La Psicoterapia Humanista
La Psicoterapia Humanista
La Psicoterapia Humanista
Resumen
Antes del siglo XIX, el estudio de la conducta humana fue del dominio, casi
exclusivamente, de filósofos y teóricos. Se distingue generalmente a Wilhelm Wundt
(1832-1920) como precursor de la psicología científica. Después surgieron otras escuelas
psicológicas: William James fomentó el funcionalismo, en Norteamérica; en Alemania se
proyectaron las bases de la psicología de la Gestalt, al tiempo que el psicoanálisis
freudiano surgía en Viena, y también en Norteamérica, John B. Watson iniciaba la
escuela conductista. (1)
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Muchas personas quedaron devastadas tras sufrir los horrores de la guerra y muchos se
sintieron prisioneros de un sistema con el que no estaban de acuerdo. Psicólogos y
filósofos existencialistas le devuelven la libertad al individuo; es decir, después de los
problemas que la humanidad adquirió a raíz de la Primera Guerra Mundial, los
existencialistas ven a la persona libre. Después de dos guerras mundiales, el mundo
occidental, inmerso en una oleada de crecimiento económico y bienestar social,
experimentaba desde dentro una revolución de sus costumbres y aspiraciones. El cuerpo,
sometido en las décadas anteriores a la represión sexual y militar, se rebelaba, libre de
tabúes, deseosos de nuevas estimulaciones sensoriales internas y externas. Las personas
podían encontrarse libremente, conocerse y amarse, mis allá de las divisiones raciales,
políticas y de clase. (3)
Alrededor de 1954, cuando Abraham Maslow publicó su libro Motivation and Personality,
dos grandes teorías predominaban en los círculos universitarios de Norteamérica sin
dejar, por ello, de advertirse numerosas teorías menores; no obstante, la mayoría de los
psiquiatras, psicólogos y científicos de la conducta seguían el pensamiento de Freud o de
Watson. La obra de Maslow no representa un rechazo total a lo establecido por los
psicoanalistas ni por los conductistas, sino el intento de evaluar lo que de ambas
escuelas es útil, significativo y aplicable al hombre, para continuar luego desde allí. (1)
La psicología humanista, más que una escuela, es una nueva orientación hacia la
psicología, un modo de pensar sobre el hombre. No se puede decir que los proponentes
principales de esta orientación – Abraham Maslow, Carl Rogers, Gordon Allport, Charlotte
Bühler, Rollo May, Viktor Frankl, Wilhelm Dilthey, Edward Spranger, William Stern, Kurt
Lewin, Kurt Goldstein, Gardner Murphy, Erich Fromm, Fritz Perls, al igual que un gran
número de otros psicólogos actuales- tengan una ideología básica común, pero tanto
ellos como los demás psicólogos humanistas simpatizan o comparten muchas posiciones
sostenidas por la Psicología de la Gestalt, la Psicología Adleriana, la Jungiana, la Neo-
Freudiana, la Psicología del Yo, la Fenomenológica, la Existencial, la Self-Theory, la
Transaccional y la Proactiva. (2)
Maslow estudió los “más altos alcances” de los potenciales humanos en su estudio de los
autorrealizadores. Rogers se ocupó de estudiantes universitarios, que experimentaran
problemas de adaptación a la vida, además de estudiar una gran variedad de problemas
normales de los adultos en su trabajo de grupo. Allport y Fromm se enfocaron sobre
personas normales que luchan por superarse. (4)
Los psicólogos humanistas y existenciales han incluido en sus teorías la idea del yo como
un agente libre. Sostienen que pueden controlar nuestros propios destinos, si las
condiciones no son demasiado restrictivas. También contemplan a los seres humanos
como poseedores de la capacidad de examinarse y producir cambios inducidos por ellos
mismos. Podemos interpretar, criticar, vigilar y evaluar racionalmente nuestro propio
comportamiento. Podemos evaluar los comportamientos tanto presentes como pasados y
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hacer planes para el futuro. También podemos anticipar las consecuencias del
comportamiento actual a largo plazo. (4)
Erich Fromm en su libro, “El miedo a la libertad”, explica el significado de la libertad para
el hombre moderno. “La tesis de este libro es la de que el hombre moderno, libertado de
los lazos de la sociedad pre-individualista –lazos que a la vez lo limitaban y le otorgaban
seguridad- no ha ganado la libertad en el sentido positivo de la realización de su ser
individual, esto es, la expresión de su potencialidad intelectual, emocional y sensitiva”.
