Ángeles Demonios y El Problema Del Mal Capítulo 12
Ángeles Demonios y El Problema Del Mal Capítulo 12
Ángeles Demonios y El Problema Del Mal Capítulo 12
El responsable por esta terrible masacre, Ronald lee, fue arrestado el mismo
día y acusado de seis instancias de asesinato y encarcelado
encarcelado,, ahora, espera su
sentencia.
Quisiera por un momento que se ponga en el luga
lugarr de Cassidy Shot.
Suponga que usted perdió a su familia de esta manera tan terrible y llega el
momento del juicio.. El juez reconoce a Ronald Lee como culpable pero luego
dice: “Todos sabemos de
del acto terrible y monstruoso que Lee cometió.
cometió Pero
¿saben qué?,, yo soy un juez amoroso y compas
compasivo he decido perdonarle la vida.
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ight 2015 por Christophe A Du
Du-Pond.
Pond. Se otorga permiso para reimprimir este documento en su totalidad sin
cambios, con debidas referencias otorgadas, y sin fines de lucro.
Es más, ni siquiera pienso encarcelarlo, lo voy a dejar libre, como si nada hubiera
pasado. Así de grande es mi amor y compasión por la gente”.
¿Cómo se sentiría usted ante esta decisión del juez? ¡A nadie le parecería
justa! De hecho pensaríamos que el juez fue sobornado o que hay algo turbio y
deshonesto influenciando su decisión. Desde luego seria humillante a la memoria
de aquellos que sufrieron una muerte tan brutal. No habría justicia. Sería una
situación totalmente injusta. La palabra injusto es interesante. Quiere decir que no
hay justicia. Según del diccionario de la real academia de la lengua española,
quiere decir que es algo “falto de equidad”. No tiene equilibrio. Si el juez actuara
de esa manera diríamos que su juicio esta mermado y desequilibrado o que es un
juez corrupto. ¡Algo está mal! Desafortunadamente hay mucha gente que piensa
que Dios es el mismo tipo de Juez que todo lo perdona. Un ex-pastor famoso que
ahora participa en un programa de televisión con Oprah, Rob Bell, afirma que
finalmente el “amor gana” y que Dios va a perdonar a todos eventualmente. Pero
como ya vimos, esto no sería justo. Esto quería decir que estamos lidiando con un
Dios que se hace “de la vista gorda” y que ignora la maldad del mundo y
finalmente no va a hacer nada al respecto. Tanto los sobrevivientes del holocausto
como Hitler van a ser todos recibidos con fanfarrias y todos juntos entraran
celebrando en el cielo, les guste o no, en una gran fiesta, porque, según Rob Bell:
“el amor gana”.
¿Cuál es el problema aquí de Bell—y muchas veces también nuestro propio
problema? Es simple: Bell tiene una muy pobre apreciación de la profunda
depravación humana. Como vimos en el capitulo anterior, la historia, la Biblia,
experimentos de psicólogos, las victimas y los estudiosos de los grandes
genocidios de la historia coinciden en que el ciudadano promedio es
extremadamente perverso. Si Dios es un Dios justo—y así lo creo yo—entonces
no puede ignorar esta maldad. Su propia naturaleza de bondad exige rectificar el
mal del mundo—y ¿que no es esta una queja constante de los llamados “nuevos
ateos”; que Dios no hace nada acerca del mal? En Mateo 5:6 Jesus dice: “Dichosos
2
los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados”. Y yo me pregunto
¿Cómo exactamente va a ser uno saciado de justicia si el responsable del
asesinado de la familia de Cassidy sigue libre y Hitler vive de fiesta? Creo que
solamente hay dos posibilidades. Una es que el responsable pague por sus
crímenes o que alguien más pague en su lugar, un sustituto. El victimario en este
caso tiene la posibilidad de decidir si quiere pagar por sí mismo o quiere que
alguien tome su lugar—si esa opción se le ofrece. Esto fue precisamente lo que
hizo Jesus. El mismo tomo el lugar que nosotros justamente merecemos.
