Tema 01
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Introducción al tema
En la actualidad, el campo de la psicología en cuanto a la elaboración del diagnóstico, ha innovado su metodología y ha adoptado un enfoque
poco convencional que hace ver al paciente (o cliente) más allá de un problema, “etiqueta”, que permite ver al paciente como un ser humano
completo y no solo como un portador de patología.
El proceso de elaboración del diagnóstico psicológico es una de las competencias profesionales del psicólogo y psicóloga que requiere de una
mayor especialización; implica no solo conocimiento sino también actitudes que indiquen un buen desempeño en las habilidades y estrategias
que emplean los psicólogos. ¡No es una tarea fácil!, pero tampoco una difícil situación, la idea es tener un punto de partida, el que
mostraremos a continuación en esta primera semana de aprendizaje, que nos conducirá a conocer desde su noción básica hasta las etapas del
proceso de su elaboración del diagnóstico psicológico.
En ese sentido, vamos a dar inicio a esta semana realizando una exploración del enfoque clínico, hablaremos sobre la importancia del
diagnóstico psicológico en la actualidad. Asimismo, conoceremos los aspectos conceptuales básicos para iniciar la aventura de conocer a fondo
como realizar un diagnóstico psicológico; para luego poder identificar cuáles son sus objetivos, según cada caso en específico que se presente.
Para finalmente concluir con un análisis las diversas fases del proceso diagnóstico, teniendo en cuenta los siete pasos fundamentales que
conforman esta forma de investigación científica en el campo de la psicología.
Y con toda esta información lograremos alcanzar una idea general de cómo llegar a la elaboración del plan de diagnóstico, del cual se hablará
la próxima semana.
Actividad de lectura
Uno de los métodos para recoger información que mantiene vigencia en la actualidad es el de utilizar la observación en la interacción del
clínico y el evaluado. El prestar atención especial de manera directa a la relación interpersonal, brinda información sumamente variada, que
permite descubrir aspectos del sujeto que pueden ayudar a comprender su funcionamiento. El trabajo clínico generalmente no se adscribe a
teoría alguna, pero si utiliza parte de muchas teorías para generar datos y conceptualizar.
Sendín (2000) hace un esfuerzo por explicar que se quiere decir cuando se habla de método o enfoque clínico. Nos dice que la palabra
“clínico”, viene del griego “cliné” que significa “cama”, “lecho”, “lugar donde apoyarse” y hasta “encima de”, en relación a los enfermos o
personas que padecen alguna dolencia de salud. Y los enfermos se encuentran en los hospitales, generalmente dirigidos por médicos. Por
tanto, involucra a los antiguos médicos que estudiaban personas que yacían en su lecho, para determinar que tenían (cuál era su dolencia) y
que podían hacer para tratarles (que tratamiento le iba a mejor).
Estos antiguos médicos utilizaban, quizá únicamente, la observación, que involucraba agudizar todos los sentidos: mirar, oler, palpar, gustar y
escuchar (las respuestas de los enfermos a sus preguntas) por lo que nos atreveríamos a decir que eran especialistas elaborando historias
clínicas de los alumnos.
Actualmente, existen frases tradicionales como “ser un buen clínico” o “tener buen ojo clínico”, entre otras más, que se refieren a
profesionales que muestran mucha sensibilidad para la observación y la intervención en la interacción con el evaluado.
Sendín (2000, p.45) menciona que debemos considerar que el método clínico en su vertiente aplicada, representa un sistema de acceso a la
comprensión, la descripción, y conectado con los resultados de investigaciones previas, la explicación de los procesos psíquicos (normales y
patológicos) que afectan al funcionamiento de un individuo o pequeño grupo.
El psicólogo clínico es alguien específicamente entrenado en el manejo de la información psicológica mediante el método clínico, lo cual lo
capacita para incluirse en la situación de un campo de relaciones humanas, desde donde puede detectar los puntos de urgencia de dicha
situación, que le permiten diagnosticar la acción crítica y resolverla posibilitando el cambio más adecuado.
En tal sentido, el trabajo clínico se basa en el estudio profundo del individuo basado en la observación como método directo que permite
conocer las cosas que le hacen diferente, que le hacen único, distinto de los demás. El evaluador se interesa por la vida interna del sujeto, por
su subjetividad y por lo que no se ve del individuo, a diferencia de otros métodos como el experimental o el psicométrico, que se centran en lo
objetivo.
