El Gran Dictador
El Gran Dictador
El Gran Dictador
Hynkel «juega» con un globo terráqueo, en una de las escenas más famosas de la película.
Hynkel tiene planeado invadir Osterlich,12 el país vecino, y necesita el préstamo para
financiar la invasión. Cuando el banquero se niega a dar el préstamo, Hynkel reanuda e
intensifica la violencia contra los judíos. Schultz, protector de ellos, muestra su
rechazo al pogromo, y Hynkel, considerándolo un traidor y un defensor de la
democracia, lo manda a un campo de concentración. Schultz huye y se oculta en el
gueto. Allí, con la ayuda del barbero, Hannah y los demás habitantes del gueto, busca
cómo derrocar a Hynkel y su régimen. Las fuerzas de asalto toman el gueto, y el
barbero y Schultz son enviados al campo de concentración.
Hynkel continúa con sus planes de invadir Osterlich, pero la intromisión de Benzino
Napaloni13 (Jack Oakie), el dictador de Bacteria, lo obliga a invitarlo a hacerle una
visita y ser diplomático con él, pero todo desemboca en una ridícula guerra de comida y
pasteles entre los dos dictadores. Mientras, Hannah y los habitantes del gueto huyen a
Osterlich, pero al poco se inicia la invasión desde Tomania y se encuentran de nuevo
viviendo con el régimen de Hynkel.
El barbero y Schultz escapan del campo disfrazados con uniformes de Tomania. Los
guardias fronterizos confunden al barbero con Hynkel, a quien se parece mucho.
Mientras, Hynkel es confundido con el barbero y detenido por error por sus propias
tropas.
El barbero, confundido con Hynkel, es conducido a la capital de Osterlich para dar un
discurso sobre el inicio de la conquista del mundo. Garbitsch, al presentar a «Hynkel» a
la multitud, decreta la anexión de Osterlich por parte de Tomania, la anulación de
la libertad de expresión y el sometimiento de los judíos. Sin embargo, el barbero hace
un discurso conmovedor, en contra de las políticas antisemitas de Hynkel y declarando
que Tomania y Osterlich se convertirán en naciones libres y democráticas. También
hace una llamada a la humanidad en general instando a acabar con las dictaduras y a
emplear la ciencia y el progreso para hacer un mundo mejor.
Hannah, en su casa, arrasada de nuevo por los invasores, oye el discurso del barbero en
la radio, y se asombra cuando «Hynkel» se refiere directamente a ella:
Hannah: ¿puedes oírme? Donde quiera que estés, ¡mira a lo alto, Hannah! ¡Las nubes se alejan, el
sol está apareciendo, vamos saliendo de las tinieblas a la luz, caminamos hacia un mundo nuevo,
un mundo de bondad, en el que los hombres se elevarán por encima del odio, de la ambición, de la
brutalidad! ¡Mira a lo alto, Hannah, al alma del hombre le han sido dadas alas y al fin está
empezando a volar, está volando hacia el arco iris, hacia la luz de la esperanza, hacia el futuro,
un glorioso futuro, que nos pertenece a ti, a mí, a todos! ¡Mira a lo alto, Hannah, mira a lo alto!
Hannah dirige la mirada al cielo con esperanza, y sobre su rostro se cierra la pantalla.