Máquina de Vapor

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Máquina de vapor

Una máquina de vapor es un motor de combustión externa que transforma la


energía térmica de una cantidad de agua en energía mecánica. Este ciclo de trabajo
se realiza en dos etapas:

Se genera vapor de agua por el calentamiento en una caldera cerrada


herméticamente, lo cual produce la expansión del volumen de un cilindro
empujando un pistón. Mediante un mecanismo de biela-manivela, el movimiento
lineal alternativo del pistón del cilindro se transforma en un movimiento de rotación
que acciona, por ejemplo, las ruedas de una locomotora o el rotor de un generador
eléctrico. Una vez alcanzado el final de carrera el émbolo retorna a su posición
inicial y expulsa el vapor de agua utilizando la energía cinética de un volante de
inercia.

El vapor a presión se controla mediante una serie de válvulas de entrada y


salida que regulan la renovación de la carga; es decir, los flujos del vapor hacia y
desde el cilindro.

El motor o máquina de vapor se utilizó extensamente durante la Revolución


Industrial, en cuyo desarrollo tuvo un papel relevante para mover máquinas y
aparatos tan diversos como bombas, locomotoras y motores marinos, entre otros.
Las modernas máquinas de vapor utilizadas en la generación de energía eléctrica no
son ya de émbolo o desplazamiento positivo como las descritas, sino que son
turbomáquinas; es decir, son atravesadas por un flujo continuo de vapor y reciben la
denominación genérica de turbinas de vapor. En la actualidad la máquina de vapor
alternativa es un motor muy poco usado salvo para servicios auxiliares, ya que se ha
visto desplazado especialmente por el motor eléctrico en la industria y por el motor
de combustión interna.

Evolución
La primera máquina de vapor fue la Eolípila creada por Herón de
Alejandría.
En la máquina de vapor se basa la Primera Revolución Industrial que,
desde fines del siglo XVIII en Inglaterra y hasta casi mediados del siglo XIX,
aceleró portentosamente el desarrollo económico de muchos de los principales
países de la Europa Occidental y de los Estados Unidos. Solo en la interfase que
medió entre 1890 y 1930 la máquina a vapor impulsada por hulla dejó lugar a
otros motores de combustión interna: aquellos impulsados por hidrocarburos
derivados del petróleo.

Muchos han sido los autores que han intentado determinar la fecha de la
invención de la máquina de vapor. Desde la recopilación de Herón hasta la
sofisticada máquina de James Watt, son multitud las mejoras que en Inglaterra y
especialmente en el contexto de una incipiente Revolución Industrial en los siglos
XVII y XVIII condujeron sin solución de continuidad desde los rudimentarios
primeros aparatos sin aplicación práctica a la invención del motor universal que
llegó a implantarse en todas las industrias y a utilizarse en el transporte,
desplazando los tradicionales motores, como el animal de tiro, el molino o la
propia fuerza del hombre. Jerónimo de Ayanz y Beaumont, militar, pintor,
cosmógrafo y músico, pero, sobre todo, inventor español, registró en 1606 la
primera patente de una máquina de vapor moderna, por lo que se le puede atribuir
la invención de la máquina de vapor. El hecho de que el conocimiento de esta
patente sea bastante reciente hace que este dato lo desconozca la gran mayoría de
la gente.

Máquina de expansión
Auspiciado por Joseph Black, ocupado en las investigaciones que le
conducirían al descubrimiento del calor latente, James Watt se propuso mejorar la
máquina de Newcomen, descubriendo en el curso de sus experimentos que el
vapor era una reserva de calor mucho más vasta que el agua y comprendiendo que
era necesario limitar todas las pérdidas de calor que se producían en la artesanal
máquina de Newcomen para disminuir el consumo de combustible, principal
inconveniente de estas máquinas. Analizando el problema identificó las pérdidas
debidas al propio cilindro, a la práctica de enfriar el vapor para lograr el vacío
necesario para mover la máquina y a la presión residual del vapor. En sus
experimentos posteriores, verdaderos trabajos científicos, llegó a la conclusión de
que el cilindro debía mantenerse a la misma temperatura.