Método clínico
El psicodiagnóstico es un proceso de inferencia clínica mediante el cual el psicólogo examina los datos obtenidos a través de diversos
procedimientos, instrumentos y técnicas, los ordena y organiza desde un marco de referencia constituido por teorías del desarrollo y la
personalidad, para darle un sentido psicodinámico, funcionalista, cognoscitivista, gestaltista etc.
El proceso psicodiagnóstico, se apoya en el método clínico, que puede a su vez ser definido por el conjunto de procedimientos, que ordenados
sistemáticamente, se aplican en forma intensiva y exhaustiva para llegar al conocimiento y descripción del ser humano. Se constituye de 6
pasos básicos: observación, indagación, confirmación, abstracción o diagnóstico, pronóstico y sugerencias de intervención.
Inicialmente el psicodiagnóstico parte de la observación sistemática del comportamiento, guiada por el marco teórico metodológico, que
maneja el psicólogo y que determina la forma de observar y escuchar, los datos a los que atiende y la lectura de los mismos; iniciando así el
proceso de comunicación de la persona que acude en búsqueda de solución de los problemas que le aquejan.
El psicólogo observa tanto la comunicación verbal (discurso) como no verbal (apariencia física, facies, manerismos, inflexiones de la voz, tono
afectivo, etc,); atiende tanto al contenido (lo que dice) como al proceso (cómo lo dice); lo explícito y lo implícito; además de escuchar la
demanda, qué solicita, cómo solicita, quién solicita y por qué; incluso escucha “lo no dicho”. Por otra parte, como proceso comunicacional
dinámico, el psicólogo con sus actitudes, preguntas, reacciones, persona misma y estilo propio, también comunica y favorece o entorpece el
devenir del proceso.
El segundo paso del método clínico es la indagación, dirigida para explorar y obtener información acerca de la vida de la persona, los eventos
actuales y el motivo de la demanda; particularmente a través de la entrevista y la historia clínica que permiten delimitar el planteamiento del
problema, las preguntas de investigación y el establecimiento de hipótesis; base para la planeación y diseño de la evaluación, lo que conduce a
la elección de los instrumentos y técnicas psicológicas idóneas a utilizar para cada caso.
Actividad de lectura
García (1999, p.120) nos refiere que en los últimos tiempos se ha observado que el diagnóstico psicológico ha atravesado una época de crisis
durante la cual podríamos decir que había caído en el desacrédito para la mayoría de los profesionales de la salud mental. Algunos enfoques
terapéuticos mantienen una postura no diagnóstica, en la que han eliminado esta etapa del proceso terapéutico pues argumentan que es poco
importante. Por otro lado, los servicios de salud, bajo el rótulo de más atenciones por cada profesional, limitan o precipitan el trabajo a una
suerte de fuerza contrapsicológica que no aporta mucho al trabajo idóneo de los psicólogos, reduciendo el tiempo de atención para cada
sesión o espaciándola tanto en el tiempo que no permite una evaluación adecuada. Se ha pasado del exceso de reuniones de la época
psicoanalítica a tan pocas reuniones que en definitiva no permiten un trabajo adecuado.
Para los psicólogos actuales, es de suma importancia dar el lugar que le corresponde al diagnóstico psicológico dentro de su labor profesional,
pues de una u otra forma, el diagnóstico es la base para poder realizar no solo un buen trabajo preventivo promocional sino también un buen
trabajo de intervención.
a) Nos permite conocer que es lo que pasa con el sujeto, luego de comprender las posibles causas del problema, logrando explicar
su funcionamiento.
b) Nos permite planificar de una manera adecuada el plan de tratamiento, logrando identificar las estrategias más adecuadas para cada caso.
Sería muy riesgoso iniciar el tratamiento sin saber a ciencia cierta qué es lo que ocurre con el paciente.
c) Nos permite protegernos como profesionales, pues al estar seguros de lo que aqueja al paciente sabremos si estamos capacitados
para ayudarle o no.
A continuación te presentamos información complementaria, para verla debes dar clic en Mostrar retroalimentación:
En un principio este término fue utilizado en España y en toda Europa para designar a las actividades de evaluación psicológica. Ha sido
utilizado en los programas de estudios de Psicología durante los últimos 30 años y Rorschach lo utilizó para designar su técnica de
interpretación de manchas de tinta. Hoy día el término Diagnóstico psicológico ya no se utiliza de una manera tan general, su uso se ha
restringido a aquellas situaciones en las que el objetivo de evaluación es el diagnóstico psicológico, es decir el de establecer la clasificación del
sujeto en estudio con fines clínicos.
Con frecuencia se ha equiparado el uso de Test Psicológicos como técnicas de evaluación con lo que es en sí la evaluación psicológica. Se ha
llegado hasta el punto incluso de denominar la evaluación psicológica como Tests psicológicos. Sin embargo no deben confundirse los
instrumentos de medida utilizados en la evaluación psicológica con la disciplina para la cual sirven de instrumento. El propio Cronbach (1990)
señala que el término Evaluación Psicológica es mucho más amplio que no la mera aplicación de tests, ya que requiere la integración y
valoración de la información recogida.
También cabe distinguir entre el término evaluación, que hace referencia al examen o exploración de una persona o grupo de personas y
valoración, que implica semejantes actividades dirigidas a objetos, por ejemplo puestos de trabajo, tratamientos, programas, etc.
Actividad de lectura
Actualmente existen muchas definiciones acerca de lo que puede ser una definición de diagnóstico psicológico. Y como en muchas otras cosas,
los psicólogos no logran conciliar una definición que integre todas las propuestas. Ello hace que tratar de definirlo sea una tarea difícil. Sin
embargo, para Sendín (2000, p.57) “se ha alcanzado un nivel de consenso suficiente en algunos puntos, como para precisar algunos aspectos
como, por ejemplo, la idea de que el diagnóstico psicológico se entiende actualmente como un proceso. Ello supone la inclusión comprensiva
de una serie de fases, de diversas fuentes informativas y de muestras diferentes de conducta con una especial atención a las interacciones que
se producen entre distintos sistemas relacionales.
El clínico durante todo el proceso diagnóstico va logrando información que debe ser analizada, integrada y sistematizada a través de
inferencias hasta lograr una significación psicológica. Lo importante y realmente significativo es que el psicólogo logre conceptualizar el
funcionamiento del paciente, observando desde una perspectiva individual y social. A partir de esto, se podrá planificar un tratamiento
adecuado.
La Real Academia de la Lengua Española (RAE, 2008) define al diagnóstico psicológico como el arte o acto de conocer la naturaleza de una
enfermedad mediante la observación de sus síntomas y signos. Calificación que da el médico a la enfermedad según los signos que advierte.
Además García (1999, 128), menciona que no equivale a poner un rótulo sino explicar lo que sucede más allá de lo que el sujeto puede
describir conscientemente.
También encontramos a Sendín (2000, p. 63), refiere que es un encuentro que se realiza mediante un proceso modulado por numerosas
variables y sus interacciones, a lo largo del cual el técnico va transformando progresivamente los datos empíricos hasta llegar a un análisis
conceptual que permita una planificación de la intervención.
A continuación te presentamos un video que complementará la información que sobre la definición del Diagnóstico Psicológico. Dale clic en
mostrar retroalimentación.
Estas definiciones nos dan una idea clara de que el diagnostico psicológico debe ser atendido como un proceso y además como un fin. Al
mencionar que es un proceso nos estamos refiriendo a que es un conjunto de fases que van a ser implementadas y que nos van a ayudar
a “entender de fondo que es lo que está pasando en la mente y en el cuerpo de la persona que presenta el desorden. Este entendimiento debe
estar contextualizado dentro de la historia y la cultura de cada paciente para tener significado” (Asociación Mundial de Psiquiatría, 2002, p.05).
Cuando decimos que es un fin o conclusión, nos referimos a que debemos llegar a algún lugar. Gómez-Franco (1996, citado en Maganto, C. y
Ávila, A.; 1999) plantea que el diagnóstico es una conclusión, que implica un procedimiento para llegar a ella. Esto será posible si utilizamos los
manuales de clasificación de las enfermedades reconocidos, como el DSM y el CIE.
Entonces podemos definir el diagnóstico psicológico como el proceso mediante el cual se obtiene información psicológica de un sujeto o
sujetos para describir, traducir, clasificar, explicar y predecir su comportamiento, además de planificar acciones que permitan su recuperación
o desarrollo según sea el caso.
Para lograr esto, deben desarrollarse tres momentos en el procesamiento de la información recogida. Es decir trata de tres tipos,
cualitativamente diferentes, de transformaciones o traducciones de los datos recopilarlos, hasta llegar a convertirlos en conceptos que
resulten operativos: a) observación clínica de conductas verbales, no verbales, gráficas o de resolución de problemas en una entrevista o
prueba psicológica; b) Integración de datos, es decir traducción de lo observado a signos o indicadores psicológicos; y c) Lograr la explicación
conceptual del funcionamiento del sujeto o sujetos.
Este trabajo se sustenta en cuatro pilares básicos. Todos ellos deben estar reflejados en su contenido. Al igual que ocurre con una mesa o una
silla, si falta alguno de ellos el informe quedará “cojo” y hará que su funcionamiento sea deficitario. Estos cuatro pilares son: describir, explicar,
clasificar y predecir.
Todos somos distintos. Cada persona tiene una configuración única e inconfundible, que incluye aspectos de nivel intelectual, de forma de
reaccionar, de sentir y expresar las emociones, de utilizar defensas, de enfrentar las exigencias del medio. Tener en cuenta estos aspectos
ayuda a entender si una persona funciona de manera adecuada o inadecuada, si logra superar situaciones personales, sociales o quizás
profesionales o disminuyendo su rendimiento debido a la interferencia emocional causada por diversos factores internos o externos.
Resulta muy importante tener bien en claro cuál es el objetivo u objetivos del diagnóstico psicológico que se realizará. Según la Asociación
Mundial de Psiquiatría (2002): el objetivo principal del diagnóstico es el cuidado del paciente. Sin embargo, para comprender mejor a que nos
referimos podemos mencionar que son tres objetivos fundamentales los que se pretenden alcanzar en el proceso diagnóstico:
2. Planificar la intervención.
Cuando nos referimos a lograr una descripción integral que permita conocer a la persona, nos estamos refiriendo a conocer lo más que
podamos al sujeto, cuidando mucho la fiabilidad y validez que podemos lograr gracias a los constantes contrastes de los datos que se obtienen.
Se la descripción omite alguno de los aspectos de funcionamiento, podemos afirmar que contamos con la información incompleta. Por ello es
fundamental incluir tanto lo aspectos disfuncionales o desadaptativos del sujeto como también los recursos adaptativos potenciales con que
cuenta.
Al decir, comprender al sujeto a partir del conocimiento logrado, estamos buscando entender el funcionamiento psíquico del mismo, a partir
de toda la información lograda, buscando poder explicar dicho funcionamiento teniendo como base las características del sujeto. Esto permite
que demos respuesta a cuestiones como que le está ocurriendo, cuales son los motivos causales de la situación actual, que ha hecho el sujeto
para solucionar su problema y cuál es el pronóstico del sujeto.
Por otro lado, planificar la intervención, está dirigida a plantear las recomendaciones, consejos o sugerencias que mejor se adapten al caso a
partir de los dos puntos anteriores. Es decir, preparar un plan de intervención adaptado a las características y circunstancias de cada caso.
Actividad de lectura
Existen diversos puntos de vista respecto a las fases del diagnóstico psicológico. En todos se hace referencia a los pasos o secuencia que son
una serie de momentos diferentes y sucesivos relacionados entre sí, cuyas peculiaridades constituyen y otorgan sentido a todo el conjunto
(Sendín, 2000). Si estas fases las vemos desde un punto de vista macro, podemos resumirlas en tres básicas que son la entrevista inicial,
utilización de instrumentos psicológicos y la comunicación de resultados.
Por otro lado, si realizamos un paralelo del proceso diagnóstico con método científico, encontraremos aspectos similares, pues en ambos se
busca recopilar información, formular hipótesis, verificar o contrarrestar dichas hipótesis y, finalmente, conclusiones. A esto debe sumarse la
comunicación de las conclusiones y su comunicación formal, es decir el informe.
El proceso diagnóstico es entonces una investigación de tipo ideográfica, pues estudia se manera profunda al individuo como entidad única, lo
que permite realizar una descripción diferenciadora de la persona en relación con los demás. Esta investigación integra dialécticamente (a
partir de principios) lo sincrónico (referido al método clínico por ser directo, centrado aquí y ahora) con lo diacrónico (que hace alusión a lo
que ocurre a lo largo del tiempo) como estudio de caso que es histórico, longitudinal y acumulativo). Además, utiliza el razonamiento inductivo
pues va progresivamente de lo concreto y específico a lo abstracto y general, teniendo como principio metodológico básico la búsqueda de
recurrencias y convergencias.
El proceso diagnóstico es entonces una investigación de tipo ideográfica, pues estudia se manera profunda al individuo como entidad única, lo
que permite realizar una descripción diferenciadora de la persona en relación con los demás. Esta investigación integra dialécticamente (a
partir de principios) lo sincrónico (referido al método clínico por ser directo, centrado aquí y ahora) con lo diacrónico (que hace alusión a lo
que ocurre a lo largo del tiempo) como estudio de caso que es histórico, longitudinal y acumulativo). Además, utiliza el razonamiento inductivo
pues va progresivamente de lo concreto y específico a lo abstracto y general, teniendo como principio metodológico básico la búsqueda de
recurrencias y convergencias.
Luego de la revisión expuesta anteriormente, veamos algo sobre las etapas del proceso del diagnóstico psicológico. Para verlo debes dar clic
en Mostrar retroalimentación:
Paso 1:
Este primer paso hace alusión al pedido de consulta. Este periodo puede leerse de distintas formas, por ejemplo, un sujeto que toma
conciencia de que tiene dificultades y decide ir por motivación propia a consultar o una persona que es derivada por otro profesional para que
realice un diagnóstico psicológico con fines específicos y debe ir de cierta manera “obligada” a consulta.
Paso 2:
Se refiere a la primera entrevista formal (o las entrevistas formales), en las que el evaluador buscará determinar el motivo latente y el
manifiesto de la consulta, las ansiedades y defensa que muestra la persona que consulta (y sus padres o el resto de la familia), (…) y análisis
que cada uno trae y la construcción de la historia del individuo y la familia en cuestión (García, 1999). Todo este trabajo se va cumplimentando
a medida que vamos recogiendo información según el motivo de la consulta.
Paso 3:
En esta fase hacemos un alto para revisar todo el material recogido y realizar una reflexión sobre sí mismo. Podemos además aprovechar la
oportunidad para evaluar las hipótesis presuntivas y de esta manera elaborar un plan de diagnóstico a seguir.
Paso 4:
Ha llegado el momento de implementar lo planificado previamente. Debemos tener en cuenta que en muchas oportunidades vamos a
desarrollar esta fase, según lo pre establecido, mientras que otras veces deberemos realizar cambios en el plan a fin de mejorar la estrategia
diagnóstica planificada. Esto nos hace reflexionar y afirmar que es casi imposible establecer una planificación diagnóstica para todos los casos,
ya que a partir de las diferencias que hacen único a cada sujeto se debe adaptar el plan de diagnóstico a las características del mismo.
Paso 5:
Una vez implementada la estrategia diagnóstica vamos a contar con mucho material que sumado a la información de la primeras entrevistas
nos ayudará a tener en cuadro bastante claro sobre el caso. Entonces, este es un momento en el que estudiaremos el material recogido. Este
es un trabajo muy intenso y de mucho cuidado. Debemos identificar las recurrencias (aspectos que se repiten y que vuelven aparecer en
diferentes momentos del proceso) y convergentes (aspectos que llevan a coincidir en algo) dentro del material. Por ejemplo, durante las
entrevistas podemos advertir agresividad en el sujeto la mayor parte del tiempo, al evaluar con algunas pruebas podemos observar agresividad
y quizá algún familiar dice que se ha mostrado siempre muy agresivo, pues estamos frente a una recurrencia, por lo que podemos afirmar que
el sujeto presenta rasgos agresivos. Por otro lado, podemos ejemplificar la convergencia de la siguiente manera: en el transcurso de la
entrevista una paciente brinda entre todo el cúmulo de información, aún sin procesar, que cuando empieza a comer no puede detenerse, que
ha tenido esfuerzos infructuosos por controlarse y que por lo menos dos o tres veces a la semana tiene “atracones” de comida. Esta
información que contiene tres elementos diferentes llevan a la convergencia de que existe compulsión por comer.
Como manifiesta García (1999): “no se trata de un trabajo mecánico de armar un rompecabezas, aunque semejanza tenga con esa tarea”. Es
una labor que implica sensibilidad, conocimiento técnico y destreza profesional que lleva a buscar comprender de la mejor manera a una
persona. Aquí surge la dificultad de aceptar ciertas incongruencias o contradicciones en la información, detalles que debe asumir el psicólogo y
reconocer que no siempre va a lograr entender totalmente al sujeto.
Paso 6:
La devolución de resultados. Este paso es tan o más complicado que las primeras entrevistas. Aquí también podemos considerar de una a más
entrevistas de devolución o resultados. En ellas se realiza un doble trabajo, el de comunicar en síntesis lo observado, las conclusiones y
recomendaciones, así como estar muy atentos a la nueva información que en ocasiones surge y que podría modificar nuestras conclusiones.
Como fuere, hay que cuidar mucho que en esta entrevista participen tanto el psicólogo y el paciente. Es decir, debe existir siempre una
comunicación horizontal que permita un feed back de ambas partes.
Paso 7:
En este paso, el último de nuestro proceso, se elabora el informe psicológico, que sintetizará desde un punto de vista técnico todo el proceso,
dejando constancia de la situación del sujeto al finalizar el mismo.
Como se puede apreciar, el proceso diagnóstico implica la planificación de diversas atapas que siguen una ruta específica (que puede ser
modificable según sea el caso) y el que de ninguna manera se encuentran separadas. Todas juntas ayudan a comprender el funcionamiento
psicológico del individuo en diversas situaciones y momentos.
Otros aportes
Ahora bien, también es importante mencionarte que los Fundamentos básicos del proceso de evaluación psicológica clínica, la cual es
considerada como una disciplina enmarcada dentro de la Psicología Científica. Determina el esquema básico de funcionamiento que debe
guiar toda aplicación del proceso de EPC: la generación y contraste de hipótesis. Quizá la mejor exposición de este principio orientador de la
práctica sea el esquema propuesto por Carey, Flasher, Maisto y Turkat (1984, citado en García, A. 1999) y que se recoge en la siguiente figura:
Las aportaciones de este grupo de autores deben entenderse en el marco del trabajo dirigido por Victor Meyer en el University College of
London desde mediados de los años 50 hasta la actualidad. En este esquema, se presenta el proceso de EPC en cuatro fases que hacen
referencia directa y explícita al método científico básico. En primer lugar, es necesaria una recogida de información preliminar que permita
conocer (describir) el problema del paciente. En segundo lugar, se incluye una fase de desarrollo de hipótesis explicativas del problema. En
tercer lugar, se someten a contraste las hipótesis planteadas en la fase anterior. Es especialmente importante señalar que este proceso de
recogida de información, generación y contraste de hipótesis no se agota en un solo ciclo. Por el contrario, los autores conciben el
acercamiento como un bucle continuo que se inicia en los primeros momentos de la primera entrevista con el paciente y que se prolonga
hasta disponer de una hipótesis general explicativa, a la que van a denominar formulación clínica del caso.
Desde este punto de vista, se coloca a la entrevista como la técnica básica para identificar los problemas, obtener la información necesaria y
contrastar las primeras hipótesis. Posteriormente, para el contraste de las hipótesis globales (de formulación) pueden utilizarse otras
estrategias o técnicas de evaluación psicológica (cuestionarios, tests psicométricos, etc.) que faciliten la recogida de información o planificar
mini-experimentos con el mismo fin.
Solamente después de conseguir dicha formulación mediante el continuo juego de generar y contrastar hipótesis durante la entrevista,
inicialmente parciales y progresivamente más generales, se va a programar el tratamiento. Esta propuesta, que choca frontalmente con la
mayoría de las interpretaciones conductuales del proceso de EPC que proponían que el tratamiento fuera el contraste de la hipótesis de
formulación, añade algunas ventajas evidentes al quehacer clínico más cotidiano como se verá en su momento. Pero además supone una
aportación metodológica de máxima importancia: incluir el contraste de hipótesis en el proceso de EPC.
De esta forma, el objetivo fundamental del proceso de EPC se convierte en el de contrastar las hipótesis sobre el caso (interpretaciones o
modelos) que hayan ido naciendo de la aplicación de distintas técnicas de evaluación psicológica, esencialmente la entrevista clínica. Como se
verá más adelante de forma detallada este hecho dota al proceso de EPC de una validez de constructo (de la hipótesis) muy alta. Obliga,
igualmente, a incluir estrategias de contraste de hipótesis en el proceso de EPC, facilitando la superación del debate entre metodología
experimental y correlacional en la Psicología Clínica al utilizar ambas en todas las aplicaciones y ayuda a re-visitar la importancia de los criterios
de calidad de las pruebas (ahora incluidos en el proceso), aspecto siempre espinoso en las polémicas entre enfoques conductuales y
psicométricos.
Una característica fundamental del proyecto IGDA incluye la evaluación del paciente psiquiátrico como una persona completa, en lugar de
tomarlo en cuenta solamente como un portador de enfermedad. De ese modo, el clínico asume el ejercicio de competencia científica, aspectos
humanísticos y éticos. Otra característica esencial es la cobertura de todas las áreas claves de información (biológica, psicológica y
social) pertinentes para describir la patología del paciente, disfunciones y problemas así como sus aspectos positivos o ventajas. Una tercera
característica importante incluye la fundamentación de la evaluación diagnóstica en la interacción entre clínicos, pacientes y sus familias,
apuntando a una comprensión conjunta de la condición clínica del paciente y un acuerdo y monitoreo del plan de tratamiento. IGDA usa CIE
-10 para los tres primeros ejes de su formulación multiaxial (clasificación de trastornos mentales, condiciones médicas generales,
discapacidades y factores contextuales).
Alternativamente adaptaciones regionales del CIE – 10, tal como DSM-IV, el CCMD-2-R Chino, el GC-3 cubano, o el GLDP latinoamericano,
deben usarse con este propósito. Adicionalmente, es importante destacar la necesidad de emplear en el proceso de evaluación diagnóstica
objetividad científica y procedimientos basados en evidencia, así como intuición y conocimiento clínico con el fin de mejorar la validez
descriptiva y la utilidad terapéutica de la formulación diagnóstica. Además, es crítica al a efectividad de la evaluación diagnóstica y el uso de
criterios diagnósticos culturalmente contextualizados, tanto para el desarrollo de nuevos procedimientos y modelos diagnósticos, así como
para la realización de una evaluación clínica competente a cada paciente.
1) Un folleto que presenta en forma concisa las directrices internacionales para la evaluación diagnóstica.
2) Un Protocolo Educacional para organizar varios formatos educacionales para la presentación de las directrices a diferentes públicos.
3) Un libro de apoyo que provee revisiones bibliográficas relacionadas con el desarrollo de las directrices y para analizar sus implicaciones.
4) Un libro de casos para presentar en forma ilustrativa y heurística los resultados dela aplicación de las directrices a diversos casos alrededor
del mundo.
Las Directrices del IGDA se recomiendan para el uso de la atención psiquiátrica en general, incluyendo niños, adultos y ancianos así como en
programas de consulta externa o de internaciones. Estas directrices internacionales deben implementarse dentro de la estructura usual y en el
momento de evaluación psiquiátrica completa, con modificaciones basadas en la ubicación y propósito de la evaluación. La manera de su
aplicación debe ser informada a través de necesidades locales y reales. El clínico siempre debe intentar lograr un balance razonable entre
eficiencia y comprensión, administrando cuidadosamente el tiempo disponible. En cualquier caso evaluaciones psiquiátricas competentes,
incluso frente a contratiempos, deben ofrecer una declaración diagnóstica que sea personalizada y estandarizada y tomar en consideración las
perspectivas del paciente, como sus expectativas de atención como consta en el desarrollo de estas Directrices.
2. Desde tu punto de vista ¿Por qué crees que es importante realizar el Diagnóstico Psicológico?