Interaccionismo Simbolico

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INTERCCIONISMO SIMBÓLICO

EJEMPLOS
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wCXoECAcQLg#imgrc=fxhLrvl1Ix7v3M

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Interaccionismo simbólico
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El interaccionismo simbólico es una de las corrientes de pensamiento micro-sociológico,


relacionado también con la antropología y la psicología social, que se basa en la comprensión
de la sociedad a través de la comunicación y que ha influido enormemente en los estudios
sobre los medios. El interaccionismo simbólico se sitúa dentro del paradigma interpretativo.
Éste analiza el sentido de la acción social desde la perspectiva de los participantes.
Dicho paradigma concibe a la comunicación como una producción de sentido dentro de un
universo simbólico

Premisas[editar]
De acuerdo con Herbert Blumer, quien acuña el término interaccionismo simbólico en 1938,
sus principales premisas son:

1. Las personas actúan sobre los objetos de su mundo e interactúan con otras personas
a partir de los significados que los objetos y las personas tienen para ellas. Es decir, a
partir de los símbolos. El símbolo permite, además, trascender el ámbito del estímulo
sensorial y de lo inmediato, ampliar la percepción del entorno, incrementar la
capacidad de resolución de problemas y facilitar la imaginación y la fantasía.
2. Los significados son producto de la interacción social, principalmente la comunicación
consciente, que se convierte en esencial, tanto en la constitución del individuo como
en (y debido a) la producción social de sentido. El signo es el objeto material que
desencadena el significado, y el significado el indicador social que interviene en la
construcción de la conducta.
3. Las personas seleccionan, organizan, reproducen y transforman los significados en los
procesos interpretativos en función de sus expectativas y propósitos.
Otras premisas importantes son: la distinción entre conducta interna y externa presupone que
el individuo se constituye por la interacción social (formación del yo social autoconsciente), y
que no es posible entender el yo sin el otro ni a la inversa, y que los grupos y la sociedad se
constituyen sobre la base de las interacciones simbólicas de los individuos al tiempo que las
hacen posibles.

Desarrollos[editar]
El individuo no nace siendo persona; según Mead, 2 la persona se forma socialmente al
momento que logra observarse a sí misma como un objeto, es decir, cuando logra un
pensamiento reflexivo sobre sí mismo. A través de la comunicación es que la persona puede
salir de sí, pues la comunicación supone asumir la postura de la otra persona con la que se
está hablando y desde esta mirarse uno mismo. El interlocutor es un espejo en el cual se
observa la propia persona, de esta manera logra salirse de su propio organismo y mirarse
como objeto. En la infancia esto se ve claramente con los juegos de roles: el niño va hablando
e intercambiando papeles, aprendiendo así formas socialmente establecidas de comportarse y
de mirar el mundo.
El niño dice algo en un papel y responde en otro papel, y entonces su reacción en el otro papel
constituye un estímulo para él en el primer papel, y así continúa la conversación. Surge en él y en su
otra personificación ciertas estructuras organizadas que se replican y mantienen entre sí con la
conversación de gestos. (Mead, 1928, p. 181).

A partir del yo social autoconsciente de Mead se desarrolla el self especular como el sujeto


con capacidad de interactuar consigo mismo, de convertirse en objeto de su atención, forjando
así una imagen coherente de sí mismo (sus intereses, expectativas, ideas, sensaciones,
sentimientos, etc.) que pone en interacción con otros. En el curso de esta interacción, lo
primero que pone en juego cada participante, junto con su self especular, es su definición de
la situación comunicativa (conjunto de significados o definiciones).
Goffman, en su Teoría de la Interacción de Actores basada en el esquema interpretativo de la
dramaturgia, estudia los ritos de interacción comunicativa que aprendemos y ponemos en
juego en nuestra vida cotidiana. 3 Define el rol como un conjunto organizado de expectativas de
comportamiento en torno a una función o posición social (ej. profesor). El desempeño del rol
cuando se interactúa ante los demás en un determinado contexto espacial y temporal
(fachada), sobre la premisa de estar siendo observados (escenario), es la parte visible y
contextualizada del self especular, que para Goffman es más producto de la interacción social
que de la propia intervención del sujeto. Sin embargo, cuando se interactúa entre bastidores,
los roles pasan a segundo plano. Cada interlocutor o actor asume uno o varios roles en la
interacción en función del marco (situación-tipo reconocible por los participantes) y el
escenario, así como de la imagen que se desea ofrecer a los otros. La comunicación no se
limita solo a estas conductas interactivas, sino que también el contexto espacial y cultural
(fachada) adquiere significado.

