Agentes Teratogenos Quimicos
Agentes Teratogenos Quimicos
Agentes Teratogenos Quimicos
Resumen
Un agente teratógeno es aquel que actúa alterando el crecimiento, la estructura o la función
del embrión o feto en desarrollo. Tradicionalmente se consideraban medicamentos
teratógenos aquellos susceptibles de producir malformaciones visibles en el recién nacido,
alterando la colocación natural de los órganos en el estado embrionario. Actualmente la
definición se extiende a un conjunto de sustancias que tienen efectos nefastos en el embrión
y el feto. Ciertos medicamentos pueden perturbar la diferenciación y la maduración de los
órganos, los tejidos y ciertos tipos de células. Su acción no se manifiesta a través de
malformaciones visibles sino con disfunciones en el nivel fisiológico o de comportamiento,
como retrasos en el desarrollo de las capacidades. Poco se sabe sobre los mecanismos
teratógenos específicos, pero se han formulado algunos principios generales. Casi todos los
medicamentos administrados durante el embarazo son para la madre, y el feto es receptor
por casualidad. Por lo tanto, es importante equilibrar el riesgo de los efectos
medicamentosos para el feto con los riesgos de la falta de tratamiento de la enfermedad de
la madre para ambos. Por desgracia, a menudo se desconocen los efectos gestacionales de
un medicamento determinado y, en la mayoría de los casos, éste lleva una advertencia que
desaconseja su uso durante el embarazo, a menos que los beneficios potenciales sean
superiores a los riesgos o que esté contraindicado.
2
2. Objetivo General
Hacer una investigación sobre Agentes teratógenos químicos y descubrir sus causas,
diagnóstico y tratamiento.
2.1. Objetivo Especifico
Hacer conocer los factores de riesgo, Fomentar desde la práctica enfermera las medidas
preventivas de las malformaciones fetales y difundir el conocimiento sobre Agentes
teratógenos químicos.
3
3. Introducción
El embarazo representa un problema terapéutico único porque hay dos pacientes, la madre
y el feto. Una enfermedad materna puede beneficiarse con un tratamiento farmacológico
particular que puede afectar en forma adversa el bienestar fetal. Aunque la mayoría de los
médicos coincidirán en que el beneficio de la madre es la primera consideración, existe el
deseo obvio de prevenir todo impacto iatrogénico importante sobre el feto. Por lo tanto, con
frecuencia el tratamiento farmacológico administrado durante el estado de embarazo será
diferente del utilizado en el estado de no embarazo. Este principio se aplica tanto a la
elección de los fármacos como a las dosis de éstos. La edad promedio de la menarca ha
disminuido, la edad de la concepción ha aumentado y la mejor atención médica ha llevado a
una supervivencia más prolongada y a un mejor control de las enfermedades en las mujeres
afectadas por una variedad de problemas médicos. Debido a estos cambios la incidencia y
el espectro de las asociaciones entre las enfermedades médicas y el embarazo han
aumentado. La experiencia del obstetra, del médico internista o generalista era entonces
muy limitada. La mayor supervivencia y el mejor control de los trastornos médicos
permiten que las mujeres conciban y el mejor manejo médico prácticamente garantiza la
supervivencia de la madre y el feto. A su vez impone un nuevo desafío a los médicos que
trabajan en estas áreas. Los cambios fisiológicos y hormonales que se producen durante el
embarazo pueden alterar la absorción, la transferencia, la excreción y el metabolismo de
cualquier fármaco. Cambios que son graduales, acentuándose en el tercer trimestre del
embarazo y volviendo a los valores basales unas semanas después del parto. La
disminución gradual de las proteínas plasmáticas y del aumento del agua orgánica total a
medida que avanza el embarazo, trae como consecuencia un aumento del volumen de
distribución de los fármacos y cambios en la tasa de unión a proteínas. Casi todos los
fármacos son transferidos de una manera relativamente rápida a través de la llamada barrera
placentaria. La difusión de cualquier fármaco hacia los tejidos fetales depende de su
liposolubilidad, del peso molecular, de la ionización y de su unión o no a proteínas. La
concentración máxima de los fármacos en el plasma de los fetos de término en general se
produce dentro de 0,5 a 2 horas después de la inyección materna por medio de un bolo
intravenoso. Una sola dosis de un fármaco administrada por inyección intravenosa rápida a
la madre puede tener poco o ningún efecto farmacológico sobre el feto. Sin embargo,
cuando una mujer embarazada toma dosis repetidas de un fármaco, es probable que la
relación entre la concentración fetal y la materna del fármaco libre se aproxime a uno. Esto
será así toda vez que el pasaje transplacentario del fármaco ocurra por difusión pasiva, y
sea rápida en comparación con la eliminación del fármaco. En la hora previa al parto, hay
que administrar con precaución los fármacos que pasan a través de la placenta para evitar
toxicidad en el recién nacido. Es el caso de anestésicos locales y analgésicos usados con
frecuencia durante el trabajo de parto. Tras seccionar el cordón, el fármaco sufrirá un
aclaramiento mucho más lento en el neonato mediante metabolismo hepático o excreción
urinaria ya que sus procesos metabólicos y de excreción son todavía inmaduros.