Ahora, si la persona rechaza la oferta de Jesus de pagar en su lugar,
entonces uno tiene que pagar personalmente. El rechazo explicito de Cristo
también significa que uno no tiene deseo de estar con Dios por la eternidad y Dios
es un caballero y no va a forzar a nadie ante su presencia en contra de su voluntad.
Como escribió C. S. Lewis, “finalmente las puertas del infierno se cierran por
dentro”.
Con esta información en antesala, veamos entonces lo que es el infierno.
¿ES JUSTO PARA EL HOMBRE EL CASTIGO DE SEPARACIÓN
ETERNA DE DIOS?
El infierno fue ideado originalmente por Dios para Satán y sus seguidores.
Es un lugar de cuarentena y de separación eterna. Aquellos que terminan ahí no
están ahí por algún pecado especifico que hayan cometido o por simple
ignorancia, sino porque perpetua y voluntariamente rechazan a Dios. Dios desea
que todos vengan al arrepentimiento (2 Pedro 3:9) y no se alegra del sufrimiento
del malvado (Ezeq 33:11). Dios también va a asegurarse de que todos aquellos que
quieran arrepentirse tendrán la oportunidad de hacerlo, pero aquellos en el infierno
no están arrepentidos. Apocalipsis 16:9 dice que aquellos en el infierno
“blasfemaron el nombre de Dios…y no se arrepintieron para darle gloria”. Estas
personas no son simplemente “gente buena” (ver capitulo 11) que se equivocó. Si
no quieren a Dios en esta vida, tampoco van a quererlo por la eternidad, así que
3
Dios respeta sus deseos y su libre albedrio y les da lo que quieren, alejándolos de
su presencia.
INFIERNO: ¿UNA CAMARA DE TORTURA?
Ahora, cabe aclarar una confusión de mucha gente. El infierno no es un
lugar de fuego literal (Mat 5:22) y de obscuridad literal (Mat 8:18). Después de
todo ¡no puede haber obscuridad en el mismo lugar donde hay llamas de fuego! El
infierno no es un lugar de tortura física con verdugos, hierros al rojo vivo y potros
de tortura como lo han popularizado historias como La Divina Comedia de Dante
o pinturas medievales. Es triste ver que el infierno ha sido predicado y
caracterizado de forma incorrecta. El mismo Johnatan Edwards dijo que el infierno
es un horno violento donde “el cuerpo estará lleno de tormento, tan lleno como sea
posible, y cada parte de el será tormento puro…cada nervio estará lleno de
inexpresable tormento…hasta las puntas de sus dedos…Esto lo enseñan muchas
escrituras”. Y mi pregunta para Edwards es: ¿me podría mencionar una sola
escritura que mencione esto? Yo sinceramente no puedo.
Otro ejemplo de predicación errónea acerca del infierno es el Padre John
Furniss (también conocido como Padre “Estufa”):
4
utilizando lenguaje metafórico para indicar que este es un lugar terrible, a evitarse
a toda costa.1
¿QUE ES EL INFIERNO?
Creo que la esencia del infierno es lo que pablo escribe en 2 de Tesalonicenses
1:9 donde dice, “sufrirán pena de eterna perdición, excluidos de la presencia del
Señor y de la gloria de su poder”. Dios es el bien más grande que el hombre pueda
experimentar. El es la esencia de todo lo que es bueno, amoroso y hermoso. El
infierno es pues, ser separado de esto y en su lugar ser abandonados con nuestro
propio corazón perverso, consumidos por el odio y el egoísmo por siempre.
Cuando pienso en esto recuerdo la película de “Lord of the Rings: The Return of
The King”. Al inicio de la película vemos al personaje de Smeagol, un alegre
enanito (hobbit) habitante de las orillas de los ríos. Su amigo, Deagol, encuentra
un anillo, fuente de todo tipo de poder maligno. Smeagol es corrompido por el
poder del anillo y asesina a Deagol para apoderarse de él. En su obsesión con el
anillo, Smeagol se aísla de todo y de todos, toma habitación en la oscuridad de las
cavernas al pie de las montañas. Durante años se alimenta solo de pescado crudo y
llega al deplorable punto de olvidar el sonido de las aves, las caricias del viento, el
sabor del pan. Olvida incluso su propio nombre y se convierte en Gollum. Es
irónico que la solución para Gollum es simple: abandonar el anillo. Pero Gollum
no tiene el deseo de regresar a su estado original porque ama al anillo que al
mismo tiempo odia.
