En otras escenas (inferior) se le ve con la tiara del alto Egipto. No en vano, este monarca ha
conseguido la unificación del Estado.
Incluso hay algún fragmento donde la escena es distinta y se nos presentan enemigos vencidos, con
tonalidad amarilla por lo que probablemente sean asiáticos vencidos.
Destaca la escultura hallada en Bab el Husan de Montuhotep con la corona roja.
La reina Hatshepsut construirá en Deir el Bahari su propio complejo funerario 500 años más tarde
siguiendo el esquema de Montuhotep II y añadiendo una nueva avenida. Esta reina sufrió, por
parte de su propio hijo, Thutmosis III, la damnatio memoriae; algunas zonas de su templo han
aparecido picadas. Sin embargo, se conserva decentemente debido a que fue cubierto por un
monasterio copto. Thutmosis III también colocará aquí su complejo funerario.
Llama la atención la construcción en adobe, que es templo y lugar de residencia y sacerdotes donde
también se lleva a cabo la administración del complejo funerario. Posee también la calzada, templo
bajo, etc. Lo mismo sirve para otras pirámides del periodo.
PIRÁMIDE DE HAWARA
Aquellos restos que corresponden a lo que Heródoto llama “el laberinto” correspondería al
templo alto. Es posible que confundiera Hawara con Kahun y cuando hablara de “el laberinto” se
refiriera a la ciudad. Cerca de un curso de agua. Templos muy parecidos al esquema del reino
antiguo salvo por la excepción de Mentuhotep II.
REINO NUEVO
COMPLEJO FUNERARIO DE LA REINA HATSHEPSUT (Deir el Bahari)
Una característica para todos los monarcas del Reino Nuevo, sobre todo en la dinastía XVIII,
es la disociación de la tumba y el templo. El templo de culto funerario al monarca, que está más
cerca de los dioses, pero no pertenece al panteón divino, van a ser los templos de los millones de
años.
En el caso de Hatshepsut, su tumba está en el Valle de los Reyes, debajo de la misma
montaña que parece que quiere conectarse con el templo, que se sitúa en Deir el Bahari. Los
templos por lo general en este momento se van a construir más allá de la zona inundable, pero en
el caso del templo de Hatshepsut no es así, pues aprovecha el farallón rocoso tras él, siendo por
tanto un hemiesfeo, es decir, excavado a mitad en la parte interna de la montaña. Está en buen
estado de conservación gracias a que estuvo cubierto por un monasterio de época copta, lo que
facilitó la preservación del monumento y de su estructura arquitectónica.
El templo de la reina (lám. 76) se articula de manera muy parecida al de Mentuhotep II,
aunque es más grande, con diferentes terrazas con pórticos escalonados, rampas para acceder a
ellas y el santuario en el interior de la montaña. Sin embargo, tiene a los lados unos pórticos muy
interesantes en los que encontramos iconografía. Tras la terraza superior accedemos al pequeño
santuario excavado en la roca de la montaña. Se construye además una capilla para Hathor.
Adosados a esos pórticos empezamos a ver grandes esculturas adosadas que muestran a
Hatshepsut y a su padre, Tutmosis I. Eran esculturas en posición osiríaca, con las coronas del alto y
bajo Egipto y policromadas, pero nos han llegado solo algunos detalles de esa policromía, aplicada
tras una capa de estuco, que es lo que mejor acoge después la pintura.
En la decoración de los pórticos, en bajo relieve, tenue, pero muy bien ejecutada, referida al
reinado de Hatshepsut y su eternidad en el más allá, con las representaciones del dios de la
eternidad Heh, que lleva una vara de madera en la cabeza, el medidor de años, en el que va
haciendo muescas.
También tenemos imágenes de Tutmosis III, su hijo y el monarca posterior. Este fue
coronado faraón siendo niño. La leyenda dice que Hatshepsut realmente tenía la regencia, pero en
un momento dado se coronó faraón, provocando el odio de su hijo y la futura damnatio memoriae
sobre su persona. Aparecen también representaciones con una divinidad hieracocéfala, Sokar (dios
funerario de Saqqara) Thutmosis III ofrece los vasos nu, de morfología esférica y utilizados para
servir el vino. El príncipe lleva el uraeus.
En esos relieves del templo de Deir el Bahari esta también la crónica representada en
dibujos de lo que fue una expedición comercial al país de Punt, que no se sabe exactamente donde
estaba. Se traen árboles de inciensos con las raíces y oro y otros productos muy estimados por los
egipcios en aquel momento. También hay representaciones de los puntianos y no son africanos,
sino que tienen rasgos asiáticos.
