Teoría Del Fuego
Teoría Del Fuego
Teoría Del Fuego
Combustión en un mechero
Para saber cómo prevenir los incendios, cómo nos podemos proteger ante
ellos y cómo realizar su extinción, es imprescindible conocer qué factores son
necesarios para que se inicie un fuego y cómo se desarrollan.
Un fuego es una reacción química de combustión, una oxidación rápida de
una sustancia generando calor y luz (llamas) y que además puede generar
humo y gases cuando la reacción no es completa.
Re
acción de combustión del metano
TRIÁNGULO DEL FUEGO
Todo fuego necesita tres elementos indispensables para iniciarse, definimos
así el "triángulo del fuego":
Triángulo del fuego
- COMBUSTIBLE. Es la materia que se quema (se oxida). Por ejemplo: madera,
papel, alcohol, butano... Los fuegos se pueden clasificar según el combustible
que está ardiendo, puedes verlo en Clases de fuego.
- COMBURENTE. Es lo que reacciona (oxida) con el combustible generando la
combustión. Normalmente será el oxígeno presente en el aire (la
atmósfera terrestre contiene un 21% de oxígeno y casi todo lo demás es
nitrógeno), pero también puede ser un sólido como los que se usan en
pirotecnia para quemar la pólvora de un cohete (nitrato amónico por ejemplo)
o un líquido como el agua oxigenada.
En esta imagen de una fuga incendiada de propano puedes ver un ejemplo del
rango de inflamabilidad.
Hay una zona sin llama, justo a la salida del gas, donde no hay combustión
debido a que no le ha dado tiempo a mezclarse con el aire atmosférico.
Podríamos taponar la salida del gas con un dedo sin riesgo de quemarnos y así
extinguir el fuego. Aunque si funciona la llave de paso, esta sería la primera
opción en un caso real.
Solamente comienza a arder cuando llega a su límite inferior de inflamabilidad
y lo hace de forma incompleta, con llamas naranjas de difusión.
- CALOR. Este elemento del triángulo del fuego tiene dos componentes: la
temperatura del combustible y la energía mínima de ignición.
Para que haya llamas en un fuego siempre debe haber gases en concentración
suficiente para que la mezcla con el aire esté dentro del rango de
inflamabilidad. Por tanto los sólidos y los líquidos deben transformarse en gas
y eso se consigue con una temperatura adecuada. Para los sólidos orgánicos
se conoce como temperatura de pirólisis que es el proceso de
descomposición térmica y para los líquidos temperatura de inflamación.
Una vez dentro del rango es necesaria una energía para iniciar la reacción que
se conoce como energía mínima de ignición (EMI). Según el combustible,
esta será más o menos grande. Un gas como el butano solamente necesita la
energía de una chispa. Por eso las recomendaciones ante una fuga de gas de
no encender ni apagar luces, ni usar el móvil... Esta energía no sería necesaria
si la temperatura fuese tan elevada que se alcanzase la temperatura de
autoignición.
Controlar las fuentes de calor es el principal método de prevención de
incendios. A nivel industrial hay una normativa que se llama ATEX que hace
hincapié en este aspecto. En la tabla siguiente tienes las fuentes de ignición
que se evalúan en las empresas:
Fuentes de ignición que se estudian en las empresas para hacer las
evaluaciones de riesgo
A nivel doméstico, las estadísticas españolas, dicen que las principales causas
de incendio en vivienda son los aparatos generadores de calor (estufas,
braseros, chimeneas...), la electricidad (sobrecargas, cortocircuitos, falta de
mantenimiento, mal uso...) y los despistes con el fuego (velas, cigarrillos...). Si
te interesa tienes un artículo entero donde puedes ver los consejos de
prevención de incendios en vivienda.
TETRAEDRO DEL FUEGO
Carbonización lenta de
madera en horno de tierra
Alcohol ardiendo
Los líquidos deben evaporarse para poder arder. Por eso, si están en un
recipiente, arden solo en superficie y la llama estará flotando sobre él.
Algunos, como el alcohol de quemar, arden lentamente y se usan para cocinar
o en los mecheros de laboratorio. Según su temperatura de
inflamación o flash point (aquella a la que generan suficientes gases para
arder en presencia de una fuente de ignición) serán más o menos peligrosos.
Para el gasoil, por ejemplo, esta temperatura está entre 60ºC y 100ºC (según su
composición) y para la gasolina es de -39ºC (muy inflamable).
Aquellos líquidos que a temperatura ambiente (se toma un valor de 23ºC para
la clasificación) ya están preparados para arder (ya que su temperatura de
inflamación es menor), se consideran más peligrosos que el resto.
Los gases inflamables ya se encuentran listos para arder y con una mínima
energía la combustión comienza. Por eso, si tenemos un escape confinado en
la cocina (butano o propano normalmente), la mezcla con el oxígeno entra
dentro del rango de inflamabilidad y encuentra un punto de energía suficiente,
todo el gas arde a la vez produciendo una explosión. Aprende qué debes
hacer ante una fuga de gas en vivienda.
El tipo de fuego
La velocidad necesaria de actuación
La magnitud del riesgo
La ubicación de los factores de riesgo
El daño que pueda causar el posible agente extintor en las
instalaciones
El coste del equipo de extinción
De agua
De espuma
De polvo
De anhídrido carbónico (dióxido de carbono)
De hidrocarburos halogenados (halones)
Específico para fuego de metales
XXX Excelente, XX Bueno, X Aceptable
Espacios en blanco, No aceptable
Extintores portátiles
Hidrantes
Los expertos lo saben mejor que nadie, pero probablemente esta información te ayude a
saber cómo podemos afrontar los primeros indicios de un incendio.
