Signo y Símbolo
Signo y Símbolo
Signo y Símbolo
En el terreno de la filosofía afirmaba Aristóteles que no se piensa sin imágenes; simbólica es también la
ciencia, constituyendo ambas evidentes manifestaciones de la inteligencia.
Los símbolos son pictografías con significado propio. Nuestra relación con los símbolos, signos y
señales es mucho más próxima y cotidiana de lo que parece. Pero estos tres conceptos no son la misma
cosa. Son estratos de comunicación diferentes, aunque los tres se basan en la capacidad comunicadora y
creativa del hombre. Pero en el ámbito de los símbolos también se hayan objetos, conceptos, acciones,
personas, animales etc. tras las cuales existe un significado onírico, mágico, religioso, etc.
La señal es el nivel más simple y automático. Por ejemplo, las señales de tráfico, una vez aprendido un
código, automáticamente sugieren una acción.
Los signos y símbolos, sin parecido físico con lo que representan, poseen significados gracias a la
semiótica (disciplina que aborda la interpretación y producción del sentido). A veces requieren un
planteamiento intuitivo que extraiga su sentido y que, por consiguiente, posibilite su interpretación
creativa.
Los signos requieren una capacidad racional, por ejemplo, el lenguaje, es un sistema de signos
relacionados. Cuando un signo no sólo informa de un significado, sino que además evoca valores y
sentimientos, representando ideas abstractas de una manera metafórica o alegórica, se conoce como
símbolo. Los signos pueden ser comprendidos por los seres humanos y, algunos, por los animales; los
símbolos no.
Son los símbolos los que encierran mayos capacidad de abstracción, un mayor poder creativo y
sugeridor. Un símbolo es una imagen que materialmente o por palabras representa un concepto moral o
intelectual, e implica la transmisión de un valor o conocimiento a lo largo de la historia, evolucionando
y modificándose con ella.
El hombre, como ser colectivo e individual, intelectual y espiritual, participa constantemente de una
doble relación (materia/espíritu) y necesita la analogía y el símbolo no sólo para relacionarse y
expresarse (comunicarse), sino también para comprenderse y afirmarse. Y es aquí donde aparece el valor
arquetípico del símbolo, como exponente de su universalidad.
Los valores arquetípico e histórico del símbolo son los que le dan su significado, porque en las diversas
culturas y con el transcurso del tiempo se ha ido modificando, en lagunos casos, lo externo del mito, la
fábula la leyenda o el gesto, pero no su valor interno, que permanece invariable. La conexión que crea el
símbolo entre el plano real y el espiritual le otorga una dimensión especial que lo aleja de una analogía o
una convención cualquiera. Además, sus variados niveles de lectura e interpretación y de su belleza
formal, es fuente inagotable para escritores y artistas.
Los constructores dejaron en la piedra sus mitos, conocimientos y sus "ideografías" o signos que
permitían comprender su pensamiento. Era "casi" un sistema de escritura altamente simbólico, en la
imagen su dibujo del sistema de escritura ideográfica.
Textos en Monolitos
Monolitos Ponce y Fraile
Estos monolitos -de unos tres metros de altura-, presentes en la capital del Imperio Tihuanaku, tenían sus
cuerpos cubiertos de figuras y signos -las Narrativas temáticas, del Sistema Iconográfico- dispuestos de
tal manera, que algunos autores sostienen eran producto de un sistema de escritura. Es interesante
observar la espalda del Monolito Ponce, donde aún se puede apreciar el diseño.
Otros investigadores postulan que estos personajes -para ellos, sacerdotes o reyes-, sostienen, en su
mano izquierda, contenedores de textos (lo que conocemos como papiros o pergaminos).
Conocida también como "Vaso Fuente", fue encontrada en la localidad de Chua, cerca del lago Titicaca
en 1950. Se trata de un recipiente utilizado probablemente en ceremonias religiosas.
En su parte exterior hay iconografía de estilo tiwanaku, mientras que en su interior, además de una
figura -para algunos una rana, símbolo de fertilidad, para otros la diosa de los sumerios Ni-ash, que dio
luz al cielo y la tierra- hay inscripciones jeroglíficas, posiblemente caracteres cuneiformes sumerios,
proto-sumerios y semitas mesopotámicos.
La pieza permaneció olvidada -por considerársela falsa- hasta el año 2.000, cuando nuevos estudios y
teorías postularon se trataría de un objeto realizado con la tradición mesopotámica (hacia el año 3.500 a.
C.).
Monolito de Pokotia
Inscripciones dorsales
Estas inscripciones -espalda del monolito-, resumirían eventos celestiales; entre ellos la explosión de la
supernova Eta-Carinae.
Es un monumento realizado en piedra, que representa una figura antropomorfa de 1,70 metros de altura,
descubierta en Pokotia a unos 2 km. de Tiwanaku.
Estudiada a partir del año 2.002 por el equipo de Investigaciones Históricas y Escritura Precolombina de
la Universidad San Francisco de Asís, La Paz, Bolivia, comandado por Bernardo Víctor Biadós
Yacovazzo; sus trabajos encontraron -además de los conocidos en la parte frontal- inscripciones en la
parte dorsal y debajo de la mano izquierda.
La simbología no sólo fue interpretada por el controvertido epigrafista estadounidense Clyde A. Winters
como escritura pictográfica proto-sumeriana, también la tradujo: La figura es un oráculo llamado Putaki,
y el mensaje -resumido- es que el adivino interpretará su guía, para anunciar las reglas que regirán a la
humanidad.