4
4. Marco teórico
Poco se sabe sobre los mecanismos teratógenos específicos, pero se han formulado algunos
principios generales. Casi todos los medicamentos administrados durante el embarazo son
para la madre, y el feto es receptor por casualidad. Por lo tanto, es importante equilibrar el
riesgo de los efectos medicamentosos para el feto con los riesgos de la falta de tratamiento
de la enfermedad de la madre para ambos. Por desgracia, a menudo se desconocen los
efectos gestacionales de un medicamento determinado y, en la mayoría de los casos, éste
lleva una advertencia que desaconseja su uso durante el embarazo, a menos que los
beneficios potenciales sean superiores a los riesgos (por lo general, no definidos) o que esté
contraindicado. No hay una barrera placentaria específica para el paso de medicamentos, de
manera que el feto queda expuesto inevitablemente y, si bien un agente puede ser
beneficioso o al menos inocuo para la madre, puede ser nocivo y aún mortal para el
embrión o el feto. Los efectos teratógenos suelen depender de la dosis; los agentes pueden
actuar en forma sinérgica; y el momento de la administración después de la concepción
reviste importancia crítica para determinar los efectos para el feto. Los riesgos también
pueden variar de una persona a otra como resultado de variación genética en el
metabolismo de los medicamentos o de otros factores. Los principios generales de
teratogenia ayudan a orientar la prescripción de medicamentos a las mujeres embarazadas.
El tratamiento medicamentoso debe administrarse solo si es realmente necesario. Puesto
que el feto está expuesto a un gran riesgo durante el primer trimestre, en lo posible es
preciso demorar el tratamiento hasta una etapa más avanzada del embarazo. Cuando se
necesite tratamiento, debe administrarse la dosis eficaz mínima de un solo agente si las
circunstancias lo permiten e interrumpir el tratamiento lo más pronto posible. Es mejor
evitar nuevos medicamentos por la obvia escasez de información al respecto. Los
medicamentos de venta libre y otros remedios también pueden ser fetotóxicos y conviene
aconsejar a las mujeres embarazadas que consulten a su médico general o a un farmacéutico
antes de tomarlos. En lo posible, es mejor evitar el uso de teratógenos conocidos por
completo en mujeres fecundas. Cuando se conoce la naturaleza de anomalías potenciales,
un ultrasonido al final del primer trimestre del embarazo y después puede dar información
precisa sobre la edad del embarazo y permitir detectar anomalías mientras todavía se pueda
practicar un aborto terapéutico.
