Del Sentido Iniciático en El Parsifal de Richard Wagner
Del Sentido Iniciático en El Parsifal de Richard Wagner
Del Sentido Iniciático en El Parsifal de Richard Wagner
WAGNER1
Introducción
El libreto Parsifal (1882) de Richard Wagner es un drama
con resonancias simbólicas universales de gran alcance
hermenéutico.
Nos interesa aquí destacar las palabras de Jacques Chailley
que, en su Opera Iniciática del Parsifal de Richard Wagner, nos dice
que en ningún momento Wagner se ha olvidado que estaba delante
de un drama simbólico con resonancias simbólicas universales y,
añadiríamos nosotros, de un drama arquetípico, esto es a-historico y
fundador de nuestra visión del mundo: “Querer explicar Parsifal sin
tener en cuenta este dato fundamental, es tan inútil como pretender
explicar la Flauta mágica ignorando su significación esotérica”
(Chailley, 1986: 27).
Dividiremos nuestro estudio en cuatro partes. En la primera
presentaremos el libreto del Parsifal de Richard Wagner; en la
segunda parte intentaremos, en la base de la mitocrítica de Gilbert
Durand, buscarán, analizar la naturaleza mítico-simbólica del texto
de Wagner que, a su vez, se ha inspirado en la versión literaria de
Parzival de Wolfram von Eischenbach escrita entre 1200 y 1207. A
continuación defenderemos que el sentido más profundo del libreto
wagneriano, mientras Bühnenweihfestpiel (representación dramática
y sagrada), debe ser buscado en la tradición iniciática estudiada por
Mircea Eliade, René Guénon, Pierre Gallais, entre otros. El último
punto será dedicado a la actualidad del sentido iniciático desvelado
en el ya referido libreto, visto que en una época desmitologizada,
como aquella en que vivimos, se impone retornar a las fuentes de la
Tradición identificada por nosotros con el mito en una perspectiva
remitologizadora.
Y yo, soy yo
¡Quien ha provocado toda esta desgracia!
Ay, tantos pecados
tantos crímenes cometidos
durante toda la eternidad
pesan sobre este pobre idiota (Wagner, 2013).
¡Así no!
Deja que el manantial sagrado
bañe a nuestro peregrino!
Creo que hoy aún le queda por hacer
otra sagrada hazaña,
y realizar el acto sagrado:
así que déjalo tal como está
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Edições Cosmos.
1
On the meaning of initiation in Richard Wagner’s Parsifal
Este trabajo está financiado por Fondos Nacionales Portugueses, a través de la FCT
–Fundação para a Ciência e a Tecnologia– en el ámbito del proyecto PEst-
OE/CED/UI16661/2011 del CIEd (Instituto de Educação da Universidade do Minho –
Braga – Portugal).
2
Doctor.
Universidade do Minho (Portugal).
Email: afaraujo@ie.uminho.pt
3
Doctorando.
Universidade do Minho (Portugal).
Email: jauribeiro@gmail.com
4
Recordamos que el eremita Gurnemanz es Trevrizent en el Parzival de Wolfram von
Eschenbach y Gornemant de Goort, el prud'homme, en la versión de Chrétien de
Troyes.
5
Note que Amfortas se escribe Enfertez en francés antiguo, palabra muy próxima de
otra Enfermetez que significa enfermedad.
6
Así, no nos extraña que Emma Jung y Marie-Louise von Franz destaquen que el rey
del Grial “incarne le principe de la conscience chrétienne dans sa confrontation avec
le problème de la physis et du mal. Tout se passe comme si la partie sombre dans la
divinité s'était abattue sur lui afin de l'éveiller à une conscience religieuse plus large.
Mais il n'est pas en mesure de résoudre le problème à l'aide des structures mentales
qui sont les siennes. C'est pourquoi il doit attendre un successeur qui le délivrera”
(Jung ; Franz, 1988: 166 y 239).
7
El mago o lo mágico se corresponde con la Primera carta del Tarot de la baraja de
Marsella, ya estudiada por Sallie Nichols, antigua alumna de Jung en el Instituto de
Zurik, en su obra Jung e o Tarô, Uma jornada arquetípica. Aquí, la autora describe así
la figura del Mago (Nichols, 1995: 59-60).
8
Sobre la importancia del simbolismo de la Lanza, véase Jacques Chailley, Parsifal
de Richard Wagner (Chailley, 1986: 25).
9
Parsifal desciende de José de Arimateia o de Nicodemos, por consiguiente está
íntimamente vinculado a la Vida de Cristo, lo que confirma la hipótesis de que el
héroe del Grial representa al hombre superior en el sentido religioso del término:
“Dans notre histoire, Perceval, à l'image des alchimistes, est également appelé à une
oeuvre spécifique de rédemption, ce qui, historiquement, le met en relation
mystérieuse et secrète avec le Christ” (Jung; Franz, 1988: 86 ss.; Hübner, 1990: 435-
437).
