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Edición Impresa | 29 de julio de 2018


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29 de julio de 2018
Entrevista exclusiva a Claudio Lo Fiego, hermano del torturador condenado a prisión perpetua

“Pide una cle me ncia que él nunca brindó”


Emigró en el ’81. Lingüista y traductor, se radicó en Alemania. Desde allá se contactó con el colectivo Historias Desobedientes. Cortó toda relación
con su hermano de sangre, asqueado por las atrocidades que cometió.

Por Sonia Tessa

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Claudio Lo Fiego en su casa de Düsseldorf : “Llevar este apellido no es f ácil. La detención domiciliaria de mi hermano es un chiste”.

Claudio Lo Fiego se f ue de Rosario en 1981, el año anterior a la guerra de las Malvinas. Tenía 23 años y primero viajó a España a estudiar lingüística.
Lingüista y traductor, radicado en Düsseldorf , en Alemania, cuando viene a Argentina, o cuando encuentra a algún rosarino, siente el peso de su
apellido, como un “pecado original”. Cortó cualquier contacto con su hermano de sangre, el genocida José Rubén Lo Fiego, alias “el ciego”. Asiduo
lector del diario español El País, Claudio se detuvo en un inf orme sobre la f ormación de Historias Desobedientes, el colectivo de hijas e hijos de
genocidas que repudian a sus padres, nacido al calor del impacto social del f allo del 2x1 en 2017. Los buscó por Facebook y quedó en contacto,
planea participar de alguna reunión cuando venga a la Argentina. “A pesar de que ellos son hijos y yo soy hermano, compartimos un destino en
común, de gente como yo que decidió recorrer otro camino. Es una f orma de decir que no tenemos nada que ver con nuestros f amiliares. Yo
siempre digo que yo soy Lo Fiego, pero no soy un Lo Fiego, es una f orma para decir a la opinión pública que llevar el mismo apellido no signif ica
compartir las mismas ideas ni ser cómplice de tal atrocidad, no”, expresó en un largo diálogo por Skype, que deparará más de una sorpresa. El
torturador cumplirá 70 años en mayo del año próximo. Claudio es diez años más joven. El otro Lo Fiego está condenado a prisión perpetua por
homicidio, torturas y privaciones ilegales de la libertad, todos delitos de lesa humanidad hacia 60 víctimas, en la causa Díaz Bessone, conocida
como Feced I; luego recibió otra condena a 12 años en 2014, en la causa Feced II y ahora enf renta otra causa –la tercera— por crímenes contra
otras decenas de personas. Era el jef e de la tortura en el centro clandestino de detención Servicio de Inf ormaciones. Pidió el arresto domiciliario
amparado en sus enf ermedades, pero el Tribunal Oral Federal número 2 lo rechazó. “Me parece que la prisión domiciliaria es ser muy indulgente con
él, la def ensa se ampara en sus enf ermedades, pide una clemencia que él nunca ha tenido con las víctimas”, consideró Claudio.

Con esta entrevista buscó –según dijo— “una f orma de resarcir un poquito a las víctimas. Yo sé cuánto dolor… No lo sé exactamente, pero sí
cuánto dolor provocó esa persona, también f ui af ectado: un entrañable amigo murió ajusticiado, paso previo por el pozo (el SI). Era como un
hermano para mí. Se llamaba Alberto Azam. Según los medios había estado en un tiroteo, habían querido copar la comisaría de Ibarlucea, eso es
todo lo que publicó el diario La Capital en aquella época, pero después llegó a mis oídos que había sido asesinado. Uno de mis compañeros f ue a
reconocer el cuerpo, tenía orif icios de entrada y de salida, lo habían ajusticiado muy de cerca. Después, con los años me enteré de que f ue la
patota de Feced”.

-- Su he rm ano e ra una pie za m uy fundam e ntal de e s a patota...

-- Brutal. Seguí la noticia del juicio, siempre aquí googleo el nombre. Uno de los testigos f undamentales en ese caso es el padre de otro también
amigo, no tan entrañable como el Turco (Azam). Este hombre era abogado y él perdió a los dos hijos, era Segarra. (Lo Fiego se ref iere a Mario
Segarra, padre de Rodolf o, asesinado junto a Azam. El otro hijo, Nicolás, f ue secuestrado pero no asesinado). El menor, las últimas noticias que me
llegaron f ueron que había sido blanqueado, después las noticias se diluyen, no sé más nada. Y el padre de Roby inició una investigación por cuenta
propia, y eso es lo último que supe por el lado de él, más no sé.

