Guia - 1 - Democracia Grado Decimo
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Guia - 1 - Democracia Grado Decimo
ÁREA: Sociales
DEPARTAMENTAL INTEGRADA DE TAUSA
GRADO: DÉCIMO
DOCENTE: Juan Leonardo Bello Rodríguez
N.º SEMANA: 01-
TEMA (enumerado): INTRODUCCIÓN AL NACIONALISMIO
02 (20 abril – 30
GUÍA No.: 01
Abril)
¡Mucha suerte!!!
DEMOCRACIA
1. Leer y realizar un mapa conceptual:
Nacionalismo
El nacionalismo es una ideología y movimiento sociopolítico que surgió junto con el concepto moderno de nación,
propio de la Edad Contemporánea, en las circunstancias históricas de la llamada era de las Revoluciones (Revolución
industrial, Revolución burguesa, Revolución liberal) y los movimientos de independencia de las colonias europeas
en América, desde finales del siglo XVIII.12 También puede designar al sentimiento nacionalista y a la época del
nacionalismo.
Según Ernest Gellner, «el nacionalismo es un principio político que sostiene que debe haber congruencia entre la
unidad nacional y la política» o dicho con otras palabras «el nacionalismo es una teoría de legitimidad política que
prescribe que los límites étnicos no deben contraponerse a los políticos». Por su parte Liah Greenfeld define el término
«nacionalismo» en un sentido general como el «conjunto de ideas y de sentimientos que conforman el marco
conceptual de la identidad nacional», esta última considerada como la «identidad fundamental» en el mundo
moderno frente a otras identidades en cuanto que «se considera definidora de la esencia misma del individuo».
En el análisis del nacionalismo se han configurado dos paradigmas contrapuestos y excluyentes, cada uno de los cuales
implica una determinada concepción de la naturaleza y el origen de la nación y una definición de la misma:
el modernista o constructivista, que define la nación como una comunidad humana que detenta la soberanía sobre un
determinado territorio por lo que antes de la aparición de los nacionalismos en la Edad Contemporánea no habrían
existido las naciones —la nación sería una «invención» de los nacionalismos—; y el perennialista o primordialista que
define la nación sin tener en cuenta la cuestión de la soberanía y que defiende, por tanto, que las naciones existieron
antes que los nacionalismos, hundiendo sus raíces en tiempos remotos —así sería la nación la que crea el nacionalismo
y no a la inversa—.
Interpretaciones
El nacionalismo está más orientado hacia el desarrollo y el mantenimiento de una identidad nacional basada en
características compartidas como la cultura, el idioma, la etnia, la religión, los objetivos políticos o la creencia en un
ancestro común. Por lo tanto, el nacionalismo busca preservar la cultura nacional. A menudo también implica un
sentimiento de orgullo por los logros de la nación, y está estrechamente relacionado con el concepto de patriotismo.
En algunos casos, el nacionalismo se refirió a la creencia de que una nación debería poder controlar el gobierno y todos
los medios de producción.
Como ideología, el nacionalismo pone a una determinada nación como el único referente identitario, dentro de una
comunidad política; y parte de dos principios básicos con respecto a la relación entre la nación y el Estado:
El principio de la soberanía nacional: que mantendría que la nación es la única base legítima para el Estado.
El principio de nacionalidad: que mantendría que cada nación debe formar su propio Estado, y que las fronteras
del Estado deberían coincidir con las de la nación.
El término nacionalismo se aplica tanto a las doctrinas políticas como a los movimientos nacionalistas: las acciones
colectivas de movimientos sociales y políticos tendientes a lograr las reclamaciones nacionalistas.
La historiografía también usa el término nacionalismo para referirse a la época del nacionalismo: el periodo histórico
de formación de las naciones y el surgimiento de la ideología y movimientos nacionalistas, lo que ocurrió en torno
al siglo XIX, coincidiendo con las revoluciones liberales o revoluciones burguesas.11 En el siglo XX se produce una
renovación del nacionalismo, en el periodo de entreguerras vinculado al fascismo, y tras la Segunda Guerra
Mundial vinculado al proceso de descolonización y al tercermundismo, cuando surgen numerosos grupos
denominados Movimiento de Liberación Nacional.
El nacionalismo podría entenderse como un concepto de identidad experimentado colectivamente por miembros de
un gobierno, una nación, una sociedad o un territorio en particular. Los nacionalistas se esfuerzan en crear o sustentar
una nación basada en varias nociones de legitimación política. Muchas ideologías nacionalistas derivan su desarrollo
de la teoría romántica de la "identidad cultural", mientras que otros se basan en el argumento liberal de que la
legitimidad política deriva del consenso de la población de una región.
Los primeros precedentes del nacionalismo comienzan a aparecer en el siglo XVIII, pues hasta ese momento, la idea
de nación, tal y como se concibe en la actualidad, no se había formulado. Hasta ese momento, las identidades
colectivas basadas en la religión o en ser súbditos de un mismo rey, prevalecían sobre las étnicas. En la Revolución
francesa se utilizará el término nación como sinónimo de ciudadano, es decir, la nación ya no está personificada en la
figura del monarca, pues la nobleza es un cuerpo ajeno a la nación: la nación es el tercer Estado.