(5)
Considero que Erich Fromm tiene razón en cuanto al miedo que en algunas ocasiones
tienen las personas de la libertad, es decir, que algunas veces les resulta más cómodo
que alguien más tome las decisiones por ellos y que alguien les diga qué hacer. En la
psicología humanista se busca que las personas aprendan a hacer un buen uso de su
libertad y a afrontar las consecuencias de sus actos y que no tengan miedo a ser libres,
que no tengan más ataduras ni físicas ni psicológicas de nadie, que aprendan a ser
independientes.
Víctor Frankl sostiene que “La libertad espiritual, que no se nos puede arrebatar, es lo
que hace que la vida tenga sentido y propósito”. (6) Esta cita me parece esencial que la
conozcan y la entiendan todas las personas, principalmente las que han sido privadas de
su libertad física , como lo son las personas que han sido secuestradas, las personas que
han estado en un centro de readaptación social o las personas que han tenido o que
tienen dependencia de alguna droga. Entender que la libertad espiritual es lo único que
no se puede perder y que ayuda a encontrar un sentido a la vida, hace que el hombre
logre sobrevivir a las más duras pruebas que la vida nos pone y a seguir adelante
buscando la superación personal.
La gran mayoría de los psicólogos y psiquiatras del enfoque humanista consideran que el
hombre busca autorrealizarse y tiende al crecimiento. Consideran que el hombre debe
ser la persona que decide sobre el rumbo de su vida, por lo tanto debe “tomar las
riendas de su propia existencia”, tomar decisiones y hacerse responsable de éstas.
En relación a que el hombre busca crecer, me gustó la forma en que lo planteó Erich
Fromm: “Lo que se ha visto frecuentemente como tendencia innata del ser humano al
progreso, es en realidad un intento de encontrar un equilibrio nuevo, y a ser posible
mejor.” (7) Este fundamento de la psicología humanista es primordial, porque si uno cree
que el hombre tiene una tendencia innata hacia el progreso, entonces tiene sentido que
el hombre busque ayuda y realmente quiera cambiar su vida para bien y resolver algún
problema porque desea crecer y progresar.
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Siguiendo e integrando las ideas de la Asociación de la Psicología Humanista, se pueden
señalar cuatro características como las más típicas en los autores más representativos de
esta orientación psicológica:
4. Especial aprecio por la dignidad y valor del hombre e interés en el desarrollo del
potencial inherente a cada persona. (2)
Aunque las tres fuerzas de la psicología son muy valiosas y efectivas para ayudar a las
personas, yo en lo personal prefiero en enfoque humanista debido a la concepción que se
tiene del hombre.
Esta definición de hombre resume la concepción que tienen del éste varios de los
psicólogos y psiquiatras que aportaron ideas para el desarrollo de la psicología
humanística, como lo son Carl Rogers, Víctor Frankl, Erich Fromm, Abraham Maslow,
entre otros.
“El estudio del enfermo mental resulta valioso, pero no suficiente; el que se realiza con
animales también lo es, aunque no llegue a satisfactorio; aquel que se lleva a cabo con
personas promedio no resolverá, en sí el problema”. (1)
“Maslow sostiene la idea de que podemos aprender mucho acerca del hombre, mediante
el estudio de gente excepcionalmente saludable y madura; segmento de la especie
humana que califica como “la vanguardia radiante”. (1)
Al igual que otros autores, considero que el hombre es un todo, y por eso es importante
estudiar y atender tanto la conducta como los sentimientos, valores, anhelos, esperanzas
y determinantes ambientales que forman al hombre. No estoy de acuerdo en que algunos
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enfoques sólo consideren estudiar la conducta del individuo sin tomar en cuenta los
sentimientos de la persona o que se estudie al hombre como una víctima de alguna
perturbación mental.
Charlotte Bühler dice: “La imagen del ser humano que vive de forma constructiva... se
demuestra como la de un ser humano que logra, incluso con grandes dudas, tras fuerte
pérdidas y grandes errores, avanzar, sincero consigo mismo, comprensivo con los
demás, efectivamente constructivo y en paz interior”. (7) Me gusta mucho esta cita de
Bühler, ya que refleja la totalidad del ser humano.