Para que un incendio se inicie o se mantenga activo hace falta que coexistan cuatro factores:
Combustible, Comburente (aire), Energía y Reacción en Cadena (radicales libres). Si se
elimina o disminuye uno de estos factores, el fuego se extinguirá. Según el factor que se
pretenda eliminar o disminuir a la hora de apagar el fuego el procedimiento o método de
extinción es:
El fuego necesita para su mantenimiento de nuevo combustible que alimente las llamas. Si el
combustible es eliminado de las proximidades de la zona donde está el incendio, éste se
extingue al carecer de la sustancia que lo alimenta.
Este método es el ideal para la extinción de incendios de gases ya que si puedes cortar el
suministro de gas se apagará el fuego. Debes conocer todas las válvulas que hay para poder
localizarlas rápidamente y cerrar la más cercana a la fuga.
También se usa en los incendios forestales, a través de cortafuegos o zonas sin vegetación
que evitan que el fuego pueda propagarse.
Enfriamiento
Inhibición
B.1. Productos de la combustión Cuando se produce una reacción química exotérmica, con la
suficiente velocidad de reacción para que la podamos identificar como un incendio o un fuego, se
establece una ecuación de unos elementos iniciales que reaccionan y cambian sus características
químicas para dar lugar a unos productos, o elementos diferentes de aquellos que reaccionan
inicialmente. Ninguno de los elementos iniciales se destruye, sino que todos son transformados en
mayor o menor medida. Aun cuando se encuentren dispersos, los productos de la combustión son
iguales en peso y volumen a aquellas del combustible de la combustión. En definitiva, se puede
decir que se cumple aquel famoso principio de la ciencia que asevera que "la materia ni se crea ni
se destruye, tan sólo se transforma. Cuando un material combustible se quema, se generan ciertos
productos. Son los productos de la combustión. Y de forma general se clasifican dentro de cuatro
grupos diferentes, a saber :[1] [5] • Humo • Llama • Calor • Gases. Productos volátiles de la
combustión. Cada uno de estos grupos incide de forma importante tanto en la evolución de la
reacción como en los efectos e interacciones con el organismo humano al que afecten en su
progresión por el espacio anexo a su origen. B.1.1. Humo Está compuesto por partículas sólidas y
líquidas en suspensión en el aire. Con tamaños comprendidos entre 0.005 y 0.01 milimicras. Tiene
efectos irritantes sobre las mucosas. Provoca el lagrimeo de los ojos dificultando la visión. A su vez
evita el paso de la luz, complicando las tareas de extinción y salvamento, así como de evacuación
de las personas afectadas. E incluso puede llegar a ser inflamable y/o explosivo cuando se den las
condiciones adecuadas. [1] El humo constituye prácticamente el primer factor de riesgo en el
desarrollo de un incendio, antes de poderse sentir un efecto de incremento de la temperatura. En
igualdad de Pág. 4 Anexos condiciones, unos materiales emiten más humo que otros. Los líquidos
inflamables emiten, por lo general, un denso humo negro. Es muy difícil aventurar que por el color
del humo se pueda saber lo que está ardiendo, ya que la percepción luminosa depende de muchos
factores externos, ajenos al proceso de combustión. En términos generales se puede decir
orientativamente:[5] - HUMOS BLANCOS: Combustión de productos vegetales, forrajes, piensos,
etc... - HUMOS AMARILLOS: Sustancias químicas que contienen azufre, combustibles que
contienen ácido clorhídrico y nítrico. - HUMOS GRISES: Compuestos celulósicos, fibras artificiales,
etc... - HUMO NEGRO CLARO: Caucho. - HUMO NEGRO OSCURO: Petróleo, fibras acrílicas,...
Igualmente, el humo irá mezclado con gases tóxicos que modificarán su color. Siempre a título
orientativo, podemos utilizar la siguiente regla: - HUMO BLANCO. Arde libremente. - HUMO
NEGRO. Falta de oxígeno. B.1.2. Llama Es un gas incandescente cuya temperatura es variable,
dependiendo de factores como el tipo de combustible y la concentración de comburente. En la
mayoría de los incendios se producen llamas, aunque hay excepciones, por ejemplo la combustión
del "coque". Ardan combustibles en cualquier estado gaseoso en que se encuentren, las llamas se
producen siempre en la fase gaseosa. Y siempre, los combustibles en estado líquido y gaseoso
desprenden llamas. En el caso de los sólidos, no se puede asegurar esto de forma tajante. Cuando
un gas en combustión se combina con la adecuada cantidad de oxigeno, la llama se hace más
caliente y menos luminosa. Fundamentalmente provoca reacciones de histeria y nerviosismo en
las víctimas. Y en ocasiones puede producir deslumbramientos impidiendo igual que el humo la
correcta percepción del entorno del fuego. Dinámica de fluidos computacional aplicada a la
simulación de un sistema de extinción de incendios en una sala de ordenadores Pág. 5 El factor
tiempo es también de gran importancia ya que no disponemos de mucho en cuanto vemos las
llamas, el desarrollo del incendio puede ser cuestión de segundos. B.1.3. Calor Los incendios son
reacciones químicas exotérmicas. El calor es una forma de energía difícil de medir directamente.