Según sus palabras, mientras daba un paseo un espléndido viernes por la


tarde y meditaba sobre la máquina, una idea le vino a la cabeza: «como el vapor es
un cuerpo elástico se precipitará en el vacío, y, si se comunicara el cilindro con un
depósito exhausto, se precipitaría en su interior donde podría condensarse sin
enfriar el cilindro». Sin embargo, el desarrollo y perfeccionamiento del
condensador separado dejó a Watt en la ruina y en 1765 se vio obligado a buscar
empleo y abandonar su trabajo hasta que, en 1767, John Roebuck accedió a
financiar sus experimentos y la explotación comercial de la máquina a cambio de
las dos terceras partes de los beneficios de la patente que se obtuviera. En 1768
Watt construyó un modelo que operaba de manera satisfactoria, aún imperfecta, y
se presentó el año siguiente la solicitud de la patente. Tras diferentes avatares
económicos, Roebuck se desprendió de su parte del negocio en favor de Matthew
Boulton y juntos Boulton & Watt finalmente llevarían a la práctica la invención de
Watt y otros perfeccionamientos.

La primera máquina se construyó en Kinneil, cerca de Boroughstoness en


1774. A partir de entonces la historia de la máquina de vapor será la de la firma
Boulton & Watt, y casi todas las mejoras que se introduzcan en ella serán obra del
propio Watt; entre otras, el paralelogramo de Watt, la expansión del vapor, la
máquina de doble efecto (en la que el vapor actúa alternativamente sobre ambas
caras del pistón), etc.

Primeras tentativas
No se sabe a ciencia cierta si aquellas invenciones no pasaron de ser meros
juguetes y, aunque se ha supuesto que fueron empleadas para mover objetos en los
templos durante los rituales, no deja de sorprender el hecho de que desde los
tiempos de Herón no se hayan encontrado evidencias de que el vapor se haya
utilizado con un propósito práctico, aunque el conocimiento del poder del vapor no
llegara a perderse como demuestra la descripción de Malmesbury del órgano de
Reims que en 1120 se hacía sonar por el aire que escapaba de un depósito en el
que era comprimido por "agua calentada".

Entre las reliquias de la civilización egipcia encontramos el primer registro


conocido de una máquina de vapor en el manuscrito de Herón de Alejandría
titulado Spiritalia seu Pneumatica. Los aparatos allí descritos no se sabe con
certeza si fueron obra del ingenio de Herón, porque él mismo dice en su obra que
su intención no es otra que recopilar las máquinas que ya eran conocidas y añadir
las inventadas por él. Nada en el texto indica quién pudo ser el artífice de los
dispositivos descritos y se sospecha que muchos puedan ser, en realidad, obra de
Ctesibio, de quien Herón fue pupilo.

La proposición 11 de Pneumatica describe un altar hueco parcialmente,


lleno de agua, sobre el que se halla una figura en cuyo interior hay un tubo que
termina sumergido en el agua. Al encender un fuego sobre el altar, el aire de su
interior se calienta impulsando el agua por el tubo, que termina vertiéndose a
través de la figura, simulando una libación que finalmente sofoca el fuego. En la
proposición 37 va un poco más allá y describe un mecanismo animado por el
fuego para la apertura y el cierre automáticos de las puertas de un templo. En otras
proposiciones describe mecanismos similares e incluso dos motores a reacción,
uno por aire caliente y otro por vapor de agua, para hacer girar las figuras de un
altar.

En 1825 el superintendente del Archivo de Simancas descubrió una


publicación de 1695 que relataba que en 1543 Blasco de Garay, oficial de la
marina española en el reinado de Carlos I, intentó impulsar un barco con ruedas de
palas movidas por una máquina de vapor. Del supuesto motor no se tienen datos,
pero si fuera cierto, el intento hubiera sido la primera vez que una máquina de
vapor se utilizara con un propósito práctico.
Movimiento