-- ¿Es ta his toria tie ne algo que ve r con s u de cis ión de irs e de l país ?

-- En los años 70 milité en la UES, que era el brazo juvenil de Montoneros. Yo era miembro de la UES, no nos conocíamos por el nombre, pero ahí
militaba el “Turquito”, que le decíamos a Alberto, Roby (Rodolf o Segarra), el hermano de Roby y otros.

-- ¿Y s u he rm ano s abía de s u m ilitancia?

-- Sabía hasta mis últimos movimientos, sabía todo, sabía quiénes venían a casa, ¿no?

-- Us te d s abía que s u he rm ano e ra policía, ¿cóm o e ra e l día a día, us te de s vivían juntos ?

-- Mi hermano f ue una persona de una personalidad muy hermética, cerrada, mi contacto con él f ue escaso, incluso desde que éramos niños, él
casi no me dirigía la palabra. Después, bueno, yo estuve un tiempo en un seminario y él ingresó a la policía, según me comentó mi padre en aquella
época. Después se f ue involucrando cada vez más, llegó el golpe, yo no sabía a ciencia cierta lo que él hacía, o lo que se estaba f raguando. Sí
tenía sospechas, yo compartía la pieza con él, la habitación, a pesar de que no nos hablábamos, pero como el apartamento de mis padres era
relativamente pequeño, compartíamos una pieza, y más o menos sospechaba, por un par de comentarios que escuché de ref ilón, a veces llegó con
una camisa llena de sangre, en f in… sospechaba. El horror lo tuve cuando con el advenimiento de la democracia, las sospechas tomaron f orma. O

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sea, no me sorprendió ni me extrañó, pero ya te digo en aquella época yo lo sospechaba y ese f ue uno de los motivos de lo que yo llamo mi
autoexilio, yo no quería… después del asesinato del Turquito, Alberto, como yo antes te decía, que él se lo ha cruzado en mi casa. Bueno no quise
seguir más viviendo con él, viviendo en la Argentina, porque me parecía que era una f orma de hacerme cómplice de lo que se estaba llevando a
cabo, de lo que yo sospechaba, yo sospechaba lo que se estaba f raguando, lo que estaba pasando, y yo no quería ser más cómplice, ni alinearme
con las ideas de él, ni con su política ni nada. Decidí, con un amigo, autoexiliarnos, venir a Europa. Además, yo considero a mi f amilia cómplice un
poquito de él, vos podés ser cómplice por muchos motivos, mis padres… en parte, yo comprendo… era su hijo, pero buenos podés inf luir un
poquitito, como padre, que si mi hijo hiciera algo así y yo lo supiese, actuaría. Después mi hermana Marcela se alió con él (con José Lo Fiego), pactó
para usurparme la parte que me correspondía de la herencia.

-- ¿M arce la e ra la he rm ana m e nor?

-- Era la hermana como se dice sándw ich. Marcela, años más tarde, f ue muy inseparable, con él.

-- ¿Us te d habló con M arce la de s us s os pe chas o había s ile ncio?

-- En aquella época era… a veces era una secreto a voces, lo sabíamos tácitamente, lo suponíamos, pero no lo hablaba. Pero yo lo sospechaba, la
que sabía muy bien era mi mamá, él era conf idente de mi mamá.

-- M e llam a la ate nción que us te d haya e s tado ce rcano o e n la UES, e n aque l tie m po había m e didas s e guridad de las
organizacione s ¿los com pañe ros s abían quié n e ra é l? ¿Sos pe chaban de us te d?

-- Mi participación en la UES f ue cuando la UES y Montoneros, la JUP también, estaban en la legalidad. Estamos hablando de los años 73 y 74, en el
gobierno de Isabel.

-- ¿Nunca pas ó a la clande s tinidad?

