(Day 8) Di Üa 8 Urim y Tumim

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El Sumo Sacerdote

DÍA 8—URIM Y TUMI M

Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el
tiempo, porque los días son malos. Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la
voluntad del Señor. (EFESIOS 5:15-17)

FORMATO SUGERIDO PARA EL TIEMPO DE ORACIÓN

Alabanza
• Señor, te alabamos por quien eres—nuestro Guía y Amigo.
• Gracias porque la Biblia muestra claramente cuál es Tu voluntad para nosotros..
• Te alabamos por enviar a Jesús quien vino para revelar la voluntad de Dios para nosotros..

Confesión y reclamar Victoria sobre el pecado


• padre, muéstranos que pecado confesar en privado. Reclamamos Tu Victoria sobre esos pecados.
• Perdónanos por las veces en que no hemos estados dispuestos a seguir Tu voluntad escrita en Tu Palabra.
• Gracias por que nos perdonas de acuerdo a 1 Juan 1:9.

Súplica e intercesión
• Señor, ayúdanos a recordar que tus planes para nosotros son planes “pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis.” (Jeremías 29:11).
• Oramos por corazones que se deleiten en hacer Tu voluntad y no el nuestro.
• Que cada uno siga el ejemplo de Jesús, quien vino no a hacer su propia voluntad sino para hacer la voluntad de Su Padre (Juan 6:38).
• Señor, danos sabiduría cuando buscamos hacer Tu voluntad para situaciones específicas. Que te busquemos a Ti y obedezcamos Tu Palabra.
• Oramos para que los jóvenes entiendan cuál es tu voluntad cuando elijen un (a) compañero (a) de vida.
• Lidera y muestra Tu voluntad a los líderes de iglesia..
• Oramos por una amplia distribución de guías de estudio bíblico, panfletos y libros tales como El camino a Cristo. Que estos materiales puedan plantar la
semilla de la verdad en el corazón de las personas y les dirija a estudiar la Palabra de Dios.
• Que nuestros miembros de iglesia, pastores y líderes alrededor del mundo se alimenten diariamente de la Palabra de Dios. Que te busquemos diariamente
en nuestras oraciones personales. Recuérdanos que sin Ti nada podemos hacer.
• Señor, haznos dispuestos a seguirte a Ti en cada parte de nuestras vidas. Cuando tenemos la necesidad de dar el siguiente paso de obediencia muéstranos
cuál es ese paso.
• Reaviva la asistencia a la Escuela Sabática alrededor del mundo. Dirige a miembros y visitas a experimentar la comunión que cambia la vida, misión, estudio
de la Biblia y el evangelismo local..
• Señor, oramos por siete (o más) personas del listado personal de oración. Que el Espíritu Santo revele tu voluntad a cada uno de ellos..
• We also pray for the personal needs of those gathered here.

Acción de gracias
• Señor, gracias porque estás dispuesto a revelarnos Tu voluntad..
• Gracias porque cuando confiamos en TI con todo nuestro corazón y nos apoyamos no en nuestro propio entendimiento y te reconocemos en todos Tus
caminos tu dirigirás nuestras sendas (Proverbios 3:5, 6).
• Gracias porque Jesús es el Camino, la Verdad y la Vida (Juan 14:6).

HIMNOS SUGERIDOS
“Salvador a Ti me rindo” (NHA #277); “Cúmplase, oh Cristo, Tu voluntad ” (NHA #245); “Abre mis ojos a la luz” (NHA #195);
Urim y Tumim
Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el
tiempo, porque los días son malos. Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la
voluntad del Señor. (EFESIOS 5:15-17)
El Urim y Tumim eran colocados en los hombros del Sumo Sacerdote y revelaban la voluntad de Dios a Su pueblo. Es esencial que entendamos la obra de
Cristo por nosotros y Su voluntad para nuestra vida hoy.
¡Cuán importante es, pues, que cada uno contemple a menudo de antemano la solemne escena del juicio en sesión, cuando serán abiertos los libros, cuando
con Daniel, cada cual tendrá que estar en pie al fin de los días!. (Evangelismo, p. 165)