Hay una sencilla regla mnemotécnica para recordar las particularidades de los tres
grandes grupos psicoterapeúticos según la clasificación norteamericana: el psicoanálisis
contempla al hombre como un “ser de abreacción”, la terapia de la conducta lo
contempla como un “ser de reacción” y la logoterapia como un “ser de acción”. (8)
Psicoterapia humanista
“El terapeuta debe tener una profunda actitud humanista”. (9) Además de la preparación
y desarrollo de las destrezas necesarias para ayudar a las personas, el terapeuta debe
tener en cuenta que es un ser humano ante todo y como humano tiene sentimientos,
cualidades y defectos, se equivoca y sabe reconocer sus errores. Al tener una actitud
humanista ayuda a las personas entendiendo los problemas desde la perspectiva de su
cliente, no juzga a las personas y las acepta incondicionalmente, y es congruente con lo
que piensa, dice y hace.
“En la medida en que el terapeuta esté realmente viviendo cada momento, de una
manera congruente consigo mismo, podrá ser un modelo vivo y no de “apariencia” para
sus clientes.” (10) Y considero que esto no sólo aplica a los psicoterapeutas humanistas,
sino de cualquier otro enfoque de la psicología. Considero de que se necesita estar bien
con uno mismo para poder ayudar a los demás, de ahí la importancia que tiene que el
psicoterapeuta primero se someta a un proceso psicoterapéutico para poder estar bien
consigo mismo, comprenderse primero él para después comprender a los demás
personas.
Me han sorprendido los buenos resultados que ha dado la práctica de las destrezas que
se utilizan en la psicoterapia humanista como la atención y el reflejo, ya que éstas
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permiten que el cliente se dé cuenta de lo que le pasa y esto permite que tome
decisiones responsable respecto a su vida y se vuelva dueño de su destino.
• Terapia Gestáltica
• Logoterapia
Terapia Gestáltica
Ésta consiste en atender a otro ser humano en al forma que le permita ser lo que
realmente es. Es una terapia existencialista, que se ocupa de los problemas provocados
por nuestra aversión a aceptar la responsabilidad de lo que somos y de lo que hacemos.
(11)
Fritz Perls figura como el fundador de la terapia Gestalt. Su opinión es que la persona
media puede temer a la vida y a experimentar el aquí y el ahora; debido a esto, suele
vivir principalmente en el pasado, mediante los recuerdos obsesivos, y en el futuro, con
la expectativas ansiosas de la catástrofe. (12)
Según Perls esta terapia es, junto con la logoterapia de Frankl y el análisis de la
existencia de Binswanger y Boss, “una de las tres clases de terapia existencial”. (7)
Al igual que Freud y Jung, Perls puso mucha atención en los sueños de sus pacientes. Le
pedía que interpretaran cada parte de sus sueños durante la sesión terapéutica; su idea
era que cualquier aspecto de un sueño representa ciertas facetas de la experiencia de
una persona, gran parte de las cuales son repudiadas. Al identificarse con las diferentes
partes del sueño, la persona podía incrementar la conciencia de sí mismo, lo cual, a su
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vez, aumentaría la sensación de vitalidad y fomentaría el crecimiento personal continuo.
(12)
El enfoque centrado en la persona plantea una relación terapéutica entre dos personas
en contacto humano, por lo tanto nadie sabe más de uno mismo que uno mismo; es
decir el terapeuta será como un espejo que habrá de reflejarle lo que ve en la otra
persona, pero no puede hacer las cosas por ella; no se dan consejos; las personas que
consultan al psicoterapeuta no se les llaman pacientes, sino clientes, ya que se
encuentran en estado de desorden interno de vulnerabilidad o miedo, pero no enfermas;
el terapeuta ofrece al individuo dedicación positiva incondicional y le ofrece una
comprensión empática desde el punto de referencia interna del cliente.
Este enfoque está basado en una premisa que al principio parecía riesgosa e incierta: una
visión del hombre como un organismo básicamente digno de confianza. Existe en el
hombre una tendencia natural al desarrollo completo. El término que ha sido más usado
para designar este hecho es la tendencia actualizante (base sobre la cual está construido
el enfoque centrado en la persona), y es algo que está presente en todos los organismos
vivos. El individuo tiene dentro de sí muchos recursos para entenderse a sí mismo, para
modificar su autoconcepto, sus actitudes y su conducta autodirigida, y estos recursos
pueden ser sacados si se provee de un definido clima de actitudes psicológicas
facilitadoras. (13)
Estas tres actitudes o comportamientos básicos, facilitadores del proceso, y que todo
psicoterapeuta humanista debe tener son: la autenticidad o congruencia, la aceptación
incondicional y la empatía.