En mecánica, el movimiento es un cambio de la posición de un cuerpo a lo


largo del tiempo respecto de un sistema de referencia.
El estudio del movimiento se puede realizar a través de la cinemática o a
través de la dinámica. En función de la elección del sistema de referencia quedarán
definidas las ecuaciones del movimiento, ecuaciones que determinarán la posición,
la velocidad y la aceleración del cuerpo en cada instante de tiempo. Todo
movimiento puede representarse y estudiarse mediante gráficas. Las más
habituales son las que representan el espacio, la velocidad o la aceleración en
función del tiempo.
El movimiento se refiere al cambio a lo largo del tiempo de una propiedad
en el espacio, como puede ser la ubicación, la orientación, la forma geométrica o
el tamaño, tal como es medido por un observador físico. Un poco más
generalmente el cambio de propiedad en el espacio puede verse influido por las
propiedades internas de un cuerpo o sistema físico, o incluso el estudio del
movimiento en toda su generalidad lleva a considerar el cambio de dicho estado
físico.

La descripción del movimiento de los cuerpos físicos sin considerar las


causas que lo originan se denomina cinemática(del griego κινεω, kineo,
movimiento) (que solo se ocuparía de las propiedades 1 y 2 anteriores). Se limita
al estudio de la trayectoria y el desplazamiento en función de elementos
geométricos que evolucionan con el tiempo. Esta disciplina pretende describir el
modo en que un determinado cuerpo se mueve. La física clásica nació estudiando
la cinemática de cuerpos rígidos.

Posteriormente el estudio de la evolución en el tiempo de un sistema físico


en relación con las causas que provocan o conservan el movimiento llevó al
desarrollo de la dinámica. Los principios dinámicos más importantes son la
inercia, la cantidad de movimiento, la fuerza y la energía mecánica.

La integración de la cinemática y la dinámica desarrolla la disciplina


general denominada como mecánica (Griego Μηχανική y de latín mechanica o
'arte de construir máquinas') que es la rama de la física que estudia y analiza el
movimiento y reposo de los cuerpos. La mecánica teórica fue durante los siglos
XVII, XVIII y principios del siglo XIX, la disciplina de la física que alcanzó
mayor abstracción matemática y fue una fuente de mejora del conocimiento
científico del mundo. La mecánica aplicada está usualmente relacionada con la
ingeniería. Ambos puntos de vista se justifican parcialmente ya que, si bien la
mecánica es la base para la mayoría de las ciencias de la ingeniería clásica, no
tiene un carácter tan empírico como estas y, en cambio, por su rigor y
razonamiento deductivo, se parece más a la matemática. Durante el siglo XX la
aparición de nuevos hechos físicos, tanto la consideración de cuerpos físicos
moviéndose a velocidades cercanas a la velocidad de la luz como el movimiento
de las partículas subatómicas, llevaron a la formulación de teorías más abstractas
como la mecánica relativista y la mecánica cuántica que seguían interesándose por
la evolución en el tiempo de los sistemas físicos, aunque de una manera más
abstracta y general de lo que había hecho la mecánica clásica, cuyo objetivo era
básicamente cuantificar el cambio de posición en el espacio de las partículas a lo
largo del tiempo y los agentes responsables de dichos cambios.

Movimientos curvilíneos
Un movimiento es curvilíneo cuando describe una trayectoria curva. Se
genera una traslación curvilínea cuando existe una componente de aceleración
normal a la trayectoria. Cuando un cuerpo realiza un movimiento circular
uniforme, la dirección del vector velocidad va cambiando a cada instante. Esta
variación la experimenta el vector lineal, debido a una fuerza llamada centrípeta,
dirigida hacia el centro de la circunferencia que da origen a la aceleración
centrípeta