5
4.1. Prevalencia de malformaciones congénitas
La prevalencia de las malformaciones congénitas mayores depende de diversos factores
como la población a estudio, el punto donde los datos son recogidos después del nacimiento
y la clasificación del defecto congénito. Se calcula que la prevalencia de malformaciones
congénitas mayores reconocida en el nacimiento es de un 3% y que otro 3% de
malformaciones congénitas mayores no son reconocidas durante el periodo neonatal. Este
6% no incluye retraso en el crecimiento mental o físico o malformaciones congénitas
menores como hidrocele, angioma, hernias y nevus, que no tienen significación médica. La
causa del 40% de las malformaciones es de origen desconocido, De un 12 a un 25% de
estas malformaciones congénitas son defectos genéticos, siendo el síndrome de Down el
más frecuente de este grupo. Otro 20% son debidos a interacciones entre factores
hereditarios y factores ambientales. De un 5 a un 9% de las malformaciones son atribuidas
a factores ambientales como agente único. Estos factores ambientales pueden ser
enfermedad o infección de la madre, productos químicos o fármacos. Se incluyen
infecciones como rubeola, citomegalovirus y toxoplasmosis. La rubeola es el mejor
conocido de los agentes virales que pueden causar teratogénesis. Se incluyen, también,
enfermedades maternales como diabetes y epilepsias. La diabetes es la enfermedad crónica
que más frecuentemente causa teratogénesis. Lo más importante de estas anomalías
producidas por fármacos es, que aunque sea un porcentaje muy bajo, sería evitable en la
mayoría de los casos ya que las consecuencias, además de las emocionales y sociales, son
de tipo económico.
4.2. Exposición de medicamentos durante el embarazo
La exposición a medicamentos durante el embarazo es elevada. Entre un 44,2 y un 99,5%
de las mujeres embarazadas, según diversos estudios, toman algún medicamento durante la
gestación. El número medio de fármacos durante el embarazo varía entre 2,6 y 13,6
fármacos por mujer gestante. Hay que tener en cuenta el incremento de la edad a la que las
mujeres están teniendo los hijos que hace que aumente el número de mujeres que estén
sometidas a tratamientos de larga duración por enfermedades diagnosticadas antes de
quedarse embarazadas. También hay que tener en cuenta a mujeres con condiciones que se
creían incompatibles con el embarazo como el lupus eritematoso o enfermedades cardiacas
en las que el número de embarazos ha crecido mucho en las últimas décadas. Hay que
considerar, además, los cambios fisiológicos propios de la gestación (variación del volumen
plasmático y aclaramiento renal, aparición de nuevos compartimentos como la placenta y
órganos fetales), que pueden afectar a los parámetros farmacocinéticos de los fármacos
alterando su eficacia y toxicidad, tanto para la madre como para el feto. Los medicamentos
pueden dañar al feto en cualquier periodo del embarazo, aunque el periodo de mayor riesgo
es el primer trimestre ya que durante la fase embrionaria (días 20-55) tiene lugar la
formación de la mayoría de los órganos.
6
4.3. Factores que afectan al desarrollo
Los agentes teratógenos químicos actúan dependiendo de una serie de factores por los
cuales serán más o menos agresivos en el desarrollo del feto. Esta versatilidad depende de
los siguientes factores:
Dosis: En general se considera que a medida que es mayor la dosis de un agente
aumenta su poder teratogénico. Por otra parte, la dosis recibida por la madre es un
factor determinante. La evidencia indica que existe un límite, por debajo del cual no
se produce ningún efecto adverso en el feto. Esto es lo que se llama la Hipótesis del
Umbral. Por encima de esa dosis determinada como umbral, se empiezan a observar
los efectos teratogénicos de medicamentos, químicos.
Tiempo de gestación: Las etapas del desarrollo no son todas igual de susceptibles de
sufrir daño por un agente externo. La etapa más sensible tiene lugar durante la
organogénesis en el primer trimestre del embarazo, cuando hay una mayor
diferenciación celular. La exposición del embrión a algún agente teratógeno durante
este periodo crítico es probable que lleve a una malformación y hay que recordar
que la mujer en edad fértil es fácil que no sepa aún que está embarazada y no lleve a
cabo ningún cuidado por lo que aumenta la posibilidad de encontrarse con
problemas malformativos más avanzado el embarazo, en todo esto vemos una gran
ventaja y es que las primeras dos semanas de embarazo corresponden al período de
pre-implantación y pre-diferenciación del desarrollo embrionario. La exposición a
los agentes teratógenos durante este período no produce anomalías congénitas y eso
tiene dos explicaciones posibles: es muy probable que una exposición bastante
considerable resulte un grave daño al embrión, haciendo que no se implante y que
se pierda sin que la madre llegue a saber que hubo fecundación. Otra posible
explicación es que, como se carece de una unidad fetoplacentaria, las
concentraciones tóxicas del teratógeno en el feto serán realmente bajas, por lo tanto
carecería de poder teratógeno. De todo esto queda claro que en estas dos primeras
semanas sucede el fenómeno de todo o nada, es decir, que se afecta tanto que pierde
el embrión o simplemente no le pasa nada y sigue su curso como embarazo normal.