10
El mito del Grial es un objeto o copa misteriosa que asegura la vida y la
alimentación y que es guardada por un rey en un castillo, cuyo camino es inaccesible
a la mayoría, excepto a los elegidos, a los iniciados. El rey se encuentra gravemente
enfermo y todo su entorno se resiente de sus tormentos. El rey solo puede ser curado
por un distinguido caballero y, según lo que ve, realiza la pregunta exacta en el
momento justo. En el caso de que él no lo haga, todo permanecerá de la misma
manera, y el caballero deberá proseguir su camino. Si, por un feliz acaso, él volviera
de nuevo a encontrar el camino del Grial y, en esta ocasión, se formula la pregunta
exacta, entonces no solo el rey se recuperará de su mal, sino que, también todo el
país florecerá. Con ese gesto salvador, el caballero héroe se convertirá en el nuevo
guardián del Grial.
11
Además, fue en la Initiation Chevaleresque et Initiation Royale dans la Spiritualité
Chrétienne de Gérard de Sorval donde hemos encontrado un pertinente resumen
etimológico del Grial: “[El Grial] es un objeto milagroso que los impíos no pueden
mirar; lo llaman el ‘Grial’, declara Robert de Boron, porque nadie lo puede mirar ‘qu’il
ne li agrée’, quiere decir contra su voluntad. (...) De hecho se trata de una palabra
utilizada en varias regiones y que significaba ‘vaso, nave’. Se encuentra en los textos
latinos debajo de la forma gradale ou gradalis, y está encadenado a la misma raíz que
el griego Kratêr. (...) el Grial es para él [Chrétien de Troyes] un vaso en el cual se
lleva la hostia a un personaje misterioso y que debe asegurar su substancia y
prolongar su vida. No obstante, para Wolfram el Grial es otra cosa, él es una grande
piedra preciosa. Esta piedra tiene el nombre de lapsît exillis y tiene la virtud de
impedir la muerte de todo aquel que se encuentre en su presencia. O mejor aún, esta
piedra da la juventud a todos aquellos que se aproximen de ella y, tiene también esta
propiedad maravillosa de poder dar en el momento oportuno, a ciertas personas
privilegiadas, los alimentos y las bebidas que ellas deseen. (...) lapsît exillis sería una
deformación de lapis caelis ‘la piedra caída del Cielo’. Esta piedra de abundancia y de
fecundidad es también, en Wolfram, un símbolo de pureza y de castidad. (...) El Grial
es aún considerado por Wolfram como una suerte de intermediario de Dios en la
tierra: este hace conocer las voluntades divinas, distingue a los buenos de los malos,
a los cristianos de los paganos” (Sorval, 1985: 50; 73-74; Tonnelat, 1934: XVIII-XXI;
Durand, 1984: 290-292; Cazenave, 1996: 288; Campbell, 1992: 475; Jung; Franz,
1988: 91-92; Chailley, 1986: 23-25). Teniendo en cuenta los atributos pertinentemente
señalados por Gérard de Sorval, creemos que no está de más completarlos con las
propiedades simbólicas del Grial evidenciadas por Emma Jung y Marie-Louise von
Franz: “il [el Grial] dispense la nourriture terrestre à satiété et procure la consolation
spirituelle; il conserve la jeunesse et, généralement, prolonge la vie; dans un épisode
il guérit, pendant le combat, des chevaliers blessés; une grande clarté et un doux
parfum émanent de lui; il réjouit le cœur, et qui voit le Graal ne peut, ce jour-là,
commettre de péché; il distingue le bien du mal; il reste invisible aux non-baptisés; il
manifeste la volonté de Dieu par des signes qui apparaissent sur lui; seul peut le
trouver celui qui est choisi par le ciel et dont le nom apparaît sur le Graal; il ne permet
pas à son défenseur d'avoir d'autres amours que celles qu'il lui présente” (Jung ;
Franz, 1988: 121).
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Sin entrar en la discusión de saber si la eterna gota de sangre, presente en la punta
de la Santa Lanza, pertenece a Cristo o al propio Amfortas, la verdad es que nos
remite hacia la simbología de la sangre redentora, que nos recuerda no solo la
inmolación de Cristo sino también que es la única prueba humana de la divinidad de
Cristo después de su ascensión, evocadora de la identidad sangre, vida y alma (Jung;
Franz, 1988: 73).
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También Emma Jung y Marie-Louise von Franz creen que la imagen primordial del
Vaso se adecúa bien a la definición que Jung da de arquetipo, como podemos
deducir del siguiente pasaje: “L’image du vase correspond sans doute à un tel
‘pattern’, c’est-à-dire une potentialité inhérente à la psyché de découvrir ou de créer
un vase, et d’en déterminer l’usage” (Jung; Franz, 1988: 90).
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Sobre la importancia que la simbología de la Paloma desempeña en el Mito del
Grial, véanse los trabajos de Gilbert Durand (Durand, 1985) y de Sansonetti
(Sansonetti, 1985).
15
Cf. Chailley cuando hace la comparación entre un ritual masónico y su
correspondencia con Parsifal (Chailley, 1986: 196-210).