Metodología
La interacción de los individuos y los grupos y el significado de los símbolos analizados por la
observación participativa y documental (método de documentación) y cómo los cambios de
símbolos cambian las personas y su comportamiento, sin hacer mucho énfasis en el uso de
las variables, sino en las personas que manejan el significado de los símbolos como proyectos
de convivencia, principalmente el lenguaje en los sistemas simbólicos captando significados
por interacción.
Sus métodos de investigación preferentes son cualitativos (símbolos, contenidos y palabras).
Interacciones simbólicas entre personas en la acción social con una perspectiva o enfoque
psicosociológico en el microclima de las comunidades típicas medias. Concretamente, por
ejemplo, efectúa análisis de contenido categorizando frecuencias en documentación (análisis
de contenido de documentos variados): libros, películas, periódicos, etc. El tipo de método
preferido es la observación participante con procedimiento empírico/inductivo con entrevistas
entre semiestructuradas y mixtas, en períodos únicos 'sincrónico' o varios 'diacrónico'. Un caso
de investigación podría ser el juego de los niños en las escuelas y calles de Brasil en un
determinado período de tiempo.
La interacción simbólica y la sinergia
La interacción simbólica y la sinergia[editar]
La interacción simbólica es importante y puede en muchos casos llegar a reemplazar la
comunicación verbal o a reemplazar palabras, estos símbolos pueden ser llamados también
gestos que se usan para comunicarse.
Muchos lo usan como palabras claves, y hay diferentes grupos sociales que usan símbolos
entre ellos al expresarse. Muchas veces solo determinados grupos que vivieron determinada
etapa o momento reconocen con facilidad símbolos y los usan con frecuencia.
La sinergia es la suma de las partes. Como resultado se obtiene el todo más la suma de las
partes. Esto significa que al relacionarlo con la interacción simbólica y la comunicación verbal
se obtiene una comunicación muy completa entre receptor y emisor.
En muchos casos se utiliza solo la interacción verbal más no la simbólica y el mensaje que
emite en emisor puede llegar a ser confuso para el receptor, ya que influye mucho cualquier
tipo de gesto facial o de interacción simbólica que el emisor proyecte, este puede llegar a
influir al mensaje de manera errónea muchas veces, y no se logra la comunicación ni el
mensaje adecuado.
En resumen, cuando usamos la sinergia en cuanto a la interacción simbólica podemos
comunicarnos sin dejar dudas ni problemas al momento de expresarnos, no habrá dudas de
nuestra actitud o predisposición sobre determinado tema, y tendremos éxito al hacer de
nuestra idea o mensaje un resultado limpio de dudas y malentendidos.

El Interaccionismo Simbólico es una teoría sociológica que ha tenido


un gran impacto en la psicología social contemporánea, así como en
otras áreas de estudio de las ciencias sociales. Esta teoría analiza las
interacciones, y sus significados, para comprender el proceso a través
del cual los individuos nos convertimos en miembros competentes de una
sociedad.

Desde la primera mitad del siglo XX, el Interaccionismo Simbólico ha


generado muchas corrientes distintas, así como metodologías propias
que han tenido gran importancia en la comprensión de la actividad social
y en la construcción del “yo”.

Etapas y principales propuestas


El Interaccionismo Simbólico ha pasado por muchas propuestas distintas.
En términos generales se reconocen dos grandes generaciones cuyas
propuestas se conectan entre sí, compartiendo las bases y antecedentes
de la teoría, pero que se caracterizan por algunas propuestas distintas.

1. Inicios del Interaccionismo Simbólico: las acciones


siempre tienen un sentido
Una de las principales propuestas es que la identidad se construye
principalmente a través de la interacción, que es siempre simbólica,
es decir, que siempre significa algo. Es decir, la identidad individual está
siempre en conexión con los significados que circulan en un grupo social;
depende de la situación y de los lugares que ocupa cada individuo en
ese grupo.

Así, la interacción es una actividad que siempre tiene un sentido social,


en otras palabras, depende de nuestra capacidad para definir y dar
sentido a los fenómenos individuales y sociales: el ‘orden de lo
simbólico’.

En este orden, el lenguaje ya no es el instrumento que representa


fielmente la realidad, sino que es más bien una forma de manifestar
las actitudes, las intenciones, las posiciones o los objetivos del
hablante, con lo cual, le lenguaje es también un acto social y una forma
de construir esa realidad.

Así, nuestras acciones son comprendidas más allá de un conjunto de


hábitos o de conductas automáticas o conductas expresivas. Las
acciones tienen siempre un sentido que puede ser interpretado.