7
categoría es muy bajo ya que no se puede garantizar que no aparezcan efectos adversos.
Algunos de los fármacos dentro de esta categoría son: el ácido fólico y la levotiroxina. Es la
categoría donde menos fármacos encontramos.
Categoría B: Existen estudios realizados en animales que no han demostrado riesgo fetal,
pero se carecen de estudios adecuados, ni bien controlados, en mujeres embarazadas. En
esta categoría se incluyen los fármacos sobre los que no existe certeza de riesgo fetal. El
uso de estos medicamentos se suele aceptar durante el embarazo. Algunos de los fármacos
dentro de esta categoría son: Amoxicilina, Dopamina, Etambutol, Hidroclorotiazida entre
otros. En esta categoría encontramos algún medicamento más que en la categoría A pero
aún así entran dentro de ella bastantes pocos.
Categoría C: Hay estudios realizados en animales que han demostrado efectos nocivos en
el feto, pero se carecen de estudios adecuados, ni bien controlados en mujeres embarazadas.
Estos medicamentos deben ser administrados únicamente si el posible beneficio justifica el
riesgo que puede darse en el feto. En esta categoría se incluyen un gran número de
medicamentos, especialmente los de reciente comercialización, de los que se carece de
información. Algunos de los fármacos dentro de esta categoría son: Amlodipino,
Budesonida, Digoxina, Gabapentina, Heparina, Hidrocortisona, Omeprazol entre otros.
Categoría D: Se dispone de estudios controlados y observacionales realizados en mujeres
embarazadas que han demostrado un riesgo para el feto. Sin embargo el beneficio de su uso
en mujeres embarazadas puede aceptarse a pesar del riesgo. Algunos de los fármacos dentro
de esta categoría son: Propanolol, Valsartán y el Acenocumarol son algunos de ellos.
Categoría X: Existen estudios controlados y observacionales realizados en animales o en
mujeres embarazadas y han demostrado una evidencia de que provocan malformaciones o
riesgo fetal. El riesgo de la utilización del medicamento en la mujer embarazada excede sin
duda cualquier posible beneficio. El fármaco está contraindicado en la mujer que está o que
puede estar embarazada. Algunos de los fármacos dentro de esta categoría son:
Antineoplásicos, Atorvastatina, Contraceptivos orales, Talidomida. En esta categoría
encontramos muy poca cantidad de fármacos.
Tras esta clasificación observamos que la mayoría de los medicamentos son dañinos para el
desarrollo fetal o simplemente el daño que pueden producir se desconoce por lo que
consideraremos que cuando una gestante toma alguna medicación también la tomará el feto
y por ello habrá que procurar que, dentro de las necesidades, se consuma el fármaco el
menor tiempo posible, en la menor dosis y habiendo revisado exhaustivamente el prospecto
para saber si es seguro para la embarazada.
8
4.5. Principales fármacos que afectan al feto y su clasificación
4.5.1. Minociclina
Minociclina es un antibiótico bacteriostático del grupo de las tetraciclinas, que difunde a
través de la barrera placentaria, de hecho las tetraciclinas atraviesan la placenta en un 50-
100%. Este grupo de antibióticos debe ser utilizado con extrema precaución en mujeres
embarazadas. Los problemas atribuidos tras su administración durante el periodo
gestacional se pueden clasificar en tres grupos importantes: efectos adversos sobre los
dientes y huesos del feto, toxicidad hepática sobre la madre y la aparición de defectos
congénitos. El riesgo relativo de teratogenia relacionada con dientes y huesos en embarazos
de 4 meses o más es del 50% de los fetos expuestos para la tetraciclina y del 12,5% para la
oxitetraciclina. Si la exposición al fármaco es anterior a las 14-16 semanas de gestación, se
desconoce el riesgo. En general, las tetraciclinas suelen estar contraindicadas durante el
embarazo. El riesgo de malformaciones puede ser bajo aunque no completamente excluido.
