El Proceso Creativo
El Proceso Creativo
El Proceso Creativo
Lo más importante para crear es tener capacidad para ello (don que todas las
personas poseen en mayor o menor grado) y. a continuación, ejercitar dicha
capacidad. El proceso creativo que se desarrolle depende de cada cocinero.
El hecho de que durante los últimos siglos se hayan producido tantas novedades
en el mundo de la cocina ha propiciado que se tenga que multiplicar el esfuerzo
por crear algo nuevo. Por esta razón, en El Bullí hemos optado por
profesionalizar al máximo este proceso creativo. Si durante estos últimos años
hemos aprovechado el cierre del restaurante en invierno y primavera para crear,
ahora hemos decidido que el proceso continúe todo el año y que, por otra parte,
éste tenga lugar fuera de El Bulli, en un taller situado en Barcelona. Esta
iniciativa nos permitirá que el desarrollo de la idea sea mucho más rápido, con la
consiguiente mejora en cantidad y calidad. En el taller podremos desarrollar con
tranquilidad y con el tiempo que se requiere nuestro proceso y nuestra técnica
creativa siguiendo el modelo que mostraré a continuación, en este caso tomando
como ejemplo el tema «mar y montaña»:
Los dos momentos más importantes del proceso son encontrar la idea y decidir
sí se sigue o no. La mayor o menor dificultad del proceso está relacionada con el
grado de conocimientos del cocinero.
A la hora de apreciar un cuadro, una escultura, una película, una obra musical, la
emoción que pueda producirse se percibe a través de los sentidos. En el caso de
la cocina sucede exactamente lo mismo son los sentidos los que permiten que
nuestro cerebro reciba esta sensación. En el siguiente cuadro podemos ver
brevemente qué papel juega cada sentido en la percepción de las sensaciones
culinarias. Posteriormente, los sentidos más importantes merecerán una
explicación más amplia.
VISTA Presentación de los platos, formas,
colores, identificación del producto.
El primer sentido que entra en juego cuando el plato llega a la mesa es la vista.
Mediante ésta podemos identificar el producto y apreciar la composición,
presentación colorido, etc., datos que pueden indicarnos qué estilo de cocina
vamos a comer.
Es obvio que el gusto es el sentido que cobra una mayor importancia en el acto
de comer. Probablemente, se podría prescindir de los otros cuatro sentidos
(aunque con ello elimináramos, claro está, muchos elementos de placer). Pero
comer sin sentido del gusto es impensable. Por otra parte, debo señalar que no
existen dos personas que tengan sensaciones exactamente idénticas en lo refe-
rente a la percepción gustativa. También puede darse un hecho que pocas
veces se tiene presente; si bien hemos asimilado que existen personas cuyos
sentidos de la vista y el oído. por ejemplo, pueden ser deficientes, en el caso del
gusto nunca lo tenemos en cuenta, y el caso es que puede darse la misma
circunstancia. En el capítulo dedicado al gusto accederemos a la atractiva
complejidad de este sentido.