El Egipto Secreto, Paul Brunton PDF
El Egipto Secreto, Paul Brunton PDF
El Egipto Secreto, Paul Brunton PDF
EL
H
KIER
COLECCioN
HORUS
EL EGIPTO
s-ECRETO
Traducci6n del Ingles por
MARIO CALES
DECIMA EDICION
SALVEDAD:
Un lamentable error de compaginaci6n signific6 la inclusion
en la primera edici6n de esta obra, del nombre equivocado de
su traductor.
Tanto la presentecomo anteriores ediciones corresponden, en
cuanto a su traducclon, al senor Mario Cales.
Tapa:
Baldessari
Libra de edici6n argentina
l.S.B.N.: 950-17-0041-0
Oueda hecho el dep6sito que marca la ley 11.723
© 1987 by Editorial KIER S.A., Buenos Aires
lmpreso en Argentina ·
Printed in Argentina
DEDIC.A.TORI.A.
.,{
SU A.LTEZA.
EL PRINCIPE ISM.A.IL DA.UlJ
Amenofis IV - Akhenaton
Seti I
El jeque Abu Shrump, en cornpania de otras notabilidades
Kurna, la aldea de! jeque
La aldea de Karnak
El jeque Mussa encuentra y captura una serpiente
El jeque Mussa
Un escorpi6n
Mussa sostiene un escorpi6n vivo
El jeque Mussa trabajando
Mi "talisman magico"
Primer piano de una cabeza de cobra
El autor ante una serpiente erguida
Una serpiente dormida, con el "talisman magico" colocado sobre
la cabeza
Una serpiente que sisea al autor
Sosteniendo una serpiente que acaba de coger
Colosos maltratados (patio del templo de Ramses III, en Karnak)
Serpientes en pinturas murales de una tumba
J6venes musicas (fresco de una tumba tebana)
Dama y caballero (bajorrelieves de una tumba tebana)
Los colosos de Menm6n, en Tebas
Tapa de! sarc6fago de Meneptah
"Ra-Mak-Hotep", sus ojos
El valle de las tumbas de los reyes
Las grandes columnas del templo de Luxor
Templo de Dair-El Bahari
INCLUIDAS EN EL TEXTO
1 Latin: que tiene cola; cobra que era el simbolo del fuego o del disco
solar y que, como este, solia representarse alado. (N. del T.)
18 PA.UL BRUNTON
.---·
24 PA.UL BRUNTON
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EL f,GIPTO SECRETO
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1
" muros las inscripciones jeroglificas que en un tiempo cuhrian 181>
cuatro caras de la gran piramide? Una parte de la gallarda mez-
\
EL EGIFTO SECRETO 51
quita del sultan Hasan, considerada como la mas hella de las tres- \.-
cientas mezquitas de El Cairo, fue construida con esas piedras.
La piramide contiene suficiente material como para edificar
una ciudad entera de regular tamafio, y los arahes se la hahrian
llevado integramente, si no fuera porque el trahajo de desencajar,
aunque fuera uno solo de los enormes bloques que la componen,
resultaba demasiado dificil, y el costo y la perdida de tiempo
demasiado desproporcionados a su valor. Pero esta leccien la
aprendieron solo despues de haber comenzado a desprender las
primeras hiladas de mamposteria del apice, dejando de ese modo
despuntada la piramide.
Tampoco es la entrada que hoy usan los visitantes de la piramide
la misma que emplearon los antiguos egipcios. La entrada origi-
nal fue durante varios siglos un misterio, un arcano guardado
celosamente por la piramide, hasta que un rey arabe, empefiado
en descubrirla, gasto una fortuna y movilizo todo un ejercito de
obreros, y consiguio arrancarle a la obstinada masa de piedra el
Secreto de su clausurado acceso. Las cameras y pasajes interiores
de la gran piramide burlaron a los gobernantes griegos y romanos,
como habian hurlado a los egipcios no iniciados; la existencia de
una entrada seguia siendo afirmada por la leyenda, pero con la
misma persistencia seguia ignorandose su ubicacion.
Despues de haber sido cerrada y sellada, los siglos fueron pa-
sando apaciblemente por sus invioladas entrafias; hasta que su
largo suefio fue interrumpido por los hombres que irrumpieron
en su interior en busca de un quimerico tesoro. En el aiio 820 de
nuestra era fue por fin descubierta la entrada, cuando el califa
Al Mamon reunie en la pequefia meseta de Gizeh a sus mejores
ingenieros, arquitectos, constructores y ohreros, y les ordeno que
ahrieran la piramide.
-jEs imposible, oh rey! -dijo el principal de aquellos
hombres.
-Es mi deseo que se abra -replico el califa.
Tuvieron que trabajar sin pianos ni plan, guiandose solamente
por una vieja tradicion que situaha la entrada en la cars norte,
Eligieron, naturalmente, para la gran tentativa, un punto situado
en el centro de la cara, y pusieron manos a la ohra estimulados por
la vigilante presencia del califa, que queria comprohar la verdad
de, las vieJas .leyendas segun las cuales la piraimide encerraba fa·
hulosos tesoros, eseondidos por faraones oMdados. Al Mamlln,
52 PAUL BRUNTON
dicho sea de paso, era hij o del califa Hanin Al Raschid, el famo-
so personaje de Las Mil y Una Noches. ,
Al Mamun no era un califa vulgar. Habia hecho traducir al
arabe los escritos de los filosofos griegos, recordaba continuamen-
te a SUS subditos Ias virtudes del estudio, y el mismo se complacia
en participar en las discusiones de los sabios de su pais.
Su residencia imperial se hallaba en la · famosa ciudad de Bag-
dad, y de alli se habia trasladado a Egipto. Poco despues de su
interito de abrir la piramide, regreso a Bagdad y alli termino sus
dias.
Pero los constructores de la gran piramide, previendo que al-
gun dia la codicia humana trataria de violar su obra, instalaron
la entrada a un costado del centro y a una altura mucho mayor del
sitio que razonablemente debiera ocupar una puerta. Los hom-
hres de Al Mamun trahajaron durante varios meses sin hallar
ni huellas de aherturas ni pasillos; lo unico que veian era mam-
posteria, solida y maciza. Si se hubiesen limitado a emplear mar-
tillo y formon, no les hahria alcanzado para llevar a caho la em-
presa el tiempo que duro el reinado del califa. Pero tuvieron el
ingenio de encender pequefias hogueras junto a las piedras de la
piramide, y cuaudo las piedras se calentaban al rojo vivo, les
echaban encima vinagre frio hasta que se rajahan. Todavia se
pueden ver actualmente, chamuscadas y ennegrecidas, las partes
que se salvaron, hace mas de mil afios, del incesante ataque de
los · formones. Dos herreros aguzaban continuamente los formo-
nes, que perdian el filo rapidamente en la dura roca, mientras
las maquinas de madera secundaban los esfuerzos de los fatiga-
dos obreros que trataban de penetrar en la piramide. A pesar de
todos los esfuerzos, la entrada, los corredores y los recintos inte-
riores seguian sin ser descubiertos.
El polvo y el calor del angosto boquete que iban abriendo en
la piramide sofocaban a los obreros; la dificultad de excavar
aquella masa de mamposteria, la mas dura del mundo, con las
herramientas primitivas de que disponian, los fatigaba mas alla
del limite de su resistencia, y el completo fracaso que ohtenian
como unica recompensa a sus afanes los descorazonaba hasta la
desesperacion. Habian penetrado mas de treinta metros en el
espesor de la piramide y estaban a___punto de tirar las herramien-
tas y negarse, en franca rebeliim, a continuer aquella imitil labor,
cuando _lleg6 a sus oidos el ruido de una pesada piedra que caia,
st. EGJPTO SECRETO 53
neral que tuvo lugar despues del terremoto de El Cairo. Aquella era
precisamente ·la clase de puerta que los antiguos egipcios debian
poner en la entrada del edificio mas misterioso que erigieron. Se \\ '\\.
trataba, en realidad, de una laja movible que ajustaba hermetica-
mente en el vano y presentaba exteriormente la misma termina-
cion que el resto de la piramide, pero con tanta perfeccion que
era imposible distinguirla cuando estaba cerrada. Cuando se ahria,
giraha sobre si misma en sentido longitudinal, dejando ver una
abertura, Estaba equilibrada sobre un eje de rotacion con el cen-
tro de gravedad en la mitad inferior y un juego de pesas de com·
pensacion. Se podia abrir unicamente dandole un poderoso em·
pujon hacia adentro al extremo superior, y tirando en seguida
con mucha fuerza el extremo inferior hacia afuera y luego hacia
arriba. El visitante podia entonces entrar arrastrandose por de-
haj o de la hoja de piedra, que en seguida volvia a su lugar, gi·
rando sobre su eje de suspension, y ocultaba de nuevo la en·
trada.
* * ..
Una vez dentro del primitive pasaje de entrarla, los hombres
del califa descuhrieron que SU tarea no habia concluido atin. El
corredor resulto ser un callejon sin salida, cerrado por un enorme
bloque de granito. No era posible que la puerta y el corredor bu-
PAUL BRUNTON
ohstruidos con hloques especiales de piedr .i. tal como se hizo con
los pasajes superiores de la piramide,
Los tuhos de aire fueron encontrados i'"r casualidad por Wayn-
man Dixon, un ingeniero civil que se hallaLa rea1izando unos tra-
hajos cerca de la piramide, Examinando, por pura curiosidad, las
paredes de la camara de la reina, advirtio que una de ellas, que
sonaha a hueco en determinado lugar, parecia estar asimismo Ii-
gerameute resquebrajada, Hizo romper la pared en aquel punto,
y a los doce centimetros de profundidad descuhrio un pequeiio
conducto. Luego, con el mismo pt ocedimiento, encontro el otro
tubo en la pared opuesta. Ambos conductos atraviesan todo el
cuerpo de la piramide, lo que se cornprobo mas tarde mediante
unas sondas de hierro, que recorrieron los tubos en una extension
de unos sesenta metros.
Volvi al pasaje horizontal y camine hasta donde se encuentra
con la gran galeria. Subi entonces leutamente los cuarenta y cinco
metros de aquel ernpinado corredor flanqueado de voladizos.
Mientras subia me senti invadir por una ligera debilidad, conse-
\
\
.\\
cuencia de un ayuno de tres dias. Descanse finalmente unos se- ,
* * *
Tambien aqui destruia la teoria de la tumba la presencia de
dos tubos de aire, de unos cincuenta centimetros cuadrados cada
uno. Aqui las bocas no fueron cerradas como en la camara de la
reina, sino rellenadas completamente con piedras sueltas, que el
coronel Vyse tuvo que sacar para averiguar la naturaleza de los
conductos. Es muy probable que el rellcnamiento haya sido hecho
al mismo tiempo que las demas operaciones con las cuales se quiso
ocultar la disposicion interna de la porcion superior de la pira-
mide.
Proyecte la luz <le mi linterna soLre las paredes desnudas y el
cielo raso, notando una vez mas la admirable exactitud con que
· se unian los enormes hloques de granito pulido; inicie luego un
68 PAUL BRUNTON
aspecto venerable, sus altas figuras. Por otra parte, llevahan las
inconfundibles insignias de sus cargos ; eran altos sacerdotes ,de
un antiguo culto egipcio. Rodeabalos un halo luminoso, que de
la manera mas rnisteriosa alurnhraha una parte de la habitacion,
Parecian, en verdad, mas que hombres. por SU brillante presencia
de semidioses y la calma claustral de sus rostros.
Permanecieron inm6viles como estatuas. con las· manos eruza-
das sohre el pecho y contemplandome en silencio.
lEstaria yo actuando en una cuarta dimension. sumido cons-
cientemente en alauna lejana epoca del nasado? ; Habria repre-
sado mi sentido del tiempo a la era primitiva de Egipto? No. im-
posible; porque pude percihir inmediatnmente que aquellos espi-
ritus me veian, y estahan a punto de dirigirrne la palahra.
Sus altas figuras se inclinaron hacia adelante. Uno de ellos acer-
c6 su rostro al rnio; sus ojos despedian llarnaradas de fuezo espi-
ritual; me pareci6 que sus lahios se movian; su voz resono en
mis oidos.
-lPor que viniste a este sitio -me preguntO-, a tratar de
evocar las potencias secretas? .;,No te hastan las sendas ile los
mortales?
Yo no oi estas palahras con el oido fisico : ninzuna vibracion
perturh6, por cierto, el silencio del recinto. Me parecio oirlas, sin
embargo, mas o menos como podria haberlas oido un sordo. ron
el timpano artificial de su anarato electrico, pero resonando en
la parte interior del timpano. La voz que me lleµ:o podria. en rea-
lidad. describirla corno una voz mental, ya que la oi dentro de
la caheza; pero daria la err6nea impresion de que se trntaba de
un simple pensamiento. Nada mas lejos de la realidad: no era
un simple pensamiento: era una voz.
-iNo, no me bastan! =-reepondi,
-La agitaci6n de las muchedumhres en las ciudades reconfor-
ta el coraz6n temhloroso del hombre -dijo el-. Vete; vuelve a
reunirte con tus semejantes y pronto olvidaras ·el frivolo nntojo
que te trajo hasta aqui.
Pero yo volvi a responder:
-jNo, no puede ser!
El espiritu hizo un nuevo esfuerzo.
-La senda del ensuefio te alejara de los lindes de la raz6n.
Algunos lo siguieron, y regresaron locos. Vuelvete ahora, que aun
EL EGIPTO SECRETO 75
estas a tiempo, y sigue el camino asignado a los pies de 10111 mor-
tales.
Pero yo sacudi la cabeza v murrnure:
-Debo seguir esta sends. Ahora ya no hay ninguna otra para mi.
El sacerdote dio entonces un paso adelante y volvi6 a inelinarse
sobre mi. Vi su anciano rostro destacado en las tinieblas.
-Aquel que entra en contacto con nosotros -murmuro en mi
oido-, pierde su vinculo con el mundo. l Puedes andar solo?
-No se -tespondi.
EI sacerdote desapareci6. Quede solo con el otro esniritu, que
haste ese momento no habia desempefiado mas que el panel de
un testigo silencioso.
Se aproxim6 hasta quedar frente al cofre de marmol, Su rostro
era el rostro de un hombre muy viejo, viejisimo. No me aventure
a conieturar su edad.
-Hijo mio -me explic6 serenamente-, los poderosos amos
de las potencias secretas te han tornado en sus manos. Esta noche
( ,·;b\.\.
seras conducido a Ia sala del saber. jTiendete sobre esa piedra !
Antiguamente habrias tenido que hacerlo alli, sobre un lecho de
cafias de papiro.
Sefial6 el sarcofago. No se me ocurrio hacer otra cosa que
obedecer a mi visitant!' misterioso. Me acoste de esnaldas =obre Ia
Iosa. ,
Lo que sucedi6 inmediatamente despues, todavia no lo veo muy
claro, Fue como si inesperadamente me huhiesen dado una dosis
de alinin .anestesico especial, de accion lenta, porque todos mis
miisculos se pusieron tensos, y en sezuida comenzo a invadirme
los miemhros un letargo paralizante. Todo el cuerpo quedo rigido.
enturnecido. Comence primeramente a sentir los pies frios, cada
vez mas frios: luezo la frialdad fue subiendo, gradualmente, im-
perceptiblemente; lleg6 hasta [as rodillas v prosiguio su avance.
Era como si, al escalar una montaiia. me huhiese hundido hasta la
cintura en un monton de nieve, Mis miembros inferiores quedaron
completamente baldados.
Pa!'le luego a un estado de semisornnolencia, y en mi mente se
insinue el misterioso presentimiento de nue mi muerte estaha pro-
xima. No me perturb6. sin embargo; hacia mucho tiempo que
yo me habia librado del viejo miedo a la muerte. y aceptaha
filosoficamente su inevitabilidad.
Mientras la extrafia sen~acion rle fri!!'i<lez :<<'~!Ilia apniler~n<losc
76 PAUL BRUNTON
-Tambien ellos viven, como vives tu, como vive esta piramide,
que vio morir medio mundo y sigue viviendo --dijo el sumo sa-
cerdote--. Has de saber, hijo mio, que en este antiguo santuario
se encuentra la perdida historia de las primeras razas de la hu-
manidad y de la alianza que hicieron con el creador por medio del
primero de sus grandes profetas. Te dire tarnhien que antigua-
mente eran traidos a este lugar hombres escogidos para mostrarles
la alianza mediante la cual podian tornar al seno de sus seme-
j antes manteniendo vivo el gran secreto. Llevate contigo esta ad-
vertencia: cuando los hombres reniegan de su creador y miran con
odio a sus semejantes, como los principes de Atlantida, en cuya
epoca fue construida esta piramide, son destruidos por el peso de
su propia iniquidad, como fue destruido el pueblo de Atlantida,
"No fue el creador el que hundio a Atlantida, sino el egoismo,
la crueldad, la ceguera espiritual del pueblo que habitaba en esas
islas condenadas. El creador ama a todos; pero la vida de los
hombres esta gohernada por leyes invisibles que el les impuso.
Llevste, pues, esta advertencia contigo."
Agitose en mi interior un gran deseo de ver esa misteriosa
alianza; el espiritu debio de leer mi pensamiento, porque se apre-
sure a decir:
-Todas las cosas a su debido tiempo. Todavia, no, hijo mio,
todavia no.
Me senti desilusionado.
El sacerdote me miro durante unos instantes.
-A ningiin hombre de tu pueblo se le ha permitido hasta ahora
que lo viera. Pero como tii eres un hombre versado en estas cosas, ·
y has venido aqui trayendo comprension y buena voluntad en tu
corazon, es j usto que recibas alguna satisfaccion, j Ven conmigo !
Sucedio entonces algo extrafio, Cai, al parecer, en una especie
de semicoma, mi conciencia se borro mornentaneamente, y cuando
la recupere adverti que habia sido transportado a otro lugar.
Estaba en un largo pasaje suavemente iluminado, aunque no se
veian ni lamparas ni ventanas; supuse que la fuente luminosa
debia de ser el halo que emanaba de mi cornpafiero, combinado con
la irradiaci6n del cordon luminoso de eter vibrante que se extendia
detras de mi. Pero comprendi que esos focos no explicaban sufi-
cientemente la luz. Les paredes eslaban construidas con piedras
80 PAUL BRUNTON
\( cfa muchos siglos, Los arabes atribuian la luz a los espiritus guardianes de
la piramide, pero Groff trat6 de ballarle una explicaci6n natural al Ieno-
meno, sin conseguirlo.
EL EGJPTO SECRETO 81
* * *
En posteriores visitas trate de conseguir que mi mago me ex-
plicara mas detal!adamente SUS hazafias, para saber si no eran, al
fin de cuentas, simples pruebas de ilusionismo. Pero el viejo ha·
blaba muy poco sobre el tema y caia en largos lapsos de silencio,
como si estuviera enfrascado en algun otro mundo; tal vez el
mundo de sus genios. Me di cuenta de que no seria menuda ta·
rea la de lograr que soltara su cautelosa lengua. El hijo me habia
informado, despues de varias preguntas, que el padre nunca le
comunicaba sus secretos a nadie y que el mismo, el hijo, le habia
pedido que le ensefiara la profesion ; pero el padre se habia ne-
gado, diciendo que era una profesion dificil y peligrosa. Como
ejemplo tipico de algo que ocurria a menudo, el padre Je habia
contado a su hijo el caso de un mago que habia evocado un genio
y despues no pudo ahuyentarlo, con el resultado de que el genio
se volvi6 contra el mago y le infiri6 graves heridas. El muchacho
foe enviado a estudiar la relativamente inofensiva carrera cle las
!eyes.
No se me escapa la razon de que el viejo no revelara sus secre-
tos, autenticos o falsos; es precisamente ese misterio lo que le
daba poder y reputaci6n. Resolvi no insistir mas. Era muy natural
que no quisiera difundir lo que constituia la base de su fama y
su fortuna.
Pero si no puedo veneer su reticencia, pense, tomando asiento
una vez mas en su polvorienta sala, quiza pueda convencerlo de
que me explique las teorias generales que fundamentan sus se-
cretos; quiza pueda averiguar en la fuente informativa de este
reputado experto, que significa todo eso de los genios de que tanto
se habla en "Egipto. Y mientras hablaba con el, oia, a traves de la
cerrada ventana, el tamborileo ritmico, constante, de un tantan,
En una casa de la vecindad, un jeque, medico brujo de segunda
clase, trataba de expulsar del cuerpo de un enfermo, por medio de
tambores y hechicerias, el presunto genio que se habia posesiona-
do de el y que era el causante de su mal.
-Ustedes no creen en nuestra antigua magia -intercalo mi
96 PAUL BRUNTON
-lSe pueden hacer esos genios visibles para una persona CO·
rriente? -pregunte, cuando nos hubimos sentado a la mesa.
-Si, se puede, despues de muchas preparaciones y grandes es·
fuerzos. Al final de las preparaciones hay que encender incienso
y cantar lentamente las invocaciones; aparece entonces· el genio
en el humo, estando la sala a oscuras, y habla en voz alta. Ese
aspecto de la magia ya no lo toco mas, porque me estoy poniendo
demasiado viejo para el tremendo esfuerzo que requiere,
Medite una vez mas sobre aquel extrafio personaje que preten-
dia estar en contacto con esas quimericas creaciones, El hombre
era, por cierto, bastante aterrador. Y, sin embargo, tambien sabia
ser humano. Porque cuando su nietita, una niiiita de seis aiios
graciosamente vestida, entr6 corriendo inesperadamente en la sala,
el m11go se incline y la bes6 con carifio y hasta condescendi6 a
j ugar con ella durante unos instantes.
Reanude mi indagaci6n.
-Esos peligros a que usted se refiri6 antes, lexisten realmente?
-Si. Los que adquieren ascendiente sobre los genios corren
muchos riesgos. Los genios no son simples titeres; son seres que
tienen inteligencia y voluntad propias: siempre es posible, por lo
tanto, q.ue se rebelen contra el hombre que los esclaviza. Aunque
obedecen en todo a sus amos y los sirven voluntariamente, si el
mago pierde su autodominio y se vuelve pusilanime, o si abusa
de su poder y lo pone al servicio de malas causas, o si le falla el
valor en el momento culminante, hay siempre la posibilidad de
que alguno de sus genios lo rechace y repela, ocasionando trastor-
nos imprevistos, accidentes y hasta la misma muerte. Con la ayuda
de esos espiritus se pueden realizar las cosas mas maravillosas,
pcro si han sido imperfectamente dominados por el mago y se
rebelan, son capaces de atacarlo sin piedad.
-l Usted cree que los antiguos egipcios conocian esos genios?
f/
1
* * *
EL EGIPTO SECRETO 105
Llegamos ahora al experimento mas interesante. Ades puso a la
sujeto en el segundo grado del trance hipnotico, tocandole la fren-
te y transmitiendole la sugestion verbal. En ese estado entran en
impresionante actividad las fuerzas latentes del inconsciente.
. EI operador ordeno a Ia mujer que se sentara junto al escrito-
rio. Ella obedeci6 inmediatamente.Con aquel pesado vendaje rojo
que le cubria la cara, tenia un aspecto extrafio.
Ades nos pidi6 que eligieramos al azar un pasaje de cualquier
libro. Elegimos una obra cientifica francesa, la abrimos al acaso
en la pagina cincuenta y tres, marcamos un parrafo y pusimos el
libro en el escritorio junto a la sujeto.
Madame Marguerite tom6 un Iapiz mientras Ades ponia en el
escritorio una hoja de papel.
-Busca en el libro el parrafo elegido -orden6 el operador con
voz firme-. Lo leeras sin dificultad; luego escribiras lo leido en
el papel que tiencs delante. [Comienza!
1 Los yoguis de la India me dieron una explicacien muy parecida del fe-
nomeno, Sostienen ellos que el hombre posee un "cuerpo del alma", invisible,
con siete centros nerviosos, situadus en una region proxima al sistema cerebra·
espinal y al cerebro superior, y que esos centros invisibles son los verdade-
ros agentes fiscalizadores de nuestros sentidos fisicos. El primer centre, que
gobierna el olfato, lo sinian en la region sacra; el segundo, que dirige el
sentido del gusto, se halla en el bazo; el tercero se encuentra al nivel del
ombligo y corresponde a la vista; y asi sucesivamente. De acuerdo con su
teoria, los objetos externos que impresionan los sentidos son en realidad per-
cibidos por el "cuerpo del alma", agente interno cuya cooperacion es esencial
para el buen funcionamiento de todos Ios sentidos fisicos del hombre. Estos
ultimos no son mas que instrumentos, y sin aquella cooperacion no pueden
cumplir sus funciones. En otras palabras, la vista, el oido, etc., son Iunda-
mentalmente facultades mentales, y solo complementariamente facultades fi.
sicas, Pretenden los yoguis que medianle la fiscalizacion consciente de la
atencion, con una profunda concentracion, pueden llegar a hacer volunta-
riamente, sin hipnotizar, todos los actos que realizan los sujetos hipno-
tizados •
110 PAUL BRUNTON
de tal manera entre los faquires del oriente, que trate de aclararlos
mas completamente. Cuando me oyo plantear el punto, sonrio y
sin dejarme terminar la frase, replies, haciendo un ligero ademan
con la mano:
-Me gustaria ver todo esto establecido sobre bases cientificas,
desprovisto de todas las falsas sugestiones y autosugestiones,en su
mayor parte religiosas o supersticiosas, con las que ban estado
siempre inextricablemente entrelazadas. He visto el daiio que le
hicieron a la causa de la verdad. Yo me aparte enteramente de las
tradiciones de los faquires. Nuestra ciencia es una cosa, la religion
otra: hay que separarlas. No es que yo no crea en la religion; le·
jos de ello. La miro con respeto y como algo necesario para la
vida del hombre, porque le da fuerza moral. Pero, como usted
h.abra notado en la India, la tendencia del hombre a atribuir a
Dios o a los espiritus o los angeles lo que procede exclusivamente
de sus propios poderes animicos, del inconsciente, es tan fuerte
que considero necesario una ruptura completa con esa inclinacion
para depurar nuestras doctrinas de la supersticion y explicarlas
cientificamente. Muchos Iaquires son victimas de sus propias auto·
sugestiones, y otros de las sugestiones que les aportan sus tradi-
ciones. Podran producir hazaiias autenticas, pero falsas explica-
ciones teoricas. Ahi tiene los derviches bailarines; giran vertigino-
samente hasta entrar en estado hipnotico y luego se cortan con
dagas y cuchillos sin sentir dolor. Prolongan la hazaiia con com·
plicadas ceremonias rituales y numerosas oraciones, en mi opinion
completamente innecesarias y que constituyen simplemente una
forma de crear autosugestion para llegar a un estado al que yo
puedo arribar rapidamente y sin rezos, con solo interpretar las le-
yes naturales correspondientes. Estoy convencido de que los Iaqui-
res han usado a menudo sus maravillosas proezas para impresio-
oar a la gente, y despues imponerles sus creencias religiosas. Para
impresionar con mas fuerza, adoptaban una actitud de misterio,
Todo eso es imitil actualmente, gracias a los grandes progresos al-
canzados por la ciencia y la educacion. Esos traficantes de misterios
harian mejor en estudiar la ciencia y explicar sus proezas cienti-
ficamente.
El doctor Tara bey tenia rason. La era del abracadabra pasd
a la historia. Los misterios y la mistificacion pertenecen a otras
epocas mas sombrias que la nuestra. En estos tiempos ilustrados
es menester decir la verdad directamente y no con los metodos
EL EGIPTO SECRETO 131
Por estas razones Dios permitio a su profeta que tomara las ar-
mas contra los ofensores. Dijo el Senor:
"cAla no os prohibe ser caritativos y tratar con [usticia a los que no os
hicieron la guerra a causa de vuestra religion y no os expulsaron de vues-
tros hogares; en verdad Ala ama a los equitativos. Ala os prohibe unica·
mente hacer amistad con aquellos que, a causa de vuestra religion, os han
hecho la guerra, os han expulsado de vuestros hogares y han ayudado a los
que os persiguleron.s
"cSe acuerda permiso a los que han tornado las arrnas contra los infieles,
porque ellos han sufrido persecucion ; y en verdad Ala puede muy bien so·
correrlos. A aquellos que fueron injustamente expulsados de sus hogares,
solo porque dijeron: nuestro Dios es Ala.)