Minociclina se encuentra encuadrada en la categoría D de riesgo de la FDA
4.5.2. Talidomida
Conocida por sus efectos sedantes e hipnóticos, y utilizada en el tratamiento del
vómito asociado al primer trimestre del embarazo, a mediados de los 50 era la tercera droga
más vendida, sin toxicidad entonces reconocida, ya que fue probada en ratones a dosis
10,000 mg/kg sin observar efectos colaterales fatales. A finales de los 50 y principios de los
60 nacieron más de 12,000 niños con graves deformaciones congénitas, de madres que
habían ingerido el fármaco, caracterizadas por desarrollos defectuosos en brazos, piernas o
bien alteraciones masivas internas. La característica distintiva del síndrome de la
Talidomida es la meromelia, pero las anormalidades abarcan desde la amelia hasta la
micromelia. La Talidomida también causa anomalías en otros órganos como la ausencia de
oídos internos y externos, hemangioma en la frente, anomalías cardiacas y en los aparatos
urinario y digestivo. La Talidomida se encuentra encuadrada en la categoría X de riesgo de
la FDA.
4.5.3. Metrotexato
Metotrexato es un antagonista del ácido fólico. Hay estudios que demuestran sus efectos
teratógenos especie especificos, con embriotoxicidad en gatos, y embriotoxicidad y
teratogeneicidad en ratas, ratones y conejos. Las primeras evidencias de que los
antagonistas del ácido fólico son teratógenos en humanos se basaron en casos de mujeres
embarazadas que estaban medicadas con aminopterina. A los efectos que causó la
aminopterina se le denominó "síndrome aminopterina" que está caracterizado por la
aparición de hidrocefalia, anencefalia, retraso mental, espina bífida, sinostosis de la sutura
lamboidea, parcial o ausencia de osificación de huesos, paladar hendido, extremidades
cortas, ojos más anchos de lo normal, sindactilia, fontanelas más grandes de lo habitual,
tabique nasal más ancho del normal y dextroposición del corazón. En el caso del
9
metrotexato existen numerosas referencias bibliográficas que ponen de manifiesto sus
efectos teratógenos, aunque cabe reseñar que no en todos los casos se producen
malformaciones. Así en una revisión del efecto del metotrexato durante el embarazo, el
periodo de fertilidad y la lactancia. se llega a la conclusión de que el metotrexato es un
fármaco teratógeno, las malformaciones que produce se manifiestan fundamentalmente en
el cráneo y en las extremidades pero sus efectos son imprevisibles ya que su efecto depende
de otros factores como la edad de la mujer, la dosis, el periodo de exposición. Metotrexato
se encuentra clasificado en la categoría X de riesgo fetal según la FDA
4.5.4. Isotretinoina
Isotretinoina o ácido 13-cis-retoinoco es un isómero de la vitamina A. Se utiliza
principalmente en el tratamiento del acné quístico. Esta acción antiacnéica está relacionada
con la reducción del tamaño y la actividad de las glándulas sebáceas. Está demostrado que
presenta un potente caracter teratógeno cuando se administra durante el embarazo y existe
un elevado riesgo de malformaciones congénitas si se produce la concepción durante el
tratamiento o incluso en las cuatro semanas después de finalizado el mismo, considerando
que la susceptiblidad a un efecto teratogénico comienza a partir del día 11-124 tras la
fertilización del óvulo y situándose el periodo crítico en las 2-5 semanas post-
concepcionales. Se ha descrito el desarrollo de malformaciones asociadas a este fármaco en
un 20% de fetos expuestos al principio del embarazo. Isotretinoina causa malformaciones
mayores cráneofaciales, cardíacas, tímicas y del sistema nervioso central en el feto, entre
las que destaca: hidrocefalia, microcefalia, anomalías del oído externo, microftalmia y
anomalías cardiovasculares, afectando en general aquellas estructuras derivadas o en cuyo
desarrollo intervienen las células de la cresta neural cefálica del feto. Se encuentra
clasificado en la categoría X según la FDA.
