Reseña - Vida Cotidiana en Hispanoamérica
Reseña - Vida Cotidiana en Hispanoamérica
Reseña - Vida Cotidiana en Hispanoamérica
Como este texto sobre la historia del pueblo afrocolombiano no puede desligarse de la mirada
multiétnica y pluricultural de la población colombiana, consideramos pertinentes las reflexiones
anteriores para ajustarnos al espíritu del Artículo 7o de nuestra Constitución y normas trazadas por
la Ley 70 sobre la etnoeducación de las comunidades amerindias y afrocolombianas. En los artículos
anteriores, en lo posible hemos expuesto e interpretado los hechos históricos desde el juicio
académico y la tradición empiro-mágica de los ancianos afrocolombianos. No es un método original,
pero sí nos ha permitido muchas veces confrontar ambos criterios para que los profesores, estudiantes
y lectores tengan una doble perspectiva de su propia historia. (…) Apartándonos de la pretendida
objetividad de los documentos escritos a lo largo de la conquista, colonización e independencia,
siempre atenidos a los cronistas o archivos, hemos dado mérito de certeza histórica a la tradición
oral, mitos y leyendas, considerando que conforman un corpus válido y justificado plenamente por los
sentimientos, rebeldías y reivindicaciones transmitidos a viva voz, de generaciones en generaciones,
por quienes nunca fueron oídos en las galeras de los barcos traficantes, en los socavones de las
1
En varios pasajes las autoras hacen referencia al termino “sulbalternidad” para referisrse a los sujetos de estudio. Michel
Foucault, filosofo e historiador posmodernista francés, amplio este tipo de reflexiones acerca del uso de los “documentos del
poder” en la busqueda, en su caso partícular, de rescatar del olvido la vida de los sujetos de estudio en sus conocidos trabajos de
carácter historiográfico sobre la locura, la sexualidad y el nacimiento de la prisión en europa durante los siglos siglo xvi y xviii.
Sus reflexiones nos muestran lo que podríamos llamar una “política y crítica de las fuentes” a las que habitualmente acudimos
como historiadores. Así por ejemplo, en “La vida de los hombres infames” advierte que: “Para que algo de estas vidas llegue
hasta nosotros fue preciso por tanto que un haz de luz, durante al menos un instante, se posase sobre ellas, una luz que les venía
de fuera: lo que les arrancó de la noche en la que habrían podido y quizá debido, permanecer, fue su encuentro con el poder; sin
este choque ninguna palabra sin duda habría permanecido para recordarnos su fugaz trayectoria. El poder que ha acechado
estas vidas, que las ha perseguido, que ha prestado atención, auqnue sólo fuese por un instante, a sus lamentos y a sus pequeños
estrépitos y que las marcó con un zarpazo, ese poder fue quien provocó las propias palabras que de ellas nos quedan, bien
porque alguien se dirigió a él para denunciar, quejarse, solicitar o suplicar, bien porque el poder mismo hubise decidido
intervenir para juzgar y decidir sobre su suerte con breves frases. Todas estas vidas que estaban destinadas a transcurrir al
margen de cualquier discurso y a desaparece sin que jamás fuesen mencionadashan dejado trazos -breves, incisivos y con
frecuencia enigmaticos- gracias a su instantaneo trato con el poder, de forma que resulta ya imposible reconstruirlas tal y como
pudieron ser “en estado libre”. Unicamente podemos llegar a través de las declaraciones, las parcialidades tácticas, las
mentiras impuestas que suponen los juegos del poder y las relaciones de poder” (La vida de los hombres infames; Colección
Ensayos; Editorial Caronte; Argentina; pág. 123)
minas, en los palenques y en los batallones patriotas. Sea ésta, pues, la oportunidad para escuchar a
los iletrados, el 50% de los descendientes de los abuelos, que no pudieron en su momento dejar
testimonio escrito de las indignidades sufridas. (Zapata Olivella: 2011 2)
2
Manuel Zapata Olivella, El Arbol Brujo de la Libertad, Segunda parte La Nueva Casa en América. África en Colombia; Ed.