Ciertos teóricos, como Benedict Anderson, han afirmado que las condiciones necesarias para el nacionalismo incluyen
el desarrollo de la prensa y el capitalismo. Anderson también afirma que los conceptos de nación y nacionalismo son
fenómenos construidos dentro de la sociedad, llamándolos comunidades imaginadas. Ernest Gellner añade al
concepto: "el nacionalismo no es el despertar de las naciones hacia su conciencia propia: inventa naciones donde no
las hay".
Por otro lado, hay historiadores como el español Pelai Pagès que advierten del carácter polisémico del concepto de
nacionalismo y de la dificultad de hallar una definición válida capaz de abarcar la diversidad de movimientos y de
ideologías nacionalistas. Por ejemplo, señala Pagès, «históricamente han existido nacionalismos xenófobos y
opresores y nacionalismos liberadores». Sin embargo, Pagés reconoce que hay autores que afirman que existe una
base común en todos los nacionalismos, lo que nos permitiría alcanzar una definición del nacionalismo. Es el caso
de Hans Kohn para quien todo nacionalismo «afirma que el Estado-nación es la única forma legítima ideal de
organización política y que la nacionalidad es la fuente de toda energía de creación cultural y de bienestar económico».
Nacionalismo y patriotismo
En los años 1830 empieza a usarse en castellano el término «nacionalismo», entendido como sinónimo de
«patriotismo», un término este último ampliamente difundido desde hacía tiempo. Por ejemplo, Mariano José de
Larra utilizó los dos términos como sinónimos en 1835: «Lo que se llama en general la sociedad es un [sic] amalgama
de mil sociedades colocadas en escalón, que solo se rozan en sus fronteras respectivas unas con otras, y las cuales no
reúne en un todo compacto en cada país sino el vínculo de una lengua común, y de lo que se llama entre los hombres
patriotismo o nacionalismo». Pero el uso del término «nacionalismo» fue muy reducido durante el siglo XIX, no solo
en castellano sino en otras lenguas occidentales como el francés y el inglés (en el catálogo de la Biblioteca Nacional de
España no existe ninguna obra publicada antes de 1900 que contenga la palabra «nacionalismo» en su título, mientras
que en francés (nationalisme) solo existen 9, según el catálogo de la Bibliothèque Nationale de París, y 14 en inglés
(nationalism), según el catálogo de la Library of Congress de Washington). En el siglo XX el término se generalizó (entre
1900 y 2000 en castellano hay catalogadas 385 obras que contienen la palabra «nacionalismo» en su título, 286 en
francés y 2485 en inglés) para adoptar un significado diferente y en gran medida contrario al concepto de «nación»
del liberalismo (la nación de ciudadanos), característico del siglo XIX. Juan Francisco Fuentes señala que en el siglo XX
el término «patriotismo» «tendrá casi siempre un valor positivo, excepto para algunos nostálgicos del Antiguo
Régimen y para el movimiento obrero ―y no siempre―», mientras que «nacionalismo» tendrá un valor más bien
peyorativo, lo que explicaría que muchos nacionalistas no se definieran como tales. Fue el caso del líder de Falange
Española José Antonio Primo de Rivera cuando afirmó: «Nosotros no somos nacionalistas, porque el nacionalismo es
el individualismo de los pueblos… Somos españoles».
A lo largo del siglo XX varios autores han diferenciado entre nacionalismo y patriotismo dando al primer término un
valor negativo y un valor positivo al segundo. Esta fue la posición, por ejemplo, del escritor británico George Orwell que
escribió en 1945, nada más acabada la Segunda Guerra Mundial: el «nacionalismo no debe ser confundido con el
patriotismo. Entiendo por patriotismo la devoción por un lugar determinado y por una particular forma de vida... que
no se quiere imponer...; contrariamente, el nacionalismo es inseparable de la ambición de poder». Un años antes, en
1928, el historiador español Rafael Altamira, tras afirmar que su obra había tenido desde hacía años «un marcado
sentido patriótico» («quiero decir que he estudiado y expuesto con gran frecuencia temas referentes a las
vindicaciones de nuestra historia y nuestros valores actuales, al problema espiritual de nuestra unidad y al de la
educación necesaria para formar ciudadanos españoles»), decía que ser patriota no quería decir ser nacionalista, «ni
en lo agresivo de esta política, por lo que se refiere a las relaciones internacionales, ni en su inclinación retrógrada en
punto a la identidad y tipo de vida de una nación determinada».
Sin embargo, el historiador español Xosé M. Núñez Seixas los considera prácticamente sinónimos «si
definimos nacionalismo como la ideología y el movimiento sociopolítico que defiende y asume que un colectivo
territorial definido es una nación, y por tanto depositario de derechos políticos colectivos que lo convierten en sujeto
de soberanía, independientemente de los criterios (cívicos, étnicos o una mezcla de ambos) que definan quiénes son
los miembros de pleno derecho de ese colectivo». Según Núñez Seixas, la consideración peyorativa
del nacionalismo que lleva a diferenciarlo del patriotismo y que provoca que muchos nacionalistas rehúyan
considerarse como tales procede de la identificación del nacionalismo «con exaltación de la concepción orgánico-
historicista, etnicista y esencialista de la comunidad política frente al concepto cívico de la nación de ciudadanos».
https://www.youtube.com/watch?v=60vw4GXOxMQ
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