-- Ni siquiera decidí continuar, con un grupo de la UES decidimos abandonar la militancia, después de ese f amoso discurso de Perón del 1° de mayo
de 1974. El turco había ido a Buenos Aires, yo me quedé en casa y lo vi por los medios. Realmente ahí, después, se lanzó un comunicado que FAP y
Montoneros y organizaciones af ines pasaban a partir de ese día a la clandestinidad, ahí decidí abandonar un poco la militancia. Después años más
tarde decidí vivir af uera y ahí cada vez vi que se involucraba más, lo único que te conf ieso que yo una vez escuché f ue el caso de Brandazza…

-- Pe ro e l crim e n de Ange l “Tacuarita” Brandazza fue e n 1972…

-- Escuché una vez que él comentaba algo de que habían matado a Brandazza, pero años más tarde… Era muy poco lo que escuchaba, venían
amigos, él estaba toda la noche f uera. Tampoco sabía muy bien lo que estaba pasando, sabía que había compañeros que desaparecían, lo del
Turco… nunca me cerró que había ido a copar la comisaría de Ibarlucea, después me enteré por amigo y compañero que la herida tenía orif icio de
entrada y de salida con lo cual ya parecía ajusticiado muy cerca.

-- ¿Durante todos e s os años , ante s de viajar a Europa, s iguió com partie ndo habitación con s u he rm ano?

-- Sí, hasta que me f ui compartí la habitación, sí, pero no cruzábamos ni una palabra, no había comunicación, nada… Me f ui, vino la guerra de las
Malvinas y Alf onsín con la democracia, bueno, me f ui enterando por dif erentes medios de lo que estaba pasando, después se dictaron esas leyes,
la obediencia debida y el punto f inal.

-- ¿Ante e s as le ye s qué pe ns ó?

-- Creo que un reo del calibre de mi hermano no tendría que ser indultado ni siquiera con prisión o detención domiciliaria, la detención domiciliaria
para mí es un chiste… Me parece que la prisión domiciliaria es ser muy indulgente con él, la def ensa se ampara en sus enf ermedades, pide una
clemencia que él nunca ha tenido con las víctimas y no obstante también se ampara en obediencia debida, a pesar de que las leyes no lo dejan
más… pero yo por mi parte no creo que haya sido obediencia debida por su parte, que haya sido en cumplimiento de órdenes, pero bueno, no
puedo decir nada.

-- ¿Cuándo s e fue de l país s us padre s vivían? ¿M antuvo vínculos ?

-- Mis padres han estado aquí dos o tres veces, pero imaginate que con mi mamá siempre tuvimos un punto de discordia, porque mi mamá siempre lo
def endía a capa y espada. Hemos llegado a tener grandes y ásperas discusiones por ese motivo. Mi madre def endía absolutamente lo que él había
hecho, ella era su más f érrea def ensora. Llegó a mis oídos que una vez le hicieron un escrache, estamos hablando de los años 80, no te puedo
decir exactamente en qué año, y mi mamá salió al balcón y empezó a vocif erar con un vocabulario típico de los marineros del bajo f ondo. Lo
comprendo en parte, era su hijo, pero no tiene por qué ser cómplice, me parece que en toda su andadura mi mamá sabía mucho y creo que ella
como madre hubiera podido intentar… también vinculado a las convicciones religiosas que tenía mi mamá. Nunca he aceptado ni comprendido que
una persona con tales convicciones religiosas pudiera aceptar pasivamente algo así, como quien dice quien calla, otorga. Ellos estaban
cuchicheando todo el tiempo. (Consultados varios militantes históricos de H.I.J.O.S., Eduardo Toniolli recordó con nitidez no ocurrió nada semejante
en el primer escrache a José Lo Fiego, el 28 de junio de 1998).

-- ¿Sobre los juicios hacia s u he rm ano bus ca noticias o pre fie re m ante ne rs e al m arge n?

-- Digamos que lo seguí, no tan de cerca, porque no existía mucho internet. Algunos amigos me mandaban precisamente Página/12, Ros ario/12,
tengo algunos artículos archivados en los que estaba mi hermano en primera plana, lo vengo siguiendo. No tan de cerca por motivos de escaso
tiempo. La convulsionada argentina de los 70 quedó atrás.

-- ¿Cóm o s e e nte ra de His torias De s obe die nte s ?

-- Primero me enteré leyendo el país, soy un asiduo lector de El País, me parece que había una f oto de Analía (Kalinek, una de las f undadoras).
Había un link en El País, busco en f acebook, entonces contacto con Analía, continuamos contactando. No tuve posibilidad de asistir a ninguna
reunión, porque no he ido a Argentina, a pesar de que voy una vez al año a Argentina.

-- ¿Se s ie nte parte de e s e cole ctivo?