Cuando una partícula se mueve en una trayectoria curvilínea, aunque se


mueva con rapidez constante (por ejemplo el MCU), su velocidad cambia de
dirección, ya que esta es un vector tangente a la trayectoria, y en las curvas dicha
tangente no es constante.
La aceleración centrípeta, a diferencia de la aceleración centrífuga, está
provocada por una fuerza real requerida para que cualquier observador inercial
pudiera dar cuenta de como se curva la trayectoria de una partícula que no realiza
un movimiento rectilíneo.
Movimiento circular. El movimiento circular es el que se basa en un eje de
giro y radio constante: la trayectoria será una circunferencia. Si, además, la
velocidad de giro es constante, se produce el movimiento circular uniforme, que es
un caso particular de movimiento circular, con radio fijo y velocidad angular
referente. En este caso la velocidad vectorial no es constante, aunque sí puede ser
constante la celeridad (o módulo de la velocidad). La aceleración centrípeta
constantemente cambia la dirección de la velocidad tangencial y siempre se
mantiene perpendicular a ella.
Movimiento pendular. El movimiento pendular es una forma de
desplazamiento que presentan algunos sistemas físicos como aplicación práctica
de movimiento cuasi-armónico. Existen diversas variantes de movimiento
pendular: péndulo simple, péndulo de torsión y péndulo físico.
Los tres primeros son de interés tanto en mecánica clásica, como en
mecánica relativista y mecánica cuántica. Mientras que el movimiento parabólico
y el movimiento pendular son de interés casi exclusivamente en la mecánica
clásica. El movimiento armónico simple también es interesante en mecánica
cuántica para aproximar ciertas propiedades de los sólidos a nivel atómico.

Movimiento elíptico. Un movimiento elíptico es un caso de movimiento


acotado en el que una partícula describe una trayectoria elíptica. Existen diversos
sistemas físicos donde sucede esto, entre ellos el movimiento planetario en un
potencial gravitatorio newtoniano.
Movimientos espirales. Aquellos en donde se combinan un movimiento
circular y una velocidad normal o aceleración adicional a la centrípeta. El ejemplo
clásico es el movimiento espiral uniforme, en el que las trayectoria corresponde a
una espiral de Arquímedes en la cual el móvil puntual se mueve a velocidad
constante sobre una recta que gira sobre un punto de origen fijo a velocidad
angular constante.
Temperatura

La temperatura es una magnitud referida a la noción de calor medible


mediante un termómetro. En física, se define como una magnitud escalar
relacionada con la energía interna de un sistema termodinámico, definida por el
principio cero de la termodinámica. Más específicamente, está relacionada
directamente con la parte de la energía interna conocida como energía cinética,
que es la energía asociada a los movimientos de las partículas del sistema, sea en
un sentido traslacional, rotacional, o en forma de vibraciones. A medida que sea
mayor la energía cinética de un sistema, se observa que este se encuentra más
«caliente»; es decir, que su temperatura es mayor.
En el caso de un sólido, los movimientos en cuestión resultan ser las
vibraciones de las partículas en sus sitios dentro del sólido. En el caso de un gas
ideal monoatómico se trata de los movimientos traslacionales de sus partículas
(para los gases multiatómicos los movimientos rotacional y vibracional deben
tomarse en cuenta también).
El desarrollo de técnicas para la medición de la temperatura ha pasado por
un largo proceso histórico, ya que es necesario darle un valor numérico a una idea
intuitiva como es lo frío o lo caliente.
Multitud de propiedades fisicoquímicas de los materiales o las sustancias
varían en función de la temperatura a la que se encuentren, como por ejemplo su
estado (sólido, líquido, gaseoso, plasma), su volumen, la solubilidad, la presión de
vapor, su color o la conductividad eléctrica. Asimismo, es uno de los factores que
influyen en la velocidad a la que tienen lugar las reacciones químicas.
La temperatura se mide con termómetros, los cuales pueden ser calibrados
de acuerdo a una multitud de escalas que dan lugar a unidades de medición de la
temperatura. En el Sistema Internacional de Unidades, la unidad de temperatura es
el kelvin (K), y la escala correspondiente es la escala Kelvin o escala absoluta, que
asocia el valor «cero kelvin» (0 K) al «cero absoluto», y se gradúa con un tamaño
de grado igual al del grado Celsius. Sin embargo, fuera del ámbito científico el uso
de otras escalas de temperatura es común. La escala más extendida es la escala
Celsius, llamada «centígrada», y, en mucha menor medida, y prácticamente solo
en los Estados Unidos, la escala Fahrenheit.