Es preciso tener en cuenta que el calor va a elevar la temperatura de los gases que se desprenden
de la combustión y estos si los respiramos nos van a quemar nuestras vías respiratorias y su efecto
es muy difícil de subsanar.[5] La temperatura corporal se mantiene dentro de unos márgenes
gracias al sistema termorregulador, que ejerce un equilibrio entre el calor que sufre el cuerpo y el
que logra disipar gracias a la sudoración. Ante situaciones extremas se puede ver desbordado el
sistema termorregulador llegando a sobrevenir el golpe de calor. Provoca un cuadro de estrés
térmico, físico y psíquico tal que puede sobrevenir la muerte. En un incendio la temperatura
ambiental puede oscilar entre 200 y 600 º C o incluso más. En recintos cerrados se estratifica
normalmente de arriba hacia abajo, con un gradiente ascendente según se aumenta de cota. Uno
de los riesgos que padecemos en los incendios es el estrés térmico. Las personas no variamos
nuestra temperatura a la vez que varían las temperaturas ambientales. Necesitamos mantener
nuestra temperatura en un margen estrecho de temperaturas. A su vez, en los incendios,
recibimos calor desde el fuego. Ese exceso de calor lo regulamos a través, principalmente del
sudor (evaporación). En los casos en que los aportes de calor son mayores que las pérdidas se
producen acumulaciones de calor en el cuerpo y por tanto un exceso de temperatura corporal.
Este aumento puede provocar importantes daños en nuestro organismo, tantos que según los
casos pueden resultar mortales. Es el golpe de calor. Una guía orientativa práctica sobre la relación
de la temperatura ambiente y sus efectos en el organismo se puede reducir así : - 38º C.....Peligro
de abatimiento, desmayo o choque térmico. - 43º C.....No se puede mant Pág. 6 Anexos Otro
riesgo importante son las quemaduras. Estas dependen tanto del grado de temperatura como del
tiempo de exposición. De lo que se desprende que no existe un nivel calórico absoluto al cual
ocurran las quemaduras. Cuando se valora la gravedad de una quemadura, la forma en que ocurre
no es tan importante como la "extensión" y "profundidad" de la herida. La "extensión de una
quemadura" se refiere al porcentaje de superficie corporal afectada o dañada. Uno de los métodos
más habituales de estimación de la superficie corporal quemada en adultos, es la "Regla de los
Nueves" que asigna un porcentaje de 9% ó 18% a cada una de las zonas corporales (cabeza y cada
brazo 9%, tronco anterior, tronco posterior y cada pierna 18%). En los niños se estima que la
superficie de la palma de la mano del niño es un 1% y en función a esto e calcula "cuántas palmas
de mano hacen falta para cubrir el área quemada". La "profundidad de una quemadura" se refiere
al espesor de la piel, hasta el cual ha penetrado la quemadura. La piel humana tiene dos capas; la
epidermis y la dermis que están sobre el tejido subcutáneo. Las quemaduras que destruyen la
epidermis y la capa superior de la dermis se consideran superficiales, o "quemaduras de grosor
parcial" y generalmente tienen apariencia rojiza. Estas se llaman quemaduras de 1er Grado. Figura
1: Extensión de una quemadura sobre el cuerpo humano [3] Las quemaduras de grosor parcial
intermedio destruyen la epidermis y la mitad de la dermis. Estas quemaduras se caracterizan
frecuentemente porque ampollan. Las heridas de grosor parcial profundo se extienden por la
parte baja de la dermis. Estas quemaduras frecuentemente tienen una apariencia blanca jaspeada.
Las heridas de grosor parcial profundo y las de grosor parcial intermedio se consideran
generalmente quemaduras de 2º Grado. Dinámica de fluidos computacional aplicada a la
simulación de un sistema de extinción de incendios en una sala de ordenadores Pág. 7 Las
quemaduras de grosor total se extienden a través de toda la dermis y pueden afectar a las
estructuras inferiores como la grasa, el músculo o el hueso. Estas heridas frecuentemente tienen
apariencia de cuero seco, con los bordes deprimidos con respecto a la zona no quemada. Estas se
consideran quemaduras de 3er Grado y pueden ser de riesgo para la vida, dependiendo de la
extensión y de la zona a la que afecten. Incluso cuando se elimina la fuente que ha producido la
quemadura, el calor de la quemadura puede seguir alimentándose a sí mismo, profundizando en la
piel. Asociados a todos estos casos deberemos tener en cuenta la deshidratación, el déficit salino,
etc… Los materiales desprenden diferente cantidad de calor en su combustión. Se denomina poder
calorífico a la cantidad de calor emitida por un combustible por unidad de masa. El calor se puede
transmitir por una, dos o hasta cuatro formas o métodos diferentes y simultáneos. B.1.4. Gases En
todas las combustiones gran parte de los elementos que constituyen el combustible forman
compuestos gaseosos al arder. La gama y cantidad de gases que se producen en los incendios
depende de los materiales presentes en la combustión. Suele ser el problema principal el total
desconocimiento de las constantes y reacciones que se están produciendo en el siniestro. Estos
gases pueden ser, en parte, tóxicos y producir en las personas que lo respiran incapacidades
físicas, pérdida de coordinación, los desorientación, envenenamientos e incluso la muerte. Más del
