Árbol

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Árbol

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Para otros usos de este término, véase Árbol (desambiguación).

Un roble en Dinamarca.

Árbol baobab en Sudáfrica.

Árboles cubiertos de hielo en Noruega.


Un árbol es una planta, de tallo leñoso, que se ramifica a cierta altura
del suelo. El término hace referencia habitualmente a aquellas plantas cuya
altura supera un determinado límite en la madurez, diferente según las fuentes:
dos metros,1 tres metros,23 cinco metros4 o los seis metros.5 Además,
producen ramas secundarias nuevas cada año, que parten de un único fuste
o tronco, con clara dominancia apical,6 dando lugar a una nueva copa separada
del suelo. Algunos autores establecen un mínimo de 10 cm de diámetro en el
tronco (la longitud de la circunferencia sería de unos 30 cm).7 Las plantas
leñosas que no reúnen estas características por tener varios troncos o por ser
de pequeño tamaño son consideradas arbustos.
Los árboles presentan una mayor longitud que otros tipos de plantas. Ciertas
especies de vegetales (como las secuoyas) pueden superar los 100 m de
altura, y llegar a vivir durante miles de años.8 Los árboles han existido desde
hace 370 millones de años. Se estima que hay poco más de 3 billones de
árboles maduros en el mundo.9
Un estudio realizado por la Universidad de Yale y luego publicado en la revista
Nature, estima que en la Tierra hay alrededor de 3 billones de árboles, y su
cantidad se redujo un 46% desde que comenzó la civilización humana, 10 dando
en promedio 422 árboles por persona, pero, cada año se pierden 15.000
millones de ejemplares.119
Los árboles son un importante componente del paisaje natural debido a que
previenen la erosión y proporcionan un ecosistema protegido de las
inclemencias del tiempo en su follaje y por debajo de él. También desempeñan
un papel importante a la hora de producir oxígeno y reducir el dióxido de
carbono en la atmósfera, así como moderar las temperaturas en el suelo.
También, son elementos en el paisajismo y la agricultura, tanto por su atractivo
aspecto como por su producción de frutos en huertos de frutales como
el manzano. La madera de los árboles es un material de construcción, así
como una fuente de energía primaria en muchos países en vías de desarrollo.
Los árboles desempeñan también un importante papel en
muchas mitologías del mundo.12