Nociones generales
La temperatura es la propiedad física que se refiere a las nociones comunes
de calor o ausencia de calor, sin embargo su significado formal en termodinámica es
más complejo. Termodinámicamente se habla de la velocidad promedio o la energía
cinética (movimiento) de las partículas de las moléculas, siendo de esta manera, a
temperaturas altas, la velocidad de las partículas es alta, en el cero absoluto las
partículas no tienen movimiento. A menudo el calor o el frío percibido por las
personas tiene más que ver con la sensación térmica (ver más abajo), que con la
temperatura real. Fundamentalmente, la temperatura es una propiedad que poseen
los sistemas físicos a nivel macroscópico, la cual tiene una causa a nivel
microscópico, que es la energía promedio por la partícula. Y actualmente, al
contrario de otras cantidades termodinámicas como el calor o la entropía, cuyas
definiciones microscópicas son válidas muy lejos del equilibrio térmico, la
temperatura solo puede ser medida en el equilibrio, precisamente porque se define
como un promedio.
La temperatura está íntimamente relacionada con la energía interna y con la
entalpía de algún sistema: a mayor temperatura mayores serán la energía interna y la
entalpía del sistema.
La temperatura es una propiedad intensiva, es decir, que no depende del
tamaño del sistema, sino que es una propiedad que le es inherente y no depende ni
de la cantidad de sustancia ni del material del que este compuesto.

Definición
Antes de dar una definición formal de temperatura, es necesario entender el
concepto de equilibrio térmico. Si dos partes de un sistema entran en contacto
térmico es probable que ocurran cambios en las propiedades de ambas. Estos
cambios se deben a la transferencia de calor entre las partes. Para que un sistema
esté en equilibrio térmico debe llegar al punto en que ya no hay intercambio neto de
calor entre sus partes, además ninguna de las propiedades que dependen de la
temperatura debe variar.
Una definición de temperatura se puede obtener de la Ley cero de la
termodinámica, que establece que si dos sistemas A y B están en equilibrio térmico,
con un tercer sistema C, entonces los sistemas A y B estarán en equilibrio térmico
entre sí.1 Este es un hecho empírico más que un resultado teórico. Ya que tanto los
sistemas A, B, y C están todos en equilibrio térmico, es razonable decir que
comparten un valor común de alguna propiedad física. Llamamos a esta propiedad
temperatura.
Sin embargo, para que esta definición sea útil es necesario desarrollar un
instrumento capaz de dar un significado cuantitativo a la noción cualitativa de esa
propiedad que presuponemos comparten los sistemas A y B. A lo largo de la historia
se han hecho numerosos intentos, sin embargo en la actualidad predominan el
sistema inventado por Anders Celsius en 1742 y el inventado por William Thomson
(más conocido como lord Kelvin) en 1848.

Calor

Se denomina calor a la energía en tránsito que se reconoce solo cuando se


cruza la frontera de un sistema termodinámico.1 Una vez dentro del sistema, o en
los alrededores, si la transferencia es de adentro hacia afuera, el calor transferido se
vuelve parte de la energía interna del sistema o de los alrededores, según su caso. El
término calor, por tanto, se debe de entender como transferencia de calor y solo
ocurre cuando hay diferencia de temperatura y en dirección de mayor a menor. De
ello se deduce que no hay transferencia de calor entre dos sistemas que se
encuentran a la misma temperatura.
A menudo en el habla coloquial se usan expresiones como: Cantidad de
calor de un cuerpo o ganancia de calor y se hace porque no producen ningún
malentendido y quizás porque no hay ninguna alternativa técnica que sea tan
intuitiva, pero en un sentido técnico son incorrectas. El calor, visto desde la física,
no se tiene, el calor es una transferencia.2 Lo que tiene un cuerpo, es energía
térmica, mejor aún, si se considera el cuerpo como un sistema termodinámico, la
energía total del sistema tiene dos formas: macroscópica y microscópica. La energía
macroscópica es la que tiene el sistema con referencia a un origen exterior, como la
energía cinética y la potencial. La microscópica es su grado de actividad molecular,
que es independiente del sistema de referencia externo y es lo que se conoce como
Energía interna del sistema y se representa por {\displaystyle U}U.