80 % de las víctimas de incendios mueren por efecto de los gases. Produce por tanto más muertos
que las otras tres juntas. Los niveles de tolerancia para el organismo humano, de los distintos
contaminantes, se hallan recogidos en la normativa vigente sobre Seguridad y Salud. Los gases
tóxicos se suelen dividir en 3 tipos : asfixiantes, irritantes y tóxicos. La gravedad de los efectos
depende de la dosis absorbida, de las condiciones fisiológicas de la persona afectada, etc [6] La
mayor o menor concentración de un determinado tipo de gas depende del tipo de combustible y
de la cantidad de oxigeno disponible para la combustión y la temperatura. En todos los casos
deberemos tener en cuenta que puede existir una insuficiencia de oxigeno. La insuficiencia de
oxigeno en el aire nos puede llevar a la asfixia. Dependiendo de la proporción de oxigeno presente
en la atmósfera los síntomas o efectos sobre el organismo varían: Pág. 8 Anexos - 21%.......(Nivel
de oxigeno en la atmósfera normal). Ausencia de síntomas. - 17%.......Disminuye el volumen
respiratorio, disminución de la coordinación muscular, aumento el esfuerzo para pensar. -
12%.......Se corta la respiración, desvanecimiento y mareo. Aumenta la Frecuencia Cardiaca,
pérdida de coordinación muscular. - 10-12%..Nauseas y vómitos, parálisis. - 6- 8 %..Colapso. - <
6%.... Muerte en 6-8 minutos. [2][4] B.1.4.1. Monóxido de carbono. CO La mayoría de las muertes
en los incendios se producen por envenenamiento con CO, más que por cualquier otro producto
tóxico de la combustión. Es un gas incoloro, inodoro e insípido. Aparece prácticamente en todos
los fuegos. Se desprende de todos los combustibles orgánicos. Una baja concentración de oxígeno
en el ambiente de la combustión y una mala aireación favorecen la aparición de mayores
concentraciones de CO. Son las combustiones incompletas del carbono las causantes del
desprendimiento de CO. El CO se combina con la hemoglobina de la sangre. Con una mayor avidez
que el oxigeno. Por lo tanto desplaza a éste y lo suplanta. Haciendo llegar a las células en vez de
O2 el monóxido, provocando una rápida hipoxia del cerebro y de los tejidos que desencadenan en
la muerte si no se suministra rápidamente oxigeno al afectado. Una persona que permaneciera
realizando un ejercicio moderado (andar), en una atmósfera con tan sólo un 0.05 % de monóxido
de carbono, padecería síntomas graves al cabo de una hora y media, ya que la concentración de
carboxihemoglobina en su sangre alcanzaría el valor del 40 %. Un 0,1% de monóxido de carbono
en el aire puede producir la muerte, en las mismas circunstancias, en tres horas. La exposición al
monóxido no es acumulativa, sin embargo, el cuerpo necesita de algún tiempo para ir liberándolo.
[2] Dinámica de fluidos computacional aplicada a la simulación de un sistema de extinción de
incendios en una sala de ordenadores Pág. 9 B.1.4.2. Dióxido de carbono. CO2. Se desprende en
combustibles orgánicos cuando la combustión se realiza en ambientes aireados (combustión
completa). Es un gas asfixiante. Ignífugo, inodoro e incoloro. Los fuegos que se generan al aire
libre, en general, presentan mayores concentraciones de CO2 que de CO. Al aumentar la
concentración de anhídrido carbónico, aumenta el ritmo respiratorio, y con ello la inhalación de
otros gases tóxicos. Es narcótico, provocando jaquecas, somnolencia, confusiones, pudiendo llegar
al coma profundo y la muerte al alcanzar concentraciones de 8% B.1.4.3. Cianuro de hidrógeno.
CHN. Es resultante de la combustión de sustancias que contienen nitrógeno, como por ejemplo el
nylon, plásticos y fibras naturales, caucho, papel, etc... Es un gas incoloro pero tiene un olor débil
similar al de las almendras amargas. Interfiere en la respiaración a nivel de las células y de los
tejidos, a diferencia del CO. Deja inoperativas determinadas enzimas esenciales para el
funcionamiento de las células. El tratamiento a las víctimas es el mismo que a las del monóxido de
carbono. Administración inmediata de oxigeno. B.1.4.4. Cloruro de carbonilo. COC12. Fosgeno. Se
produce por el contacto de las llamas sobre los productos clorados (PVC), aislamientos de cables
de instalaciones eléctricas, materiales refrigerantes como el freón, etc... . Es muy tóxico. Es un gas
incoloro, insípido y con un olor a heno húmedo. Este olor es perceptible en valores de 6 ppm. El
principal efecto del fosgeno se da en los pulmones: cuando se inhala se convierte en cloruro de
hidrógeno al alcanzar los espacios alveolares y después en ácido clorhídrico y monóxido de
carbono cuando se pone en contacto con los pulmones. En definitiva es el clorhídrico que
combinado con la humedad provoca un edema pulmonar, que limita el intercambio de oxígeno en
los pulmones. En una intervención se puede absorber una dosis letal sin que se noten efectos ni
sin que el organismo tenga tiempo de reaccionar. [5] Pág. 10 Anexos El fosgeno también se
absorbe por la piel, sobre todo en altas concentraciones. Tratamiento genérico de lavar sobre todo
ojos y piel que haya estado en contacto con el gas con abundante agua y suministrar respiración
asistida en los casos más graves. B.1.4.5. Sulfuro de hidrogeno. SH2 Se produce en la combustión
incompleta de las materias orgánicas que contienen azufre (cauchos, neumáticos, lanas ... ).