Universidad del Valle, Universidad de Cartagena; Santiago de Cali, 2011 (pp. 90-91)
3
En palabras de Marta B. Goldberg: “no son como se suponía meros sujetos pasivos, lo podemos apreciar en estas estrategias,
relaciones y lazos sociales y en el intento reiterado de formar sus propias familias y de asociarse. (…) justamente los africanos
eran el grupo más flexible y adaptable por su falta de inserción original en esta sociedad. (…) La deculturación pretendió llegar
a todos los ámbitos, desde sus hábitos cotidianos hasta las estructuras sociales y religiosas. (pág. 1)
formas de adaptación en el delito? Y con la que intenta demostrar en una primera apreciación que
estas aparecieron como más significativas que las de resistencia, considerando los casos de riña,
de hurto y de homicidio. La primera parte mencionada títulada Negros y delito en el rio de la
plata, en la que la autora delímita conceptos y metodológias para acercarse al estudio émpirico de
fuentes y la relación entre los llamados negros y el delito en el rio de la plata, que corresponde a
la segunda parte del texto. Mallo aclara que el sistema colonial que el continente américano
heredó de España, correspondió a una sociedad rígidamente jerarquizada que tenía en cuenta
especialmente las diferencias de status y raciales o de “calidad” en la que en definitiva se
consagraba la desigualdad reconocida por todos los integrantes de la sociedad La población se
había duplicado extensamente alcanzado en la segunda mitad del siglo XVIII una dimensión que
la equiparaba recién entonces a las otras ciudades del virreinato vinculadas a Potosí. Radicado
especialmente este crecimiento en los sectores más bajos de la población se generaba un
desequilibrio importante que ponía a la seguridad pública en un lugar preponderante en la
preocupación constante de las autoridades coloniales que comenzaban a señalar su peligrosidad.
La población afroamericana rioplatense fue parte fundamental en el crecimiento de la ciudad a
fines del siglo XVIII y formó parte esencial de la población que era necesario ser controlada tanto
por parte de los amos como por parte de las autoridades. Ellos cuando habían sobrevivido al
proceso de hispanización, se veían forzados y sometidos en el período colonial a los vaivenes de
la adaptación y la resistencia. La sociedad blanca insistía en señalarlos además, desde la óptica
racista, como los protagonistas principales de las actividades delictivas. (Pág. 8). Y es que años
de contacto con los archivos judiciales de Real Audiencia y Juzgado del Crimen le permitieron a
la investigadora ratificar el hecho de encontrar a la población afroamericana en todo tipo de
problemáticas y conflictos tales como matrimonios, divorcios, problemas de familia o de disputa
de terrenos en la misma justicia civil, fueron los que motivaron a las investigadoras a ejecutar
indagación que sostuviera que:
Estaba francamente de acuerdo con el desarraigo del "mito del esclavo indomable" y con esta
búsqueda de los esclavos como sujetos históricos activos y agentes de su propio destino antes que
víctimas pasivas y conformes con el sistema de dominación. Los esclavos - dice Carlos Aguirre -
"desplegaron en su accionar imaginación, voluntad, capacidad y coraje como experiencias y
convirtieron la noción de justicia recreándola en una herramienta de confrontación y conquista de sus
propias reivindicaciones" (pág. 8)
En cuanto al proceder empiríco destaca datos y estadisticas con respecto a lo que define
cómo la proporción significativa de la población negro mulata africana y criolla que en este
mismo período decrece y que arroja como dato significatiovo que en en el año de 1810 era de
29.53% de la población total. La investigadora dice encontrar formas de adaptación a la sociedad
tanto en la argumentación esgrimida por los mediadores interculturales juristas como por los
procuradores y defensores de pobres, así como en los hechos mismos. Por ejemplo, en la
enunciación de los méritos acumulados para obtener la libertad encuentra formas de adaptación
entre los protagonistas de casos de riña y en la motivación de las mismas en los que dice haber
adaptación de un esclavo que acusó a su amo como autodefensa cuando este declaraba
públicamente que iba a terminar con todos los negros insolentes. Mallo tambien encuentra que en
la mayoría de los robos planificados por negros en el Río de la Plata, aparecen rasgos comunes,
como la transmisión de la información acerca de los bienes existentes en cada casa discutidos en
la pulpería o en la plaza, la posibilidad de cruzar el río y vivir en la Banda Oriental una vida más
libre y la existencia de organizadores que obtienen ventajas sobre sus cómplices. El análsis de
apróximadamente quince casos de mujeres delincuentes es suficiente para que la historiadora
considere como demostrativo de una adaptación total al medio. Incluos llega a encontrar casos en
los que “algunos personajes de la época, aquellos que viven sus vidas al día, sin privarse de
nada y sin contención alguna, la defensiva adaptación a la vida de los marginados” (Mallo,
2005: pág. 12)
En el siguiente capítulo, de coaotoria entre Mallo y Goldberg y que lleva por título “Vida
y muerte cotidianas de los negros en el rio de la plata”, el proyecto general se refiere a
considerar que tanto el análisis de cómo va variando la dimensión cuantitativa de este grupo
subalterno entre 1750 y 1850 así como el análisis de las características de su integración, que
permitíaria conocer mejor la sociedad que se va conformando para la época. Aquí, la división
tripartita de su contenido dedicada a segmentos tan variados como enfermedades, hechiceria y
locura en títulos tan pasajes como “Las enfermedades de la travesía”; “Médicos y hechiceros y
sus magias, pócimas y ungüentos”; y “Cómo amansar a los locos”, las investigadoras se dan a la
tarea de continuar sus intentos por construir un acercamiento a la vida cotidiana de los africanos
esclavizados que se trajeron al lejano sur del continente americano que les demuestra que “la
muerte era una realidad siempre presente desde el primer minuto del comienzo de sus vidas”.