Las moléculas de un sistema se agitan con cierta velocidad, además giran y


vibran de manera irregular y todo este movimiento les confiere una energía cinética
que es la parte de la energía interna que es energía sensible, porque la velocidad
promedio de las moléculas es proporcional a la temperatura, que es lo que podemos
percibir. Pero también las moléculas están unidas por fuerzas de atracción que son
más fuertes en los sólidos, disminuyen en los líquidos y aún más en los gases, de
forma que un sistema en estado gaseoso implica una energía que ha sido necesaria
para vencer las fuerzas intermoleculares. Esta energía que tiene que ver con la fase
en que está el sistema, se llama energía latente. Los átomos están unidos por enlaces
que se forman y se destruyen en las reacciones químicas. La energía interna
asociada con los enlaces atómicos, es la energía química Y por fin, las fuerzas de
atracción en el núcleo de los átomos constituye la energía nuclear, que se libera en
las reacciones nucleares. Todas estas formas de energía, se almacenan en el interior
del sistema y conforman su energía interna.

Pero hay formas de energía que no se pueden almacenar, que solo aparecen
cuando hay interacción y constituyen lo que llamamos la energía ganada o perdida
por el sistema. Estas formas de energía, son la transferencia de calor y el trabajo.
Cuando el origen o la fuerza motriz de la interacción es una diferencia de
temperatura, decimos que es calor, en caso contrario es trabajo.
Resumiendo, es muy común referirse a la energía sensible y latente como
calor y está bien coloquialmente, pero en realidad es energía térmica, que es muy
distinta de la transferencia de calor.
La primera referencia formal sobre la importancia del fuego se encuentra en
Heráclito (540 a. C.-475 a. C.), quien sostenía que el fuego era el origen primordial
de la materia.
Para Anaxímenes lo caliente y lo frío son estados comunes de la materia.
Consideraba que lo comprimido y condensado era frío, y que lo raro y “laxo” era
caliente, por tanto, según él, la ‘‘rarefacción’’ daba cuenta del proceso mediante el
cual se calentaban las cosas, hasta quedar convertidas en vapor.
Aristóteles (384 a. C.-322 a. C.), agregó dos pares de cualidades
fundamentales: caliente y frío, seco y húmedo. La razón por la cual un cuerpo tenía
cierta temperatura, venía dada por las cantidades que en él se encontraban estas dos
cualidades fundamentales.

Galeno (129-199) propuso una escala cualitativa que costaba de cuatro


estados de calor y cuatro de frío, el punto neutro se obtenía agregando cuatro partes
de agua hirviendo y cuatro partes de hielo.3

Estas ideas se mantuvieron durante más de 23 siglos. Es curioso observar,


que en este período ya se apreciaba que algunos de los fenómenos físicos, como la
dilatación de sólidos y líquidos, y la expansión térmica del aire y el vapor,
dependían del calor, pero no se prestaba atención a las temperaturas porque no eran
parte de las cualidades referidas en la física aristotélica.
Las ideas de Aristóteles comienzan a ser cuestionadas a mediados del siglo
XVI, cuando se propone la existencia de una quintaesencia de la materia, la
existencia de un agente universal responsable de todas las reacciones químicas.
Robert Boyle (1627-1691), negó al fuego todo carácter corpóreo y consideró que
debía existir cierta unidad de la materia, lo que implicaba que debería estar
compuesta por corpúsculos.

