Novena A La Divina Misericordia
Novena A La Divina Misericordia
Novena A La Divina Misericordia
Misericordia.
Letanías. Promesas.
…
Señal de La Cruz: Por la Señal de La Santa Cruz, de nuestros enemigos,
líbranos Señor Dios Nuestro. En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu
Santo. Amén.
Oración:
PRIMER DÍA
SEGUNDO DÍA
Padre Eterno, mira con misericordia al grupo elegido de tu viña, a las almas
de los sacerdotes y a las almas de los religiosos; otórgales el poder de Tu
Bendición. Por el amor del Corazón de tu Hijo, en el cual están encerradas,
concédeles el poder de tu luz para que puedan guiar a otros en el camino
de la salvación y a una sola voz canten alabanzas a Tu Misericordia sin
límites por los siglos de los siglos. Amén.
TERCER DÍA
Padre Eterno, mira con Misericordia a las almas fieles como herencia de Tu
Hijo y por su Dolorosa Pasión, concédeles Tu Bendición y rodéalas con tu
protección constante para que no pierdan el amor y el tesoro de la santa fe,
sino que con toda la legión de los ángeles y los santos, glorifiquen Tu
Infinita Misericordia por los siglos de los siglos. Amén.
CUARTO DÍA
Padre Eterno, mira con Misericordia a las almas de aquellos que no creen
en ti y de los que todavía no te conocen, pero que están encerrados en el
Compasivísimo Corazón de Jesús. Atráelas hacia la luz del Evangelio.
Estas almas desconocen la gran felicidad que es amarte. Concédeles que
también ellas ensalcen la generosidad de tu Misericordia por los siglos de
los siglos. Amén.
QUINTO DÍA
SEXTO DÍA
Padre Eterno, mira con misericordia a las almas mansas y humildes, y a las
almas de los niños pequeños que están encerradas en el compasivísimo
Corazón de Jesús. Estas almas son las más semejantes a tu Hijo. Su
fragancia asciende desde la tierra y alcanza Tu Trono. Padre de
Misericordia y de toda bondad, te suplico por el amor que tienes por estas
almas y el gozo que te proporcionan, bendice al mundo entero para que
todas las almas canten juntas las alabanzas de Tu Misericordia por los
siglos de los siglos. Amén.
SÉPTIMO DÍA
OCTAVO DÍA
Padre eterno, mira con misericordia a las almas que sufren en el purgatorio
y que están encerradas en el compasivísimo Corazón de Jesús. Te suplico
por la dolorosa pasión de Jesús, tu Hijo, y por toda la amargura con la cual
su sacratísima alma fue inundada, muestra tu misericordia a las almas que
están bajo tu justo escrutinio. No las mires sino a través de las heridas de
Jesús, tu amadísimo Hijo, ya que creemos que tu bondad y tu compasión no
tienen límites. Amén.
NOVENO DÍA
Padre eterno, mira con misericordia a las almas tibias que, sin embargo,
están encerradas en el piadosísimo Corazón de Jesús. Padre de la
misericordia, te suplico por la amarga pasión de tu Hijo y por su agonía de
tres horas en la cruz, permite que también ellas glorifiquen el abismo de tu
misericordia. Amén.
Oh Sangre y Agua que brotaste del Corazón de Jesús, como una Fuente de
Misericordia para nosotros, ¡Jesús en Ti confío! (Diario, 84).
Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros y del
mundo entero.
Padre Eterno por la Pasión de tu Hijo por lo que Él sufrió, por esos dolores
tan inmensos, Yo me uno a esta Cruz, ¡Oh Padre Mío! ¡Oh Padre Celestial!
Mira las Llagas de Tu Hijo y dígnate recibirlas para que las Almas se abran
a los toques de Tu Gracia: que los clavos que traspasaron sus manos y sus
pies traspasen los Corazones endurecidos por el pecado, que su Sangre los
ablande y los mueva a hacer penitencia; que el peso de la Cruz sobre los
Sagrados Hombros de Tu Divino Hijo, mueva las almas al descargar el peso
de sus delitos en el Tribunal de la Penitencia; por la Pasión de Tu Hijo, te
ofrezco ¡Oh Padre Celestial! Está corona de Espinas de Tu Amado Hijo, por
el PAPA Francisco y por todos los sacerdotes, para que se entreguen más
en el ejercicio de su vocación, que sean puros, que sean Santos y Salvos,
que sean buenos hijos tuyos, Dignos de consagrar los misterios en la Santa
Misa; también te ofrezco todo lo que sufrió tu Hijo clavado en esa Cruz, su
ardiente sed y todos los demás tormentos de su agonía, por todos los
pecadores para que nos arrepintamos de nuestras culpas; por esa
Perseverancia con que Tu Hijo te rogó por los mismos que lo estaban
crucificando, y con esa humildad te pedía: “Perdónalos porque no saben
lo que hacen” te pido que nos concedas un gran Amor al Prójimo y que
seamos FIELES a Tu Hijo Jesús; sí Dios mío, mira que todo esto te lo
ofrecemos y te lo pedimos por tu Divino Hijo, por Su Preciosísima Sangre y
por Su Divina Misericordia que contigo vive y reina en la unidad con el
Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. AMEN.