También se encuentra a menudo en cloacas, plantas de tratamiento de residuos, debido a la
descomposición de las materias orgánicas. Es un gas incoloro y tiene un fuerte olor a huevos
podridos. La exposición a altas concentraciones de CHN puede provocar fallos respiratorios e
incluso la muerte. El tratamiento general es aplicar agua sobre los vertidos sobre piel y ojos y
suministrar respiración artificial en los casos más graves. B.1.4.6. Anhídrido sulfuroso. SO2 Se
produce por la oxidación completa de las materias orgánicas que contienen azufre, se delata
inmediatamente al ser irritante para los ojos y el sistema respiratorio. Es un gas incoloro. Cuando
se combina con la humedad del tracto respiratorio se convierte en corrosivo, causando edemas a
determinadas concentraciones. La exposición a concentraciones de un 0,05% se consideran
peligrosas incluso durante períodos breves. El tratamiento habitual es el general para todos los
gases tóxicos. B.1.4.7. Amoniaco Se desprende cuando arden combustibles que contienen
nitrógeno: lana, seda, algunos polímeros,... Olor insoportable y acre. Tiene efectos irritantes para
ojos y nariz. Largas permanencias en concentraciones altas provocan desde lesiones en la córnea
hasta complicaciones pulmonares. Dinámica de fluidos computacional aplicada a la simulación de
un sistema de extinción de incendios en una sala de ordenadores Pág. 11 B.1.4.8. Dióxido de
nitrógeno. NO2 Aparece en la combustión de nitrato de celulosa, nitrato amónico,... y cuando el
ácido nítrico entra en contacto con otros materiales (madera, metales,...). Provoca efectos
similares al anhídrido sulfuroso. Se identifica por su color marrón rojizo y es altamente tóxico,
pudiendo aparecer sus efectos incluso bastante tiempo después de haberlo respirado. B.1.4.9.
Acroleína Se produce en la combustión de productos petrolíferos (aceites lubricantes, grasas,
asfaltos,...) y puede aparecer en fuegos de materiales comunes tales como la madera y el papel. Es
altamente tóxico y mortal a determinadas concentraciones. [2][4]
USO Y MANEJO DE EXTINTORES PORTATILES Los extintores cumplen un papel de gran importancia
en el plan de protección contra incendios de un centro de trabajo. De ellos dependen en gran
medida los daños que se puedan ocasionar en el lugar en el que se produzca el incendio, por ello
es importante que estos se adecúen a los agentes a extinguir (combustibles sólidos, líquidos,
metales especiales, etc.), estén ubicados y señalizados de manera correcta y que los trabajadores
conozcan la manera de utilizarlos en caso necesario. Se entiende por extintores portátiles aquellos
que tienen un peso de 20 Kg o inferior, si sobrepasara esta masa irán acompañados de un medio
de transporte sobre ruedas. En este tríptico solo nos centraremos en los extintores portátiles. Lo
primero que hay que tener en cuenta es el tipo de extintor que vamos a utilizar, y esto dependerá
de la clase de fuego que se pueda crear en el centro de trabajo considerando los materiales de
construcción, materiales que se encuentran, etc. Para ello se tiene en cuenta lo expuesto en el
reglamento de instalaciones de protección contra incendios (R.D. 1942/1993. BOE 14.12.1993)
(Tabla 1). Tabla 1. Agentes extintores y su adecuación a las distintas clases de fuego según el
Reglamento de instalaciones de protección contra incendios. (R.D. 1942/1993. BOE 14.12.1993)
AGENTE CLASE DE FUEGO EXTINTOR A (Solidos) B (Líquidos) C (Gases) D (Metales especiales) Agua
OOO (2) O pulverizada Agua a chorro OO (2) Polvo BC OOO OO (convencional) Polvo ABC OO OO
OO (polivalente) Polvo OO especifico metales Espuma física OO (2) OO Anhídrido O (1) O
carbónico Hidrocarburos O (1) OO halogenados Siendo: OOO Muy adecuado/ OO Adecuado/ O
Aceptable (1) En fuegos poco profundos (inferiores a 5 mm) puede asignarse OO. (2) En presencia
de corriente eléctrica, no son aceptables como agentes extintores el agua a chorro ni la espuma; el
resto de los agentes extintores podrán utilizarse en aquellos extintores que superen el ensayo
dieléctrico normalizado en UNE-23.110. En general se distinguen dos tipos de extintores portátiles,
los de presión permanente y los de presión no permanente. - Extintores de presión permanente:
a) El agente extintor proporciona su propia presión de impulsión, como los de anhídrido carbónico.