Índice

 1Descripción
o 1.1Partes
o 1.2Tamaño y edad
 2Distribución y hábitat
 3Diversidad
 4Evolución
 5Importancia económica y cultural
o 5.1Importancia económica
o 5.2Importancia cultural
 6Estado de conservación
 7Véase también
 8Notas y referencias
 9Enlaces externos
Descripción[editar]
Partes[editar]
Los árboles están formados por tres partes: la raíz, el tronco y la copa. Los dos
primeros son los que diferencian, fundamentalmente, a un árbol de un arbusto.
Los arbustos son más pequeños y no tienen un único tallo sino que están
formados por varios. No obstante, ha de señalarse que algunas especies se
pueden desarrollar como árboles pequeños o como arbustos, dependiendo de
las circunstancias ambientales.
Raíz
Las raíces fijan el árbol al suelo. Las raíces pueden tener una raíz principal, o
bien, ser numerosas raíces en las que ninguna de ellas predomina, adoptando
la forma de raíz ramificada fasciculada. Muchas raíces se combinan
simbióticamente con micelios de hongos. Los hongos pueden conectar
diferentes árboles y formar una red que transmite nutrientes y señales. 131415 Las
raíces aéreas son más raras dentro de los árboles, pero se dan en algunas
especies que viven en entornos pantanosos, por ejemplo
el mangle (Rhizophora).
Tronco
El tronco sostiene la copa. Su capa exterior se llama corteza o súber, de
espesor y color variables, que sirve para proteger la savia. Sus características
(color, forma en que se desescama, etc.) son una ayuda a la hora de
diferenciar las especies arbóreas. A modo de ejemplo, puede señalarse que
el haya común la tiene gris y lisa hasta edades muy avanzadas; el pino
piñonero la tiene de color pardo gris o pardo rojizo, es escuamiforme, forma
surcos oscuros y grandes planchas; y el olmo común, por ejemplo tiene color
pardo gris, cuarteado por grietas, tanto horizontales como transversales.
Si se corta un tronco de manera longitudinal, por ejemplo en un tocón, pueden
verse los anillos, que delatan la forma en que ha ido desarrollándose ese árbol.
Cada año se forma un anillo. Contándolos puede saberse la edad del árbol, si
bien esto es más fácil en los árboles de zonas templadas, ya que en los
trópicos con un clima regular a lo largo del año, no se aprecia la formación de
anillos anuales. Los anillos estrechos evidencian años de dificultades y pobre
alimentación de manera que el crecimiento es retardado. Los años de
crecimiento más rápido se ven en anillos más anchos. Hay un centro del tronco
más oscuro, el duramen o corazón, son células leñosas muertas de donde
procede la mejor madera para usar como combustible, y luego unos anillos
más claros hacia el exterior, la albura. Entre la albura y la corteza hay una sola
capa de células por la que el tronco está creciendo, llamada cambium; se
divide a su vez en dos partes: la interior formará el xilema (albura y duramen) y
la exterior forma la corteza interna (floema).
Ramas
Las ramas suelen brotar a cierta altura del suelo, de manera que dejan una
franja de tronco libre. Las ramas y hojas forman la copa. La copa adopta
formas diversas, según las especies, distinguiéndose básicamente tres tipos: la
alargada y vertical, la redondeada o la que se extiende de manera horizontal,
como si fuera una sombrilla. Las ramas salen del tronco, se subdividen
en ramas menores y en estas están las yemas y las hojas. De la yema nacerá
una flor, una rama, u hojas. Las yemas que quedan en el extremo de las
ramitas se llaman yemas terminales. Suelen estar cubiertas
por escamas o catafilos como forma de protección.
Hojas
A través de las hojas el árbol realiza la fotosíntesis y puede por lo tanto debe
alimentarse. Las raíces absorben el agua con minerales disueltos en ella.
Suben por el tronco hasta las hojas. Allí reaccionan con el carbono procedente
del anhídrido carbónico y forman azúcares. Luego el azúcar se transforma
en celulosa, que es la materia prima de la madera. La hoja tiene una parte
superior (haz) y otra inferior (envés), en el que se encuentran los estomas,
pequeñas aberturas por las que penetra el anhídrido carbónico y por los que
sale el agua sobrante y el oxígeno.
Las hojas son un elemento primordial a la hora de diferenciar entre las
distintas especies arbóreas. Pueden señalarse cuatro tipos básicos de hojas:

1. Acículas. Tienen forma de aguja, delgadas y finas. Son típicas de


las coníferas. Pueden estar situadas en las ramas individualmente
(como en el abeto blanco o la douglasia verde), o bien formar ramilletes
de 2, 3, 5 o más en los braquiblastos (como en el alerce europeo o en
el cedro del Líbano). Las acículas, además, pueden aparecer en hilera,
esto es, penden en un plano más o menor horizontal, o bien radial, pues
penden regularmente de todos los lados del eje.
2. Escuamiformes. Tienen forma de escama y son propias de algunas
coníferas (como en el ciprés común o la tuya occidental).
3. Pinnatifolios. La lámina foliar está a su vez dividida en una especie de
hojas más pequeñas, llamadas folíolos, pero todos en el mismo raquis;
puede verse en el serbal de los cazadores. Las hojas pinnadas en
sentido estricto tienen los folíolos dispuestos de manera regular a
ambos lados del pecíolo, mientras que en las palmeadas
(pinnatipalmeadas) cada folíolo se inserta en un punto central, como se
ve en el castaño de Indias.
4. Hojas simples e indivisas. Cada hoja se inserta individualmente en la
rama por el pecíolo o tallo. Si no tienen ese tallo se les llama sésiles.
Dentro de estas hojas simples se diferencian dos grandes grupos, los
árboles de hojas opuestas y los de hojas alternas. En las hojas
opuestas siempre hay dos hojas, una enfrente de otra, que nacen del
mismo nudo del eje del vástago. Así ocurre en los arces y en el olivo.
Dentro de este tipo de hojas opuestas, las hay verticiladas, es decir,
aquellas en las que surgen tres hojas o más en cada nudo, como ocurre
en la catalpa. En las hojas alternas, en cada nudo del eje del vástago
hay solo una hoja, y la siguiente está en otro nudo y nace hacia otro
lado. De hojas alternas son la mayor parte de los árboles de fronda de
clima templado, como los olmos, los robles y las hayas.
Pueden tener una sola forma (aovada, acorazonada, sagitadas, reniformes,
lanceoladas, etc.) o bien ser recortada, lobulada, con entrantes más o menos
marcados. El borde de la hoja (borde foliar) también es un elemento de
distinción, pues puede ser entero (liso), crenado, dentado (con pequeños
picos), aserrado y doble aserrado (como dientes de sierra), sinuado y lobulado;
además, el borde puede ser espinoso (con espinas en el borde, como en el
borde dentado punzante).