Máquina simple

Una máquina simple es un dispositivo mecánico que cambia la dirección o la


magnitud de una fuerza.2345
Desde los albores de la Revolución Industrial hasta la actualidad, la
concepción teórica de las máquinas ha evolucionado de forma considerable. Sin
embargo, el concepto clásico de máquina simple sigue manteniendo su vigencia,
tanto por su significación histórica, como por ser un valioso elemento didáctico
utilizado ampliamente en la enseñanza de algunas nociones básicas de la física.6 Por
otro lado, numerosos mecanismos sencillos basados en las máquinas simples siguen
siendo generalmente utilizados para la producción artesanal.7
Palanca
La palanca es una barra rígida con un punto de apoyo, llamado fulcro, a la
que se aplica una fuerza y que, girando sobre el punto de apoyo, vence una
resistencia. Se cumple la conservación de la energía y, por lo tanto, la fuerza
aplicada por su espacio recorrido ha de ser igual a la fuerza de resistencia por su
espacio recorrido.
Torno
El torno es un dispositivo mecánico generalmente utilizado para mover
verticalmente grandes pesos. Esta formado por una cuerda de la que se fija uno de
los extremos al peso a desplazar y el otro extremo a un cilindro que es a su vez
fijado de tal manera que solo puede rotar en torno a su eje principal. Actuando el
cilindro con una manivela la cuerda se enrolla sobre él, consiguiendo subir el peso.
Polea
La polea es un dispositivo mecánico de tracción constituido por una rueda
acanalada o roldana por donde pasa una cuerda, lo que permite transmitir una fuerza
en una dirección diferente a la aplicada. Además, formando aparejos o polipastos de
dos o más poleas es posible también aumentar la magnitud de la fuerza transmitida
para mover objetos pesados, a cambio de la reducción del desplazamiento
producido.
Plano inclinado
En el plano inclinado se aplica una fuerza para vencer la resistencia vertical
del peso del objeto a levantar. Dado el principio de conservación de la energía,
cuanto más pequeño sea el ángulo del plano inclinado, más peso se podrá elevar con
la misma fuerza aplicada, pero a cambio, la distancia a recorrer será mayor.

Cuña
La cuña transforma una fuerza vertical en dos fuerzas horizontales de sentido
contrario. El ángulo de la cuña determina la proporción entre las fuerzas aplicadas y
la resultante, de un modo parecido al plano inclinado. Es el caso de hachas o
cuchillos.
Tornillo
El mecanismo de rosca transforma un movimiento giratorio aplicado a un
volante o manilla, en otro rectilíneo en el husillo, mediante un mecanismo de
tornillo y tuerca. La fuerza aplicada por la longitud de la circunferencia del volante
ha de ser igual a la fuerza resultante por el avance del husillo. Dado el gran
desarrollo de la circunferencia y el normalmente pequeño avance del husillo, la
relación entre las fuerzas es muy grande. Herramientas como el gato del coche o el
sacacorchos derivan del funcionamiento del tornillo.
Pese al carácter tradicional de la lista anterior, no es infrecuente encontrar
listas que incluyan algún elemento mecánico distinto. Por ejemplo, algunos autores
consideran a la cuña y al tornillo como aplicaciones del plano inclinado; otros
incluyen a la rueda como una máquina simple; otros consideran también a los
engranajes; también se considera el eje con ruedas una máquina simple, aunque sea
el resultado de juntar otras dos máquinas simples;8

Rueda
La Rueda es un elemento circular y mecánico que gira alrededor de un eje.
Puede ser considerada una máquina simple , y forma parte del conjunto denominado
elementos de máquinas.
Una máquina simple utiliza una única fuerza aplicada transformándola en
una fuerza resultante, que realiza un trabajo desplazando una sola carga (o
venciendo una fuerza resistente). Si se omiten las pérdidas por rozamiento, el
trabajo realizado por la fuerza aplicada es igual al trabajo realizado por la fuerza
resultante sobre la carga. La máquina puede aumentar la magnitud de la fuerza
aplicada a lo largo de una determinada, distancia (al transformarla en la fuerza
resultante), pero a costa de una disminución proporcional en la distancia recorrida
por la carga. La relación entre la fuerza aplicada y la fuerza resultante se denomina
ventaja mecánica.

Las máquinas simples pueden ser consideradas como los "bloques de


construcción" elementales a partir de los que se diseñan máquinas más complejas
(denominadas en ocasiones "máquinas compuestas"910411 como por ejemplo, el
mecanismo de una bicicleta, donde se utilizan ruedas, palancas y poleas).1213 La ventaja
mecánica de una máquina compuesta es el producto de las ventajas mecánicas de las
máquinas simples de las que está compuesta.

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