De esto se deriva que el individuo no es una expresión; es más bien


una representación, una versión de sí mismo que se construye y se
descubre por medio del lenguaje (lenguaje que no están aislado ni ha
sido inventadas por el individuo, sino que pertenece a una lógica y a un
contexto social en concreto).

Es decir, el individuo se construye por medio de los significados que


circulan mientras interactúa con los demás individuos. Aquí surge uno de
los conceptos clave del Interaccionismo Simbólico: el “self”, que ha
servido para intentar comprender cómo es que un sujeto construye estas
versiones de sí mismos, es decir, su identidad.

En suma, toda persona tiene un carácter social, por lo que las conductas
individuales deben ser entendidas en relación con las conductas
grupales. Por eso, varios autores de esta generación se enfocan
especialmente en comprender y analizar la socialización (el proceso
mediante el cual interiorizamos la sociedad).

En la primera generación del Interaccionismo Simbólico surgen


propuestas metodológicas cualitativas e interpretativas, por ejemplo
el análisis del discurso o el análisis de los gestos y de la imagen; que
se entienden como elementos que no sólo representan sino que también
construyen una realidad social.

El autor más representativo de los inicios del Interaccionismo Simbólico


es Mead, pero también han sido importantes Colley, Pierce, Thomas y
Park, influenciados por el alemán G. Simmel. Así mismo son
representativas la escuela de Iowa y la escuela de Chicago, y se
reconocen como autores de la primera generación a Call, Stryker,
Strauss, Rosenberg y Turner, Blumer y Shibutani.
2. Segunda generación: la vida social es un teatro
En esta segunda etapa del Interaccionismo Simbólico, la identidad es
además entendida como el resultado de los roles que adopta un individuo
en un grupo social, con lo cual, es también una especie de esquema que
se puede organizar de formas distintas dependiendo de cada situación.

Toma especial relevancia la aportación de la perspectiva


dramatúrgica de Erving Goffman, quien sugiere que los individuos
somos básicamente un conjunto de actores, porque literalmente
actuamos constantemente nuestros roles sociales y que se espera de
nosotros según esos roles.

Actuamos para dejar una imagen social de nosotros mismos, que no solo
ocurre durante la interacción con los demás (que son quienes nos
reflejan las exigencias sociales que nos harán actuar de una forma
determinada), sino que ocurre incluso en los espacios y momentos en los
que esas otras personas no nos están viendo.

Para Helbert Blumer uno de los pioneros del interaccionismo simbólico este esta cimentado en una
serie de ideas básicas o “imágenes radicales”, que forman el armazón del estudio y análisis de esta
corriente:

NATURALEZA DE LA VIDA EN LAS SOCIEDADES Y GRUPOS HUMANOS

Los grupos humanos están formados por individuos comprometidos en la acción. Los individuos
pueden actuar de forma aislada, colectivamente o en nombre o representación de alguna
organización. La sociedad está formada por personas involucradas en la acción, y la vida de la
sociedad es un proceso de ensamblaje de las actividades de sus miembros.

NATURALEZA DE LA INTERACCIÓN SOCIAL


La interacción es un proceso que forma el comportamiento humano. Las actividades de cada
miembro se producen primordialmente en respuesta o en relación con las de los demás.
Según plantea George Herbert Mead la interacción humana puede darse a dos niveles:

· “Conversación de gestos”: una persona responde directamente al acto de otra sin interpretarlo.
Blumer lo llama “interacción no simbólica”.

· “Empleo de símbolos significativos”: implica la interpretación del acto. Blumer lo denomina


“interacción simbólica”.
Mead describe la interacción simbólica como una exposición de gestos y una respuesta al significado
de los mismos. Cuando el significado es el mismo para ambas personas, se comprenden
mutuamente. El proceso consiste en formular indicaciones a los demás sobre lo que hay que hacer, y
en interpretar las que ellos formulan a su vez. La interacción social se ejerce primordialmente en el
ámbito simbólico.
NATURALEZA DE LOS OBJETOS

Un objeto es todo aquello que puede ser indicado, que puede señalarse o a lo cual puede hacerse
referencia. La naturaleza de un objeto es el significado que éste encierra para la persona que como
tal lo considera.
Los objetos son creaciones sociales, resultado de un proceso de indicaciones que emana de la
interacción social.
Cada persona tiene un “mundo” de objetos físicos, sociales y abstractos, se configura un entorno con
aquellos objetos que unos seres humanos determinados identifican y conocen, y que encierran un
significado para dichas personas. Para conocer y comprender la vida de un grupo es necesario
determinar su mundo de objetos.