La reina aparece como varón, con la barba divina. En esos pórticos la policromía se ha
conservado muy bien.
En ese templo la reina nos presenta en su programa toda una justificación de su llegada al
trono. Coronarse ella, una dama, es algo difícil de digerir por las mentes egipcias, por lo que explica
en su iconografía, es que su madre es visitada por el dios Thot que le dice que va a ser madre por
que le va a visitar la divinidad y tendrá una hija que será el rey de Egipto. Entonces la reina es
visitada por Amon y queda embarazada por él. La niña que ha nacido es alimentada por siete vacas
hathores y ella mama la realeza. Otros monarcas, como Amenophis III en el templo de Luxor van a
representarse en iconografías similares a la anterior, pues también necesitan la justificación de su
poder. En el caso de Amenophis, su padre era Tutmosis IV y su madre una princesa de Mitani.
TUTMOSIS III
Después de Hatshepsut reina Tutmosis III, quien tiene un pequeño templo de culto en Deir
el Bahari porque su templo funerario esta también en la zona occidental de Tebas, pero alejado de
las tumbas. Este templo, que lo esta excavando una expedición dirigida por Miriam Seco, esta
excavando lo que se llama “el templo de millones de años”.
En el Reino Nuevo, a partir de Tutmosis III, se construyen templos para el culto del monarca
que se llaman así porque se supone que han de durar millones de años. Es un templo con una gran
cantidad de arquitectura de adobe y aparecen elementos de piedra que debieron intercalarse o
cubrir en algunas zonas el adobe.
Después de estos entramos ya en el esquema convencional de templo que perdura hasta el
final de la historia de Egipto. Llegamos a una forma del templo egipcio que cristalizará para la
posteridad.
Aparece una avenida de esfinges que desemboca en la entrada al templo. En la entrada se
observan unas enormes torres (los pilonos), que incluyen una escalera y ventanas detrás de los
estandartes, en los que se pondrían las banderas. Esas banderas, muy importantes en la definición
del templo, lo que indicarían con la bandera por el viento sería el jeroglífico ntr, lo que indica un
sitio sagrado al que poca gente puede acceder. Un patio porticado da acceso a la sala hipóstila, una
sala cubierta de columnas. El esquema se puede volver a repetir, según la dimensión del templo
hasta finalmente dar con el Sancta Sanctórum o la zona de capillas, en cuyo fondo veremos la
estatua de la divinidad a la que se dedica el templo. El suelo se va levantando conforme nos
adentramos y a la cubrición se hace más baja hasta llegar al sancta sanctórum. La cubrición
aterrazada plana está relacionada con las cosas y la climatología del lugar. Allí colocarían capillas
donde pondrían la imagen de la divinidad para que se beneficiara del poder del sol.
Como ya se ha mencionado, la entrada era muy restringida. El propio templo se rodeaba
mediante un muro que definía el themenos. A medida que vamos entrando hacia la zona más
sagrada, hay menor posibilidad de acceso. Probablemente, en el interior sólo podrían acceder los
altos estratos jerarquizados del clero y el faraón. El resto del pueblo sólo podría estar fuera y, en
caso de que se tuviera que anunciar algo, un sacerdote se subiría a las ventanas de los estandartes.
Después la sala más sagrada con diferentes estancias, una con un atlas con el reposadero de
la barca en la que se procesionaba la divinidad. En la parte mas interna tenemos el santa sanctorum
donde se recoge la estatua del dios, pero hay otras estancias que pueden estar incluso dedicadas a
otras divinidades. Suelo se va alzando y las terrazas decreciendo de modo que el lugar sagrado es la
zona mas pequeña. Además esas terrazas planas tienen uno: en la de los pilonos puede aparecer el
sacerdote para comunicar lo que dice el dios a los individuos que no tienen acceso al templo; en la
parte del santa sanctorum suele haber incluso una terraza construido para que se “recargue” de la
potencia del sol la estatua de la divinidad, que suben ahí en ocasiones para recibir la luz del sol.
TEMPLO DE MILLONES DE AÑOS DE AMENHOTEP III
Amenhotep III construye su templo funerario en una zona que en la actualidad está irrigada,
como se puede apreciar en la fotografía; en la Antigüedad, debió estar cerca de la zona inundable,
por lo que los restos han sido anegados por el barro. Actualmente está siendo excavada por los
alemanes.