Acícula de abeto blanco, insertada individualmente.


 

Acículas de cedro del Líbano, varias insertadas juntas.


 

Conos y hojas escuamiformes del ciprés común.


 

Hojas del serbal de los cazadores, pinnatifolios


impares alternos.
 

Hojas del castaño de Indias, opuestas, largamente


pedunculadas, pinnatipalmeadas.
 

Hojas simples, opuestas, del arce japonés.


 

Hojas verticiladas de la catalpa.


 

Hojas simples, alternas, del haya común.


Flores y frutos

Cerezos en flor, forman uno de los espectáculos más bellos


en primavera.
Algunos árboles, las coníferas, son gimnospermas y se caracterizan por portar
estructuras reproductivas llamadas conos, pero la mayoría de las especies
son angiospermas (actualmente Magnopliophyta) y tienen algún tipo de flor.
El gingko es un caso particular, ya que aunque es gimnosperma, no es una
conífera. Algunas son flores aisladas, como se ve en las magnolias, pero otras
están juntas formando ramilletes llamados inflorescencias. No todos los árboles
tienen flores completas, con órganos reproductores masculinos y femeninos,
sino que algunos tienen flores femeninas y flores masculinas
(abedul, nogal, roble); es más, en algunas especies, hay ejemplares que solo
tienen flores masculinas y las femeninas están en otros ejemplares distintos
(Dioico), como por ejemplo en el gingko.
Tamaño y edad[editar]
El tamaño de los árboles va desde los 3 metros de altura hasta los más de cien
que pueden alcanzar las secuoyas, la especie que se considera de mayor
tamaño. Las alturas de los árboles más altos del mundo han sido objeto de
controversia y exageración. Modernas medidas verificadas hechas con
aparatos láser, otros métodos de medida, o con medidas de cinta corrida
realizada por investigadores o miembros de grupos como la U.S. Eastern
Native Tree Society, han demostrado que los antiguos métodos de medición a
menudo no son fiables, a veces producen exageraciones de 5 % a 15 % o más
por encima de la verdadera altura. Pretensiones históricas de árboles que
crecieron hasta más de 130 metros o incluso 150 ahora se consideran en gran
medida poco fidedignas, y atribuidas al error humano. Mediciones históricas de
árboles caídos realizadas con el tronco postrado en el suelo se consideran algo
más fidedignas. Actualmente se acepta que las especies más altas son:

1. Sequoia sempervirens: 115,56 m, Parque nacional


Redwood, California, Estados Unidos8
2. Eucalyptus regnans: 99,6 m, al sur de Hobart, Tasmania, Australia16
En cuanto a la edad, los árboles son los seres vivos que pueden vivir mayor
cantidad de años. Los árboles más longevos son las secuoyas, que pueden
llegar a vivir 2000-3000 años. Le siguen algunas especies pináceas propias de
la alta montaña y el drago canario. Se ha calculado que el drago de Icod de los
Vinos, aunque se le llama "milenario", tiene una edad 500 y los 600 años. Los
árboles más antiguos se determinan por la dendrocronología o crecimiento de
los anillos, que puede verse si el árbol es cortado, o en catas tomadas desde la
corteza hacia el centro del tronco. La determinación exacta solo es posible para
árboles que producen anillos de crecimiento, generalmente en climas con
estaciones diferenciadas. Los árboles en climas tropicales, que no diferencia
entre estaciones no tienen anillos distintivos. También es solo posible en
árboles que son sólidos por el centro. Muchos árboles viejos se van vaciando
por dentro cuando están muertos al decaer la madera muerta. Para alguna de
estas especies, la edad estimada se ha hecho sobre la base de extrapolar los
ritmos de crecimiento actuales, pero los resultados son normalmente en gran
medida fruto de la especulación. White (1998) 17 propone un método de estimar
la edad de árboles grandes y antiguos en el Reino Unido, a través de la
correlación entre el diámetro de la rama del árbol, carácter de crecimiento y
edad.18
Los dos árboles más antiguos son:

1. Pino longevo, en California, EE.UU., en Montañas Blancas. Se estima


que nació en el 3050 a. C.: 5070 años
(Por temor a vandalismos, el Servicio Forestal de Estados Unidos se ha
negado a revelar sus coordenadas exactas y ni siquiera se han
difundido imágenes del mismo).19
2. Pino longevo (al que se le dio el apodo de Matusalén), en Condado de
Inyo, California, nacido hacia el 2832 a. C.:4852 años.20
El grosor de un árbol es normalmente más fácil de medir que la altura, pues se
trata solo de medir con cinta alrededor del tronco, tensarlo y así hallar la
circunferencia. El árbol con el tronco más grueso del mundo es un baobab
africano: 15,9 m, Glencoe Baobab (medido cerca del suelo), provincia de
Limpopo, Sudáfrica.21 El célebre árbol del Tule en Oaxaca, México que es una
especie de ahuehuete (Taxodium mucronatum): 11,62, Árbol del Tule, Santa
María del Tule, Oaxaca, México.22

Distribución y hábitat[editar]
Hay árboles por todo el mundo, siendo particularmente ricas en diversidad
de especies arbóreas las franjas tropicales. Los árboles tropicales se hallan en
las selvas tropicales y ecuatoriales de América Central, América del
Sur, África y Asia. Pero también hay árboles en las zonas templadas y llega
hasta latitudes muy altas. En este último caso, los bosques suelen presentar
menos diversidad de especies y estar formados por una o pocas especies.
Los árboles son parte predominante del ecosistema de los continentes debido a
que previenen la erosión, constituyendo los elementos primordiales del paisaje,
la agricultura, los llamados ecosistemas forestales, los bosques y las selvas,
además de encontrarse dispersos en ambientes como las sabanas o las orillas
fluviales. Los árboles tienen gran importancia ecológica, puesto que fijan el
suelo, impidiendo que la delgada capa fértil quede barrida por las lluvias o
los vientos. Proporciona refugio y alimento a numerosas especies animales.
El grado de humedad y la naturaleza del terreno suelen determinar qué tipo de
bosque se dará, y no solo la temperatura o la latitud. Cuanto mayor sea la
humedad, más espeso será el bosque. La aridez determina que los árboles se
encuentren en ejemplares aislados o bosquecillos en torno a una fuente de
agua, como un pozo o un río. Dependiendo de la altura se darán unas especies
u otras. Normalmente en las partes bajas habrá bosques de frondosas
como robles, hayas y castaños, y más arriba aparecerán las coníferas. Cuanta
mayor sea la altura, más empezará a ralear el terreno, hasta que llegue un
momento en que desaparezcan los árboles y solo queden hierbas perennes
y líquenes. Esa línea máxima que pueden alcanzar los árboles es la
llamada línea de árboles. Dependiendo de la exposición al sol, los vientos o la
pluviosidad, puede darse la circunstancia de que en una ladera crezcan los
árboles hasta una altura y en la otra, más expuesta, la línea de árboles esté a
menor altura.
Varios biotopos se definen en gran medida por los árboles que los habitan,
como por ejemplo el bosque templado de caducifolios. Un paisaje de árboles
disperso por un amplio espacio es la sabana. Un bosque de gran edad se
llama bosque primario.

Diversidad[editar]
Hay diversos tipos de clasificaciones dentro de las especies arbóreas. Por el
tipo de hoja, se puede distinguir entre árboles caducifolios o planifolios, que
pierden su follaje durante una parte del año, normalmente la estación fría en los
climas templados, y la árida en los climas cálidos y áridos, y
árboles perennifolios, que no es que no pierdan las hojas, sino que no las
pierden todas a la vez ni tampoco con ritmo anual, sino más largo.
La principal distinción es la que se establece entre árboles de
crecimiento monopódico y árboles de crecimiento simpódico. En
los monopódicos el crecimiento en longitud se basa en un tallo principal
vertical del que salen, con ángulos marcados, ramas laterales subordinadas, de
menor grosor. El crecimiento monopódico da lugar a un porte piramidal, como
el que es característico de las coníferas. En el crecimiento simpódico, las
ramas derivadas se desarrollan cerca del ápice (extremo) de aquellas en que
se asientan, sustituyéndolas en el crecimiento. Las copas de estos árboles
suelen ser más esféricas o cilíndricas y menos piramidales.
En inglés, pero habitualmente no en castellano, se trata de árboles a
las palmeras (palm trees). El biotipo palmeroide se presenta en varios grupos
de plantas, destacando las cícadas (Cycadophyta) y, especialmente, las
angiospermas de la familia arecáceas (Arecaceae).