EL SER HUMANO CONSIDERADO COMO ORGANISMO AGENTE

Como indica Mead, la persona posee “un sí mismo”. Esto quiere decir que un individuo puede ser
objeto de sus propios actos. Este auto-objeto se forma mediante un proceso de asunción de papeles
basado en las diferentes maneras de definirlo que tienen los demás.
Esto significa que la persona humana es capaz de establecer una interacción consigo misma o
autointeracción, que es un proceso en el que el individuo se hace indicaciones a sí mismo, de las
cuales se sirve para orientar sus actos.

NATURALEZA DE LA ACCIÓN HUMANA

La acción por parte del ser humano “consiste en una consideración general de las diversas cosas que
percibe y en la elaboración de una línea de conducta basada en el modo de interpretar los datos
recibidos”.

Esto concuerda con el concepto de acto de Mead: la acción humana es un proceso de interacción del
ser humano consigo mismo. La acción es una conducta elaborada por el actor, y no una respuesta
prefigurada de su organización personal.

Esto también es válido para la acción colectiva o conjunta, en la que intervienen una serie de
individuos, y que sería el resultado de un proceso interpretativo a través de la formulación recíproca
de indicaciones entre quienes intervienen en el mismo.

INTERCONEXIÓN DE LA ACCIÓN

La acción conjunta constituye la concatenación de los actos de los individuos que componen una
colectividad. Por lo tanto, es el resultado de un proceso de formación y utilización de significados, y
no la expresión de formas preestablecidas de acción conjunta.

En una sociedad humana, hay una gran parte de formas reiterativas y preestablecidas de acción
conjunta, que hacen pensar en un orden de vida establecido. Sin embargo, la acción conjunta
reiterativa y estable es el resultado de un proceso interpretativo al igual que cualquier nueva forma
de acción conjunta.

La mayoría de las situaciones en una sociedad son definidas por las personas de idéntica forma,
adquieren una definición común de cómo actuar en cada situación; pero esto no quiere decir que no
exista proceso de interpretación.
“Es el proceso social el que crea y sustenta las normas en la vida de grupo y no éstas las que forjan y
sostienen aquella”.

La sociedad está formada por instituciones y organizaciones sociales, que son redes de acción que
implican la un encadenamiento e interdependencia de los distintos actos de diversas personas. Pero
estas redes no funcionan automáticamente por medio de dinámicas internas o de exigencias del
sistema, sino porque las personas actúan, y esto es producto de un proceso de interpretación de la
situación.

Toda acción conjunta surge de un historial de acciones previas de los participantes. Hay que tener
en cuenta el vínculo histórico, el vínculo con las formas precedentes de acción conjunta.

Los conceptos sociológicos sobre la sociedad humana están, por lo general, en desacuerdo con las
premisas del interaccionismo simbólico:

· No admiten que las sociedades humanas se componen de individuos dotados de un “sí mismo”.
Ven a las personas como organismos que responden a las fuerzas que actúan sobre ellas: fuerzas de
la estructura de la sociedad, o factores psicológicos.

· No creen que las acciones sociales sean elaboradas por los individuos mediante un proceso de
interpretación, sino que son producto de los factores que influyen sobre y a través de los individuos.

Los sociólogos no suelen estudiar la sociedad basándose en unidades que actúan, sino sobre la base
de una estructura u organización. La interacción simbólica reconoce la presencia de la organización
en las sociedades humanas y respeta su importancia. Desde esta teoría, la organización:

· Es un marco en cuyo interior tiene lugar a acción social, pero no constituye el factor determinante
de la misma.

· La organización y las modificaciones que sufre son producto de la actividad de las unidades de
acción, y no de “fuerzas” que las dejan relegadas a un segundo término.

https://campus.fundec.org.ar/admin/archivos/BLUMER%20++
%20INTERACCIONISMO.pdf
Naturaleza de los objetos Según el punto de vista del interaccionismo simbólico los
"mundos" que existen para los seres humanos y para los grupos formados por éstos se
componen de "objetos" los cuales son producto de la interacción simbólica. Un objeto es
todo aquello que puede ser indicado, todo lo que puede señalarse o a lo cual puede hacerse
referencia: una nube, un libro, un cuerpo legislativo, un banquero, una doctrina religiosa, un
fantasma, etc. Por cuestión de conveniencia pueden agruparse los objetos en tres categorías:
a) objetos físicos, como sillas, árboles y bicicletas: b) sociales, como estudiantes,
sacerdotes, un presidente, una madre o un amigo; y c) abstractos, como los principios
morales, doctrinas filosóficas e ideas tales como la justicia, la explotación y la compasión.

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