Sirvió de cantera para el templo de Merenptah, en un momento en el que ya estaría
bastante deteriorado a causa de las aguas del Nilo. En él estaban los colosos de Memnón, que
representan a Amenhotep III. Están situados en un extremo del templo, por lo que recibían aquellas
personas que podían acceder al templo.
Estos templos de millones de años se adecúan al esquema del templo egipcio iniciado en el
Reino Nuevo.
TEMPLOS DE KARNAK
En la orilla este se establecen templos de culto a los dioses, sobre todo al dios Amón, si bien
encontramos otros dedicados a Mut (su esposa) y Knonsu (hijo). Esta era una zona en la que en la
Antigüedad había más agua. Se comunicaba con el río y el templo de Luxor mediante una avenida
de esfinges.
Surge en el Reino Nuevo, aunque presenta alguna estructura más antigua, pero es en el
Reino Medio cuando cobra importancia. Es en esa época cuando los faraones consiguen una serie
de victorias (sobre los hicsos y otros pueblos del próximo oriente asiático) gracias al dios Amón. En
consecuencia, van a dar parte del botín de guerra a los templos, produciéndose un
engrandecimiento del poder sacerdotal, que comienzan a intervenir en la política.
Este templo presenta varias fases constructivas, como se puede ver en la imagen. Destaca la
sala hipóstila iniciada por Seti I y terminada por Ramsés II. En ella encontramos columnas de gran
magnitud, decorada con figuras que son más grandes en la parte superior buscando que se
aprecien mejor.
TEMPLO DE LUXOR (lám 80)
El templo de Luxor se localizaba dentro de la ciudad, si bien en los últimos años se ha
quitado el caserío de alrededor. Cerca de él se emplaza la mezquita de Abu el Hagag, que reutilizó
alguna de las piedras del templo de Luxor.
Se observa una avenida de las esfinges que se encuadra en la época de Nectanebo (d. XXX),
probablemente construida sobre otra anterior. A la entrada del templo encontramos unas grandes
estatuas del faraón portando la doble corona, con los huecos para las banderas y un obelisco (el
otro estaría en la plaza de la Concordia en París), una manifestación solar, en cuya base se han
representado babuinos, unos animales que chillan cuando amanece, lo que sería otra invocación al
sol. La techumbre se ha conservado únicamente en la parte más profunda.
Se diferencian varios periodos de intervención.
La zona más antigua es la inferior, correspondiente a las construcciones llevadas a cabo por
Amenophis II. Allí aparecerían escenas de nacimiento al modo de Hatshepsut para reforzar y
justificar su posición en el trono, pues su madre es una princesa de Mitani.
Posteriormente, Amenophis III crea la sala hipóstila, el patio porticado y la columnata siguiente. En
esta zona, en la pared de la izquierda, encontramos unos relieves pertenecientes a la época del
reinado de Tutankamón y Horemheb, el último monarca de la dinastía XVIII.
Luego encontramos una construcción de Ramsés II, un patio con pilonos y obeliscos. Englobada en
este patio aparece una estructura tripartita, una capilla del reinado de Hatshepsut. Parece que
Ramsés II planea un cambio de orientación en el eje del templo con el fin de integrar la capilla en el
complejo.
TEMPLO DE ABU SIMBEL (lám. 81)
Templo en la zona de Nubia, muy al sur de Egipto. Es un templo construido en el interior de
la montaña, en cuya fachada de entrada se han colocado unos colosos del monarca que miran hacia
el interior del territorio nubio en posición de amenaza, de poderío de Egipto frente a esta área
sometida; los nubios de esta época vivían en las típicas chozas africanas, por lo que esta ingente
arquitectura debía de impactarles y tendría un sentido propagandístico.
La planta se configura mediante una sala de pilares, desde la que se abren unas salas alargadas que
dan a una sala de pilares y, luego, al santuario. En su parte más profunda aparecerían las imágenes
de Amón, Ptah, Horus y Ramsés II, que aparece representado como dios. Aparecen unos almacenes
que, en realidad, no se conoce su última función, aunque se cree que podrían guardar objetos de
culto.
En el lugar original donde se emplazó existía la peculiaridad de que el sol entraba e
iluminaba la cara del monarca en dos fechas concretas. Con la construcción de la presa de Asuán, se
hubo de trasladar. Aunque se intentó mantener este efecto, no es exactamente el mismo.