4.5.5. Antiepileticos Convencionales
Todos los fármacos antiepilépticos convencionales (fenitoína, ácido valproico,
carbamazepina, fenobarbital, primidona) están asociados con un aumento en el riesgo de
anomalías mayores y menores y retraso en el crecimiento en niños expuestos a estos
fármacos en útero. la aparición de malformaciones específicas depende del momento de
exposición durante la embriogénesis: anomalías del tubo neural se producen con una
exposición a los 21-28 días de la gestación (desde el primer día de la última menstruación),
hendiduras orofaciales a los 35-70 días y defecto del septum ventricular antes de los 42
días. Por tanto, la exposición en el primer trimestre conlleva un riesgo real del que debe
informarse adecuadamente. Algunos estudios señalan un riesgo absoluto de anomalías
cardíacas y faciales del 1,8% y 1,7%, respectivamente. Se encuentra clasificado en la
categoría D según la FDA.
10
4.5.6. Trimetadiona
El síndrome fetal por trimetadiona es una embriopatía asociada a fármacos, que puede
presentarse cuando un embrión/feto es expuesto a trimetadiona durante la gestación. Se
caracteriza por retraso del crecimiento pre- y postnatal, deficiencia intelectual, retraso del
desarrollo y del habla, anomalías craneofaciales (con algunas similitudes a las observadas
en el síndrome fetal por valproato) y, con menor frecuencia, fisura palatina,
malformaciones cardíacas, del sistema urogenital y de las extremidades. La trimetadiona es
un fármaco antiepiléptico que se ha retirado del mercado en Europa y que ya no se
prescribe mucho en otros países debido a su teratogenicidad y potenciales efectos
secundarios. . Se encuentra clasificado en la categoría X según la FDA.
4.5.7. Ácido valproico
En animales de experimentación se ha demostrado que el ácido valproico produce daño
fetal a dosis hasta 30 veces superiores a las usuales en humanos. En humanos existen
comunicaciones de casos en los que se asocia fundamentalmente con alteraciones en el tubo
neural: espina bífida lumbosacral, meningomielocele (un estudio relaciona una mayor
incidencia de meningomielocele cuando se asocia benzodiazepinas con valproico), defectos
del sistema nervioso central, microcefalia. La aparición de malformaciones específicas
depende del momento de exposición durante la embriogénesis: anomalías del tubo neural se
producen con una exposición a los 21-28 días de la gestación (desde el primer día de la
última menstruación), labio/paladar hendido a los 35-70 días y alteraciones cardíacas
congénitas antes de los 42 días. El ácido valproico tiene asignado un factor de riesgo D
según la FDA.
4.5.8. Acnocumarol
Acenocumarol es un anticoagulante de estructura cumarínica al igual que warfarina. El uso
de derivados cumarínicos durante el embarazo da lugar a problemas significativos en el feto
y en el recién nacido. Existe amplia experiencia en la que se ha observado: embriopatía
(síndrome warfarínico fetal: SWF), defectos en el sistema nervioso central (SNC), abortos
espontáneos, muerte intrauterina, prematuridad y hemorragias. En general, el riesgo relativo
de teratogenia es del 16% de malformaciones, 3% de hemorragias y 8% de muerte
intrauterina. En el caso de warfarina se ha descrito el denominado SWF, el cuál puede
originarse durante el primer trimestre de gestación y se caracteriza por las siguientes
anomalías congénitas: hipoplasia nasal, condrodisplasia punteada, deslizamiento
hipofisario, braquidactilia, malformaciones craneales, retraso mental y del crecimiento,
espasticidad y diversos tipos de cardiopatías. La principal malformación es la hipoplasia
nasal que puede provocar distress por obstrucción del tracto respiratorio. En alrededor del
50% de casos con SWF se produce hipoplasia de las extremidades con posible acortamiento
de los dedos. El periodo crítico de exposición para la aparición de este síndrome parece
11
estar entre las semanas 6 y 9-12 de gestación, habiéndose observado una incidencia de
embriopatía del 10-25% de los fetos expuestos. Se encuentra clasificado dentro del grupo D
de riesgo teratogénico de la FDA.
