Reforma Pro Salud
Reforma Pro Salud
Reforma Pro Salud
Debieran realizarse esfuerzos más fervientes para iluminar a la gente acerca del gran tema de la
reforma pro salud. Folletos de cuatro, ocho, doce, dieciseis y más páginas, con artículos
definidos y bien escritos acerca de este gran tema, debieran distribuirse como las hojas de
otoño.
A medida que nos aproximamos al fin del tiempo, debemos elevarnos cada vez más en lo
que concierne a la reforma pro salud y a la temperancia cristiana, y presentarlas en una
forma más positiva y definida. Debemos esforzarnos continuamente para educar a la
gente, no sólo por medio de las palabras sino también mediante nuestra práctica. El
precepto y la práctica combinados ejercen una influencia definida.
Acerca de la carne, debemos educar a la gente a dejarla. Su consumo contraría el mejor
desarrollo de las facultades físicas, mentales y morales. Y debemos dar un testimonio claro
contra el consumo de té y café. También es bueno descartar los postres suculentos. La leche,
los huevos y la mantequilla no deben clasificarse con la carne. En algunos casos el uso de
huevos es beneficioso. No ha llegado el tiempo en que debamos decir que se debe descartar
completamente el consumo de leche y huevos. Hay familias pobres cuya alimentación consiste
mayormente en pan y leche. Tienen poca fruta, y no pueden comprar los alimentos a base de
oleaginosas. Al enseñar la reforma pro salud, como en toda otra obra evangélica, debemos tener
en cuenta la situación de la gente. Hasta que podamos enseñarle a preparar alimentos
saludables, apetitosos, nutritivos, y sin embargo, poco costosos, no estamos libres para
presentar los principios más adelantados de la alimentación saludable.
Los que se complacen en comer carne, tomar té y en la glotonería, están sembrando semillas que
producirán una cosecha de dolor y muerte. El alimento malsano que se coloca en el estómago fortalece
los apetitos que batallan contra el alma y desarrollan las inclinaciones inferiores. Un régimen alimentario a
base de carnes tiende a desarrollar la sensualidad. Un desarrollo de la sensualidad disminuye la
espiritualidad y torna la mente incapaz de comprender la verdad. * CSI 577.4
La Palabra de Dios advierte claramente que a menos que nos abstengamos de la complacencia carnal, la
naturaleza física entrará en conflicto con la naturaleza espiritual. La manera licenciosa de comer lucha
contra la salud y la paz. Así se establece una guerra entre los atributos elevados y los inferiores del
hombre. Las inclinaciones más bajas, fuertes y activas, oprimen el alma. Los intereses superiores del ser
quedan expuestos al peligro por la complacencia de los apetitos que no tienen la aprobación del
Cielo. CSI 578.1
Debiera ponerse mucho cuidado en la formación de hábitos correctos de comer y beber. El alimento que
se consume debiera ser el que proporcione la mejor sangre. Los delicados órganos de la digestión
debieran ser respetados. Dios requiere que nosotros, al ser temperantes en todas las cosas,
desempeñemos nuestra parte en la tarea de mantenernos con buena salud. El no puede iluminar la mente
de un hombre que convierte su estómago en una letrina. No escucha las oraciones de los que andan a la
luz de las chispas de su propio fuego