Debido a factores cómo la baja calidad de la alimentación, el hambre, la enfermedad y el tipo de
trabajo, ligados también a las formas de integración y a la calidad de su vida dentro del sistema
esclavista vigente en la época. Llama la atención en este pasaje el movil que rebelan al poner que
el interés por el estudio de la población rioplatense de origen africano no dejó nunca al margen el
interrogante sobre las posibles causas de su posterior desaparición. En este trabajo, como
continuación de sus intensas actividades en el ramo4, se dedican exclusivamente al estudio de las
enfermedades y epidemias como causa de mortalidad de esta población histórica. Demostraran de
qué forma las enfermedades y su tratamiento integran el diario transcurrir de la vida de los
africanos en el Rio de la Plata y muestra lo que ellos hacían o pensaban y lo que los médicos de la
época pensaban de ellos. Metodológicamente, las investigadoras Mallo y Goldberg se decantan
por continuar con los desarrollos adelantados hasta entonces por los estudios de lo que se conoce
como epidemiología histórica5 y en el que análizan toda una serie de enfermedades, entre las que
se cuentan algunas infecciosas, a las que estos sujetos históricos eran propensos en África, asi
como aquellas otras generadas en la travesía y la sensibilidad que demuestran respecto de las que
encuentran en América: “No se trata de ubicar una patología racial sino la propagación de
ciertas enfermedades favorecidas por las condiciones del medio y los hábitos de higiene
colectiva de distintos grupos humanos” (pág. 4)
En el pasaje títulado “Las enfermedades de la travesía”, las autoras tratan de rescatar los
datos existentes acerca de las enfermedades de africanos que desembarcaron y se asentaron en las
costas rioplatenses en el contexto del sistema esclavista, que se definia porque los destina a las
actividades domésticas, a las artesanales o al laboreo de la tierra, alimentandose del impulso dado
al comercio negrero a través del Río de la Plata en las dos últimas décadas del siglo se ubicaba en
el contexto de la Real Cédula de 31 de mayo de 1789 sobre educación, trato y ocupaciones de los
esclavos. Destacando los aspectos que más interesan, nos referiremos a las consideraciones de
médicos y de profanos que tenain a los “estados de ánimo” como origen de las enfermedades de
los esclavizados negros, y de los que destacan las palabras de contémporanesos viajeros. De la
misma forma, en “Médicos y hechiceros y sus magias, pócimas y ungüentos”, consideran que los
motivos de las significativa diferencia entre las tasas de mortalidad de la población de color,
4
“La observación de los actores sociales rioplatenses en dinámica interacción: Indagar en las experiencias de vida, identidad y
agrupamiento desde el análisis de las situaciones de conflicto especificando las formas de control social en el período
tardocolonial”
5
“Esta relaciona la enfermedad como fenómeno individual y colectivo y señala su contribución a la mortalidad como factor de
riesgo de determinadas poblaciones en diferentes procesos históricos. Mestre, Josep Bernabeu: Enfermedad y población.
Introducción a los problemas y métodos de la epidemiología histórica. Valencia, Seminari d'Estudis sobre la Ciencia, 1995.