Cuando el psicoterapeuta percibe y acepta al cliente tal cual es, cuando deja de lado toda
evaluación y entra en el marco de referencia perceptual del mismo, lo libera para que
explore nuevamente su vida y su experiencia, lo libera para percibir en esa experiencia
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nuevos significados y nuevas metas. (14) La actitud positiva incondicional puede ser
descrita como un acto de manifiesto interés y aprecio por todo lo que la persona es, por
todas sus conductas y por su comunicación. (15)
Logoterapia
La logoterapia fue fundada por el psiquiatra y neurólogo vienés Viktor Frankl (1905-
1977); es una terapia que ayuda a los pacientes a la búsqueda del sentido de vida.
Me quedo con las siguientes citas extraídas del libro “El hombre en busca de sentido” de
Viktor Frankl, las cuales ayudan a toda persona a encontrar un sentido a su vida.
El tener una vida demasiada tranquila y sin ninguna preocupación es muy difícil de llevar,
además es muy aburrida y acaba por dejarnos con un “vacío existencial”, con una “vida
sin significado ni propósito”. Estoy de acuerdo de que de vez en cuando es bueno tener
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periodos de calma en nuestras vidas, pero lo que no es sano es que vivamos en una total
calma permanente.
Conclusiones
La psicología como muchas otras ciencias inevitablemente evoluciona día tras día. La
psicología humanista tiene como principal virtud no desacreditar por completo el trabajo
realizado por las otras fuerzas de la psicología anteriores a ella, sino criticar lo que
consideraba que no era aplicable al ser humano y partir de lo que se podía rescatar de
esas corrientes para hacer una ciencia que pudiera ayudar a desarrollar el potencial
humano y dar alivio y sentido al sufrimiento de los seres humanos.
La vida sin problemas carecería de sentido, si naciéramos con la vida resuelta, eso
eliminaría nuestro poder de decisión, de elección. La vida demasiado fácil y rutinaria crea
vacío existencial se pierde el sentido de vida, una forma de salir de este estado es
encontrando una ilusión, una meta que debe ser difícil de obtener, para que nos
proporcione una enorme satisfacción cuando lo logremos, pero no lo imposible de
alcanzar porque eso nos causaría una terrible decepción, de la cual también
aprenderíamos, pero es necesario experimentar el éxito.
Como psicoterapeutas necesitamos hacerle saber a los clientes que no es posible que
después de un proceso de psicoterapia toda su vida cambiará a una vida fácil y sin
ningún problema, nosotros facilitaremos el camino para que ellos desarrollen su potencial
personal, hagan su vida más plena y aprendan a resolver sus problemas solos y se
responsabilicen de sus decisiones.
Esto se logrará sirviendo el terapeuta de ejemplo, teniendo las tres características que
Carl Rogers decía que eran básicas: la autenticidad, la empatía y la aceptación
incondicional.
La empatía es como ponerse en los zapatos del otro, sin perder de vista el “como” ya que
a pesar de que se debe entender la experiencia del otro desde su realidad, no hay que
perder de vista en donde se acaban los límites de la otra persona y en donde empiezan
los propios.
Nadie sabe más de uno mismo que uno mismo, el ser humano busca estar mejor,
necesita a veces de alguien que le ayude a visualizar mejor sus opciones y de esta
manera facilitarle la decisión que sólo a él concierne y de esta manera encaminar su vida
hacia lo que más le convenga. Por eso los clientes que busquen ayuda de un terapeuta
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humanista deben estar concientes de que ellos tienen toda la responsabilidad de decidir
sobre su vida y afrontar las consecuencias.
Referencias
1. Goble FG. La tercera fuerza: La psicología propuesta por Abraham Maslow. México:
Trillas; 1977.
4. Dicaprio NS. Teorías de la personalidad. Segunda edición. México: Mc Graw Hill; 1989.
13. Rogers CR. El poder de la persona. México: El manual moderno mexicano; 1980.
15. Lafarga J. Más allá de la psicoterapia tradicional. México: Desarrollo del potencial
humano Volumen 4; Trillas; 1992.
17. Frankl VE. Ante el vacío existencial. Hacia una humanización de la psicoterapia.
Barcelona: Herder; 1990.
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