b) El agente extintor se encuentra en fase liquida y gaseosa, tal como los hidrocarburos
halogenados y su presión de impulsión se consigue por su propia tensión de vapor con otro gas
propelente. c) El agente extintor es líquido o sólido pulverulento y su presión de impulsión se
consigue con un gas propelente inerte. Estos extintores se reconocen porque en su parte superior
se encuentra un manómetro indicador de la presión del gas impulsor. - Extintores de presión no
permanente: en éstos el agente extintor es líquido o pulverulento y están sometidos a la presión
atmosférica. El agente impulsor suele ser un gas inerte contenido en un botellín instalado dentro o
fuera del extintor. Normas de utilización de un extintor portátil 1. Descolgar el extintor cogiéndolo
por la maneta o asa fija y dejarlo en el suelo en posición vertical. 2. Si el extintor posee manguera,
cogerla por la boquilla para evitar la salida incontrolada del agente extintor. 3. Quitar el pasador
de seguridad tirando de su anilla. 4. Acercarse al fuego dejando como mínimo un metro de
distancia hacia él. En caso de espacios abiertos acercarse en la dirección del viento. 5. Apretar la
maneta y, en caso de que exista (extintores de presión no permanente), apretar la palanca de
accionamiento de la boquilla. Realizar una pequeña descarga de comprobación. 6. Dirigir el chorro
a la base de las llamas. 7. En el caso de incendios de líquidos proyectar superficialmente el agente
extintor efectuando un barrido horizontal y evitando que la propia presión de impulsión pueda
provocar el derrame incontrolado del producto en combustión. Avanzar gradualmente desde los
extremos.
El
tipo de manguera y difusor que utilizamos hoy en día para los extintores
portátiles puede variar en función de como se haya llevado a cabo el
diseño del mismo. Aunque cada fabricante utiliza un tipo de manguera
distinto para cada clasificación de fuego,lo que tenemos que tener claro
es que se deben de cumplir una serie de requisitos que vienen
establecidos en la norma EN 3-7 y que detallamos a continuación:
- Sistema de presurización. Es el medio utilizado para conseguir que el agente extintor pueda ser
proyectado.
- Elementos de disparo. Permiten iniciar, dirigir y cortar la proyección del agente extintor.
Distinguimos:
· Manetas. Hay dos manetas, la de abajo que es fija y la de arriba que es la de accionamiento.
· Manguera. Es un tubo semirrígido por el que circula el agente extintor hacia el exterior.
· Boquilla. Es la parte situada en el extremo de la manguera (o directamente unido al extintor en
los extintores que carecen de manguera). Dependiendo del tipo de agente extintor se utilizan
diferentes boquillas, con el objetivo de facilitar su dispersión y potenciar su poder de
penetración en el fuego al que van dirigidos.
- Portátiles. Son extintores concebidos para ser transportados y utilizados a mano, es por ello que
su peso máximo será de 20 kgs. en condiciones de funcionamiento. Estos son los extintores más
comunes y conocidos.
- Móviles. Tienen un peso superior a 20 kgs. y disponen de ruedas para poder ser trasladados por
una persona.
- Fijos. Forman parte de la estructura de un edificio, generalmente para su accionamiento
automático sobre un elemento de riesgo. Se complementan con los sistemas de detección
automática.
- Extintores de presión permanente. Son aquellos en los que el cuerpo del extintor está
permanentemente presurizado, distinguimos dos tipos:
· de presión propia, el propio agente extintor está a suficiente presión para poder impulsarse, es
decir, es a la vez agente impulsor. Estos son los extintores de CO2, que carecen por este motivo
de manómetro, el CO2 sale al exterior con una presión de alrededor 150 kg/cm2.
· de presión incorporada, son extintores que utilizan un agente extintor
incapaz de impulsarse por sí mismo, y cuya presión de impulsión se consigue con la ayuda de un
gas impulsor, que es incorporado al cuerpo del extintor durante la fabricación o recarga del
mismo. El gas impulsor suele ser nitrógeno seco o incluso aire comprimido, estos extintores
pueden ser de agua o de polvo químico, que deben poseer manómetro, cuya presión estará en
torno a los 15-20 kg/cm2. El gas impulsor se encuentra, en estado gaseoso, en la parte superior
del recipiente, por lo que hay que tener la precaución de utilizarlo en posición vertical, ya que si
se invierte quedaría inutilizado.
- Extintores de presión no permanente, o de presión adosada. Son extintores en los que el agente
extintor no se encuentra presurizado, sino que se procede a su presurización en el momento
previo a su utilización. El gas impulsor está contenido en un botellín, que podrá estar alojado en
el interior del recipiente (presión adosada interior) o en el exterior (presión adosada externa).
Estos extintores pueden ser de agua o polvo químico, y no necesitan manómetro.
2.3. SEGÚN EL AGENTE EXTINTOR.
Los agentes extintores más utilizados en los extintores son:
- Agua.
- Polvo químico.
- CO2.
- Extintores de agua.
Este tipo de extintor utiliza como agente extintor el agua con una serie de aditivos (humectantes,
retardantes y espumantes). Extinguen por enfriamiento, absorbiendo el calor del fuego para
evaporarse, es más eficaz cuanto más pulverizada se aplique el agua.
Sirven para extinguir fuegos de tipo A. También pueden utilizarse para fuegos de tipo B, siempre
que el agua se proyecte pulverizada, aunque no son los más adecuados para este tipo de fuego.
Nunca deben ser utilizados en fuegos con presencia de corriente eléctrica, debido al peligro de
electrocución.
- Extintores de CO2.
Utilizan como agente extintor el dióxido de carbono. Se utilizan para extinguir, por sofocación,
fuegos de tipo A y B.
