Informe Cap 13-14 Bustelo
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Las razones que explican que la CRN se iniciase masivamente a finales de los años
setenta son, sin duda, numerosas y complejas. No obstante, es posible enumerar las
principales:
El defecto principal de la CRN fue que combinó aspectos positivos, con una lista no
menos larga de inconvenientes:
En primer lugar, las políticas ortodoxas aplicadas a muchos países del Tercer Mundo
en los años ochenta arrojaron resultados mediocres, cuando no claramente negativos. El
crecimiento de la renta per cápita real no solo se redujo en 1980-1990, respecto con
1970-1980, para el conjunto del Tercer Mundo, sino que incluso cambió de signo,
haciéndose negativo, Medio Oriente y Norte de África, África subsahariana y América
Latina y el Caribe. Esas fueron precisamente las regiones en las que se aplicaron mas
nítidamente las recetas ortodoxas de deflación y desregulación. Por el contrario, Asia
oriental y Asia meridional, que recurrieron mucho menos a ese tipo de medidas, vieron
aumentar el incremento de sus ingresos por habitante.
En segundo lugar, las fuertes críticas dirigidas al enfoque neoclásico radical, que el
Banco Mundial había avalado fervientemente en algunos informes anuales, como los de
1981, 1983 y 1987, hicieron que se empezase a reconsiderar las razones de éxito de los
“dragones” asiáticos y a aceptar la idea de que la intervención del Estado podía ser un
factor de desarrollo.
En otros términos, la intervención del Estado en los países de Asia oriental habría
surgido de una firme voluntad de no negar, suprimir, sustituir o remplazar el mercado
sino complementarlo (en lo que hacia bien) y gobernarlo (en lo que hacia mal). Además,
esa intervención publica habría tenido muy en cuenta las señales del mercado, habría
adoptado métodos favorables al mismo y habría desembocado en un marco que no
reprimió las fuerzas del mercado, sino que sencillamente las sustentó.
El estudio del Banco Mundial sobre Asia oriental intenta aplicar el enfoque teórico
de su Informe de 1991. Según ese trabajo, los países asiáticos habría:
La intervención del Estado en Corea del Sur y Taiwán consistió, desde los años
sesentas, no en actuar de manera pasiva para remediar sencillamente las disfunciones
del mercado, sino en hacerlo activamente para fijar los precios incorrectamente, esto es,
para distorsionarlos deliberadamente con objeto de estimular la inversión y el comercio
exterior.
No se trató por tanto de una estrategia que armonizó con el mercado sino de una
intervención deliberada para alterar los precios relativos y modificar el funcionamiento
del mercado. En otros términos, el Estado no gobernó el mercado, sino que lo reprimió.
Además, esa represión condujo a un proceso de crecimiento rápido y sostenido, a una
profunda transformación estructural y a notables mejoras en el nivel y la calidad de vida
de la población.
En suma, a diferencia de la interpretación del Banco Mundial, esta tesis no solo niega
que hubiese un bajo grado de distorsión de precios, relativos, con objeto de conseguir
que se desviasen apreciablemente de sus niveles de mercado o de equilibrio, fue positiva
para el crecimiento.