(pág. 3)
según fuese ésta libre o esclava, reflejaban una única realidad posible: las condiciones de vida de
la población de color empeoraban cuando conseguía la libertad. Solo así pueden entender que
los esclavos artesanos produjeran una renta para su dueño ya que este tenía especial interés en
cuidarlo: En cambio, cuando el esclavo pasó a ser libre, su subsistencia dependió de sí mismo y
debió entonces competir en el mercado de trabajo con el blanco pobre mestizos o indios
migrantes del interior del territorio. La enfermedad, entendida por ambas como parte constitutiva
de lo que se dan en llamar “vida cotidiana”, en tanto reseñan ascpetos como su prevención y
curación, mientras acuden a fuentes cómo Registros gráficos, Disposiciones del Cabildo, y otros
listados como los del ejército, en los que aparecían en forma esporádica y proveen de
información generalmente cuando la enfermedad se transformaba en una cuestión pública:
Aun cuando ésta proviniese de los hospitales no relacionaba las condiciones de vida con la
generación de la enfermedad salvo en el caso de informes médicos especiales. Los archivos judiciales
en cambio, sin que fuese este el tema central en cada uno de los conflictos que se dirimen, incorporan
al enfermo y a la enfermedad de diversas formas. En el caso de los negros y mulatos esclavos la
enfermedad aparecía en primer término en los casos de redhibitoria, definido como el derecho a la
devolución por venta maliciosa o por no haberle manifestado el vendedor el defecto o gravamen de la
cosa vendida. En segundo término por la búsqueda de la manumisión o libertad no siempre era, entre
otros datos, acompañada por los correspondientes a la edad. (pág. 10)
Por otra parte, en Cómo “amansar” a los locos, comentan que durante la época colonial,
dada la relativa escasez de población en los núcleos urbanos, no se había aún la organización y
creación de manicomios o “Casas de Orates”, solo asi se justificaba el hecho que tanto los frailes
como las autoridades municipales, hubiesen clasificado a los locos en furiosos, deprimidos y
tranquilos6. Frente a esta división histórica, Mallo y Goldberg deciden acercarce a la
investigación de lo que llaman “otras figuras propias del ámbito afro-argentino”. Comentan la
existencia del papel del "Tata" o sacerdote hechicero negro de Buenos Aires, o de "mandinga",
asimilado este último con frecuencia al diablo o al mal espíritu, y las supervivencias que se
puedan registrar en lo que atañe a las autoridades de las "naciones" negras, ya fueran "reyes",
"reinas" o "ancianos", y tantos otros aspectos organizativos de sus comunidades. Destaca en esta
parte la reseña que hacen de un pasaje del destacado cronista y escritor Jose Ingenieros y su
relación con este tipo de encuentros de las practicas negras, incorporadas por su cocinera:
Cuenta que la propia cocinera de Ingenieros "ablancándose mucho sus ideas por hallarse
entre personas exentas de toda superstición", había agregado despectivamente que estos bailes del
santo eran "cosas de negros -en donde- solían reunirse, en efecto, a ‘bailar el santo’, ceremonia
místico-brujeril que precedía a las invocaciones, profecías o curaciones. Al son de tamboriles y otros
instrumentos (...), se hacían ofrendas en especie ante un altar afrocatólico, en que se mezclaban
estampas, santos, útiles de cocina, sartas de cuero de vidrio, caracoles, comestibles, bebidas, armas,
6
“Los locos furiosos varones, previa consulta al sacerdote, si eran blancos, y al hechicero si eran negros, eran depositados en la
cárcel del Cabildo para su “amansamiento” con palos, duchas y ayunos. Las mujeres, si eran blancas, eran recluidas en los
conventos. Si eran negras o mulatas "rara vez lograban tal favor, pasando al calabozo de la policía, donde recibían el mismo
trato que los hombres". A su vez, los "deprimidos" de uno y otro sexo, o también los agitados que lograban "amansarse", eran
asistidos en sus domicilios, por el Padre o el Brujo, "según su color” (pág. 13)
patas de gallo, cuernos de animales, plumas, etc. (…) Ingenieros aprovecha este episodio del baile del
santo para poner marco a sus propias teorías sobre la relación -para él harto evidente- entre brujería
y locura. Dice por un lado que las negras caían presas “de un ataque histeroepileptiforme, seguido de
un sopor cataleptoideo", que podía durar de unos pocos minutos a varias horas. Con esto, ya estaba
bailado el "santo" (pág. 14)
En el tercer, último y mejor logrado capítulo dedicado a la población negra-rioplatense
que lleva por título “Trabajo y vida cotidiana de los africanos de buenos aires (1750 – 1850)” ,
tambien de coatoria entre Marta B. Goldberg y Silvia C. Mallo, perfilan una investigación un
más amplia con respecto a las precedentes y definen una abordaje mucho más claro de sus sujetos
y objetos de estudio, abandonando la concepción de lo que dicen “la inanición histórica del
esclavo”, entendida como su anulación total de cualquier injerencia en la construcción de
sociedades históricas. Así, con respecto a los sujetos de estudio definen que los habitantes de