El CO2 se almacena en el interior del extintor, en estado líquido, comprimido a alta presión,
suficiente para auto-impulsarse al exterior. Al proyectarse y pasar a estar a presión atmosférica
experimenta una expansión, formando nieve carbónica, y enfriando el medio circundante a una
temperatura de – 78 ºC. Por ello se deben extremar las precauciones de uso, debido a que su
proyección sobre la piel puede dar lugar a quemaduras por congelación, por este motivo estos
extintores tienen un tipo de boquilla característica, que hay que coger por su base o zona más
alejada del punto de proyección.
También hay que tener en cuenta que el dióxido de carbono es un gas asfixiante que desplaza al
oxígeno del aire, por lo que puede resultar peligroso para la salud en concentraciones superiores
al 9%.
Este tipo de extintor puede ser aplicado en fuegos con presencia de corriente eléctrica, debido a
que el CO2 es un mal conductor de la electricidad.
En la siguiente tabla se muestra el grado de idoneidad de los distintos agentes extintores con los
diferentes tipos de fuego:
4. EFICACIA EXTINTORA.
La eficacia extintora es el parámetro que nos indica el poder de extinción para un determinado
tipo de fuego que tiene un extintor.
Se determina mediante un ensayo de extinción, sobre un hogar tipo, específico para cada tipo de
fuego.
La eficacia va inscrita en el cuerpo del extintor, expresada mediante un número y una letra, que
nos definen el tipo de fuego y la cantidad de combustible que es capaz de extinguir un
determinado extintor.
Ejemplo:
Un extintor de eficacia 21 A quiere decir que es capaz de extinguir un fuego de un combustible
sólido, concretamente 21 vigas de madera de 500 mm. de capa transversal.
Un extintor de eficacia 113 B, quiere decir que es capaz de extinguir un fuego de 113 litros de un
combustible líquido, concretamente 113 litros de una mezcla de 1/3 agua y 2/3 de heptano.
Dichas inscripciones estarán situadas sobre el cuerpo del extintor, en forma de calcomanía, placa
metálica, impresión serigráfica o cualquier otro procedimiento de impresión que no se borre
fácilmente. Los caracteres deben ser fácilmente legibles, teniendo en cuenta que algunas de
estas inscripciones deben pode leerse rápidamente en el momento de la intervención.
El retimbrado del extintor se debe hacer cada 5 años y es cometido del fabricante o mantenedor
del extintor, sólo puede hacerse el primer retimbrado y tres más, es decir, pasados 20 años el
extintor queda fuera de servicio. La norma de retimbrado no afecta a los extintores de CO2, ya
que carecen de caducidad.
6. UTILIZACIÓN DE UN EXTINTOR.
Un extintor sólo es eficaz cuando se utiliza en la fase inicial de un incendio, y su uso debe seguir
unas pautas de actuación que nos garanticen un adecuado nivel de seguridad.
Medidas de seguridad:
Pautas de actuación:
7. MANTENIMIENTO.
Los extintores de incendio, al igual que el resto de los equipos de lucha contra incendios, se
caracterizan por dos particularidades que les son propias y exclusivas:
Esto hace que las operaciones de mantenimiento en estos equipos tengan la máxima importancia,
en el caso de los extintores tendremos en cuenta:
Mantenimiento periódico
- Cada año. Verificación del estado de la carga (peso y presión), agente extintor (presión), estado
de las mangueras, boquillas, lanzas, válvulas, etc.
- Cada 5 años. Timbrado del extintor, caducidad del mismo 20 años.
TEBMOR formación en emergencias:
Puede definirse como el conjunto de elementos necesarios para transportar y proyectar agua
desde un punto fijo de la red de abastecimiento de incendios hasta el lugar del fuego.
- Racor. Es una pieza metálica que posibilita el acoplamiento rápido de la manguera con la
válvula de apertura/cierre por un extremo, y la lanza por el otro. Esta pieza está normalizada
para todas las instalaciones y servicios de extinción de incendios, desde el año 1982, mediante el
Real Decreto 824/1982, siendo utilizado el racor tipo “Barcelona”.
- Lanza. Es un tubo cilíndrico que se acopla a la manguera, en su parte distal, mediante el racor.
Es de un material resistente a la corrosión y a los esfuerzos mecánicos a los que se verá sometida.
Una parte importante de la lanza es la boquilla, ya que es el elemento que permite abrir o cerrar
el paso de agua, así como regular el tipo de chorro que se precise, ya sea:
· chorro sólido.
· cono de ataque.
· cortina de protección.
- Válvula. Es el dispositivo que permite la apertura y cierre del paso de agua a la manguera.
Deberá ser de material metálico resistente a la oxidación y a la corrosión. La válvula,
dependiendo de la B.I.E. donde esté instalada, podrá ser de volante o de cierre rápido, previendo
en este último caso los efectos del golpe de ariete.
- Manómetro. Es el elemento que mide la presión de la red, que deberá estar comprendida entre
3,5 y 6 kg/cm2, estará situado antes de la válvula de apertura y cierre.
2. TIPOS DE B.I.E.
Atendiendo a sus características constructivas, aplicaciones y diámetro nominal de las
mangueras, diferenciamos dos tipos de B.I.E., la de 25 mm. de diámetro y la de 45 mm. de
diámetro.
- B.I.E. de 25 mm.
- B.I.E. de 45 mm.
La utilización de los diferentes modos de proyección del agua se hará en función de las
necesidades que demande el incendio. Las características y aplicaciones de las tres modalidades
de proyección del agua son:
CHORRO SÓLIDO
- Gran alcance, lo que permite el ataque a larga distancia.
- Poca evaporación.