Creo que de igual modo, aquellos en el infierno van a odiar su condición,
van a odiar estar solos con su corazón entenebrecido y rodeados de otros seres
igual de corruptos, egoístas y solitarios. Pero al mismo tiempo, para ellos estar
con Dios seria impensable. De hecho el famoso filosofo cristiano, Dr. Peter Kreft
1
Bruce Milne: “No hay duda que mucho del lenguaje usado para describir el infierno es
necesariamente simbólico, al igual que el lenguaje para describir el cielo. Sin embargo, el hecho se nos den
símbolos no quiere decir que podemos ignorarlos y devaluarlos. Se nos proporcionan por una razón de peso
por Dios y aunque no nos pueden decir todo absolutamente tampoco están ahí para confundirnos”.
5
ha dicho que para el que odia a Dios, estar con El eternamente seria tortuoso2 y el
famoso ateo Jean-Paul Sartre lo afirma: “Lo último que quisiera es estar sujeto a la
mirada implacable de un Dios santo”. En cuanto a esto, C. S. Lewis dijo muy
acertadamente que “el único lugar fuera del cielo donde se puede estar
completamente a salvo de las perturbaciones del amor es el infierno”.
ABANDONEMOS EL DEISMO TERAPEUTICO MORAL
De hecho, cuando los cristianos recitan de memoria Juan 3:16, ¿qué es
exactamente lo que queremos decir con que “de tal manera amo Dios al mundo
para que el que en él cree no se pierda sino que tenga vida eterna”? ¿Qué quiere
decir que la gente “se pierda”? Bueno, eso viene dos versículos más abajo en el v.
18: “El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido
condenado”. Entonces ¿Qué de que vino Jesus a salvarnos? Nos vino a salvar de la
justa retribución por nuestra maldad y del infierno eterno al que conlleva. Por eso
si eliminamos el pecado y el infierno de nuestra doctrina básica, el cristianismo
pierde todo sentido. Y esto es lo que está pasando en miles de iglesias alrededor
del mundo. Estas doctrinas ya no se predican para “no ofender” a la gente. Esto
tiene graves consecuencias, porque entonces la salvación se convierte en una
medio para lidiar con problemas psicológicos, ganar una auto-estima y auto-
imagen positiva, desarrollar una mejor perspectiva de vida, liberación de la
opresión, etc., etc.… Estas cosas no son malas en sí. Lo que es terrible es que la
gente piense que ¡ESO es el cristianismo! Pero con esto el cristianismo deja de ser
cristianismo y se convierte en Deismo Terapeutico Moral. ¿Qué es el Desimo
Terapeutico Moral (DTM)?
El DTM es la creencia de que existe un dios que creo y ordeno el mundo y
cuida de los humanos en la tierra. Este dios quiere que los humanos sean buenos y
amables unos con otros como lo enseña la biblia—y la mayoría de las demás
religiones. La meta central del DTM es el ser feliz en la vida y sentirse bien en
2
Peter Kreft, Reason for God: Hell, personal website,
http://www.hdbg.de/dachau/pdfs/09/09_05/09_05_02.PDF. Accesado 01 Julio 2015.
6
cuanto a uno mismo. No es necesario que dios esté involucrado en la vida de las
personas excepto cuando tienen algún problema que resolver. El DTM también
cree que la gente buena va al cielo cuando muere. Desafortunadamente esta es la
nueva “religión” de muchos “cristianos”. Lo que hace es remplazar al Dios del
universo que merece gloria, honra y honor para ser remplazado por una filosofía
humanista donde el hombre es amo y señor de su vida y dios le debe cumplir todos
sus caprichitos y proteger de todo mal. Esto es una tristeza pero
desafortunadamente es lo que se predica comúnmente estos días. Ahora, ¿quiere
decir esto que no hay ningún beneficio al hacerse Cristiano? Claro que sí: aparte
de la vida eterna (como si eso fuera poco) muchas veces el ser honesto, honrado y
seguir los estatutos de Dios trae beneficios en la vida diaria, pero también lo
contrario es cierto: la hija musulmana en Irán que decide hacerse cristiana
automáticamente se convierte en el oprobio de sus padres, su familia y su
sociedad. Su vida incluso entra en peligro. Por eso es importante desechar la idea
de que al hacerse cristiana, la gente va a gozar de innumerables bendiciones en
esta tierra. A fin de cuentas eso no es el cristianismo ni la esencia de lo que vino a
hacer Cristo: vino darnos salvación del juicio venidero por nuestra maldad y
acceso a que vivamos con él en la gloria por siempre y para siempre. (Peter
Hitchens/Clay Jones Convertidos por el infierno…).
EL INFIERNO: UN RECORDATORIO ETERNO
El infierno es también un recordatorio eterno a las creaturas de Dios acerca
de las terribles consecuencias de la rebelión. La rebelión a un Dios eterno e
infinito trae sobre si consecuencias eternas. La rebelión, el odio y el egoísmo van a
seguir reinando en el infierno. El infierno es el castigo adecuado para el que
permanece eternamente en rebelión y sin arrepentimiento.3 El hombre rico en el
3
Dallas Willard: “Nadie, al final escoge voluntariamente ir al infierno. Pero su orientación egoísta
y ensimismada los conlleva a ser el tipo de personas para quienes estar separados de Dios es el único
resultado para el que son adecuados. Es el lugar que finalmente ellos escogerían para sí mismos, en lugar
de humillarse ante Dios y aceptar quien es El… El hecho fundamental acerca de ellos no será que estarán
en ese lugar, sino que se han convertido en el tipo de personas obsesionadas con su auto-glorificación y
negación de Dios que simplemente quedan incapacitados para desearle”.
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recuento de Jesus en Lucas 16:19-29 presenta remordimiento pero en ningún
momento muestra arrepentimiento:
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que El está ahí y entre esconder su presencia lo suficiente para que la gente que
quiera ignorarlo pueda hacerlo. De esta forma la elección de su destino realmente
es libre”.4
El hombre rico tampoco estaba gritando en agonía (Ejemplo de Uña
Encarnada) sino que posee la capacidad de pensar, hablar y argumentar
coherentemente. Es notable también que parezca estar más preocupado por
prevenir a sus hermanos para evitarles las consecuencias del infierno que el de
motivarlos a vivir una vida agradable a Dios y a ponerse a cuentas con El.
Finalmente la doctrina del infierno, no solo se deriva de las palabras
mismas de Cristo,5 sino que se deriva inevitablemente también de otras dos
doctrinas: la doctrina del cielo y la doctrina del libre albedrio. Si el cielo existe,
entonces puede existir algo que sea el no-cielo. Y si existe el libre albedrio,
entonces podemos actual libremente y abusar de él. Todos aquellos que nieguen el
infierno deben entonces, ya sea, negar el cielo (como lo hace el secularismo
occidental) o negar el libre albedrio (como lo hace el panteísmo oriental). El
infierno no es una vida eterna de tortura sino algo mucho peor: morir eternamente.
Lo que va al infierno, dijo C. S. Lewis, no es el hombre sino lo que queda de él.
UN MUNDO DONDE TODOS AMAN A DIOS. ¿ES ESO POSIBLE?
Algunos podrían quejarse de que Dios podría haber hecho a la gente de tal
forma que todo el mundo le ame. Pero ese mundo es posible que no sea factible de
crear para Dios si en verdad quiere preservar el libre albedrio de los humanos.
Dios en verdad quiere que lo escojamos libremente, justo como un padre desea
que sus hijos lo amen libremente y corran a echarse a su cuello. Pero los hijos
tienen libre albedrio y existe el peligro real que aun nuestros mismos hijos
rechacen nuestro amor en rebeldía. Sin embargo, este es un riesgo que todo padre
está dispuesto a correr. El amor no puede ser forzado porque el único amor que
vale la pena recibir es el amor libremente otorgado. Supongamos que un hombre
4
Citado personalmente por el Dr. Clay Jones en cátedras en la universidad de Biola. Verano 2013.
5
Ver Mat 24:50-51; 13:41-42; 8:12; 22:13; 25:30; Lc 13:28.
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corteja románticamente a una mujer, y ella voluntariamente rechaza sus avances.
¿Qué pensaríamos del hombre si le dijera: “Sabes, te amo tanto que te voy a
obligar y forzar a pasar el resto de tu vida conmigo”? Bueno, pensaríamos llamar a
la policía y acusar al hombre de amenaza de secuestro, o violación. Esto no es un
caso descabellado, muchas situaciones de este tipo se han suscitado. Dios no haría
tal cosa. Dios no es un violador cósmico de nuestra voluntad. Él les dará a las
personas exactamente lo que desean y los dejará apartados y libres de su presencia.
¿PERO PORQUE POR LA ETERNIDAD?
Alguno podría preguntar. ¿Por qué por la eternidad? Y la respuesta que ya
hemos visto—que el que está en el infierno no tiene ningún tipo de
arrepentimiento—es suficiente. Pero es posible también proveer otra respuesta.
Las consecuencias de la maldad tienen menos que ver con la gravedad del acto y
más que ver con la persona en contra quien se hizo el agravio. Por ejemplo, si
mato a una cucaracha, lo más probable es que mi esposa me de un beso y me lo
agradezca. No hay daño moral alguno. Si mato a la mascota de mis vecinos,
probablemente me multen, me pongan en clases se sensibilidad a los animales, y
posiblemente me toque algo de tiempo de cárcel (según las leyes de cada estado).
Pero si mato a mi vecino premeditadamente, seguramente voy a terminar en
prisión y posiblemente me den la pena de muerte. Pero notemos que en todos los
casos anteriores el crimen fue el mismo y tomó muy poco tiempo ejecutar el acto
de matar. Lo único que cambio fue la víctima—y su valor moral. Los humanos
tienen un valor moral mucho más alto que una cucaracha o un perro y por lo tanto
un homicidio merece una pena más severa que un “insecticidio”. Un agravio
cometido contra un ser infinitamente moral y su ley lleva consigo una sentencia
mucho más significativa. Dios tiene el derecho (y la obligación) de corregir y
castigar el mal en el mundo—y eventualmente lo va a hacer. El infierno, es pues,
parte del plan de poner todo el mal del mundo en cuarentena para siempre—y
tiene también el doble propósito de evitar que la maldad contamine a los
redimidos en el cielo. Es interesante que, al comprender la maldad humana, si
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pidiéramos a Dios que elimine inmediatamente el mal en el mundo estaríamos
implícitamente pidiendo nuestra propia destrucción.
CONCLISION
El Infierno es pues, necesario debido a la bondad de Dios: muestra que
Dios es justo. Cuando pensamos en eso, es tan difícil la pregunta ¿cómo es que un
Dios de amor puede enviar personas al infierno? Como preguntar ¿cómo es que un
Dios completamente justo puede enviar personas corruptas al cielo? Como
pregunta puramente intelectual, eso es igual de difícil ¿Cómo puede Dios, un Dios
que es perfecta justicia, enviar a alguien al cielo cuando que no ha pagado por sus
crímenes? Y aún así nadie se preocupa por ello ¿o sí?
¿Cómo responder a estas preguntas? Con la cruz de Cristo. En la cruz, la
justicia y el amor de Dios se encuentran. En la cruz vemos la justicia de Dios
cuando su ira es derramada sobre el pecado y Cristo lleva la penalidad del pecado
que merecemos. Pero en la cruz también vemos el amor de Dios, en que Dios
mismo se encarna y soporta la penalidad del pecado que su propia justicia exigía,
para que nosotros no tuviésemos que ser castigados y ser libres.
Así que en la cruz vemos el incomprensible amor de Dios por nosotros en
lo que Cristo sufrió y soporto por nosotros. Y aún así vemos su santidad perfecta.
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