color constituían en 1778 casi un treinta por ciento de la población total, solo así, aclaran, su
presencia debe ser entendida como generadora de actitudes que les son propias, y como respeto a
las estrategias, relaciones y lazos sociales en el intento reiterado de formar sus propias familias y
de asociarse: “descubren en ellos el grado de conciencia y aceptación de la normativa y su
evasión, su manejo de la información y la relación con el poder, del amo o del Estado, los
muestra en su esclavitud, intentando elegir su propio destino” (pág. 3). Debemos destacar que en
este partado se torna mucho más evidente el concepto de negociación que artícula de forma
implicita toda esta sección del volumen “Vida cotidiana de los negros en hispanoamerica”; y es
que la llamada relación entre dominantes y dominados, amos y esclavo, señor y siervo -para las
autoras- deja un espacio de “negociación” en el que cualquier cambio se producía respetando la
costumbre: consagrando el statu quo, en el caso partícular de la investigación, el sistema
esclavista7 Mallo y Goldberg dicen entender en este capítulo que un esclavo en condiciones
normales tenía específicamente dos posibilidades de escape a su condición: el trabajo que
legalmente le permitía la acumulación del capital correspondiente a su manumisión para la
compra de sí mismo y las condiciones de mayor o menor flexibilidad en su vida cotidiana. De
esta forma, definen como “formas de vida”, o mejor, “vida cotidiana” a todos aquellos datos que
las fuentes las proveen acerca de los comportamientos vistos como producto de su cultura; al
tiempo, entienden por formas de subsistencia tanto el trabajo u ocupación desempeñados por
negros y mulatos, esclavos o libres, como otros arreglos informales y circunstanciales que no sólo
provenían de las estrategias de retención de sus amos sino también de su propia creatividad para
su subsistencia o adaptación. (pág. 5). Las preguntas que quieren realizar son planteadas como
¿En qué condiciones vivieron los esclavos en las zonas urbanas y rurales rioplatenses? ¿Cuáles
fueron sus oportunidades de progreso personal y cuáles los obstáculos que les impidieron ese
7
Ubicado cultural y socialmente siempre en el nivel inferior de la sociedad en la que lo obligan a insertarse, el esclavo es
percibido como cosa o como bien y, a diferencia del siervo, será hasta fines del siglo XVIII cuando la resistencia impone la
codificación, responsabilidad del amo y no del Estado (…)la existencia de esclavos y de libres generaba en una sociedad un
concepto de “honor”, como propio de la condición de libre y por lo tanto, el esclavo carecía del mismo por esa misma
definición. La aspiración máxima sería en consecuencia obtener la libertad y lo que implicaba: el honor y la dignidad. Este
concepto no tenía en cuenta las diferencias étnicas, pero en la sociedad americana profundamente jerarquizada también por el
color, en la que el poder se concentraba en el grupo blanco, lógicamente la aspiración de los que eran definidos como negros,
indios o sus mezclas (castas) era “blanquearse (pág. 4)
progreso? ¿Cómo se relacionaron con los otros habitantes y que peso tuvo su pertenencia a su
grupo étnico y condición en esa relación? ¿Cómo sufrieron y superaron los prejuicios propios
de la sociedad en la que les tocó vivir?
Para esto, se apoyan en fuentes tan variadas como censos poblaciónales, inventarios de
estancia, archivos judiciales, periódicos de la época y relatos de viajeros, en los que obtienen la
información básica sobre la conformación y dimensión del grupo y de sus ocupaciones en la
ciudad y la campaña. Con los que explicaran las modalidades de integración tanto de los
inmigrantes africanos forzosos como de sus descendientes. Lo anterior con el objetivo de or otra
parte, nos ayudan a conocer los comportamientos que podían o elegían adoptar esta sociedad y
las formas en las que debían insertarse, así como indagar en las causas profundas de su posterior
desaparición. Hacen la salvedad de acotar la información en cuanto a la espacialidad y
temporalidad trabajadas cuando advierten que dicha sociedad (rioplatense tardocolonial)
integraba a los inmigrantes forzosos africanos a las actividades domésticas y artesanales a jornal
en las ciudades y a éstas y a las tareas propias del sistema de la estancia rioplatense en las áreas
rurales:
La cuestión que interesa está relacionada no sólo con el uso que cada esclavo hacía de lo que
Klein denomina el tiempo para sí, sino también a las posibilidades de movilidad espacial y a las
estrategias utilizadas tanto para desarrollar su talento y capacidad como para emprender el camino
hacia la manumisión y la libertad (pág. 5)
Lo que sorprende del análisis es precisamente la tesis central de los tres capítulos y que
podriamos reseñar con palabras de las mismas autoras cuando dicen que el “blanqueamiento
físico y cultural”, entendido como adaptación al medio, formó parte del objetivo de sus vidas y
aún siendo esclavos algunos se permitían la elección de sus propias formas de vida y, sin hablar
de facilidad para el ascenso social, consideran que ésta era una vía de escape cierta a su condición
servil: