La Corona Perdida El Hombre y Su Pecado
La Corona Perdida El Hombre y Su Pecado
La Corona Perdida El Hombre y Su Pecado
Se dice en (Gn. 1:26) y que Dios respiró en él el aliento de vida (Gn. 2:7). Estas distinciones indican
que el hombre es una criatura moral con intelecto, capacidad para sentir y voluntad.
Hablando en líneas generales, la creación del hombre incluyó aquello que era material «<el
polvo») e inmaterial «(el aliento de vida»). Esta doble distinción tiene referencia al «hombre
exterior» y al «hombre interior» (2 Co. 4: 16); Mientras que el alma y el espíritu del hombre se
presentan existiendo para siempre, el cuerpo retorna al polvo desde donde fue formado, y el
espíritu va a Dios quien lo dio (Ec. 12:7). De acuerdo a ello, la gente puede matar el cuerpo pero no
matar el alma (Mt.10:28).
El cuerpo humano del hombre es la habitación del alma y el espíritu del hombre hasta que muera.
EL ESPIRITU
El espíritu del hombre es el lugar en que establecemos toda comunicación con Dios. (Rom. 8:16; 1
Cor. 14:14). El espíritu (de quien ha sido regenerado) tiene tres funciones principales: conciencia,
que discierne lo bueno y lo malo (1ª Cor. 5:3; 2ª Cor. 2:13), intuición, con la que se sabe y se
sienten los movimientos del Espíritu Santo (Mr. 2:8; Jn. 11:33), y la comunión, con que se adora a
Dios (Jn. 4:23; Rom. 1:9). Estas tres funciones están profundamente ligadas y operan coordinadas.
Antes de la caída, el espíritu del hombre era la parte más noble de todo su ser, y tanto el alma
como el cuerpo le estaban sujetos. Por el espíritu, Adán percibía a Dios, y tenía comunión con él.
Pero con la caída, el espíritu murió, perdió el control y la comunión con Dios, y comenzó a vivir por
el alma. El espíritu del hombre quedó bajo el poder y la opresión del alma, hasta quedar fusionado
Con el milagro de la regeneración, Dios comienza a recuperar su lugar en el hombre, pues viene a
habitar en su espíritu, ahora revivido. (Jn. 1:13; Tito 3:5; Rom. 8:16; 1ª Cor. 6:17). El propósito de
Dios es que el espíritu recupere el gobierno sobre el alma, y a través de ésta, sobre el cuerpo.
La vida del cristiano necesita ser gobernada por el espíritu. De aquí surge una lucha entre el alma y
el espíritu, y como en toda lucha, vencerá el que es más fuerte. Si es más fuerte el espíritu, y tiene
control sobre el alma y el cuerpo, será un cristiano espiritual; si, por el contrario, el alma (al Si no
se produce la división del alma y el espíritu, los creyentes siguen fuertemente influenciados por el
alma, y por ello siempre siguen objetivos entremezclados: algunas veces andando de acuerdo con
la vida del espíritu, y otras de acuerdo con la vida natural.
Pero si esta separación se produce, el creyente será capaz de detectar inmediatamente cualquier
intento del alma por tomar el control, y podrá rechazarla. Así, el espíritu podrá desarrollar su
poder intuitivo de modo más agudo. Sólo después de haber experimentado esta separación
pueden los cristianos entrar en posesión de un sentido genuino de pureza.
2. Comunión: es la condición de relación con Dios. No podemos percibir a Dios con Nuestra
adoración a Dios y la comunicación de Dios con nosotros se llevan a cabo directamente en el
espíritu. Tiene lugar en el hombre “interior” (Lucas 1:47; Romanos 1:9).
En nuestros pensamientos, sentimientos o intenciones, porque únicamente
La Comunión es adoración a Dios. Los órganos del alma son
incompetentes para adorar a Dios. DIOS NO ES APPREHENDER
POR NUESTROS PENSAMIENTOS, sentimientos o intenciones
porque Él puede solo ser conocido directamente por nuestros
espíritus… (4)
2. Intuición: es el elemento sensitivo del espíritu humano. Es muy diferente del sentido físico
y del sentido anímico. La intuición conlleva una sensibilidad directa independiente de
cualquier influencia exterior. Ese conocimiento que nos llega sin ninguna ayuda del
pensamiento la emoción o la voluntad
“Sabemos” por medio de nuestra intuición (alcanzamos conocimiento sin necesidad de
razonarlo) y nuestra mente nos ayuda a comprender. Las del Espíritu Santo son
perceptibles para el creyente a través de la intuición. En consecuencia un creyente debe
tener en cuenta estos elementos; la voz de la revelaciones de Dios y todos los
movimientos la voz de la conciencia y la enseñanza de la intuición (1 Corintios 2:11; 16:18;
2 Corintios 2:11 Y 16:18 Lucas 23:46, hechos 2:31, mt 27:59-60
CONCIENCIA COMUNIÓN
A Las
partes del
espíritu
son: INTUICIÓN
1.
Concienci
a: es el
sentimient
o que
discierne;
distingue lo
bueno y lo EL ALMA
malo. Sin
El alma, ubicada entre el espíritu y el cuerpo, es la sede de la personalidad del hombre (Dios lo
embargo,
creó un «alma viviente»). El alma es un reducto inalienable, el cual ni siquiera Dios puede violar.
no lo hace
Allí en el alma el hombre tiene todo el poder de decisión.
por medio
Cuando Dios creó al hombre, quiso que su espíritu fuera como un amo, el alma como un
de la
mayordomo y el cuerpo como un criado. El amo encarga asuntos al mayordomo, quien a su vez
influencia
ordena al criado que los lleve a cabo. Sin embargo, con la caída, el alma se erigió en amo, y el
del
conocimien
to
almacenad
o en la
mente, sino
espíritu se adormeció. Se rompió la comunión con Dios. Un hombre sin Dios tiene, normalmente,
en función sólo el alma y el cuerpo. En cambio, uno que ha nacido de nuevo puede volver al diseño
original de Dios: espíritu, alma y cuerpo.
El alma tiene que dejar de ser amo y volver a ser mayordomo, porque hay el peligro de que el
espíritu quede oprimido (es el caso de los que son «niños en Cristo»). El alma también puede
retroceder a ser esclava del cuerpo, en la inmundicia, lascivia, etc., o ser influenciada por el poder
de las tinieblas, sea con la sabiduría terrenal, o con visiones y sensaciones sobrenaturales que la
estimulan.
DESEOS: Los deseos del alma se centran en el «yo», para su deleite y exaltación. Estos son
quitados por la operación de la cruz. Y entonces ya no hay ansiedad por alcanzarlos; hay reposo.
No hay frustración, porque ya nada se desea sino a Dios. Los deseos sólo provocan inquietud y
afán, y nunca serán enteramente satisfechos. Cuando el cristiano está satisfecho con lo que Dios le
da, tiene reposo. La vida espiritual es una vida satisfecha en Dios.
Un creyente emocional es inútil en las manos de Dios. Sólo apegando la voluntad a la de Él, se
halla perfecto reposo.
Con la mente:
a. Adquirimos conocimiento- Proverbios 2:10; 19:2; 24; 14.
b. Sabemos- Salmos 139:14.
c. Recibimos consejos- Salmos 13:2.
d. Retemos- Lamentaciones 3:20.
La Biblia nos enseña a poseer la mente de Cristo. Para poder estar en capacidad de pensar bien (1
Corintios 2:16; Filipenses 4:8).
La mente del hombre es una gran fortaleza; es motivo de orgullo y es la causa del progreso de la
civilización; sin embargo, espiritualmente es un gran peligro, pues es un terreno especialmente
susceptible para la acción de Satanás. El entendimiento es fácilmente cegado, y surgen
argumentos y pensamientos contra el conocimiento de Dios. Mediante la mente, el hombre no
puede conocer a Dios, antes bien, levanta fortalezas mentales que le han llevado a apartarse de
Dios y aun a desafiar a Dios. Una mente reducida por Satanás es como una fortaleza que es
necesario derribar. En el momento de la regeneración, la mente es traída a la obediencia a Cristo,
pues «arrepentimiento» significa «cambio de mentalidad».
Sin embargo, aun en el creyente, la mente es el punto más vulnerable para la acción de Satanás. El
nuevo creyente tiene un nuevo corazón, pero todavía arrastra una mente vieja. Muchas veces la
mente se llena de pensamientos, imaginaciones, recuerdos, o ideas confusas de modo
incontrolable. Su mente estuvo tan manipulada por Satanás en el pasado, que no puede dejar esos
pensamientos a menos que su mente sea renovada.
Cómo se le cede terreno a Satanás en la mente Primero, con una mente que acaricia el pecado.
Segundo, con una incorrecta comprensión de la verdad de Dios. Tercero, buscando las
predicciones (horóscopos). Si un creyente busca conocer el futuro, le vendrá aquello que cree,
porque los demonios hallarán terreno para provocarlo.
¿Cómo vencer en esta batalla? Le mente tiene que ser renovada, mediante el despojamiento del
viejo hombre (Ef. 4:17-24). Una mente renovada es una eficaz colaboradora en la obra de Dios.
Además de que sus facultades se despiertan y agilizan, está en condiciones de seguir al Espíritu
Santo en su obra de revelación en su espíritu (Ef. 1:17-18).
Una mente renovada es también una mente abierta, libre de prejuicios, que estará en condiciones
de recibir la Palabra de Dios a través de otros cristianos, o mediante lecturas edificantes. Una
mente renovada, en fin, es una mente controlada y purificada por el Espíritu y llena de la Palabra
de Dios.
El Cuerpo:
*El cuerpo, es la parte exterior del ser humano, es lo que sirve de casa a nuestra parte psíquica
(alma y espíritu). Dios lo creó (Génesis 2:7) del polvo de la tierra, de lo concreto para que el
hombre se relacionara con la creación concreta. Ecl 12:17,
Las partes del cuerpo son tres: cabeza, tórax y extremidades.
Su función es tener relación con todas las cosas concretas.
CABEZA TORAX
EXTREMIDADES
El cuerpo del Señor Jesús en la tierra fue el templo de Dios (Jn. 2:21); hoy el cuerpo del cristiano
también lo es (1ª Cor. 6:19). Uno de los mayores pecados (la fornicación) se asocia con el cuerpo,
porque significa tomar un miembro de Cristo y hacerlo miembro de una ramera (1ª Cor. 6:15).
El cuerpo tiene necesidades, las cuales deben ser suplidas; no obstante, esto no significa gratificar
el cuerpo. Si el cuerpo es complacido cada vez, se volverá un amo con más y más exigencias, y
dejará de ser un siervo. El alma también se verá envuelta en sus apetitos y caerá en el hedonismo
(búsqueda del placer).
«El Señor es para el cuerpo» significa que el Señor no sólo salva el espíritu y el alma, sino también
el cuerpo de enfermedades y plagas. Si el cristiano acepta que el cuerpo es para el Señor, y se
consagra para él, el Señor va a conceder vida y poder a su cuerpo. Él mismo lo va a cuidar y
preservar. Él lo va a restaurar si está enfermo, y lo va a preservar para que no esté enfermo.
La introducción del pecado en el hombre trajo consigo no sólo la muerte, sino también la
enfermedad (La enfermedad se halla entre el pecado y la muerte). El Señor no sólo perdonó
pecados, sino que también sanó enfermos. Él vino a deshacer las obras del diablo, y éstas tienen
que ver con la enfermedad y con la muerte.
«Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo nuestro ser, espíritu, alma y cuerpo,
sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo» (1ª Tes. 5:23).
La importancia del cuerpo es evidente por cuanto Dios fue manifestado en carne. El Verbo se hizo
hombre, lo cual permitió la salvación del hombre y la derrota de Satanás (por eso los espíritus
inmundos no pueden confesar esta verdad).
En efecto, el ser humano tiene tres partes (lo
EL LUGAR mismo que el templo de Dios): EL CUERPO:
con que somos conscientes del mundo (el
SANTISIMO
atrio); el ALMA: con que somos conscientes
de nosotros mismos (el Lugar Santo); Y EL
(EL ESPIRITU)
ESPIRITU, con que somos conscientes de
Dios (el Lugar Santísimo).
EL LUGAR SANTO
(EL ALMA)
EL ATRIO
(ES EL CUERPO)
EL PROPÓSITO DE DIOS
Con esto siempre en mente, veamos la Escritura: “... dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra
imagen, “Esto es precisamente lo que Dios hizo. “...fue hecho el primer hombre Adán alma
viviente;” (1 Corintios 15:45). Dios es Amor, y el amor debe tener un objeto en el cual prodigarse.
Por lo tanto, Dios hizo al primer hombre a Su imagen, para que pudiera darle Su amor y en
consecuencia recibir el amor del hombre.
LA IMAGEN DE DIOS
La semejanza de Adán con Dios no era física, sino en personalidad. Dios es una Persona, el hombre
es una persona. El hombre fue dotado con las facultades del intelecto, emoción, y voluntad para
que Dios pudiera compartir con él Su amor, vida y propósito. Así disfrutarían de compañerismo.
Dios es infinito, no creado, celestial, la fuente de toda vida; el primer hombre de Dios era finito,
creado y terrenal. Dios existe en un plan Divino; Adán fue hecho en un plano humano. Por lo tanto
eran inmesuradamente diferentes en el ser, pero semejantes en las facultades de personalidad.
Esta “imagen” mencionada en este versículo, tiene que ver con tu personalidad, así que mantén
tus ojos en Adán y ¡estarás a la mitad del camino!.
Dios hizo a Adán para ser la fuente, el prototipo, la cabeza y el hombre representante de toda la
raza humana. Toda familia habría de brotar de Adán y Eva. De esta manera, la personalidad y las
características humanas de Adán serían insertadas en la raza humana mediante la unidad de
naturaleza que le fue heredada.
La fase inicial del propósito eterno de Dios para la humanidad era que este hombre representativo
creciera a Su imagen moral y se pareciera cada vez más a Él. Por este medio, la raza que
procediera de Adán continuaría en compañerismo con Dios y Dios con el hombre.
LA CONDICIÓN DE DIOS
Dios era el creador, y Adán el creado, por lo tanto Dios era soberano y Adán el súbdito. Mientras
Adán tenía libertad completa para desarrollarse en cualquier manera de acuerdo al propósito
eterno de Dios y para su propio beneficio eterno, debía permanecer dentro del círculo de la buena
voluntad de Dios.
Para establecer la esfera de la voluntad de Dios para Adán, Dios puso sólo una condición. Le dijo:
“...De todo árbol del huerto podrás comer; mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no
comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.” (Génesis 2:16-17)
Para que Adán se desarrollara en una compañerismo responsable y amoroso hacia Dios, y no
como un mero esclavo o autómata, era necesario que Dios le diera a elegir: aceptar la voluntad de
Dios – el camino a la vida eterna – o rechazar su voluntad – el camino a la muerte eterna.
Cualquier desvío de la voluntad de Dios es un desvío de la ley; es pecado. Y necesariamente “la
paga del pecado es muerte” (Romanos 6:23) Dios es totalmente santo y puro por lo que el
resultado del pecado debe ser eternamente desterrado de Su presencia.
A simple vista uno tiende a pensar que Dios fue extremadamente duro e irrazonable con Adán.
Morir por sólo una desobediencia, ¿y tal consecuencia por la primera vez? ¿Por qué?, Dios ni
siquiera dijo: “¡es la primera eh!”
Pero cuando uno se da cuenta de la única posible relación entre el Creador y su creatura, y las
increíbles consecuencias de la rebelión de la creatura, no había otra opción de parte de Dios sino
establecer el fin del pecado.
“¿No eres tú desde el principio, oh Jehová, Dios mío, Santo mío? No moriremos. Oh Jehová para
juicio lo pusiste; y tú, oh Roca, lo fundaste para castigar.
Muy limpio eres de ojos para ver el mal, ni puedes ver el agravio; ¿por qué ves a los
menospreciadores, y callas cuando destruye el impío al más justo que él,” (Habacuc 1:12-13)
3. Satanás
EL TENTADOR
Cuando entra Satanás, ¡entra la muerte!. Este ser brillante celestial, el más alto de la jerarquía
angélica de Dios, le fue quitado su estado de exaltación por causa del pecado de orgullo. Él aspiró
y conspiró para tomar el Trono mismo de Dios y ser como Dios. Por esto Dios tuvo que condenarlo
a él y a sus seguidores a muerte eterna en el lago de fuego.
“¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra, tú que debilitabas
a las naciones.
Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi
trono, y en el monte del testimonio me sentaré, a los lados del norte; sobre las alturas de las nubes
subiré, y seré semejante al Altísimo.
Mas tú derribado eres hasta el Seol, a los lados del abismo.” (Isaías 14:12-15;
“Y el diablo que los engañaba fue lanzado en el lago de fuego y azufre, donde estaban la bestia y el
falso profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos.” Apocalipsis 20:10)
Al decir “subiré”, Satanás se rebeló contra la voluntad de Dios. El fracaso de Satanás al querer
conquistar el trono de Dios en el cielo no lo detuvo de intentar tomar control sobre el mundo y la
raza humana en su comienzo. Se dio cuenta que si podía causar que Adán desobedeciera a Dios,
ganaría a toda la raza humana y sería el dios de este mundo.
De nuevo te recuerdo que pongas tus ojos en el hombre representativo porque lo que le pasó a él,
te pasó a ti. Mientras observas a Adán, aprenderás por qué debes nacer de nuevo.
EL TENTADO
En frente del mandato protector de Dios, y de su bondadosa advertencia de muerte como
consecuencia de la desobediencia, Adán y Eva fueron tentados por Satanás para tomar del fruto
del árbol del conocimiento del bien y del mal. Y eso fue exactamente lo que hicieron.
¡Escogieron el camino de Satanás en vez de la voluntad de Dios! Eso fue pecado. Resultó en
muerte espiritual, la cual los apartaba de Dios, quien es la fuente de vida. Años después murieron
físicamente – siendo la muerte física el resultado de la muerte espiritual.
Después que murió espiritualmente, y antes de que muriera físicamente, “Y vivió Adán ciento
treinta años, y engendró un hijo a su semejanza, conforme a su imagen, y llamó su nombre Set.”
(Génesis 5:3) Por lo tanto él produjo la raza humana condenada y atada a Satanás, a su propia
imagen pecaminosa. ¡El hombre cayó de la inocencia hacia la enemistad contra Dios!.
Al ver a Adán el pecador te ves a ti mismo. Naciste en este mundo poseyendo una naturaleza
heredada de tu fuente caída. Naciste como pecador, y por lo tanto estás muerto espiritualmente.
La muerte espiritual resulta en una separación de Dios para siempre – esto es el infierno.
No escuches sólo mis palabras, sino escucha la Palabra de Dios.
“por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la
muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron.” (Romanos 5:12)
“Así que, como por la transgresión de uno vino la condenación a todos los hombres, de la misma
manera por la justicia de uno vino a todos los hombres la justificación de vida.” (Romanos 5:18)
CONDENACIÓN DOBLE
De hecho, te encuentras bajo una condenación doble; por el pecado de Adán, y por los tuyos
propios. En el capítulo 2 de Efesios Dios se refiere a los pecadores como muertos en delitos y
pecados (v. 1,3) y, “El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado,
porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.” (Juan 3:18)
¡Un lugar no muy agradable para estar! Aquí estás, no sólo condenado y precedido por el juicio del
Gran Trono Blanco por causa de tu pecado contra Dios por no confiar en él, sino que estás
igualmente condenado porque tienes una naturaleza pecaminosa heredada de Adán.
Ya que has nacido mal, y has hecho lo malo, estás espiritualmente en bancarrota. En la familia
equivocada (raíz) y con la conducta equivocada (fruto) “ por cuanto todos pecaron, y están
destituidos de la gloria de Dios,” (Romanos 3:23)
4. El Pecador
LA PREGUNTA
Ahora has alcanzado la mitad del camino hacia la meta de cómo convertirte en Cristiano. “Sin
esperanza y sin Dios en el mundo”, solo queda una salida. El camino hacia arriba en verdad es
hacia abajo como pronto verás.
Sólo hay una provisión a través de la cual escapar de la familia condenada; ¡una nueva familia!. Y
sólo hay una provisión por la cual entrar en esa familia: ¡un nuevo nacimiento!. Si estás por
preguntar ¿cómo puede ser esto?, no eres el primero en hacerlo. Ahora encontremos la respuesta
en la Palabra de Dios.
Nicodemo, un gobernante de los Judíos en los tiempos de Jesús, era uno de los principales
maestros teológicos de Judaísmo en ese tiempo. En su necesidad buscó al Señor Jesús, y recibió de
Él respuestas totalmente inesperadas.
LA RESPUESTA
El Señor Jesús dijo a este pecador en busca de respuestas “Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de
cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.
Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda
vez en el vientre de su madre, y nacer?” (Juan 3:3-4)
El Señor Jesús enfatizó “No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo. El viento
sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo
aquel que es nacido del Espíritu.
Respondió Nicodemo y le dijo: ¿Cómo puede hacerse esto? Respondió Jesús y le dijo: ¿Eres tú
maestro de Israel, y no sabes esto?” (Juan 3:7,9,10)
CEGUERA
¿Cómo puede ser que un tan alto doctor teológico, intelectual y religioso tuviera tan mala
interpretación de la más importante declaración que jamás haya oído? Muy fácil. ¡Era de la familia
equivocada! Por lo tanto era un ciego guía de ciegos.
El Apóstol Pablo, otro que una vez fue “ciego” líder y maestro de Israel, escribió después de haber
recibido la vista espiritual, “Pero si nuestro evangelio está aún encubierto, entre los que se
pierden está encubierto; en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los
incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la
imagen de Dios.” (2 Corintios 4:3-4)
Satanás conquistó a Adán y a la raza humana por medio del engaño, así se convirtió en
consumado usurpador, en el dios de este mundo y de la raza Adámica. El ha cegado la mente del
hombre natural y ha puesto enemistad en el corazón del hombre en contra de Dios, con el
propósito de impedir que el hombre se vuelva hacia su Salvador.
La Biblia dice que: “Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se
sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden;” (Romanos 8:7)
“Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son
locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente.” (1 Corintios 2:14)
“Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; No hay quien entienda. No hay quien busque a
Dios.” (Romanos 3:10-11)
En este punto, es posible que tengas un pensamiento algo pesado en tu mente, algo como “...
todo este tiempo que he estado poniendo mis ojos en Adán no hay nada mas que condenación y
muerte... ¿Dónde está Dios en toda esta escena?... no parece que haya podido hacer algo en mi
beneficio, y Satanás parece que ha hecho todo a su manera. Y lo peor de todo, Dios me ha
condenado por algo en lo que yo no tenía el control. ¡Yo no elegí nacer en la familia equivocada! ”.
CULPABILIDAD
Querido amigo, te entiendo y estás en lo correcto... en parte. Es verdad que no puedes evitar estar
condenado en Adán, y por lo tanto ser un pecador perdido por naturaleza. Pero es también verdad
que eres un pecador condenado por tu propia elección personal, en palabra, hecho y
pensamiento.
¿No es verdad que has roto cada mandamiento de la Biblia? ¿Has guardado al menos el primero?
“Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu
mente. Este es el primero y grande mandamiento.” (Mateo 22:37-38)
“Porque cualquiera que guardare toda la ley, pero ofendiere en un punto, se hace culpable de
todos.” (Santiago 2:10)
Te tienes muy bien ganada la condenación ante Dios, por causa de tu corazón y voluntad
centrados en ti mismo, egoísta. Dios dice que: “Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y
perverso; ¿quién lo conocera?” (Jeremías 17:9)
Como Satanás, has dicho: “subiré” frente a la voluntad de Dios para hacer lo contrario. Lo que es
más, como el barro pecador no tienes el derecho de cuestionar al santo y soberano Alfarero. “Mas
antes, oh hombre, ¿quién eres tú, para que alterques con Dios? ¿Dirá el vaso de barro al que lo
formó: ¿Por qué me has hecho así?” (Romanos 9:20)
Si se trata de ser un pecador perdido, eres una persona que se ha hecho a sí mismo.
Es mejor admitir delante de Dios que El es justo después de todo, y que tu estás mal,
verdaderamente mal. Las buenas noticias son que Dios ha tenido mucho que ver en la escena todo
el tiempo, y todo ¡para tu beneficio!
“¡Satanás nunca está tan derrotado como en sus victorias aparentes !”
5. El Postrer Adán
Entra el Postrer Adán...y ¡entra la Vida!. ¿Sabías que Dios tiene dos Adanes? ¿dos hombres
representativos y contrastantes como cabezas de dos corrientes totalmente diferentes de la
humanidad?
“Así también está escrito: Fue hecho el primer hombre Adán alma viviente; el postrer Adán,
espíritu vivificante.” (1ª Corintios 15:45).
Nota la disparidad entre estas dos fuentes: “El primer hombre es de la tierra, terrenal; el segundo
hombre, que es el Señor, es del cielo.” (1ª Corintios 15:47).
El ADÁN CAÍDO
El primer hombre trajo la raza pecaminosa y terrenal mediante generación natural. El segundo
Hombre trae la raza justa y celestial mediante regeneración sobrenatural. Ingresas a la familia
equivocada mediante el nacimiento físico; se ingresa a la familia correcta mediante el “nuevo
nacimiento”.
Presta cuidadosa atención ahora, y mira lo que Dios ha hecho por ti. Habiendo puesto tus ojos en
el primer Adán el tiempo suficiente, puedes ahora poner tus ojos en el Postrer Adán por toda la
eternidad. Mira como Dios ha estado trabajando silenciosamente a fin de consumar Su propósito
original: hacer al hombre a Su imagen.
EL ADÁN LEVANTADO
“Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los
profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo,
y por quien asimismo hizo el universo; el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma
de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la
purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en
las alturas,” (Hebreos 1:1-3)
El primer Adán dejó de reflejar la imagen de Dios porque se rebeló y se puso en contra de la
voluntad de Dios. El Postrer Adán mantuvo la imagen de Dios ya que él confesó... “Porque he
descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió.” (Juan 6:38).
Dios en su misericordia ha provisto de otro Adán a través del cual El lleva a cabo Su propósito
original para ti. El es nada menos que Dios el Hijo, y por lo tanto la expresa imagen de Dios. “Jesús
le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha
visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre?” (Juan 14:9). De hecho,
el fracaso del primer Adán establece la escena para el triunfo del Postrer Adán.
El Señor Jesús es el Postrer Adán de Dios porque ya no habría necesidad de otro más. En la cruz,
parecía que El había fracasado y sin esperanza... pero, “De cierto, de cierto os digo, que si el grano
de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto.” (Juan 12:24).
NACIMIENTO SIN PECADO
Mira ahora cuan justa y perfectamente Dios ha llevado a cabo el plan de salvación. Tu
condenación vino mediante el nacimiento humano, y tu Redentor mediante el nacimiento humano
también. Alguien ha dicho:
“El tipo de nacimiento de Cristo fue designado como el nacimiento virginal, el cual sería mejor
definirlo como concepción virginal, ya que el nacimiento en sí mismo fue suficientemente normal
una vez que Cristo fue concebido por el Espíritu Santo.”
El ángel anunció a la virgen María,... “Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y
llamarás su nombre JESÚS. Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le
dará el trono de David su padre; y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no
tendrá fin. Entonces María dijo al ángel: ¿Cómo será esto? Pues no conozco varón. Respondiendo
el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra;
por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios.” (Lucas 1:31,35)
Esa fue la manera a través de la cual el Hijo de Dios ingresó a la raza humana. La diferencia fue que
Él siendo Dios nació sin pecado, mientras que nosotros fuimos nacidos “muertos en nuestros
delitos y pecados”. Y durante su vida en la tierra, Él... “Porque no tenemos un sumo sacerdote que
no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra
semejanza, pero sin pecado.” (Hebreos 4:15)
Solamente el Señor Jesucristo pudo pagar la pena por tus pecados por causa de su vida sin pecado
y su naturaleza sin pecado. Un pecador en bancarrota no puede enmendar su pecado. Ya que la
muerte es la penalidad por el pecado, alguien tenía que morir en tu lugar, alguien que estuviera
calificado para pagar el precio en su totalidad.
“Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para
llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu;” (1a Pedro
3:18)
Recuerda ahora, para que Dios reemplazara justa y perfectamente al primer Adán pecaminoso. Su
Postrer Adán tenía que tener éxito en donde el primer Adán había fracasado. Él tenía que
permanecer fiel a Dios bajo las mismas circunstancias y limitaciones en las que el primer hombre
trajo la ruina. Más aún, El tenía que ser tentado a hacer lo mismo, de la misma manera, por la
misma persona, como lo fue el primer Adán.
LA REAPARICIÓN DE SATANÁS
En Lucas 4 vemos que el Espíritu Santo guió al Señor Jesús al desierto, donde ayunó por cuarenta
días. Cuando el hambre del Postrer Adán era aguda, Satanás trató de persuadirlo para comer, la
misma tentación con la cual había conquistado al primer Adán.
Satanás lanzó su ataque sobre el Postrer Adán, sabiendo que si podía hacerle salir de la voluntad
de Dios e ir en su propio camino, conquistaría al segundo Hombre representativo. Él entonces
poseería todo y sería como Dios.
Mantén en mente que el Señor Jesús no encaró la tentación por su propia causa, ¡sino por la tuya!.
Él estuvo haciéndolo como tu Substituto para que Él se convirtiera en tu Salvador.
Satanás lanzó su primer dardo de fuego al Señor Jesús diciendo... “Entonces el diablo le dijo: Si
eres Hijo de Dios, dí a esta piedra que se convierta en pan.” (Lucas 4:3) Siendo Dios, el Señor
Jesús pudo haberlo hecho.
Hambriento como estaba, Él detuvo el dardo de fuego sólo con la Escritura: “Jesús,
respondiéndole, dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra de Dios.”
(Lucas 4:4). Como el Postrer Adán, el Señor Jesucristo se mantuvo en una alegre sujeción hacia su
Padre, y se negó a hacer cualquier cosa que estuviera en contra a la voluntad de Dios para Él.
(Hebreos 10:9). “y diciendo luego: He aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad; quita lo
primero, para establecer esto último.”
Cuando la comida falló, Satanás proyectó su jugada de poder. Llevando al Señor Jesús a una
montaña alta, le mostró todos los reinos del mundo en un momento. Después le dijo... “Y le dijo el
diablo: A ti te daré toda esta potestad, y la gloria de ellos; porque a mí me ha sido entregada, y a
quien quiero la doy.” (Lucas 4:6).
Aquí, Satanás tuvo el descaro de ofrecer el mundo a Aquel a quien Dios nombró como ¡el
heredero de todas las cosas! (Hebreos 1:2). Date cuenta que el Señor Jesús no desafió el reclamo
de Satanás, ni cuestionó su oferta, pero por Su silencio reconoció que Satanás era en verdad el
dios de este mundo actual.
Finalmente Satanás reveló su codicia que todo lo consume... “Si tú postrado me adorares, todos
serán tuyos.” (Lucas 4:7). ¡Piensa en esto! Satanás, el enemigo implacable de Dios, buscando
inducir a Dios el Hijo para que adorara al usurpador. Aquí estaba su oferta más atrevida para llegar
a ser como Dios.
Pero el Postrer Adán, nuevamente sin esfuerzo, detuvo al Enemigo con la espada del Señor:
“Respondiendo Jesús, le dijo: Vete de mí, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y
a él solo servirás.” (Lucas 4:8).
6. El Mediador
Entra el Mediador ¡entra la justicia! Ahora llegamos a otro maravilloso aspecto de la obra de Dios
en tu beneficio. Él mandó a Su amado Hijo desde el cielo, no solo para ser tu Postrer Adán, sino
para ser el Mediador entre tú y El. Un mediador es aquel que se encuentra entre dos partes para
reconciliar sus diferencias cuando hay una brecha entre ellos. Y el abismo entre Dios y tú es
considerable.
REQUERIMENTOS
El Señor Jesús es el único Mediador de Dios. Y Él es el único mediador posible para ti. “Porque hay
un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre,” (1a Timoteo 2:5)
Un mediador debe ser aquel que es aceptado y en el que confían ambas partes involucradas. Dios
dijo del Señor Jesús... “Mientras él aún hablaba, una nube de luz los cubrió; y he aquí una voz
desde la nube, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia;” (Mateo 17:5). Él
te pide que recibas a Su Hijo. Te involucras en tu parte de la mediación aceptando y confiando en
el Mediador de Dios.
Con el propósito de ser el Mediador entre Dios y el hombre, el Señor Jesucristo tuvo que tomar
parte de la naturaleza de Dios y de la naturaleza del hombre. Eso es mediación, ¡El perteneció a la
naturaleza misma de las dos partes involucradas!. ¿Acaso no estás siendo atrapado por la
maravilla de todo esto?
El Señor Jesús siempre fue Dios; Él tenía la naturaleza divina desde la eternidad. Al nacer de la
virgen María, tomó sobre sí la naturaleza del hombre. La Escritura se refiere a Él como “El Hijo de
Dios” y así como “El Hijo del Hombre”.
PAGO TOTAL
Observa qué mas dice la Palabra de Dios acerca de Jesucristo :
“El cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que
se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la
condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de
cruz.” (Filipenses 2:6-8).
Nuestro Señor voluntariamente vertió Su sangre y en la Cruz, padeciendo la muerte más
agonizante, vergonzosa y criminal por ti. Así es, el Cordero de Dios fue sacrificado a fin de pagar tu
pena. “Y casi todo es purificado, según la ley, con sangre; y sin derramamiento de sangre no se
hace remisión.” (Hebreos 9:22).
Tu bendito Sustituto... “y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la
tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz.
Y a vosotros también, que erais en otro tiempo extraños y enemigos en vuestra mente, haciendo
malas obras, ahora os ha reconciliado en su cuerpo de carne, por medio de la muerte, para
presentaros santos y sin mancha e irreprensibles delante de él.” (Colosenses 1:20-22).
Aún más, como Mediador, el Señor Jesús debe representar en equidad a Dios y al hombre. ¡Piensa
en esto!. El se puso en medio de Dios Santo y la raza humana pecadora. Tenía que ser el que
satisficiera cada reclamo de Dios sobre el hombre, y cada reclamo del hombre sobre Dios. Siendo
tu Creador, Dios tiene considerables reclamos sobre ti, ¿no es así?