4.5.9. Captoprilo
Captopril es un inhibidor competitivo del enzima convertidor de angiotesina I (IECA), que
se utiliza para el tratamiento de la hipertensión y el manejo del fallo cardíaco. El fármaco es
embriocida en animales, y se ha visto que causa un aumento del nº de partos con feto
muerto en algunas especies. En resumen, captopril y otros IECAs parecen ejercer efectos
teratógenos en humanos cuando se utilizan en el 2º y 3er trimestre de la gestación,
produciendo hipocalvaria fetal y defectos renales; sin embargo su uso limitado al primer
trimestre no parece representar un riesgo significativo para el feto. La causa de los defectos
y otra toxicidad asociada con IECAs está probablemente relacionada con hipotensión fetal
y disminución del flujo sanguíneo fetal. El uso de captopril durante el embarazo puede
comprometer el sistema renal fetal, terminando en anuria grave, en ocasiones fatal, tanto en
el feto como en el neonato. El oligohidramnios asociado a la anuria puede producir
contracciones de los miembros fetales, deformación craneofacial e hipoplasia pulmonar. En
los casos en que la enfermedad de la madre requiera el uso de captopril, debe utilizarse la
mínima dosis posible. Debe realizarse una monitorización exahustiva de los niveles de
líquido amniótico, y tras el parto, un control estricto de la presión sanguínea y función renal
del neonato. Captopril está clasificado por unas fuentes con la categoría C de riesgo fetal en
el primer trimestre del embarazo y con la D en el 2º y 3er trimestre de la FDA.
4.6. Prevención
En estos últimos años las malformaciones congénitas han adquirido una mayor importancia
como causa de morbimortalidad. Podemos hacer prevención en tres períodos.
Preconcepcional: Será la prevención primaria y se centra en los individuos sanos. Tiene
como objetivo principal impedir que se produzca la malformación. En la prevención
primaria enfermería tenemos un papel importante como educadores sanitarios donde
daremos los consejos oportunos para que la futura mamá se conciencie de los cuidados que
tiene que llevar a cabo para prevenir las malformaciones fetales.
Prenatal: Es la prevención secundaria y actúa sobre individuos enfermos siendo su
objetivo evitar que nazca un niño malformado. Postnatal: Es la prevención terciaria, sobre
individuos afectados y tiene como objetivo corregir la malformación o tratar sus
complicaciones, ofreciendo una mejor calidad de vida al niño.
Postnatal: Es la prevención terciaria, sobre individuos afectados y tiene como objetivo
corregir la malformación o tratar sus complicaciones, ofreciendo una mejor calidad de vida
al niño.
12
4.6.1. Prevención primaria de las malformaciones fetales
Aproximadamente la mitad de las malformaciones fetales con origen conocido se pueden
prevenir es un hecho y es el personal sanitario el encargado de hacer llegar este mensaje a
las pacientes haciendo especial énfasis en la prevención primaria. La prevención primaria
se basa principalmente en modificar los factores ambientales que puedan afectar al
desarrollo fetal puesto que en la modificación génica podemos hacer relativamente poco. Se
pueden dar gran variedad de problemas en la gestación ya que el desarrollo prenatal es de
gran complejidad y se ve muy influenciado por los hábitos de la gestante, de ahí que sea
imprescindible que con cada nuevo embarazo se tengan en cuentan factores como la edad,
la ocupación de la madre y su estilo de vida dando especial importancia a la dieta y a la
ingesta de medicamentos asociados a enfermedades. Los profesionales de enfermería, al
igual que otros profesionales que trabajen en el área de la salud materno-infantil, tienen un
papel muy importante como educadores sanitarios en este campo y serán los centros de
salud su lugar de mayor actuación.