-- Con ese colectivo compartimos un destino en común, a pesar de que ellos son hijos, yo soy hermano, compartimos un destino en común, de
gente así como yo que decidió recorrer otro camino y es una f orma de decir que no tenemos nada que ver con nuestros f amiliares. Yo siempre digo
que soy Lo Fiego, pero no soy un Lo Fiego. Es una f orma para decir a la opinión pública que bueno, que llevar el mismo apellido no signif ica
compartir las mismas ideas ni ser cómplice de tal atrocidad, no.

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-- ¿Cre e que s u he rm ano podría que re r contactars e lue go de e s ta e ntre vis ta?

-- No tendría cómo. Mi padre murió hace 11 años y mi madre también murió. No tengo contacto con nadie de la f amilia. Hay un libro que habla una
parte sobre él. Y él es una persona mitómana. En ese libro, me nombró, sin mi autorización, sin nada. El periodista lo entrevistó sobre la tortura, su
actuación durante la dictadura, y él me nombra. Las hojas de ese libro me los pasó un amigo. Quiero dejar sentado que yo nunca dije eso, y que mi
hermano es un mitómano (ver aparte). Si yo tuviera que def inirlo de alguna f orma diría que es un psicópata, inescrupuloso, que tiene una estructura
psíquica que es incapaz de sentir escrúpulos.

-- ¿Cóm o s e lle va con s abe r todo e l dolor que é l provocó e n las torturas , las m ue rte s , las pe rs onas que pe rdie ron a s us
fam iliare s ?

-- Reitero, me pongo en lugar de esa gente, no te olvides que yo perdí a casi un hermano, ese sujeto es mi hermano de sangre. Siempre distingo
entre la f amilia que te imponen y la f amilia que tú escoges, yo toda mi vida he escogido mi propia f amilia, porque mi f amilia era secuaz de mi hermano,
no me llevaba bien, etcétera. No reniego de mi f amilia, pero yo soy un gran def ensor de que la verdadera f amilia es la f amilia escogida. Mis amigos,
Alberto, Roby, eran protagonistas de un tiempo maravilloso e inolvidable, f ueron víctimas de un terrorismo de estado, o sea que en parte, si bien no
es parangonable, pero en parte lo he suf rido en carne propia. Claro, no se puede comparar. Eso por una parte. Por otra parte, llevar ese apellido no
es una misión muy f ácil. En Argentina, hay gente que cuando decía mi apellido me miraba de soslayo, con mirada inquisitiva o reprochándome algo.
Es, paraf raseando la religión, como un pecado original.

Vuelvo a repetir, yo tuve militancia, abandoné la militancia pero siempre seguí f irme en mi compromiso social, en Europa vinieron otras luchas, la
convulsionada Argentina de los 70 quedó un poquito atrás, intenté seguir de cerca pero bueno… nunca es lo mismo que vivir en el país. Internet te
ayuda pero no es igual, y las políticas de Alemania, esa alimentación mediática que hay en Alemania con el pasado, f ue un tanto dif ícil exorcizar los
f antasmas del pasado, siempre están ahí presentes. En Alemania, hice mi vida, armé mi vida, pero siempre es como una espada de Damocles que
pones en tu cabeza, en Argentina, cuando decía mi apellido, es como un pecado original, la culpa sin culpa, tengo la responsabilidad pero no tengo
la culpa.

-- ¿Sie nte que e s ne ce s ario hace r público s u acue rdo con His torias De s obe die nte s , aunque no s e a hijo?

-- Se lo comenté a un amigo mío que también hizo militancia y él me había dicho hace ya hace años que hiciera una descarga.

Lo último que quería decir es que pertenezco a una generación que quería cambios sociales, políticos, económicos, etcétera. Cómo podría decir a
las nuevas generaciones que aunque mi generación no haya alcanzado las estrellas, eso no signif ica que las estrellas no existan, o sea que se
puede luchar de otra f orma, quizás lo que nosotros hicimos no f ue el camino idóneo, pero que nunca se abandone el compromiso social.

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Negro282 hace 2 horas

A lo mejor estoy equivocado pero, me dá la impresión que si la herencia paternal


se hubiese repartido ecuánimente, no nos hubiésemos enterado de este relato. 
Por otra parte vino varias veces a Argentina y nunca se puso en contacto o no lo
dijo, con gente que pensara como él. También, cuando los lazos familiares son 
tan estrechos, debe ser muy dificil salir a denunciarlo por varias razones, entre
éllas,  el miedo a las represalias y a quedar expuesto.   

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