Medios de Prueba.
Medios de Prueba.
Medios de Prueba.
OFRECIMIENTO, PRODUCCIÓN,
CONTRASTACIÓN. REGLAS DE
VALORACIÓN.
TÍTULO I – NORMAS GENERALES
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Esta Sala ha sostenido, en lo que respecta a la
fundamentación probatoria, que es
competencia de este Tribunal de Casación
verificar ―la aplicación de las reglas de la sana
crítica en la valoración de las pruebas en el
caso concreto‖, con el único límite de lo que no
resulte revisable, esto es ―lo que surja directa y
únicamente de la inmediación‖ (C.S.J.N.,
20/09/05, ―Casal‖).
Ahora bien; si la obligación constitucional y legal de motivar
la sentencia impone al Tribunal de mérito -entre otros
recaudos- tomar en consideración todas las pruebas
fundamentales legalmente incorporadas en el juicio (DE LA
RÚA, Fernando, La casación penal, Depalma, 1994, p. 140;
T.S.J., Sala Penal, S. n° 44, 8/06/00, ―Terreno‖, entre
muchos otros), y efectuar dicha ponderación conforme la
sana crítica racional (art. 193 CPP), resulta claro que el
recurso que invoca la infracción a las reglas que la integran -
lógica, psicología, experiencia- debe también contraponer un
análisis de todo el cuadro convictivo meritado, y en función
de éste, a su vez, evidenciar la decisividad del vicio que se
denuncia (art. 413 inc. 4°, C.P.P.).
De allí que resulta inconducente una
argumentación impugnativa que se contenta sólo
con reproches aislados que no atienden al
completo marco probatorio o que esgrime un
defecto carente de trascendencia en una
apreciación integrada de aquél. En tales
supuestos, al no efectuar un abordaje que agote
las distintas premisas que sostienen la conclusión
que causa agravio, la crítica no alcanza a
enervarla y la decisión transita incólume el control
casatorio (T.S.J., Sala Penal, "Martínez", S. n° 36,
14/03/2008).
Además, no es ocioso reproducir aquí lo que esta Sala
ha dicho en reiterados precedentes en relación a la
prueba de los abusos sexuales. Por su naturaleza, por
cumplirse éstos en ámbitos privados y sin la presencia
de terceros, es claro que tienen alto valor indiciario las
condiciones concomitantes y posteriores al hecho (TSJ,
Sala Penal, "Agüero", S. 266, 15/10/2010; ―Verón‖, S.
163, 22/7/11). Máxime en el presente caso, en el que
contamos con la presencia de terceros que, si bien no
presenciaron directamente el hecho, sí las
circunstancias inmediatamente anteriores y posteriores.
Sobre la crítica que procura desvirtuar el
testimonio de la víctima, haciendo hincapié en
que el relato de abuso sexual no aparece en
los primeros relatos y recién lo hace en los
últimos, considero que tampoco ha de
hacérsele lugar.
La premisa sobre la que asienta su
razonamiento supone que cuando una persona
presta más de una declaración, la veracidad de
éstas va disminuyendo desde la primera a la
última. Justifica esa afirmación cuando dice
―en su primera declaración, más próxima al
acaecimiento histórico y, por tanto, más fresco,
verídico y objetivo‖ (fs. 423)
Sin embargo, ya en un primer análisis de esa
tesis pueden hallarse sus inconvenientes. En
primer lugar, parece ser una afirmación sobre
la psicología humana que, a menos que sea
ampliamente compartida, no es factible
utilizarla sin más, es decir, sin otros
argumentos que la sustenten.
Asimismo, alcanza para notar que la aludida
tesis posee un alcance excesivo enunciar otra
justificación que también pueden explicar la
variación de un testimonio de estas
características. Por ejemplo, una niña de 17
años puede tener vergüenza de relatar los
ataques sexuales que padeció, pero su
retraimiento puede ir menguando a lo largo del
tiempo que dura un proceso judicial.
Obviamente, esto no quiere decir que sólo
valgan los últimos testimonios o los que narren
los episodios más graves, simplemente vale la
aclaración para descartar lo que afirma el
defensor: que en una discordancia entre dos
testimonios prestados por la misma persona
siempre ha de estarse al más cercano al hecho
que relata.
Finalmente se pregunta cómo, si estaba somnolienta,
iba a recordar lo sucedido. En este caso la estrategia del
defensor adolece de dos errores. Uno, ya marcado
antes, relativo a las afirmaciones técnicas (como la
‗amnesia en bloque‘) sin proveer argumentos
adicionales que las respalden. El otro error radica en su
mirada parcial de la prueba. Sobre esto, en el punto III.2
fue ya expuesta la manera como debe valorarse la
prueba indiciaria y se explicó por qué de ninguna
manera ha de utilizarse como estrategia de evaluación
del material indiciario la valoración puntual de algunos
elementos prescindiendo del análisis conjunto de todos
ellos.
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=
Sentencia 159, 6-6-2013, Super. Tribun. De
Just. De Córdoba
Asimismo, se ha sostenido que hoy en día está fuera de
discusión la posibilidad de alcanzar la certeza sobre la
participación del imputado valiéndose de indicios, con
la condición de que éstos sean unívocos y no
anfibológicos. Y que por ello, para poder cuestionar la
fundamentación en tales casos, se hace necesario el
análisis en conjunto de todos los indicios valorados y no
en forma separada o fragmentaria (T.S.J., "Simoncelli",
S. n° 45, 29/07/1998; "Pompas", A. n° 109,
05/05/2000; "Caballero", A. n° 95,18/4/2002;
"Torres", A. n° 1, 02/02/2004; "Risso Patrón", S. n° 49,
01/06/2006; "Raña", S. n° 32, 05/03/2009, entre
muchos otros).
Así lo ha dicho el más Alto Tribunal de la Nación:
―cuando se trata de una prueba de presunciones... es
presupuesto de ella que cada uno de los indicios,
considerados aisladamente, no constituya por sí la
plena prueba del hecho al que se vinculan -en cuyo caso
no cabría hablar con propiedad de este medio de
prueba- y en consecuencia es probable que
individualmente considerados sean ambivalentes‖
(C.S.J.N., ―Martínez, Saturnino‖, 7/6/88, Fallos
311:948; T.S.J., Sala Penal, "Vissani", A. 32,
24/02/1999, "Pacheco", S. n° 44, 28/03/2007;
"Calassan", S. 16, 28/02/2008; "Bartolucci", S. n° 97,
27/04/2009, entre otros).
Por su parte, dada la relación del planteo con la
negación de una determinada subjetividad del
autor, corresponde recordar también que esta
Sala ha sostenido invariablemente que los
aspectos subjetivos dados por ciertos por el
tribunal de mérito constituyen una cuestión fáctica
(T.S.J., Sala Penal, "Tazzioli", A. nº 135,
16/5/2000; "Ameijeiras", A. nº 416, 26/12/2000;
"García", A. nº 140, 10/4/2001; "Quiroga", A. nº
328, 24/8/2001; "Bracamonte", A. nº 342,
3/9/2001; "Oviedo", A. nº 54, 10/3/2003 -entre
otros-).
Asimismo, debe recordarse que el extremo
subjetivo no puede ser aprehendido a través de
la percepción directa del juzgador, sino que
puede y debe ser derivado a partir de la
conducta desenvuelta por el agente que forma
parte de la imputación (T.S.J., Sala Penal,
―Tita‖, S. nº 22, 17/4/1998; "Vargas", S. nº 73,
21/5/1999; "Spampinatto", S. nº 41,
31/4/2000; "Sajen", S. nº 114, 21/12/2000,
"Esperón", A. 111, 15/04/2004, entre otros).
PRINCIPIO DE RAZÓN SUFICIENTE
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La obligación constitucional y legal de fundar la
sentencia consiste en el deber de consignar por
escrito las razones que justifican el juicio lógico
que ella contiene, con base en la prueba reunida y
de acuerdo al sistema de valoración admitido por
la ley procesal, porque éste es el modo de
posibilitar el contralor de las partes y del Tribunal
de casación , .S. Nº 1, ―Feraud‖, 16/02/61, más
recientemente S. Nº 16, 20/03/98, ―Altamirano‖,
S. N1 28, 7/4/98, ―Algarbe‖).
Específicamente, en lo que respecta a la
fundamentación probatoria, las resoluciones judiciales
deben cumplir con dos condiciones. Por un lado, deben
consignar expresamente el material probatorio en el que
se fundan las conclusiones a que se arriba,
describiendo el contenido de cada elemento de prueba.
Por otro, es preciso que éstos sean merituados,
tratando de demostrar su ligazón racional con las
afirmaciones o negaciones que se admitan en el fallo.
Ambos aspectos deben concurrir simultáneamente para
que pueda considerarse que la sentencia se encuentra
motivada (T.S.J., Sala Penal, S. N° 200, 26/12/2006,
"Oviedo‖).
Tribunal de Apelaciones en lo Criminal de
Asunción, sala 1
Fleitas Cáceres, Gustavo Adolfo s/ Hurto
agravado y otros. (Ac. y Sent. N° 52) c. •
20/08/2014
Publicado en: , La Ley Online;