Evolución[editar]

Un árbol de castaño común en Tesino, Suiza


Un árbol es una forma de planta que aparece en muchos órdenes y familias de
plantas diferentes. Los árboles muestran una variedad de formas de
crecimiento, formas de hojas, características de la corteza y órganos
reproductivos.
La forma de árbol ha evolucionado separadamente en clases de plantas sin
parentesco, en respuesta a unos desafíos medioambientales similares,
haciendo de él un ejemplo clásico de evolución en paralelo. Con unas 100
000 especies arbóreas aproximadas, el número de especies en todo el mundo
puede suponer el 25 % de todas las especies de plantas vivas.23 La mayoría de
las especies arbóreas crecen en regiones tropicales del mundo y muchas de
estas áreas no han sido aún investigadas por los botánicos, haciendo de la
diversidad de especies y áreas de distribución se entienden de manera
fragmentaria.24

Árbol tropical en Campeche, México.


Actualmente (abril de 2007) la datación de los primeros árboles conocidos es
del rango de los 380 millones de años antes del presente, en pleno período
devónico cuando los animales vertebrados apenas comenzaban a colonizar las
tierras emergidas. Esos árboles, del género Wattieza, que poblaban zonas
actualmente correspondientes a Sur y Norteamérica, probablemente
enriquecieron la atmósfera con oxígeno producido mediante
la fotosíntesis favoreciendo de este modo el desarrollo de especies superiores
de animales fuera de los mares. Los árboles más antiguos eran helechos
arborescentes, equisetáceas y licofitas, que crecieron en bosques en el
período carbonífero; aún sobreviven helechos arborescentes, pero las únicas
equisetáceas y licofitas que quedan no tienen forma de árbol. Más tarde, en el
período Triásico, aparecieron las coníferas, los ginkgos, las cícadas y
otras gimnospermas, y posteriormente las plantas con flor en el
período Cretácico. La mayor parte de las especies actuales son plantas con flor
(angiospermas) y coníferas.
Plantas con el biotipo de árbol se encuentran en todas las clases de la
superdivisión Spermatophyta (las antes llamadas fanerógamas), salvo en las
cícadas (Cycadophyta), que son de biotipo Palmeroide.

Importancia económica y cultural[editar]


Se llama dendrología al estudio de los árboles en aquello que les es propio
como tales, y silvicultura al estudio científico y la práctica de su cuidado o
cultivo, del que se ocupan los ingenieros forestales.
Importancia económica[editar]
El humano explota los árboles de diferentes maneras. Desde la antigüedad, la
madera se ha usado como combustible. Se habla de especies forestales, que
son aquellas que suministran madera y productos derivados. La madera de los
árboles es un material común de construcción de edificios y de muebles. La
pulpa se emplea para la industria papelera.
Hay árboles frutales, que se caracterizan por producir frutos comestibles y con
tal finalidad se plantan por el hombre.
Un tercer tipo de uso es el adorno u ornamento de fincas particulares y
espacios públicos. Se habla así de especies ornamentales. Los árboles
forman parte del mobiliario urbano: en las ciudades se utilizan los árboles en
calles, parques y jardines, como algo ornamental y creando así puntos de
descanso, refresco y esparcimiento para los ciudadanos.
Importancia cultural[editar]
Los árboles han jugado un importante papel en la religión, en la magia y la
industria, como por ejemplo el árbol de Navidad, y tienen también un
gran simbolismo en la filosofía y la cultura, por ejemplo el árbol de la sabiduría.
Asimismo tienen un gran protagonismo en relación al calentamiento global.
En diversas culturas el árbol se ha considerado sagrado. En
la iconografía cristiana tiene asociada toda una iconografía. Es el eje entre los
mundos inferior, terrestre y celeste. Coincide con la cruz de la Redención.
La cruz está representada muchas veces como árbol de la vida. Este árbol de
la vida surge por primera vez en el arte de los pueblos orientales; es el hom o
árbol central colocado entre dos animales afrontados o dos seres fabulosos; es
un tema mesopotámico que pasó a Extremo Oriente y Occidente por medio de
los persas, árabes y bizantinos. Para las teogonías orientales el hom tiene un
sentido cósmico, está situado en el centro del Universo y se mueve con la idea
del dios creador. Dos árboles míticos o simbólicos mencionados por primera
vez en la Biblia en el libro del Génesis. Estos árboles serían llamados "árbol del
conocimiento del bien y el mal" y el "árbol de la vida". En el paraíso el árbol de
la vida estaba en medio del huerto, pero protegido de los hombres. 25 En el
claustro de la iglesia de Santa María la Real de Nieva en la provincia de
Segovia (España), en algunos capiteles se encuentra la representación del
hom oriental como símbolo del árbol de la vida:

 Árbol con el león y el toro alados (que representan a Marcos de


Ostia y Lucas el Evangelista) que están defendiendo al hom.
 Un pino, y a sus lados unos perros con rostro humano cubiertos por
capucha. Son los canes dominicanos como defensores del hom.
 En otro capitel, los animales son dos búhos, símbolo de la sabiduría y la
noche, también defendiendo al hom.
Los budistas, hinduistas y jainistas consideran sagrado cierto tipo
de higuera llamada por ello higuera sagrada bajo la cual, creen, Buda alcanzó
el nirvana. Yggdrasil es el árbol mítico de los nórdicos, un fresno perenne al
que consideraban el "árbol de la vida", o "fresno del universo". Los
antiguos sajones tenían también un árbol sagrado, Irminsul,
que Carlomagno ordenó destruir cuando los atacó.26
En la mitología grecorromana, distintos tipos de árboles y otras plantas han
sido consagrados a diferentes divinidades:

 El haya y la encina estaban consagradas a Júpiter.


 El pino estaba consagrado a Cibeles.
 El olivo se consagraba a Minerva.
 El laurel, a Apolo.
 El mirto y el loto, a Venus.
 El ciprés, a Plutón.
 El narciso, a Proserpina.
 El fresno a Marte.
 La adormidera, a Ceres y a Lucina.
 La viña, el pámpano y la hiedra a Baco.
 El álamo, a Hércules.
 El cedro, el aliso y el enebro a las Euménides.
 La palmera, a las Musas.
 El plátano, a los Genios.27

Estado de conservación[editar
Los árboles están desapareciendo de forma masiva de la superficie de la tierra
en un proceso de deforestación sin precedentes.Wohlleben, Peter; Flannery,
Tim F.; Simard, S.; Billinghurst, Jane. The Hidden Life of Trees: What They
Feel, How They Communicate: Discoveries from a Secret
World. ISBN 9781771642484. OCLC 933722592. Se calcula que un tercio de los
bosques del mundo han desaparecido. Se debe en parte a la sobreexplotación
que padecen, por ejemplo las selvas tropicales, pero también a los incendios
forestales, la mayor parte de los cuales son producidos por el hombre, bien de
forma intencionada, bien por negligencia. Además, el hombre efectúa talas
intensivas para hacer sitio a otro tipo de cultivo que da un rendimiento
económico mayor a corto plazo, por ejemplo, para abrir pastos para
la ganadería o para el cultivo de grandes extensiones de soja. Las
consecuencias negativas son: la pérdida de hábitats para diversas especies
animales y vegetales, la erosión, al dejar el terreno libre a la acción desecante
del viento y la libre circulación de las aguas, lo que provoca que se pierda la
capa fértil de suelo y ocasiona que el terreno se vaya desertificando.
La solución, además del abandono de determinadas prácticas, como la quema
intencionada del bosque para obtener pastos, pasa por una explotación
racional, que implique no sólo tala sino también reforestación con ejemplares
jóvenes que constituyan el bosque del futuro. El Programa de las Naciones
Unidas para el Medio Ambiente ha iniciado una campaña mundial Plantemos
para el Planeta con el objetivo de plantar 7000 millones de árboles, o sea 1
árbol por habitante de la tierra para finales de 2009. Además, se protegen
extensiones de aquellas áreas más ricas en biodiversidad, o de las
especies endémicas, muchas de ellas en peligro de extinción.
También hay riesgos naturales que amenazan los bosques, como el fuego,
las plagas de insectos y enfermedades.

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