En los asuntos de la vida más simples hasta los más grandes la primera pregunta que debe hacerse es “¿Cuál es la voluntad de Dios?” “El obedecer es mejor
que los sacrificios y escuchar que la grasa de los carneros.” Cristo llama a su pueblo que de despojen de todo egoísmo, toda codicia y toda impureza. “Venid a
mí,” dice Él, ‘y les daré descanso. Ríndanse a mi entrenamiento. Sometan su voluntad a mi voluntad, sus caminos a mis caminos. Deje que su vida sea una con
mi vida. Así ganarás un tesoro que perdurará para la vida eterna. (Signs of the Times, Feb. 19, 1902, par. 13)
¿Cuál es la voluntad de Dios? ¿Qué haré para glorificar a Dios? Estoy comprometida a servir a mi Salvador con mi afecto indiviso. Considero todas las cosas
como basura para poder ganar a Cristo. El cielo, la vida eterna, lo valen todo para mí, y Cristo murió para que yo poseyera el eterno peso de gloria. . . . (A fin de
conocerle, p. 203)
Todo esfuerzo hecho para romper con el poder de un mal hábito es viriles la voluntad de Dios que, a través de determinado esfuerzo, nos alcemos a la dignidad
de una vida pura , ganando fortaleza espiritual y obteniendo poder moral a través del ejercicio de las facultades que Dios nos ha dado. Hay gozo en la presencia
de los ángeles celestiales cuando los jóvenes ganan decididas victorias en el nombre de Jesús.. (The Youth’s Instructor, Nov. 12, 1896, par. 6)
El apóstol Pablo escribió: “Porque la voluntad de Dios es vuestra santificación.” 1 Tesalonicenses 4:3. La santificación de la iglesia es el propósito de Dios en todo
su trato con su pueblo. Lo escogió desde la eternidad, para que fuese santo. Dio a su Hijo para que muriese por él, a fin de que fuese santificado por medio de
la obediencia a la verdad, despojándose de todas las pequeñeces del yo. Requiere de él una obra personal, una entrega individual. Dios puede ser honrado por
los que profesan creer en él únicamente cuando se asemejan a su imagen y son dirigidos por su Espíritu. Entonces, como testigos del Salvador, pueden dar a
conocer lo que ha hecho la gracia divina por ellos. (Hechos de los apóstoles, p. 446)
“Porque la voluntad de Dios—acerca de vosotros—es vuestra santificación.” 1 Tesalonicenses 4:3. ¿Es la vuestra también? Vuestros pecados pueden aparecer
ante vosotros como montañas; pero si humilláis vuestro corazón, y los confesáis, creyendo en los méritos de un Salvador crucificado y resucitado, os perdonará
y limpiará de toda injusticia. Dios demanda de vosotros una completa conformidad con su ley. Esa ley es el eco de su voz que nos dice: Más santo, sí, más santo
aún. Desead la plenitud de la gracia de Cristo. Permitid que vuestro corazón se llene con un intenso anhelo de su justicia, cuya obra, declara la Palabra de Dios,
es paz, y su efecto quietud y seguridad para siempre. (Hechos de los apóstoles, p. 452)
De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. (2 Corintios 5:17)
Amplia provisión ha sido hecha para que el pueblo de Dios pueda obtener perfección de carácter. El apóstol dice, “Esta es la voluntad de Dios, aun tu
santificación.” Que cada individuo extraiga para sí mismo de la fuente inagotable de todo poder moral e intelectual para poder hacer las obras de justicia. A
través de la cruz del Calvario, cada instalación está amueblada por la cual el hombre puede estar en unión con sus semejantes, y en armonía con Cristo en Dios.
El Padre dice que el amará a aquellos que creen que Cristo murió por ellos, así como el ama a su único hijo. La cruz de Cristo es la seguridad que podemos ser
completos en él. “Dios amó tanto al mundo que dio a su único hijo para todo aquel que en él cree no perezca, sino que tenga vida eterna.” En Cristo está la
excelencia, en él está la grandeza intelectual y la eficiencia moral. (Review and Herald, Nov. 30, 1897, par. 9)
Dios los intima para que con una mano, la mano de la fe, se aferren de su brazo poderoso, y con la otra mano, la del amor, alcancen a las almas que perecen.
Cristo es el camino, la verdad y la vida. Síganlo. No anden según la carne, sino según el Espíritu. Anden como él anduvo. La voluntad de Dios es que ustedes
sean santificados. La obra que tienen que llevar a cabo es hacer la voluntad del que sostiene su vida para su gloria. Si trabajan para sí mismos, nada
aprovecharán. Trabajar para el bien de los demás, preocuparse menos de uno mismo y ser más fervorosos en la dedicación de todo a Dios, es algo que a él le
resultará aceptable y que recompensará mediante las riquezas de su gracia. (Testimonios para la iglesia, tomo 2, p. 154)

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