5. Conclusión
Desde hace años existe una demanda creciente entre los profesionales sanitarios y pacientes
de información sobre el posible daño al feto. Aunque la mejor alternativa en el embarazo es
no tomar medicamentos, esto no siempre es posible. Cuando se plantea pautar un fármaco a
un paciente surge la duda de la seguridad de éste. Las clasificaciones antes expuestas
pueden ayudarnos a valorar el posible daño al feto pero, excluyendo los fármacos que por
su mecanismo de acción o por la experiencia, son claramente teratógenos o claramente
inertes para el feto, la mayoría están encuadrados en categorías que, en lugar de ayudarnos
a discernir, nos dicen que no existen estudios. De todas las clasificaciones la más
inespecífica es la de la FDA que paradójicamente es la más utilizada. Todo esto nos lleva a
demandar una clasificación de medicamentos según su riesgo de teratogénesis más
específica y unificada y que, además de la categoría que se asigne a ese medicamento, se
incluya siempre información adicional que aclare por qué está encuadrado en esa categoría.
13
6. Anexos
14
15
7. Bibliografía
A. PÉREZ-LANDEIRO, M. A. ALLENDE-BANDRÉS , M. J. AGUSTÍN FERNÁNDEZ , P.
PALOMO PALOMO. Teratogénesis: clasificaciones. Vol. 26. N.° 3, pp. 171-177, 2002.
Servicio de Farmacia. Clínica Quirón de Zaragoza. Acceso [28/08/2018]. Disponible en:
https://www.sefh.es/fh/2002/n3/6.pdf
Olga Larrubia Muñoza y Francisco J. Pérez Domínguez. Fármacos y embarazo. julio-
agosto 2010 | www.jano.es. Acceso [28/08/2018]. Disponible en:
http://www.jano.es/ficheros/sumarios/1/0/1762/66/00660071_LR.pdf
Beatriz Martínez García Prevención de las malformaciones fetales. Universidad de
Valladolid Facultad de Enfermería. Acceso [28/08/2018]. Disponible en:
https://uvadoc.uva.es/bitstream/10324/5631/1/TFG-H107.pdf
Dra. Patricia McElhatton, MSc, PhD. Cbiol, MlBiol. Teratógenos. Farmacodivulgación.
Rev Cubana Farm 2003;37. Acceso [28/08/2018]. Disponible en:
http://bvs.sld.cu/revistas/far/vol37_2_03/far10203.htm
Dra. Florencia Petracchi. ACTUALIZACION SOBRE AGENTES TERATOGENOS. febrero
de 2015. SOCIEDAD ARGENTINA DE DIAGNOSTICO PRENATAL Y TRATAMIENTO.
Acceso [28/08/2018]. Disponible en:
http://sadipt.org/docs/agenteTeratogenos.pdf
E Bermejo Sánchez. VALORACIÓN DE TERATÓGENOS. ECEMC, Centro de
Investigación sobre Anomalías Congénitas (CIAC), Instituto de Investigación de
Enfermedades Raras (IIER), Instituto de Salud Carlos III, Ministerio de Ciencia e
Innovación, Madrid; CIBERER (Centro de Investigación Biomédica en Red de
Enfermedades Raras), Madrid. 2010;1:107-115. Acceso [28/08/2018]. Disponible en:
https://www.aeped.es/sites/default/files/documentos/valoracion_teratogenos.pdf
Fred Morgan-Ortiz , Everardo Quevedo-Castro , Josefina B·ez-Barraza , Guadalupe
López-Manjarrez , Gertzaín Gutiérrez-Jímenez , Fred V. Morgan-Ruiz. TeratologÌa y
farmacoterapia durante el embarazo y lactancia. 1Centro de InvestigaciÛn y Docencia en
Ciencias de la Salud, Universidad AutÛnoma de Sinaloa..Hospital Civil de Culiac·n,
Sinaloa, MÈxico. Rev Med UAS; Vol. 6: No. 1. Enero-Marzo 2016 Acceso [28/08/2018].
Disponible en:
http://hospital.uas.edu.mx/revmeduas/pdf/v6/n1/teratologia.pdf
16