- Elevada presión.
- Elevada capacidad de penetración.
- Eficacia limitada: sólo del 5% al 10% del agua empleada interviene en la extinción.
- La fuerza de impacto puede resultar destructiva para ciertos elementos.
- Posible dispersión de los combustibles y, por tanto, propagación del fuego.
- Mayor retroceso.
- Extinción de fuegos de combustibles sólidos.
- Sólo se usará desde lejos cuando por la potencia del fuego no podamos acercarnos.
CONO DE ATAQUE
- Mayor rendimiento.
- La mayor superficie por el pequeño tamaño de las gotas favorece más la absorción de calor.
- Limitación de daños.
- Alcance limitado.
- Incremento temperatura.
- Disminución visibilidad.
- Extinción de fuegos de combustibles sólidos, tiene la mayor capacidad extintora.
- Es el que se debe utilizar habitualmente.
CORTINA DE PROTECCIÓN
- Ofrece protección ante el calor.
- Limitación de daños.
- Retroceso nulo.
- Alcance limitado.
- Incremento temperatura.
- Disminución visibilidad.
- Sin rendimiento desde el punto de vista de la extinción.
- Sólo debe emplearse como protección para alejarse del incendio, así como para facilitar algunos
desplazamientos, debido a su nulo retroceso.
Medidas de seguridad:
- No utilizar una B.I.E. si el fuego tiene presencia de corriente eléctrica.
- No dirigir el chorro sólido a personas, líquidos inflamables, polvos combustibles, estructuras de
la edificación, metales fundidos, etc.
- En el manejo de una B.I.E. de 45 mm. es muy importante que las dos personas que la van a
utilizar guarden un perfecto equilibrio y reparto de pesos y cargas, ya que la presión con la que
se proyecta el agua es elevada. Para ello, mantendrán una posición lateral, sujetando la
manguera con ambas manos, y manteniendo el contacto físico.
- Si hubiera una tercera persona disponible, se encargará de ir recogiendo la manguera cuando
retroceda la pareja de extinción, teniendo la precaución de no tirar de ellos, para ello siempre
habrá un tramo de manguera que apoye en el suelo.
Pautas de actuación:
Al existir dos tipos de B.I.E., el procedimiento de actuación variará en función de la que se use:
5. MANTENIMIENTO.
Según el Reglamento de Instalaciones de Protección Contra Incendios, se establece un programa
mínimo que engloba dos grupos de operaciones:
1. En brazos.
Es un método muy práctico para mover paciente no excesivamente pesadas (según la corpulencia
del camillero) que no presenten lesiones serias, por ejemplo: un esguince de tobillo que le impide la
marcha.
Consiste en coger al paciente, colocando una mano debajo de sus rodillas de manera que
sostenga las piernas y la otra alrededor de su espalda, sosteniendo el peso del tronco; el paciente
puede afianzarse en el camillero pasando sus brazos alrededor del cuello, por lo tanto, solo es útil
en pacientes conscientes.
Hay que tener especial cuidado a la hora de "cargar" con el peso del paciente; por ejemplo: si
estuviera sentado en el suelo, flexionando las rodillas al agacharnos, para evitar hacer todo el
esfuerzo con la musculatura de la espalda, lo que podría propiciar la aparición de lesiones a nivel
lumbar.
Tiene las mismas indicaciones que el método anterior; no obstante, no es necesaria la potencia de brazos de
aquel, ya que el peso del paciente se transmite, en parte, al tronco del camillero; entrelazando las manos, es
más fácil cargar con el peso del paciente.
Este método no es válido para pacientes inconscientes, ya que se necesita la colaboración de la persona para
aferrarse con sus brazos alrededor del cuello.
Este método se aplica en pacientes que no presente lesiones serias y que pueda caminar por sí mismo,
puede ser ayudado si colocamos uno de sus brazos alrededor de nuestro cuello, pasando nuestro brazo libre
alrededor de su cintura para lograr un soporte adicional.
Este método puede ser llevado a cabo por uno o por dos camilleros, dependiendo de la corpulencia de la
víctima, la amplitud del lugar, etc.
Los métodos de arrastre son muy útiles, sobre todo, cuando sea necesario desplazar a un paciente pesado o
corpulento.
Existen distintas maneras de arrastrar a un paciente y estas pueden ser: Por las axilas, por los pies, con una
manta o bien atando las muñecas del paciente con un pañuelo y deslizándose "a gatas", colocándonos a
horcajadas sobre el paciente, con las manos de ésta sobre nuestro cuello.
Es muy útil para trasladar a pacientes inconscientes siempre que el camillero sea, por lo menos, tan o más
corpulento que el paciente. Tiene, además, la ventaja de que permite disponer de un brazo libre al camillero
para, por ejemplo, sujetarse a la barandilla de una escalera, apoyarse para guardar el equilibrio, etc.
1. Primero, el camillero se sitúa frente al paciente, cogiéndolo por las axilas y levantándolo hasta ponerle de
rodillas.
2. Después, el brazo izquierdo del camillero pasa alrededor del muslo izquierdo del paciente cargando el peso
de su tronco sobre la espalda del camillero.
3. Finalmente, el camillero se levanta, se mantiene de pie y desplaza al paciente para que su peso quede bien
equilibrado sobre los hombros del camillero. Con su brazo izquierdo sujeta el antebrazo izquierdo del
paciente, quedándole un brazo libre.